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UNIVERSIDAD DE CARABOBO

FACULTAD DE CIENCIAS JURIDICAS Y POLITICAS


ESCUELA DE DERECHO
CATEDRA: FILOSOFIA DEL DERECHO

UNIDAD III
LA INTERPRETACION JURIDICA

Año: 3er año


Sección: 05
Estudiante:
Br.: Freddy Ramón Pérez Carrasquero
C.I: 14714331

Bárbula, 26/02/2024
INTRODUCCION.

Este trabajo tiene como propósito disertar acerca de la interpretación


jurídica basándose en el contexto del Código civil venezolano,
fundamentalmente en el análisis del artículo 4 que contiene el procedimiento de
integración de la ley, pero al mismo tiempo, marca las pautas a seguir en dicha
interpretación.
Exploraremos esta materia a la luz de la disciplina de la hermenéutica
jurídica, es decir, desde ciertas tesis que fundamentan el quehacer
interpretativo en esta área del derecho, al igual que la Ética y la moral desde
sus diversos niveles metodológicos, e interpretativos.
En este sentido, la interpretación jurídica se nos presenta como un modo
particular de interpretar el texto de la ley, que suele sobrellevarse por el
intérprete que por excelencia es el juez, aunque no es el único. No obstante,
este tipo de interpretación, no se aparta en su esencia de la comprensión en
general en tanto que alude a la aplicación de algo general a una situación
concreta y nos dispone en la perspectiva del círculo hermenéutico.
Para llevar a cabo esta investigación revisaremos la literatura acerca del
tema planteado y la legislación pertinente.
LA INTERPRETACION DEL DERECHO

Nuevas Tendencias.

Lo ocurrido en la segunda guerra mundial y sobre todo, los interrogantes


que se abrieron ante la necesidad de sancionar a los jefes Nazis, impuso la
necesidad de una respuesta que superara el debate ya milenario, entre
iusnaturalismo y positivismo, Radbruch, tal vez el primero, en las segunda
mitad del siglo XX en aportar elementos para una tercera vía, la que se ha
denominado en la academia, como Positivismo Metodológico.

A partir de allí se han abierto nuevos caminos que entienden el derecho


como doctrina del arte de comprender o hermenéutica jurídica, que busca una
decisión o pronunciamiento esencialmente creativo, complementario y
perfeccionador del derecho. O un sistema abierto, en contra del iusnaturalismo
y del positivismo, que se consideran sistemas cerrados. Es la teoría de la
argumentación que hace admisibles todos los argumentos en la esfera del
discurso racional O la llamada Principalística, que hace énfasis en los
Principios como normas que hacen parte del Ordenamiento, o la superación de
la miseria jurídica heredada del nacionalismo a través de la naturaleza de las
cosas que fecunda la filosofía del derecho, como forma del pensamiento
jurídico.

Pero sin duda alguna, la corriente de mayor relevancia en el mundo


contemporáneo, es la llamada nuevo constitucionalismo. El derecho se ha
alejado de la justicia, se ha alejado de la verdad, se ha alejado del hombre y la
tarea del abogado de hoy es volver por los fueros, romper, destruir, si es
posible, el rigorismo formalista y hacer que volvamos a creer en el Derecho. Se
pone el acento e la Constitución, como marco abierto a principios de carácter
normativo, en contraposición al legalismo. Los jueces garantes del Estado
Social de Derecho, es decir, de una necesaria y dúctil coexistencia entre ley,
derecho y justicia. Lo que se pretende es abrir la mente al lector a las nuevas
corrientes que enriquecen el mundo jurídico y nos permiten poner,
nuevamente, el derecho al servicio del ser humano

La interpretación como proceso técnico y de representación social.

Si un órgano jurídico tiene que aplicar el Derecho, hace falta


necesariamente que establezca el sentido de las normas que tiene por misión
aplicar; hace falta necesariamente que interprete esas normas.

La interpretación es, entonces un proceso intelectual que acompaña


necesariamente el proceso de progresión de un grado superior a un grado
inferior. La interpretación jurídica puede llevarse a cabo en el interior del
derecho o en relación con su exterior, tal interpretación podrá consistir,
entonces en una metodología de la indagación y de la decisión del juez (o más
general, del jurista; que puede ser un abogado, un notario, un funcionario de la
administración pública o un estudioso, especialista en derecho), que se mueve,
idealmente, en el ámbito de un ordenamiento jurídico, o bien, la interpretación
jurídica puede tomar el Derecho considerado en su conjunto, ya que este hace
las veces de metodología práctica de la vida social, para identificar -por ella- la
estructura que le es característica.

