Bol. 42, Julio-Diciembre 2014

Arquidiócesis de Mérida. Boletín del Archivo Arquidiocesano de Mérida. Tomo V. Nº 16. Enero-Diciembre 1996.
Mérida-Venezuela. ISSN: 1316-9173.
El Boletín del Archivo Arquidiocesano

de Mérida es el órgano oficial de divulga-
ción del Archivo y del Museo de la Arqui-
diócesis de Mérida y refleja las activida-
des y trabajos de dichas instituciones. Es
una publicación periódica, especializada,
arbitrada e indizada, abierta a la difusión
de cualquier material cultural o de impor-
tancia científica relacionada con los fines
propios del AAM y MAM. Es financiado
por la Arquidiócesis de Mérida a través de
colaboraciones que recibe de instituciones
públicas y/o privadas. Es editado por el
Archivo y por el Museo de la Arquidiócesis
de Mérida. Los artículos y trabajos son pre-
viamente seleccionados por el Comité Edi-
torial y evaluados por el Comité de Arbi-
traje.
Fue fundado en 1987 por el Obispo Auxi-

liar de Mérida, Mons. Baltazar E. Porras
Cardozo. Su primer número salió a la luz
pública en el segundo semestre de 1987 y
su publicación fue semestral hasta el nú-
mero 13 correspondiente a julio-diciembre
1993. A partir del número 14 (1994) hasta
el 26 (2006) su periodicidad fue anual y a
partir del número 27 enero-junio 2007 vuel-
ve a publicarse semestralmente.
Mantenemos canje con publicaciones afi-

nes nacionales y extranjeras. Se distribuye
en la sede del Archivo y se envía por co-
rreo a suscriptores.
1
Arquidiócesis de Mérida. Boletín del Archivo Arquidiocesano de Mérida. Tomo XIV. Nº 42. Julio-diciembre 2014.
BOLETÍN DEL ARCHIVO

ARQUIDIOCESANO DE MÉRIDA
TOMO XIV JULIO-DICIEMBRE 2014 Nº 42
NÚMERO ESPECIAL
Dedicado al Excelentísimo Monseñor Doctor

Baltazar Enrique Porras Cardozo
Arzobispo Metropolitano de Mérida,
en sus 70 años de vida y XXXI aniversario episcopal
1
BOLETÍN DEL ARCHIVO ARQUIDIOCESANO DE MÉRIDA
Depósito Legal
pp 87-0310
ISSN 1316-9173
Portada Lema latino de la portada: Virtus semina fortunae geminat cum tempore.
Traducción: la virtud hace germinar con el tiempo, las semillas de la fortuna.
El fotograbado de la portada del Boletín ilustra la primera página impresa de la obra

de Agustín Barbosa, Summa apostolicarum decisionum (Suma de decisiones apos-
tólicas), en su primera edición publicada en Lyon en 1645, que se conserva en la
Biblioteca del AAM, cota X KJA 2002, B 37su, 1645.
Barbosa, Agustín (1590-1649): Prelado y jurisconsulto portugués, obispo de Ugento,

en el reino de Nápoles. Sus obras más sobresalientes fueron en el campo del Derecho
y se publicaron completas en Lyon, en 16 tomos a partir de 1712.
Diseño
Ana Hilda Duque
Raquel E. Morales S.
Diagramación
Raquel E. Morales S.
Arte final
Unidad de Informática del Archivo Arquidiocesano de Mérida
Dirección
Archivo Arquidiocesano de Mérida. Palacio Arzobispal. Av. 4 esquina calle 23.
Apartado 26. Mérida 5101-A. Teléfonos (0274) 2524307-2525786. Fax: 2521238.
Mérida-Venezuela. Correo electrónico: aamerida@gmail.com / museomerida@gmail.com
portal: www.arquidiocesisdemerida.org.ve
Indización
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CLASE (Citas Latinoamericanas en Ciencias Sociales y Humanidades). México
LATINDEX (Sistema regional de información en línea para revistas científicas de
América Latina, el Caribe, España y Portugal). México, código 15600.
Aceptada en el acervo REDALYC (Red de Revistas Científicas de América Latina y
el Caribe).
IMPRESO EN VENEZUELA / PRINTED IN VENEZUELA
ARCHIVO ARQUIDIOCESANO DE MÉRIDA-AAM
2
AUTORIDADES DE LA ARQUIDIÓCESIS DE MÉRIDA
Arzobispo Metropolitano de Mérida

Excmo. Mons. Baltazar Enrique Porras Cardozo
Obispo Auxiliar
Excmo. Mons. Alfredo Enrique Torres Rondón
Vicario General
Excmo. Mons. Alfredo Enrique Torres Rondón
Canciller-Secretario
Pbro. Duglas Alexander Briceño Fernández
Rector del Seminario San Buenaventura de Mérida
Pbro. Lic. Juan de Dios Peña Rojas
BOLETÍN DEL ARCHIVO ARQUIDIOCESANO DE MÉRIDA

Directora/Editora
Ana Hilda Duque
Personal Administrativo del Archivo

Silvia Elena Andrades Grassi
Anggie Fernández Dugarte
Raquel Eugenia Morales Soto
Marlene Sosa de Vera
María Lourdes Rangel Altuve
Personal Administrativo del Museo

Mayra Albarrán
Lizbeth Carolina Quintero Moreno
ENTES FINANCIEROS
Arquidiócesis de Mérida
Fundación Archivo Arquidiocesano Padre Luis Eduardo Cardona
Fundación Museo Arquidiocesano de Mérida
3
EDITOR / FUNDADOR
Mons. Baltazar E. Porras Cardozo
DIRECTORA / EDITORA
Ana Hilda Duque
COMITÉ EDITORIAL
Mons. Baltazar E. Porras Cardozo
Ana Hilda Duque
COMITÉ DE ARBITRAJE
Mons. Dr. Baltazar E. Porras Cardozo
Arzobispo Metropolitano de Mérida
Mons. Dr. Pedro Rubio Merino
Canónigo Archivero de la Catedral de Sevilla-España
Pbro. Dr. Manuel Nieto Cumplido
Archivero de la Diócesis de Córdoba-España
Dr. Laureano Rodríguez Liáñez
Universidad de Sevilla-España.
Archivero del Real Monasterio de Santa Inés. Sevilla-España.
Ana Hilda Duque
Archivo y Museo Arquidiocesano de Mérida-Venezuela
Catalina Torres Díaz
Escuela de Letras. Universidad de Los Andes. Mérida-Venezuela
Niria Suárez
Escuela de Educación. Universidad de Los Andes. Mérida-Venezuela
Oneiver Arturo Araque
Editor Histórico. Universidad de Los Andes. Mérida-Venezuela
Silvia Elena Andrades Grassi
Archivo Arquidiocesano de Mérida-Venezuela
José Luis Chacón Ramírez
Facultad de Arquitectura. Universidad de Los Andes. Mérida-Venezuela
TRADUCCIÓN DE RESÚMENES AL INGLÉS

Blanca Calvet
4
SUMARIO
Editorial................................................................................... 13-14
EL ARCHIVO
Conversatorio para una semblanza:
Un Arzobispo de fin de siglo y de principios del nuevo milenio
Monseñor Baltazar Porras Gerente

Genry Vargas Contreras.......................................................... 21-29
El Pastor y el hombre que yo conozco

Leonel Vivas.............................................................................. 30-32
El Obispo formador de sacerdotes para el nuevo milenio

Juan de Dios Peña Rojas........................................................ 33-36
El septuagésimo cumpleaños de dos Arzobispos Antropólogos

Rosendo Camargo Mora......................................................... 37-41
Mons. Baltazar Porras Cardozo: prelado, intelectual y amigo

Ricardo Gil Otaiza.................................................................. 42-45
Baltazar Enrique Porras Cardozo: un obispo, un humanista, un

hombre de Dios
Ricardo Rafael Contreras........................................................ 46-49
5
Mons. Baltazar Porras: Pastor y profeta

Alexander Rivera Vielma......................................................... 50-53
Mons. Baltazar Enrique Porras Cardozo: Bibliófilo y bibliólogo de

oficio
Marlene Bauste Sarache......................................................... 54-56
A tono con las circunstancias

Humberto Ruiz Calderón........................................................ 57-59
Doble fiesta para nuestro amigo y gran pastor: Mons. Baltazar

Enrique Porras Cardozo. Honor a quien se lo merece
Luis Enrique Rojas Ruiz........................................................... 60-63
Semblanza en versos para el Arzobispo de la Arquidiócesis de

Mérida Mons. Dr. Baltazar Enrique Porras Cardozo, en el setenta
aniversario de su nacimiento y treinta y uno de su vida episcopal
Hildebrando Rodríguez.......................................................... 64-65
Mons. Baltazar Enrique Porras Cardozo: Arzobispo Teólogo

Reynaldo Muñoz Contreras...................................................... 66-68
Hombre extraordinario y obispo ejemplar. Mons. Baltazar Enrique

Porras Cardozo
Enrique Neira Fernández........................................................ 68-69
Segundo Obispo Auxiliar para Mérida. Mons. Baltazar Enrique

Porras Cardozo
Ana Hilda Duque..................................................................... 70-72
Acerca del lugar que le corresponde en el tiempo al trabajo cum-

plido hasta ahora por Mons. Baltazar Enrique Porras Cardozo a la
cabeza de la mitra merideña.
José Mendoza Angulo............................................................. 73-79
6
Palabras de agradecimiento, por homenaje en honor a los 70 años

de vida y 31 de episcopado
Mons. Baltazar Enrique Porras Cardozo.................................. 80-82
EL MUSEO
EXPOSICIONES
Espíritu e intelecto de vanguardia: pensamiento y obra de Mons.

Baltazar Enrique Porras Cardozo en la Iglesia contemporánea.
Exposición Huellas Eclesiásticas Merideñas. Exposición Huellas
Eclesiásticas Merideñas
Silvia Andradres Grassi y Ana Hilda Duque........................... 93-104
CRÓNICAS, EVENTOS, NOTICIAS
Presentación del libro Ministerios. Sagradas órdenes y formación

del clero 1992-2014. Catálogo.
Presentación del libro Espíritu e intelecto de vanguardia: pensa-

miento y obras de Mons. Baltazar Enrique Porras Cardozo en la
iglesia contemporánea.
Luisa Elena Molina Romero..................................................... 110-116
Con olor a oveja

Mons. Alfredo Enrique Torres Rondón................................... 117
Hoy Mons. Baltazar Porras cumple 70 años de vida

Yenifer Espinoza..................................................................... 118-119
7
Baltazar, El Arzobispo
Fortunato González Cruz.......................................................... 119-120
Felicidades Monseñor Baltazar Porras

Pbro. Cornelio Marín.............................................................. 121-122
Monseñor Baltazar Porras, un Arzobispo de fin de siglo y comien-

zos del nuevo milenio
Yenifer Espinoza.................................................................... 123-125
Eucaristía Gratulatoria por los 31 años de Episcopado y 70 de

vida. Catedral Basílica Metropolitana de Mérida.......................... 126-129
NORMAS PARA LOS / AS AUTORES / AS........................... 130-132
8
SUMMARY
Editorial................................................................................... 13-14
THE ARCHIVES
Conversations for a biographical sketch:
An Archbishop for the turn of the century and the
beginning of the new millennium
Monsignor Baltazar Porras, Manager

Genry Vargas Contreras…………....………........................... 21-29
The Pastor and the man I know

Leonel Vivas ............................................................................ 30-32
A Bishop who molds priests for the new millennium

Juan de Dios Peña Rojas……………………............................ 33-36
The seventieth birthday of two Anthropologic Archbishops

Rosendo Camargo Mora......................................................... 37-41
Monsig. Baltazar Porras Cardozo: prelate, intellectual, friend

42-45
Ricardo Gil Otaiza..................................................................
Baltazar Enrique Porras Cardozo: bishop, humanist, man of God

Ricardo Rafael Contreras...................................................... 46-49
9
Monsig. Baltazar Porras: Pastor and prophet

Alexander Rivera Vielma ......................................................... 50-53
Monsig. Baltazar Enrique Porras Cardozo: Bibliophile and

bibliographer by trade
Marlene Bauste Sarache......................................................... 54-56
In tune with circumstances

Humberto Ruiz Calderón......................................................... 57-59
Two parties for our friend and great pastor: Monsig. Baltazar En-
rique Porras Cardozo. Honors given to he who deserves them.
Luis Enrique Rojas Ruiz.......................................................... 60-63
A biographical Sketch in verse for the Archbishop of the Mérida,

Monsig. Dr. Baltazar Enrique Porras Cardozo, for his seventieth
birthday and thirty-first of his episcopal life.
Hildebrando Rodriguez........................................................... 64-65
Monsig. Baltazar Enrique Porras Cardozo: Archbishop and

theologian
Reinaldo Muñoz Contreras..................................................... 66-68
Extraordinary man and exemplary bishop: Monsig. Baltazar Enri-

que Porras Cardozo
Enrique Neira Fernández...................................................... 68-69
Second Auxiliary Bishop for Merida. Mons. Baltazar Enrique Po-

rras Cardozo
Ana Hilda Duque.................................................................. 70-72
About where the performance, to date, of Monsig. Baltazar Enri-

que Porras Cardozo, as head of the church in Mérida, should be
placed in time
José Mendoza Angulo............................................................ 73-79
10
Words of thanks for the homage received on his 70th birthday and
31 years of his episcopate
Monsig. Baltazar Enrique Porras Cardozo............................. 80-82
THE MUSEUM
EXHIBITS
Spirit and intellect at the vanguard: thoughts and works by Monsig.

Baltazar Enrique Porras Cardozo in contemporary church. Exhibit:
Ecclesiastic Footprints in Mérida
Silvia Andradres Grassi y Ana Hilda Duque......................... 93-104
CHRONICLES, EVENTS, NEWS
Presentation of the book: Ministries. Sacred orders and the

formation of clergy
Presentation of the book: Spirit and intellect at the vanguard:

thoughts and works by Monsig. Baltazar Enrique Porras Cardozo
in contemporary church
Luisa Elena Molina Romero................................................... 110-116
With the color of a sheep

Monsig. Alfredo Enrique Torres Rondón................................. 117
Today Monsig. Baltazar Porras turns 70

Yenifer Espinoza....................................................................... 118-119
11
Baltazar, the Archbishop

Fortunato Gonzalez Cruz......................................................... 119-120
Congratulations Monsig. Baltazar Porras

Presbyter Cornelio Marín......................................................... 121-122
Monsig. Baltazar Porras, An Archbishop for the turn of the century

and the beginning of the new millennium
Yenifer Espinoza…………………........................................... 123-125
Congratulatory Eucharist celebrating Monsig. Baltazar Porras 31

episcopate years and 70 years of age. Merida’s Metropolitan
Basilica Cathedral ..................................................................... 126-129
NORMS FOR AUTHORS........................................................ 130-132
12
Mérida-Venezuela. ISSN: 1316-9173. Ana Hilda Duque. Editorial pp. 13-14
EDITORIAL
El 10 de octubre de 2014 el Arzobispo Metropolitano de Mérida, Excmo.

Mons. Dr. Baltazar Enrique Porras Cardozo, arribó a sus 70 años de vida y
31 de aniversario episcopal.
Con la finalidad de brindarle un merecido homenaje y enaltecer el trabajo
desarrollado por nuestro prelado, en pro de nuestra Iglesia Católica a nivel
local nacional y universal, la Arquidiócesis de Mérida a través del Archivo y
Museo Arquidiocesano organizó una serie de actividades académicas en su
honor.
Por lo anterior cabe mencionar que la presente edición del Boletín la hemos
dedicado a nuestro Arzobispo Mons. Porras Cardozo, con el propósito de
dar a conocer las diferentes actividades académicas desarrolladas el día de
su cumpleaños.
La agenda se inició con la inauguración de la exposición Bibliohemerográfica
y Documental Huellas Eclesiásticas Merideñas, las palabras de apertura
estuvieron a cargo de la Arquitecto Silvia Andrades Grassi, Auxiliar de In-
vestigación del Archivo Arquidiocesano de Mérida y curadora de la muestra
expositiva, junto con la Doctora Ana Hilda Duque. Acto seguido, fue el
despeje de cinta a cargo de Mons. Baltazar Enrique Porras Cardozo, Arzo-
bispo de Mérida, la Dra. Ana Hilda Duque, Directora del Archivo y Museo
Arquidiocesano de Mérida, El Dr. Mario Bonucci, Rector de la Universidad
de Los Andes, el Prof. José María Anderez, Secretario de la Universidad de
Los Andes y el Lcdo. José Ernesto Becerra Golindano, Presidente de la
Academia de Historia del Táchira. Luego del despeje, los invitados pasaron
a conocer la muestra expositiva en las salas 1 y 2 de la sede del Museo
Arquidiocesano de Mérida.
Un Arzobispo de fin de siglo y comienzos de nuevo milenio, fue el nom-
bre con el que se definió el Conversatorio para una semblanza, llevada a
cabo en la Sala Académica del Archivo y Museo Arquidiocesano de Mérida,
13
Mérida-Venezuela. ISSN: 1316-9173. Ana Hilda Duque. Editorial pp. 13-14
cuyas palabras de apertura estuvieron a cargo del Obispo Auxiliar de la

Arquidiócesis de Mérida, Mons. Alfredo Enrique Torres Rondón.
En esta edición estamos dando a conocer las semblanzas presentadas por
los 15 ponentes representados por un grupo de sacerdotes de la iglesia
merideña, personalidades de la Academia de Mérida y profesores de la
Universidad de Los Andes.
Al finalizar el conversatorio se presentaron dos publicaciones en homenaje
al Excmo. Mons. Baltazar Enrique Porras Cardozo en sus aniversarios. El
Pbro. Lcdo. Luis Enrique Rojas Ruiz, tuvo a cargo la presentación del libro
Ministerios. Sagradas Órdenes y Formación del Clero 1992-2014.
Catálogo, compilación de la Doctora Ana Hilda Duque. La Doctora Luisa
Elena Molina Romero, presentó el libro titulado Espíritu e intelecto de van-
guardia: pensamiento y obra de Mons. Baltazar Enrique Porras Cardozo
en la Iglesia contemporánea, compilación de la Doctora Ana Hilda Duque
y de la señora Marlene Sosa de Vera, Especialista en Catalogación del Ar-
chivo Arquidiocesano de Mérida.
Para finalizar la jornada de ese día se realizó el estreno del documental
audiovisual «In Nomine Tuo».
El sábado 11 de octubre tuvo lugar en la S. I. Catedral Basílica Menor
Inmaculada Concepción de Mérida, la Eucaristía Gratulatoria por los 31
años de Episcopado y 70 de vida de nuestro Arzobispo de Mérida. En esta
eucaristía Mons. Porras agradeció a todos los presentes la iniciativa de com-
partir juntos sus años de ministerio episcopal y de existencia.
Dra. Ana Hilda Duque

Directora del AAM y MAMSG
14
Mérida-Venezuela. ISSN: 1316-9173. Genry Vargas Contreras. Monseñor Baltazar Porras Gerente... pp. 21-29
15
Mérida-Venezuela. ISSN: 1316-9173. El pastor y el hombre que yo conozco... pp. 30-32
16
EL ARCHIVO
17
18
CONVERSATORIO PARA UNA SEMBLANZA:

Un Arzobispo de fin de siglo y
de principios del nuevo milenio
19
20
MONSEÑOR BALTAZAR PORRAS GERENTE *
Genry Vargas Contreras**
Buenos días a todos ustedes y muy especialmente a Monseñor Porras hoy

en su septuagésimo aniversario:
Honrado y complacido acudo hoy a cumplir con una grata misión encomen-
dada por los organizadores de este compartir con nuestro querido Arzobispo
hoy en su onomástico. Esta misión no es otra que manifestarles a Uds. cuál
es mi percepción de la actuación de nuestro homenajeado como gerente de
la Arquidiócesis de Mérida. Quiero en primer lugar expresarles que la sen-
sación de honra y complacencia inicial, dio paso a una de preocupación ante
la duda de no ser la persona idónea y que mis limitaciones de memoria,
capacidad de síntesis y el desconocimiento de ejecutorias de relevancia que
Monseñor cuidadosamente ha mantenido en el anonimato, no me permitan
evidenciar en pocos minutos una visión objetiva y clara de la magnitud de su
trayectoria desde el punto de vista gerencial, por cuanto,sólo enumerar los
más importantes logros de su dilatada ejecutoria de vida eclesial y de líder
local, nacional e internacional requeriría un lapso de tiempo muy superior al
acordado para hoy.
Monseñor Porras un líder y un gerente

