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PROCEDIMIENTO: ORDINARIO, APLICACIÓN GENERAL.

MATERIA: ACCIDENTE DEL TRABAJO

DEMANDANTE:

RUT:

PATROCINANTE Y APODERADO:

RUT:

E-MAIL:

DEMANDADO:

RUT:

LUGAR EN QUE SE PRESTARON LOS SERVICIOS:

EN LO PRINCIPAL: DEMANDA POR ACCIDENTE DEL TRABAJO; PRIMER


OTROSÍ: NOTIFICACIÓN; SEGUNDO OTROSÍ: PERSONERIA

S.J.L DEL TRABAJO DE XX

XX, abogado, domiciliado XX, en la representación como se acreditara de don XX,


trabajador dependiente, cédula de identidad N°, domiciliado para estos efectos en mí
mismo domicilio. con todo respeto digo:

De acuerdo a las disposiciones contenidas en la Ley N° 16.744 sobre accidentes


del Trabajo y Enfermedades Profesionales, artículos contenidos en el Título XII del Libro
IV del Código Civil, y artículos 184 y 446 y siguientes del Código del Trabajo, vengo en
deducir demanda de indemnización de perjuicios por accidente del trabajo en contra de
__________, persona jurídica, rol único tributario ____________ representada, conforme
lo dispone el artículo 4 del Código del Trabajo por don _______________- fundo la
presente demanda, en las consideraciones de hecho y de derecho que a continuación
expongo:
ANTECEDENTES GENERALES DE LA RELACIÓN LABORAL

1.- Mi representado ingreso a trabajar para la demandada, en forma subordinada y


dependiente, por contrato individual de trabajo celebrado con fecha _________, hasta el día
_______; cuando fue despedido injustificadamente por su empleador por el simple hecho
de haber retrasado su ingreso en tan solo unos minutos. -

2.-El objeto de la prestación a la que se obligó mi representado con su empleadora,


según reza la cláusula PRIMERA del contrato precedentemente referido y que se acompaña
en un otrosí de esta presentación es de “____” (SIC)… FUNCION PRINCIPAL: ______. -

3.- En la especie cumplía la siguiente jornada de trabajo, según se lee de la cláusula


segunda del contrato “el trabajador cumplirá una jornada semanal de 39 horas estructuradas
de la siguiente forma: lunes a viernes: Mañana de 10:00 a 13.00; Tarde de 15.00 a 19:00,
sábado: de 10:00 a 13:30 horas. -

4.- En cuanto a la remuneración percibida, y para los efectos del artículo 172, la
última remuneración era por un total de $XX pesos mensuales a la fecha del despido.

HECHOS EN LOS QUE SE FUNDA LA PRESENTE ACCIÓN INDEMIZATORIA.

Que mi representado el día XX se encontraba trabajando para la empresa demandada,


esto en la ciudad de XX, particularmente en casas beneficiadas con proyectos de
mejoramiento. Según su contrato este debía desempeñare como jornal- Pintor, y
precisamente estaba realizando esta labor en una casa de segundo piso, pero debido a que la
empresa no contaba con el suficiente número de herramientas para el trabajo, ni las
medidas de seguridad, mi representado tuvo que realizar esta labor en una escalera de
madera hecha por los mismos trabajadores, esto, para alcanzar a pintar los sobre marcos de
las ventanas que se encontraban en la casa; estas se encontraban a una altura promedio de
entre 3.00 a 3.30 metros de altura aproximadamente.

Cabe precisar que la empresa no había proporcionado ni si quiera una escalera, menos los
elementos de seguridad para trabajo en altura, ni guates, casco, cuerdas, nada
absolutamente nada. Mientras se encontraba en la parte más alta de la escalera, y debido a
que esta era de madera y el peso de mi representado sobre esta, no fue capaz de soportar la
presión ejercida, y se quebró, en el larguero de la parte de abajo, cayendo estrepitosamente
al suelo de costado, lo que fue visto por el dueño de casa, y que fue la primera persona en
auxiliarlo, al caer y golpearse el sector de las costillas y la cadera, primero tuvo dificultad
para respirar, el golpe en el costado en el sector de las costillas hizo que comenzara
ahogarse asi mismo con la desesperación dado que no pudo apoyar ni las manos ni los pies
para amortiguar la caída, el dueño de casa salió inmediatamente al verlo en el suelo intento
ayudarlo como pudo lo vio muy afectado, y casi inconsciente (…)

CONSIDERACIONES DE DERECHO. -

De acuerdo a lo dispuesto en el artículo 5º de la Ley 16.744, “constituye accidente


de trabajo toda lesión que una persona sufra a causa o con ocasión del trabajo y que le
produzca incapacidad o muerte (…) (SIC)” Como es sabido de V.S., en nuestro Derecho el
régimen de seguro social de accidentes del trabajo, y enfermedades profesionales coexiste
con el régimen general de responsabilidad civil, es decir, la responsabilidad civil que sigue
del accidente es complementaria.