La interpretación del derecho se funda, siempre, en un "círculo


hermenéutico". Es decir: sobre la relación -móvil y continua- que se establece
entre el sujeto y el objeto del interpretar; entre la actividad del intérprete y esa
experiencia jurídica en la que este vive, piensa y actúa. Sea cual sea la
definición del derecho que aporten sus teóricos o los filósofos, esta deberá
someterse a confrontación y a prueba, tanto de la interpretación interna al
mismo derecho, como de la que hace referencia a su morfología práctica en la
realidad social; solo así podrá valorarse su veracidad y eficacia.

La argumentación jurídica.

La argumentación jurídica es un proceso mediante el cual se presentan


razones lógicas y pruebas sustanciales para respaldar una posición legal. En
esencia, se trata de convencer a un auditorio, ya sea un juez, un jurado o
incluso otros abogados, de la validez de un argumento legal. La base de la
argumentación jurídica radica en la interpretación y aplicación de las leyes y
precedentes relevantes a un caso particular.

La argumentación jurídica es el alma de cualquier sistema legal. Permite


a los profesionales del derecho presentar sus casos de manera coherente y
persuasiva, ayudando a determinar el resultado de un litigio. Una
argumentación efectiva puede influir en cómo se interpretan las leyes y en la
toma de decisiones judiciales. Además, una sólida argumentación puede
ayudar a establecer nuevos precedentes legales, lo que a su vez puede afectar
la jurisprudencia futura.

Construir una argumentación jurídica sólida es un arte que requiere


precisión, coherencia y profundidad. Aquí hay algunos pasos clave para
lograrlo:

1. Investigación Exhaustiva:

Antes de comenzar a construir tu argumento, es fundamental llevar a


cabo una investigación exhaustiva. Esto implica el análisis detallado de las
leyes, regulaciones y casos precedentes relevantes para tu caso. Cuanta más
información tengas, más sólida será tu argumentación.

2. Identificación de Puntos Clave:

Una vez hayas reunido la información necesaria, identifica los puntos


clave que respaldan tu posición. Estos puntos deben ser claros y respaldados
por pruebas sólidas, como leyes vigentes, jurisprudencia relevante y evidencia
concreta del caso.

3. Estructura Lógica:
Una buena argumentación jurídica debe tener una estructura lógica y
organizada. Divide tu argumento en secciones claramente definidas, cada una
respaldando un punto específico. Utiliza encabezados y párrafos cortos para
facilitar la lectura y comprensión.

4. Uso de Precedentes:

La jurisprudencia anterior desempeña un papel esencial en la


argumentación jurídica. Utiliza casos precedentes similares para respaldar tus
puntos. Destaca cómo estos casos establecen un patrón que respalda tu
posición.

5. Análisis Legal Profundo:

No te limites a citar leyes y precedentes; realiza un análisis legal


profundo. Explica cómo se aplican las leyes a tu situación particular y por qué
respaldan tu posición. Anticipa posibles contraargumentos y contrarresta con
razonamientos sólidos.

6. Persuasión Racional:

Una argumentación jurídica eficaz no se basa en emociones, sino en la


persuasión racional. Presenta argumentos lógicos y convincentes respaldados
por pruebas y razonamientos sólidos. Evita caer en falacias o argumentos
débiles.

7. Claridad y Concisión:

La claridad es esencial en la argumentación jurídica. Utiliza un lenguaje


claro y conciso para transmitir tus puntos de manera efectiva. Evita jerga
excesiva y términos técnicos complicados que puedan dificultar la
comprensión.

8. Refutación de Contrapuntos:

Una buena argumentación no solo se enfoca en tus puntos fuertes, sino


que también aborda posibles contrapuntos. Anticipa las objeciones que podrían
surgir y refútalas de manera lógica y fundamentada.

9. Apelación a la Ética y la Justicia:

En muchos casos, es útil apelar a principios éticos y a la noción de


justicia. Si puedes demostrar que tu posición está en línea con valores
ampliamente aceptados, fortalecerás tu argumentación.

10. Presentación Coherente:

Finalmente, presenta tu argumentación de manera coherente y


ordenada. Utiliza una introducción clara para establecer tus puntos principales,
desarrolla tus argumentos en el cuerpo del texto y concluye resumiendo tus
puntos clave y reafirmando tu posición.

Función creadora del juez.

Una función creadora es cuando el juez introduce un nuevo concepto al


ordenamiento jurídico, moldea su contenido dándole un nuevo sentido,
inclusive frente a las usuales lagunas o vacíos legales, donde decide llenar ese
vacío o hace verdadera justicia frente a la ley.

Esta función creadora, suele reunirse en lo que llamamos nosotros


jurisprudencia, esta jurisprudencia es unificada por los altos tribunales de la
correspondiente jurisdicción, como en el caso de la Corte Suprema
de Justicia, que es la encargada de unificar jurisprudencia en la
jurisdicción ordinaria, y lo hace mediante la formulación de principios
generales y reglas que sean utilizados como parámetros de integración,
ponderación e interpretación de las normas del ordenamiento legal. Por
lo tanto, la sujeción de la actividad judicial al imperio de la ley no puede
reducirse a la observación minuciosa y literal de un texto legal específico, sino
que se refiere al ordenamiento jurídico como conjunto integrado y armónico de
normas, estructurado para la realización de los valores y objetivos.