En toda organización o programa existe una jerarquía establecida en la pirá-
mide de mando que contiene los niveles de decisión y en el vértice superior
pueden colocarse jefes o lideres para coordinar y dirigir sus actividades, la
diferencia fundamental entre ambas opciones consiste en que a un jefe se le
*
Artículo recibido en octubre de 2014 y aprobado para su publicación en noviembre del mismo
año.
*
ExRector de la Universidad de Los Andes-ULA. Mérida-Venezuela. Correo electrónico:
genryvargas@gmail.com
21
reconoce y obedece por que la normativa organizacional así lo establece y la

motivación para participar es baja o inexistente, mientras que en el caso de
los lideres el reconocimiento y la obediencia son espontáneas, derivadas de
la confianza que inspira en la comunidad su conocimiento, experticia, honra-
dez y sobre todo su capacidad de plantear metas, objetivos y estrategias
para lograrlos, derivados del conocimiento de la Institución y su entorno y
todo ello genera una alta motivación a la participación. Este reconocimiento
no se decreta ni se impone, se construye con trabajo, esfuerzo, dedicación y
ejemplo.
Es cierto que las teorías organizacionales hablan de diferentes estilos de
gerencia, lo que es indiscutible es que la línea divisoria entre jefatura y ge-
rencia tiene como condición indispensable la existencia de un liderazgo que
permita enrumbar la institución hacia un crecimiento sustentable y la conso-
lidación de su misión y visión, condición esta, que desde el inicio de su vida
sacerdotal ha demostrado fehacientemente Mons. Porras y que es recono-
cida por los merideños luego de 31 años de trayectoria entre nosotros. Sin
embargo, debo resaltar que ella trasciende el ámbito local de nuestra
Arquidiócesis y de la Iglesia Católica, convirtiéndolo en pilar fundamental
del Episcopado Venezolano y Latinoamericano, la comunidad venezolana y
latinoamericana sin distingo de nacionalidades y credos.
Alguien podría pensar que estas afirmaciones son producto de la visión be-
nevolente derivada de una relación como colaborador o de una amistad de
30 años. Sin embargo, para corroborar objetivamente esta afirmación pode-
mos enumerar algunas tareas y obras acometidas exitosamente durante su
vida episcopal:
1. A los 38 años es designado Obispo titular de Lamdia y Auxiliar de Mérida
(1983). Distinción poco usual, que no es más que un reconocimiento a su
desempeño si consideramos que según las estadísticas del Vaticano disponi-
bles en el Anuario Pontificio, solo el 1,24% de los sacerdotes alcanzan el
episcopado, lo cual evidencia la exigencia para tal designación.
2. Durante sus 8 años como Obispo Auxiliar de Mérida se desempeñó como
Vicario General y Vicario de Medios de Comunicación (1983-1991).
3. En el año 1984 (un año después de iniciarse como 2° Obispo Auxiliar de
Mérida es designado Secretario Interino de la Conferencia Episcopal Vene-
zolana y Presidente de la Comisión Organizadora de la 1ª visita Papal a
22
Venezuela, labor desempeñada con tal eficiencia que ya como Arzobispo de

Mérida, en 1995 es designado Presidente de la Comisión organizadora de la
2ª visita Papal.
4. Rector del Seminario Mayor Arquidiocesano San Buenaventura de Mérida
(1984-1987).
5. Como investigador ejerce también la dirección del Centro de Estudios
Teológicos Juan Pablo II de la Arquidiócesis (1985-1991).
6. Presidente de las Comisiones Episcopales de la CEV: de Apostolado Se-
glar (1984-1987 y 1987-1990), de Fe y Liturgia (1990-1993) y Permanente
durante 4 periodos de 3 años (1987-1999).
7. Representante del Episcopado Venezolano en el VII Sínodo Ordinario de
Obispos sobre la vocación y misión de los laicos en la Iglesia y en el mundo
(Roma 1987).
8. Miembro de la Comisión Episcopal de Educación del CELAM (1987-
1991).
Luego de su designación como VI Arzobispo de Mérida por San Juan Pablo
II el 30 de octubre de 1991 y la toma de posesión el 5 de diciembre del
mismo año se ha desempeñado como:
9. Miembro por elección de la IV Conferencia General del Episcopado La-
tinoamericano en Santo Domingo (República Dominicana) (1992).
10. Vicepresidente de la Conferencia Episcopal Venezolana (1993-1996;
1996-1999; 2009-2012). Entre 1999 y 2006 se desempeñó como su Presi-
dente
11. Representante del Episcopado Venezolano en el Congreso Eucarístico
Internacional de Sevilla (junio de 1993).
12. Consultor de la Pontificia Comisión de los Bienes Culturales de la Iglesia
(1995) y luego fue miembro de la Comisión por dos quinquenios (1997-2002;
2002-2007)
13. Presidente del Departamento de Laicos (DELAI) del CELAM (1995-1999).
14. Miembro por elección para el Sínodo de América (Roma Noviembre-
23
Diciembre 2007) en el que fue elegido miembro del Consejo Post sinodal
(desde diciembre de 2007).
15. Administrador Apostólico sede vacante de la Diócesis de San Cristóbal
(1998-1999).
16. Presidente del Departamento de Comunicación del CELAM (2003-2007).
17. Miembro de la Comisión Permanente de la CEV desde 1983-2015 (10
períodos).
18. Primer Vicepresidente de la CELAM (2007-2011)
19. Presidente de la Comisión Episcopal de Pastoral Social Caritas de la
CEV (2012-2015).
20. Miembro del Consejo Fundacional de la UCAB como representante de
la CEV (2012-2015).
Por su formación académica y producción intelectual le ha sido solicitada su
colaboración, entre otras, como miembro de las directivas de varias organi-
zaciones culturales (Sociedad Bolivariana, Casa de la Cultura Juan Félix
Sánchez, Fundación Solidaridad). Así mismo, su desempeño académico le
es reconocido al ser elegido para desempeñarse como Cronista de la Ciudad
de Mérida (desde 1990), Miembro de Número de la Academia de Mérida
(desde 1993), miembro del equipo de reflexión teológica de la revista Medellín
– Bogotá, miembro honorario de la Academia de Historia del Táchira (des-
de 1998) Y miembro correspondiente por el estado Mérida de la Academia
Nacional de la Historia en Caracas (desde 2001), profesor Invitado del
Instituto Teológico Pastoral del CELAM-Bogotá (desde 1994),profesor y
tutor Académico del Doctorado en Ciencias Humanas de la ULA (2007-
2012), Jurado de tesis de pregrado y postgrado en la UCAB, UCV y Javeriana
(Bogotá).
La realización de toda esta actividad le ha hecho merecedor de 8 condeco-
raciones de instituciones académicas entre las que destacan los doctorados
Honoris Causa de la UCAB y de la UNET, 5 nacionales, 10 militares, 36 del
estado Mérida, 35 de la región, y 11 de organismos y asociaciones diversas.
Su preocupación por la formación de excelencia diseñó una política de forma-
ción de recursos humanos que ha dado como fruto que durante su Arzobis-
24
pado han cursado estudios de Doctorado 8 sacerdotes: Cinco ya culminaron

y tres cursan actualmente; 5 han realizado estudios de maestría y entre
cursantes y egresados a nivel de licenciatura 28 en Universidades Naciona-
les, 31 en universidades extranjeras y en el presente año el 50% de los
sacerdotes de la Arquidiócesis culminaron el diplomado de Administración
Parroquial en la ULA dictada por el postgrado de Ciencias Contables de la
FACES ULA y para apoyar la formación de los sacerdotes de la Arquidiócesis,
Mons. Porras fundó en Roma el Instituto Ítalo-Venezolano y ha establecido
desde su fundación convenios y acuerdos para financiar su funcionamiento,
así como el de las instituciones educacionales de la Iglesia que funcionan en
la Arquidiócesis.
En relación con el desarrollo de infraestructura podemos citar:
21. La creación de 15 nuevas parroquias.
22. La construcción en diferentes parroquias de: más de 25 capillas, más de
10 casas parroquiales y 5 en construcción o con proyectos concluidos.
23. La restauración de más de 75 capillas y casas parroquiales.
24. El embellecimiento con vitrales en 58 capillas y casas parroquiales ya
que sólo 5 iglesias disponían de este tipo de obras.
25. Creación de 6 emisoras FM: Mérida100.9, Libertad (Canaguá), Paraíso
(Timotes), Santo Cristo (Aricagua), Arcángel (Jají), Mucuchachí y el man-
tenimiento de la TAM.
26. Instrumentación de nuevas tecnologías: Portal de la Arquidiócesis, Ofi-
cina de Prensa, cursos digitales para instrucción a distancia y páginas digitales
como las del MAMSG y el AAM.
27. Una importante obra editorial del AAM y MAMSG. Este año se dio
inicio a las publicaciones digitales.
28. Microfilmación de los archivos parroquiales desde 1990 y migración a la
digitalización desde el 2012, en convenio con Family Search, proyecto pio-
nero en América Latina.
Como puede inferirse de las referencias antes citadas, del desempeño, obra
y los reconocimientos recibidos por Mons. Porras derivan de su capacidad,
esfuerzo y dedicación para lograr resultados positivos, generando en las
25
comunidades en las que se ha desempeñado un reconocimiento general de

su liderazgo y su capacidad gerencial debiendo en general desempeñar esas
responsabilidades por más de un período.
Por razones obvias citaré solo cinco de los elementos fundamentales, que a
mi juicio, caracterizan su condición de líder y explican el éxito de su gestión
en las responsabilidades asumidas, teniendo siempre como único norte cum-
plir con la misión que le fue encomendada desde su ordenación como sacer-
dote (30/07/1967) y posteriormente como Obispo (17/09/1983) y Arzobispo
(30/10/1991):
1. Sus excepcionales condiciones para lograr la incorporación y participa-
ción de la comunidad dirigiendo magistralmente la construcción de consen-
sos en la definición de metas y objetivos, engranados de forma tal que a lo
largo de la ejecución de las actividades, la comunidad evalúe los avances y
los perciba como estímulo para mantener el entusiasmo en la consecución
de los objetivos.
2. Tan relevante como esta capacidad, observamos su invalorable capaci-
dad para organizar la logística que permita la instrumentación, seguimiento
de los planes y adelantar los re direccionamientos que la dinámica de los
procesos aconseje, demostrando y trasmitiendo con el ejemplo confianza y
optimismo a los equipos de trabajo organizados para acometer las diferentes
actividades, haciendo aparecer como sencillas y factibles las tareas, partici-
pando activamente en la solución de las dificultades que surgen en el desa-
rrollo de las mismas y siempre atento a que lo urgente y de corto plazo no
desplace a lo importante y permanente.
3. Podemos citar como tercer elemento y base sólida para definir, ejecutar,
y adaptar los objetivos y planes, el que nos plantea siempre, sobre la impe-
riosa necesidad de contar con un capital humano sólidamente capacitado y
versátil que pueda responder a los requerimientos de una realidad que hoy
se caracteriza por cambios radicales en cortos periodos de tiempo. Este
planteamiento constante lo plantea para todos los miembros de la comuni-
dad en dos vertientes: a) la formación de recursos humanos a lo interno de la
Iglesia, para lograr la formación de las generaciones de relevo sólidas en la
fe y muy especialmente la solidaridad humana como pilares para cumplir
con su misión sacerdotal y b) la formación integral de la comunidad en gene-
ral para convertirlos en buenos ciudadanos y empoderarlos de sus deberes y
26
derechos en la consecución de su desarrollo individual y el colectivo de la

sociedad, único mecanismo válido para lograr la inclusión de todos y reduc-
ción de la pobreza. En concordancia con estos planteamientos podemos
observar la gran cantidad de jóvenes sacerdotes,respuesta al diseño de cam-
pañas de captación de vocaciones, la materialización de los planes de for-
mación ya señalados, los inmensos esfuerzos para el mantenimiento del Se-
minario de Mérida, cuando por razones económicas varios de los que fun-
cionaron en el país han cerrado sus puertas, convirtiendo al Seminario
Arquidiocesano San Buenaventura de Mérida en centro de formación de
cobertura nacional y por la vía de los hechos en organismo de subvención a
otras Arquidiócesis en materia de formación de vocaciones sacerdotales.
Esta estrategia es complementada con el programa de formación profesio-
nal y de postgrado también citado. Quiero en este momento citar una con-
versación con Mons. Oriano Quilici en su condición de Nuncio Apostólico
en Venezuela, cuando en la oportunidad de la toma de posesión de Mons.
Porras como Arzobispo de Mérida nos manifestó que estaba convencido
que en la decisión del Santo Padre para la designación del Arzobispo de
Mérida habían influido las condiciones académicasde Mons. Porras y segu-
ro estaba que desarrollaría una excelente labor como Arzobispo y como
enlace entre la iglesia y la Academia, labor esta, en la cual ha trabajado
incansablemente fortaleciendo los tradicionales vínculos entre la Iglesia y la
Universidad de Los Andes y la academia en general, en mi opinión, realizan-
do esta última en forma magistral por constituir en general una labor de
relación con sus pares académicos y superando las expectativas plantea-
das.
4. En relación con su preocupación por la infraestructura física de apoyo y
tomando en cuenta que mucha de esta infraestructura constituye patrimonio
cultural de la Iglesia, soy testigo de excepción de su gran preocupación por
la regularización de las propiedades de la iglesia que como era costumbre en
el pasado entraron al patrimonio de la iglesia por donaciones de palabra, lo
cual ha generado buena cantidad de problemas legales en adición a los nor-
males para lograr su mantenimiento y adecuación, pero en mi opinión han
ocupado lugar privilegiado en sus preocupaciones el desarrollo del MAMSG
y el AAM como apoyo a la preservación del patrimonio museístico y docu-
mental, para la investigación y la dotación de nuevas tecnologías para forta-
lecer la misión evangelizadora de la Iglesia y la investigación, teniendo que
superar cada vez mayores dificultades para lograrlo.
27
5. Su personalidad accesible y abierta le ha permitido salvar el distancia-

miento frecuente en quienes ocupan cargos de relevancia en la jerarquía de
cualquier institución con el resto de la comunidad. Permítanme ustedes evo-
car desde mis recuerdos un pasaje que evidencia esta faceta. La primera
vez que tuve contacto personal con Monseñor fue hace 30 años, cuando
ambos en cumplimientodela tradicional visita navideña a nuestras respecti-
vas familias, coincidimos en la plaza de Bolívar de Palmira, estado Táchira
en la acostumbrada caravana de disfraces con que los tachirenses celebran
las festividades navideñas y el chofer de una camioneta pickup que iba re-
pleta de niños y jóvenes, ataviado con franela y mono deportivo,compartía
jovialmente con los asistentes y se identificaba como un sacerdote de Mérida
hasta que algunos vecinos lo identificaron y anunciaron la presencia del
Obispo de Mérida (para aquel momento conocido aquí como el chamo Po-
rras) incorporado a la celebración con sobrinos y vecinos de Patiecitos. Esta
disposición de mantener una relación directa y sencilla con los feligreses se
mantiene (por supuesto sin anonimato), lo que le permite palpar la opinión
real de la comunidad y lograr la identificación y apoyo de todos para el
desempeño de sus obligaciones. Considero ineludible resaltar que su forma-
ción teológica y estricto sentido del deber lo obliga permanentemente a ex-
presar valientemente y sin ambigüedades su opinión sobre la realidad nacio-
nal, lo que lo ha hecho acreedor de múltiples tipos de agresión, pero también
del reconocimiento de la comunidad eclesiástica y de la mayoría de los ve-
nezolanos que lo identifican como un líder honesto y sincero, vocero de
quienes no pueden o temen hablar.
Solo quiero añadir para finalizar, que agradezco a Dios haberme dado la
oportunidad de participar en algunos de los proyecto que dirige nuestro
Arzobispo, que me ha permitido compartir una buena cantidad de invalorables
experiencias y a Monseñor Porras por haberme distinguido con su apoyo
espiritual, su confianza y su amistad.
Monseñor en estos sus primeros setenta años de fructífera vida, nuestros
mejores deseos y recordarle que es un compromiso ineludible mantenerse
muchos años mas entre nosotros, como guía espiritual y amigo. A todos
Uds. gracias, muy buenos días y sigamos disfrutando de este grato compar-
tir en honor a Monseñor.
28
El Dr. Genry Vargas Contreras, durante la lectura de su artículo titulado: Mons. Baltazar Porras
Gerente. Sala Académica del Palacio Arzobispal de Mérida (Venezuela), 10 de octubre de
2014.
AAM. Banco de imágenes.
29
Mérida-Venezuela. ISSN: 1316-9173. Leonel Vivas. El pastor y el hombre que yo conozco... pp. 30-32
EL PASTOR Y EL HOMBRE QUE YO CONOZCO*
Leonel Vivas**
Por la gracia de la suerte, conocí a Monseñor Baltazar Enrique Porras

Cardozo el mes de septiembre de 1979, justo, el día que llegó a nuestra
meseta a posesionarse de la Arquidiócesis de Mérida, Monseñor Miguel
Antonio Salas Salas, venido de Calabozo.
Tuve la fortuna en esa ocasión, en mi condición de Secretario de la Univer-
sidad de Los Andes, de ir en la comitiva que acompañaría hasta nuestra
ciudad al admirado y respetado Monseñor Salas. Hicimos el viaje en raudo
vuelo en el avión ejecutivo que para tal fin prestara Don Pedro Grespan. Por
cierto, para descontento de todos y, muy especialmente del obispo Baltazar
Porras, el primer intento de aterrizaje en el aeropuerto Alberto Carnevali fue
abortado, con la incomodad de tener que ir a Maracaibo a esperar paciente-
mente que el avión del entonces Presidente Luis Herrera Campins fuese
removido del mero centro de la pista de aterrizaje, donde graciosamente su
piloto lo había colocado para evitar que alguna extraña, intrusa y peligrosa
nave pudiera posarse; a pesar de que para aquellos días no se conocía de la
existencia, tan en boga como lo es actualmente, de repetidos intentos de
magnicidio.
Desde entonces me topé con el pastor, el hombre, el luchador social y el
amigo que es para mí Monseñor Baltazar Enrique Porras Cardozo.
Desde ese día he tenido el placer de compartir con él tareas, ideas, amena
conversación y amistad. Entre tantos encuentros no puedo olvidar la larga y
*
año.
**
Ex Secretario y Ex Vicerrector Académico de la Universidad de Los Andes-ULA. Mérida-
Venezuela. Correo electrónico: leonelvivas2011@hotmail.com
30
fructífera actividad que ambos tuvimos, conjuntamente con el amigo común

Alberto Arvelo Ramos, en la comisión para la creación de la Zona Libre,
Científica y Cultural del estado Mérida, genuina institución por desgracia
hoy venida a menos por razones que nadie puede explicarse racionalmente.
La acción desplegada en esa oportunidad por Monseñor Porras fue real-
mente tan meritoria como decisiva para lograr la creación por parte del
Ejecutivo Nacional de aquella prometedora institución.
Tampoco puede desaparecer de mi corta memoria las veces que le acompa-
ñé como autoridad universitaria en interminables reuniones de pacificación
de la ciudad, tenidas con diversos líderes estudiantiles y autoridades guber-
namentales, cuando Mérida era víctima de frecuentes y peligrosos distur-
bios. El diálogo abierto, tolerante y sincero de Monseñor Porras siempre
tuvo sus buenos frutos para evitar males mayores y amainar la nunca aca-
bada represión del poder de turno. Admirable resultaba la capacidad de
persuasión demostrada por Monseñor Porras, una y otra vez, frente a los
bandos en pugna. En esas difíciles situaciones nuestro homenajeado fue
permanentemente referencia y desenlace pacificador.
De igual forma, recuerdo vívidamente las veces que acompañé al Pastor y
lo vi actuar como tal en algunos pueblos serranos, particularmente rememoro
con sumo agrado el viaje que llevamos a efecto a mi pueblo piemontino
Altamira de Cáceres, donde Monseñor dijera un hermoso, sustancioso y
bien hilado sermón, interferido por el agradable ruido provocado por la inten-
sa lluvia que caía aquella mañana sobre los barrancos más bellos del mundo.
Pero, sirva este momento para decir, convencido, que Monseñor Porras
con su carisma desbordante, su reconocida bondad y su don de liderazgo
como luchador social, sabe también cultivar amistad sincera sin pizca de
intereses subalternos. Por ello, lo admiramos tanto como Hombre y Pastor
de Almas. De él tengo, ciertamente, las mejores impresiones como ser hu-
mano y guía de seres humanos.
En mi nombre y en el de mi esposa Jannett, para quien Monseñor se ha
revelado como bondadoso y apreciadísimo mecenas de sus inquietudes ar-
tísticas, le doy con ella mis más sentidas gracias por habernos privilegiado
durante muchos años con su hermosa amistad.
31
El Dr. Leonel Vivas, durante la lectura de su artículo titulado: El pastor y el hombre que yo
conozco. Sala Académica del Palacio Arzobispal de Mérida (Venezuela), 10 de octubre de
2014.
32
Mérida-Venezuela. ISSN: 1316-9173. Juan de Dios Peña Rojas. El obispo formador de sacerdotes... pp. 33-36
EL OBISPO FORMADOR DE SACERDOTES PARA EL NUEVO MILENIO *
Juan de Dios Peña Rojas**
La Diócesis de Mérida de Maracaibo fue erigida por la bula Magitudo

