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Santa Cruz, seis de febrero de dos mil veinte.

VISTO, OIDO Y CONSIDERANDO:


PRIMERO: Que, doña MARIA JOSE SALAS SALAS, chilena, trabajadora,
domiciliada jose arrieta N° 5931, comuna de Ñuñoa, interpone demanda en
procedimiento de aplicación general, demanda indemnización de perjuicios por
accidente de trabajo en contra de su empleador FABIAN VALENZUELA MUÑOZ,
cedula de identidad número 13.571.572-7, domiciliado en pataguilla lote 3,
comuna de Santa Cruz, y en régimen de subcontratación en contra de AGRICOLA
LC LIMITADA, Rut 76.620.888-6, representada legalmente por VICENTE
LARRAIN CORREA, cedula de identidad número 10.680.012-K, ambos
domiciliados en el pregon 8 alto de zapallar, comuna de Curicó, por las siguientes
razones de hecho y de derecho que a continuación expone:
Señaló que, en la ciudad de Santiago, con fecha 11 de febrero de 2019,
inició relación laboral con la empresa Fabian Valenzuela Muñoz, prestando
servicios, de acuerdo al contrato de trabajo suscrito entre las partes, como
“cosechera”, en el fundo santa ROSA ubicado en la comuna de Rio Claro. La
remuneración mensual consistía en un sueldo base colación y movilización. -,
cuya suma ascendía a $700.000.
Agregó que con fecha 23 de febrero 2019 a eso de las 7:15 AM, estaba
comenzando a ejercer sus funciones de cosechera, por lo que mientras se
cambiaba de hilera, para lo cual tenía que pasar por un costado del camino,
instante en el que de forma sorpresiva el tractor estaba retrocediendo en el
mismo sentido y la pisa. Conductor no la visualiza y ella tampoco ya que la tractor
venia muy rápido retrocediendo y muy encima en la orilla que la empuja con la
pluma y pasa sobre su pie derecho dos veces, sufriendo aplastamiento que le
provoca: 1) fractura cerrada de segundo metatarsiano derecho; 2) luxofractura de
lisfranc cerrada derecha; 3) fractura de tobillo bimaleolar cerrada derecha.
Producto de ello ha sufrido una serie de secuelas físicas derivadas de las
ausencias de medidas de seguridad que su empleador y mandante
negligentemente omitió, pues no la capacitó, no superviso la ejecución, no le
entrego medidas de seguridad no le indico protocolos de seguridad,
encontrándose actualmente con depresión, dolor crónico, pérdida de fuerza.
En cuanto a los daños, señala que le ha cambiado radicalmente la vida. Sus
perspectivas y proyecciones se han visto torcidas producto de un accidente que
jamás espero ocurriera, pero que es de responsabilidad exclusiva del demandado.
Actualmente enfrenta actualmente una situación crítica que no solo comprende
aspectos médicos y de lesiones permanentes, sino que también se ha
comprometido gravemente su situación económica y social, toda vez que jamás
podrá volver a trabajar en actividades como la que desempeñaba a la fecha del
accidente.

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Expreso que ha sido víctima de un perjuicio de agrado, ya que las lesiones
le han privado de diversas satisfacciones de orden social y mundano que
normalmente benefician a una persona de acuerdo a su edad y condición, no
puede sujetarse en su pie, se encuentra impedida de desenvolver o desplegar
fuerza, caminar normalmente, cojea, no puede hacer deporte, tiene dificultad para
desplazarse. Además, ha sufrido perjuicio estético, lo que repercute
negativamente en el ámbito social y afectivo-emociona, al tener unas cicatrices en
sus pies, inflamación. Y además sufrió un perjuicio psicológico al estar en
depresión por la situación vivida, en que tiene pesadillas, traumas del accidente
como se acreditara en su oportunidad.
Indicó es una trabajadora que cumple con todas las obligaciones que le
impone su contrato de trabajo, mientras su empleador ni siquiera obedece a las
más mínimas. En tal sentido han resuelto nuestros tribunales: “En el cumplimiento
de la mencionada “obligación de seguridad” que afecta al empleador, que se
encuentra ínsita en toda relación laboral, éste debe actuar con la máxima
diligencia”, por lo tanto, los daños producidos producto de la omisión de la
obligación de seguridad que tiene el empleador, no pueden sino imputársele.
Asimismo, los daños derivan, de modo directo, del incumplimiento en sus
obligaciones del empleador, en especial de su obligación de seguridad, si éste
hubiese cumplido con sus obligaciones, otorgando las condiciones necesarias
para que el trabajador no se viera expuesto a las situaciones innecesarias de
riesgo de accidentes, entonces no estaría el demandante sufriendo las
consecuencias, físicas y psicológicas, a las que se ha visto expuesto.
En cuanto a la culpa del empleador y del mandante, señalo que la acción
desplegada por las empresas demandadas es definitivamente culpable. En materia
laboral la culpa es levísima al tener que ser eficaz. Los demandados infringieron
un deber de cuidado en los términos del artículo 183 letra E del Código del
Trabajo, consistente en: 1) No establecer protocolos de seguridad en la
conducción de tractor; 2) Conductor no aviso ni alerta a trabajadores sobre el
tránsito de tractor en retroceso. Iba sin atención a las condiciones del camino,
rápido y encima de la orilla no por el medio; 3) No le entregaron elementos de
seguridad a la trabajadora como zapatos de seguridad; 4) No hubo capacitación
de la trabajadora sobre los lugares transitables del campo; 5) No hubo supervisión
de un capataz en el manejo de un tracto.
En cuanto al nexo causal, corresponde a la relación o vínculo de causalidad
entre el hecho culpable y el daño producido. Esta relación causal está presente
cuando el hecho —doloso o culpable— es la causa directa y a la vez necesaria del
daño, es decir, cuando sin él éste no se habría producido. En este caso, sólo una
es la causa que ha producido los daños descritos en el número anterior, a saber,
la acción negligente en que incurrió el empleador, que como ya se señaló fue la
de a ordenar a un trabajador sin entregar medidas de seguridad, no capacitarlo ni

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indicarles los riesgo de sus labores, ni supervisarlas labores antes indicadas. Si
nada de aquello hubiera ocurrido mi representado no habría sufrido un accidente,
y hoy no tendría que soportar para todo el resto de su vida ningún tipo de
secuelas.
En cuanto a la subcontratación, la actora fue contratado como “cosechero”
por su ex –empleador, la empresa Fabián Valenzuela Muñoz contratista la que
tenía también una relación contractual con la empresa principal Agricola Lc
Limitada, por lo que se trata de un trabajo en régimen de subcontratación la cual
plantea que la empresa principal contrata a través de un acuerdo civil o mercantil
un determinado servicio a una empresa contratista o subcontratista, en base a un
precio, plazo y modalidad de ejecución. En síntesis, se externaliza la función que
en principio le corresponde a la empresa dueña de la obra. Según nuestra
legislación la empresa principal responde de manera solidario de las obligaciones
laborales y previsionales respecto a sus contratistas y sub contratista salvo que
aquella haya hecho valer sus derechos relativos a información y retención de las
prestaciones pecuniarias que deba a favor de éstas últimas. Por último, sus
requisitos son: 1. Que el dependiente labore para una persona natural o jurídica
denominada contratista o subcontratista que ejecute labores habituales; 2. Que la
empresa principal sea la dueña de la obra, empresa o faena en que se desarrollen
los servicios o se ejecutan las obras. 3. Que exista un acuerdo contractual entre el
contratista y la empresa principal dueña de la obra o faena, conforme al cual
aquél se obliga a ejecutar, por su cuenta y riesgo obras o servicios para esta
última. 4. Este requisito exige la existencia de un acuerdo contractual entre
contratista y empresa principal, en virtud del cual la primera se obliga a ejecutar
para le segunda, obras o servicios en las condiciones analizadas en los puntos
anteriores. Que las señaladas obras o servicios sean ejecutadas por el contratista
con trabajadores de su dependencia, vale decir, la prestación de los servicios de
los trabajadores del contratista debe ejecutarse bajo vínculo de subordinación y
dependencia respecto de éste. Cumpliéndose estos requisitos entre las relaciones
de las demandadas.
En cuanto al daño moral, se remite a lo ya indicado, y agregó que en el
derecho chileno es indiscutible la procedencia del daño moral cuando deriva de
un accidente del trabajo. En efecto, el articulo 19 nº 1 inc. 1 y el 4 de la
Constitución Política de la República, en relación con el artículo 69 de la Ley
16.744, reconocen expresamente el derecho a tal clase de indemnización. Que la
ocasión de este tipo de accidentes producidos por la conducta y actuar negligente
del empleador, provoca a los involucrados un impacto y temor que alteran
irreversiblemente el pacífico estado emocional de las personas, especialmente
cuando el culpable no presenta señas ni de arrepentimiento, ni de ánimo de
reparar el daño ocasionado. Al respecto, se ha definido por la doctrina el daño
moral como: “la molestia o dolor, no apreciables en dinero; el sufrimiento moral o

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físico que produce un determinado hecho”, y por la jurisprudencia como: “el
sufrimiento o aflicción psicológica que lesiona el espíritu y se manifiesta en
dolores e inquietudes espirituales y pesadumbres.” La Ley admite la
indemnización de este tipo de daño , tal es la tesis unánime de la doctrina y
jurisprudencia , respaldada por varios preceptos del Código Civil , como son el
articulo 2314 y 2329 , que hablan de que debe repararse “ todo daño”, sin hacer
distinción de la naturaleza patrimonial o moral; el art.2317 que se refiere a “ todo
tipo de perjuicio” ; el art. 2331, al regular las imputaciones injuriosas se limita a
la reparación del daño patrimonial, de lo que se deduce que la regla general no es
solo la indemnización de daños evaluables en dinero. Acordando la existencia del
daño, la carga probatoria recae en el monto, en el caso de aquellos daños morales
que acarrean perjuicio económico, como es el gasto médico o farmacéutico. Sin
embargo, con respecto al daño moral, el cual es puramente psicológico y
emocional, queda atribuido de la facultad de constatarlo y avaluarlo, pudiendo o
no estar de acuerdo con la apreciación de esta parte, considerando que, como
víctima, no solo debió padecer el shock emocional por el hecho sino también el
dolor y sufrimiento que produjo la y sus molestas secuelas, lo que repercute
directamente en su familia al ver el sufrimiento provocado por el accidente, todo
lo cual hemos relatado en el presente libelo. Por todo lo ya expuesto, es que
demandan la suma de $100.000.000 (cien millones de pesos), por concepto de
daño moral. En subsidio, demando por este concepto, la suma mayor o menos
que, se determine de acuerdo a la equidad, justicia y conforme al mérito del
proceso.
En cuanto al lucro cesante, que es la diferencia, en este caso, entre la
entidad del patrimonio de la trabajadora tal como estaba al momento de
producirse el accidente laboral y el que tendría por medio del aumento que no se
ha realizado por causa directa de dicho accidente, y que, sin él, ciertamente se
hubiese obtenido o logrado. Solicitando que se cuantifique en relación a la merma
en la capacidad laboral, en relación a sus ingresos pronosticados de lo que resta
de su vida laboral (considerando la norma de jubilatoria por vejez). Teniendo
presente, que el monto de la remuneración de mi representado se calcula en el
promedio de $ 700.000 pesos mensuales imponibles, multiplicado por doce (para
obtener la remuneración anual) lo cual da un total de 8.400.000 y teniendo
presente que su expectativa remuneracional futura se puede ver afectada en un
30 %,por incapacidad que esta parte estima y teniendo solo 30 años faltando 30
años para los 60 se demanda por este concepto la suma de $80.640.000, en
subsidio de lo anterior, demando por este concepto, la suma mayor o menor que
se fije en justicia y equidad, de acuerdo al mérito de autos.
Finalmente solicitó, tener por interpuesta demanda en procedimiento
ordinario, por indemnización de perjuicios por accidente del trabajo en contra del
empleador declarando el régimen de subcontratación con AGRICOLA LC LIMITADA

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declarando la culpa de los demandados en el accidente de fecha 23 de febrero
2019 padecido por el trabajador, declarando la existencia de los perjuicios,
condenándolo al pago de una indemnización de perjuicios por accidente laboral
de forma solidaria- en subsidio de forma simplemente conjunta o
mancomunada-, por un monto de $ 100.000.000.- por concepto de daño moral,
y lucro cesante por 80.640.000 más reajustes, intereses y costas o lo que se
estime justo.
SEGUNDO: Que, compareció don PATRICIO EYZAGUIRRE URETA,
abogado, en representación convencional, del empleador directo don FABIAN
ANTÓNIO VALENZUELA MUÑOZ, técnico agrónomo, ambos con domicilio, para
estos efectos, en calle Carmen 752, oficina 801, Curicó, contestando la demanda
deducida por doña MARIA JOSE SALAS SALAS.
Señala que niega y controvierte todos los hechos de la demanda, salvo
aquellos que reconoce expresamente. Como son que la relación laboral comienza
con fecha 11 de febrero de 2019, y que la remuneración pactada por contrato era
de la suma de $288.000.- como sueldo base, más gratificación legal. A ello
debían agregarse en su caso, horas extras que hubiere lugar conforme anexo de
contrato firmado por las partes. Ella fue contratada por temporada agrícola
sometiéndose el contrato a las disposiciones especiales sobre la materia del
Código de Trabajo, y su duración estaba supeditada a la duración de la obra o
faena específica para la cual se le contrata esto es: cosecha de manzana variedad
royal gala. Ello debía desarrollarse únicamente en Huerto Farías Agrícola Lc. Así lo
señalado sobre algún huerto denominado Santa Rosa de la comuna de Rio Claro
es falso.
En cuanto al accidente que denuncia ocurre precisamente por
incumplimiento del reglamento interno y las instrucciones de encargados de
Seguridad y prevencionistas del caso. La demandante señala que, a eso de las
07:15 am estaba comenzando a ejercer sus funciones de cosechera, “…estaba
cambiándose de hilera, para ello tenía que pasar por un costado de camino, de
esta forma se cambia de forma sutil por costado del campo, sin embargo de
forma sorpresiva el tractor que estaba retrocediendo en el mismo sentido la pisa,
el conductor no la visualiza, y ella tampoco ya que el tractor venia muy rápido
retrocediendo y muy encima en la orilla que la empuja con la pluma y pasa sobre
su pie derecho dos veces sufriendo aplastamiento que le provoca daños que
detalla…” Que la hipótesis que plantea la actora es improbable, no hay, conforme
a los antecedentes de la empresa y testigos del lugar, con más investigaciones de
comité paritario, otra explicación como causa del accidente que la imprudencia e
incorrecta operación por parte de la cosechera. Es falso que la trabajadora se
estuviera desplazando cuando es alcanzada por la pluma del tractor, ya que el
tractor que opera en ese campo circulaba con la velocidad adecuada a la cual
están acostumbrados los trabajadores, la trabajadora demandante ni siquiera se

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había propuesto cambiar de hilera cuando ocurre el accidente. La cosechera se
estaba cambiando de planta, es decir, que habían sacado toda la fruta que podía
en un árbol y luego pretendía trasladarse a otro manzano dentro de la misma
hilera para proceder a la cosecha. Lo hacía portando su capacho, que es la bolsa
especial que les suministra el huerto o el empleador, para tomar las frutas del
árbol y luego depositarlas en un Bins. Es en esta operación, más precisamente, al
descender de la escalera, es que existió error de la cosechera. En efecto, la
cosechera desciende de la escalera, con el Capacho puesto en frente de ella en
lugar de mantenerlo al costado de su cuerpo como se les recomienda por
supervisores y prevencioncitas en el lugar de la faena. Ello por cuanto el ángulo
de la escalera con respecto al cuerpo del operario agrícola en su parte inferior, y
en ese momento del descenso de ella, se ve reducido y por demás, al interponer
el capacho, se introduce un elemento de roce y separación, un obstáculo que
afecta la estabilidad del trabajador, cuyo es el caso. La trabajadora al descender
de la escalera, como observan sus compañeros de trabajo, y lo informan al tiempo
de la investigación preliminar del accidente, llevaba mal puesto el capacho y con
ello en el penúltimo escalón desestabiliza su cuerpo y se ve obligada a apoyar pie
en suelo a pesar de que operaba tractor cerca de ella. Es aun sabiendo que estaba
tractor operando cerca suyo que ella desciende, y lo hace desde el penúltimo
escalón, el cual se sitúa a más menos 50 0 60 cm del suelo, razón por la que el
paso atrás es bastante separado de la hilera y con ello entra el pie de la
trabajadora al área de operación de tractorista. A eso se suma un elemento
distractor que aumenta las condiciones de riesgo, cual es el uso indebido de
audífonos. Las trabajadoras cercanas observaron que la demandante tenía
puestos sus audífonos y escuchaba música mientras trabajaba, así estaban
disminuidas sus posibilidades de escuchar el tractor que operaba cerca suyo,
razón por la cual se produce el encuentro de su pie con el carro de tractor que
finalmente la aplasta. El tractorista no tenía responsabilidad según informes, pues
el operaba en condiciones normales, pero la trabajadora cometió dos errores de
gravedad: mal empleo de capacho en escalera, descenso por desestabilización, y
apoyo de pie en lugar donde opera tractor, todo ello usando audífonos y
escuchando música. Estas condiciones son las que se presentan como elementos
desencadenantes y necesarios para el accidente. Nótese que ningún otro
accidentado ha resultado en ese campo por aplastamiento de tractor o atropello.
Que se desconoce la entidad de los daños que esta demandante sufre así
como su efecto en la capacidad motora de ella, como en la capacidad para auto
desplazarse, lo que deberá probar la demandante, como también la entidad del
daño moral.
Que el demandante señala que es culpable la empresa demandada por: 1)
no establecer protocolos de seguridad en la conducción de tractor, lo que es
falso, ya que, estos existen y están dados por DS 549; 2) Que el conductor no