En efecto, la ley del ramo, en su artículo 69 dispone “cuando el accidente o la


enfermedad se deba a culpa o dolo de la entidad empleadora o de un tercero, el organismo
asegurador tendrá derecho de repetir en contra del responsable del accidente por las
prestaciones que haya otorgado (artículo 69 letra a); y la víctima y las demás personas a
quienes el accidente o la enfermedad causa daño, podrán reclamar al empleador o terceros
responsables del accidente las otras indemnizaciones a que tenga derecho, incluso el daño
moral, con arreglo a las reglas del derecho común (artículo 69 letra b).

En cuanto al estatuto de la responsabilidad a que se encuentra afecto el empleador


por infracción a su deber de seguridad, se regula ésta –y en consideración a la calidad de
víctima directa, y por existir vínculo jurídico preexistente- por las normas contenidas en el
Título XII del Libro IV del Código Civil, es decir por la Responsabilidad Contractual. El
contrato de trabajo, es un negocio jurídico que impone una serie de obligaciones recíprocas
específicas: artículo 7° del Código del Trabajo: trabajo/remuneración; y obligaciones
contractuales inespecíficas; el articulo 184 Código del Trabajo, en relación con el artículo
1.546 del Código Civil; además del denominado efecto horizontal de los Derechos
Fundamentales, expresamente establecido en los artículos 485 y siguientes del Código del
Trabajo.

La demandada, como ya ha quedado establecido y desarrollado latamente en los hechos de


esta demanda, y que además se desarrollará en los párrafos que siguen en cuanto a las
normas jurídicas infringidas, es que podemos señalar sin lugar a dudas que las obligaciones
que engendran del vínculo jurídico laboral que le une con mi mandante, han sido
incumplidas, en su más amplia extensión. Por consiguiente, su incumplimiento, en cuanto
a la responsabilidad civil que ésta genera, se encuentra incurso en los requisitos generales
de la responsabilidad civil contractual, lo que lo coloca en la situación de indemnizar los
perjuicios causados a la persona de mi representado. Los requisitos antes enunciados son:

I. Existencia de un contrato. El requisito antes señalado, se da plenamente en la especie, y


será acreditado fehacientemente en la audiencia de juicio con las pruebas que se ofrezcan
en esta etapa procesal

El régimen de responsabilidad civil por accidentes del trabajo, opera cuando un


trabajador dependiente sufre un daño en el ejercicio o con ocasión de su trabajo, en los
términos del ya citado artículo 5 de la ley N° 16.744. La naturaleza de la responsabilidad
del empleador derivada de un accidente del trabajo es contractual y se prueba por el
contrato de trabajo, sin perjuicio de que su deber u obligación de seguridad emana de la ley.
Así, por el régimen aplicable al que se encuentra afecto el empleador, de acuerdo a lo
dispuesto en el artículo 1.547 del Código Civil, la culpa de éste se presume,
correspondiéndole a la contraria acreditar que ha empleado la debida diligencia o cuidado
para impedir el acto u omisión dañoso. De esta forma, su responsabilidad quedaría
establecida probándose la existencia de un contrato de trabajo y la causalidad entre el acto u
omisión atribuibles a la empresa y el resultado dañoso, sin necesidad de acreditar culpa o
dolo; de manera que el empleador sólo se liberaría de responsabilidad que le cabe en un
accidente de trabajo, probando la concurrencia de caso fortuito o fuerza mayor o que el
accidente se debió a un actuar voluntario de la víctima; debe acreditar que las medidas de
seguridad fueron debidamente arbitradas y que desplegó la diligencia debida en la práctica
de las obligaciones que le imponía el contrato. En este sentido, el inciso segundo del
artículo 70 de la ley 16.744, dispone que “Corresponderá al Comité Paritario de Higiene y
Seguridad decidir si medió negligencia inexcusable”. En materia de responsabilidad, el
empleador es el primer responsable por la prevención. Así, el empleador es un deudor de
seguridad frente a sus trabajadores, debiendo actuar con la máxima diligencia para evitar
que éstos sufran accidentes o enfermedades profesionales, y en cumplimiento de tal deber,
responde de la culpa levísima del artículo 44 del Código Civil. La ocurrencia de un
accidente laboral pone en manifiesto el fracaso de las medidas adoptadas por el empleador,
las que no fueron eficaces o simplemente no se adoptaron como en el caso de autos, donde
los implementos de seguridad lisa y llanamente no existían, surgiendo el deber de
reparación como consecuencia de la obligación que él asume al celebrar el contrato de
trabajo.

