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4.- En cuanto a la remuneración percibida, y para los efectos del artículo 172, la
última remuneración era por un total de $XX pesos mensuales a la fecha del despido.
Cabe precisar que la empresa no había proporcionado ni si quiera una escalera, menos los
elementos de seguridad para trabajo en altura, ni guates, casco, cuerdas, nada
absolutamente nada. Mientras se encontraba en la parte más alta de la escalera, y debido a
que esta era de madera y el peso de mi representado sobre esta, no fue capaz de soportar la
presión ejercida, y se quebró, en el larguero de la parte de abajo, cayendo estrepitosamente
al suelo de costado, lo que fue visto por el dueño de casa, y que fue la primera persona en
auxiliarlo, al caer y golpearse el sector de las costillas y la cadera, primero tuvo dificultad
para respirar, el golpe en el costado en el sector de las costillas hizo que comenzara
ahogarse asi mismo con la desesperación dado que no pudo apoyar ni las manos ni los pies
para amortiguar la caída, el dueño de casa salió inmediatamente al verlo en el suelo intento
ayudarlo como pudo lo vio muy afectado, y casi inconsciente (…)
CONSIDERACIONES DE DERECHO. -
Una buena síntesis de todo lo dicho, es el siguiente fallo, según el cual: “La obligación de
otorgar seguridad en el trabajo, bajo todos sus respectos, es una de las manifestaciones
concretas del deber general de protección del empleador; en su cabal cumplimiento es de
una trascendencia superior a la de una simple obligación de una de las partes en un negocio
jurídico, pues ella mira a la prevención de los riesgos profesionales, lo que importa a sus
trabajadores, a sus familias y a la sociedad toda, tanto para proteger la vida y salud de sus
trabajadores, como por razones éticas y sociales. La regulación del cumplimiento de este
deber no queda entregada a la autonomía de la voluntad de las partes, ni menos aún, a la
decisión del empleador. Ella comprende en general una serie de normas de derecho
necesario, cuyo contenido, forma y extensión se encuentran regladas mediante normas de
orden público, sin perjuicio de normas adicionales decididas o convenidas por el
empleador” (Corte Suprema, 27 de mayo de 1997, Casación “Aguirre Rodríguez, con
Empresa Metropolitana de Residuos Ltda.”, Rol N° 4131-97. FM N°486, pág.852).
III.- Imputabilidad en grado de culpa o dolo del empleador. Aun cuando el factor de
atribución de la obligación es la causalidad, art. 69 Ley del ramo “y que le produzca
incapacidad o muerte” (el subrayado es nuestro); el sistema de responsabilidad Civil del
empleador por accidentes del trabajo, es de índole subjetivo. No obstante lo antes dicho, la
culpa del empleador, queda nítidamente establecida considerando los siguientes
antecedentes fácticos: no contar con los implementos adecuados de seguridad y mantención
de maquinarias, no contar con prevencioncita presente en el lugar de las faenas,
En cuanto a lo anterior, esta parte es enfática en señalar que el accidente ocurrido escapó de
la previsibilidad de la persona de mi representado, máxime que éste se encontraba
trabajando, con herramientas metálicas y que no contaban con las más mínimas medidas de
seguridad, v.gr antiparras o gafas de protección para los ojos pues su empleador no le había
proporcionado nada de eso. En éste orden de ideas, la doctrina mayoritaria está conteste que
sólo estará liberado de responsabilidad el empleador cuando haya dolo por parte del
trabajador o culpa inexcusable (artículo 70 de la ley 16.744), señalando a este respecto
Enrique Barros que la doctrina comparada ha señalado que sólo se podría estar ante una
causal de exculpación cuando el trabajador haya desplegado una conducta de gravedad
excepcional, que derive en un acto voluntario, realizado con conciencia de peligro que al
autor asumía y en ausencia de toda razón Justificadora (Enrique Barros B. Tratado de
Responsabilidad Extracontractual, pág. 699 Editorial Jurídica).-
Resulta del todo palmario que no hubo dolo por parte de mi representado, o
descuido inexcusable, toda vez que la labor que se estaba desempeñando se ajusta
perfectamente a las labores a las que se obligó mi representado, pues el problema radica en
la implementación con la que esta no se estaba desarrollando, que eran nulos elementos de
seguridad, y es en la especie, la empresa y en particular el empleador es quien debía velar
por la seguridad de mi mandante, conforme lo exige el artículo 184 del Código del Trabajo.
Un fallo reciente del año 2015 en una causa por accidente laboral en condiciones
similares, e incluso mejores el tribunal de grado resolvió en su considerando DÉCIMO:
“Que si bien la demandada ha dado cumplimiento a lo dispuesto en el artículo 184 del
Código del Trabajo, que le exige al empleador tomar todas las medidas necesarias para
proteger eficazmente la vida y salud de los trabajadores, manteniendo las condiciones
adecuadas de higiene y seguridad en las faenas, como también los implementos necesarios
para prevenir accidentes y enfermedades profesionales, las medidas no han sido eficaces.