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avisó ni alerta a trabajadora sobre tránsito de tractor en retroceso. Señala que iba
rápido, desatento, y en la orilla y no por el medio de las hileras. Ello es falso, el
tractor esta cerca de ambas hileras de manzanos pues los espacios entre matas e
hileras son los mínimos aconsejados por la técnica agrícola, para obtener máximo
provecho del suelo cultivable y permitir desenvolvimiento de maquinaria agrícola.
Esto determina la distancia que hay entre estas plantas y por donde
necesariamente deben estar situados el cosechero y el tractor; 3) Alega que no se
le entrega elementos de Seguridad. Ello es falso. Hay anexo de contrato que lo
demuestra; 4) Que no existió capacitación de trabajadores sobre lugares
transitables en campo. Falso, hay información entregada de manera oportuna a
trabajadores sobre desplazamiento seguro en campos y huertos y otras
circunstancias; 4) Ausencia de supervisión de un capataz en el manejo de un
tractor en retroceso. Ello es falso. El huerto maneja supervisores que están a
cargo del movimiento del tractor pues están además contabilizando bins y tareas
de cosecha para su posterior pago a cada cosechero.
Que en cuanto a las prestaciones demandadas debemos decir que: Se
demanda daño Moral que la actora fija en la suma de $100.000.000, y lucro
cesante, que pide se fije “…por la merma de capacidad laboral…” en relación a
sus ingresos pronosticados, de lo que le resta de su vida laboral, y pide por este
concepto la suma de $80.640.000.- Ello porque calcula sobre la base de la
remuneración mensual de $700.000.- que alega era su ganancia. Lo cual es falso.
Pero insiste en que su expectativa de ganancia futura se puede ver afectada en un
30%, lo que sumado a sus sólo 30 años de edad, le restan aun 30 años de trabajo.
Diremos sobre el tema que para tener 60 años de edad primero se debe estar
vivo, y la condición de sobrevivir es imprecisa y se funda más bien en una
aspiración de toda persona, pero que no es legítima para la sede en que nos
encontramos pues nadie tiene la vida asegurada. No es posible afirmar, sino sólo
presumir que se puede vivir una cantidad determinada de años, pues la fragilidad
del ser humano es cuestión que ni siquiera requiere de prueba, y a ello se le
suman contingencias que toda persona experimenta como cesantía, estabilidad
en el empleo, cuestiones climáticas, incluso los problemas actuales que enfrenta
el país, en donde hay violencia desatada contra todo y todos, de la que resultan
lesionados incluso los simples transeúntes ajenos a marchas y desmanes, además
incluso aquellos con plenas facultades físicas y excelente cualificación profesional
tienen que vivir en el desempleo, ello es una realidad. Así que la pretensión de la
actora de que le quedan 30 años de pleno y efectivo empleo, y que estos son
desmejorados por culpa del demandado es falso y deberá probarlo, lo que parece
imposible. Por otro lado como, la capacidad física disminuida, si es que tal cosa
existe en el caso de la demandante, de manera permanente, no es motivo de
pérdida de capacidad laboral necesariamente. Así lo afirmado, como sustento de
la indemnización de lucro cesante es falso. Incluso si se piensa que hay un gran

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número de personas que contando con salud física, sin disminución de capacidad
motora que, simplemente no trabaja, o que prefiere trabajos de poca
remuneración o informales o que simplemente no encuentra trabajo acorde a sus
pretensiones de ganancia.
Opone como excepción o defensa la culpa o negligencia del propio
demandante. El descuido de la actora en su desenvolvimiento y el incumplimiento
de los deberes impuestos por reglamento interno como el auto cuidado. La actora
ha mostrado desenvolvimiento contra reglamento interno, pasando por alto las
advertencias de encargado de seguridad del empleador, y las charlas e
inducciones sobre desarrollo de faena y accidentes del trabajo de prevencioncitas
de la empresa. Y que se ha dado cumplimiento al artículo 184 y 184 bis del
Código del Trabajo por parte del empleador. En efecto, aparece que la actora con
actitud descuidada ha trabajado poniéndose en la situación que le perjudicó, pero
que sin estas circunstancias no se habría producido accidente.
Que la trabajadora demandante ha hecho mal uso de herramientas de
trabajo, ha usado elementos distractivos y prohibidos, durante la jornada laboral
aumentando los riesgos que al actividad agrícola a campo abierto supone y con
ello ha facilitado la producción del resultado dañoso. Ella ha usado mal el
elemento “capacho”, pues lo ocupa de frente con carga de manzanas y luego usa
mal también la escalera, pues al descender de ella se debe proceder con el frente
del cuerpo libre entre ella y la escalera, así se supone que debe hacerlo; no
obstante, ella interpone entre estos dos elementos (cuerpo-escalera) el capacho,
el cual con su volumen agrega una exigencia de mayor separación entre su tronco
y extremidades y la escalera, lo que la desestabiliza en los últimos peldaños y la
obligan a poner pie atrás, para pisar en donde está operando un tractor con carga
y con ello, se expone de manera imprudente a un peligro del todo evitable.
Todos los demás trabajadores, con las mismas charlas, con la misma
preparación, pero con la adecuada postura de capacho y uso de escalera salieron
en esa jornada, y en esa faena de temporada libres de accidentes. Sólo ella se
accidenta, ello debe sin dudas despertar el interés del Tribunal en orden a
entender que hay más elementos en juego que determinan el resultado
denunciado, y que son causas de igual importancia, más que la sola presunción
de culpa del empleador. En este caso, el auto cuidado es un elemento vital en la
ausencia de accidente o en la existencia de ellos. Si pensamos, que un trabajador
se le prepara e informa sobre riesgos y se le hace entrega oportuna de EPP y
capacitaciones pero este decide, por ejemplo, suicidarse, colocándose delante de
un vehículo en movimiento en alta velocidad de manera de ser arrollado. No habrá
manera de ser salvado de ese accidente. Ello por cuanto el auto cuidado falló. La
idea de preservación de la salud por el propio actor es condición de vital
importancia para que, existiendo esta, luego sean otros los elementos, los que
determinen la ocurrencia de accidente. Así como advierte el demandante la causa

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adecuada para la producción de accidente bien puede ser la falta de debido
cuidado del empleador o bien la exposición imprudente y temeraria del trabajador
a los peligros que cada actividad con lleva. En cada caso habrá que probar la
debida diligencia. Por nuestra parte, hemos cumplido con los requerimiento
legales y contractuales sobre la materia, por ello podemos afirmar con toda
justeza que hemos empleado una actitud efectiva de cuidado destinada a evitar la
producción de accidentes. En la faena sólo existen dos accidentes, ambos de este
preciso juicio. Ningún otro hemos conocido en los años que prestamos servicios a
huertos y campos en faenas agrícolas.
Que prueba de la responsabilidad de la propia actora, en el resultado que
dice es dañoso, es la propia DIAT de fecha 23 de febrero de 2019 aparece que “…
ella menciona que se encontraba cosechando manzanas, desciende de la escalera,
desde el segundo peldaño y una rueda del carro del tractor la pasa a rosar en el
pie, en el momento que retiraba los bins…” Con lo expuesto por la trabajadora a
la ACHS en la DIAT, se puede apreciar que el descenso de la escalera resultó
irregular. Ello por cuanto está previsto que la escalera sea abandonada, por el
último peldaño, y que luego sea un pie tras otro que abandonen el último peldaño
para conectar suelo. Pero la altura desde la que desciende la actora es favorable a
la producción de accidentes por caídas de distinto nivel. Como lo complementa
informes de investigación de accidente, otros trabajadores visualizan el descenso
de escalera de la actora portando de mala manera el capacho, lo que coincide con
su declaración en DIAT, pues es la razón por la que debe acudir a esta bajada
irregular de escalera por desequilibrio inducido por este cuerpo extraño que es el
capacho.
Ella nunca ha dicho que el tractor le moviera escalera y por ello callera. No
ni mucho menos. Es desequilibrio lo que la lleva a bajarse de esta forma,
compensando movimientos y queriendo instintivamente mantenerse de pie, con
ello ha dado un paso largo atrás, evitando la caída pero se ha puesto en la
trayectoria de tractor que pasa por el lugar retirando Bins. Con lo hasta aquí
expuesto, aparece claro que el accidente no se produce por otro motivo. No se
trata del recorrido del Tractor ni de su velocidad pues a nadie más afectó esta
circunstancia, y en el área de trabajo siempre hay más de un trabajador, y nadie
más resultó afectado.
Por otro lado, el Tractor cargado con bins no puede desplazarse por suelos
irregulares como los son los plantíos, a velocidades excesivas, sin hacer peligrar
junto a las personas, la producción misma, razón por la cual está prohibido tal
desplazamiento. Otro tanto es que en caso de vehículo desplazándose por los
pasillos entre matas de manzanos, por razones de espacio, sólo transitan por
estos no lo hacen por otra zona. Son los trabajadores los que deben acercarse con
cuidado al bins y descargar su capacho. No es el Tractor el que se acerca a cada
cosechero a recibir frutos.

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Que aparece de investigación de accidente, evidencia de que la actora a
más del mal uso de elementos de trabajo y operación de capacho con escalera, se
encuentra en riesgo mayor de accidente por causa de desatender las instrucciones
sobre cuidados en la faena dada por empleador. En efecto, ella es sorprendida al
momento del accidente por trabajadora contigua, que estaba con audífonos
escuchando música, con lo que disminuye su atención y a los avisos del
tractorista sobre su paso, por lo que el resultado se habría evitado con un mínimo
cuidado de parte de la actora. Si esta hubiera estado atenta a la faena, con sus
capacidades auditivas en condiciones normales para percibir ruido ambiental,
propio del vehículo a combustión, como lo es el tractor, y operando como se debe
sus elementos de trabajo, el resultado no se habría dado. Ello es posible afirmarlo
desde que los demás cosecheros no experimentan este accidente, pues trabajan
en las mismas condiciones ese día en ese lugar. Es decir, que frente a un mismo
riesgo, la diferencia estuvo en el aporte de “auto cuidado” que hace el trabajador,
lo cual en la especie no estuvo presente.
Que es falso, como hemos dicho, que el campo no cuente con señalética y
advertencias sobre, cual es la parte que pueden transitar el trabajador cosechero,
y cuál es la parte del huerto expuesta a tránsito de vehículos de carga y estiva y
traslado de frutas a proceso. El huerto contempla tales señaléticas, y se capacita a
trabajadores antes del inicio de faena, y durante cada jornada de la forma que se
dirá.
Que, sobre el empleo del debido cuidado, el empleador, cumple con
mantener contrato de trabajo y pago de cotizaciones legales al día. Cumple con
mantener al día información sobre accidentes laborales y cumple con mantener
reglamento de higiene y Seguridad. Efectivamente, hace periódicamente
capacitaciones, charlas de inducción diarias, y semanales por medio de sus
supervisores y persona encargado del área de prevención. Cuenta con
prevencioncita de riesgo en terreno que periódicamente concurre a los huertos a
capacitar a trabajadores en cada obra o faena sobre correcto uso de EPP, sobre
prevención de riesgos, sobre correcto uso de herramientas de trabajo y cómo
actuar frente a accidentes de trabajo. Además del traslado por huerto, riesgos de
caídas de mismo o distinto nivel, uso de escaleras herramientas y otros elementos
para la faena de que se trate. Se advierte de la prohibición de uso de elementos
distractivos.
Que la trabajadora demandante efectivamente recibe capacitación sobre ley
16.744. Es decir que hay cumplimiento de un deber impuesto por ley, entiéndase
artículo 184 del Código del Trabajo y reglamentos sobre seguridad en el trabajo y
condiciones de salud previstas por la autoridad, y demás reglamentos sobre la
materia, lo que denota preocupación del empleador sobre el evitar accidentes
laborales.

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Por otro lado, hay un programa de prevención de traumas musculo
esqueléticos para trabajadores con faenas de movimientos repetitivos que se
realiza por supervisor encargado de prevención y prevencioncita en terreno con
charlas y capacitaciones en terreno de manera permanente. Que además la
empresa demandada tiene y mantiene comité paritario los cuales se encargan a
través de sus delegados de la supervisión del desarrollo de la faena con el uso
adecuado de herramientas, Epp, y aplicación efectiva del auto cuidado del
trabajador para evitar accidentes. Existe reglamento interno el que es puesto a
disposición de cada trabajador, como es el caso de la actora quien firma anexo
dando cuenta de la efectividad de este hecho, y que contempla expresamente el
deber del trabajador de usar elementos de protección. Art. 22 letra L) el cual
forma también parte del contrato de trabajo. También se refiere a los factores de
riesgo que envuelve cada actividad y a las actividades de prevención de estos
riesgos, las cuales son reforzadas, no son letra muerta, sino que puestas en
movimiento por actividad constante y permanente de monitoreo del encargado de
Prevención de Riesgos, y del Prevencioncita externo contratado por el empleador,
como por comité paritario. Es decir, que hay actividad permanente y constante de
la empresa destinada a evitar accidentes, y si aluno hubiere, este se debe a otras
causas que a la falta de cuidado del empleador. Esta empresa cuenta dentro de
sus estándares de exigencia, con un plan de prevención de riesgos, puesto en
marcha por sus encargados y prevencionistas, cumpliendo con informar sobre
riesgos.
Se exige además a los trabajadores compromiso con el socorro de
trabajadores accidentados, por eso es que hemos reaccionado siempre de manera
adecuada ante accidentes y no hemos ocultado su ocurrencia como es sabido se
hace por otros empresarios.
Que el departamento de prevención de riesgos mantiene registro de que
hay oportuna advertencia de riesgos y peligros en el tránsito por los campos o
huertos donde se desarrolla la faena propiamente tal y que se entregan los EPP. Se
advierte de manera diaria a Trabajadores sobre la obligación de usarlos so pena
de no admitirlos en la faena. Se les prepara para reaccionar frente a accidentes,
como ha quedado demostrado, en donde los empleados y supervisores han dado
pronto aviso a empleador y este a la ACHS del acaecimiento de accidente, y se
realiza capacitaciones en forma previa a la faena.
En el caso del demandante, en nuestros registros aparece que el día 23 de
febrero de 2019 a las 07:15 am. ocurre accidente, y que según informes e
investigaciones realizadas, aparece que la causa del accidente es descenso
irregular de la escalera por parte de trabajadora habiendo además una
condicionante la existencia de elemento distractivo, pues trabajadora estaba
escuchando música. Esto ha sido oportunamente informado a la trabajadora, tal y
como consta de “formulario de Trabajo seguro” como un elemento de riesgo y lo

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ha desatendido procediendo con conocimiento de estar vulnerando las normas
sobre trabajo seguro de la empresa y por ello es que el accidente se presenta.
El auto cuidado el que con la conducta desplegada por la actora claramente
estuvo ausente y con ello se presenta accidente pero que en ningún caso puede
determinar responsabilidad del empleador. Por ello debe ser absuelto de toda
culpa y desechar demanda.
En cuanto a los montos demandados, se remite a lo ya señalado sobre
estos puntos, solamente agregando que ellos aparecen desproporcionados y que
por su cuantía parecen estar en la línea de paliar el dolor por perdida de miembro
importante más que por perdida de capacidad de trabajo o incluso parecen
referidos a compensar dolor sin que importe la condición física en sí.
Que el daño moral alegado, está fundado en el pesar que provoca la
existencia de desfiguración por causa de cicatriz expuesta, y que al parecer ella
desmejora la imagen de la actora. Esta situación no la comparten, puesto que la
tesis propuesta por la actora habría que extrapolarla con situaciones donde
habiendo cicatriz no hay daño moral, como por ejemplo, en caso de embarazo o
cesárea, en este caso, el mismo efecto, el de incomodar a quien presenta cicatriz,
solo que por distinta causa, no lleva aparejada necesariamente un descrédito o
detrimento de la imagen. Pero en el caso de marras, hay sólo de momento una
cicatriz que es lo evidente, lo que se advierte de las intervenciones practicadas a
la demandante por médicos, las que tendrán su evolución a la mejoría como es
presumible, pero sobre la perdida de movilidad, disminución de capacidad de
trabajo ellas no son por si solas presumibles y requieren de prueba, y que ellas,
sean evaluadas una vez que se agote el periodo de recuperación y rehabilitación;
por todo ello, es que los fundamentos de pedir indemnización altas como han
sido propuestas, son poco creíbles en nuestro entender. Por estas
consideraciones, creemos que resulta contra lógica las tesis sobre que se basan
las solicitudes de indemnizaciones y los montos pedidos.
En cuanto a la subcontratación, corresponde al demandante probar su
existencia, y la responsabilidad sobre las obligaciones que determine el Tribunal,
en caso de acoger demandas. Debe recordarse que no toda obligación es solidaria
entre empresa principal y contratista. Por ello conforme artículo 183-a y
siguientes del Código del Trabajo, corresponde que se acredite por el
demandante la existencia de régimen de subcontratación, el carácter de
contratista del empleador directo, y el tipo de obligación que se pretende sea
obligado al pago el empleador y el demandado en supuesto régimen de
subcontratación. Con ello, la obligación que se pretende sobre la demandada
empresa LC limitada, deberá probarse que tiene alguno de los caracteres que la
obliguen en forma solidaria como la prestación de servicios entre estas empresas.
Relación civil que deberá probar el demandante.