II.- Incumplimiento de una obligación. Aun cuando se discute en doctrina la circunstancia,


de ser, el deber del artículo 184 del Código del Trabajo, un deber legal o contractual, dicha
discusión no trasunta en mayor interés en orden a calificar la responsabilidad civil del
empleador XXXXXXX, habida consideración que el daño causado a mi representado
devino en el Iter del contrato que lo une con su empleadora. El artículo 184 del Código del
Trabajo expresamente señala: “El empleador estará obligado a tomar todas las medidas para
proteger eficazmente la vida y la salud de los trabajadores” (el subrayado es nuestro).
Nótese que la norma (de carácter programático según el grueso de la doctrina) refiere que el
empleador está obligado a tomar “todas las medidas” tendientes a proteger a sus
dependientes. La norma antes señalada, como señala el profesor Sr. José Luís Schwerter, ha
sido interpretada jurisprudencialmente como sinónimo de sumo cuidado, máxima
diligencia, no sólo para prevenir los accidentes, sino también para prestar la primera
atención a la víctima, cuestión que, por lo demás, está expresamente consagrado en el
inciso 2º del artículo 184 del Código del Trabajo (Diez Schwerter, José Luís, “la culpa del
empresario por accidentes del trabajo: modernas tendencias jurisprudenciales”, en La
responsabilidad por accidentes del trabajo, Cuadernos de Extensión Jurídica, Nº 10,
Facultad de Derecho Universidad de Los Andes, Santiago, 2005). En el mismo sentido
Enrique Barros Bourie, “Desde el punto de vista jurídico, el deber de cuidado del
empleador corresponde a un deber de seguridad, que tiene por objeto la integridad física y
psíquica del trabajador. En este caso la obligación no es implícita (como ocurre usualmente
en materia contractual) sino que está expresamente consignada en el Código del Trabajo”
(Tratado de Responsabilidad Extracontractual, Ed. Jurídica.2006, pág. 704, supra 504).

Una buena síntesis de todo lo dicho, es el siguiente fallo, según el cual: “La obligación de
otorgar seguridad en el trabajo, bajo todos sus respectos, es una de las manifestaciones
concretas del deber general de protección del empleador; en su cabal cumplimiento es de
una trascendencia superior a la de una simple obligación de una de las partes en un negocio
jurídico, pues ella mira a la prevención de los riesgos profesionales, lo que importa a sus
trabajadores, a sus familias y a la sociedad toda, tanto para proteger la vida y salud de sus
trabajadores, como por razones éticas y sociales. La regulación del cumplimiento de este
deber no queda entregada a la autonomía de la voluntad de las partes, ni menos aún, a la
decisión del empleador. Ella comprende en general una serie de normas de derecho
necesario, cuyo contenido, forma y extensión se encuentran regladas mediante normas de
orden público, sin perjuicio de normas adicionales decididas o convenidas por el
empleador” (Corte Suprema, 27 de mayo de 1997, Casación “Aguirre Rodríguez, con
Empresa Metropolitana de Residuos Ltda.”, Rol N° 4131-97. FM N°486, pág.852).

III.- Imputabilidad en grado de culpa o dolo del empleador. Aun cuando el factor de
atribución de la obligación es la causalidad, art. 69 Ley del ramo “y que le produzca
incapacidad o muerte” (el subrayado es nuestro); el sistema de responsabilidad Civil del
empleador por accidentes del trabajo, es de índole subjetivo. No obstante lo antes dicho, la
culpa del empleador, queda nítidamente establecida considerando los siguientes
antecedentes fácticos: no contar con los implementos adecuados de seguridad y mantención
de maquinarias, no contar con prevencioncita presente en el lugar de las faenas,