Artículo 4 del código civil.

El Código Civil Venezolano de 1.942 establece en su Artículo 4, lo


siguiente: "A la ley debe atribuírsele el sentido que aparece evidente del
significado propio de las palabras, según la conexión de ellas entre sí y la
intención del legislador. Cuando no hubiere disposición precisa de la ley, se
tendrá en consideración las disposiciones que regulan casos semejantes o
materias analógicas y, si hubiese todavía dudas, se aplicarán los principios
generales del Derecho".

La Utilidad fundamental de este Artículo, radica en que es una norma


que ofrece argumento "en opinión de Hermann Petsold Pernía": "Permite al
intérprete y especialmente al juez, justificar la interpretación que ha realizado,
ayudándole a presentar su decisión como conforme al Derecho Positivo
vigente, puesto que no hay que olvidar que la interpretación es un proceso
eminentemente axiológico que habitualmente se recubre con una vestimenta
lógica a fines precisamente argumentativos buscando convencer al auditorio
(Jueces y partes litigantes) de lo jurídicamente justificada que está la
interpretación realizada, pero que en el fondo sigue siendo esencialmente
valorativa".

En el texto de la primera parte de dicho Artículo aparecen dos de los


trece argumentos (a contrario, asimile o analógico, a fortiori, a completudine, a
coherencia, psicológico, histórico, apagógico, teológico, económico, ad
exemplo, sistemático y naturalista), que permiten interpretar los textos en
función de la intención que se atribuye al legislador y los cuales han sido
analizados por el Profesor Tarello, al ocuparse de la experiencia propia de los
juristas. Ahora bien, los dos argumentos que contiene este Artículo son: El
sistemático y el psicológico, pudiéndose definir el sistemático, según Perelman
de la siguiente forma: "es aquel que parte de la hipótesis de que el Derecho es
ordenado, que sus diversas normas forman un sistema, cuyos elementos
pueden ser interpretados en función del contexto en que se hallan insertos".

Este argumento es recogido en la disposición legal analizada cuando


establece: "A la ley debe atribuírsele el sentido que aparece evidente del
significado propio de las palabras según la conexión de ellas entre sí" y el
argumento psicológico definido por el mismo autor consiste en la búsqueda de
la voluntad del legislador concreto, gracias al recurso de los trabajos
preparatorios, este argumento permite precisar la razón de la ley,
reconstruyendo la intención del legislador, pensando en el problema concreto
que tenía que resolver, en los principios a los cuales se refiere en las
enmiendas aportadas al proyecto primitivo.

Este argumento es reconocido en el Artículo en referencia cuando se


habla de la intención del legislador. Si bien la interpretación del Derecho es una
materia que pertenece a la Doctrina y sobre la cual existen diferentes criterios,
también es cierto que sin la existencia de esta norma establecida en el Artículo
4° del Código Civil, sería muy difícil justificar desde un punto de vista legal, las
diversas interpretaciones del Derecho que puedan presentarse en un caso
concreto.

El Mito del Legislador Regional.

La cultura jurídica contemporánea, en sus orientaciones más avanzadas,


que siguen los procesos obtenidos por la epistemología científica, ha clarificado
que el mensaje legislativo, por sí solo, no es portador de racionalidad y de
orden, como pretendía la persistente afirmación del Iluminismo. Un mensaje, en
la medida en que está destinado a incidir en ese estado de desequilibrio que
existe en la relación entre ordenamiento jurídico y realidad social, también
puede ser portador de irracionalidad y de desorden, precisamente porque dicho
mensaje es una "estructura disipativa", es decir, generadora de simplificación
de fluctuaciones de orden social, que conduce a una nueva situación que se
basa en la ruptura entre el pasado (el orden existente) y futuro (el cambio
realizado por las innovaciones legislativas).

Por ello, el mensaje legislativo no puede considerarse en forma estática,


cerrado en sí mismo y atemporal, sino en su proyección dinámica, orientada al
objetivo de su conversión foral en una nueva situación jurídica; situación que
está determinada por una estructura que se impone sobre otras estructuras,
eliminándolas o sustituyéndolas en su funcionalidad operativa o también
modificándolas.

La ley es, en efecto, un instrumento cognoscitivo de la realidad y es


objeto de interpretación para el intérprete. Pero al mismo tiempo, la ley le
brinda un conjunto semiológico: todo un complejo de signos y símbolos que le
permitan interpretar jurídicamente los hechos, los comportamientos y los
valores sociales. Considerada como "mensaje", la Ley adquiere, en el momento
interpretativo, un aspecto descriptivo y otro prescriptivo: es una toma de
conciencia de la lens legislatoris (mente=intención del legislador), objetivada en
las fórmulas legales y, al mismo tiempo, un imperativo dirigido al interlocutor-
magistrado o funcionario- que debe observarla y hacerla cumplir; recibirla y
trasmitirla, convirtiéndola en una situación que se interpreta jurídicamente como
legítima.