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Finalmente solicita tener por contestada la demanda y declara que: a) que
el empleador acredita haber cuidado efectivamente la salud y vida del trabajador
demandante en los términos del artículo 184 del Código del Trabajo; b) que el
accidente denunciado por la actora, se produce por causas atribuibles a su
negligencia y descuido con que actúa en su jornada de trabajo el día de los
hechos, obrando entre otras, con desatención del deber de autocuidado, o bien
por incumplimiento de normas sobre trabajo seguro, o el incumplimiento de los
deberes impuestos por Reglamento Interno de Higiene y Seguridad, y que en
consecuencia, por las razones expuestas, sin perjuicio de las que el Tribunal,
determine suficientes, se rechaza la demanda de autos, en todas su partes y con
costas; c) En subsidio, en caso que se estime condenar a esta parte igualmente
declarar que esta parte tiene motivo plausible para litigar y en razón de ello,
absolverle de costas y declarar indemnizaciones solicitadas ajustadas en sus
montos, conforme la lógica y prudencia determines.
TERCERO: Que, compareció ALONSO GARCÍA ECHEGOYEN y JAVIERA
ANDREA SERPELL MÜLLER, abogados, en representación convencional de
AGRÍCOLA LC LIMITADA, demandada en estos autos, contestando la demanda de
deducida por doña Maris Jose Salas Salas, en virtud de los siguientes fundamentos
de hechos y derecho:
Señala que María José Salas Salas y Fabián Valenzuela Muñoz existió un
contrato de trabajo por temporada para ejercer las labores de Cosechero enlos
Predios Agrícolas de la empresa AGRÍCOLA LC. Dicho contrato es de fecha 11 de
febrero de 2019 y termina con fecha 09 de abril de 2019 en virtud del artículo
159 N° 5 del Código del Trabajo, esto es, conclusión del trabajo o servicio que dio
origen al contrato. Ahora, respecto de su representada, según da cuenta el
contrato de trabajo de fecha 09 de febrero de 2019 efectivamente contrató los
servicios de don Fabián Antonio Valenzuela Muñoz para la prestación de servicios
de “Cosecha manzanas de variedades: Royal Gala, Granny Smith, Red Chief, Súper
Chief, Sacrlett y Fuji en los precios de AGRÍCOLA LC.” La demandante percibía un
sueldo base de $288.000.-, más la gratificación legal de un 25%.
Agregó que se cumplió con toda la normativa legal vigente, relativa a salud
y seguridad ocupacional, conforme a la actividad que su representada desarrolla.
Verificó que, respecto de los trabajadores subcontratados, y respecto del
demandante en particular que:1) Se encontraba contratado por el subcontratista;
2) Sus remuneraciones e imposiciones se encontraban pagadas; 3) Recibió charlas
diarias de seguridad; 4) Recibió de su empleador las capacitaciones e
instrucciones adecuadas a fin de cumplir sus funciones de manera segura; 5) Era
supervisado continuamente en sus labores; 6) Se le hizo entrega de los elementos
de protección personal, conforme su cargo y funciones; 7) Se le hizo entrega de
un ejemplar del Reglamento Interno de Orden, Higiene y Seguridad.

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En cuanto al accidente laboral, La Sra. María José Salas fue contratada por
FABIÁN VALENZUELA MUÑOZ para efectos de llevar a cabo las labores de
Cosechera. En atención a ello y en contrario a lo señalado por la demandante, fue
capacitada debidamente, informándole sus funciones y los riesgos relacionados a
dichas funciones y la manera de evitarlos junto con el auto cuidado que cada
trabajador debe emplear en el desarrollo de sus labores, tanto por su empleador
directo como por su representada AGRÍCOLA LC. El día 23 de febrero de 2019,
alrededor de las 07.15 horas, doña María José se encontraba desarrollando las
labores para las cuales fue contratada, en particular, se encontraba cosechando
manzanas en el Fundo Santa Rosa. Para tales efectos la trabajadora, según
capacitaciones realizadas, debe seguir una serie de reglas de seguridad, entre las
cuales se encuentran: mantener precaución al trabajar a orilla de canaletas y
acequias, la mayor parte de atención al caminar por el predio es del trabajador,
desplazarse con precaución y cuidado, entre otros. La actora apartándose de
todas las instrucciones, capacitaciones de seguridad y auto cuidado entregadas
por su empleador y mi representada, haciendo caso omiso al procedimiento de
trabajo seguro, incurriendo en un actuar temerario sin atender a los factores de
riesgo que existían en torno a la labor que se estaba ejecutando, sin la debida
atención y el auto cuidado que se requiere se cambia de un costado al otro sin
visualizar que venía un conductor de tractor por el mismo camino. La trabajadora
al desplazarse de un lugar a otro sin la debida atención y sin verificar las
condiciones de su entorno, es pasada a llevar con el tractor provocando lesiones
en su pie derecho. Así, los hechos alegados por la Sra. Salas son de su exclusiva
responsabilidad por exponerse de tal manera al riesgo.
Como se puede apreciar, los hechos que sirven de fundamento a la
demanda no pueden ni deben atribuirse a un actuar doloso o culposo de la
empresa demandada, toda vez que conforme se acreditará en la etapa procesal
correspondiente, su representada cumplió con el deber legal de velar por la
seguridad y protección del actor en el desempeño de sus funciones. Sin embargo,
es evidente que la lesión sufrida por ésta el día 23 de febrero de 2019 se debió a
una circunstancia que no puede ser imputada a su empleador.
En consecuencia, no es efectivo y esta parte niega enfáticamente las
siguientes circunstancias que denuncia el demandante que habrían rodeado el
incidente sufrido: a) Que la actora ha sufrido una serie de secuelas físicas
derivadas de la ausencia de medidas de seguridad que su empleador y mandante
negligentemente omitieron; b) Que la actora no fue capacitada; c) Que la empresa
no supervisó la ejecución, no le entregó medidas de seguridad y no le indicó
protocolos de seguridad; d) Que la empresa no estableció protocolos de
seguridad en la conducción del tractor; e) Que el conductor no avisó ni alertó a los
trabajadores sobre el tránsito de tractor en retroceso. Iba sin atención a las
condiciones del camino, rápido y encima de la orilla no por el medio; f) Que a la

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trabajadora no se le entregaron sus elementos de seguridad como zapatos de
seguridad; g) Que no hubo capacitación de la trabajadora sobre los lugares
transitables del campo; h) Que no hubo supervisión de un capataz en el manejo
de un tracto en retroceso.
En virtud de la obligación in vigilando que su representada efectúa respecto
de sus contratistas y subcontratistas, es menester tener presente que en caso de
marras se verificó por parte de mi representado que se le haya entregado a la
trabajadora en comento el debido Reglamento Interno de Orden, Higiene y
Seguridad, Procedimientos de Trabajo Seguro en atención a las labores que
desarrollaba la Sra. José Salas Salas, que se le haya hecho entrega de los
Elementos de Protección Personal como el resto de capacitaciones y charlas
destinadas a evitar este tipo de incidente.
Controvierte la existencia de la lesión de la demandante.
En cuanto a la aplicación del artículo 183 E del Codigo del Trabajo, señaló
que en el caso de la responsabilidad contractual serán las partes del contrato los
titulares de la acción de indemnización, por el incumplimiento de la obligación
que emana del contrato. Sobre el sujeto pasivo de la acción de indemnización,
ésta podrá ser dirigida en contra del deudor incumplidor, si hay contrato, y a su
falta, esta acción sólo puede intentarse contra el que hizo el daño y sus herederos
y, por excepción, contra el tercero civilmente responsable y contra el que, sin ser
cómplice, recibe provecho del dolo ajeno, pero sólo hasta concurrencia de este
provecho y sus respetivos herederos.
Quien ha impuesto una obligación a la empresa principal ha sido el
legislador, y así se establece en el artículo 183 E del Código del Trabajo que
dispone: “Sin perjuicio de las obligaciones de la empresa principal, contratista y
subcontratista respecto de sus propios trabajadores en virtud de lo dispuesto en
el artículo 184, la empresa principal deberá adoptar las medidas necesarias para
proteger eficazmente la vida y salud de los trabajadores que
laboran en su obra o faena, cualquiera sea su dependencia, en conformidad a lo
dispuesto en el artículo 66 bis de la ley 16.744 y en el artículo 3° del decreto
supremo N° 594, de 1999 del ministerio de salud”.
Respecto al alcance de la norma contenida en el artículo 183-E del Código
del Trabajo, resulta relevante considerar lo señalado en la historia de la ley Nº
20.123 que incorporó esta reforma. En la cual se discutió si la responsabilidad
solidaria del mandante con los trabajadores de una empresa contratista era sólo
sobre las obligaciones de dar o también sobre las de hacer. Para la mayoría de
nosotros está absolutamente claro que se trata sólo de la obligación de dar y que
sólo se aplica a las obligaciones laborales y previsionales de los trabajadores, lo
cual es muy importante

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En cuanto al régimen de responsabilidad directa y mancomunada de la
empresa mandante, principal o dueña de la obra o faena – ausencia de
solidaridad.
Cabe recordar la procedencia de la responsabilidad solidaria con la
Empresa Principal, la cual solo se configura en caso de no haberse uso de los
derechos otorgados por la ley. La responsabilidad que le es imputable a una
empresa principal es una responsabilidad directa, responde por sus propios
hechos, por su propio incumplimiento, no concurre o contribuye a la deuda de
obligaciones en estructura de solidaridad como garantía en caso alguno el
incumplimiento del demandado principal.
Por lo anterior, bajo ningún aspecto puede suponer que la empresa
principal responde solidariamente de la obligación de seguridad que la ley le
impone al empleador, en consecuencia, las demandadas no podrían ser
condenadas solidariamente ya que habría una clara infracción de ley.
En cuanto al tipo de responsabilidad señaló que la regla general es que se
responde por la responsabilidad subjetiva.
Agregó que su representada no le cabe responsabilidad alguna derivada de
los hechos en que se funda la demanda, toda vez que las lesiones que sufrió el
trabajador, no tuvieron como causa alguna acción u omisión culpable imputable a
AGRÍCOLA LC.
Los requisitos que deben concurrir, para determinar la supuesta
responsabilidad contractual, en razón de los hechos descritos por la demandante,
son los siguientes: 1) Una conducta desplegada por la demandada, en este caso
por omisión; 2) La existencia de un daño y que este sea directo y previsto) 3. La
existencia de culpa o dolo; 4) Relación de causalidad entre la conducta imputable
y el daño supuestamente sufrido por la demandante.
En cuanto a la conducta, se le reclama que no habrían tomado las medidas
de seguridad necesarias, para proteger eficazmente la vida y salud de los
trabajadores, según lo impone el artículo 184 del Código del Trabajo. Sin
embargo, su representada adoptó todas las medidas correspondientes para dar
cumplimiento a la obligación de cuidar la vida y seguridad de los trabajadores que
se encontraban laborando en su faena en conformidad a los términos
contemplados en el artículo 184 del Código del Trabajo, ya que veló que el
trabajador se encontrara plenamente capacitado e informado de los riesgos para
trabajar en las labores para las cuales fue contratado.
En cuanto a la culpa y el dolo, sin embargo no ha incurrido en ningún tipo
de omisión culpable respecto de la normativa de seguridad en materia laboral, no
existe ningún accidente lesivo que pueda haber tenido como causa algún tipo de
incumplimiento por parte de mi representada.

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En cuanto al nexo causal, no existe tal, no hay relación causal entre alguna
supuesta conducta desplegada por mi representada, calificable como un
incumplimiento contractual, y los supuestos daños sufridos por la demandante.
Indicó que existió una interrupción del nexo causal por hecho que es de
culpa exclusiva del trabajador - causa de exoneración de responsabilidad. Alegan
en consecuencia, exoneración de responsabilidad, ya que el accidente materia de
este proceso, tiene como única causa la conducta imprudente del demandante.
En cuanto a los perjuicios indica que ellos no existen, ya que su
representada no es responsable, pues no ha tenido ninguna participación directa
o indirecta en las lesiones sufridas por la demandante. Además la demandante
deberá probar cada uno de los presupuestos de la responsabilidad que se le
imputa a su representado, los cuales para estos efectos no reconocemos ninguno
de ellos.
En cuanto al lucro cesante, el que no resiste análisis, no puede pretenderse
tanta tolerancia con respecto de la acción resarcitoria; ella no está destinada a
que las persones lucren sino a reparar el daño causado.
En cuanto al daño moral, este resulta completamente injustificado y carente
de toda base de sustentación, pues, mal podría su representada ser condenado a
pagar semejante cantidad de dinero en circunstancias que la causa del daño es
una ajena a toda conducta imputable a ella.
En forma subsidiaria, de estimarse que su representada le cabe obligación
de indemnizar los presuntos perjuicios deben rebajarse considerablemente, ya
que la demandante se expuso en forma imprudente al daño sufrido.
En cuanto a los reajustes, estos deben de considerarse únicamente desde la
fecha en que estos se declaren, ergo desde la sentencia firme y ejecutoriada.
En cuanto a las costas, solicita no ser condenada en costas, toda vez que
esta defensa ha tenido motivo plausible para litigar y difícilmente tendrá la
calidad de totalmente vencida.
Finalmente solicita que sea rechazar, en razón de lo expuesto, la demanda
de autos en todas sus partes, que se le condene en costas al demandante, y dar
lugar a las alegaciones subsidiarias, en su caso.
CUARTO: Que, con fecha 7 de octubre de 2019, en conformidad con los
dispuesto en el artículo 449 del Código del trabajo se ordenó la acumulación de la
causa O-67-2019, quedando en definitiva sometida la controversia a la presente
causa RIT O-66-2019, por ser ésta la de mayor antigüedad.
QUINTO: Que, compareció don JOSE FERNANDO GUAJARDO VASQUEZ,
Operario Agrícola, con domicilio en Pasaje 12 N° 1261, Población San Enrique,
Molina, interpone demanda en procedimiento de aplicación general, de demanda
indemnización de perjuicios por accidente de trabajo en contra de su empleador
FABIAN VALENZUELA MUÑOZ, cedula de identidad número 13.571.572-7,
domiciliado en pataguilla lote 3, comuna de Santa Cruz, y en forma solidario o

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subsidiaria o simplemente conjunta en contra de AGRICOLA LC LIMITADA, Rut
76.620.888-6, representada legalmente por VICENTE LARRAIN CORREA, cedula
de identidad número 10.680.012-K, ambos domiciliados en el pregon 8 alto de
zapallar, comuna de Curicó, por las siguientes razones de hecho y de derecho que
a continuación expone:
Señaló que ingresó a prestar servicios para la demandada principal, en
virtud del correspondiente contrato individual de trabajo, por obra o faena, bajo
vinculo de subordinación y dependencia, no obstante, lleva prestando servicios
por más de 1 año para el mismo empleador mediante una serie de contratos
sucesivos. Así, el contrato de fecha 10 de junio de 2019, en su clausula Primero
reza que el trabajador se obliga a prestar servicios personales, bajo subordinación
y dependencia de Fabian Valenzuela Muñoz, en los Predios Agrícolas de la
empresa Agrícola LC limitada, Fundo Santa Teresita LT B8, Rio Claro, representada
por don Vicente Larraín Correa, RUT: 10.680.012-K.
Fue contratado de Operador agrícola, entendiéndose como lugar de trabajo
el Huerto Agrícola LC, Río Claro, en la faena poda manzana variedad gala 106,
huerto 642. Las labores del demandante consistían en podar los árboles de
manzanas (manzanos), recoger ramillas del suelo y amontonarlas para que el
tractor posteriormente las pique.
Agregó que para ir a trabajar tomaba en calle Quichiregua (a más o menos
2 cuadras de su domicilio, el bus de acercamiento al fundo alrededor de las 07:15
horas, vehículo que tomaba rumbo hacia el fundo, demorando entre 30 a 45
minutos en llegar a ese lugar. Aproximadamente a las 08:00 horas, ya en el
fundo, debía esperar la estrega de las escaleras que debían usar para desarrollar
sus labores, una vez repartidas, cada uno tomaba su escala y se dirigía hacia la
hilera de árboles de manzanas (manzanos) asignados previamente por don
Ramiro y su asistente, este último era quien llevaba el registro de la hilera de
árboles que a cada trabajador correspondía.
Cada trabajador debía podar todos los árboles que se encontraban en la
hilera de árboles asignada, una vez terminada una hilera, se les designaba otra y
así sucesivamente hasta el término de la jornada diaria, y, de la misma manera,
hasta el término de la faena lo cual variaba entre 3 a 6 meses. Para realizar la
poda de cada uno de los árboles, el demandante debía subirse a la escalera,
denominada de tijera, y podar hasta la última de las ramas de los árboles.
La jornada de trabajo era 45 horas semanales distribuidas de lunes a
viernes de 08:00 a 16:30 horas con 30 minutos de colación y los sábados de
08:00 a 13:00 horas. Quien le impartía las ordenes a mi representado, era el Jefe
del Fundo (Administrador) de nombre Ramiro ignorando su apellido.
El día sábado 22 de junio de 2019, como todos los días, el demandante
llegó al predio a las 08:00 horas, le entregaron la escalera con la cual debía
trabajar ese día y se dirigió hacia la hilera de árboles asignada para podar.

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Alrededor de las 11:30 horas, se encontraba podando un árbol para lo cual se
encontraba sobre la escalera, cerca de los últimos escalones de ésta, cuando
procede a cortar una rama perdiendo el equilibrio, cayendo al suelo desde una
altura de 3 metros aproximadamente, durante la caída logra girar su cuerpo y cae
de manera muy fuerte sobre el lado izquierdo de su cuerpo. Ya en el suelo, siente
un dolor muy fuerte, no sentía sus piernas y el resto de sus compañeros de
trabajo le indicaron que no se moviera porque era peligroso para su columna y
procedieron a llamar a la ambulancia, la cual lo traslado hasta el Cesfam de
Cumpeo. Después de ser estabilizado en el Cesfam fue derivado por medio de
ambulancia a la Asociación Chilena de Seguridad (ACHS) de Curicó, llegando al
sector de urgencias alrededor de las 13:30 horas.
En urgencias de la Asociación Chilena de Seguridad (ACHS) de Curicó, fue
atendido por un médico que después de ver las radiografías, señala que se
encuentra bien solo con una contusión, le inyectan unos calmantes y lo dan de
alta con reposo, citándolo para control al día lunes siguiente, esto es, el lunes 24
de junio. A pesar del alentador diagnostico dado en principio, éste sentía mucho
dolor, pero decidió esperar su próximo control. El día lunes 24 de junio fue
atendido por un médico distinto, quién ratificó el diagnostico de contusión y
recetó más remedios y más reposo. Posteriormente fue a un tercer control, donde
un tercer médico insistió con el diagnostico de contusión quien, ante su
insistencia por el intenso dolor y molestias físicas que sentía, lo derivo a terapia
física, sesiones a las cuales el demandante asistió traduciéndose en una situación
muy dolorosa ya que, al intentar realizar los ejercicios kinesiológicos, y se orinaba
por el fuerte dolor.
Nuevamente, tuvo otro control médico, pero, esta vez, la médica que lo
atendió si hizo caso a sus dolores y solicitó una resonancia magnética la que
arrojó como resultado fractura de cuerpos vertebrales T12 y L1 (A1 de AOS),
siendo derivado en consecuencia a un médico especialista en traumatología.
Desde su ingreso a urgencia hasta la correcta detección de la patología que
padecía mi mandante pasaron aproximadamente unos 10 días, de fuertes dolores
y molestias, siguiendo un tratamiento incorrecto.
Según informe emitido con fecha 22 de julio de 2019 firmado por el
médico Jorge Yesid Nossa Núñez, Médico Cirujano-ACHS, el diagnostico de su
mandante es factura de cuerpos vertebrales t12 y l1. A la fecha se encuentra en
tratamiento y, eventualmente, podría ser sometido a intervención quirúrgica.
En cuanto a las consecuencias del accidente, es un hombre de 47 años, que
trabaja desde los 15 años y nunca había sufrido un accidente de trabajo, y que
sólo cursó hasta 8° año básico. Es un hombre soltero, pero tiene una pareja con la
cual vive, y tiene 3 hijos, un varón de 22 años ya independiente, un hijo de 13
años y una niña de 6 años, los cuales viven con él, siendo el único sustento
económico de su hogar.