Por último, y a mayor abundamiento de lo antes dicho, la diligencia o


cuidado es una carga que deben soportar los sujetos pasivos de la acción, pues “la prueba
de la diligencia o cuidado incumbe probarla a quién ha debido emplearla” (art. 1.547 del
Código Civil)
El concepto de culpa, hace referencia a un estándar genérico y flexible de la
persona prudente. En cuanto a la determinación de la obligación de cuidado –cuya
inobservancia engendra culpa- provienen de distintas fuentes: la Ley (artículo 184 C.T);
Reglamentos internos, o reglas derivadas de convenciones contractuales o derivación
judicial de los hechos, en una premisa que determine cómo se hubiese comportado una
persona prudente. Ante todo, la responsabilidad civil del empresario por accidentes del
trabajo, está regida por regulaciones administrativas y reglamentos de seguridad internos de
seguridad laboral, cuya promoción corresponde a la función que realizan las mutualidades
que administran el seguro social por accidentes del trabajo. Como ya se había adelantado,
seguramente la demandada, con el objeto de eludir la responsabilidad que en derecho le
corresponde, intentará imputar a esta parte culpa concurrente, en orden de liberarse de su
obligación resarcitoria.

En cuanto a lo anterior, esta parte es enfática en señalar que el accidente ocurrido escapó de
la previsibilidad de la persona de mi representado, máxime que éste se encontraba
trabajando, con herramientas metálicas y que no contaban con las más mínimas medidas de
seguridad, v.gr antiparras o gafas de protección para los ojos pues su empleador no le había
proporcionado nada de eso. En éste orden de ideas, la doctrina mayoritaria está conteste que
sólo estará liberado de responsabilidad el empleador cuando haya dolo por parte del
trabajador o culpa inexcusable (artículo 70 de la ley 16.744), señalando a este respecto
Enrique Barros que la doctrina comparada ha señalado que sólo se podría estar ante una
causal de exculpación cuando el trabajador haya desplegado una conducta de gravedad
excepcional, que derive en un acto voluntario, realizado con conciencia de peligro que al
autor asumía y en ausencia de toda razón Justificadora (Enrique Barros B. Tratado de
Responsabilidad Extracontractual, pág. 699 Editorial Jurídica).-

Resulta del todo palmario que no hubo dolo por parte de mi representado, o
descuido inexcusable, toda vez que la labor que se estaba desempeñando se ajusta
perfectamente a las labores a las que se obligó mi representado, pues el problema radica en
la implementación con la que esta no se estaba desarrollando, que eran nulos elementos de
seguridad, y es en la especie, la empresa y en particular el empleador es quien debía velar
por la seguridad de mi mandante, conforme lo exige el artículo 184 del Código del Trabajo.
Un fallo reciente del año 2015 en una causa por accidente laboral en condiciones
similares, e incluso mejores el tribunal de grado resolvió en su considerando DÉCIMO:
“Que si bien la demandada ha dado cumplimiento a lo dispuesto en el artículo 184 del
Código del Trabajo, que le exige al empleador tomar todas las medidas necesarias para
proteger eficazmente la vida y salud de los trabajadores, manteniendo las condiciones
adecuadas de higiene y seguridad en las faenas, como también los implementos necesarios
para prevenir accidentes y enfermedades profesionales, las medidas no han sido eficaces.
Al respecto es necesario señalar que el accidente ocurrió cuando el trabajador se encontraba
solo, no hubo testigos presenciales, más aun los testigos del actor estuvieron contestes en
que el trabajador no tenía puestas las antiparras porque se le habían roto y no habían otras
para reemplazarla. Que los testigos de la demandada entraron en contradicciones cuando
declararon sobre las antiparras ya que dijeron que estaban en el suelo y otro en el bolsillo
del actor, en circunstancias que ninguno presenció el accidente.

Que por lo expuesto y norma legal citada esta sentenciadora ha arribado a la convicción que
las medidas tomadas por el empleador no han sido eficaces ya que el trabajador no contaba
con las antiparras necesarias para las labores que estaba realizando y además, que estas se
realizaban sin supervisión directa solo se le ordenó realizar el trabajo”.