El racionalismo de la técnica legislativa no es ya algo intrínseco a la ley,


sino que está orientada a un objetivo, que es la aplicación del ordenamiento. La
racionalidad ejercida por el intérprete, en su tarea de comprensión y de
adecuación a los hechos, es funcional en relación con la directriz del significado
y con la intencionalidad objetiva-no subjetiva-, pues la razón última de la ley
radica en su aplicación a la realidad. En efecto, el Derecho consiste en un
círculo de conversión entre la forma y la acción, entre las palabras y los
hechos, círculo que se inicia y se cierra, desde el principio al fin, con el
mensaje legislativo.

La Interpretación Constitucional
En lo que concierne al Derecho Constitucional, la persona que aplica el
Derecho, o el Juez que dicta el fallo, lo hace con base a la Constitución, que es
un texto normativo de carácter fundamental, abstracto y general. El juez que la
trae a un caso concreto, dicta para ello una norma individualizada: la sentencia.
En la sentencia plasma el resultado de esa labor y constituye la nota definitoria
de lo que se conoce con el nombre de Jurisprudencia.

En general, se habla de la interpretación de la Constitución. Este


concepto, que algunos consideran equivocado, es supervivencia de un
racionalismo aferrado a la idea de considerar al Derecho como incrustado en la
ley, de suerte que lo único a interpretar sería la Constitución. En realidad, lo
que se debe interpretar es el Derecho Constitucional, integrado por una
normativa mucho más amplia que la propia Constitución. Por ejemplo, cuando
se trata de los Reglamentos Internos de las Cámaras y se quiere descubrir el
sentido y significado de sus preceptos, no se interpreta a la Constitución sino al
Derecho Constitucional.

Los autores que analizan la problemática referente a esta materia, citan


las llamadas reglas de interpretación constitucional. Dichas reglas serían las
siguientes:

1. Debe privar en la interpretación el carácter finalista contenido en su


texto, el cual consiste en garantizar la libertad y dignidad humana.

2. Tiene que ser interpretada con criterio amplio, liberal y práctico.

3. Las palabras del texto constitucional deben ser interpretadas en su


sentido general y común, a menos que sea claro que el creador de la norma .se
refirió a un significado técnicolegal.

4. Debe ser interpretada como un conjunto armónico y sistematizado.

5. Debe considerarse dentro del contexto interpretativo el conjunto de


situaciones sociales, económicas y políticas que existen en el momento de
realizarse la interpretación.

6. Todo lo que se refiere a excepciones y privilegios deben ser


interpretados con criterio restrictivo.
7. Los actos públicos deben presumirse constitucionales, en el caso de
que mediante la interpretación puedan ser armonizados con la ley fundamental.
(Ver Linares Quintana. Tratado de la Ciencia del Derecho Constitucional).

La Corte Suprema de Justicia de Venezuela ha reiterado en diversas


ocasiones y, en forma inequívoca, el valor de los Trabajos Preparatorios de la
Exposición de Motivos. En fallo de fecha 19 de febrero de 1981, inserto en el
N° 1 del Boletín de la República, la Corte asentó lo siguiente: "La Hermenéutica
Jurídica ha señalado siempre la importancia de dos reglas fundamentales para
el logro de una interpretación racional de los textos legales: la primera, tener en
consideración la naturaleza de la materia legislada y el propósito deseado por
el legislador y, la segunda no interpretar aisladamente una norma, sino en
concatenación con todo el sistema jurídico de que forma parte.

Es muy importante destacar el carácter restrictivo que la norma constitucional


asume en materia de interpretación sobre ciertos aspectos, lo cual contrasta
con la norma de Derecho Civil. Por ejemplo: "Es principio de derecho común
que el mandatario sólo puede hacer aquello que se halla expresa o
implícitamente autorizado por su mandato". Este principio es el mismo que
sirve de base a la interpretación de los poderes en el orden constitucional. Sólo
a las personas en el esquema privado es aplicable el principio de que nadie
puede ser obligado a hacer lo que la ley no mande, ni privado de hacer lo que
la ley no prohíbe, pero, a los poderes públicos no se les puede reconocer la
facultad de hacer lo que la Constitución no les prohíba expresamente, sin
invertir los papeles respectivos de mandante y mandatario y atribuirles poderes
ilimitados. Es la esencia del sistema constitucional que los rige, la limitación de
los poderes públicos a sus atribuciones y facultades, deslindadas como
consecuencia de la soberanía del pueblo, por su expreso consentimiento.
ÉTICA Y DERECHO

Moral.