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Hasta antes del accidente, el actor además del trabajo de operario agrícola
realizaba otras actividades para poder obtener ingresos adicionales y, también,
trabajaba horas extras para su empleador. A partir del accidente, sus únicos
ingresos económicos son los dineros provenientes del pago del subsidio, los
cuales muchas veces no le alcanzan para el nivel de gasto en que inevitablemente
ha incurrido en los últimos meses.
El dolor físico producto del accidente, han generado un alto nivel de
afectación emocional y de vulnerabilidad en el demandante, quién además siente
una profunda preocupación en torno a su total y real recuperación. Todo lo
anterior, ha producido sentimientos constantes de frustración, tristeza y angustia.
Las consecuencias del accidente han sido gravísimas para él, no puede hacer ni
las labores más básicas como ducharse solo, sentarse por que le duele la zona
lumbar, ni acostado haciendo reposo se siente cómodo, ya que en todas las
posiciones siente dolor y desesperación, además, al más mínimo de esfuerzo
físico se orina.
En cuanto al incumplimiento de la obligación legal y contractual de
proteger eficazmente la vida y salud de los trabajadores establecido en el artículo
184 del código del trabajo por parte de las demandadas.
El empleador estará obligado a mantener y velar por las condiciones e
implementos adecuados para sus trabajadores.
La regulación del cumplimiento de este deber no queda entregada a la
autonomía de la voluntad de las partes, ni menos aún a la decisión del empleador.
Dicha regulación comprende en general una serie de normas de derecho
necesario, cuyo contenido, forma y extensión se encuentran establecidas en
normas de orden público. Ello sin perjuicio de otras normativas adicionales
decididas o convenidas con el propio empleador.
El empleador debe adoptar todas las medidas necesarias para proteger
eficazmente la vida y salud de sus trabajadores. La palabra “eficazmente”,
empleada en la disposición legal citada, apunta a un efecto de resultado, es decir,
claramente lo que busca es un resultado, esto es, prevenir los accidentes y
enfermedades profesionales. Pero, además, fundamentalmente, debe
considerársela referida a la magnitud de la responsabilidad y acuciosidad con que
el empleador debe dar cumplimiento a su obligación de prevención y seguridad
El peso de la prueba, conforme a las reglas del onus probandi en cuanto al
cumplimiento de esta obligación de seguridad, corresponde al empleador; quien
debe acreditar que las medidas de seguridad fueron debidamente arbitradas y que
desplegó la diligencia debida en la práctica de obligaciones que le imponía el
contrato de trabajo; en tanto es un deudor de seguridad frente a sus trabajadores,
debiendo actuar con la máxima diligencia para evitar que éstos sufran accidentes
o enfermedades profesionales que puedan afectar su vida o integridad física o

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psíquica. De no probar esta circunstancia, se presume la culpa, por tratarse de
una responsabilidad de carácter contractual.
De esta manera, el “Deber de Seguridad” no sólo se contenta con el
cumplimiento de todas las disposiciones legales, reglamentarias y administrativas,
sino que obliga al empleador a adoptar todas las demás medidas de prudencia,
atención y cuidado que las circunstancias específicas de cada labor o faenas
requieran; manteniendo capacitaciones permanentes para sus trabajadores y
políticas correctivas y preventivas.
Del tenor del artículo 184 del Código del Trabajo se advierte que, por la
sola existencia del vínculo laboral y como parte integrante de los deberes
asumidos en el contrato respectivo, el legislador ha compelido al empleador para
proteger a quienes les prestan servicios, de los accidentes laborales.
Así, el empleador responderá por los siniestros que afecten a sus
trabajadores y es el mismo legislador quien, ante la infracción por parte del
empleador de una de las obligaciones de la esencia de un contrato laboral, ha
previsto el resarcimiento para él, consagrando la acción pertinente en el artículo
69 de la ley N° 16.744, sobre seguro social contra riegos de accidentes del
trabajo y enfermedades profesionales. En consecuencia, la indemnización resulta
procedente al darse los presupuestos de la responsabilidad civil contractual, cual
es el caso de autos, como se desarrollará a continuación. En el caso del accidente
de autos, no existían las condiciones de seguridad necesarias para el trabajo
encomendado.
La ley exige como medida básica de seguridad, que existan condiciones
seguras en las dependencias de la empresa y, en esto, nos referimos
específicamente, a la entrega de escaleras en buen estado. En el caso de autos, no
existían condiciones de seguridad necesarias para trabajar en altura. Se considera
trabajo en altura, toda labor que se realiza a más de 1,8 metros sobre el nivel del
piso y que además presenta el riesgo de sufrir caída libre o una caída de menor
altura que pueda causar una lesión grave. Las escaleras que se utilizan, son
superficies de trabajo portátiles diseñadas para sustentar a una persona a la vez y
que permiten realizar tareas a distinto nivel.
En todo lugar de trabajo se deben identificar las actividades en las que
exista el peligro de trabajo en altura física. Para cada una de estas actividades se
debe evaluar los riesgos y determinar e implementar las medidas de control
requeridas para proteger eficazmente la seguridad y salud de los trabajadores; así
como utilizar un sistema personal para la detección de caídas en toda tarea que
exponga al trabajador a una altura superior de 1,8 metros. En nuestro país, a
través de la ley 16,744 sobre accidentes del trabajo y enfermedades
profesionales, toda caída de una altura mayor o igual a dos metros se califica
como accidente grave, y el procedimiento obligatorio es detener inmediatamente
las faenas, informar a las autoridades fiscalizadoras (Inspección del Trabajo y

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Seremi de Salud) y reanudar los trabajos sólo previa autorización escrita de los
fiscalizadores.
Todo trabajador que realiza trabajo en altura debe recibir una completa
formación, tanto teórica como práctica, sobre la forma de desarrollar su labor,
específicamente, debe estar capacitado en riesgos de trabajo en altura, debe
recibir entrega de elementos de protección aptos para cada trabajo, así como
capacitación en el armado de sistemas de protección, uso de quipos de protección
personal, técnicas de conexión y anclaje y por, sobre todo, existir un
procedimiento de trabajo seguro.
El accidente sufrido era perfectamente evitable, de haber cumplido
eficazmente el empleador con su deber de proporcionar todas las medidas de
seguridad a fin de proteger la vida y salud de sus trabajadores.
De esta forma, debe existir permiso de trabajo, las instalaciones se deben
encontrar en buen estado, las escalas, líneas de vida, deben existir puntos de
anclaje aprobados, así como equipos de protección adecuados, los equipos e
instalaciones deben haber sido inspeccionadas por personal calificado en
supervisión con alto conocimiento en el trabajo, trabajadores capacitados, debe
existir un procedimiento de trabajo escrito, especifico, estandarizado y aprobado,
los trabajadores deben ser re instruidos en el procedimiento (charlas 5 minutos
antes de realizar el trabajo), plan de rescate escrito, equipos de rescate, por
nombrar algunos.
Las empresas demandadas, como ya se ha señalado, no cuentan con las
más mínimas medidas necesarias para proteger la vida y salud de sus
trabajadores; y siendo la obligación de diligencia y cuidado que la ley impone al
empleador, de mayor entidad que la comúnmente exigida en los contratos
bilaterales, éste no sólo debe tomar todas las medidas de seguridad necesarias
para proteger la vida y salud de sus trabajadores, sino que, además, debe hacerlo
eficazmente; lo que, claramente, no ocurrió en el caso de autos.
En cuanto a la indemnización por daño moral, el artículo 19 número 1
inciso 1° de la Constitución Política de la República, en relación con los artículos 5
y 69 de la Ley 16.744 sobre Accidentes del Trabajo y Enfermedades Profesionales,
reconocen expresamente el derecho a tal clase de reparación.
El daño moral, se produce por toda lesión, menoscabo o perturbación a los
derechos inherentes a la personalidad de un sujeto, y por ende deben someterse a
la reparación no sólo el dolor sufrido físico y psicológico sufrido, sino además se
deben considerar los perjuicios ocasionados en lo estético, lo social y el agrado
de vivir. En definitiva, se trata de un deterioro o menoscabo integral.
Como he expuesto en acápites precedentes de manera detallada, las
secuelas del accidente del día 22 de junio 2019, son graves, siendo dable aseverar
que además del daño físico, el demandante padece secuelas emocionales que no
la afectaban antes del accidente. Desde el accidente su recuperación ha sido

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extremadamente dolorosa. El dolor físico producto del accidente, han generado
un alto nivel de afectación emocional y de vulnerabilidad en el demandante, quién
además siente una profunda preocupación en torno a su total y real recuperación.
Todo lo anterior, ha producido sentimientos constantes de frustración, tristeza y
angustia en mi representado. Las consecuencias del accidente han sido gravísimas
para él, no puede hacer ni las labores más básicas como ducharse solo, sentarse
por que le duele la zona lumbar, ni acostado haciendo reposo se siente cómodo,
ya que en todas las posiciones siente dolor y desesperación, además, al más
mínimo de esfuerzo físico, mi representado se orina. Lo anterior también ha
afectado en su relación y vida íntima con su pareja.
Hasta antes del accidente, el actor además del trabajo de operario agrícola
realizaba otras actividades para poder obtener ingresos adicionales y, también,
trabajaba horas extras para su empleador. A partir del accidente, sus únicos
ingresos económicos son los dineros provenientes del pago del subsidio, los
cuales muchas veces no le alcanzan para el nivel de gasto en que inevitablemente
ha incurrido en los últimos meses.
Por consiguiente, se demanda por concepto de daño moral por accidente
del trabajo la suma de $30.000.000.- o la suma mayor o menor que se sirva fijar
conforme a derecho y al mérito del proceso.
En cuanto al régimen de subcontratación, existe un régimen de
subcontratación entre ellas, conforme al cual, la demandada solidaria y/o
subsidiaria y/o simplemente conjunta, según determine SS., AGRÍCOLA LC
LIMITADA habrá de responder por las indemnizaciones a que sea condenada la
demandada principal. En efecto, nos encontramos en presencia de los clásicos
tres actores intervinientes en un régimen de subcontratación, estos son la
empresa principal AGRÍCOLA LC LIMITADA, empresa contratista, FABIAN
VALENZUELA MUÑOZ, y evidentemente mi representado, el trabajador.
En el caso sublite, cada uno de los elementos del régimen de
subcontratación concurren entre los tres intervinientes; existe un contrato
carácter civil y/o comercial entre las demandadas y, en definitiva, el accidente del
trabajo del cual derivan las consecuencias físicas y emocionales que padezco se
produjo en momentos en que prestaba servicios para las demandadas. Por último
los servicios que presta la demandada 1 a la demandada 2, no tienen el carácter
de esporádicos o discontinuos que permitan excluir la responsabilidad de este
último; y respecto al requisito relativo a que “los servicios se desarrollen en la
faena o empresa de cargo de la principal”, en caso alguno el legislador pretendió
dar un alcance físico a dicha expresión, sino más bien quiso exigir que los
servicios se desarrollen dentro de la actividad productiva de la empresa principal;
tal como es el caso de autos.
En razón de lo expuesto, tal como lo aseveramos al principio de este
acápite, cada uno de los elementos del régimen de subcontratación establecidos

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en los artículos 183 A y siguientes del Código del Trabajo, se verifican en la
especie, por lo que a la demandada 2, Agrícola LC Limitada, le cabe absoluta
responsabilidad solidaria y/o subsidiaria y/o simplemente conjunta, respecto a
sus obligaciones laborales y previsionales.
Finalmente solicitó que: a) Se acoja la demanda de indemnización de
perjuicios, declarándose que ha sufrido un accidente del trabajo,
correspondiéndoles a las demandadas la obligación resarcitoria que dicho
perjuicio trae, sea subsidiaria y/o solidaria o simplemente conjunta; b) Que a
causa del accidente del trabajo que ha sufrido mi mandante, se condene a las
demandadas a pagar una indemnización ascendiente a la suma de $30.000.000.-
(treinta millones de pesos) por concepto de daño moral, o la suma mayor o menor
que se sirva fijar conforme a derecho y al mérito del proceso; c) Que las sumas se
reajustarán conforme al interés legal máximo y variaciones que experimente el
IPC, hasta la completa ejecución del fallo; d). Que las demandadas sean
condenadas al pago de las costas de la causa.
SEXTO: Que, compareció don PATRICIO EYZAGUIRRE URETA, abogado, en
representación convencional, del empleador directo don FABIAN ANTÓNIO
VALENZUELA MUÑOZ, técnico agrónomo, ambos con domicilio, para estos
efectos, en calle Carmen 752, oficina 801, Curicó, contestando la demanda
deducida por doña JOSÉ FERNANDO GUAJARDO VASQUEZ, en base los
siguientes argumentos de hechos y de derechos.
Señala que niega, controvierte y desconoce, por economía procesal, de
manera genérica todos los hechos que fundan la demanda. Que es falso lo
afirmado por trabajador sobre lo acontecido con fecha 22 de junio de 2019.
Como se demostrará hay antecedentes que dan cuenta de que el accidente que
denuncia el trabajador es causado por falta de “auto cuidado” sumado al “mal uso
de las herramientas de trabajo.” En efecto, el demandante señala que: “…
alrededor de las 11:30 horas, se encontraba podando un árbol para lo cual se
encontraba sobre la escalera, cerca de los últimos escalones de esta, cuando
procede a cortar una rama perdiendo el equilibrio, cayendo al suelo desde una
altura de tres metros, aproximadamente, durante la caída logra girar su cuerpo y
cae de manera muy fuerte sobre el lado izquierdo de su cuerpo…” Ello es falso.
Primeramente debemos considerar que la altura máxima de los árboles de huerto,
por condiciones que imponen el manejo de los mismos, para facilitar su cultivo,
por cuestiones técnicas y de producción, no superan en promedio los tres metros
de altura aproximadamente, al menos en el huerto donde se producen los hechos.
Se trata de árboles que se vigilan, en su desarrollo, desde que se plantan
hasta que empieza su periodo productivo, por lo que las condiciones de poda que
afectan el día y hora de los hechos son condiciones manejadas y previsibles. No
se trata de la poda de matorral ni de árboles cuya altura requiera de
capacitaciones especiales o equipo de ese carácter. Por lo que resulta improbable,

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que haya existido una caída del trabajador de una altura de tres metros porque, y
menos se puede afirmar que “la condición del predio y de los árboles obligaron al
trabajador a alcanzar estas alturas” sino todo lo contrario. Que por modalidad de
trabajo casi estándar de los huertos de manzanos se suele usar escaleras de tres
metros de altura máxima, pero con alturas controladas para su operación.
Cada escalera trae, en su costado información sobre altura segura de uso, y
las capacitaciones de personal precisamente enseñan a los trabajadores a su
operación respetando esa información, además se implementa un código de
colores que indica al usuario cual es la zona de trabajo, cual es la zona de peligro
y como se demostrará, el propio trabajador demandante, reconoce haber usado la
escalera en condiciones peligrosas, lo que constituye elemento importante a la
hora de analizar cual de las condiciones aporta de manera efectiva al desenlace
dañoso alegado por actor.
Que la propia DIAT de fecha 22-06-2019 refiere en el apartado ¿Qué pasó
o cómo ocurrió el accidente? “… el trabajador menciona que se encontraba
podando, afirmado en el penúltimo peldaño de la escalera, en donde realiza una
mala maniobra y su cuerpo se desequilibra, y cae…” Como se advierte, tenemos
razón, porque así lo confiesa el trabajador, al señalar que no es efectivo, que el
trabajador estuviera, de manera imprecisa, parado en “los últimos escalones…”,
sino que fuera de todas dudas él estaba parado en el penúltimo peldaño de la
escalera del huerto. Esto es condición o causa eficiente para la producción del
accidente que reclama. Ello es claro toda vez que el propio fabricante, etiqueta y
rotula las escaleras con las que opera el Huerto y en ellas se explica que el uso
correcto de las escaleras supone un proceso de revisión de ellas, ver que estén
operativas, que sean adecuadamente situadas y estabilizadas en terreno, para
luego trepar en ella, respetando siempre la altura máxima de trabajo. Al haber
vulnerado tal prohibición el trabajador se puso de manera imprudente en peligro,
con lo cual finalmente sufre lesiones que el detalla y cuya entidad no nos consta.
Que sobre la manera cómo se desarrollan las faenas. Debemos destacar
que ellas se desarrollan con presencia de supervisores del empleador directo, con
herramientas en buenas condiciones, y que suponen igualmente que, ellas sean
usadas en la forma que la reglamentación sobre higiene y seguridad establece,
que la lógica aconseja aun a una persona promedio, y por ciento, teniendo
presente “el deber de auto cuidado” difundido por los prevencioncitas
efectivamente imparten y recalcan en cada faena. Este elemento es decisivo, pues
incluso con la adopción de todas las medidas de seguridad, con todas las
prevenciones que puedan haber, si el auto cuidado falla, el accidente se presenta
de todas maneras. Caso en el que nos encontramos.
Además, el actor, habría usado mal la escalera, posicionándose en altura de
trabajo prohibida, contrariando las instrucciones de empleador, supervisores y
prevencioncitas, incluso recomendaciones de compañeros de trabajo. Todas las

