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1.- APLICACIÓN
A) Teoría de la subsunción:
El silogismo de subsunción consta de dos premisas y una conclusión. La premisa mayor es la norma
general o ley, la premisa menor es el hecho o caso concreto, y la conclusión es la subsunción, es
decir, la determinación de si el hecho se ajusta a la norma.
Los términos "subsunción" y "silogismo lógico" están relacionados, pero tienen significados
diferentes.
La subsunción se refiere al proceso de determinar si un caso o hecho específico encaja dentro de una
regla o ley general. Se usa comúnmente en el razonamiento legal para aplicar la ley a casos
específicos. El proceso de subsunción implica comparar el caso específico con la regla general y
determinar si el caso cae dentro del alcance de la regla.
Por otro lado, un silogismo lógico es una forma específica de razonamiento deductivo que consta de
dos premisas y una conclusión. Sigue una estructura específica: la premisa mayor, la premisa menor
y la conclusión. La premisa mayor es un enunciado o regla general, la premisa menor es un
enunciado o hecho específico, y la conclusión es la consecuencia lógica que se sigue de las premisas.
Mientras que la subsunción implica la aplicación de una regla general a un caso específico, un
silogismo lógico es un concepto más amplio que abarca varias formas de razonamiento deductivo,
incluida la subsunción. En otras palabras, la subsunción puede ser vista como una aplicación
específica del silogismo lógico en el contexto del razonamiento jurídico.
B) Teoría de la individualización:
La individualización se basa en la idea de que cada persona y cada situación son únicas, y que la
justicia requiere tener en cuenta las circunstancias específicas al tomar decisiones legales. Esto
implica considerar factores como la gravedad del delito, la culpabilidad del acusado, los
antecedentes penales, las circunstancias atenuantes o agravantes, entre otros.
TIPOS DE VÍAS
Vía de la jurisdiccional:
La vía jurisdiccional es una de las vías de individualización utilizadas en el ámbito del derecho. Esta
vía implica recurrir a los tribunales y al sistema judicial para obtener una decisión individualizada en
un caso específico.
Cuando se recurre a la vía jurisdiccional, se presenta el caso ante un tribunal o juez, quienes
evaluarán las circunstancias particulares del caso y aplicarán la ley de manera individualizada. Esto
implica considerar factores como las pruebas presentadas, los argumentos legales y las
circunstancias específicas del caso.
La vía jurisdiccional permite que las partes involucradas en un conflicto legal presenten sus
argumentos y pruebas ante un tribunal imparcial, quien tomará una decisión basada en la ley y las
circunstancias del caso. Esta vía busca garantizar la justicia y la equidad al considerar las
particularidades de cada caso y aplicar la ley de manera individualizada.
Vía de la administración:
Vía de la particular:
La vía de la particular reconoce que cada caso es único y que las circunstancias individuales pueden
influir en la determinación de la responsabilidad y la pena. Esto implica considerar factores como la
gravedad del delito, el grado de culpabilidad, los antecedentes delictivos y las circunstancias
personales del infractor. Al aplicar el derecho a través de esta vía, se busca evitar una aplicación
mecánica de las normas y lograr una justicia equitativa.
Es importante destacar que la vía de la particular no implica una aplicación arbitraria o subjetiva del
derecho, sino que busca considerar las características individuales dentro de los límites establecidos
por las normas legales y los principios jurídicos.
La mecánica de la aplicación del derecho, tanto en el trabajo con hechos como en el trabajo con
normas, implica seguir un conjunto de reglas y procedimientos establecidos para garantizar una
aplicación justa y coherente de la ley.
En el trabajo con hechos, la mecánica implica identificar y analizar los hechos relevantes de un caso
específico. Esto implica recopilar y evaluar la evidencia disponible, determinar la veracidad de los
hechos presentados y establecer cómo se relacionan con las normas legales aplicables. Es
importante considerar la objetividad y la imparcialidad al trabajar con los hechos, evitando cualquier
tipo de sesgo o prejuicio.
En el trabajo con normas, la mecánica implica interpretar y aplicar las normas legales pertinentes al
caso en cuestión. Esto implica comprender el alcance y el propósito de las normas, analizar su
lenguaje y su intención, y determinar cómo se aplican a los hechos específicos del caso. Además,
puede requerir la consideración de la jurisprudencia y otros precedentes legales relevantes.
La mecánica de la aplicación del derecho busca garantizar que las decisiones judiciales se basen en
una evaluación objetiva y razonada de los hechos y las normas aplicables. Esto implica seguir un
proceso lógico y sistemático para llegar a una conclusión justa y equitativa.