Divinae Bonitatis de S. S. Pío VI, el 16 de febrero de 1778. Su primer
obispo fue Fray Juan Ramos de Lora, designado por el rey don Carlos III el
31 de agosto de 1780, preconizado por el papa Pío VI el 24 de septiembre de
1782 y consagrado el 22 de junio de 1783. Llegó a Maracaibo el 16 de marzo
de 1784 y permaneció en dicha ciudad hasta el 9 de febrero de 1785, día en
que salió para Mérida.
Cuando llegó a nuestra ciudad constató cómo el poner en marcha un obispa-
do de nueva creación era una empresa cargada de problemas, más aún
cuando era alarmante y preocupante la escasez de clero para poder proveer
las iglesias que existían en tan extenso territorio.
De allí que su primera preocupación y acto de gobierno consistió en elaborar
las Constituciones de una Casa de Estudios, para la educación de los jóve-
nes inclinados a seguir el estado eclesiástico. Estas Constituciones fueron
dictadas el 29 de marzo de 1785. Por Real Orden del 14 de septiembre de
1786, se convirtió en Seminario Conciliar, tomando el nombre de Real
Seminario de San Buenaventura y quedando afiliado a la Universidad
de Caracas en lo relativo a grados, por Real Cédula del 20 de marzo
de 1789.
Desde Fray Juan Ramos de Lora hasta nuestros días, han pastoreado la
Iglesia Local un total de 20 prelados, entre obispos diocesanos, arzobispos,
*
año.
**
Rector del Seminario San Buenaventura de Mérida-Venezuela. Correo electrónico:
projasjuandedios@gmail.com
33
Coadjutores y auxiliares, siendo la preocupación fundamental el atender las

necesidades del seminario y velar por la formación de los futuros sacerdo-
tes.
En el siglo XIX vale la pena resaltar los desvelos de Obispos como Lasso de
la Vega, Román Lovera; en el cambio de siglo Antonio Ramón Silva y el
traslado del Seminario de la Grita para Curazao y su retorno a Mérida; y en
el siglo XX hay que destacar la obra monumental de Mons. Acacio Chacón
Guerra en la construcción de la actual sede del Seminario San Buenaventu-
ra, y la labor de Mons. Miguel Antonio Salas Salas en la reapertura del
Seminario Mayor, acontecimiento que representa una restauración y nuevo
impulso para nuestra casa de estudios eclesiásticos.
Al igual que a Mons. Antonio Ramón Silva, a nuestro homenajeado Mons.
Baltazar Enrique Porras Cardozo, le ha tocado pastorear a nuestra iglesia
local conduciéndola no solo a un cambio de siglo, sino en medio de un cam-
bio de época.
En una sociedad que aún sigue viendo al sacerdote como a una persona que
es buena, cura de misa y olla, que se sorprende cuando se les dice que
nosotros también estudiamos, y más aún que hacemos postgrados fuera del
país, voy a presentarles al responsable de que el clero de la Arquidiócesis de
Mérida sea hoy por hoy uno de los presbiterios que cuenta con mayor núme-
ro de sacerdotes especialistas en diversas áreas del saber.
Si a Mons. Miguel Antonio Salas le debemos el auge vocacional que ha
experimentado la Arquidiócesis en los últimos treinta años, a Mons. Baltazar
Porras tenemos que agradecerle por su preocupación por formar no sólo a
los seminaristas con miras al sacerdocio, sino a los ya ordenados, para que
podamos responder a las exigencias del nuevo milenio.
Todos sabemos que la mejor herencia que un padre le deja a sus hijos es la
educación, eso no se pierde, por el contrario se le va dando más valor con el
paso del tiempo. De igual manera el mayor legado que le está dejando Mons.
Porras a la Iglesia Merideña está plasmado en un presbiterio no sólo nume-
roso cuantitativamente, sino bien formado.
Desde que Mons. Baltazar Enrique Porras Cardozo tomó posesión de la
Arquidiócesis de Mérida el 5 de diciembre de1991, convirtiéndose en su
sexto Arzobispo, nos hemos ordenado para el servicio de esta Iglesia Local
34
un total de noventa y dos sacerdotes. Es un número considerable si se tiene

en cuenta que en la actualidad el presbiterio está conformado por unos cien-
to veinticinco sacerdotes diocesanos, de los cuales la mitad está por debajo
de los cuarenta años.
El Papa Juan Pablo II en la Exhortación Apostólica Postsinodal «Pastores
Gregis» les pedía a los Señores Obispos lo siguiente:
Es fundamental la formación permanente de los presbíteros, que para
todos ellos es una vocación en la vocación, puesto que, con la varie-
dad y complementariedad de los aspectos que abarca, tiende a ayu-
darles a ser y actuar como sacerdotes al estilo de Jesús. (P. G. 47).
Es por ello que Mons. Baltazar Porras no solo ha constituido un numeroso
presbiterio, sino que su preocupación siempre se ha orientado a la formación
permanente del Clero y a la especialización del mismo. A lo largo de sus 23
años al frente de la sede Arzobispal, ha enviado a estudiar a treinta y ocho
sacerdotes, en las principales universidades pontificias de Italia, España y a
la Javeriana de Bogotá. Todo orientado a seguir mejorando la calidad de la
formación en nuestro Seminario San Buenaventura, y a elevar el grado de
atención pastoral de nuestros feligreses.
Todos los que hemos tenido el privilegio de tener a Mons. Baltazar Porras
como formador y pastor, estamos agradecidos por el alto grado de exigencia
que ha tenido con nosotros. Muchos de los que estamos aquí podemos dar
fe de las zarandeadas, interpelaciones y correcciones continuas de nuestro
Arzobispo. Pero no hay que olvidar que el Padre corrige a los que ama. Y
cuando la corrección viene dada de alguien que nos da ejemplo de trabajo,
entrega, disponibilidad y sacrificio, se convierte en motivación para mejorar
y no conformarnos con ser buenos, sino excelentes en el ejercicio del minis-
terio sacerdotal.
Damos gracias a Dios por los setenta años de fructífera vida y los treinta y
un años de episcopado de Mons. Baltazar Porras, y más aún por tener el
privilegio de tenerlo entre nosotros como nuestro pastor. Ad Multos annos.
35
El Pbro. Lcdo. Juan de Dios Peña Rojas, durante la lectura de su artículo titulado: El
obispo formador de sacerdotes para el nuevo milenio. Sala Académica del Palacio
Arzobispal de Mérida (Venezuela), 10 de octubre de 2014.
36
Mérida-Venezuela. ISSN: 1316-9173. Rosendo Camargo. El septuagésimo cumpleaños de dos... pp. 37-41
EL SEPTUAGÉSIMO CUMPLEAÑOS DE
DOS ARZOBISPOS ANTROPÓLOGOS *
Rosendo Camargo **
El Arzobispado de Mérida, comienza con Monseñor Antonio Ramón Silva

García, el septuagenario primer Arzobispo de Mérida y ha continuado hasta
nuestros días con Monseñor Baltazar Enrique Porras Cardozo, quien está
cumpliendo sus setenta años de edad. Ligados con esas fechas, 1923 y
2014, hemos apreciado dos documentos vinculados a la historia del primer
Obispo de Mérida, Fray Juan Ramos de Lora, que establecen la continuidad
entre las ejecutorias de ambos prelados, resaltando una vez más, sus con-
diciones de escritores, historiadores y antropólogos.
La preocupación de ambos por clarificar la volumetría del primer Seminario
de San Buenaventura, que permitirá conocer la evolución constructiva del
Edificio Central de la Universidad de los Andes, desde que fue seminario
hasta la época moderna, aunado a tratar de ubicar los restos de su Fundador,
son los elementos que hilvanan parte de sus ejecutorias a través del informe
de Juan Moreno hasta nuestros días.
Juan Moreno fue el primer Administrador del Seminario de San Buenaven-
tura, nombrado por Fray Juan Ramos de Lora en 17851. Sus funciones,
según relato del mismo, consistían en asegurar el sustento a maestros, cole-
giales, al cocinero y a su ayudante, y pagar a estos últimos y a los maestros
sus salarios. Por este trabajo Juan Moreno percibía 100 pesos por año2.
*
año.
**
Ex Decano de la Facultad de Ingeniería de la Universidad de Los Andes-ULA. Mérida-Venezuela.
Miembro Correspondiente Estadal de la Academia de Mérida. Correo electrónico:
rocamo20@gmail.com
1
Eloi Chalbaud Cardona. Historia de la Universidad de Los Andes. Mérida (Venezuela): Universidad
de Los Andes. Ediciones del Rectorado. Tomo I. 1966, p. 293.
2
Ibídem., pp. 279-280.
37
Evidentemente, esta relación que presenta el Administrador al Licenciado

Hipólito Díaz González, designado por el segundo obispo de Mérida Fray
Manuel Torrijos para reorganizar el Colegió Seminario, refleja solo la activi-
dad que se producía después de terminada la construcción del Edificio Se-
minario, en la esquina que forman la calle Lora y la calle Vargas o sea en
años posteriores a 1790. Sin embargo, durante la etapa constructiva de esa
enorme edificación, el Seminario funcionaba en el Convento de San Fran-
cisco, tres cuadras arriba, subiendo por la calle de la Barranca, hoy Lora,
por lo que presumo que alguna actividad administrativa, adicional, debió ejercer
Juan Moreno, en la nueva construcción.
Efectivamente, Fray Juan Ramos de Lora, en la primera mitad del año
1790, le pide a Juan Moreno que haga una descripción de la obra que está
construyendo a sus expensas. Esta designación, habla muy bien de la capa-
cidad de Juan Moreno, pues el carácter irascible del Obispo, lo impelía a
menospreciar los conocimientos de los demás o posiblemente, en Mérida no
había otra persona capaz de hacerla, como dice claramente en la carta que
envía Monseñor al Ayuntamiento: Paso á V.S. la nota adjunta pa. qe. en
su visita se sirvan pasar á la fábrica del Seminario Conciliar qe. se
contiene, emplazando pa. su asistencia á las personas que juzgase V.S.
más inteligentes de la Ciudad, respecto á no haber en ella Alarifes, ni
otros Maestros qe. profesen estas artes…3.
Así pues, la descripción del primer Seminario de San Buenaventura, realiza-
da por Juan Moreno, es un documento avalado por el severo crítico que fue
el primer Obispo de Mérida.
La descripción establece los linderos, sus medidas, el número de habitacio-
nes, las características de la Capilla, la Sacristía, el Refectorio, los dos Claus-
tros y el Traspatio, la Portería, la Cocina y las escaleras. También describe
los materiales: Tejas en los techos, ladrillos en los pisos y la madera en
entrepisos y techos Es una apretada descripción que más que leerla, hay
que estudiarla y a lo mejor complementarla con otros documentos de la
época. Así, cuando Juan Moreno describe el segundo piso, hace referencia
a la librería, que el Obispo utilizaba como habitación, dice: …uno de los
cuales sirve de librería, que queda contiguo a la Capilla y una puerta
3
Ibídem., p. 108.
38
en el ángulo de la Capilla que da comunicación á su tribuna4, posible-

mente se explica, que por la dificultad del Obispo, para bajar escaleras,
había conectado su habitación con el púlpito. ...ya que su actividad tuvo
altibajos y sus piernas le estuvieron molestando todo el año…5.
Otro aspecto sorprendente de la edificación corresponde a la existencia de
un traspatio con desagües, que al compararlo con el Reglamento Interno del
Colegio Seminario, dictado en 1823, que dice, refiriéndose a los alumnos: Al
toque de silencio, lo guardarán exactamente, retirándose a sus quartos,
de donde en ese tiempo solo podrán salir a las letrinas6, resulta sorpren-
dente que para 1790, el Obispo hubiese previsto alcantarillado de aguas
negras.
Este documento bicentenario, fue rescatado por Monseñor Antonio Ramón
Silva, en su obra Documentos para la Historia de la Diócesis de Mérida.
Acudí al Archivo Histórico de la Universidad de Los Andes donde está el
plano original de la planta baja del edificio descrito por Juan Moreno; y allí
sobre el plano leí: Primer Seminario de Mérida, junio de 1790. El plano
fue trazado aprovechando para ello la descripción del edificio envia-
da al Ayuntamiento por orden de Fray Ramos de Lora. Esta descripción
minuciosa se encuentra en el primer tomo de Documentos para la Histo-
ria de la Diócesis de Mérida, páginas 315 y siguientes7. El trazado del
plano corresponde al primer piso y no está perfeccionado por la falta
de datos en la parte de la cocina y piezas contiguas8. Cayó este edifi-
cio en 1812 y el Ilmo. Lasso de la Vega construyó un nuevo Seminario
hacia el lado de la plaza (ya habían comprado los terrenos), que es la
4
Antonio Ramón Silva. Documentos para la historia de la Diócesis de Mérida. Mérida (Venezuela):
Imprenta Diocesana. Tomo I. 1908, pp. 315-319
5
Baltazar Enrique Porras Cardozo. El Ciclo Vital de Fray Juan Ramos de Lora. Mérida (Venezuela)
Universidad de Los Andes. Ediciones del Rectorado. 1992, pág. 86.
6
Eloi Chalbaud Cardona. Historia de la Universidad de Los Andes. Mérida (Venezuela) Universidad
de Los Andes. Ediciones del Rectorado. Tomo II. 1968, p. 419.
7
Antonio Ramón Silva. Ob Cit., pp. 315-319
8
Edda O. Samudio A. Historia y Simbolismo: El Edificio Central de la Universidad de Los Andes.
Mérida (Venezuela). Universidad de Los Andes. Ediciones del Rectorado. Talleres Gráficos
Universitarios. 2007, p. 30.
39
actual Universidad, pero el gran salón Universitario comprende la

antigua Capilla más la sacristía y fue aumentado de ancho hacia la
antigua escalera. ARS 9.
La nota caligrafiada está firmada con tres letras ARS, que se corresponden
con las iniciales de Antonio Ramón Silva, en el año que cumplió setenta años
de vida y que posiblemente, valiéndose de su disciplina de profesor de mate-
máticas y de la habilidad de sus manos de artesano elaboró el plano.
Pasa el tiempo y en 1993, fruto de mis observaciones en la reconstrucción
de la Casa Paredes, que me permitieron comprender algunas reglas de la
construcción colonial, traté de hacer los planos del primer Seminario de
Mérida, siguiendo la descripción de Juan Moreno y de esta forma, pude
ubicar la Capilla del Seminario en el espacio que ocupa el Teatro Rengifo,
antes denominado gran salón Universitario, tal como como lo señaló Monse-
ñor Silva.
Una vez ubicada la Capilla y con el acta de defunción del Obispo Fray Juan
Ramos de Lora10, le informé al nuevo Arzobispo de Mérida, Monseñor
Baltazar Porras Cardozo, quien entusiastamente apoyó la idea de buscar los
restos, hasta ese momento perdidos, del primer Obispo de Mérida y me
permitió publicar una serie de artículos referentes, en el Diario El Vigilan-
te y posteriormente, su reproducción en el Boletín del Archivo
Arquidiocesano de Mérida. Se hicieron las excavaciones pero no se pudo
determinar que los restos encontrados fuesen humanos y quedó en suspen-
so la búsqueda de los restos de Fray Juan Ramos de Lora, que con seguri-
dad estuvieron en el área ocupada por el Teatro Cesar Rengifo, como lo
demuestra un nuevo documento, encontrado en este año, por la Arqª Silvia
Andrades Grassi en el Archivo Arquidiocesano de Mérida, que se refiere a
la exhumación de los restos de Fray Juan Ramos de Lora en el año 1824,
cuando el Obispo Rafael Lasso de la Vega reconstruyó la primera capilla del
Seminario.
9
Archivo Histórico de la Universidad de los Andes -AHULA. Varios. Archimóvil 2, Módulo 1,
Carpeta s/n, Módulo 8.
10
Eloi Chalbaud Cardona. Historia de la Universidad de Los Andes. Mérida (Venezuela) Universidad
de Los Andes. Ediciones del Rectorado. Tomo I. 1966, p. 111.
40
El Dr. Rosendo Camargo Mora, durante la lectura de su artículo titulado: El setuagésimo

cumpleaños de dos Arzobispos Antropólogos. Sala Académica del Palacio Arzobispal de
Mérida (Venezuela), 10 de octubre de 2014.
41
Mérida-Venezuela. ISSN: 1316-9173. Ricardo Gil Otaiza. Monseñor Baltazar Porras Cardozo... pp. 42-45
MONS. BALTAZAR PORRAS CARDOZO:

PRELADO, INTELECTUAL Y AMIGO *
Ricardo Gil Otaiza**
A Mérida, ciudad de conventos, de templos y capillas, de congregaciones

religiosas, de sociedades para el culto, de clérigos ilustres, de hombres y
mujeres de oración y de acción.
Procedente de Caracas el Dr. Baltazar Enrique Porras Cardozo a
posicionarse como Obispo Titular de Lamdia y Auxiliar del Arzobispado de
Mérida, hecho acontecido el 17 de septiembre de 1983. En esta posición
permanece hasta que a la renuncia del arzobispo titular, el Excmo. Mons.
Miguel Antonio Salas Salas, ocurrida el 30 de octubre de 1991, es nombrado
de inmediato como el VI Arzobispo de Mérida, cargo que asume el 5 de
diciembre de ese mismo año. Fructífero ha sido el ya largo episcopado de
Mons. Baltazar Porras (sus 31 años lo califican como el tercero más largo
de la historia merideña, junto con el de Mons. Boset, y superado por el de
Mons. Silva, con 32 años, y el de Mons. Chacón de 39). Funge de inmediato
Mons. Porras de fiel de la balanza en una ciudad que comienza a romper las
amarras de su pasado y asomarse al futuro, no exenta de grandes tribulacio-
nes sociales y políticas. En sus 8 años como Obispo Auxiliar se destaca
Mons. Porras en lo intelectual y en lo académico, ocupa además otras posi-
ciones que lo llevarán a alcanzar plena madurez para las ingentes tareas que
le aguardarán pocos años después: Vicario General y Vicario Episcopal de
Medios de Comunicación Social y de Apostolado Seglar de la Arquidiócesis
*
año.
**
Profesor Titular de la Universidad de Los Andes-ULA Mérida-Venezuela. Investigador y escritor.
Ex Decano de la Facultad de Farmacia y Bioanálisis. Miembro Correspondiente de la Academia
de Mérida. Correo electrónico: rigilo99@hotmail.com
42
de Mérida, Secretario Interino de la Conferencia Episcopal Venezolana y

Presidente de la Comisión Organizadora de la Visita Papal a Venezuela,
Rector del Seminario Mayor Arquidiocesano de Mérida, Director del Cen-
tro de Estudios Teológicos Juan Pablo II de la Arquidiócesis de Mérida,
Presidente de la Comisión Episcopal de Apostolado Seglar de la Conferen-
cia Episcopal Venezolana, Secretario Interino de la Conferencia Episcopal
Venezolana y Presidente de la Comisión Organizadora de la Visita Papal a
Venezuela, Presidente de la Comisión Episcopal de Fe y Liturgia y Respon-
sable del Sector Liturgia de la CEV, Miembro de la Comisión Permanente
de la Conferencia Episcopal Venezolana, Miembro de la Comisión Episcopal
de Educación del CELAM, y Representante del Episcopado Venezolano en
el VII Sínodo Ordinario de Obispos sobre la vocación y misión de los laicos
en la Iglesia y en el mundo celebrada en Roma. Todas estas posiciones lo
muestran desde ya como al hombre del equilibrio, como al prelado ganado a
la palabra, como el comunicador por excelencia, que no escatima tiempo
para hacer llegar al colectivo su voz y su agudo talento.
Ya como Arzobispo de Mérida desde 1991 hasta la fecha, Mons. Baltazar
Porras asume con entusiasmo y mano firme las riendas de la Arquidiócesis.
Desarrolla su delicada tarea con el oído puesto en el sentir del colectivo, lo
que ha permitido que esas barreras atávicas impuestas entre el prelado y la
sociedad, en su gestión no se hayan dado, mostrando así un liderazgo abier-
to, afable, respetuoso de las diferencias y reconocedor de los otros. Nunca
antes la agenda del arzobispado había estado tan en sintonía con la agenda
de la ciudad como en los tiempos de nuestro prelado, y eso en parte ha sido
posible gracias a su elevada formación, a su cultura humanista y a su per-
manente contacto con la gente.
Mons. Porras no ha sido un prelado de despacho, encerrado en las cuatro
paredes del Palacio Arzobispal, sino que su inquieta personalidad lo ha lleva-
do a los disímiles rincones de la arquidiócesis, lo que le ha permitido una
apertura sólo posible en quienes el conocimiento y la comprensión de lo
humano se ha forjado desde la experiencia. Esa misma apertura se ha tra-
ducido en una manera de ser alejada de la pompa, de lo rimbombante, de la
cuadratura, lo que lo acerca a una sencillez rayana en camaradería en el
trato con los demás. Mons. Porras sabe escuchar a la gente, atender sus
problemas, y desde una gerencia efectiva lleva soluciones y respuestas en
donde el terreno es propicio sólo para el desencuentro y la discordia. Esa
preeminencia hacia las cosas internas de su arquidiócesis lo ha proyectado a
43
lo externo, convirtiéndose en representante de una casta sacerdotal forma-