El término “moral” surge del latín mor, que significa “carácter” o


“costumbre”. Mor, a su vez, tiene su origen en moralis, que es el equivalente al
griego ethikós (“ética”). Por su origen común, moral y ética suelen usarse en el
mismo sentido, aun cuando no significan lo mismo: la ética es una disciplina
filosófica que, en todo caso, estudia los principios que regulan el
comportamiento moral.

La moral, por su origen etimológico, refiere a un conjunto de costumbres,


hábitos y valores que determinan cierto tipo de carácter ético. En la antigua
Grecia se conocía a esto como ethos, que sí es el equivalente a mor (y no a
moralis).

Moralidad.

La definición de moralidad es el objetivo de la teorización moral, que nos


permite ver diferentes teorías que intentan capturar lo mismo.

El término “moralidad” puede usarse de manera descriptiva o normativa,


y es crucial entender qué sentido se utiliza en el desarrollo de una teoría ética.
Cualquier definición de moralidad requerirá criterios adicionales, ya que no
todos los códigos propuestos por las sociedades son códigos morales.

Cuando se han especificado suficientes características definitorias para


clasificar todas las teorías morales relevantes como teorías de un tema común,
se podría haber dado una definición de moralidad.

Se supone que la moral, como normas socio-legales-religiosas-políticas,


guía a las personas a comportarse responsablemente. Sin embargo, no toda la
moral conduce a un comportamiento responsable.
La moral se puede enseñar, mientras que los valores provienen del
interior como principios fundamentales personales. En otras palabras, los
valores son las creencias de un individuo o grupo social en las que tiene una
inversión emocional, ya sea a favor o en contra de algo.

Signos Del Progreso Moral En La Sociedad.

Se plantean las cuestiones: ¿ Existe el progreso moral?; en tal caso,


¿que se entiende por progreso moral?. La moral dominante de la sociedad
capitalista, no presenta formas estacionarias y definitivas. El mismo sistema de
contradicciones de la sociedad capitalista, dará lugar, al interior del sistema, a
reivindicaciones de tipo histórico y social porparte de las clases trabajadoras.

En este sentido sí es correcto hablar de progreso moral. No será lo


mismo una explotación burguesa salvaje, que una explotación burguesa
racional. De igual manera, ciertas, sociedades esclavistas de la antigüedad,
son superiores a la moral de las sociedades primitivas, ya que al suprimir el
canibalismo, respetar la vida de los ancianos, de los prisioneros, no cabe duda
que históricamente han venido a significar un progreso moral.

El desarrollo histórico del hombre en su vida social y en sus hábitos de


vida y formación de las distintas sociedades anteriores, vemos que han existido
de manera sucesiva tipo de morales que, pertenecen a un distinto tipo de
sociedades que se formaron, que han ido evolucionando en sus principios y
sus normas, desde la, concepción de lo bueno y lo malo, lo obligatorio y lo no
obligatorio, lo justo lo injusto, lo perfecto y lo imperfecto.

Un progreso moral no se da, al margen de los cambios radicales de


carácter social, significa que el progreso moral no puede separarse del paso de
una sociedad a otra, así por ejemplo, el paso de la sociedad primitiva a la
sociedad esclavista hace posible, a su vez, el acceso a una moral superior, no
debemos ver de modo simplista en todo progreso- histórico- social un progreso
moral, es necesario caracterizar lo que se entiende por progreso histórico-
social: hablar de progreso con relación al cambio y sucesión de formaciones
económica- sociales, es decir, sociedades consideradas como un todo en lo
que se articula unitariamente estructuras diversas: de tipo económico, social y
espiritual, se habla de su progreso considerando la historia de la humanidad en
su conjunto.

El hombre es, ante todo, un ser práctico, productor, transformador de la


naturaleza, conoce y conquista su propia naturaleza, la mantiene y enriquece,
transformándola con su trabajo, el hombre produce socialmente, contrayendo
determinadas relaciones sociales. Así, el tipo de organización social y el grado
de participación de los hombres en su praxis- social pueden considerarse como
índice o criterios del progreso humano.

El hombre produce espiritualmente: ciencia, derecho, educación, arte,


cultura, etc., siempre con el sello peculiar de un enriquecimiento o paso de un
nivel a otro en la actividad espiritual correspondiente.

Se puede hablar de progreso histórico en: la producción material, la


organización social y de la cultura. El progreso histórico es producto de la
actividad productiva, social y espiritual de los hombres, dentro de esa actividad
el individuo participa como ser consciente, sin embargo el progreso no ha sido
hasta ahora el producto de una actividad concertada, consciente.

El progreso histórico a escala universal, no es igual para todos los


pueblos y todos los hombres, debido a múltiples factores, como la situación
geográfica, situación cultural, educativa, religiosa, social, etc.

El progreso histórico- social puede tener consecuencias positivas o


negativas desde el punto de vista moral, sólo los individuos o grupos sociales
que realizan determinados actos de un modo consciente y libre, pueden ser
juzgados moralmente.