En resumen, la mecánica de la aplicación del derecho implica seguir un conjunto de reglas y
procedimientos para trabajar con hechos y normas legales, con el objetivo de lograr una aplicación
justa y coherente de la ley.
2.- INTERPRETACIÓN
La hermenéutica jurídica se debe su importancia a la doctrina civilista del s. XIX, cuyo carácter
especialmente significativo se lo debemos a Savigny, la formulación de la doctrina moderna sobre la
interpretación jurídica. Él formuló esos cuatro elementos de la interpretación jurídica: elemento
literal gramatical, elemento lógico, elemento teleológico, elemento sistemático y elemento histórico.
2.1- MODELOS
A) Modelo Ilustrado
El modelo ilustrado de interpretación del derecho se refiere a un enfoque que utiliza la razón y la
lógica para interpretar y aplicar las normas legales. Este modelo se basa en los principios de la
Ilustración, un movimiento intelectual del siglo XVIII que promovía la razón, la ciencia y la libertad
individual.
B) Modelo de la sospecha
Sin embargo, es importante tener en cuenta que el modelo de la sospecha no debe conducir a una
aplicación indiscriminada o abusiva del derecho. Se requiere que la sospecha esté respaldada por
fundamentos objetivos y que se respeten los principios de proporcionalidad y legalidad.
A) Exegética
B) Jurídica
Esta teoría se basa en la imposibilidad de detectar una voluntad del legislador identificable,
al presentarse cada disposición jurídica como un conjunto de voluntades, y también en la
necesidad de acomodar el significado de los textos jurídicos a las condiciones ambientales
para preservar su operatividad.
Se impone así una interpretación evolutiva que adecúa su sentido a las realidades históricas
que definen su ámbito operativo, respetando el espíritu que presidió la entrada en vigor de
las disposiciones jurídicas. Se trata de asumir que el objetivo con el que fueron creadas debe
expandirse y contemplar así supuestos que no fueron tomados en cuenta por el legislador
histórico.
Las disposiciones jurídicas son instrumentos reguladores del futuro, función que tienen en
cuenta sus autores, y que les proporciona autonomía normativa que no puede desembocar
en el decisionismo judicial. La labor del intérprete está limitada por los criterios que
reglamentan su actividad.
Las dificultades de la interpretación del derecho se han intentado superar indicando una serie de
criterios que permitan realizar esta tarea de forma más precisa. La toma de conciencia de las
posibilidades de cada criterio lleva en ocasiones a privilegiar uno o varios criterios sobre los demás,
llegándose a pensar que las interpretaciones jurídicas pueden clasificarse según el criterio elegido.
Savigny tras identificar como elementos de la interpretación de las disposiciones jurídicas al
elemento gramatical, al lógico, al histórico y al sistemático, reclamaba la necesidad de tomarlos en
consideración conjuntamente, integrando una única realidad.
a) Criterio gramatical: Las disposiciones jurídicas se expresan por medio del lenguaje, lo que obliga al
intérprete a estudiar el significado de los componentes del texto y su conexión gramatical. El uso de
los términos del lenguaje común favorece el entendimiento de las disposiciones por parte de los
destinatarios, pero son términos imprecisos. El uso de los términos del lenguaje técnico facilita la
determinación de su significado, pero dificulta su comprensión por los individuos. Los términos del
lenguaje común que tienen connotaciones particulares en el lenguaje técnico posibilitan una mayor
precisión, pero puede llevar a una comprensión inadecuada del sentido del enunciado jurídico. Mas
si tenemos en cuenta el carácter polifacético de determinadas palabras nos damos cuenta de las
dificultades de la delimitación del sentido gramatical de las mismas.
En el contexto de la gramática del español, los criterios gramaticales también pueden aplicarse a la
posición de los adjetivos en relación con el núcleo al que se refieren. Existen diferentes criterios para
determinar si un adjetivo debe colocarse antes o después del núcleo, como el criterio lógico, el
criterio psicológico, el criterio rítmico y el criterio distribucional
b) Criterio lógico: únicamente se contemplarán aquellas interpretaciones que respeten ciertas reglas
lógicas. En primer lugar, el argumento ad absurdum, que lleva a eliminar una interpretación cuando
produce resultados insensatos. En segundo lugar, el argumento a simili, por el que se extiende la
regulación de una situación a otras similares. En tercer lugar, el argumento contrario, que da al
legislador la posibilidad de excluir la aplicación de las consecuencias previstas por la legislación a los
acontecimientos no expresamente contemplados por ella. Y por último, el argumento a fortiori, por
el que se deduce de una regulación la aplicación de las consecuencias previstas para el caso a
supuestos no coincidentes con los contemplados, al entender que concurren en ellos razones de
mayor envergadura. Este argumento admite dos modalidades: a minore ad maius (la prohibición de
lo menos prohíbe lo más) y a maiore ad minus (el que puede lo más, puede lo menos).