da (y fogueada) para la construcción del hecho social.
Como prelado Mons. Baltazar Porras ha sabido sortear con inteligencia las
vicisitudes propias de un acontecer signado por la creciente pugnacidad, por
la escisión de lo moral en terrenos en los cuales los principios y valores
deberían ser fundantes de la denominada ciudadanía. Con el correr de los
años su gestión ha atravesado por etapas que le han impreso a su tarea visos
de excelencia, pero también todo esto ha implicado para su persona —y
todo lo que su figura representa para los católicos— profundas embestidas
de maledicencia, de atajos para la violencia, de miradas resentidas por parte
de aquellos que no han sabido mirar un poco más allá de las coyunturas y
contingencias puntuales. Y sin embargo, pese a muchos tragos amargos, ha
salido fortalecido y su figura es en los contextos local, regional y nacional
punto de referencia ineludible a la hora de contabilizar su actuación, logros e
impronta en el devenir histórico del pasado y de lo que va del presente siglo
venezolano.
Paralelamente a su ingente labor pastoral, que Mons. Porras ha asumido -
como queda constancia- con la gallardía propia de quienes saben lo que
significa y representa el compromiso social, su carrera como intelectual lo
ha exaltado como figura de relevancia, escribiendo una extensa obra que se
pasea por el ensayo biográfico, la historiografía, la eclesiología, la pastoral,
lo teológico-eclesial, la biografía (resaltando en esta categoría su ya clásico
título El ciclo vital de Fray Juan Ramos de Lora, ULA, 1992), la crónica
y el artículo de opinión. Desde diversas tribunas nacionales y regionales
nuestro prelado ha llevado la voz de los «sin voz», hurgando con incisión y
fino verbo el acontecer diario y la dinámica de lo escatológico. En las últi-
mas décadas su firma ha estado asociada a las páginas de diversos órganos
de difusión del país, impulsando desde estos magníficos espacios la investi-
gación científica en el campo documental historiográfico.
Su compenetración con Mérida ha sido tan entrañable que en 1990 se con-
vierte en su cronista oficial, entregándonos semana a semana deliciosos
textos que traducen su sólida formación humanística y su innata curiosidad
para hurgar en el hecho menudo; en eso que la moderna historiografía deno-
mina como «historia profunda». Los textos breves de prensa de Mons. Po-
rras implican, no sólo su compromiso con el pasado de la urbe que lo ha
recibido en su seno como a uno de sus hijos, sino su preocupación por la
44
«historia viva», por el día a día del hombre y de la mujer de hoy, que viven -
y sufren- las circunstancias de una nación sumida en la incertidumbre y en
la desesperanza, en el odio y la división.
Es Mons. Porras un dilecto amigo, de buena y franca conversación, sabe
escuchar y en cualquier espacio en donde se encuentre (bien en su estupen-
da y envidiable biblioteca; o fuera de los predios eclesiales) es un contertulio
sereno pero eficaz, de fino humor, ajeno a la sátira o a la ironía. Su inteligen-
cia no se va por los caminos fáciles de la confrontación del otro desde lo
intelectual (y podría hacerlo, ya que es poseedor de una vasta cultura
libresca), sino que busca con afabilidad el encuentro dialógico para que en
ese espacio vital, que significa la amistad, crezca también la persona huma-
na.
Si la década de los años 10 del siglo XX representó para la ciudad de Mérida
una oportunidad de por la confluencia en su seno de brillantes figuras, que
inscribieron a la ciudad y a la región en la historia de las letras, la academia,
la ciencia, la religión, el arte y, en general de la cultura, no menos significa-
tiva ha sido para esa misma ciudad la llegada en la década de los años 80 de
figuras como la de Mons. Baltazar Enrique Porras Cardozo, quien no sólo se
preconizó como Obispo Auxiliar y más tarde como VI Arzobispo de Mérida,
sino que vino a plantar en estas tierras las raíces de su labor pastoral, de su
diafanidad personal y de una obra escrita singular, que lo erigen como a uno
de sus más preclaros pensadores.
La ciudad de Mérida se siente orgullosa de que nuestro prelado, intelectual
y amigo arribe hoy a sus 31 años de episcopado, y 70 años de vida, y eleva
una plegaria al Todopoderoso para que le siga prodigando salud y bienestar,
y continúe así en sus afanes y tareas en beneficio de todos, porque con el
poeta venezolano José Ramón Medina nuestro prelado podría exclamar:
Señor: mira mi corazón, oye mi pecho / en su fluvial hondura, en su
canción / rescatada y sencilla, conquistada / en duro trance de amoro-
so fuego!1.
1
Medina, José Ramón. Alquimia de los espejos. Caracas. Monte Ávila Editores Latinoamericana.
1997.
45
Mérida-Venezuela. ISSN: 1316-9173. Ricardo Contreras. Baltazar Enrique Porras Cardozo... pp. 46-49
BALTAZAR ENRIQUE PORRAS CARDOZO: UN OBISPO, UN HUMANISTA,

UN HOMBRE DE DIOS.
Breve reflexión con motivo de su setenta cumpleaños y sus
treinta y un años de ministerio episcopal**
Ricardo R. Contreras**
Cuando nos sentamos a reflexionar sobre las personalidades que han confi-
gurado a Mérida en las últimas décadas, es menester referirnos a su arzo-
bispo, el excelentísimo Dr. Baltazar Porras Cardozo, el VI arzobispo de la
arquidiócesis emeritense. La personalidad de este egregio pastor de almas
ha sido decisiva para impulsar los cambios que requería la Iglesia venezola-
na y merideña en particular, especialmente en lo que se refiere a la renova-
ción de las metodologías pastorales que debían ser adoptadas en el marco
de la «Nueva evangelización» y las tesis conciliares alumbradas desde el
Segundo Concilio Vaticano, o las conferencias de Medellín (1968), Puebla
(1979), Santo Domingo (1992) y Aparecida (2007).
Esta renovación fue posible gracias a su fuerte personalidad, a su experien-
cia y a la formación académica e intelectual que don Baltazar Porras posee.
Su doctorado en Teología Pastoral por la Universidad de Salamanca ha sido
una bendición, pues le ha permitido reflexionar concienzudamente «un pro-
yecto de Iglesia local» fiel al Evangelio y al magisterio, pero con dinamismo
propio, tal y como había insistido San Juan Pablo II cuando recomendó a los
obispos hacer grandes esfuerzos por la inculturación del Evangelio.
*
año.
**
Profesor Titular de la Universidad de Los Andes-ULA Mérida-Venezuela. Miembro Corres-
pondiente Estadal de la Academia de Mérida. Correo electrónico: ricardo.r.contreras@gmail.com
46
Ahora bien, otro aspecto a resaltar en la personalidad del Dr. Baltazar Po-
rras y que ha hecho posible la mencionada renovación y transformación de
la Iglesia merideña, es el carácter humanista del prelado que escogió como
lema episcopal: In nomine tuo.
El humanista es un hombre capaz de mirar desde una perspectiva sapiencial
el horizonte humano, haciendo uso de la sabiduría heredada y de la verdad
revelada, lo cual le permite alcanzar a ver una prospectiva más amplia del
ser humano en cuanto a su naturaleza racional-limitada-mortal, pero a la vez
trascendental. En este proceso metodológico y sistemático, surge el huma-
nismo como una opción válida para construir una mirada diferente del mun-
do. De esta manera, el ojo entrenado del Dr. Baltazar Porras le ha permitido
ver cosas que pasan desapercibidas y vislumbrar nuevas oportunidades allí
donde pareciera que ha bajado el telón. Porque la tarea del humanista es
trabajar para transformar el mundo físico en instrumento de libertad,
visualizando a las criaturas (orgánicas e inorgánicas, animadas e inanima-
das), como un tesoro precioso que debe ser administrado con sumo cuidado,
pues se mantiene en un delicado equilibrio.
Obviamente la tarea no ha sido fácil, y a treinta y un años de episcopado de
este ilustre prelado vemos las inmensas dificultades que ha sabido sortear, lo
cual dice mucho de él, pues el verdadero humanista se hace grande en las
adversidades y sabe cómo enfrentarlas con inteligencia, con astucia, con
firmeza, pero también con alegría y con sentido del humor. Y es que la tarea
del humanista no es fácil, pues se trata de elaborar proyectos sobre uno de
los sistemas más complejos de la creación, un sistema micro y macroscópico,
que tiene consciencia de sí mismo, con grandes capacidades, pero también
con muchas limitaciones, un sistema que es físico y material pero eminente-
mente trascendental: el hombre.
La agudeza con la cual Mons. Baltazar Porras ha podido filosofar sobre el
hombre y su circunstancia, sobre el daisein, ha quedado magistralmente
plasmada en la gran obra escrita que a lo largo de su vida nos ha brindado.
Cuando leemos sus trabajos historiográficos sobre fray Juan Ramos de Lora
o sobre los obispos Torrijos y Espinosa, o su prolífica obra ensayística reco-
pilada en De cara al futuro, Diálogo con el presente o Escritos de Auxi-
liar, entre otros libros, nos ilumina por la brillantez de su análisis y nos sirve
de acicate para emprender una acción humanizadora concreta, en el con-
texto de una región y un país lleno de contradicciones.
47
Mons. Baltazar Porras, es un humanista verdadero, que desde su condición

de sacerdote y obispo ha sabido asumir y predicar una visión vertical,
ascensional y espiritualista, hacia arriba, pero sin dejar de un lado la necesi-
dad de admitir una visión de conjunto e integral, una visión moderna y pro-
funda que debe también ser horizontal, que impulsa hacia adelante y hacia el
progreso del mundo, de sus cosas y sus acontecimientos.
En la actual circunstancia que vive la humanidad, en medio de una contin-
gencia planetaria, requerimos de una orientación humanista (incluso una
reinterpretación del humanismo), a la cual ha contribuido el Dr. Baltazar
Porras a través de la fuerza de su palabra esclarecedora, que siembra un
mensaje de aliento en una sociedad cada vez más líquida, casi atomizada,
que se desarrolla en un mundo cada vez más complejo, globalizado y lleno
de incertidumbres.
Mons. Baltazar Porras es también, obviamente, un hombre de Dios, pues
encontramos en su vida y en su personalidad las características propias de
los levitas: Es una persona que pertenece y sirve a Dios y que ha madurado
y crecido espiritualmente en su ministerio. Por otro lado, como obispo, y a
pesar de todas las dificultades, ha asumido a plenitud su misión representan-
do a Dios en el mundo y proclamando como profeta las verdades, las cómo-
das y las incómodas, sin temor, con el valor que solo una fe firme de confiere
a los ministros del santuario.
Hoy, cuando alcanza una edad de magnífica madurez y planta la bandera de
los setenta años, le vemos plenamente absorto en su ministerio episcopal
que comparte con su trabajo intelectual desde el humanismo.
No nos queda más que agradecer a Dios por habernos brindado la oportuni-
dad de conocer a Mons. Baltazar Enrique Porras Cardozo, por gozar de su
amistad, por contar con su palabra sabia y su ministerio episcopal. Hacemos
votos por su progreso, su salud y por el éxito de sus proyectos eclesiales y
personales.
48
El Dr. Ricardo R. Contreras, durante la lectura de su artículo titulado: Baltazar Enrique

Porras Cardozo: un obispo, un humanista un hombre de Dios. Sala Académica del Palacio
Arzobispal de Mérida (Venezuela), 10 de octubre de 2014.
49
Mérida-Venezuela. ISSN: 1316-9173. Alexander Rivera Vielma. Mons. Baltazar Porras pastor y... pp. 50-53
MONS. BALTAZAR PORRAS PASTOR Y PROFETA*
Alexander Rivera Vielma**
Nos corresponde esta mañana, en este acto tan significativo para nuestra
Iglesia local, dar unas pinceladas sobre un personaje bien particular, el VI
Arzobispo de la Arquidiócesis de Mérida. Es un reto y un record, el que
podamos en pocos minutos recoger 31 años de episcopado, estas paredes
guardan el recuerdo de tantos actos académicos, en los que ilustres pensa-
dores merideños, han disertado sobre quienes han tenido, la tarea de guiar
esta barca anclada en las montañas andinas.
Este acto es, sino me equivoco, el primero que se hace de este género
conversatorio, en torno a un prelado de la sede merideña. Ya desde hace
tiempo la ilustre academia, con un grupo de intelectuales han hecho tan
familiar estas jornadas. Mi felicitación a quienes lo han organizado, no podía
ser mejor que recoger, de distintas voces y pensamientos tres décadas de
ministerio y entrega a la Iglesia.
Baltazar Porras, Pastor y Profeta

Es naturaleza del Episcopado, el pastoreo del pueblo de Dios, ser pastores
de almas y desde allí poder perpetuar la obra de Cristo, en un artículo muy
reciente de un sacerdote Jesuita, escribiendo sobre San Juan Pablo II decía
los cristianos canonizamos a otros cristianos en lo escondido de nues-
tros corazones (Revista SIC, n° 776, p. 275, julio, 2014). En la experiencia
*
año.
**
Ex Rector del Seminario San Buenaventura de Mérida y actual Párroco de la Basílica Santa Lucía
de Timotes. Correo electrónico: rivial74@gmail.com
50
de nuestra gente humilde y sencilla ellos también saben muy bien distinguir
y sentirse marcados por sus pastores, y esconderlos en su corazón, ser pas-
tor es un oficio pero, el oficio hay que aprenderlo, Mons. Porras aprendió
bien la lección, en sus palabras de Ordenación Episcopal dirigiéndose a Mons.
Salas haciendo casi un compromiso le decía a su lado quiero aprender a
ser Obispo y la lección fue bien aprendida. Dentro de esta faceta del pas-
toreo hay dos cosas en Mons. Que a mi parecer no han cambiado, solo que
tienen nuevos matices y las delineo el Cardenal José Alí Lebrún Moratinos
en la Homilía de su Consagración Episcopal obispo servidor de la cari-
dad, obispo servidor de la verdad estas cualidades fulguran el boceto
como pastor, creo que estos dos principios definen su tarea en estos años,
una tarea que además le ha permitido cosechar buenos frutos, pienso por
ejemplo en su diligencia y solicitud por el crecimiento del clero merideño y el
número bastante grande de ordenaciones sacerdotales y un profuso número
de consagraciones de quienes forman parte del episcopado. Es una faena
en la que además, ha tenido también que saborear los momentos un tanto
difíciles, que implica este oficio, de hecho difícilmente están exentas las
espinas en la viña del Señor.
Verdadero padre pastor, que se distingue por su espíritu de entrega y amor,
un padre pastor caritativo con sus sacerdotes, un padre pastor que se hace
buen samaritano con quien necesita que le sean curadas las heridas, un
padre pastor que ha sabido encarnarse en la riqueza cultural y académica de
esta ciudad.
El padre pastor que en distintas oportunidades se ha subido en el escenario
del paraninfo de la nuestra Ilustre Universidad o en la sede de la Academia
y después subir en una bicicleta, a un rustico jeep o subir en una bestia para
llegar a cualquiera de nuestros pueblos y parroquias y no solo sentir el abra-
zo de la gente que lo hace con cariño, sino más bien hacer sentir a su gente
el abrazo del Obispo.
En su toma de posesión canónica como Arzobispo Mons. Porras citando la
regla pastoral de San Gregorio Magno decía no acariciar el engañoso
propósito de realizar obras buenas, sino tratar de obrar con rectitud.
El primero en obrar, discreto en el silencio, útil en hablar, prójimo de
cada uno en la compasión…
Además en aquel acto religioso tan solemne, Mons. Porras decía «me sien-
to hijo de la Iglesia de mi tiempo… hijo de la Iglesia de siempre» solo
51
así es posible ser pastor y pastorear, anclado en otro tiempo y otra realidad
el buen vino posiblemente puede volverse avinagrado y rancio, sin quitar
nada ni menospreciar aquello antiguo y viejo porque allí precisamente yace
y reposa la sabiduría.
Profeta
El ministerio sacerdotal y episcopal lleva consigo la tentación de cumplir
solo a medias o lo mínimo que requiere este encargo y caer en la mediocri-
dad, esta sociedad conmovida y trastornada requiere y requerirá siempre
de la voz y el pensamiento, que se fragua en la fuente del Evangelio y la
Iglesia con lo cual, se procura no ser piedra de tranca, sino vigía y centinela.
La riqueza cultural, de esta Iglesia local así lo exige, una Iglesia y un pastor
que no puede distanciarse, ni ser ajeno a ofrecer una palabra siempre nue-
va.
La profecía por naturaleza implica ir contracorriente pero ancorado en la
verdad. Quizás aquí es donde el ministerio episcopal de Mons. Porras tam-
bién ha rebosado en buenos frutos pero también por esta fidelidad, al Evan-
gelio y a la Iglesia, es aquí donde ha bebido el trago amargo de la caña
puesta en labios del crucificado. El Cardenal José Alí Lebrún Moratinos al
término de aquella homilía del 17 de septiembre de 1983, describiendo el
Escudo Episcopal de Mons. Porras, se detenía en la imagen del frailejón,
«flor de las soledades y de las nieves, flor austera que nos evoca las tempes-
tades y los fríos, flor del atardecer y de las noches. Hemos querido ver en
ella muchas horas de tu vida episcopal, no en vano vas a conformarte con
Cristo Crucificado», apuntaba el Cardenal, aquella frase evoca los momen-
tos duros de la corona de espinas que en estos años nuestro pastor ha tenido
que llevar, pero solo así, emerge el talante de un hombre que a su vez se
hace profeta, lo ha hecho a sabiendas de muchas consecuencias no fáciles
de sobrellevar, convencido además que el madero del Jesús crucificado, es
pesado y lastima, pero que la fuerza solo viene dada por Dios. Creo que si le
preguntáramos al homenajeado sobre los momentos tristes y duros de su
ministerio, no creo que dude en responder que se debe precisamente a su
esmero por ver un país libre, pionero, donde pueda hablarse sin y pensar
distinto sin miedo a que los derechos humanos sean violados o ultrajados.
52
En hora buena hemos de sentirnos orgullosos porque aquel hijo de la Igle-

sia de siempre» ha sido fiel a su ministerio y tarea y termino con algu-
nas palabras de la Bula en la cual San Juan Pablo II lo eligió Arzobis-
po de esta grey «A ti venerable hermano, conociéndote como un hom-
bre en verdad ponderable por sus virtudes, tanto sacerdotales como
episcopales…hemos pensado que hacemos bien en concederte que
gobiernes y administres esa Arquidiócesis.
El Pbro. Lcdo. Alexander Rivera Vielma, durante la lectura de su

artículo titulado: Monseñor Baltazar Porras pastor y profeta.
Sala Académica del Palacio Arzobispal de Mérida (Venezue-
la), 10 de octubre de 2014.
53
Mérida-Venezuela. ISSN: 1316-9173. Marlene Bauste. Monseñor Baltazar Enrique Porras Cardozo... pp. 54-56
MONSEÑOR BALTAZAR ENRIQUE PORRAS CARDOZO:

BIBLIÓFILO Y BIBLIÓGRAFO DE OFICIO*
Marlene T. Bauste Sarache**
Bibliófilo es una persona aficionada a los libros, especialmente a las edicio-

nes más raras o curiosas, de ediciones originales, de amor al libro como
objeto de colección.
Un bibliógrafo es una persona versada en libros, artículos, monografías y
que se dedica a su búsqueda, localización, descripción.
Quisimos comenzar estas notas con las definiciones de bibliófilo y bibliógra-
fo que nos aporta el Word Reference para enmarcar una de las facetas que
sólo algunas personas conocen de nuestro homenajeado Excelentísimo Mon-
señor Baltazar Enrique Porras Cardozo, aun cuando no es de extrañar esta
virtud y competencia siendo un connotado investigador y escritor.
En mi experiencia de casi tres décadas como bibliotecaria en funciones, son
pocas las colecciones bibliográficas privadas, personales, que conozco de
las características que definen la biblioteca de Monseñor Baltazar E. Porras
C., no sólo en cuanto a cantidad, pues es apreciable el número de volúmenes
que la conforman, sino también, respecto de su contenido. Su acervo supera
los 20.000 volúmenes en todas las áreas del conocimiento, entre las que
destacan: Ambiente, Antropología, Apologética, Arte, Archivos, Biblia, Cali-
dad de vida, Ciencia, Ciencias políticas, Ciencias sociales, Civilización anti-
gua, Cocina, Comunismo, Cristología, Derecho, Devociones populares, Eco-
*
año.
**
Directora de los Servicios Bibliotecarios de la Universidad de Los Andes-SERBIULA. Correo
electrónico: mbauste@gmail.com
54
nomía, Educación, Epistemología, Escolasticismo, Espiritismo, Estética, Éti-

ca, Etnología, Fenomenología, Filología, Filosofía, Finanzas, Folklore, Geo-
grafía, Historia, Iglesia y estado, Liderazgo, Literatura, Marxismo, Masone-
ría e iglesia católica, Metafísica, Misticismo, Ontología, Pedagogía, Poesía,
Psicología, Psiquiatría, RRHH, Religión, Sociología, Teología, Tradición oral,
entre otras.
En su afán de investigador trajina por el mundo de las bibliotecas y archivos,
de los museos, de las librerías, en fin, donde la búsqueda satisface no sólo su
necesidad de información para el trabajo en ciernes, en desarrollo o en per-
fección, sino también, la procura de los ejemplares que hoy hacen de su
biblioteca una colección especial, en la que además se encuentran ejempla-
res únicos en esta ciudad y en Venezuela.
Su interés e inquietudes por estas lides de su quehacer bibliográfico va más
allá y, junto con la profesora Ana Hilda Duque, Directora del Archivo y
Museo Arquidiocesano se propone la creación de la Editorial del Archivo
Arquidiocesano de Mérida para cumplir con la misión del AAM de … Res-
guardar la memoria histórica de la Arquidiócesis de Mérida mediante
el rescate, organización y conservación de su material documental a
través de la investigación y divulgación de su historia y Promover y
llevar a cabo la investigación de la historia de la Arquidiócesis de
Mérida1. El éxito de este proyecto se patentiza en los resultados que hoy en
día exhibe con las publicaciones de obras acopiadas en:
· Boletín del Archivo Arquidiocesano de Mérida (37 números publicados)
· La Colección El Archivo (5 publicados)
· La Colección Crónicas (6 publicados y 2 en imprenta)
· Colección Pueblos y Parroquias (8 publicados)
· Fuentes para la Historia Eclesiástica de Venezuela (20 publicados y 2 en
imprenta)
· Serie: Estudios (17 publicados + uno en preparación)
1
Acta de Fundación del Archivo Arquidiocesano de Mérida Padre Luis Eduardo Cardona Meyer.
55
· Convenios interinstitucionales (16 publicados)