Al respecto es necesario señalar que el accidente ocurrió cuando el trabajador se encontraba
solo, no hubo testigos presenciales, más aun los testigos del actor estuvieron contestes en
que el trabajador no tenía puestas las antiparras porque se le habían roto y no habían otras
para reemplazarla. Que los testigos de la demandada entraron en contradicciones cuando
declararon sobre las antiparras ya que dijeron que estaban en el suelo y otro en el bolsillo
del actor, en circunstancias que ninguno presenció el accidente.
Que por lo expuesto y norma legal citada esta sentenciadora ha arribado a la convicción que
las medidas tomadas por el empleador no han sido eficaces ya que el trabajador no contaba
con las antiparras necesarias para las labores que estaba realizando y además, que estas se
realizaban sin supervisión directa solo se le ordenó realizar el trabajo”.
Es del caso señalar que no hubo dolo por parte de mi representado ni descuido
inexcusable toda vez que la labor que realizaba estaba dada en el marco de las labores que
comúnmente realizaba, y que debido a la prolijidad y responsabilidad que lo caracterizo por
2 años es que no tuvo ningún accidente antes pese a no contar con los implementos de
seguridad necesarios, además de ello no existía supervisión directa en las labores que
realizaba dado que el empleador ni si quiera se encontraba en el lugar al momento del
accidente por lo que malamente pudo mi representado asistir a la ACHS pues ni si quiera se
le había informado ni a él, ni a sus colegas de este derecho que existía y que por sus propios
medios se dirigió al hospital para ser atendido, y que luego de varias horas de extremo
dolor y luego del volver a trabajo , fue avisado de esto, ante aquel hecho ni si quiera el
empleador al verlo así lo auxilio sino que simplemente lo envió sólo a que lo atendieran en
la ACHS.
Por su parte, la Corte de Concepción, en sentencia que es de gran aplicabilidad para el caso,
entiende que, “…el daño moral abarca la frustración del proyecto existencial de la persona
y las repercusiones desfavorables en los goces de la vida que se reflejan en lo cultural,
social, deportivo, estético, de placer, sensitiva, sexual e intelectual, así como la alteración
en la aptitud de sentir, querer o entender, lo que provoca angustia, tristeza, etc., lo que, en
definitiva, lleva a la alteración de la salud e integridad psicofísica”. En este mismo sentido,
nuestro Máximo Tribunal ha resuelto que, “el daño moral, entendido como el sufrimiento o
afección psicológica que lesiona el espíritu, al herir sentimientos de afecto y familia,
manifestándose en lógicas y notorias modificaciones, pesadumbres y depresiones de ánimo,
necesariamente debe ser indemnizado cuando se produce en sede contractual, porque el
legislador no lo excluye en el artículo 1558 del Código Civil; al contrario, en la letra b) del
artículo 69 de la ley N° 16.744, expresamente lo hace procedente”.
El daño moral existe cuando se ocasiona a alguien un mal, perjuicio o aflicción en lo
relativo a sus facultades espirituales; un dolor o aflicción en sus sentimientos. Los hechos
derivados del incumplimiento, han significado un perjuicio extrapatrimonial, por el que
debo ser indemnizado. El daño causado, que principalmente corresponde al denominado
“MORAL”, se ha manifestado en 2 dimensiones: A) Dolor físico y B) Padecimientos
psicológicos y procesos internos distintos al dolor físico.
La situación vivida por mi mandante, las reiteradas intervenciones de que fue objeto (…)
durante 2 años sin ningún elemento de seguridad proporcionado por el empleador.
Por lo anterior, el daño extra-patrimonial, identificable con todas las aristas antes
señaladas, más los que arrojen las pericias realizadas y probanzas que se desplegarán en la
audiencia de juicio, no puede ser resarcido con una suma sino de $XX ello atendido a la
edad de mi representado, y las posibilidades íntegras de recuperación de la vista o de su
mejoría.
c) Que las sumas se reajustarán conforme al interés legal máximo y variaciones que
experimente el IPC, hasta la completa ejecución del fallo
PRIMER OTROSÍ: sírvase US., conforme lo dispone el artículo 442 del Código del
Trabajo, despachar las notificaciones de rigor, a la siguiente casilla de correo electrónico: X
SEGUNDO OTROSÍ: sírvase tener presente V.S que mi personería para actuar en nombre
y representación de don XX , consta por escritura pública de mandato judicial, de fecha
XX, poder que ha conferido con todas y cada una de las facultades de ambos incisos del
artículo 7 del código de Procedimiento, civil, y que en mi calidad de abogado, habilitado
para el ejercicio de la profesión, patrocino la presente, causa, y ejerceré personalmente el
poder conferido, sin delegar el poder por ahora.
POR TANTO,