Concepción objetiva
Uso de los antecedentes remotos o próximos para comprender el significado y la intención del
legislador al redactar una norma. Este criterio implica examinar la historia legislativa y los contextos
históricos en los que se promulgó una ley o disposición legal.
Al recurrir al criterio histórico, se busca entender el pensamiento del legislador y las circunstancias
que rodearon la creación de la norma. Esto puede incluir la revisión de debates parlamentarios,
informes legislativos, documentos históricos y otros materiales relacionados.
Uso de los antecedentes propios, es decir, los antecedentes históricos y legislativos específicos de la
norma que se está interpretando. Este criterio implica examinar los eventos, circunstancias y
debates que llevaron a la creación de la norma en cuestión.
Al aplicar el criterio histórico, se busca comprender el contexto en el que se promulgó la norma y las
intenciones del legislador al redactarla. Esto puede incluir la revisión de informes legislativos,
debates parlamentarios, documentos históricos y otros materiales relacionados.
Materiales legislativos (todos los documentos que acompañan la promulgación de una norma,
borradores, discursos, preámbulo…)
d) Criterio sistemántico: (sede materiae) Es necesario considerar a los enunciados normativos como
un elemento más del sistema jurídico. Así, el intérprete debe identificar la regulación jurídica
aplicable a cada situación, determinando qué enunciados pueden tener incidencia en la regulación
de la materia. El intérprete analizará la posición del enunciado jurídico en el sistema jurídico y sus
conexiones con el resto de los enunciados, lo que puede hacer que varíe su significado.
En esencia, el criterio sistemático de sede materiae considera la ubicación de una disposición dentro
del contexto regulatorio como un elemento relevante para su interpretación. Este criterio se basa en
la idea de que la disposición forma parte de un sistema coherente y que su posición dentro de ese
sistema proporciona indicaciones sobre su significado y alcance.
Interpretación privada: la que llevan a cabo los teóricos, los científicos del Derecho, en el
ejercicio de su actividad investigadora o de reflexión, es decir, la doctrina de los autores.
Podemos considerar también la que un profesional del Derecho efectúa de una institución,
pero también la que utiliza un abogado en un ejercicio al requerimiento de sus clientes. Es
un tipo de interpretación que no se dirige a la aplicación de las normas jurídicas, o al menos
no cumple esta finalidad directamente.
La doctrina científica de los autores no es una fuente del Derecho, pero puede serlo de una
forma indirecta e inmediata, porque puede ejercer una considerable influencia en las demás
fuentes formales, tanto directas como indirectas, como la jurisprudencia, porque la
formación de los jueces se realiza siempre bajo la inspiración de ciertas líneas de
pensamiento jurídico, cuya perfilación y desarrollo influye en lo que sí son las fuentes
formales del derecho. La interpretación de los grandes maestros del Derecho ejerce un
considerable influjo sobre los aplicadores del mismo. Asi se forma la interpretación privada.
Interpretación pública: es la que llevan a cabo los órganos del Estado en el ejercicio de su
función y, por lo tanto, está especialmente orientada a la aplicación del Derecho, de los tres
poderes que componen el esquema Estado moderno. El Ejecutivo y Judicial constituyen vías
de individualización o aplicación del Derecho, esto significa que el Ejecutivo debe receptar
las normas que aplica.
Cuando hablamos de interpretación publica, nos referimos sobre todo a la que lleva a cabo
el poder Judicial, a través de sus órganos. No solo por la naturaleza de la vía jurisdiccional de
aplicación del Derecho, por su calidad y cantidad de la que está rodeada, es la más
importante de las tres, ya que, si el problema no se puede solucionar, acabará en esta vía.
También porque la interpretación de los jueces y magistrados constituye el ingrediente
principal de esta fuente indirecta del Derecho. Esta función de complementar el
ordenamiento jurídico coloca a la jurisprudencia en un lugar especial frente a otras fuentes
indirectas. La importancia de la jurisprudencia es indudable del Derecho en nuestro sistema
continental.
En definitiva, hablando de interpretación autentica, hay que decir que la consideración del
legislador como interprete del derecho, y en general la idea de una interpretación autentica,
es lo suficientemente problemática como para exigir muchas precauciones en su
tratamiento.
Clases de interpretación jurídica por sus efectos: espíritu de la ley y la literalidad de la ley.