· Escritos de Mons. Porras (3 publicados)
· Publicaciones del Museo Arquidiocesano (3 publicados)
Sus obligaciones como pastor de la iglesia católica lo lleva a recorrer los
caseríos, aldeas, pueblos, y ciudades de la geografía de nuestro país. De
igual manera, debe cumplir compromisos en nuestra representación en otros
países de este continente y del europeo, principalmente, favoreciendo así
una intensa transmisión e intercambio cultural. Su acuciosidad forma parte
de su equipaje cargado de libros y documentos que aportan riqueza a este
acervo y hacen de Monseñor Porras el prelado intelectual del que todos nos
sentimos orgullosos.
Felicitaciones en su XXXI aniversario Episcopal y 70 años de ilustre vida.
La Lcda. Marlene Bauste, durante la lectura de su

artículo titulado: Monseñor Baltazar Enrique Porras
Cardozo: Bibliófilo y Bibliógrafo de oficio. Sala Aca-
démica del Palacio Arzobispal de Mérida (Vene-
zuela), 10 de octubre de 2014.
56
Mérida-Venezuela. ISSN: 1316-9173. Humberto Ruiz Calderón. A tono con las circunstancias... pp. 57-59
A TONO CON LAS CIRCUNSTANCIAS*
Humberto Ruiz Calderón**
Dicen que un buen chofer debe manejar bien y saber escuchar. También es
común la conseja, que no debe repetir lo que hablan sus jefes. Con este
relato, hemos cumplido las dos primeras de las exigencias y me permitirán
hacer algunas infidencias sobre la tercera.
Las dos épocas del año cuando los compromisos del Arzobispo de Mérida le
imponen más actividades son la Semana Santa y el fin de año. En diciembre
de 2011, un amigo común quiso que le bautizaran a su primer nieto y le pidió
a Monseñor Porras que fuera el oficiante. La agenda estaba repleta y la
única manera fue que le llevaran hasta la población del Estado Táchira en
donde era el bautizo y que lo devolvieran al siguiente para estar presente en
las festividades del San Benito en Mucuchíes. Pero, por la navidad no había
chofer que se comprometiera con el periplo. De tal forma que a guisa de
invitado de confianza, me responsabilice de cumplir con su regreso a Mérida.
El día después del bautismo Monseñor, luego de levantarse temprano y dar
una vuelta por el pueblo en bicicleta, para sorpresa de quienes a esa hora ya
estaban levantados, se desayunó y partimos rumbo a Mérida.
Es un buen conversador Baltazar Enrique Porras Cardozo. Fueron más de
cuatro horas de amena charla tocando infinidad de temas. Algunos ya co-
nocidos, como las horas cuando acompañó al depuesto Presidente Chávez
en 2002, en medio de su condición de prisionero de los sublevados. Otras
anécdotas mucho mas lejanas en el tiempo como cuando localizó en México
el retrato de Ramos de Lora y lograron traerlo a Mérida para hacerle una
*
año.
**
Ex-Vicerrector de la Universidad de Los Andes-ULA. Correo electrónico: ruizch2@gmail.com
57
copia y adornar el salón que lleva su nombre en la Universidad. O algunos

de sus muchos cuentos cuando hacía el doctorado en Salamanca. Incluso
llegamos hasta anécdotas de sus ancestros tachirense.
Cuando pasamos por Lagunillas de Mérida, se sonrió y recordó el día que
ofició una misa en el lenocinio de la zona.
¿Y como fue eso, Monseñor? le preguntamos.
«Pues esa vez, como todos los años, se organizó la visita pastoral y nos tocó
visitar Lagunillas. Estábamos aquí cuando el párroco me avisa que hay una
señora que desea hablar conmigo. Se le veía un poco turbado.»
-¿De quién se trata y que quiere? Preguntó el arzobispo.
-Bueno es… es… una señora.
-Es… Decía todo contrito, el padre… y no terminaba de decirlo. Hasta que
finalmente, expresó:
-… Es la madama del burdel de por aquí.
-¿Y que quiere? Preguntó monseñor, mas intrigado por lo que quisiera, que
sorprendido por quien le solicitaba.
-Pues… que la Visita Pastoral las incluya. Habrase visto tremenda desfa-
chatez, dijo el cura.
Monseñor la hizo pasar y luego del saludo, respetuosísimo, escuchó su peti-
ción. O mejor, la solicitud de las «muchachas de su negocio».
Monseñor valoró las palabras de la mujer y asumió que no se pueden desoír
los ruegos de ninguna de las ovejas del rebaño del Señor y aceptó la invita-
ción. Se arregló el programa y se incluyó una misa en el singular espacio.
A nosotros el cuento nos pareció extraordinario por mostrar los apuros que
se pueden pasar en la labor pastoral y la necesidad de adecuarse a las
exigencias diversas que el trabajo eclesiástico impone.
Algunos años más tarde, en una reunión de amigos, le recordé a Monseñor
la anécdota y la ratificó sonreído, ante el nuevo público.
-Pero eso no fue lo mejor, dijo una de sus colaboradoras que estaba presen-
te.
58
Las damas que acompañábamos la visita pastoral, tuvimos que quedar

afuera del lugar, para evitar situaciones embarazosas. Y cuando iba
saliendo la comitiva religiosa del local, entraban unos plataneros -
pensamos nosotros que seguramente venían de cobrar sus mercancía-
y se disponían hacer una parada en el lugar. Viendo quienes salían
exclamaron…
Como está el mundo de perdido: ahora hasta los curas vienen a los
burdeles… Dijo uno de ellos.
Ni tan siquiera se quitan la sotana agregó otro de los sorprendidos perso-
najes.
A la inteligencia de Monseñor Porras, para atender las más variadas exigen-
cias de sus parroquianos, se une una difícil condición de estar a tono en todo
ambiente y circunstancia, sin dejar de ser autoridad eclesiástica. También
un ameno conversador, de todo tipo de temas.
Ahora que escribo sobre esta visita pastoral tan singular, me gustaría saber:
¿de que trataría la homilía?
El Dr. Humberto Ruiz Calderón, durante la lectura de su artículo titulado:

A tono con las circunstancias. Sala Académica del Palacio Arzobispal
de Mérida (Venezuela), 10 de octubre de 2014.
59
Mérida-Venezuela. ISSN: 1316-9173. Luis Enrique Rojas Ruiz. Doble fiesta para nuestro amigo... pp. 60-63
DOBLE FIESTA PARA NUESTRO AMIGO Y GRAN PASTOR:

MONS. BALTAZAR ENRIQUE PORRAS CARDOZO
HONOR A QUIEN SE LO MERECE*
Luis Enrique Rojas Ruiz**
Hablar de una figura tan importante dentro de nuestra Iglesia Católica como
es el Excelentísimo: Mons. Dr. Baltazar Enrique Porras Cardozo, Arzobispo
Metropolitano de la Arquidiócesis de Mérida. No es nada fácil y los que
conocen como nosotros los sacerdotes su trayectoria de vida en la Iglesia no
solamente venezolana me entienden mejor, pero hoy quise atreverme y com-
partir con todos ustedes lo que ha significado, significa y significará este
gran ser humano para los que le conocemos de verdad y le valoramos por
toda esa gran misión que durante 31 años de su vida le ha regalado a Mérida
como Obispo y Arzobispo. Nada más esa pequeña muestra nos introduce en
lo que él representa para el pueblo católico en muchos sitios de nuestra
Iglesia universal.
No quiero detenerme a hablar de sus títulos y obras escritas, ese papel lo
realizarán otros mejor preparados y documentados en el tema y para ellos
mi respeto. Recordando además que son innumerables las obras realizadas
por él como gran intelectual y su participación en distintos escenarios de la
sociedad no sólo venezolana, sino a nivel internacional. Hoy quiero compar-
tir lo que he podido conocer de ese ser humano: amigo, hermano mayor para
nosotros su clero, el deportista, ese que en momentos de necesidad de cual-
quiera de nosotros siempre sabe escuchar y entender nuestras realidades y
*
año.
**
Cura Párroco de la Santa Iglesia Catedral de Mérida. Correo electrónico: p.kike3108@gmail.com
60
busca siempre solución a nuestros problemas y no me eximo en decir que es

un Papá para los que hemos sabido escuchar sus consejos y sabias pala-
bras.
Preocupado por la formación permanente de su clero

De Mons. Porras, todos los sacerdotes tenemos anécdotas y experiencias
miles que compartir porque cuando nos sentamos a hablar en algunos mo-
mentos de tertulia siempre todos tenemos algo bueno que decir sobre él. Por
ejemplo: todos recordamos desde nuestra experiencia de seminario aparte
del intelectual nos llega a la mente escenas del Obispo deportista que en
horas de futbol, futbolito y basquetbol, nos llegaba de sorpresa para jugar
con nosotros y eso nos marcó positivamente para la vida porque nos enseñó
que el deporte era una práctica importante en nuestra formación y para la
salud. Que momentos tan bonitos e inolvidables. Recuerdo una vez, cuando
yo estaba estudiando en Italia y en el primer invierno que me correspondió
vivir allá Mons. Porras nos visitó a los sacerdotes estudiantes del Colegio
Venezolano y un día el Rector del Colegio llega y toca la puerta de mi habi-
tación y me dice: Kike, en la entrada del Colegio te espera Mons. Po-
rras, para que lo acompañes a trotar un rato; Yo comencé a reír y le dije
al Padre: Monseñor, se volvió loco (con todo el respeto para Monseñor) si
estamos en pleno invierno, no lo puedo creer», porque para mí en tiempo de
invierno nadie hacía deporte con tanto frío y él me enseñó que en invierno es
donde más actividad física uno debe tener. Pues muy cierto cuando llegué a
la puerta de entrada, me dijo con toda normalidad: Chico, Acompáñame a
trotar un poco., pero compartir con Mons. Porras cualquier actividad por
muy simple que sea es siempre una gran oportunidad para aprender algo
nuevo e importante para la vida, él es un gran Maestro de vida y quiere que
nosotros aprendamos siempre algo. Recuerdo que en esa visita a Roma nos
dijo: «Muchachos, no se conformen con lo que solamente les dé la Universi-
dad y el Colegio donde están viviendo, ustedes como sacerdotes tienen todo
un mundo que explorar aquí en Italia y en toda Europa; salgan y conozcan
toda la riqueza cultural que envuelve a Europa, hay muchos museos, sitios
históricos y una infinidad de mundo que les espera afuera, porque si se
conforman con lo poco habrán perdido ustedes el viaje para acá y yo el
tiempo y el dinero que se invierte en ustedes». Eso a mí personalmente se
me quedó grabado en la mente y aproveché al máximo las oportunidades
61
que se me presentaron y cada vez que conocía un sitio importante y relevan-

te se lo comunicaba a él a través del correo electrónico, porque hasta ese
tipo de confianza tenemos los sacerdotes con nuestro Arzobispo. Cuando
me ocurre alguna situación, siempre se la consulto a él porque sé que hay un
gran maestro y amigo que me va a ayudar y si me tiene que llamar fuerte-
mente la atención también lo escucho recordando que el día de la Ordena-
ción Sacerdotal de nosotros le prometimos: obediencia y respeto a él y a sus
sucesores. Monseñor Porras, se preocupa demasiado porque nosotros los
sacerdotes estudiemos y nos preparemos permanentemente para que este-
mos al día y en sintonía con las exigencias de nuestra gente y actualizados
en todos los temas no sólo lo que compete a la teología y a la espiritualidad,
sino él quiere un clero bien formado, culto y preparado y sobre todo sensibi-
lizado ante las necesidades de las personas con las que a diario compartimos
nuestro sacerdocio todos los días en las parroquias que él nos encomienda.
El contacto todos los días con sus fieles

En ocasiones hay personas que nos piden como sacerdotes que ellos quie-
ren hablar con Mons. Porras y piensan que es todo un protocolo y resulta
que después que hablan con él salen impresionados comentando la forma
como los recibió y los trató y dicen frases como esta: «Mons. Porras es
tremendo caballero, tremendo Señor, qué persona más educada, sencilla y
tratable». Todo esto lo comparto con ustedes porque a veces vemos sólo la
investidura de una persona y juzgamos a la ligera a la gente más cuando
ocupan cargos importantes y nos perdemos la oportunidad de conocer seres
extraordinarios y excelentes personas con una calidad humana como es
nuestro gran amigo y pastor de la iglesia merideña.
62
El Pbro. Lcdo. Luis Enrique Rojas Ruiz, durante la lectura de su artículo titulado: Doble
fiesta para nuestro amigo y gran pastor Mons. Baltazar Enrique Porras Cardozo.
Honor a quien se lo merece. Sala Académica del Palacio Arzobispal de Mérida (Vene-
zuela), 10 de octubre de 2014.
63
Mérida-Venezuela. ISSN: 1316-9173. Hildebrando Rodríguez. Semblanza en versos para el... pp. 64-65
SEMBLANZA EN VERSOS PARA EL ARZOBISPO DE LA

ARQUIDIÓCESIS DE MÉRIDA
MONSEÑOR DR. BALTAZAR ENRIQUE PORRAS CARDOZO
EN EL SETENTA ANIVERSARIO DE SU NACIMIENTO Y
TREINTA Y UNO DE SU VIDA EPISCOPAL*
Hildebrando Rodríguez **
I
Mucho puedo decir de este Señor,
portento del trabajo esplendoroso;
que no tiene descanso ni reposo
porque así lo ha querido el Redentor.
Las notas afinadas de un cantor

quisiera en este día venturoso,
llegaran a su oído primoroso,
como las que produce el ruiseñor.
Extraer de mi alma lo pomposo

y que pudiera propiciar su gozo
porque constituyera lo mejor.
Bendecirlo por siempre, sin reposo,

con plena lucidez y, sin acoso,
decirle muchas cosas en su honor.
*
año.
**
Individuo de Número de la Academia de Mérida. Correo electrónico: xfabihr@hotmail.com
64
Mérida-Venezuela. ISSN: 1316-9173. Hildebrando Rodríguez. Semblanza en versos para el... pp. 64-65
II
Porque se lo merece el caballero
y su gestión, prosigue sin medida;
en pago de la dicha compartida,
brindarle lo sublime, es lo que quiero.
Con humildad y con amor sincero,

que salen de la entraña de su vida,
en nuestro corazón siempre se anida,
la base del cariño verdadero.
No quisiera jamás su despedida

porque a la gente la mantiene unida
y ha sido del Señor el mensajero.
La multitud, se encuentra complacida

por esa lucidez, no interrumpida
y su trabajo firme y tesonero.
El Dr. Hildebrando Rodríguez, durante la lectura de su sem-

blanza en versos para el Arzobispo de Mérida Mons. Baltazar
Enrique Porras Cardozo. Sala Académica del Palacio Ar-
zobispal de Mérida (Venezuela), 10 de octubre de 2014.
65
Mérida-Venezuela. ISSN: 1316-9173. Reynaldo Muñoz Contreras. Baltazar Enrique Porras Cardozo... pp. 66-68
BALTAZAR ENRIQUE PORRAS CARDOZO

ARZOBISPO TEÓLOGO *
Reynaldo Muñoz Contreras **
Cuando se quiere escribir sobre alguna faceta de alguien con quien se ha

tenido la dicha de compartir de forma tan cercana, son tantas las ideas y
anécdotas que van fluyendo y los recuerdos que van surgiendo, que nos
permiten sentirnos privilegiados no solo espiritualmente al sentir la cercanía
de un padre y pastor, sino también de su talante como académico e investi-
gador.
Monseñor Baltazar Enrique Porras Cardozo, inicio su proceso de formación
teológica en la Universidad Pontificia de Salamanca, España donde obtuvo
la licenciatura en Teología Pastoral allá por los años de 1966 y posterior-
mente, obtendría el doctorado en Teología Pastoral en el Instituto Superior
de Pastoral de la misma Universidad en 1977.
De esta experiencia realizada expresó en una de sus muchas entrevistas
concedidas que… el estudiar teología pastoral fue algo muy fascinante
que me permitió dar el primer diagnóstico de la realidad así como el
internista en la medicina, esto me ha hecho cultivar más, la historia y
todo lo que tiene que ver hoy con las ciencias humanas, lo
interdisciplinario que es tan importante, la antropología, la sociolo-
gía, la economía y la política, elementos que están entrelazados con el
aspecto religioso (Septiembre 2009).
A partir de este momento y fruto además de toda la experiencia y enseñan-
zas trasmitidas por su mentor, Monseñor Miguel Antonio Salas, ha sabido
*
año.
**
Cura Párroco de la Parroquia Universitaria Jesús Maesto. Correo electrónico:
reydelasierracan@hotmail.com
66
Mérida-Venezuela. ISSN: 1316-9173. Reynaldo Muñoz Contreras. Baltazar Enrique Porras Cardozo... pp. 66-68
conjugar su realidad de Teólogo, con aquel hombre humilde y sencillo que

transmite con su vida la presencia de Dios. Entendiendo que ser teólogo no
es sólo saber de Dios a partir de lo revelado, sino que además en su proceso
de disertación y conocimiento de Dios permite que la presencia del Dios
vivo y salvador le afecte profundamente en su vida para llevar a Dios a los
hombres.
Monseñor Baltazar ha sabido además, entender, desde esta perspectiva,
que quien habla de Dios, no es porque él se ha encontrado con Dios, sino
que Dios ha sido el primero que ha salido de sí mismo y de su misterio para
entablar un diálogo de amistad con el hombre y que debe ser correspondido.
Como teólogo ha sabido beber de la fuente que es Dios mismo por medio de
la escucha atenta de la Palabra, acogiéndola con alegría, abriéndose con
docilidad a la acción del espíritu y a la docilidad de su corazón para ser un
hombre testigo de la verdad, haciendo ilación de su vida intelectual con su
vida espiritual, sintiéndose cada día más comprometido con su vida de con-
sagrado para dar lo mejor de sí en la trasmisión de la fe a la grey encomen-
dada.
Como teólogo Monseñor Baltazar Enrique ha conectado de manera elo-
cuente al Dios vivo y salvador, desde las distintas aristas de la misma teolo-
gía.
Desde su condición de historiador ha sabido mostrar al Dios que se revela
en la historia y por la historia de la salvación. Mostrando una teología no
como una reflexión sobre un sistema de proposiciones vagas, sino sobre
unas intervenciones libres de Dios por medio de la economía de la salvación.
En su carácter cristológico parte de esa centralidad en Cristo. Mostrándo-
nos por medio de él a Dios, puesto que no conocemos a Dios, sino a través
de Cristo, y no hay teología sin cristología.
Por su carácter eclesiológico ha vivido desde el amor a la Iglesia; demos-
trando a lo largo del servicio en ella, su compromiso y fidelidad, su amor y
preocupación por lo pastoral, por el bien del pueblo de Dios.
Y por supuesto desde la antropología con su talante humano, sabe leer des-
de los signos de los tiempos presentes la realidad del hombre, sus problemas,
alegrías y esperanzas, es cercano con aquel que sufre. Ha velado siempre
por que se respete la dignidad de la persona humana en todas sus dimensio-
nes.
67
Mérida-Venezuela. ISSN: 1316-9173. Enrique Neira Fernández. Hombre extraordinario y obispo... pp. 68-69
A lo largo de todos estos 31 años de servicio pastoral en nuestra Arquidiócesis

de Mérida, primero como obispo auxiliar y luego como arzobispo, ha demos-
trado ser hombre abnegado y siempre preocupado, cual imagen del buen
pastor que vela por sus ovejas y sobre todo, las descarriadas para hacerlas
volver hacia el redil.
Producto además de toda aquella herencia de fe transmitida por sus ancestros
entre ellos sus padres y lleno de esa sabiduría divina, ha permitido construir
con pensamiento crítico, una teología que lleva al hombre a acercarse a
Dios, no sólo desde una fe pueril, sino una fe sometida a la crítica y a la
disertación; pero que además, no olvida la raíz de lo humano, que se hace
entender sin perder la conexión con la Iglesia y la realidad cultural actual.
HOMBRE EXTRAORDINARIO Y OBISPO EJEMPLAR

MONS. BALTAZAR ENRIQUE PORRAS CARDOZO
70 AÑOS DE VIDA Y 31 DE EPISCOPADO*
Enrique Neira Fernández **
como muchos otros aquí presentes, en modesto homenaje a

quien supo ganarse nuestra confianza y adhesión, y las ha
retribuido con sus múltiples bendiciones.
De la cima luminosa como hombre

a la mitra evangelizadora como obispo.
*
año.
**
Correo electrónico: josenrique.neira@gmail.com
68
Mérida-Venezuela. ISSN: 1316-9173. Enrique Neira Fernández. Hombre extraordinario y obispo... pp. 68-69
Como hombre eres un dechado,

Como obispo la encarnación de un ideal.
Como hombre Dios te hizo un pedestal, como obispo un altar.