En este fallo se tiene en consideración que el trabajador se le habían entregado estos


elementos de seguridad; en el caso de autos y que nos convoca a mi representado no le
entregaron nada y no existe ningún registro de entrega de elementos de seguridad,
capacitaciones de trabajo seguro, no existe información de riesgos laborales, ni una matriz
de identificación de los peligros y evaluación de los riesgos que entrañan las labores de mi
representado.-

Es del caso señalar que no hubo dolo por parte de mi representado ni descuido
inexcusable toda vez que la labor que realizaba estaba dada en el marco de las labores que
comúnmente realizaba, y que debido a la prolijidad y responsabilidad que lo caracterizo por
2 años es que no tuvo ningún accidente antes pese a no contar con los implementos de
seguridad necesarios, además de ello no existía supervisión directa en las labores que
realizaba dado que el empleador ni si quiera se encontraba en el lugar al momento del
accidente por lo que malamente pudo mi representado asistir a la ACHS pues ni si quiera se
le había informado ni a él, ni a sus colegas de este derecho que existía y que por sus propios
medios se dirigió al hospital para ser atendido, y que luego de varias horas de extremo
dolor y luego del volver a trabajo , fue avisado de esto, ante aquel hecho ni si quiera el
empleador al verlo así lo auxilio sino que simplemente lo envió sólo a que lo atendieran en
la ACHS.

DAÑO CONTRACTUAL DERIVADO DEL INCUMPLIMIENTO QUE CAUSÓ EL


ACCIDENTE REFERIDO. -

En cuanto al daño moral, se produce por toda lesión, menoscabo o perturbación a


los derechos inherentes a la personalidad de un sujeto, y por ende deben someterse a la
reparación no sólo el dolor físico y psicológico sufrido, sino también se deben considerar
los perjuicios ocasionados en lo estético, lo social y el agrado de vivir. En definitiva, se
trata de un deterioro o menoscabo integral, el cual debe ser reparado. La doctrina en
materia de daño moral en accidentes laborales, ha señalado “El daño moral es una lesión en
los derechos inherentes a la personalidad de un sujeto, que es de naturaleza
extrapatrimonial y que produce agravio, dolor, en este caso, en el derecho a la seguridad e
integridad individual que el contrato le aseguraba al imponer las condiciones de protección
que señala el artículo 184 del Código del Trabajo”.

Por su parte, la Corte de Concepción, en sentencia que es de gran aplicabilidad para el caso,
entiende que, “…el daño moral abarca la frustración del proyecto existencial de la persona
y las repercusiones desfavorables en los goces de la vida que se reflejan en lo cultural,
social, deportivo, estético, de placer, sensitiva, sexual e intelectual, así como la alteración
en la aptitud de sentir, querer o entender, lo que provoca angustia, tristeza, etc., lo que, en
definitiva, lleva a la alteración de la salud e integridad psicofísica”. En este mismo sentido,
nuestro Máximo Tribunal ha resuelto que, “el daño moral, entendido como el sufrimiento o
afección psicológica que lesiona el espíritu, al herir sentimientos de afecto y familia,
manifestándose en lógicas y notorias modificaciones, pesadumbres y depresiones de ánimo,
necesariamente debe ser indemnizado cuando se produce en sede contractual, porque el
legislador no lo excluye en el artículo 1558 del Código Civil; al contrario, en la letra b) del
artículo 69 de la ley N° 16.744, expresamente lo hace procedente”.
El daño moral existe cuando se ocasiona a alguien un mal, perjuicio o aflicción en lo
relativo a sus facultades espirituales; un dolor o aflicción en sus sentimientos. Los hechos
derivados del incumplimiento, han significado un perjuicio extrapatrimonial, por el que
debo ser indemnizado. El daño causado, que principalmente corresponde al denominado
“MORAL”, se ha manifestado en 2 dimensiones: A) Dolor físico y B) Padecimientos
psicológicos y procesos internos distintos al dolor físico.

A) EN CUANTO AL DOLOR FÍSICO: La experiencia sufrida por el suscrito se


asocia a lo que la doctrina de la responsabilidad civil denomina PETRIUM DOLORIS,
entendido este último como el sufrimiento, dolor, molestia o desagrado que la conducta
dañosa provoca en la interioridad del sujeto lesionado. El dolor es una experiencia
sensorial, objetiva y emocional, desagradable, que pueden experimentar todos los seres
vivos que dispongan de un sistema nervioso central. Es una experiencia asociada a una
lesión tisular o expresada como si ésta existiera. La lesión sufrida por mi mandante
corresponde a una Herida (…) empeorará con el paso de los años, provocándole dolores de
cabeza constantes por el uso excesivo de la vista en el ojo derecho que mantiene en mejor
estado.