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alertas que se le dieron al trabajador fueron insuficientes, pues cualquiera otra
persona habría desistido de su actitud de riesgo, pero el demandante fue
contumaz, fue aún más allá de toda instrucción y del instinto de auto
conservación, poniéndose en un escenario sumamente peligroso dejando al
empleador en la imposibilidad de ampararlo en su infortunio. Siendo un hecho de
aquellos imposibles de resistir para este demandado, resulta que el empleador no
puede ser castigado con sendas indemnizaciones, pues no es por su hecho o por
“una falta de cuidado del empleador” que se produce el resultado dañoso. Este ha
puesto de su parte todo aquello que la Ley manda, para cumplir con la obligación
de “…tomar todas las medidas necesarias para proteger eficazmente la vida y
salud de los trabajadores, manteniendo las condiciones adecuadas de higiene y
seguridad en las faenas, como también los implementos necesarios para prevenir
accidentes y enfermedades profesionales.
Que sobre los problemas médicos. señaló que el demandante no explica
cómo es que la demora del servicio de atención médica, o los cambios de parecer
de los profesionales involucrados, sobre la gravedad del accidente, o las
complicaciones o compromisos físicos que concurren en el demandante, sean de
cargo del empleador. Tampoco explica cómo es que estos están amparados en la
ley que rige la relación laboral contractual. En efecto, el deber de cuidado del
empelado rige mientras está desarrollándose la faena, tiene una fase anterior,
durante, y después del accidente, que dice relación con hacer que operen las
mutualidades y sistemas de atención del trabajador afectado por accidente o
enfermedad profesional.
Sobre las consecuencias del accidente. El relato del actor discurre sobre el
supuesto de que nunca había sufrido accidente laboral. Agrega que detenta el
carácter de sostenedor único de tres hijos y su conviviente. Que el subsidio por
accidente laboral pagado por entidad respectiva es el ingreso de que dispone para
sostener a su familia. Ello no sólo no nos consta, sino que tal situación es ajena al
empleador. La ley impone deber de cuidado durante la faena, y de trayecto a ella.
El sustento de la familia cae dentro de la esfera privada de cada quien. Señala que
a causa del dolor físico, ha resultado afectado en plano emocional. Ello debemos
señalar, que si bien puede tener en algún caso, efectividad, la que dudamos, no
puede ser achacada al empleador, pues la causa del accidente como hemos
señalado se debe al propio actuar del trabajador demandante quien ha procedido
contra lo ordenado por empleador, contra las advertencias de compañeros de
trabajo y demás intervinientes en la cadena de mando y se ha puesto de manera
negligente y descuidada en peligro.
Que sobre el supuesto incumplimiento del deber de proteger eficazmente
la vida y salud del trabajador es falso. Primeramente, debe haber tal cosa, es
decir, debe haber falta de cuidado, y ella debe ser probada, sin bien la Ley invierte
la carga probatoria, debiendo probar la diligencia o cuidado al que lo invoca, y

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necesariamente debe invocarla el empleador. No es menos cierto que, hay otros
hechos que, por su naturaleza deben también ser probados por el que los alega,
debido a que son hechos negativos que no escapan a le regla general de onus
probandi. En efecto, hemos señalado que el accidente se debe, no a defectos en la
atención del empleador, no a ausencia de actividad del empleador, no a descuido
del empleador sobre esta imposición legal de “cuidar eficazmente la vida o salud
del trabajador.” Estos hechos son negativos, la única manera de probarlos es
acreditando el hecho positivo contrario. El trabajador deberá entonces probar que
actuó dentro de sus obligaciones, respetando y observado las normas sobre
higiene y seguridad, etc.- Pero ello no será posible, pues para ello el trabajador
debería contradecir lo que ha declarado por escrito ante la ACHS sobre la causa
del accidente lo cual consta de DIAT, y debería contrariar lo que el comité
paritario informa sobre la causa del accidente. En estos se lee claramente que la
causa del accidente es falta contra el deber de auto cuidado, mal uso de los EPP,
mal uso de escalera, mala maniobra, etc., antecedentes que dan cuenta de que
aun con las medidas de seguridad adoptadas, aun con las precauciones y
resguardos, hay un grupo de operarios, en toda faena, que pasan por sobre la
norma, y actúan poniéndose en riesgo sin atender a las indicaciones del
empleador y por esta razón, se produce el accidente y en tal sentido, no puede el
Tribunal acceder a que haya un aprovechamiento por parte del trabajador de su
propio dolo.
Reconoce que el trabajador demandante tenía vinculo contractual vigente
con el demandado en razón del cual el primero prestaba servicios personales
como operario agrícola, al segundo por causa de contrato de trabajo, por obra o
faena. Que este fue contratado específicamente para desarrollar la faena de “poda
de manzana, variedad Royal Gala”. Ello en Huerto ubicado en comuna de Rio claro.
Que la remuneración según contrato de fecha 10 de junio de 2019 corresponde a
sueldo base mensual de $301.000.- más gratificación legal. Todo conforme a
clausulas 4º y 5º del contrato de trabajo individual respectivo. Que la jornada de
trabajo era de 45 Hrs., semanales, sujetas eso sí al carácter de trabajo agrícola
por temporadas como consta de clausula 3º del Contrato de Trabajo.
Expreso que la causa del accidente corresponde a descuido del trabajador.
Opone como excepción o defensa la culpa o negligencia del propio demandante.
El descuido de la actora en su desenvolvimiento y el incumplimiento de los
deberes impuestos por reglamento interno como el auto cuidado. Que como ya se
ha señalado el accidente que afecta al demandante ocurre precisamente por una
actuación imprudente, y temeraria anti reglamentaria del propio demandante. Y
que se ha dado cumplimiento al artículo 184 y 184 bis del Código del Trabajo por
parte del empleador.
El trabajador reconoce primeramente un uso indebido de la herramienta de
trabajo proporcionada. En ningún caso refiere que la caída se deba a fatiga de

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material de escalera o que defectos de ella lo desestabilizaran, alega en cambio
que se cae por mala maniobra. Como bien aparece de los antecedentes
mencionados, el trabajador sube a la escalera a una altura prohibida. luego hace
una mala maniobra y termina cayendo. la altura máxima, segura de trabajo, es
1.80 mts. que acreditaremos que esta situación se dio contra las instrucciones de
trabajadores que laboraban con el demandante ese día del accidente, quienes en
las mismas condiciones, con las mismas herramientas, lograron una faena
desprovista de accidentes, no siendo entonces la causa, las condiciones del suelo
o defectos en las EPP o en las Herramienta proporcionadas por el empleador
huerto. La causa sine qua non del accidente no es la falta de cuidado “eficaz” del
empleador, sino la propia actitud descuidada del trabajador, quien opera de
manera indebida la escalera, la trepa de forma peligrosa ocupando peldaño que,
todo trabajador, sabe no puede ser ocupado por que aumenta el riesgo de
desestabilización y se apoya en la rama del árbol con pie, desganchándola, luego
perdiendo equilibrio y cayendo. Esta es la verdadera dinámica del accidente. El
trabajador se sitúa en altura prohibida luego se apoya con uno de los pies en una
rama del árbol para cortar o podar otra rama y evitar bajar de la escalera y situarla
nuevamente. Como se aprecia de DIAT, de fecha 22 de junio de 2019 la causa del
accidente la explica él mismo a personal de atención médica. Misma causa de
accidente señala comité paritario como se acreditará, y testigos entrevistados por
éste ente, también refieren mala práctica del operario. En este sentido, queda
liberado de responsabilidad el empleador.
Que sobre el empleo del debido cuidado. Este empleador, cumple con
mantener contrato de trabajo y pago de cotizaciones legales al día. Cumple con
mantener al día información sobre accidentes laborales y cumple con mantener
reglamento de higiene y Seguridad. Posee plan de prevención de riesgos con sus
estándares de monitoreo y matrices de detección de riesgos, los cuales están
desarrollados por prevencioncitas que ayudan a su implementación. Se desarrolla
monitoreo de actividades peligrosas y se adoptan medidas para su prevención.
Hay instrucciones en terreno del cuidado de lesiones y trastornos musculo
esqueleto, por aplicación de protocolo temer, es decir, la vigilancia y
preocupación de esta empresa existe y es efectiva. Como se advierte, hay un
despliegue permanente en orden a obtener cumplimiento del deber impuesto por
art. 184 del Código del Ramo. El departamento de prevención de riesgos mantiene
registro de que hay oportuna advertencia de riesgos y peligros en el tránsito por
los campos o huertos donde se desarrolla la faena y que se entregan los EPP. Se
advierte de manera diaria a Trabajadores sobre la obligación de usarlos so pena
de amonestarlos o no admitirlos en la faena. Se les prepara para reaccionar frente
a accidentes, como ha quedado demostrado, en donde los empleados y
supervisores han dado pronto aviso a empleador y este a la ACHS del
acaecimiento de accidente, y se realiza capacitaciones en forma previa a la faena.

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Cabe señalar que ese día sus compañeros de trabajo, como aparece de
investigación del comité paritario, le advierten en la faena, que cesara su
actividad, que lo que hacía era peligroso y se caería. Que debía bajar y situar
nuevamente la escalera. No obstante, el trabajador demandante, con porfía
continua en la acción que todos (compañeros, supervisores, etc.) le señalaban
como peligrosa, teniendo la acción, el desenlace conocido. Como aparece de la
imagen que a continuación presentamos. Las escaleras como herramientas de
trabajo, están provistas de indicadores de colores sobre la altura que resulta
adecuada o peligrosa para su escalada. Las que no lo tiene, igualmente poseen
señalética en su costado sobre la altura máxima segura para operar. Así era la
escalera que operaba el trabajador demandante. En el peldaño amarillo, la altura
desde el suelo es de 1 metro con 80 centímetros. En consecuencia, el trabajador
sólo debe pararse en ese peldaño para aportar únicamente 1,20 metros y alcanzar
una altura de tres metros. Como es del caso que ninguno de nuestros
trabajadores tiene menos de 1,50 metros, como tampoco, el demandante, quien
mide más de eso, y sumado a que la altura de las matas de manzano no exceden
estas dimensiones, la exigencia de situarse más arriba del peldaño amarillo no es
tal. No hay necesidad de usarla de esa manera ni lo permitimos en las faenas. Por
el contrario, las capacitaciones y advertencias durante la jornada diaria son
siempre en el sentido de usar correctamente la escalera. Pero el trabajador
demandante hizo caso omiso de estas advertencias y por ello se accidenta. No por
un mal cuidado o desatención del empleador.
Como se aprecia, el empleador no tiene culpa, aun en esta sede, pues ha
empleado el debido cuidado, ha adoptado medidas para eficaz protección de la
visa y salud de trabajador, medidas que no fueron suficientes pero por causas que
no caen dentro de su esfera como es el descuido o desobediencia del trabajador.
La imprudencia temeraria de este le pasa la cuenta y por tal motivo no se hace
justa la condena del empleador. Por su parte el terreno no ofrecía condiciones
extremas para tornar la faena más peligrosa esos días en que acaece accidente. El
suelo tiene pendiente regular, propia de los suelos agrícolas, pues la pendiente es
condición necesaria para desplazamiento de las aguas de regadío o excesos de
aguas lluvia. En aquella época tampoco hay lluvias frecuentes que hagan el suelo
inconsistente. Por todas estas circunstancias es que podemos afirmar que el mal
manejo del propio operario es la condición necesaria para la producción del
desenlace dañoso para él, pero el empleador actuó con la debida diligencia y
dentro de los marcos legales.
En cuanto a los montos del daño moral, únicamente se demanda daño
moral, por lo que entendemos renunciada toda otra suma de dinero que tenga por
causa el accidente que ocurre el día 22 de junio de 2019 al demandante. Sobre el
cálculo de los mismo, igualmente aun cuando negamos su existencia, discutimos
su cálculo. No hay ni remotamente explicación del demandante en su libelo de la

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suma pedida. Solicita pago de una suma de 30 millones de pesos pero no señala
qué es lo que se pretende compensar con tal suma.- No hay ninguna explicación
en la demanda sobre qué es lo que origina esa suma. Que el sufrimiento que dice
el demandado padecer se debe a causas externas a la relación laboral, como lo
son, las derivadas de la atención médica y errores de diagnóstico que padecidos y
que ello habría influido en una mejor respuesta frente a sus dolencias y mejor
tratamiento, todo lo cual excede a la esfera del empleador.
En cuanto al régimen de subcontratación, corresponde al demandante
probar su existencia, y la responsabilidad sobre las obligaciones que determine el
Tribunal, en caso de acoger demandas. Debe recordarse que no toda obligación
es solidaria entre empresa principal y contratista. Por ello conforme artículo 183-
a y siguientes del Código del Trabajo, corresponde que se acredite por el
demanda te la existencia de régimen de subcontratación, el carácter de
contratista del empleador directo, y el tipo de obligación que se pretende sea
obligado al pago el empleador y el demandado en supuesto régimen de
subcontratación.
Finalmente solicitó que se declare que: a) que el empleador acredita haber
cuidado efectivamente la salud y vida del trabajador demandante en los términos
del artículo 184 del Código del Trabajo; b) que el accidente denunciado por el
actor, se produce por causas atribuibles a su negligencia y descuido con que
actúa en su jornada de trabajo el día de los hechos, obrando entre otras, con
desatención del deber de autocuidado, o bien por incumplimiento de normas
sobre trabajo seguro, o el incumplimiento de los deberes impuestos por
Reglamento Interno de Higiene y Seguridad, y que en consecuencia, por las
razones expuestas, sin perjuicio de las que SS., determine suficientes, se rechaza
la demanda de autos, en todas su partes y con costas; c) En subsidio, para el
improbable caso que se estime condenar a esta parte igualmente declarar que
esta parte tiene motivo plausible para litigar y en razón de ello, absolverle de
costas y declarar indemnizaciones solicitadas ajustadas en sus montos, conforme
la lógica y prudencia.
SEPTIMO: Que, compareció ALONSO GARCÍA ECHEGOYEN y JAVIERA
ANDREA SERPELL MÜLLER, abogados, en representación convencional de
AGRÍCOLA LC LIMITADA, demandada en estos autos, contestando la demanda de
deducida por don José Fernando Guajardo Vasquez, en virtud de los siguientes
fundamentos de hechos y derecho:
Señaló que efectivamente entre José Fernando Guajardo Vásquez y Fabián
Valenzuela Muñoz existió un contrato de trabajo por temporada para ejercer las
labores de Operador Agrícola  en los Predios Agrícolas de la empresa AGRÍCOLA
LC. Dicho contrato es de fecha 10 de junio de 2019 y termina un mes después en
virtud de la misma causal del artículo 159 N° 5 del Código del Trabajo, conclusión
del trabajo o servicio que dio origen al contrato. El contrato de trabajo de fecha

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09 de febrero de 2019 efectivamente contrató los servicios de Don Fabián Antonio
Valenzuela Muñoz para la prestación de servicios de “Cosecha   manzanas   de  

variedades: Royal Gala, Granny Smith, Red Chief, Súper Chief, Sacrlett y Fuji en  

los   precios   de   AGRÍCOLA   LC.”  El demandante percibía un sueldo base de


$301.000.-, más la gratificación legal de un 25%.
Sostuvo que se cumplió con toda la normativa legal vigente, relativa a salud
y seguridad ocupacional, conforme a la actividad que mi representada desarrolla.
Verificó que, respecto de los trabajadores subcontratados, y respecto del
demandante en particular que: 1) Se encontraba contratado por el subcontratista;
2) Sus remuneraciones e imposiciones se encontraban pagadas; 3) Recibió charlas
diarias de seguridad; 4) Recibió de su empleador las capacitaciones e
instrucciones adecuadas a fin de cumplir sus funciones de manera segura; 5) Era
supervisado continuamente en sus labores; 6)Se le hizo entrega de los elementos
de protección personal, conforme su cargo y funciones; 7 Se le hizo entrega de un
ejemplar del Reglamento Interno de Orden, Higiene y Seguridad.
En cuanto al accidente, el Sr. José Guajardo fue contratado por Fabián
Valenzuela Muñoz para efectos de llevar a cabo las labores de Operador Agrícola.
En atención a ello y en contrario a lo señalado por el demandante, fue capacitado
debidamente, informándole sus funciones y los riesgos relacionados a dichas
funciones y la manera de evitarlos junto con el auto cuidado que cada trabajador
debe emplear en el desarrollo de sus labores, tanto por su empleador directo
como por mi representada AGRÍCOLA LC. Así, de acuerdo a nuestros
antecedentes, el día 22 de junio de 2019, alrededor de las 08.00 horas, don José
se encontraba desarrollando las labores para las cuales fue contratado, en
particular, se encontraba podando en el Fundo Santa Rosa. Que en la misma
demanda se puede desprender que nos encontramos ante una empresa
planificada respecto de las funciones que realizan los trabajadores, tal como
señala en la demanda donde el trabajador debe esperar la entrega de la escalera,
una vez entregada cada uno debe tomarla y dirigirse a su lugar de trabajo, dicha
asignación es realizada previamente por don Ramiro y su asistente, para
posteriormente comenzar a trabajar.
Para tales efectos el trabajador, según capacitaciones realizadas, debe
seguir una serie de reglas de seguridad, entre las cuales se encuentran: asegurar
la escala, ubicar los pies levemente separados para recibir el peso en ella,
asegurar un buen enclavamiento de la escala al suelo, la tercera pata de la escala
debe quedar bien enterrada y en el ángulo adecuado. Los trabajadores sobre la
escala usarán sus brazos hasta el alcance normal de éstos y debe evitar subirse a
los dos últimos peldaños.
Pues bien en ese contexto, el actor apartándose de todas las instrucciones,
capacitaciones de seguridad y auto cuidado entregadas por su empleador y mi

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representada, haciendo caso omiso al procedimiento de trabajo seguro,
incurriendo en un actuar temerario sin atender a los factores de riesgo que
existían en torno a la labor que se estaba ejecutando, sin la debida atención y el
auto cuidado que se requiere decide posicionarse precisamente en el penúltimo
peldaño, lo cual se encuentra estrictamente prohibido dentro de las instrucciones
de seguridad.
Como es evidente y tal como lo reconoce el propio trabajador en su
presentación, al estar en un escalón que no debía, pierde el equilibrio y cae al
suelo sobre el lado izquierdo de su cuerpo. Así, los hechos alegados por el Sr.
Guajardo son de su exclusiva responsabilidad por exponerse de tal manera al
riesgo.
Esta falta de cuidado por parte del trabajador se manifiesta en una acción
totalmente negligente e imprudente que adoptó al momento de realizar su trabajo
en condiciones que no eran las óptimas. De acuerdo a los antecedentes que obran
en poder de esta parte, y especialmente a lo señalado por las personas que se
encontraban en el lugar como el Comité Paritario y el Departamento de Prevención
de Riesgos, el actor incurrió en una serie de conductas que podrán ser calificadas
como inseguras que condujeron al incidente de acuerdo se indica a continuación:
Falta   auto   cuidado,   caída   en   altura   penúltimo   peldaño   siendo   que   aquello   se  

encuentra   marcado   por   la   empresa   mandante,   desequilibrio   en   el   cuerpo,  

escalera   en   buenas   condiciones,   trabajador   señala   que   realiza   una   mala  

maniobra y cae, se encuentra a una altura no permitida.