El pedestal magnifica, el altar responsabiliza.
Como hombre has sido cerebro, como obispo corazón.

El cerebro produce luz, el corazón irradia bondad.
Como hombre has sido genio, como obispo un ángel.

El genio es ilímite, el ángel indefinible.
Como hombre has tenido liderazgo, como obispo preferencia.

El liderazgo ha sido conducción, la preferencia confirmación.
Como hombre has vivido ocultas entregas, como obispo años de heroísmos.
La entrega ennoblece tu vida, el heroísmo la sublimiza.
Como hombre eres razón prudente, como obispo un evangelio.

La razón encamina, el evangelio perfecciona.
Como hombre eres un templo del universo, como obispo un sagrario del cosmos.
Ante el templo nos descubrimos, ante el sagrario nos arrodillamos.
¡ Que Omega corone la bóveda de tu templo

y Cristo cósmico desborde tu copón de feliz eternidad!
Dios-Omega nos lo conserve todavía muchos años
en su luminosa y evangelizadora trayectoria¡
69
Mérida-Venezuela. ISSN: 1316-9173. Ana Hilda Duque. Segundo Obispo Auxiliar para Mérida... pp. 70-72
SEGUNDO OBISPO AUXILIAR PARA MÉRIDA

MONS. BALTAZAR ENRIQUE PORRAS CARDOZO *
Ana Hilda Duque **
Un día de junio de 1983 Mons. Miguel Antonio Salas Salas me invitó a subir
a la planta alta de este palacio para visitar algunas de sus dependencias con
la finalidad de escoger un espacio para instalar una biblioteca. Luego de
escogido el lugar Monseñor me dijo: Hilda, ayúdame con el diseño y el mo-
biliario, tarea a la cual me avoqué sin preguntarle el destino de la misma. De
buscar al carpintero si mal no recuerdo se encargó el padre Hugo Anzil. A
finales de julio subí a revisar el avance del trabajo, al cual le faltaba un 50%
aproximadamente.
Cuando se supo la noticia del segundo Obispo Auxiliar para Mérida (des-
pués de 152 años desde la muerte de Buenaventura Arias), Monseñor Salas
me comentó: Hilda, tengo Obispo Auxiliar, es un sacerdote de raíces
tachirenses, lo cual nos debe llenar de orgullo, a lo mejor tú lo conoces. Es
un humanista, un lector incansable, un apasionado por la historia y por los
archivos, un gran investigador, el eclesiástico del futuro. Estoy seguro que
harás un buen equipo de trabajo y con él, Dios mediante, se dará impulso al
Archivo y a tu proyecto del Departamento de Investigaciones, creado a
instancias suyas en homenaje al Bicentenario del Natalicio del Libertador.
Hasta ese momento no sabía de quien se trataba. Fue el 17 de septiembre
de 1983, día de la ordenación de Mons. Baltazar, cuando supe que el orde-
nado era el padre Porras, el sobrino de las Señoritas Porras -como cariñosa-
mente le decían en Táriba- era el primo de mis compañeros de viaje diario
*
año.
**
Profesora Titular Jubilada de la Universidad de Los Andes-ULA. Directora del Archivo y Museo
Arquidiocesano de Mérida. Correo electrónico: hildaduque@gmail.com
70
en autobús desde Táriba hasta el Liceo Simón Bolívar: Darío, Maro, Rosalba,
Judith, Consuelo y Doris quien hoy nos acompaña junto a sus tres hijas y
nieta. Darío era (y es) mi amigo y compañero de aula desde el 4to año de
Humanidades. Él me facilitaba los diccionarios de Latín, pues en mi casa
decía… hay dos estudiando para curas… uno de ellos mi primo Balta.
Con ese cura, luego obispo y hoy nuestro Arzobispo es con quien he com-
partido 31 años de incontables horas de trabajo buscando tesoros escondi-
dos en los numerosos infolios de este Archivo –el segundo después del de
Caracas y el primer organizado de los archivos eclesiásticos del país, según
los entendidos en la materia- Le hemos acompañado en sus pocos ratos
libres en busca de datos o en la corroboración de alguno de ellos. Pero
Mons. Porras no sólo visita el Archivo para sus investigaciones, sino que
cuando está en el Palacio no deja de regalarnos su tiempo, nos acompaña
leyendo aquellos folios borrosos, ilegibles, desteñidos, por la huella del tiem-
po, nos traduce los documentos en latín y nos imparte clases magistrales
sobre diferentes tópicos relacionados con la historia de Venezuela y sobre
todo la historia eclesiástica de Venezuela.
Toma asiento al lado de cualquiera de nosotros para leer, corregir y comen-
tar lo que se está trabajando. Inspecciona el avance de los trabajos, pide
cuenta de los proyectos de investigación y sobre todo nos anima constante-
mente.
Acata como cualquier investigador las normas. Nos ha apoyado y dado
empuje a unos 20 proyectos de investigación y aproximadamente 50 líneas
de investigación. Prueba de ello, es la muestra expositiva que ustedes termi-
nan de ver.
De las 335 obras que se exponen, aproximadamente 300 corresponden al
período de 31 años de su episcopado, de los cuales un alto porcentaje expre-
sa el trabajo de investigación que desde el AAM y MAMSG hemos desa-
rrollado gracias a su apoyo.
Gracias a Dios
A Mons. Salas
A Mons. Porras
Al personal.
71
La Dra. Ana Hilda Duque, durante la lectura de su artículo Segundo Obispo

Auxiliar para Mérida. Monseñor Baltazar Enrique Porras Cardozo. Sala Acadé-
mica del Palacio Arzobispal de Mérida (Venezuela), 10 de octubre de 2014.
72
Mérida-Venezuela. ISSN: 1316-9173. José Mendoza Angulo. Acerca del lugar que le corresponde en... pp. 73-79
ACERCA DEL LUGAR QUE LE CORRESPONDE EN EL TIEMPO AL TRABAJO

CUMPLIDO HASTA AHORA POR MONSEÑOR BALTAZAR ENRIQUE PORRAS
CARDOZO A LA CABEZA DE LA MITRA MERIDEÑA*
José Mendoza Angulo **
En la oportunidad de esta demostración de aprecio, afecto y reconocimiento

que quienes nos encontramos en este acto hemos querido hacerle al Arzo-
bispo Metropolitano de Mérida con motivo de celebrar su septuagésimo ani-
versario, he cavilado y sopesado más de una vez antes de tomar la decisión
de referirme al lugar que puede corresponderle en los anales de la Mitra
Merideña a la conducción ejercida por Monseñor Baltazar Enrique Porras
Cardozo.
No se me escapa que la pretensión que me he impuesto como reto intelec-
tual está rodeada de riesgos. Hablar de alguien que goza de buena salud,
que en el momento de decir estas palabras está delante de nosotros y con
quien los caminos de la vida nos ha permitido forjar una entrañable amistad,
son tentaciones capaces de llevarnos a perder la objetividad de lo que deci-
mos o escribimos. Más todavía. Como adherente de su misma fe asumo
públicamente mis insuficiencias y reconozco las limitaciones con que mane-
jo las manifestaciones de la rica historia de esta Arquidiócesis, pero confío
que nadie considerará un acto de audacia irresponsable o una chocante
pedantería sostener que tengo ya los años, la experiencia y la formación
como para atreverme a expresar públicamente la evaluación con que con-
cluiré estas reflexiones, sobre todo después de haber oído a quienes me han
precedido en el uso de la palabra.
*
año.
**
Ex Rector de la Universidad de Los Andes-ULA. Individuo de Número de la Academia de Mérida.
Correo electrónico: jemendozaa@gmail.com
73
La trascendencia de la vida de los seres humanos, particularmente de aque-

llos llamados a ejercer funciones sociales eminentes, suele ser el resultado
de la combinación feliz de fuerzas, circunstancias, acciones y tiempos que
no siempre son fáciles de manejar como un conjunto. Y tengo que suponer
que en casos como el de Monseñor Porras, llamado por la Iglesia a desem-
peñar la delicada tarea de preservar y acrecentar la parte de un importante
patrimonio espiritual universal aposentado en estas tierras, trascender es
todavía más difícil por cuanto se trata de destacar los resultados obtenidos
dentro de un continuum religioso de más de doscientos años, que es la di-
mensión temporal de la vida episcopal de Mérida.
Pasemos brevemente revista a algunos de esos factores a los que he aludido
sin nombrar. El talento con que nace un ser humano y el nivel que logra
alcanzar mediante el cultivo de sus cualidades intelectuales, traducidos en
acciones de gobierno y en directrices claras para aquellos a quienes se
dirige pueden compensar con creces la fugacidad de una actuación o de una
vida. Eso que llaman la casualidad, el azar o la suerte, más a menudo de lo
que se piensa, coloca a los seres humanos en trances definitorios de su
destino personal, dependiendo, obviamente, de lo que haga o deje de hacer
cuando esas situaciones se presentan. Tiempos borrascosos o apacibles de
las sociedades de las que somos parte pueden marcar las diferencias entre
una actuación normal, mediocre o sobresaliente de acuerdo a la acción que
se cumpla o al silencio que se guarde. Y particularmente en el caso de la
Iglesia hay otras dos variables que ayudan a calificar una actuación. Una
es la primogenitura, que como dice el diccionario de la lengua española es la
dignidad, la prerrogativa o el derecho que se reconoce al primogénito, condi-
ción a la cual añadiríamos nosotros que ese reconocimiento puede cambiar
o reafirmarse según el destino que acompañe o que se construya quien ha
sido el primero por su nacimiento o por la misión que le toca cumplir en la
vida. La otra es la longevidad de las personas y el tiempo que permanezcan
en las funciones o tareas que lleguen a desempeñar. La longevidad permite
a veces lograr una performance que no se ofrece como posibilidad a quien
tiene que actuar constreñido por las horas, los días o los años que le otor-
guen la vida o las limitaciones de cualquier tipo del medio en que actúa.
Debo apresurarme a aclarar la relatividad del alcance de este último factor.
El actual Papa , en apenas año y medio de pontificado y con la espontanei-
dad de unos gestos genuinos como haber asumido el nombre de Francisco,
haber pedido la bendición de los fieles en lugar de impartirla y haberse pre-
74
sentado como Obispo de Roma en lugar de Papa en su primera compare-

cencia pública, ir a la residencia donde se alojaba a pagar de su bolsillo lo
adeudado, rehusar el apartamento pontificio e instalarse en la residencia
Santa Marta de El Vaticano, desayunar en el comedor de la residencia con
los demás huéspedes, subir al avión en que viaja maletín en mano como
cualquier mortal en parecidas circunstancias, usar a diario y en ocasiones
especiales unos zapatos viejos e imponer una sabia y sencilla trascendencia
a las cosas que dice, han provocado una conmoción en acendrados usos,
costumbres y actitudes de esta milenaria institución.
En la historia del Episcopado Merideño la primogenitura correspondió a dos
distinguidos prelados. En su primera fase al fundador del Obispado, Fray
Juan Ramos de Lora que además, echó las bases, en palabras de Mariano
Picón Salas, de la más grande empresa histórica de los merideños, la Uni-
versidad de Los Andes. En la segunda fase, al ilustre monseñor Antonio
Ramón Silva García, primer Arzobispo de esta Iglesia. La longevidad, que
es el don de la larga vida, la sabiduría de la Iglesia la ha limitado hoy como
consagración sacerdotal a los setenta y cinco años de edad. Es el tiempo de
proyectar y de hacer. Su solo transcurso puede ofrecer posibilidades ilimita-
das para el buen recuerdo de una vida y de una obra. En la vida episcopal
de Mérida y de los quince obispos y arzobispos con jurisdicción que por aquí
han pasado, se recuerda la longevidad de los monseñores Acacio Chacón
Guerra (39 años), Antonio Ramón Silva García (32 años) y Juan Hilario
Bosset Castillo (31 años), a los que deberemos agregar en el futuro el nom-
bre de Baltazar Enrique Porras Cardoso que ya tiene 23 años al frente del
Arzobispado y acaba de celebrar los 31 años de vida episcopal.
Desde que, en el decir del historiador Manuel Caballero, se inventó a Vene-
zuela en 1777 mediante la creación, por decisión de la monarquía española,
de la Capitanía General en el territorio que aproximadamente hoy ocupa la
República, el país ha vivido tres grandes períodos de crisis política, económi-
ca y social, verdaderas crisis históricas que han coincidido con los entre
siglos XVIII al XIX, XIX al XX y XX al XXI. De la primera crisis histórica
nos quedó la independencia política del país. De la segunda, una nación
integrada y pacificada. De la tercera, todavía no sabemos qué, pero vivimos
en medio de una agonía espiritual que nos enferma a todos con la esperanza
de que en este siglo Venezuela pueda mostrarle al resto de la América y al
mundo los acabados de una nueva democracia, moderna y ejemplar. La
primera crisis le dejó a Mérida una Diócesis. La crisis de fines de los años
75
ochocientos y comienzos de los novecientos encontró al frente de la Mitra

merideña a Monseñor Antonio Ramón Silva García quien, según la opinión
de los que se han encargado de historiar su obra se comportó con trascen-
dencia como un católico, un prelado y un ciudadano en el largo periodo
inicial de la hegemonía dictatorial andina. Monseñor Silva fue un intelectual
y un hombre de gobierno (así lo dijo cuando llegó a Mérida) que debió en-
frentar serios problemas internos de la Iglesia y, en tiempos de Patronato
Eclesiástico, unas relaciones nada fáciles y a veces tirantes con el gobierno.
Sin la menor sombra de duda, dejó una huella imborrable de su gestión.
La grave crisis de fines del siglo XX y comienzos del XXI que todavía vivi-
mos ha encontrado a la cabeza de esta Arquidiócesis a un ciudadano y a un
pastor protagonista de importantes capítulos de la vida nacional en curso.
Ahora mismo podemos recordar que en este crucial periodo de la historia
venezolana a Monseñor Porras le ha correspondido ser cabeza del catolicis-
mo venezolano en su condición de Presidente de la Conferencia Episcopal
de 1999 a 2006 y haber sido garante de la vida del Presidente de la Repúbli-
ca en ejercicio, a solicitud del propio primer magistrado, con ocasión de los
sucesos políticos del año 2002. Por casualidad y coincidencia estos dos pre-
lados a los que hacemos referencia nacieron en la región capital de Vene-
zuela, uno en Caraballeda y el otro en Caracas aunque la sombra tutelar
andina sobre Monseñor Porras la forman el calor de su familia paterna
tachirense y la guiatura espiritual de un merideño y otro tachirense, el Car-
denal José Humberto Quintero y Monseñor Miguel Antonio Salas. Alguien
escribirá en el futuro sobre las vidas paralelas de los arzobispos Antonio
Ramón Silva García y Baltazar Enrique Porras Cardozo, sobresalientes pre-
lados que han marcado indeleblemente con sus ejecutorias dos momentos
cruciales en el acontecer de esta Arquidiócesis.-
Ahora bien, yo no tengo dudas de que en los 232 años de vida episcopal
merideña, Monseñor Baltazar Enrique Porras Cardoza ha sido el prelado
más ilustre de esta Iglesia. He meditado muy bien el calificativo empleado
porque estoy seguro que muchos de quienes escuchen o lean estas palabras
pueden inclinarse a pensar que se trata, como todas las comparaciones, de
una odiosa comparación apurada tal vez por la ocasión. En nuestro fuero
interno todos los hombres guardamos recuerdos, simpatías íntimas y acepta-
mos la generosa y cristiana regla de que los muertos, todos los muertos,
merecen un respeto especial. Pero ni siquiera para la Iglesia los muertos son
iguales. La Iglesia ha hecho santos a muchos de los 264 Papas muertos pero
76
a todos no los ha elevado a la santidad. Si no queremos utilizar la palabra

comparar podemos decir que se ha hecho en cada caso una valoración
individual que es precisamente lo que he intentado en esta oportunidad, por
lo cual acepto que estoy obligado a señalar algunos fundamentos.
Invito respetuosamente a quienes se han asociado a este acto y a quienes
más adelante se detengan a considerar estas reflexiones a valorar, dentro de
un conjunto mayor, los mismos testimonios que yo he encontrado. Puedo
decirles a todos que he sido un observador atento del trabajo de Monseñor
Porras. He leído buena parte de su producción periodística y de los escritos
más densos, he analizado la parte de sus memorias a la que he tenido acceso
y me ha correspondido ser orador de orden en dos reconocimientos públicos
de la actividad de nuestro Arzobispo, una, en la Basílica Menor de Mérida a
los 20 años de su ordenación episcopal y, la otra, en la Academia de Mérida
en ocasión de cumplir 25 años de vida episcopal. Lo que he encontrado me
permite darle una base sólida a la opinión que tengo acerca del lugar que le
corresponde en el tiempo al trabajo de Monseñor Porras al frente de la
Mitra Merideña. Además de lo que todos aquí hemos oído por parte de
quienes han intervenido en este acto, especialmente lo referido a la obra
intelectual, permítanme destacar, ya para concluir, algunos de los logros de
Monseñor Porras que más me han impresionado:
· Doctorado en la Universidad Pontificia de Salamanca (España)
· Rector del Seminario San José del Hatillo (Caracas) y del Seminario Ma-
yor Arquidiocesano de Mérida
· Doctor Honoris Causa de la Universidad Católica Andrés Bello de Cara-
cas y de la Universidad Nacional Experimental del Táchira
· Profesor Honorario de la Universidad Católica Cecilio Acosta de Maracaibo
· Profesor y Tutor Académico del doctorado en Ciencias Humanas de la
Universidad de Los Andes, y jurado evaluador de tesis de pregrado,
postgrado y doctorado de las Universidades de Los Andes, Católica An-
drés Bello, Central de Venezuela y Javeriana de Bogotá
· Presidente de la Comisión Coordinadora de las dos visitas papales a Vene-
zuela, en 1985 y 1996.
77
· Miembro de la Pontificia Comisión para los Bienes Culturales de la Iglesia

por dos quinquenios (1997-2002 y 2002-2007)
· Miembro de la Comisión Permanente de la Conferencia Episcopal de Ve-
nezuela durante 21 años, hasta el 2015
· Primer Vice-Presidente de la Conferencia Episcopal Latinoamericana en-
tre 2007 y 2011
· En calidad de Arzobispo de Mérida, presidente de la Conferencia Episcopal
de Venezuela y Vice-Presidente del CELAM ha sido ponente y conferen-
cista en instancias académicas, religiosas y políticas de quince países del
continente americano y siete países europeos
· Finalmente, aun cuando no tengo la calificación doctrinaria para valorar
debidamente el hecho de que el actual Arzobispo metropolitano de Mérida,
desde 1992 haya creado 15 parroquias eclesiásticas y en el dominio de las
ordenaciones conferidas haya admitido a las Ordenes Sagradas a 89 jóve-
nes y ordenado a 111 presbíteros, como universitario he sido impactado por
la trascendencia que tiene en el proceso de construcción de una Iglesia
Moderna y del más elevado nivel, que en el Arzobispado de Monseñor
Porras trece sacerdotes de la Arquidiócesis hayan realizado o realicen
estudios de doctorado y de maestría en el país o en el exterior; 31 cursen
licenciaturas en universidades extranjeras y 28 en universidades naciona-
les.
Bajo la conducción de este Arzobispo la Arquidiócesis ha dejado de ser un
rincón interiorano de la Iglesia Católica de Venezuela para alcanzar una
presencia nacional e internacional. Sé que no es poca cosa decirlo o siquiera
preguntarlo pero no puedo dejar de interrogarme en este epílogo sobre un
asunto que como estudioso de los hechos históricos me consta que forma
parte del ambiente en medio del cual se desenvuelven las situaciones tras-
cendentes Lo que voy a preguntarme, si lo hiciera en Roma, no tendría la
más mínima relevancia, ahora bien ¿con que peso y en qué lugar se puede
colocar la obra de un Arzobispo que además de todos sus merecimientos
tiene entre sus atributos ser amigo personal del Santo Padre y del Secretario
de Estado de El Vaticano?
78
El Dr. José Mendoza Angulo, durante la lectura de su artículo Acerca del

lugar que le corresponde en el tiempo al trabajo cumplido hasta ahora por
Monseñor Baltazar Enrique Porras Cardozo a la cabeza de la mitra merideña.
Sala Académica del Palacio Arzobispal de Mérida (Venezuela), 10 de octu-
bre de 2014.
79
Mérida-Venezuela. ISSN: 1316-9173. Mons. Baltazar E. Porras C. Palabras de agradecimiento... pp. 80-82
PALABRAS DE AGRADECIMIENTO, POR HOMENAJE EN HONOR A LOS 70