B) EN CUANTO A LOS PADECIMIENTOS PSICOLÓGICOS, DISTINTOS AL


DOLOR FISICO: Los estímulos, en los seres vivientes dotados de sensibilidad, no se
agotan en sensaciones, sino que además afectan, y producen afecciones internas y volitivas
que se padecen. No se puede reducir la indemnización al dolor propiamente tal, pues éste es
la forma en como es conmovida la persona por la disconformidad de un estímulo sentido,
disconformidad o a sintonía con el entorno y la perspectiva de las cosas. No se puede
olvidar que la pérdida de agrados es también una manifestación del menoscabo que supone
un daño extrapatrimonial.

La situación vivida por mi mandante, las reiteradas intervenciones de que fue objeto (…)
durante 2 años sin ningún elemento de seguridad proporcionado por el empleador.

Lo dicho, es un perjuicio cierto, y no una conjetura, y es un perjuicio resarcible a


causa de la negligencia palmaria de la empleadora.
Si bien la reparación pecuniaria del daño moral, no traerá de vuelta la visión que mi
representado tenia, según el civilista español Luis Diez-Picazo el daño moral puede
consistir no sólo en el mal que se causa sino en el bien cuyo disfrute se priva, de manera
que paso del Pain And Suffering Al Lost Of Amenities (dolor y sufrimiento al perder
comodidades) (DIEZ-PCAZO LUIS, Daño Moral, Thomson Civitas, cuadernos civitas,
Madrid España, 2008, Pág. 52)

Por lo anterior, el daño extra-patrimonial, identificable con todas las aristas antes
señaladas, más los que arrojen las pericias realizadas y probanzas que se desplegarán en la
audiencia de juicio, no puede ser resarcido con una suma sino de $XX ello atendido a la
edad de mi representado, y las posibilidades íntegras de recuperación de la vista o de su
mejoría.

POR TANTO: En mérito de lo expuesto, disposiciones legales citadas, contenidas


en los artículos 1547, 1556, 1557 y 1698 del Código Civil, en virtud del título XII del Libro
IV del mismo Código, los artículos 7°, 210, 420, 423,446, así como las normas vigentes
aplicables en la materia de autos, demás pertinentes del Código del Trabajo, Ley 16.744
Sobre Accidentes del trabajo y enfermedades profesionales, Decreto supremo número 594
del Ministerio de Salud, Decreto Supremo n° 40 que Aprueba reglamento sobre prevención
de riesgos profesionales del año 1969 y demás normas legales pertinentes.-

A VUESTRA SEÑORIA PIDO: Tener por interpuesta demanda de accidente del


trabajo en contra de XX, ya individualizado, para que, en definitiva, declare:

a) Que se acoja la indemnización de perjuicios solicitada, declarándose que sufrí un


accidente del trabajo, y que éste se produjo por incumplimiento grave de parte de la
demandada, de la obligación legal y contractual de higiene y seguridad establecida en el
artículo 184 del Código del Trabajo; art. 66, 67, 68 y 76 de la Ley 16.744. art. 38 y 53 del
D.S. N° 594 de 1999, del Ministerio de Salud, artículo 21 del D.S. N° 40, de 1969 del
Ministerio de Trabajo y Previsión Social, empeciéndole a la demandada obligación
resarcitoria que dicho perjuicio trae.
b) Que a causa del accidente del trabajo que sufrió mi representado, se condene a la
demandada a pagar una indemnización ascendiente a la suma de $XX por concepto de daño
moral, o la que este Tribunal determine con distinto criterio.

c) Que las sumas se reajustarán conforme al interés legal máximo y variaciones que
experimente el IPC, hasta la completa ejecución del fallo

d) Que la demandada sea condenada al pago de las costas de la causa.

PRIMER OTROSÍ: sírvase US., conforme lo dispone el artículo 442 del Código del
Trabajo, despachar las notificaciones de rigor, a la siguiente casilla de correo electrónico: X

SEGUNDO OTROSÍ: sírvase tener presente V.S que mi personería para actuar en nombre
y representación de don XX , consta por escritura pública de mandato judicial, de fecha
XX, poder que ha conferido con todas y cada una de las facultades de ambos incisos del
artículo 7 del código de Procedimiento, civil, y que en mi calidad de abogado, habilitado
para el ejercicio de la profesión, patrocino la presente, causa, y ejerceré personalmente el
poder conferido, sin delegar el poder por ahora.

POR TANTO,

En mérito de lo expuesto, y lo dispuesto en los artículos 1 y 2 de la Ley 18.120, sobre


comparecencia en juicio y artículo 7 del Código de Procedimiento Civil.

A V.S., PIDO: tener presente mi personería, y patrocinio de la presente causa.-

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