Es muy certera la afirmación de Sánchez Vázquez cuando afirma que el


progreso moral se mide, por la ampliación de la esfera moral, esto es que la
moral regula las relaciones que antes eran regidas por normas externas, (el
derecho, la costumbre), ejemplo: el matrimonio forzoso.

Por el mayor grado del carácter consciente y libre de la conducta de los


individuos, de los grupos y por su mayor responsabilidad de ambos en su
comportamiento moral, cuando los intereses personales y colectivos tienen una
adecuada articulación y afinidad, es decir cuando existe una conjugación de los
intereses de cada uno con los de la comunidad, y que se logre el libre
desenvolvimiento de cada individuo y el libre desenvolvimiento de la
comunidad.

El progreso moral consiste pues, en la negación radical de viejos


valores, en la conservación dialéctica de algunos de ellos o en la incorporación
de nuevos valores y virtudes morales, sólo se da sobre la base de un progreso
histórico-social que condiciona dicha negación, superación o incorporación.

Niveles Metodológicos De La Ética:

Teorico-Normativo.

La tarea fundamental de la ética normativa es guiar la conducta para


determinar cuál es la mejor decisión entre las posibles de realizar en una
situación concreta. Indica al agente moral preocupado por su actuación cuál es
su deber y por qué su deber es ése. Para ello se estudian los valores y las
mejores formas de solucionar los problemas morales de la convivencia
humana. Hay que dejar en claro que no dice a las personas lo que deben hacer
o pensar acerca de lo que es bueno o malo, sino que trata de ajustar los actos
a ciertos principios éticos con fundamentación teórica.

De acuerdo con el normativismo, la ética no se propone comprobar lo


que es, sino determinar lo que debe ser. Ella se encarga de suministrar las
reglas y normas de conducta que han de seguirse. De esta manera la ética es
concebida como una especie de moral aplicada. Pero la ética está lejos deser
una moralaplicada, ya que esto llevaría a confundir la ética con la moral.
Además, si se considera a la ética como normativista, entonces jamás podría
ser ciencia, ya que los deberes y derechos que prescribe sólo son expresiones
de un determinado momento histórico.

Sin embargo, esto no significa que haya un abismo entre la teoría y la


práctica. Aunque la ética sea estrictamente teórica, esto no implica que sus
teorías no puedan tener consecuencias prácticas. La afirmación de que la ética
es una disciplina normativa no debe conducirnos a un error ya que, en términos
rigurosos, lo normativo no es propio de la ética misma, sino de su objeto.

La naturaleza normativa de los principios que estudia la ética trasciende


lo disciplinario. La ética es o puede ser normativa por cuanto al llevar a la
conciencia del hombre las directrices que orientarán su conducta, influye en las
decisiones de su albedrío, convirtiéndose inmediatamente en un factor
determinante de la acción humana.

La tarea fundamental de la ética normativa es guiar la conducta para


decidir cuál es la mejor decisión entre las posibles que se nos presentan, trata
de ajustar los actos a ciertos principios éticos con fundamentos teóricos, de
acuerdo a esto, se reafirma que la ética es teórica porque estudia un tipo de
experiencia humana y más específicamente el "modo de ser", lo moral del
hombre.

Sociológico.

Según Capella (2008), la ética social o pública trata de las acciones de


un ser humano, cuyos efectos directos recaen sobre la propiedad ajena.
Abarca las normas de comportamiento en convivencia, frente a los demás.

En tal sentido, la ética social permite toda relación beneficiosa para las
partes, prohíbe toda relación perjudicial para al menos una parte, y solamente
obliga al cumplimiento de los contratos libremente pactados. Un ser humano
puede participar o no en una relación libremente, de acuerdo a su voluntad,
respetada, o coaccionado. Así mismo, infiere que una persona se relaciona o
se abstiene de hacerlo voluntariamente cuando percibe un beneficio en su
decisión. Si una persona es forzada a relacionarse o se le impide violentamente
una relación, necesariamente sufre una pérdida, ya que lo que haría
voluntariamente es lo contrario de lo que se ve obligada a hacer. Sólo en una
relación voluntaria todos los participantes resultan beneficiados y ninguno
resulta perjudicado.
En toda relación violenta al menos una parte resulta perjudicada, no
obstante, en una situación binaria, la víctima es perjudicada por la agresión del
criminal, a diferencias, de una situación ternaria, una tercera persona puede
perjudicar a otras dos forzando o impidiendo una relación contra la voluntad de
ambas partes.

Según Stob (1982), la ética social se ocupa de la conducta moral de los


individuos así como de las realidades colectivas y super-individuales. Su
preocupación por el individuo es, sin embargo, de una clase especial; es
calificada socialmente. Contempla al individuo no meramente como la
personalidad centrada que es, no específicamente al que responde sin ninguna
mediación explícita al prójimo que, en su soledad o en su pluralidad
indeterminada, lo confronta directamente.