AÑOS DE VIDA Y 31 DE EPISCOPADO*
Mons. Baltazar Enrique Porras Cardozo**
Muy agradecido, muy agradecido, muy agradecido. Dejar a la improvisa-

ción las palabras de esta ocasión me pareció una temeridad. En el tornavela
de esta madrugada, después de elevar la oración a la Virgen de la Consola-
ción que aprendí desde pequeño, tomé en mis manos el Oficio Divino de
este día, y qué coincidencia, el trozo bíblico corresponde a Ben Sirá, en el
capítulo VI del Eclesiástico: El amigo fiel es refugio seguro; quien lo
encuentra, encuentra un tesoro; un amigo fiel no tiene precio ni se
puede pagar su valor; un amigo fiel es algo maravilloso (6,14-16). Es lo
que estoy disfrutando al lado de ustedes, mis queridos amigos.
No hay campo para la vanidad ni para la soberbia. Porque como bien escri-
bió Arcila Farías en su delicioso opúsculo sobre la historia de la soberbia,
nos recuerda que Sócrates fue un soberbio cuando dijo sólo sé que no sé
nada» porque presumía conocer todas las ignorancias descubiertas
hasta entonces. «El hombre que jamás ha tomado un libro ni acudido a
una escuela, únicamente tiene una sola ignorancia. En cambio, en el
hombre que estudia e investiga, la ignorancia se multiplica, pues el
saber no es gran parte sino el conocer qué cosas se ignoran (Eduardo
Arcila Farías. Historia de la soberbia y otros ensayos. UCV Caracas 1963,
p. 13). La vida no es, pues, sino escuela de humildad, porque como dice el
salmo 89, 10: aunque vivamos setenta años y el más robusto hasta ochen-
ta, afanarse por ellos es fatiga inútil, porque pasan aprisa y vuelan.
*
año.
**
Arzobispo Metropolitano de Mérida. Individuo de Número de la Academia de Mérida. Correo
electrónico: bepocar@gmail.com
80
Casi la mitad de mi existencia ha transcurrido en estas tierras andinas

merideñas. Doy gracias por ello. No vine porque quise, me enviaron, «gratia
Dei et Apostolicae Sedis» como reza el adagio. Y aquí he hecho tienda y he
tratado de cultivar los dones que el Señor me regaló y compartirlos con
todos sin distingos. Como Fray Luis de León: Vivir quiero conmigo, gozar
quiero del bien que debo al cielo, a solas, sin testigo, libre de amor, de
celo, de odio, de esperanzas, de recelo (Vida retirada).
Mérida, es república de las letras, de virtud y política como afirma el
axioma jesuítico. Aquí se aprende y se enseña, se abren horizontes a la
confrontación de ideas, de pareceres, con la caballerosidad de quienes usan
la inteligencia para el bien. Son menos los que la tienen para la obcecación,
el fanatismo y la exclusión; aunque hacen mucho ruido y pretenden atemo-
rizar es mucho más lo que puede la voluntad de hacer el bien y multiplicar el
saber.
Mérida, en palabras del poeta es querencia que atempera, enriquece e invita
a: murmurar cantos bellos, celestiales, que sirvan a borrar fieras con-
gojas, de esos que forman al temblar las hojas, o el arroyo al mover de
sus cristales (Cecilio Acosta, La casita blanca).
Mérida es yunque, forja exigente que invita a trascender de lo cotidiano a la
sublimidad del pulchrum, que no es otra que los frutos de la paz y la armonía.
Su naturaleza invita a desarrollar más no sólo la contemplación de su belleza
cósmica sino a una explotación más racional que no destruya o deteriore el
medio ambiente y le permita afianzar su ancestral vocación agropecuaria
bajo parámetros sostenibles.
Mérida, tiene en su máxima casa de estudios, la Universidad de los Andes,
un paradigma de excelencia académica que es matriz de conocimiento, de
desarrollo tecnológico, de visión humanística, de conciencia democrática y
autónomica que crece en la medida en la que la pluralidad de pensamientos
se entrecruzan y generan consensos, único camino seguro para la equidad,
la justicia y el bienestar colectivo.
Ha sido muy positivo el intercambio Universidad e Iglesia, que dentro del
respeto mutuo ha permitido convenios con varias facultades. Su fruto es
palpable en publicaciones, seminarios, talleres, exposiciones… Desde mi
llegada a Mérida, se me abrieron sus puertas. Desde el rectorado del Dr.
José Mendoza Angulo hasta el día de hoy, hemos forjado amistades y com-
81
partido alegrías y pesares. Con Gustavo Adolfo Bécquer: «mientras el cora-

zón y la cabeza batallando prosigan; mientras haya esperanzas y recuerdos,
habrá poesía».
Sus pueblos y sus gentes, la Iglesia de Mérida es faro de luz y sal que
adereza la vida de estos pagos. Sus prelados, sus sacerdotes, sus religiosas,
sus laicos…
En todo, la alegría del evangelio llena el corazón y la vida entera de los que
se encuentran con Jesús..
El Arzobispo Mons. Dr. Baltazar Enrique Porras Cardozo, durante la lectura de sus palabras
de agradecimiento por homenaje en honor a los 70 años de vida y 31 de episcopado. Sala
Académica del Palacio Arzobispal de Mérida (Venezuela), 10 de octubre de 2014.
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EL MUSEO
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EXPOSICIONES
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Mérida-Venezuela. ISSN: 1316-9173. Silvia Andrades y Ana Hilda Duque Expíritu e intelecto de... pp. 93-104
ESPÍRITU E INTELECTO DE VANGUARDIA: PENSAMIENTO Y OBRA DE

MONS. BALTAZAR ENRIQUE PORRAS CARDOZO EN LA IGLESIA
CONTEMPORÁNEA. EXPOSICIÓN HUELLAS ECLESIÁSTICAS MERIDEÑAS
Silvia Andrades Grassi*

Ana Hilda Duque**
Presentación
El Museo y Archivo de la Arquidiócesis de Mérida, instituciones centenarias
dedicadas al resguardo, protección y difusión del patrimonio museístico y
documental de la Diócesis y posterior Arquidiócesis de Mérida, se honran
en presentar la muestra Espíritu e intelecto de vanguardia: pensamiento
y obra de Mons. Baltazar Enrique Porras Cardozo en la Iglesia con-
temporánea, cimiento de la exposición bibliohemerográfica Huellas Ecle-
siásticas Merideñas.
Esta muestra quiere rendir homenaje a la labor intelectual y pastoral de
quien ha consagrado su vida al cultivo espiritual de sus feligreses y al riego
de la semilla cultural plantada por quienes le precedieron en la Mitra merideña,
con motivo de sus 70 años de vida y su XXXI Aniversario Episcopal.
A lo largo de las obras que se exponen para disfrute del público en general,
se deja ver una muestra del fruto de más de cuatro décadas de labor
investigativa en diversos campos disciplinares, plasmado por Monseñor
Baltazar Porras en cientos de hojas que han llegado hasta nuestros días,
para enriquecer el acervo cultural de numerosos personajes eclesiásticos
que han hecho vida en estas tierras andinas.
*
Auxiliar de Investigación II del Archivo Arquidiocesano de Mérida. Correo electrónico:
silvigrassi@gmail.com
*
Directora del Archivo Arquidiocesano y Museo Arquidiocesano de Mérida. Correo electrónico:
hildaduque@gmail.com
93
La muestra bibliohemerográfica se compone de cinco partes en concordan-

cia con la participación del homenajeado en diversos proyectos editoriales,
de acuerdo a la siguiente división: Autor, Co-Autor, Compilador, Escritos
en otras obras y Prologuista. Cientos de otros escritos como crónicas,
discursos y homilías, se han difundido en diversas publicaciones de alcance
regional, nacional e internacional, como son los Boletines de la Arquidiócesis
y del Archivo Arquidiocesano, los cuales forman parte de la exposición
Huellas Eclesiásticas Merideñas. Con esto se quiere evidenciar no sólo el
producto de toda una vida dedicada al cultivo del conocimiento, sino el espí-
ritu colaborador con el cual ha aportado su grano de arena a los médanos
intelectuales que se acrecientan día a día, gracias al trabajo de numerosos
autores de estas y otras latitudes.
Obra escrita Mons. Baltazar E. Porras Cardozo
En su biblioteca personal 1963.
94
Autor
Autor: Porras Cardozo, Baltazar Enrique, 1944-
Título: Textos del CELAM (Medellín) para cursillos de cristiandad
Publicación: Caracas, Venezuela : Ediciones Trípode, 1972
Descripción: 125 p. ; 19 x 11.5 x 1 cms.

Título: Los interrogantes del cristiano de hoy
Publicación : Caracas, Venezuela : Trípode, 1976
Descripción: 111 p. ; 19 x 11 x 1 cms.

Título: El Episcopado y los problemas de Venezuela : diagnóstico
teológico-pastoral de la Venezuela contemporánea desde la
documentación episcopal venezolana y desde la teología
latinoamericana
Publicación: Caracas, Venezuela : Trípode, 1978

Título: Puebla : opción fundamental de la Iglesia
Publicación: Caracas, Venezuela : Ediciones Trípode, 1980

Título: Las tres dimensiones de la Cuaresma Publicación: Caracas,
Venezuela : Ediciones Trípode, 1984
Descripción: pp. 3-31 ; 19.1 x 11.5 x 0.2 cms.

Título: La Iglesia ante la gloria del Libertador : homenaje del clero de
Venezuela en el Bicentenario del Nacimiento del Padre de la Patria,
Caracas, 1983
Publicación: Caracas, Venezuela : Ediciones de la Presidencia de la Repú-
blica, 1986
Descripción: 724p. ; 22.5 x 15.5 x 3.5 cms.
95

Título: Decreto sobre el apostolado de los seglares (apostolicam
actuositatem)
Publicación: Caracas, Venezuela : Ediciones Trípode, [1987]
Descripción: 32 p. ; 21 x 13.5 x 0.2 cms.

Título: Del ayer al hoy de la evangelización
Publicación: Caracas, Venezuela : Trípode, 1991
Descripción: 118 p. ; 20.5 x 13.5 x 1 cms.

Título: De cara al futuro, 1975-1983
Publicación: Mérida, Venezuela : Universidad de Los Andes. Ediciones del
Rectorado, 1992
Descripción: 320 p. ; 22 x 15 x 2 cms.

Título: El ciclo vital de Fray Juan Ramos de Lora
Rectorado, 1992

Título: A los seminaristas
Publicación: Santo Domingo, República Dominicana : Impresión Amigo del
Hogar, 1993

Título: Torrijos y Espinosa: dos breves episcopados merideños
Publicación: Mérida, Venezuela : Coedición Arquidiócesis de Mérida y
Vicerrectorado Académico de la Universidad de Los Andes, 1994
Descripción: 197 p. ; 22.5 x 16 x 1.2 cms.

Título: Altamira de Cáceres : 418 años de su fundación
96
Publicación: Altamira de Cáceres, Barinas, Venezuela : Universidad de Los

Andes. Vicerrectorado Académico, 1995

Título: De Monseñor Salvador Montes de Oca Obispo de Valencia a
Fray Bernardo María, mártir
Publicación: Caracas, Venezuela : José Agustín Catalá Editor : El Centauro
Ediciones, 1998

Título: Diálogo con el presente : escritos, 1983-1987
Rectorado : Arquidiócesis de Mérida. Archivo Arquidiocesano de Mérida-
AAM, 2004

Título: Escritos de auxiliar, 1988-1991
Rectorado : Arquidiócesis de Mérida. Archivo Arquidiocesano de Mérida-
AAM, 2007
Descripción: 448 p. ; 22 x 16 x 3.5 cms.
Co-Autor
Autor: Salas Salas, Miguel Antonio, 1915-2003
Título: Instrucción pastoral sobre las sectas / Mons. Miguel A. Salas ;
Mons. Baltazar E. Porras
Publicación: Mérida, Venezuela : Editorial Intermedios, 1987
Descripción: [8] p. ; il.
Autor: Rincón Gutiérrez, Pedro, 1923-2004

Título: Iglesia y Universidad / Pedro Rincón Gutiérrez ; Baltazar E. Porras
Cardozo
97
Publicación: Mérida, Venezuela : Universidad de los Andes. Rectorado :

Cátedra de Teología "Juan Pablo II", 1988
Descripción: 47 p. ; 22.7 x 16 x 0.4 cms.
Autor: Duque, Ana Hilda, 1948-

Título: Jáuregui siglo y medio después : memoria del Sesquicentenario
de su Natalicio (1848-1998) / Ana Hilda Duque, Jesús A. Barreto Leal,
Mons. Baltazar E. Porras Cardozo.
Publicación: Mérida, Venezuela : Comisión Presidencial para la Celebración
del Sesquicentenario del Natalicio de Mons. Dr. Jesús Manuel Jáuregui
Moreno : Archivo Arquidiocesano de Mérida, 2001
Descripción: 4 t. ; 416 p. ; 21 x 15.5 x 3.2 cms.

Título: El patrimonio eclesiástico venezolano : pasado y futuro / Mons.
Baltazar E. Porras Cardozo [et ál.]
Publicación: Caracas, Venezuela : Fundación Archivo Arquidiocesano de
Mérida : Universidad Católica Andrés Bello : Konrad Adenauer Stiftung,
2006
Descripción: 3 v. il. ; 22.5 x 15.5 x 2 cms.
Compilador
Autor: Conferencia Episcopal Venezolana

Título: Cartas, instrucciones y mensajes (1883-1977) / Introducción y
compilación, Baltazar Porras Cardozo
Publicación: Caracas, Venezuela : Universidad Católica "Andrés Bello",:
Centro Venezolano de Historia Eclesiástica, 1978
Descripción: Tomo I-A ; 612 p. ; 23 x 16 x 3 cms.
Autor: Arquidiócesis de Mérida

Título: Documentos para la historia de la Diócesis de Mérida :
Pontificado del Ilmo. Señor Buenaventura Arias y Vicaría Capitular
del Pbro. Dr. Antonio María Romana / Recogidos por el Ilmo. Señor Doctor
Antonio Ramón Silva ; Edición a cargo del Pbro. Baltazar E. Porras C.
Publicación: Caracas, Venezuela : Ediciones Paulinas, 1983
Descripción: Tomo VII ; 266 p. ; 22.2 x 15 x 1.5 cms.
98
Autor: Conferencia Episcopal Venezolana

Título: Decretos y reglamentaciones (1889-1984) / Introducción,
compilación y notas, Monseñor Baltazar Porras Cardozo
Publicación: Caracas, Venezuela : Ediciones de la Presidencia de la República,
1986
Descripción: Tomo II ; 605 p. ; 23 x 15.2 x 3 cms.
Título: Fondos documentales del Estado Mérida (s. XVI - XX) :

diagnóstico e inventarios / Mons. Baltazar Enrique Porras Cardozo,
Coordinador.
Publicación: Caracas, Venezuela : Alarcón Fernández Editor, 1995
Título: Escritos sobre Jáuregui / Compilación y notas Lourdes Dubuc de

Isea, Jesús Barreto Leal y Mons. Baltazar E. Porras C.
Publicación: Boconó, Venezuela : Comisión Presidencial para la Celebración
del Sesquicentenario del Natalicio de Mons. Dr. Jesús Manuel Jáuregui
Moreno : Gobernación del Estado Trujillo : Archivo Arquidiocesano de Mérida,
1999
Descripción: 526 p. ; 21.5 x 16 x 3 cms.
Título: Compañeros de camino : cartas, instrucciones y mensajes /

Introducción y compilación, Baltazar Porras Cardozo.
Publicación: Caracas, Venezuela : Ediciones Triìpode, 2000
Descripción: 2 t. ; 416 p. ; 21 x 14 x 2.2 cms.
Escritos en otras obras

"La Iglesia en Venezuela durante los pontificados de Benedicto XV y Pío XI
(1914-1939)". En: Historia de la Iglesia. Tomo XXVI (2). Edicep. Valencia,
España, 1980. pp. 577-588.

"Los sacramentos de la iniciación cristiana". En: Catecismo de la Iglesia
Católica. Comentarios. Obra colectiva en 4 tomos. Tomo II. Ediciones
Trípode. Caracas, Venezuela, 1993. pp. 95-205.
99

"Gracia y obediencia a la ley de Dios". En: Veritatis Splendor. Comentarios.
Trípode. Caracas, Venezuela, 1994. pp. 292-327.

"Toda acción pastoral es a favor de la vida". En: Evangelium Vitae.
Comentarios. Trípode. Caracas, Venezuela, 1995. pp. 117-137.

"Iglesia y Comunión intraeclesial". En: Dóciles al Espíritu Santo. Jornadas
de Estudio para Sacerdotes 1998. Centro Teológico Sacerdotal. Caracas,
Venezuela, 1998. pp. 115-129.

"La Aventura de Scharpenheuvel". En: 500 años de evangelización
Dominicos en Venezuela (1498-1998). Dominicos de Venezuela. Caracas,
Venezuela, 1999. pp. 333-352.

"El Concilio Plenario de América Latina y la Iglesia en Venezuela". En: Los
últimos cien años de la evangelización en América Latina. Centenario
del Concilio Plenario de América Latina. Librería Editrice Vaticana.
Ciudad del Vaticano, 2000. pp. 1163-1173.

"El Cardenal Pironio y el CELAM". En: Cardenal Eduardo F. Pironio. Un
testigo de la esperanza. Actas del seminario internacional realizado en
Buenos Aires del 5 al 7 de abril de 2002. Paulinas. Buenos Aires, Argentina,
2002. pp. 125-133.

"La ceguera del poder y la lucidez de las víctimas". En: Recetas contra el
fraude. Alfadil. Caracas, Venezuela, 2004. Colección Hogueras, Venezuela
Profunda. pp. 103-122.

"La crisis de la fe y la Eucaristía". En: La Sagrada Eucaristía y el
sacerdocio ministerial. Jornadas de Estudios para Sacerdotes 2005.
Centro Teológico Sacerdotal. Caracas, Venezuela, 2005. pp. 69-89.
100

"El Padre del Rey en mis recuerdos". En: Libro homenaje al P. José del
Rey Fajardo, sj. Tomo I. Fundación de Derecho Público : Universidad
Valle del Momboy : Editorial Jurídica Venezolana. Caracas, Venezuela, 2005.
pp. 31-32.

"La Virgen María en la tradición de la Iglesia". En: Devocionario de la
Virgen. Oraciones y santuarios marianos. Edit. Océano. Barcelona,
España, 2005. pp. 439-458.

"Instituciones proféticas nacidas durante el posconcilio en América Latina".
En: ¿Qué ves en la noche? (Is. 21,11). Instituto Superior de Pastoral :
Editorial Verbo Divino. Estella (Navarra), España, 2006. pp. 361-376.

"Fiel a la Iglesia". En: Libertad y Esperanza a Gustavo Gutiérrez por sus
80 años. Centro de Estudios y Publicaciones : Instituto Bartolomé de las
Casas. Lima, Perú, 2008. pp. 578-580.

"Mérida, ciudad espiritual". En: El paradigma de Mérida. Universidad de
Los Andes. Ediciones del Rectorado : Centro de Investigación en Gestión
Integral de Riesgos : Academia de Mérida. Mérida, Venezuela, 2009. pp.
59-79.
Prologuista
"Presentación". En: Construyendo la verdad en la caridad. José Alí

Lebrún Moratinos, Arzobispo de Caracas. Secretaría de Gobierno del
Distrito Federal. Caracas, Venezuela, 1981. pp. 15-17.
"Prólogo". En: Bolívar y la Santa Sede : religión, diplomacia, utopía

(1810-1983). Editorial Arte. Caracas, Venezuela, 1996. pp. 7-8.
101
"Prólogo". En: Bolívar, il pensiero político dell’ indipendenza ispano–

americana e la Santa Sede. Edizione Scientifiche Italiane. Napoly, Italia,
1997. pp. 15-17.
"Prólogo". En: Moral, economía y política, ¿son compatibles. Panapo,

Caracas, Venezuela, 1998.
"Liminar". En: Laicos y Santos : testimonios en América. Consejo Nacional

de Laicos : Ediciones Trípode. Caracas, Venezuela, 1999. pp. 5-7.
"Presentación" y "Palabras de clausura". En: Violencia actual, caras y

desafíos. Departamento de Pastoral Familiar e Infancia : Venezuela Iniciativa
para la Construcción de la Confianza-VICC. [Caracas, Venezuela], 2004.
pp. 4-5 ; 349-352.
"Prólogo". En: Nostalgia de infinito. Hombre y religión en tiempos de

ausencia de Dios. Homenaje a Juan Martín Velasco. Editorial Verbo
Divino : Instituto Superior de Pastoral. Estella (Navarra), España, 2005. pp.
15-21.
"Liminar". En: Desde el linotipo (1950). Arquidiócesis de Mérida. Archivo

Arquidiocesano de Mérida-AAM : Universidad de Los Andes.
Vicerrectorado Académico : Familia Rojo Paredes. Mérida, Venezuela, 2006.
pp. XV-XVIII.
"Prólogo". En: El pensamiento teológico-político de Juan Germán Roscio.