Agregó que este incidente no se habría producido si el trabajador hubiese


respetado las normas de protección y seguridad en el trabajo, especialmente en lo
concerniente al auto cuidado que deben tener los trabajadores al momento de
desempeñar sus funciones, al menos respecto a las normas mínimas de seguridad
y protección.
Que la lesión sufrida por ésta el día 22 de junio de 2019 se debió a una
circunstancia que no puede ser imputada a su empleador.
El demandante no realiza ninguna alegación en torno a qué habría
incumplido su representada en el caso de autos que habría provocado el incidente
que señalan, no obstante, controvertimos definitivamente que a mi representada
le sea imputable cualquier acción u omisión que haya tenido como consecuencia
directa algún accidente y las lesiones que describe haber sufrido el demandante.
Igualmente, controvertimos absolutamente cualquier incumplimiento legal
u obligacional que pretenda imputarse a mi representada, así como cualquier
imputación que tenga por objeto establecer que no ha cumplido con las normas
de seguridad que le impone la ley a la empresa principal o que no adoptó las
medidas necesarias para proteger la vida y la integridad física o psíquica del
demandante.

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En cuanto a las lesiones, la parte demandante alega que a raíz del
accidente habría sufrido lesiones, en particular “Fractura de cuerpos vertebrales  

T12   y  L1”.  En relación al diagnóstico médico y su evolución, esta parte no ha


tenido noticia alguna al respecto por lo que no consta que sea efectivo lo
señalado por el demandante en cuanto a este punto.
En cuanto a la aplicación del artículo 183 e del código del trabajo a la
empresa principal. Nuestro ordenamiento jurídico el que determina a quien le
corresponde la acción. En el caso de la responsabilidad contractual serán las
partes del contrato los titulares de la acción de indemnización, por el
incumplimiento de la obligación que emana del contrato.
La procedencia de la responsabilidad solidaria con la Empresa Principal, la
cual solo se configura en caso de no haberse uso de los derechos otorgados por
la ley. Que la responsabilidad que le es imputable a una empresa principal es una
responsabilidad directa, responde por sus propios hechos, por su propio
incumplimiento, no concurre o contribuye a la deuda de obligaciones en
estructura de solidaridad como garantía en caso alguno el incumplimiento del
demandado principal.
Por lo anterior, bajo ningún aspecto puede suponer que la empresa
principal responde solidariamente de la obligación de seguridad que la ley le
impone al empleador, en consecuencia, las demandadas no podrían ser
condenadas solidariamente ya que habría una clara infracción de ley.
En cuanto al tipo de responsabilidad, nexo causal, daño, reajustes y
costas, señaló los mimos argumentos que esgrimió respecto de la demandante
María Jose Salas Salas.
Finalmente solicita que sea rechazar, en razón de lo expuesto, la demanda
de autos en todas sus partes, que se le condene en costas al demandante, y dar
lugar a las alegaciones subsidiarias, en su caso.
OCTAVO: Que, en la audiencia preparatoria realizada con fecha 20 de
noviembre de 2019 se establecieron las siguientes convenciones Probatorias:
1.- Relación contractual entre los demandantes y las demandadas; 2.-
Relación contractual entre el demandado principal y el solidario; 3.- Funciones de
los demandantes para las demandadas; 4.- En el Fundo Santa Rosa, es donde
ocurrió cada uno de los accidentes de los actores; 5.- Existencia del accidente de
cada uno de los actores; de fecha 23 febrero 2019 por parte de María José Salas
Salas y de fecha 22 de junio 2019 por parte de José Fernando Guajardo Vásquez.-
Que, se fijaron como hechos a probar los siguientes: 1.- Remuneración
percibida por la demandante María José Salas Salas, o promedio de las últimas 3
en caso de ser variable; 2.- Efectividad de que los accidentes sufridos por los
actores, se debieron a la falta de cumplimiento de las medidas de seguridad de
las demandadas. En lo afirmativo, hechos y circunstancia que lo determinan lo
anterior; 3.- Efectividad de haberse expuesto los demandantes imprudentemente

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al accidente, tanto el día 23 febrero de 2019 como el 22 de junio 2019
respectivamente. En lo efectivo, hechos y circunstancias que determinen lo
anterior; 4.- Efectividad de haber sufrido por los actores daño y perjuicio, debido
a los accidentes que cado uno padeció. En lo afirmativo, monto y naturaleza de
aquello.
NOVENO: Que, en la audiencia de juicio, celebrada con fecha 27 de enero
de 2020, la parte demandante doña María Jose Salas Salas, incorporó la siguiente
prueba:
Documental: 1) Informe de antecedentes médicos emitidos por la ACHS
emitido de fecha 21 de junio 2019; 2) Contrato de trabajo de temporada de fecha
11 de febrero 2019; 3) Prueba nueva, caratulado Informe Antecedentes Médicos,
ACHS.
Declaración de testigo: Comparecen los siguientes testigos: 1.- Ana María
Valenzuela Salgado, RUT 11.184.045-1; y 2.- Reinaldo Arnaldo Farías Cáceres,
RUT 16.594.872-6. Quienes legalmente juramentados prestan declaración según
consta en registro de audio del Tribunal.
Exhibición de documento, exhiben e incorporan los siguientes documentos:
DEMANDADO PRINCIPAL. 1) DIAT realizada por la empresa; y se desiste respecto
de la que haya realizado el trabajador; 2) Contrato de prestación del demandado
solidario. DEMANDADO SOLIDARIO. 1.- Contrato de prestación con el demandado
principal.-
Oficios, se incorporan los siguientes documentos: 1) Asociación Chilena De
Seguridad;2) Seremi De Salud De La Región De Maule; 3) Inspección Del Trabajo
De Curicó.-
DECIMO: Que, en la audiencia de juicio, celebrada con fecha 27 de enero
de 2020, la parte demandante don José F. Guajardo Vásquez, incorporó la
siguiente prueba:
Documental:1) Informe antecedentes médicos emitido por la ACHS de fecha
22 de julio de 2019 en donde se encuentra el diagnostico, condición de reposo,
medicamentos e indicaciones a seguir de mi representado; 2) Resonancia nuclear
magnética de columna lumbar emitido por la ACHS de fecha 02 de julio de 2019;
3) Protocolo de Poda emitido por la ACHS en donde se describen las normas
básicas de seguridad en el procedimiento de poda de árbol. (2 caras)
Confesional: Rinde prueba confesional el demandado principal don Fabián
Valenzuela Muñoz.-
Declaración de testigos: comparecen los siguientes testigos: 1.- Ricardo
Javier Cruz Maldonado, RUT: 14.602.899-3; 2.- Pedro David Inostroza Becerra,
RUT: 19.603.207-k. Quienes legalmente juramentados prestan declaración según
consta en registro de audio del Tribunal.
Oficios: se incorporan los siguientes oficios: 1.- Asociación Chilena De
Seguridad; 2.- Inspección Del Trabajo De Curicó.-

PJXGXXXXBX
Exhibición de documentos, exhiben e incorporan los siguientes
documentos: DEMANDADA PRINCIPAL. 1) Copia de procedimiento de trabajo
seguro, del área de trabajo en que desempeñaba funciones el actor y copia de
recepción de éste, protocolo de poda o procedimiento de poda de árbol; 2)
Registro de capacitaciones, inducciones y procedimientos escritos con que
contaba el actor para las labores que cumplía, específicamente en labores que
realizaba este actor, con indicación de recibo por parte de éste; 3) Copia el o los
contratos del o los profesionales en prevención de riesgos, vigentes a la época del
accidente.
PARA AMBAS DEMANDADAS.1) Copia de documento “identificación de
peligros y evaluación de riesgos” y “derecho a saber”, con indicación de recibo por
parte del actor; 2) Comprobantes de entrega de elementos de protección personal
al actor, con indicación de recibo, con anterioridad al 22 de junio del presente
año, específicamente del arnés de seguridad y línea de vida; 3) Copia de
documento, identificación de peligros y evaluación de riesgos, del lugar en donde
se produjo el accidente, elaborado por la empresa con anterioridad al mismo.
DECIMO PRIMERO: Que, en la audiencia de juicio, celebrada con fecha 27
de enero de 2020, la parte demandada Fabian Valenzuela Muñoz, incorporó la
siguiente prueba:
Documental:
a) RESPECTO DE DOÑA MARIA JOSÉ SALAS SALAS: 1) Copia acta
información riesgos de actividad y derecho a saber, entrega EPP, comprobante
entrega Reglamento Interno, de fecha 12/02/2019; 2) Copia Libro Actas Comité
Paritario del Contratista Fabián Valenzuela Muñoz, respecto actas de sesiones
de fecha 24 y 26 febrero 2019, sobre investigación causas accidente de doña
María José Salas Salas con sus anexos: -Copia acta Cumplimiento da la Obligación
Informar Riesgos. -Formulario ACHS Investigación Accidente Trabajo de fecha 25
de febrero 2019. -Investigación Accidente y declaración Testigo: Bárbara Rivero
Velásquez, de fecha 23 de febrero 2019. -Investigación Accidente y declaración
Testigo: Juan Rivera Ramírez, de fecha 23 de febrero 2019. -Investigación
Accidente y declaración Testigo: Julia Gómez Jara, de fecha 23 de febrero 2019.
3.- Copia DIAT N° caso 9000042909 de fecha 23 de febrero de 2019; 4)
Acta cumplimiento Obligación Informar Riesgos D.S., N° 40 de fecha 15 febrero
2019.
b) RESPECTO DE DON JOSE GUAJARDO: 1) Copia acta entrega ejemplar
Reglamento Interno de fecha 10/06/2019; 2) Copia acta entrega información
riesgos de actividad y derecho a saber, entrega EPP, de fecha 10/06/2019; 3) Acta
cumplimiento Obligación Informar Riesgos D.S: N° 40 de fecha 10 junio 2019; 4)
Acta Departamento Prevención Riesgos de fecha 21 junio 2019, donde consta
entrega EPP; 5) Copia Libro Actas Comité Paritario del Contratista Fabián
Valenzuela Muñoz, respecto actas de sesiones de fecha 24 y 26 junio 2019, sobre

PJXGXXXXBX
investigación causas accidente de don JOSE GUAJARDO, con sus anexos: -Copia
DIAT ACHS. -Formulario ACHS Investigación Accidente Trabajo de fecha 22 de
junio 2019. Investigación Accidente y declaración Testigo: Francisca Rodríguez
Cancino, de fecha 22 de junio 2019. -Investigación Accidente y declaración
Testigo: Daniel Rioseco Rioseco, de fecha 22 de junio 2019.
6) Copia DIAT N° caso 0006435040 de fecha 22 de junio de 2019.
c) RESPECTO DE AMBOS DEMANDANTES: 1) Copia Contrato prestación
servicios prevencionista de fecha 01/12/2018; 2) Copia Programa Prevención para
trabajadores expuestos a riesgos trastorno musculo esquelético; 3) Copia Plan
Prevención de Riesgos año 2019 del empleador Fabián Valenzuela Muñoz, incluye:
Matriz de Riesgos, Matriz de Elementos de Protección Personal; Cronograma
actividades; 4) Copia acta inspección prevención Riesgos meses: febrero, marzo,
abril, junio del 2019; 5) Copia acta conformación Comité Paritario, de fecha 12 de
febrero 2019, recepcionado por ACHS; 6) Copia certificado cumplimiento
obligaciones previsionales: meses marzo- abril- julio 2019; 7) Comprobante
Registro Intermediario Agrícola año 2019, de la Inspección del Trabajo N° 157
ingresada el 24/09/2019.-
Confesional. Rinde prueba confesional la demandante doña María José Salas
Salas, y posteriormente don José Guajardo Vásquez.-
Declaración de testigos: Comparecen los siguientes testigos: 1.- Vilma
Quiroz silva, empleada; 2.- José Cáceres Celis, empleado; 3.- Daniel Rioseco
Rioseco, empleado; 4.- Bárbara Rivera Velásquez, empleada. Quienes legalmente
juramentados prestan declaración según consta en registro de audio del Tribunal.
Exhibición de documentos, exhiben e incorporan los siguientes
documentos: Doña MARIA JOSÉ SALAS SALAS: No exhibe el documento, señalando
que nunca le han realizado una transferencia desde la cuenta de la demandada
principal.- no se hace efectivo el apercibimiento solicitado.
DECIMO SEGUNDO: Que, en la audiencia de juicio, celebrada con fecha 27
de enero de 2020, la parte demandada AGRICOLA LC LIMITADA, incorporó la
siguiente prueba:
Documental:
RESPECTO DE AMBOS DEMANDANTES: 1) Programa de prevención para
trabajadores expuestos a factores de riesgos de trastornos musculo esqueléticos
con relación a extremidades superiores; 2) Acta de Constitución Comité Paritario
de Higiene y Seguridad de FABIÁN ANTONIO VALENZUELA MUÑOZ, de fecha 12 de
febrero de 2019; - Contrato de prestación de servicios de fecha 09 de febrero de
2019 entre AGRICOLA LC LTDA y FABIÁN ANTONIO VALENZUELA MUÑOZ, firmado
por los suscribientes. 3) Contrato de prestación de servicios profesionales de
fecha 01 de diciembre de 2018 entre FABIAN VALENZUELA MUÑOZ y PEDRO
NICOLAS HERNÁNDEZ BARRERA, prevencionista de riesgos; 4) Certificado de

PJXGXXXXBX
cumplimiento de obligaciones laborales y previsionales del mes de marzo y abril
de 2019.
RESPECTO DEL DEMANDANTE MARIA JOSÉ SALAS SALAS:1) Contrato de
trabajo de temporada de fecha 11 de febrero de 2019, entre FABIAN VALENZUELA
MUÑOZ y MARÍA JOSÉ SALAS SALAS, firmado por los suscribientes; 2) Liquidación
de sueldo de la actora de febrero 2019 emitida por FABIÁN ANTONIO VALENZUELA
MUÑOZ; 3) Derecho a saber, faena cosecha manzana, de fecha 12 de febrero de
2019, firmado por la actora, emitido por FABIÁN ANTONIO VALENZUELA MUÑOZ;
4) Capacitación de fecha 12 y 15 de febrero de 2019, firmadas por la trabajadora;
5) Comprobante recepción Reglamento Interno de Orden, Higiene y Seguridad de
FABIÁN ANTONIO VALENZUELA f MUÑOZ firmado por la trabajadora; 6) Denuncia
Individual de Accidente del Trabajo (DIAT). 7) Acta reunión Comité Paritario
de FABIÁN ANTONIO VALENZUELA MUÑOZ respecto incidente MARÍA JOSÉ SALAS
SALAS; 8) Finiquito de fecha 09 de abril de 2019 entre FABIÁN ANTONIO
VALENZUELA MUÑOZ y MARIA JOSÉ SALAS SALAS; 9) Contrato de trabajo de don
NELSON FRANCISCO ALBORNOZ ZELADA, conductor del tractor, de fecha 22 de
enero de 2019, firmado por los suscribientes; 10.- Licencia de conducir clase B/D
y certificado de aplicador de plaguicidas reconocido de don NELSON FRANCISCO
ALBORNOZ ZELADA; 11) Comprobante de entrega de Reglamento Interno de
Orden, Higiene y Seguridad de don NELSON FRANCISCO ALBORNOZ ZELADA; 12)
Registro de capacitación de inducción Agrícola LC, cumplimiento DS 40, Ley N°
16.744, de fecha 22 de enero de 2019, firmado por el suscribiente; 13)
Procedimiento de conducción y operación tractor agrícola, carros de arrastre,
hidráulicos, auto cargables y maquinaria de acople, de don NELSON FRANCISCO
ALBORNOZ ZELADA, de fecha 22 de enero de 2019, firmado por el suscribiente;
14) Procedimiento de trabajo labores de cosecha de don NELSON FRANCISCO
ALBORNOZ ZELADA; 15) Dos fotografías, una de la señalética de advertencia que
se encuentra en el Campo y otra del equipo sonoro del tractor que refleja
decibeles de intensidad de ruido generado a 97 DB (A).
RESPECTO DEL DEMANDANTE JOSÉ FERNANDO GUAJARDO VÁSQUEZ: 1)
Contrato de trabajo de temporada de fecha 10 de junio de 2019, entre FABIAN
VALENZUELA MUÑOZ y JOSE FERNANDO GUAJARDO VASQUEZ, firmado por los
suscribientes; 2) Derecho a saber, faena cosecha manzana, de fecha 10 de junio
de 2019, firmado por la actora, emitido por FABIÁN ANTONIO VALENZUELA
MUÑOZ; 3) Capacitación de fecha 10 de junio de 2019, firmada por el trabajador;
4) Instructivo uso y control en labores con escaleras en huertos agrícolas junto
con el registro general de actividad de fecha 20 de junio de 2019, respecto de
trabajo en altura, traslado dentro del huerto, cortes o punzamientos, otros
riesgos y medidas preventivas, firmado por el trabajador; 5) Comprobante
recepción Reglamento Interno de Orden, Higiene y Seguridad de FABIÁN ANTONIO
VALENZUELA MUÑOZ firmado por el trabajador; 6) Entrega de Elementos de

PJXGXXXXBX
Protección Personal firmado por el trabajador, de fecha 21 de junio de 2019; 7)
Denuncia Individual de Accidente del Trabajo (DIAT); 8) Acta reunión Comité
Paritario de FABIÁN ANTONIO VALENZUELA MUÑOZ respecto incidente JOSE
FERNANDO GUAJARDO VASQUEZ; 9) Finiquito de fecha 09 de julio de 2019 entre
FABIÁN ANTONIO VALENZUELA MUÑOZ y JOSE FERNANDO GUAJARDO VASQUEZ;
10) Tres Fotografías de la escala, que dan cuenta de la altura de ésta como
también de las señaléticas de advertencia y la advertencia de no pisar el
penúltimo peldaño.
Declaración de testigos: comparece el siguiente testigo: 1.- Juan Seitz
Vásquez, cédula nacional de identidad N° 11.797.646-7; y Bárbara Rivera
Velásquez, empleada. Quienes legalmente juramentados prestan declaración
según consta en registro de audio del Tribunal.
DECIMO TERCERO: Que se incorpora la prueba ordenada por el Tribunal.
Oficio de AFP CAPITAL, certificado histórico respecto a la demandante Sra. María
José Salas Salas cédula nacional de identidad número 17.192.071-K.
DECIMO CUARTO: Que, es un hecho de la causa que no está controvertido,
la existencia de la relación laboral entre las partes al momento del acaecimiento
de los eventos indicados como accidentes del trabajo por ambos demandantes, y
que sirve de fundamento de cada demanda, por lo que, respecto de la extensión y
las condiciones de la relación laboral, se estará a lo afirmado en la demanda en
aquello que pudiera resultar necesario para resolver la contienda.
DECIMO QUINTO: Que, en cuanto a la existencia de los accidentes del
trabajo, fue un hecho no controvertido que la trabajadora María José Salas Salas
con fecha 23 de febrero de 2019, sufrió un accidente en el fundo Santa Rosa. Así
mismo no se controvirtió que con fecha 22 de junio de 2019 don José Fernando
Guajardo Vásquez, sufrió un accidente en el Fundo Santa Rosa. Circunstancias que
fueron reforzadas con las respectivas"Denuncia Individual de Accidente del
Trabajo" (DIAT), acompañadas que ordena el D.S. 101 de 29-ABR-1968 del
Ministerio del Trabajo y previsión Social que “APRUEBA REGLAMENTO PARA LA
APLICACION DE LA LEY N° 16.744, QUE ESTABLECE NORMAS SOBRE ACCIDENTES
DEL TRABAJO Y ENFERMEDADES PROFESIONALES”.
DECIMO SEXTO: Que, acreditada las relaciones de naturaleza laboral y el
hecho del accidente de trabajo que tuvo cada demandante, la carga de la prueba
de acreditar que se tomaron todas las medidas posibles y necesarias para evitar
los siniestros laborales recae en el empleador y en este caso en la empresa
usuaria que ejerce las potestades de mando y disciplinarias que en un contrato de
trabajo ordinario corresponden al primero. Dichas obligaciones nacen tanto la Ley
N° 16.744 como del artículo 184 del Código del Trabajo, que impone al
empleador el deber general de protección de la vida y de la salud de los
trabajadores, debiendo tomar todas las medidas necesarias para ello.