Así mismo, establece que es la rama de la ética cuyo objeto es el


establecimiento de las normas que rigen la conducta del individuo dentro de la
sociedad, tanto en relación con otras personas como con las instituciones. La
ética es la dimensión conductual racional de la moral y se piensa, que hoy la
moral no representa ya patrones sólidos y generalizados. Además, la
educación debe orientar al individuo sobre sus escogencias en la vida, debe
guiarlo hacia el uso de la cultura como un bien; y a la afinidad con su medio
ambiente, como medio para aumentar su calidad de vida.

En este mismo contexto, la ética social se instruye en normas y


principios morales de la vida colectiva en un ámbito institucional y no
institucional, no obstante, ésta establece el complemento necesario de la ética
individual, que considera el compromiso del individuo con respecto a los demás
y para consigo mismo.

Pensamiento Tomista, Kart, Utilitarismo, John Rawls.

Podemos decir que el pensamiento tomista se basa en buscar la


verdad mediante el conocimiento y la sabiduría. Este pensamiento proviene del
filósofo Tomás de Aquino.
Tomás de Aquino se preocupó de como los sistemas religiosos eran
involucrados en la sociedad. Se dice que se involucró mucho en la ciencia y
buscaba llevarla a los religiosos.

1. Trato sobre el verdadero concepto de Dios en la sociedad y como la economía


llevaba a la salvación.
2. Trato lo referente al tema del ser y como el hombre y el ser deben ser
totalmente uno.
3. Trato sobre el mundo y la ciencia, la forma en que ambas eran necesarias y
debían ser entendidas.
4. Finalmente hablo e intercedió por la metafísica y su relación con la realidad.

Utilitarismo

La doctrina utilitarista, concebida en la modernidad, pone su mirada no


sólo sobre las consecuencias devenidas de acciones individuales, sino
también, sobre el bienestar general producido por tal acción.

El consecuencialismo, como característica importante del utilitarismo en


su concepción distributiva, señala a la acción moralen referencia a sus
consecuencias sociales, esto es, el acto correcto en correlación a la
maximización del bien. El bienestarismo, por su parte, interviene en la métrica
distributiva del utilitarismo cuando afirma al acto moralmente correcto
relacionado directamente con el mayor beneficio proporcionado para la mayor
felicidad de un Estado.

Estos elementos se visualizan concretamente en las concepciones


clásicas sobre el utilitarismo. En efecto fue el filósofo inglés Jeremy Bentham
(2008) en su texto “Introducción a los principios de la moral y la legislación”
publicado en 1748 quien afirmó, en primer lugar, aquellos elementos cuando
propuso a un estado justo en relación a la felicidad del mayor número de
personas que conforman dicha comunidad.

Para este pensador el hombre feliz es aquel que cumplimenta el mayor


placer. Desde esta concepción el placer no sería visto como ausencia de dolor
o miedo, sino en relación con su intensidad, su duración, su certeza, su
proximidad, su fecundidad, su pureza y su extensión. De allí que para Bentham
el placer pueda ser evaluado cuantitativamente.

JOHN RAWLS

En 1971, John Rawls publicó su obra Teoría de la Justicia. El objetivo de


Rawls es combatir y superar el utilitarismo planteando que una teoría, por más
elocuente que sea, debe ser rechazada o revisada si no es verdadera y que lo
único que nos permite tolerar una teoría errónea es la falta de una mejor 2 . Sin
embargo, tampoco se plantea que su teoría es la más perfecta, sino que más
bien se asume desde el comienzo mismo que se trata de una teoría más y que
de ninguna manera es la única que prevalece, o que esté por encima de las
demás.

A grandes rasgos la teoría de Rawls considera que los principios de


justicia que son objeto de un acuerdo entre personas racionales, libres e
iguales en una situación contractual justa, pueden contar con una validez
universal e incondicional. Él mismo denominó a su teoría justicia como:
imparcialidad, apoyado en la idea de que solamente a partir de condiciones
imparciales se pueden obtener resultados imparciales. La imparcialidad de la
situación contractual a la cual él llama posición original se garantiza por un velo
de ignorancia que impide a los participantes del acuerdo observar y tener todos
los conocimientos particulares, entre ellos los relacionados con su propia
identidad y con la sociedad a la cual pertenecen. De este modo, se depura el
acuerdo de la influencia de factores naturales y sociales que Rawls considera
contingentes desde el punto de vista de la justicia, y a la vez se asegura el
tratamiento equitativo de las distintas concepciones del bien.

Rawls plantea que la idea principal del utilitarismo es que cuando las
instituciones más importantes de la sociedad están dispuestas de tal modo que
obtienen el mayor equilibrio neto de satisfacción distribuido entre todos los
individuos pertenecientes a ella, entonces la sociedad está correctamente
ordenada y es justa.
La principal crítica que Rawls hace al utilitarismo es su falta de respeto
por los individuos ya que en la versión más clásica, una persona no es
considerada como valiosa y digna de protección por derecho propio. En lugar
de ello es sólo una gota en el océano de la utilidad social general. Esto significa
que algunas veces tendríamos que aceptar niveles muy bajos de utilidad para
algunas personas si eso forma parte del esquema que maximiza la utilidad
total.