Desde este ángulo, toda interpretación está motivada por la existencia de un desajuste entre
los dos, hay una falta de correspondencia entre el espíritu y la letra de ley, entre lo que
quiere decir y lo que realmente quiere decir. De modo que la interpretación está llamada
precisamente al establecer verdad la correspondencia entre estos elementos. Ahora bien,
esta correspondencia, parte siempre de la primacía del espíritu de la ley sobre la letra de la
ley.
Esta correspondencia puede significar dos cosas: que la norma extienda sus efectos a
segmentos sociales no comprendidos en la letra, pero sí en el espíritu de la ley; o puede
suceder lo contrario, que restrinja el numero de casos sobre los que producen efectos por
ser su espíritu más limitado que lo que sugiere la letra de la ley.
Estamos ante noción un tanto muy precisa, porque no es siempre sencillo establecer cual es
este significado literal, este uso común de las palabras. Este uso común a veces depende de
factores tipo subjetivos. Hay enormes dificultades para introducir precisión en el concepto
de interpretación declarativa. Para intentar aclararlo, vamos a hacer un breve examen de los
argumentos que utiliza el interprete del Derecho para justificar la interpretación declarativa,
en concreto, nos vamos a referir a dos tipos de argumentos jurídicos:
El problema es que este significado no suele único, más bien vago, se corresponde con
significados diversos. Esta literalidad debe contar forzosamente con la existencia de diversas
variantes dentro del significado ordinal. ¿A que nos referimos con significado ordinario de
las palabras?
Nos referimos a tres cosas: las expresiones comunes se interpretarán como están recogidas
en el diccionario de la lengua; las expresiones comunes recogidas en el lenguaje jurídico
como lenguaje tecnificado, puede adquirir un significado diferente del significado común
original; expresiones técnicas que pertenecen a lenguaje no jurídicos, como puede a ser a la
medicina o a la economía.
Argumento ad contrario: se basa en una presunción, se presume que en la disposición
normativa el legislador dice exactamente lo que quiere decir, porque si hubiese querido
decir otra cosa, hubiese dicho otra cosa. De este modo, lo que no está dicho responde
evidentemente a la circunstancia de que no era su voluntad de decirlo, porque si no lo
habría dicho. Se basa en la presunción de una exacta correspondencia ente la voluntad del
legislador y el texto de la norma, entre la letra y el espíritu de la ley. Presunción que esta en
la base del concepto mismo de interpretación declarativa, que inspira toda una corriente de
inspiración llamada exegesis, que es la interpretación del sentido concreto de la literalidad
de la norma.
Según este argumento, no es posible atribuir a una norma un significado demasiado amplio,
ni diferente, ni nada, que el que sugiere su lectura. Es un modo productivo de crear normas,
recuerda el problema de las lagunas.
El argumento teleológico toma como eje la voluntad del legislador como espíritu superior y
anterior a la letra de la norma. El argumento ad absurdum se centra en la supuesta
racionalidad del legislador, como partimos de que el legislador es racional, parece que el
legislador no ha podido dictar normas que han sido absurdas que lleven a resultados
absurdos. El argumento naturalista, relativo a la naturaleza de las cosas, el significado literal
de las cosas, pero según como van siendo en la realidad, teniendo en cuenta el cambio de la
situación, evolución de las cosas, etc.
La interpretación reviste una gran importancia, tanto para la aplicación del Derecho, como
para el Derecho en general. la interpretación es el vehículo por el cual el Derecho adquiere
vida.
Debemos acudir al titulo preliminar del CC, donde está regulado todo esto, y que tiene
aplicación a todas las ramas del Derecho. El art. 3 en su párrafo primero del titulo preliminar
dice: “las normas se interpretarán según el sentido propio de sus palabras, en relación con el
contexto, los antecedentes históricos y legislativos y a la realidad social del tiempo en que
han de ser aplicadas, atendiendo, fundamentalmente, al espíritu y finalidad de aquellas”.
En este articulo comprobamos varias cosas: el legislador primero recoge los medios
interpretativos, elementos clásicos, primero habla del elemento gramatical, del elemento
histórico. También vemos que establece una preferencia general por la interpretación
objetiva y, debemos resaltar, el quinto elemento de la interpretación es el elemento
sociológico, las leyes se interpretarán de acuerdo con la realidad social el tiempo en que han
de ser aplicadas.
El párrafo segundo del art. 4, excluye la interpretación extensiva, asi como la analogía del
campo penal, de otros ámbitos similares. Este párrafo establece: “las leyes penales, las
excepcionales y las de ámbito temporal no se aplicarán a supuestos ni en momentos
distintos de los comprendidos expresamente en ellos”, es decir, estas normas son de
interpretación restrictiva.