PJXGXXXXBX
DECIMO SEPTIMO: Que, así las cosas, esta responsabilidad tiene carácter
contractual, puesto que las normas mencionadas precedentemente se deben tener
por incorporadas a la convención de trabajo, obligando al empleador a disponer a
favor de los trabajadores todas las medidas de seguridad y a proporcionarle todos
los elementos necesarios para prevenir cualquier tipo de accidente mientras
presta sus servicios personales. De esta manera, como ya se dijo, corresponde al
empleador probar que adoptó todas aquellas medidas y que proporcionó todos
los elementos o implementos necesarios para evitar los accidentes de autos,
otorgando la máxima seguridad posible en el lugar en que se prestaban los
servicios por sus dependientes. De no probar esta circunstancia, se presume la
culpa, por tratarse de una responsabilidad de carácter contractual, no
procediendo imponer la carga de la prueba los trabajadores demandantes.
DECIMO OCTAVO: Que, conviene detenerse antes de entrar al quid del
asunto, sobre el grado de culpa por el que responde el empleador en esta
materia, toda vez que como ha resuelto reiteradamente la jurisprudencia sobre
este punto, cuando se trata de cumplir con esta obligación tan perentoria como
extrema, cualquier omisión importa desobedecer el deber que incumbe al
empleador. En ese orden de ideas, esta Jueza entiende que de las tres especies
de culpa o descuido que establece nuestro derecho común, el empleador
responde de la culpa levísima, esto es, la falta de aquella esmerada diligencia que
un hombre juicioso emplea en la administración de sus negocios importantes,
porque penden de su observancia bienes jurídicos tan importantes como la vida y
la salud de los trabajadores, bienes que por lo demás tienen la calidad de
garantías constitucionales de conformidad al artículo 19 de la Constitución
Política de la Republica.
DECIMO NOVENO: Que, sin perjuicio de lo expuesto en los motivos
precedentes, debe señalarse que la responsabilidad del empleador no es de índole
objetiva, sino que siempre requiere de culpa o dolo para hacer nacer la obligación
de indemnizar, de forma tal que sí se acredita que al empleador le asistió una
imposibilidad para impedir el accidente del trabajo, no responde, pues, nadie está
obligado a lo imposible. En la misma línea de ideas, tampoco es posible afirmar
que la obligación que pesa sobre el empleador sea de resultado y no de medios,
toda vez que la primera opción repugna al principio de la culpabilidad, el cual
informa a todo nuestro ordenamiento jurídico no sólo en la materia penal, no
obstante de que tal principio cobra especial relevancia en esta última rama del
derecho. De ese modo, siendo la obligación del empleador de medios, siempre
existirá la posibilidad de que este no pueda racionalmente evitar la posibilidad de
un accidente. Así las cosas, siendo necesaria la culpabilidad de la empresa en el
accidente del trabajo para que se acoja la demanda de indemnización de
perjuicios, necesariamente deben estimarse que pueden existir circunstancias que
alteran o eliminan la responsabilidad del deudor, a saber: La ausencia de culpa, el

PJXGXXXXBX
caso fortuito o fuerza mayor, el estado de necesidad, la culpa de la víctima y el
hecho ajeno.
VIGESIMO: Que, en cuanto a esto último corresponde analizar la falta de
cuidado o actuar imprudente alegada por las demandadas como excepcione so
defensas respecto de cada uno de los trabajadores.
En cuanto a la Trabajadora María José Salas Salas, se indica por las
demandadas que existió un mal uso de las herramientas de trabajo, ya que utilizaba
por el frente el “capacho” donde se carga la fruta, utilizando mal la escalera, ya que
al descender debe estar libre el espacio entre ella y la escalera, sin embargo ella
habría tenido el “capacho”, lo cual por su volumen la desestabiliza en los últimos
peldaños y la obliga a poner un pie atrás para pisar en donde operaba un tractor con
carga, además de la utilización de elementos distractivos durante la actividad
agrícola, es decir, audífonos, lo que aumentó el riesgo, exponiéndose de manera
imprudente a un peligro del todo evitable. Que para acreditar ello se acompañaron
las actas de investigación llevada a cabo por el comité paritario de la empresa y la
declaración de dos testigos, por una parte doña Wilma Quiroz y doña Bárbara Rivera,
quienes se encontraban en el lugar de los hechos el día del accidente, la primera
forma parte del comité paritario, según documento de constitución del mismo, e
indicó que vio a la demandante en la hilera de cosecha con su escalera mal puesta,
al igual que vio el tractor avanzando, no vio el accidente pero indica que la
demandante habría tenido la culpa por poner mal la escalera, por otro lado la
segunda testigo quien era compañera de hilera de la demandante, indica que la vio
utilizar mal el capacho, oportunidad en la cual desde el segundo escalón se
desestabiliza cae y el tractor le pisa el pie, que no habría escuchado por estaba con
audífonos, ambas indicaron que estaban cambiándose de hilera por que habían
saltado una. Que por otra parte los testigos de la demandante don Reinaldo Farías y
doña Ana María Valenzuela, ambos ex trabajadores de las empresas demandadas,
coinciden en indicar que al llegar se había posicionado en sus hilera, pero por
instrucción de la supervisora debían correrse de hilera por que habían saltado una,
en esa oportunidad en que la demandante se estaba cambiando de hilera, el tractor
estaba retrocediendo alcanzándole el pie, al ver las señas de sus compañeros se
detiene, pero luego avanza y le habría pasado de nuevo por encima del pie, ambos
indican que el tractorista habría andado con audífonos en ese instante. Que
analizados los medios de prueba ya reseñados, además del testimonio de la
demandante y el informe de antecedentes médicos de las ACHS que indica que la
trabajadora sufrió “fractura metatarsiano cerrada”, se acreditó que la dinámica del
accidente fue la indicada por los testigos de la demandante, es decir que la
demandante estaba cambiándose de hilera en instantes en que es alcanzada por el
tractor que se estaba desplazando, ya que esta coincide de forma más lógica con los
antecedentes tenidos a la vista en esta causa, toda vez que el tipo de fractura
coincide con que la demandante iba cambiándose de hilera, lo que no ocurre así con

PJXGXXXXBX
el relato de las demandadas puesto que ella indican que la demandante se
desestabilizo y al pisar en la línea de movimiento del tractor sufre el accidente, lo
que no coincide con el tipo de lesión puesto que si hubiese sido de dicha forma, la
lesión no habría estado en la parte frontal del pie, sino más bien en la parte
posterior e incluso pudiendo ser más grave. Que además los relatos de las testigos
de las demandadas indican que la demandante andaba con audífonos y que ya había
empezado la cosecha, lo que no coincide con que les ordenaron cambiar de hilera
antes de iniciar, y su hubiese andado con audífonos, no habría escuchado la
instrucción dada a los trabajadores; y respecto de la utilización del capacho, la
testigo Wilma indicó estar a una distancia considerable para ver de qué forma lo
estaba utilizando y por otra parte la segunda testigo tiene un relato contradictorio
puesto que indica que se iban a cambiar de hilera pero al mismo tiempo la
demandante estaba cosechando, por lo que se rechaza la excepción opuesta por las
demandadas.
VIGESIMO PRIMERO: En cuanto a la falta de cuidado alegada por las
demandadas respecto del demandante José Fernando Guajardo Vásquez.
Que el trabajador se encontraba podando un árbol se encontraba sobre la
escalera, sobre los últimos escalones, cuando procede a costar una rama perdiendo
el equilibrio, cayendo al suelo desde una altura de 3 metros aproximadamente, de
acuerdo con ello se indica que el trabajador reconoce una mala utilización de la
herramienta de trabajo, al realizar una mala maniobra, además de subir a una altura
prohibida. Que de acuerdo con ello correspondía acreditar si existió la falta de
cuidado alegada, en ese sentido se acompañó el testimonio por parte de la
demandada de don Daniel Rioseco quien habría presenciado el accidente y relató
haber el trabajador se subió al ultimo peldaño que le habría advertido que se bajara
por que se podía caer, a lo que él no hizo caso y se cayó; así mismo don José
Cáceres quien es el prevencionista de riesgos, señala que concurrió horas después
de ocurrido el accidente, sin haber presenciado el accidente, indicando que el
terreno de la parcela era irregular; por otra parte los testigos del trabajador tanto
don Ricardo Cruz y don Pedro Inostroza, son ex trabajadores de la empresa
demandada, indican que las escaleras entregadas muchas de ellas no estaban
marcadas con las alturas peligrosas, que muchas estaban en malas condiciones, y
que no se les pagaba la poda si no estaba bien podado el árbol, debiendo en
muchas oportunidades subir más allá del metro con ochenta centímetros, para
poder con la labor encomendada; lo que fue corroborado también por el
demandante al momento de absolver posiciones; por otra parte en la investigación
llevada acabó por el comité paritario se concluye que el trabajador subió al
penúltimo peldaño superando la altura permitida, y que el terreno presenta
desniveles, por lo que existió un descuido del trabajador; además se acompaña una
capacitación al trabajador de fecha 10 de junio de 2019 en el cual se indica como
riesgos asociados “caídas de igual o distinto nivel ” y en cuanto a la realizar el

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trabajo sobre escalera “2. Evitar subirse a los dos últimos peldaños”, y en el
Instructivo de uso y control de labores con escaleras reitera que las escaleras se
encuentran marcadas para la advertencia de la altura permitida y que esta prohibido
subir a más de 1,80 metros. De todos estos antecedentes, se concluye que el
trabajador si subió a más de 1,80 metros, sin embargo no se le puede atribuirle
falta de cuidado a su conducta, ya que como se desprende del relato de los testigos
de la parte demandante se les exige la poda completa del árbol para que se les
efectúe dicho pago, compeliendo a que sin importar la altura debe terminar la poda
según el relato de los testigos, así mismo en la capacitación otorgada al trabajador
no se es claro ni tajante con la prohibición impuesta en el instructivo de seguridad,
además de ser todos documentos emanados del empleador los cuales no todos se
encuentran firmados por el trabajador, y fechados todos con el día de la
contratación, por lo que parece a los menos dudoso que el trabajar en ese solo acto
hubiese leído todos los riesgos y prohibiciones establecidas en ellos. Por ello es que
no puede atribuírsele al trabajador una falta de cuidado cuando el empleador no es
claro en las capacitaciones otorgadas además de imponer a los trabajadores de
realización de determinadas faenas de las cuales depende su pago, las cuales si no
están realizadas en la forma que él indica queda supeditado el pago de su
remuneración, ante lo cual el trabajador en una relación desigual accede aun cuando
ello pueda implicar un riesgo, por lo que se rechazara la excepción opuesta por los
demandados.
VIGESIMO SEGUNDO: Que, rechazada las excepciones opuestas por los
demandados, correspondía a las mismas acreditar que tomaron todas las medidas
posibles y necesarias para evitar los siniestros laborales, en cuanto a doña María
Jose Salas, que la trabajadora incumplió con la utilización del capacho y se
interpuso en la trayectoria del tractor, que este último contaba con el aparato
sonoro de alerta y que el conductor se desplazaba atento a las condiciones en el
predio; y en cuanto al trabajador José Fernando Guajardo Vásquez que le estaba
prohibido subir más de 1,80 metros de la escalera para realizar la poda y que
contaba con las capacitaciones para ello.
VIGESIMO TERCERO: Que, en cuanto a la demandante María Jose Salas
Salas, para acreditar lo anterior se acompañó Derecho a Saber de la faena de
cosecha de manzana, entrega de EPP, comprobante de entrega de Reglamento
interno, comprobante de recepción de reglamento interno de orden, higiene y
seguridad, capacitaciones de fecha 12 y 15 de febrero de 2019, copia de
programa y plan de prevención de riesgos, acta de cumplimiento de obligación de
informar riesgos D.S N°40 de fecha 15 de febrero de 15 de febrero de 2019, para
acreditar la utilización inidónea del capacho, sin embargo habiéndose
determinado previamente que esta no fue la causa del accidente, puesto que no
habría resbalado de la escalera, sino más bien, que en el desplazamiento de la
trabajadora el tractor sin tener la precaución requerida alcanza a su pie derecho,

PJXGXXXXBX
por no contar este con el aparato sonoro de advertencia. En cuanto a las
condiciones del tractor se acompañó el contrato de trabajo del don Nelson
Albornoz, quien es el tractorista, así mismo como su licencia, la entrega que se le
efectúo del Reglamento interno de orden, higienes y seguridad, registro de
capacitaciones, procedimiento de conducción y operación del tractor agrícola,
procedimiento de cosecha, así como dos fotografías de señalética y una del
aparato sonoro del tractor, son medios de prueba que permiten acreditar que el
tractorista cumplía con la reglamentación vigente para conducir así como que se
le entrego la información necesaria para la realización de su faena, pero la sola
fotografía del aparato sonoro no acredita que este se hubiese encontrado en
buena condiciones a la fecha de la ocurrencia del accidente laboral puesto de dos
testigos veraces y conteste indicaron que el tractor no contaba con dicho
instrumento, no pudiendo la demandante esquivar al tractor si no logro escuchar
que venía retrocediendo, así mismo no se acredito que el conductor conducía
atento a las condiciones, puesto que todos los testigos tanto los de la parte
demandante como demandada son coincidentes en que se la había dado la
instrucción de cambiar de hilera, por lo que si fue una orden emanada del
representante del empleador en la faena debieron haberse extremado las medidas
para evitar un accidente y que los tractores estuviesen en movimiento mientras
los trabajadores se desplazaban, por lo que se entenderá que no adoptaron todas
las medidas posibles y necesarias para prevenir el accidente.
En cuanto al trabajador José Fernando Guajardo Vásquez para acreditar que
le estaba prohibido subir a una altura superior a 1,80 metros y que contaba con
las capacitaciones para ello, se acompañó Derecho a Saber de la faena de cosecha
de manzana de fecha 10 de junio de 2019, comprobante de recepción de
reglamento interno de orden, higiene y seguridad, capacitación de fecha 10 de
junio de 2019, copia de programa y plan de prevención de riesgos, acta de
cumplimiento de obligación de informar riesgos D.S N°40 de fecha 15 de febrero
de 15 de febrero de 2019, entrega de elementos de protección personal,
instructivo de usos y control de labores con escaleras en huerto, todos
documentos que dan que se efectuaron capacitaciones, sin embargo como ya se
indicó al momento de analizar la excepción opuesta respecto del trabajador, entre
los documentos existen imprecisiones que pueden inducir a errores, ya que no en
todos los documentos se establece la prohibición de acceder a los dos últimos
escalones, así mismo como que el empleador exigía que la podar del árbol se
realizara de forma completa, sin importar si los arboles excedían la altura
alcanzada hasta subir a 1,80 metros de la escalera forzando de esa manera que el
trabajador deba exceder dicho limite para poder obtener la remuneración faena,
además que aun que no fuera alegado como causa del accidente, no acredito que
las escaleras estuviesen todas debidamente marcadas, ni en condiciones óptimas,
incluso las solas fotografías incluida en la investigación del comité paritario como