Rawls plantea que, al contrario de lo que ocurre con el utilitarismo, las


personas aceptan por anticipado un principio de igual libertad y lo hacen sin un
conocimiento de sus fines más particulares y convienen en adecuar las
concepciones de su bien a lo que requieren los principios de la justicia o, al
menos, en no insistir en pretensiones que los violen directamente. En palabras
de Rawls “Un individuo que se dé cuenta de que disfruta viendo a otras
personas en una posición de menor libertad entiende que no tiene derechos de
ninguna especie a este goce. El placer que obtiene de las privaciones de los
demás es malo en si mismo: es una satisfacción que exige la violación de un
principio con el que estaría de acuerdo en la posición original”.

Así pues, Rawls construye una teoría alternativa que da respuesta al


utilitarismo y, a la vez critica la falsedad detrás de los conceptos utilitaristas que
no necesariamente resultan éticamente correctos y que mientras apelan al
principio de mayorías, dejan fuera a muchos miembros de la sociedad (las
minorías por ejemplo) lo cual es contraintuitivo en las democracias liberales
modernas caracterizadas por el pluralismo.

La teoría de la justicia de Rawls se propone jugar un papel esclarecedor,


crítico y orientador de nuestro sentido de justicia, el sentido de justicia es
definido por Rawls como la capacidad moral que tenemos para juzgar cosas
como justas, apoyar esos juicios en razones, actuar de acuerdo con ellos y
desear que otros actúen de igual modo. Sin embargo este proceso se da a
nivel de los individuos en el marco de la sociedad y su estructura básica. A
continuación revisaremos brevemente estos conceptos.
Para el filósofo, la sociedad es una asociación más o menos
autosuficiente de personas que en sus relaciones reconocen ciertas reglas de
conducta como obligatorias y que en su mayoría actúan de acuerdo con ellas.
Estas reglas especifican un sistema de cooperación planeado para promover el
bien de aquellos que toman parte de él. Se trata de una empresa cooperativa
para obtener ventajas mutuas, caracterizada por el conflicto y la identidad de
intereses.

El conflicto surge de la diversidad de los intereses enfrentados de


individuos que desean los mayores beneficios posibles en tanto éstos son
medios para alcanzar sus propias metas, y la identidad tiene que ver con el
reconocimiento de que la cooperación posibilita un mejor modo de vida que el
que tendríamos si tuviéramos que valernos solamente de nuestros propios
esfuerzos.

El objeto primario de la justicia es la estructura básica de la sociedad, o


sea, el modo en que las grandes instituciones sociales distribuyen los derechos
y deberes fundamentales y determinan la división de las ventajas provenientes
de la cooperación social. Por grandes instituciones, Rawls entiende la
constitución política y las principales instituciones económicas y sociales
(protección jurídica, competencia mercantil, propiedad privada, familia
monógama). Las grandes instituciones definen los derechos y deberes del
hombre e influyen sobre sus perspectivas de vida. El concepto intuitivo de esta
estructura básica de la sociedad es que contiene varias posiciones sociales y
que los hombres nacidos en posiciones sociales diferentes tienen diferentes
expectativas de vida. Determinadas tanto por el sistema político como por las
circunstancias económicas y sociales.
CONCLUSIÓN

Las normas jurídicas en las que el Derecho vigente se encuentra


plasmado, se expresan mediante el lenguaje, pero éste, al prescribir una
norma, puede ser obscuro o dudoso, puede tener un trasfondo doctrinario o un
sentido técnico, etc., en fin, puede a primera impresión expresar no
precisamente la voluntad del legislador, de repente no con exactitud y
probablemente hasta ni siquiera cercanamente puede no contener la intención
que éste tuvo para sancionar la norma. Los hechos, a su vez, pueden ser tan
variados y diversos que no se dejan prever total e inequívocamente por las
normas jurídicas.

Así como el lenguaje muchas veces puede no ser claro, las normas
jurídicas, por tener que valerse del elemento lingüístico para expresarse, no
escapan a esta posibilidad, a lo que contribuye la diversidad de los hechos. La
doctrina, sin embargo, es casi unánime en considerar que al interpretar no
estamos solamente ante una mera posibilidad de falta de claridad en el texto de
la norma, puesto que la interpretación de las normas siempre está presente al
momento de aplicar el Derecho.

Solo a través de las normas jurídicas se podrá aspirar, con la mayor


expectativa de éxito, a encontrar la más definida voluntad de la ley para la
solución del caso concreto que se quiere resolver mediante la aplicación del
Derecho.

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