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las fotografías acompañadas por la demandada solidaria no fueron suficientes
para desvirtuar el razonamiento anterior; sobre todo cuando siendo el trabajador
la parte más débil en la relación quien requiere y necesita su remuneración como
sustento familiar, recae sobre el empleador la responsabilidad no imponer al
trabajador tareas que puedan poner en riesgo su salud, por lo que se entenderá
que no adoptó todas las medidas posibles y necesarias para prevenir el accidente.
VIGESIMO CUARTO: Que, en la presente controversia, con el mérito de la
prueba ofrecida y rendida en el presente juicio, probanzas que han sido valoradas
conforme a las reglas de la sana crítica, esto es de conformidad a los principios de
la lógica, como el principio de la contradictoriedad y al principio de la razón
suficiente, a las máximas de la experiencia, que son normas generales,
independientes del caso concreto, que se obtienen de la observación que hace
esta Jueza del mundo que la rodea y que se aplican a otras situaciones de la
misma especie y a los conocimientos científicamente afianzados, todos medios
probatorios múltiples, precisos y concordantes entre sí, esta Sentenciadora se ha
formado la convicción que, en estos accidentes, efectivamente existe culpa de las
empresas demandadas quienes, aquí, podía prever su ocurrencia y así poder
evitarlo, adoptando para ello las medidas eficaces y necesarias, existiendo, por
ende, responsabilidad subjetiva de su parte.
VIGESIMO QUINTO: Que, en cuanto al daño que se reclama por los
demandantes, las acciones impetradas en estos autos tienen por objeto recabar el
pago de una indemnización por daño moral en cuanto a ambos demandantes y
una indemnización por lucro cesante respecto de la demandante María Jose Salas
Salas.
Siguiendo la idea anterior, resulta gravitante definir previamente el daño no
patrimonial y se entiende que es aquel que comprende todos los intereses no
patrimoniales y este menoscabo no patrimonial se denomina daño moral cuando
consiste en el dolor, pesar o molestia que sufre la víctima en su sensibilidad física
o en sus sentimientos o en sus creencias o afectos.
En efecto el daño moral o daño extrapatrimonial puede consistir en la
lesión de derechos de la personalidad, como el derecho al honor, daño corporal o
físico, puro o en sentido amplio, daño estético, perjuicio agravado y pérdida de
una chance.
Pues bien, en el caso del daño no patrimonial y del daño moral en
específico, la indemnización no puede ser objeto de reparación, pues la
indemnización no permite aquí a la víctima volver al estado de cosa anterior,
debido a que, por ejemplo, el dolor físico, la pérdida de la auto estima y de la
alegría de vivir no son propiamente reparables, sino que, por el contrario, la
indemnización en este caso debe ser compensatoria, o sea , aquella debe
compensar el mal causado, permitiendo obtener otras ventajas en la vida, sin que
se pueda substituir, por la vía del resarcimiento, el bien que ha sido afectado y lo

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que se persigue, en definitiva, es hacer una vida más llevadera a quien ha
soportado una carga física o del alma importante, la que debe ser fijada de
manera prudencial, un tanto subjetiva, con parámetros de equidad y de justicia
correctiva, debiendo existir una proporción entre la entidad del daño y la cuantía
o monto de la indemnización, pero dicha determinación también puede ser
objetiva y considerar la extensión del sufrimiento o la duración del mismo, la
edad de la víctima, la gravedad del hecho y la conducta del obligado.
Por su parte, en cuanto al daño patrimonial es aquel que tiene un valor de
mercado, que puede ser valorado en dinero, porque se refieren a bienes
comerciables y si el daño consiste en que se impidió un efecto patrimonial
favorable, porque no se produjo un ingreso o no es disminuyó un pasivo, se
denomina lucro cesante.
Ahora bien, la indemnización en el caso del daño patrimonial, es
reparatoria, pues persigue colocar a la víctima en la misma situación en que se
encontraría si no hubiese sido víctima del daño causado por el hecho del
demandado y en el caso particular del lucro cesante, aquel siempre tiene un
elemento contingente, porque se basa en la hipótesis de que la víctima habría
obtenido ciertos ingresos si no hubiese ocurrido el hecho que genera la
responsabilidad, o sea se debe probar la pérdida de una ganancia o ingreso futuro
y se debe considerar en la especie los ingresos netos, descontando los gastos,
que pueden ser razonablemente esperados por una persona, el demandante, de
conformidad con el normal desarrollo de los acontecimientos, es decir se debe
recurrir a estimaciones o a incertidumbres, con una base objetiva, moviéndonos
en este caso en el difuso rango entre el daño cierto y el perjuicio o menoscabo
eventual.
VIGESIMO SEXTO: En cuanto a las prestaciones reclamadas por la
demandante María Jose Salas Salas, esto es indemnización por lucro cesante y
daño moral.
En cuanto al lucro cesante la parte demandante, teniendo la carga, no
allega al proceso antecedentes probatorios suficientes para tener por acreditada o
probada su existencia, esto es los ingresos que habría obtenido la actora, de no
haber ocurrido el accidente y los gastos, para poder realizar la operación en orden
a descontar de los ingresos netos, los gastos normalmente esperados o
razonablemente esperados, ello de conformidad al normal desarrollo de los
acontecimientos, no habiendo en este caso establecido o asentado una base
objetiva para poder ingresar al plano de las estimaciones, no rindiendo, por
ejemplo una prueba pericial, de un contador o de un asistente social, ni
incorporando documentos como boletas de gastos, para poder formarse la
convicción acerca de la pérdida de estas ganancias futuras y la cuantía de las
mismas.

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En cuanto a la indemnización del daño moral, aquel se tiene por
acreditado, por un lado, con el tenor de la copia de “memorándum notificación
evaluación incapacidad permanente por accidente” según la cual se notifica la
resolución de incapacidad permanente de la Ley N ° 16.744 extendida por la
Asociación Chilena de Seguridad, en la que consta que, a raíz de este accidente de
trabajo, la actora sufrió una Luxofratura de lisfranc operada derecha, dolor
crónico medio pie más edema medio pie derecho, con una claudiación de la
marcha, cicatriz hipertrófica leve pie derecho, con grado total de incapacidad del
17,50% , lo que concuerda con la copia de informe de antecedentes médicos de
fecha 23 de febrero de 2019 y con las copias de atenciones ambulatorias y de
urgencias también extendidas por la ACHS y por otro lado con la declaración del
testigo Reinaldo Farías, pareja de la trabajadora, quien señala que este último, a
consecuencia del accidente, sufrió un cicatriz y que tiene problemas para
movilizarse, que no puede caminar largas distancias por que le duele el pie ni
estar mucho rato parada y que no tiene en la actualidad vida social, así como que
no ha podido trabajar lo que ha reducido el ingreso en el hogar, afectando la vida
familiar, que la demandante tiene dos hijas no comunes y que se encuentra
embarazada actualmente, todo lo cual permiten tener por probada la existencia
de los dolores físico que padeció la Sra. Salas y secuelas psicológicas, corporales y
estéticas que padece a consecuencia de este accidente, que ha alterado
negativamente su vida, su auto estima y su relación con el medio, lo cual
constituye el perjuicio extrapatrimonial que debe ser indemnizado, por aquellos
responsables o causantes del mismo y cuya cuantía deberá determinarse tomando
en consideración la gravedad o entidad de la lesión, la extensión, la edad de la
víctima, el grado de incapacidad y la conducta del obligado.
VIGESIMO SEPTIMO: En cuando a la indemnización por daño moral
demandada por José Fernando Guajardo Vásquez.
Se allegó resonancia magnética de fecha 2 de julio de 2019, se acreditó
que sufrió “fractura por aplastamiento de cuerpos vertebrales T12 y L1”,
corroborado con el informe de antecedentes médicos emitido por la ACHS,
además de indicar que tiene un dolo modera a palpación, así como dolor
moderado en hombro derecho al realizar movilidad, evolucionado con dolor a
nivel lumbar izquierdo. Así mediante oficio de la ACHS del demandante se
acreditó lo indicado por el demandante, en cuanto a la demora de la detección de
la fractura, así como el dolor sufrido por el demandante desde el accidente el día
22 de junio de 2019 hasta la detección de la causa de su dolencia esto es el 5 de
julio de 2019; además de otras secuelas, como escape de orina ocasional y
constante dolor, que hasta el ultimo control de fecha 15 de noviembre de 2019,
aun presenta dolor para lo cual tiene terapia analgésica, a lo que hay que agregar
los padecimientos anímicos sufridos, ya que los dos testigos presentados fueron
concordantes en indicar que en las oportunidades que han visto al demandante

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este se ve decaí, sin ánimo, que se mueve despacio, diferente a lo que era antes
del accidente, por lo que se ha alterado negativamente su vida, su auto estima y
su relación con el medio, lo cual constituye el perjuicio extrapatrimonial que debe
ser indemnizado, por aquellos responsables o causantes del mismo y cuya cuantía
deberá determinarse tomando en consideración la gravedad o entidad de la
lesión, la extensión, la edad de la víctima, el grado de incapacidad y la conducta
del obligado.
VIGESIMO OCTAVO: Solidaridad. Que el artículo 183-B del Código del
Trabajo, establece: “La empresa principal será solidariamente responsable de las  

obligaciones   laborales  y   previsionales   de  dar   que  afecten   a   los  contratistas   en  

favor   de   los   trabajadores   de   éstos,   incluidas   las   eventuales   indemnizaciones  

legales que correspondan por término de la relación laboral. Tal responsabilidad  

estará   limitada   al   tiempo   o   período   durante   el   cual   el   o   los   trabajadores  

prestaron servicios en régimen de subcontratación para la empresa principal.

 En los mismos términos, el contratista será solidariamente responsable de  

las obligaciones que afecten a sus subcontratistas, a favor de los trabajadores de  

éstos. 

La empresa principal responderá de iguales obligaciones que afecten a los  

subcontratistas, cuando no pudiere hacerse efectiva la responsabilidad a que se  

refiere el inciso siguiente. 

El trabajador, al entablar la demanda en contra de su empleador directo,  

podrá hacerlo en contra de todos aquellos que puedan responder de sus derechos,  

en conformidad a las normas de este Párrafo. 

En los casos de construcción de edificaciones por un precio único prefijado,  

no procederán estas responsabilidades cuando quien encargue la obra sea una  

persona natural.”

Por su parte el artículo 183-E del mismo Código, establece: “Sin perjuicio  

de las obligaciones de la empresa principal, contratista y subcontratista respecto  

de   sus   propios   trabajadores   en   virtud   de   lo   dispuesto   en   el   artículo   184,   la  

empresa   principal   deberá   adoptar   las   medidas   necesarias   para   proteger  

eficazmente la vida y salud de todos los trabajadores que laboran en su obra,  

empresa o faena, cualquiera sea su dependencia, en conformidad a lo dispuesto  

en el artículo 66 bis de la Ley 16.744 y el artículo 3° del Decreto Supremo N° 594  

de 1999 del Ministerio de Salud. 

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En los casos de construcción de edificaciones por un precio único prefijado,  

no   procederán   las   obligaciones   y   responsabilidades   señaladas   en   el   inciso  

precedente, cuando quien encargue la obra sea una persona natural.

Sin   perjuicio   de   los   derechos   que   se   reconocen   en   este   Párrafo   1°   al  

trabajador   en     régimen   de   subcontratación,   respecto   del   dueño   de   la   obra,  

empresa o faena, el trabajador gozará de todos los derechos que las leyes del  

trabajo le reconocen en relación con su empleador.”

Que las normas citadas fueron introducidas por la Ley 20.123, atendiendo
al principio de protección del trabajador, pretendiendo intensificar, en un caso, la
posición de garante del empleador y estableciendo, en el otro, la responsabilidad
directa del empresario que contrata con terceros, obras o servicios, sea respecto
de las obligaciones pecuniarias de sus contratistas, tanto laborales como de
seguridad social, como las propias en el ámbito de la seguridad. Así el artículo
183-E establece una obligación particular y especial en materia de higiene y
seguridad, imponiendo al dueño de la obra el deber de protección eficaz de la
vida y salud de todos los trabajadores que se desempeñen en su empresa o faena.

Que el artículo 184 del Código del Trabajo establece una obligación de
seguridad para los trabajadores y, tratándose de una norma de orden público, se
incorpora al contrato de trabajo de forma indisoluble, constituyéndose en un
elemento esencial del mismo.

El artículo 3° del D.S. N°594 de 1999 del Ministerio de Salud establece “La  

empresa   está   obligada   a   mantener   en   los   lugares   de   trabajo   las   condiciones  

sanitarias   y   ambientales   necesarias   para   proteger   la   vida   y   la   salud   de   los  

trabajadores que en ellos se desempeñen, sean éstos dependientes directos suyos  

o lo sean de terceros contratistas que realizan actividades para ella”.

Por su parte el artículo 66 bis de la Ley 16.744 dispone “Los empleadores  

que   contraten   o   subcontraten   con   otros   la   realización   de   una   obra,   faena   o  

servicios propios de su giro, deberán vigilar el cumplimiento por parte de dichos  

contratistas   o   subcontratistas   de   la   normativa   relativa   a   higiene   y   seguridad,  

debiendo para ello implementar un sistema de gestión de la seguridad y salud en  

el   trabajo   para   todos   los   trabajadores   involucrados,   cualquiera   que   sea   su  

dependencia, cuando en su conjunto agrupen a más de 50 trabajadores”.

Que lo anterior permite sostener que, si ante un incumplimiento de las


obligaciones que establecen los artículos 183-C y 183-D del Código del Trabajo

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surge la responsabilidad solidaria de la empresa principal ante los
incumplimientos de las obligaciones laborales –carácter del cual participa el
deber de seguridad- y previsionales del contratista para con sus trabajadores de
éste, con mayor razón ha de surgir similar sanción ante la infracción de un deber
del mismo tipo – laboral- y que grava al dueño de la obra por expresa disposición
de la ley.

De esta manera, aun cuando la ley no expresa el régimen de


responsabilidad al que se encuentra sujeto el dueño de obra cuando es
demandado conjuntamente con el contratista, cada uno en virtud de la infracción
de sus respectivas obligaciones que hicieron posible un único resultado lesivo, la
comprensión conjunta de las disposiciones mencionadas bajo los principios del
Derecho Laboral, entre ellos el pro operario que posibilita la integración de las
normas que regulan una misma materia, fuerza a concluir que tal estatuto es el
propio de la solidaridad, con los matices que el derecho laboral introduce en su
comprensión, conforme se advierte de los términos de la propia Ley 20.123.

Conforme a lo razonado y normativa citada, sin duda Fabian Valenzuela


Muñoz y Agrícola LC Limitada, tienen responsabilidad en los accidentes del
trabajo sufridos por los demandantes, pues los servicios que prestaban los
actores eran para la Cosecha y poda de árboles de manzana, en el fundo Santa
Rosa, que es de propiedad de la empresa principal y en la cual el contratista se
encargaba de llevar el personal para realizar las faenas, en consecuencia ambas
empresas estaban obligadas por ley a tomar todas las medidas necesarias para
que los trabajadores que prestaban servicios en la obra, -fueran propios o del
subcontratista- no sufrieran afectación a su vida y salud.

Que sin embargo, tanto la dueña del predio como el contratista, no


tomaron todas las medidas necesarias para asegurar una condición segura del
área y evitar la ocurrencia de los accidentes de marras, fallaron por la falta de
supervisión de la tarea desarrollada por la demandante, así como la falta de
desplazamiento adecuado de vehículos de carga como es el caso del tractor que
no contaba con el aparato sonoro, el cuanto al otro trabajador, el no contar con
implementos de trabajado en buenas condiciones, no ser claros en las charlas
impartidas, así como en los documentos entregados, y presionar a los
trabajadores para el cumplimiento de la labor, poniendo en riesgo su seguridad,
por lo que deberán responder solidariamente tal cómo se dirá en lo resolutivo de
este fallo.

VIGESIMO: Que, las demás pruebas rendidas y antecedentes aportados en


autos en nada alteran lo razonado y concluido precedentemente, en cuanto al
contrato de trabajado de ambos trabajadores, fue un hecho no controvertido en la
causa, en cuanto al oficio de la Seremi y de la Inspección del trabajo, no aportaron

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antecedentes relevantes en razón a lo concluid; en cuanto al protocolo de poda
emitido por la ACHS los documentos exhibidos por las demandas, como el
cumplimiento de la obligaciones previsionales, los documentos contenidos de en
las actas de los comités paritarios, muchos reiteran antecedentes que ya fueron
valorados precedentemente. En cuanto a las liquidaciones de sueldo de los
trabajadores, como sus finiquitos y el oficio de la afp de la demandante María
Jose Salas Sala, no habiéndose acogido el lucro cesante, no es necesario
determinar el monto de su remuneración.
VIGESIMOTERCERO: Que, no se condenará en costas a las demandas al no
resultar completamente vencida.
Por estas consideraciones, y visto además lo dispuesto en los artículos 1, 8,
63, 64, 184, 420, 425, 439, 445, 455, 456 y 458 del Código del Trabajo, 144 y
346 Nº 3 del Código de Procedimiento Civil, 69 de la ley 16.744 y 1558, 2314,
2330 y 1698 del Código Civil, SE DECLARA:
I.- Que se rechazan las excepciones opuestas por ambas demandadas en
contra de los demandantes.
II.- Que, se acoge la demanda interpuesta por Maria Jose Salas Salas, Run
N° 17.192.071-K, en contra de Fabian Antonio Valenzuela Muñoz, RUT
13.571.57-7, y de Agricola LC Limitada, RUT 76.620.888-6, representada
legalmente por Vicente Larrain Corre, ya individualizados, sólo en cuanto las
demandadas deberán pagar en forma solidaria a la parte demandante la suma de
$30.000.000 (treinta millones de pesos) por concepto del daño moral con
ocasión del accidente de fecha 23 de febrero del año 2019.
III.- Que se rechaza la indemnización por lucro cesante demandada por
Doña María Jose Salas Salas.
IV.- Que, se acoge la demanda interpuesta por Jose Fernando Guajardo
Vasquez, Run N° 10.658.659-4, en contra de Fabian Antonio Valenzuela
Muñoz, RUT 13.571.57-7, y de Agricola LC Limitada, RUT 76.620.888-6,
representada legalmente por Vicente Larrain Corre, ya individualizados, sólo en
cuanto las demandadas deberán pagar en forma solidaria a la parte demandante
la suma de $10.000.000 ( diez millones de pesos) por concepto del daño moral
con ocasión del accidente de fecha 23 de febrero del año 2019.
IV.- Que, las sumas antes referidas deberá liquidarse en conformidad a lo
establecido en los artículos 63 del Código del Trabajo desde la fecha en que esta
sentencia quede ejecutoriada.-
V.- Que, cada parte pagará sus costas.

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Anótese, regístrese, notifíquese y archívese en su oportunidad.

RIT O-66-2019
RUC 19- 4-0221831-5

Dictada por doña CAMILA DE LA BARRA LUEGMAYER, Jueza Suplente


del Juzgado de Letras de Santa Cruz.

A contar del 08 de septiembre de 2019, la hora visualizada corresponde


Camila Andrea de la Barra al horario de verano establecido en Chile Continental. Para Chile Insular
Occidental, Isla de Pascua e Isla Salas y Gómez restar 2 horas. Para más
Luegmayer información consulte http://www.horaoficial.cl
Fecha: 06/02/2020 13:30:07 PJXGXXXXBX

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