Bid & Co. Editor : Universidad Católica Andrés Bello. Caracas, Venezuela,
2007. pp. 5-9.
"Proemio". En: Perfiles serranos. Ediciones A & T. Mérida, Venezuela,

2008. pp. 9-11.
102
Palabras de la Arquitecto Silvia Andrades Grassi, Auxiliar de Investigación del Archivo

Arquidiocesano de Mérida, en la inauguración de la exposición Espíritu e intelecto de van-
guardia: pensamiento y obra de Mons. Baltazar Enrique Porras Cardozo en la Iglesia
contemporánea, cimiento de la exposición bibliohemerográfica Huellas Eclesiásticas
Merideñas. Patio del Palacio Arzobispal de Mérida, 10 de octubre de 2014.
103
Despeje de cinta en la inau-

guración de la exposición
Espíritu e intelecto de van-
guardia: pensamiento y
obra de Mons. Baltazar
Enrique Porras Cardozo en
la Iglesia contemporánea,
cimiento de la exposición
bibliohemerográfica Huellas
Eclesiásticas Merideñas.
Personalidades presentes de izquierda a derecha: Dr. Mario
Bonucci Rossini, Rector de la Universidad de Los Andes, Prof.
José María Anderez, Secretario de la Universidad de Los Andes,
Excmo. Mons. Dr. Baltazar Enrique Porras Cardozo, Arzobispo
Metropolitano de Mérida, Lcdo. José Ernesto Golindano, Presi-
dente de la Academia de Historia del Táchira y Dra. Ana Hilda
Duque, Directora del Archivo y Museo de la Arquidiócesis de
Mérida. Museo Arquidiocesano de Mérida, 10 de octubre de
2014. AAM. Banco de imágenes.
Visita de la exposición bibliohemerográfica Huellas Eclesiásti-

cas Merideñas, por el público asistente.
104
CRÓNICAS, EVENTOS,
NOTICIAS
105
106
Mérida-Venezuela. ISSN: 1316-9173. Luis Enrique Rojas Ruiz. Presentación del libro Ministerios... pp. 107-109
PRESENTACIÓN DEL LIBRO MINISTERIOS. SAGRADAS ÓRDENES

Y FORMACIÓN DEL CLERO 1992-2014. CATÁLOGO.
Sala Académica del Palacio Arzobispal, 10 de octubre de 2014
107
El siguiente trabajo nace de la iniciativa de la Profesora Ana Hilda Duque,

Directora del Archivo y Museo Arquidiocesano de Mérida, al querer mos-
trar a través de este catálogo la impronta que el Arzobispo Metropolitano de
la Arquidiócesis de Mérida, Mons. Dr. Baltazar Enrique Porras Cardozo, ha
venido dejando a través de su Episcopado en la iglesia local que dignamente
representa. En este catálogo se muestra sólo un poco o parte de lo que él ha
hecho durante su estadía y permanencia en Mérida con la formación de
sacerdotes, no sólo del clero merideño, sino de todo el país y traspasando
fronteras, porque muchos de nosotros vamos fuera del país enviados por él
a estudiar y a especializarnos y servimos como sacerdotes en las distintas
parroquias de los países donde llegamos; muestra de ello algunos de los
nombres que ustedes verán más adelante en estas páginas seleccionadas
con mucho cariño para todos, colocarlos a todos sería imposible ante la
cantidad inmensa de eventos en los cuales nuestro Arzobispo ha participado
como representante del clero en distintos escenarios dentro y fuera de Ve-
nezuela. Recordemos que el catálogo resume celebraciones de Ministerios
y Órdenes Sagradas en las cuales Mons. Baltazar Porras, ha participado
directamente con sus elegidos como celebrante principal desde el año 1983
hasta el año 2014.
Mons. Baltazar Porras, ha sido un incansable preocupado por la formación
permanente del clero y por tal motivo su ejemplo de vida: espiritual, moral,
humana y académica ha sido para nosotros sacerdotes gran apoyo y fuente
de motivación. Los que hemos tenido la oportunidad de salir del país por un
tiempo a continuar nuestra preparación académica podemos darnos cuenta
del trabajo arduo de nuestro Arzobispo con respecto a la generación de
relevo en nuestro ambiente sacerdotal que él quiere mantener siempre acti-
va. Por tal motivo cuando viaja al exterior va a encontrarse con distintas
personalidades del mundo civil y eclesiástico con la finalidad de buscar re-
cursos para el mantenimiento y sostenimiento de nosotros sus sacerdotes
estudiantes en diferentes países como son: España, Italia, Alemania, Colom-
bia, Estados Unidos y próximamente Dios mediante, Panamá.
Lo que ustedes verán aquí no es un tratado de ciencia teológica o simple
teoría, es ver el resultado del esfuerzo de un Arzobispo claro en su misión de
Pastor de la grey que Dios le ha confiado y parte de su experiencia de vida
compartida y el proceso de formación de los sacerdotes que llegamos al
Seminario Arquidiocesano: San Buenaventura de Mérida de los diferentes
sitios del Estado y de casi todo el país con el deseo de querer ser sacerdo-
108
tes. Gracias Mons. Baltazar Porras, por su entrega, sacrificio y dedicación

permanente para que del Seminario salgamos buenos sacerdotes según el
corazón de Dios y preparados para atender las necesidades de nuestra gen-
te. Manteniéndonos firmes y claros en el juramento y promesa que hicimos
a Dios a través de Usted como instrumento que él utilizó el día de nuestras
Ordenaciones Sacerdotales. Gracias Mons. Baltazar, por enseñarnos apar-
te de tantas otras cosas, a amar a Dios amando a nuestra querida patria
Venezuela, defendiendo los derechos humanos y fundamentales de nuestra
gente y denunciando todo tipo de injusticia con el Evangelio en la mente, el
corazón y los labios como Usted lo ha hecho hasta el momento y estamos
seguros lo seguirá haciendo.
Quiera Dios que este trabajo logre contribuir para que los sacerdotes de
manera muy especial, reconozcamos el esfuerzo y la entrega suya y que
amemos nuestra vida de especial consagración dándole infinitas gracias al
Todopoderoso por haber puesto su mirada en nosotros y elegirnos para tan
grandioso Sacramento del cual no somos dignos, pero hemos aceptado la
llamada de Jesucristo: Sumo y eterno Sacerdote.
Pbro. Lic. Luis Enrique Rojas Ruiz
Párroco de la Catedral de Mérida
Contraportada del libro: Ministerios.

sagradas órdenes y formación del clero.
1992-2014.
109
Mérida-Venezuela. ISSN: 1316-9173. Luisa Elena Molina. Presentación del libro Espíritu... pp. 110-116
PRESENTACIÓN DEL LIBRO ESPÍRITU E INTELECTO DE VANGUARDIA:

PENSAMIENTO Y OBRAS DE MONS. BALTAZAR ENRIQUE
PORRAS CARDOZO EN LA IGLESIA CONTEMPORÁNEA.
Sala Académica del Palacio Arzobispal, 10 de octubre de 2014
110
El trabajo que ve luz en las páginas que siguen bajo el título Espíritu e
intelecto de vanguardia: pensamiento y obra de Monseñor Baltazar
Enrique Porras Cardozo en la iglesia contempo-ránea, es una rigurosa
compilación bio-bibliográfica realizada por la Dra. Ana Hilda Duque, en su
condición de Directora e investigadora del Archivo y del Museo Arquidio-
cesano de Mérida y de la Sra. Marlene Sosa de Vera en calidad de
Catalogadora de la Institución. Se trata de una contribución bibliotecológica
para el estudio de la encomiable vida y pensamiento del Excmo. Monseñor
Baltazar Enrique Porras Cardozo, en el marco del setenta aniversario de su
nacimiento; y del treinta y un aniversario de su ordenación como Obispo
titular de Lamdia y Auxiliar de Mérida.
Tal como se recoge en este documento, Monseñor Baltazar Enrique Porras
Cardozo nació en la Parroquia La Candelaria de Caracas el 10 de octubre
de 1944, siendo sus padres Blanca Luz Cardozo Heredia y Baltazar Porras
Porras (+). Su ordenación como Obispo titular de Lamdia y Auxiliar de
Mérida tuvo lugar …el 17 de septiembre de 1983 en la Santa Iglesia
Catedral Basílica de Mérida, de manos del Excmo. Cardenal José Alí
Lebrum Arzobispo de Caracas, siendo consagrantes los señores Excmos.
Monseñor Miguel Antonio Salas Salas, Arzobispo de Mérida y Domin-
go Roa Pérez, Arzobispo de Maracaibo y Presidente de la Conferencia
Episcopal Venezolana. Más tarde, fue …preconizado como VI Arzobis
po de Mérida por su Santidad el Papa Juan Pablo II (+), el 30 de
octubre de 1991 dignidad que asumió el 5 de diciembre de ese año, en
la misma Catedral.
El documento que se presenta tiene una doble trascendencia. Por una parte,
como trabajo de investigación y de compilación, en sí mismo; y por otra, por
la cuestión de fondo relacionada con su contribución al estudio del pensa-
miento y obra de Monseñor Baltazar Enrique Porras Cardozo.
En cuanto a la compilación y la catalogación, en sí misma, como lo expresa
Felipe Meneses Tello en su artículo Dimensiones cognitivas de la bibliogra-
fía (cita in extenso)1:
1
Meneses, F. "Dimensiones cognitivas de la bibliografía". En: Rev. Interam. Bibliot. Medellín
(Colombia). Vol. 30, No. 1 enero-junio de 2007, pp. 107-134.
111
…la tarea sistemática de acopio o compilación de escritos es la

progenitora legítima de la profesión y disciplina que hoy ejercemos
(La bibliotecología). De manera explícita, la bibliografía es la madre
de la bibliotecología, no obstante que desde el siglo XX la primera
comenzó a ser configurada como una disciplina subsidiaria de la se-
gunda… No hay duda que el primer plano que comenzó a cultivarse en
el campo de la bibliografía fue el de carácter técnico, pues sin la prác-
tica de esta vertiente no hubiese sido posible producir la vasta biblio-
grafía que comenzó a ser generada a partir del siglo XVI (bibliotheca,
catalogus, repertorium, inventarium, index, bibliographia), labor
acuciosa que permitió con el paso de los siglos el perfeccionamiento
de la técnica y el método para generar alrededor del mundo varios
tipos de bibliografías . (Meneses, 2007: 108-109).
En este sentido, desde la perspectiva de la importancia de la bibliografía en
la ciencia bibliotecológica, y siguiendo lo expresado por el autor precitado,
este trabajo de la Dra. Ana Hilda Duque y de la Sra. Marlene Sosa de Vera
es de gran interés no sólo por sistematizarse en su contenido los datos de
vida y la biblio-hemerografía de Monseñor Porras, sino porque monseñor
mismo ha sido protagonista y ha contribuido a promover, mantener y conso-
lidar los objetivos y el cometido histórico del Archivo Arquidiocesano de
Mérida, al que ha apoyado con entusiasmo. Esta labor la ha cumplido, no
sólo desde su condición de alto prelado, persuadido de la trascendencia de
los archivos eclesiásticos como fuentes documentales para la Historia; sino
también como investigador a su servicio.
Como indica la Dra. Ana Hilda Duque, quien ha sido por más de tres déca-
das Directora del Archivo y del Museo Arquidiocesano de Mérida (cito en-
trevista in extenso).
... el Archivo Arquidiocesano de Mérida y el Museo Arquidiocesano de
Mérida del Palacio Arzobispal son dos instituciones fundadas a prin-
cipios de siglo XX por Monseñor Antonio Ramón Silva García, cuya
labor prosiguió Monseñor Miguel Antonio Salas y, más tarde, Monse-
ñor Baltazar Enrique Porras Cardozo, actual Arzobispo de la
Arquidiócesis de Mérida, quien, como sus antecesores, comprende la
importancia de apuntalar el conocimiento histórico, etnográfico, cul-
tural y religioso y de apoyar las tareas de consolidación del Archivo y
del Museo. En el Archivo se ha emprendido, con la participación de un
personal altamente comprometido y técnicamente calificado, una tarea
112
de sistematización de las fuentes primarias que allí se encuentran

acopiadas. Estos materiales sirven de base a numerosas investigacio-
nes, muchas de las cuales son promovidas desde el seno de la propia
institución, que han dado origen a un proceso de conformación y sos-
tén de diversas líneas de investigación, en la que participan, además
de los propios miembros de la institución, estudiantes de pre y posgrado
e investigadores de la Universidad de Los Andes y de otras institucio-
nes (entrevista realizada por Molina, Luisa Elena, a Ana Hilda Duque, Di-
rectora Archivo y Museo Arquidiocesano de Mérida. Noviembre 2012)2.
Así, el Archivo Arquidiocesano de Mérida, como institución, y muchos de
los estudios que ha realizado Monseñor Porras, como investigador, forman
parte de su hoja de vida y de la huella de su andar.
Desde la perspectiva de su vida y de su obra como investigador, los trabajos
de Monseñor Baltazar Enrique Cardozo, dan cuenta de un espíritu vanguar-
dista, atento a su época y contemporáneo en su visión, tal como reza el título
de este trabajo. Sobre este atributo de su pensamiento de vanguardia, Mon-
señor Porras nos otorga pistas, al señalar el legado de uno de sus amados
maestros, Monseñor Miguel Antonio Salas Salas:
…Los que tuvimos la dicha de estar a su lado, en alguna etapa de la
vida, lo recordamos agradecido…Su ejemplo arrastraba y llamaba a
la imitación. Conjugaba, además una clara visión de los tiempos y las
personas. Su fe era mayor que los esquemas mentales que la sustenta-
ban. Tuvo el olfato de percibir que era necesario abrirse a los sínto-
mas de un mundo nuevo. Dejaba espacio para ello a los demás. Él
cargaba con el peso de lo ingrato en el ejercicio diario de la mitra, y,
me decía, el futuro te pertenece, alienta y anima nuevos horizontes
(Porras, 2007:15)3.
Monseñor Porras ha seguido los pensares abiertos de su maestro. Por un
lad0, su hoja curricular muestra los pasos de alguien que, desde temprana
2
Luisa Elena Molina. Entrevista a Ana Hilda Duque, Directora Archivo y Museo Arquidiocesano
de Mérida (noviembre 2012). Luisa Molina. "El lugar y la huella". En: Lobo Quintero, William
(Coord.) Mérida: ciudad diversa y multicultural. Mérida, Universidad de Los Andes, Ediciones
del Vice-rectorado Académico, 2014.
3
Baltazar Enrique Porras Cardozo. Escritos de Auxiliar 1988-1991. Universidad de Los Andes,
Ediciones del Rectorado. Arquidiócesis de Mérida. Archivo Arquidiocesano de Mérida, 2007.
113
edad y con profunda fe, se ha dedicado, en el largo tiempo, como diría el

gran historiador del siglo XX, Fernand Braudel, a proporcionarse una riguro-
sa formación académica para prepararse como pastor al servicio de la
Iglesia contemporánea. Por otro, Monseñor Porras ha producido una obra
académica escrita, diversa, fecunda y nutricia para pensar al mundo con
ojos de presente y futuro, entendiendo que los estamentos de esos horizon-
tes se encuentran en la comprensión de la Historia.
En este orden de ideas, cuando se examinan los títulos y los contenidos de
sus numerosas investigaciones y libros, de sus trabajos periodísticos, sus
crónicas, documentos y discursos, tanto en el ámbito religioso, como en aque-
llos donde analiza problemas vigentes o pretéritos relacionados con la histo-
ria, la cultura, la sociedad y otros campos de las Ciencias Humanas, su
pensamiento da cuenta de una visión no ortodoxa y de apertura al tiempo
histórico que le ha tocado vivir y en el que se ha formado.
En el campo de su labor eclesiástica, esta apertura se manifiesta en su
pensar y en su acción cuando, con su ejercicio y con su pluma, ha contribui-
do a consolidar el llamado y las propuestas de renovación de la Iglesia, tema
al que ha dedicado numerosos trabajos, documentos, discursos y homilías,
en los que subraya la necesidad de una labor pastoral acendrada en el res-
peto y en el humanismo, en comprender y no en juzgar. Como hombre de fe
y como representante mayor de la Iglesia, su apostolado, su obra y su re-
flexión están basados en un sustrato de formación espiritual, formal y teológica
rigurosa y sólida, pero, sobre todo, en una forma de ser que se distingue por
un proceder permanentemente considerado, cálido y afectuoso hacia los
demás. Ello le ha permitido sostener con derecho una voz de avanzada en
las propuestas de construcción de una Iglesia Contemporánea que debe
ponerse al servicio de la comprensión y las exigencias de su tiempo.
En cuanto a su trabajo intelectual y su labor como investigador, periodista y
cronista, sus trabajos escritos abarcan con propiedad diversos campos y
áreas del conocimiento en los que se ha educado: la Historia, la Geografía, la
Historiografía, la Etnografía, la Teología, la Historia Eclesiástica y la Filoso-
fía, los cuales le han procurado una formación integral y una visión inte-
grada de la complejidad del mundo y del ser. Su formación profesional y su
permanente cultivo intelectual lo autorizan, frente a sus pares intelectuales,
para opinar con conocimiento de causa sobre numerosas temáticas.
Entre los estudios y trabajos publicados por Monseñor Porras hay numero-
sas investigaciones, trabajos, documentos, crónicas y escritos periodísticos.
114
Entre ellos destacan investigaciones de gran trascendencia como, por ejem-

plo, el estudio que sustenta su tesis doctoral titulado Los obispos y los
problemas de Venezuela (Diagnóstico teológico-pastoral de la Vene-
zuela contemporánea desde la documentación episcopal venezolana y
desde la teología latinoamericana), en el que la problemática planteada
es examinada y discutida en el contexto histórico de Venezuela, durante el
período 1936-1976.
Al lado de estos trabajos de investigación, la presencia de su verbo y su
pensar es constante y se expresa a través de documentos, crónicas y escri-
tos de prensa en los puede constatarse el tratamiento de una amplia y varia-
da temática que, de suyo, armoniza con la diversidad de intereses y tópicos
por los que transcurre la reflexión de Monseñor Porras. Trabajos de esta
naturaleza han sido publicado también por el Archivo Arquidiocesano de
Mérida, la Universidad de Los Andes y otras instituciones, muestra de los
cuales son: De cara al futuro; Diálogos con el presente (1983-1987)
(Porras, 2004) y Escritos de Auxiliar (1988-1991) (Porras, 2007). Muchos
de sus trabajos inéditos, concluidos o por concluir, aguardan por su edición.
Cuando uno se encuentra por primera vez frente a un prelado de la Iglesia
de elevada investidura, como es el caso de Monseñor Baltazar Enrique Po-
rras Cardozo, podría sentirse compelido, por respeto, o por prudencia, a
detenerse ante el imperio del título, y a retrasar, por esa vía, el encuentro
genuino con el ser humano que lo porta. Esto es así porque, en el pasado, y,
con menos fuerza, aún hoy, ello solía ocurrir como una respuesta conductual
frecuente en el individuo, frente a la autoridad. No obstante, la investidura
de Monseñor Porras, lejos de apartar, acerca, justamente por los atributos
de su condición humana. Como protagonista de la contemporaneidad, Mon-
señor tiene la virtud de inspirar confianza, por su afable personalidad y, a la
vez, de infundir respeto, no por los títulos que le hayan sido conferidos, sino
por haberlo ganado con genuino merecimiento, con su asidua y dedicada
vida de trabajo, de estudio, de respeto y de fe.
Al celebrar sus setenta años de nacimiento, pienso que esta es una de las
cualidades que más le distinguen. La otra, su firmeza de carácter, su com-
promiso con la razón y su reconocimiento a la diversidad del pensamiento.
Por ambas rutas, he tenido la alegría de conocer las fibras sensibles de su
corazón, un corazón que late entusiasmado, dedicado y comprometido, en
un esfuerzo de trabajo que no cesa y que se renueva incansable y brioso, día
115
tras día.
He tenido la fortuna de llegar a Monseñor Porras, no por los caminos de su
merecida dignidad eclesiástica, sino por los atajos llanos de de sus afanes
cotidianos, primero como investigador y maestro; luego, como pastor; y, fi-
nalmente, como un miembro más de un gran equipo de trabajo, al cual tam-
bién he tenido fortuna de acercarme y de querer, tanto como a él, en el
Archivo y el Museo Arquidiocesano de Mérida, gracias a la Dra. Ana Hilda
Duque, por cuya amabilidad y afecto he tenido el humilde honor de escribir
estas líneas.
Para finalizar debo señalar que, como lo dijo él de su maestro y predecesor,
Monseñor Miguel Antonio Salas Salas, y, como suele ocurrir con todo van-
guardista, Monseñor Baltazar Porras también ha tenido que sobrellevar los
embates que vive todo aquel que habla lenguajes nuevos. Pero ello no ha
amilanado, ni su espíritu, ni su trabajo. Sus posturas, reflexiones y acciones
provocan curiosidad y disconformidad, en unos; y respeto y esperanza en
muchos otros. A lo largo de su vida, Monseñor Porras ha puesto sus accio-
nes y su intelecto al servicio de su tiempo y son el fruto de una vida dedicada
sistemáticamente al cultivo del espíritu y del intelecto.
Comprende, como los pensadores de la Ilustración, que la renovación es
un proceso indispensable en la acción y el pensar frente al cambio que,
según muchos pensadores, es la única constante. Renovar es un proceso
que exige de los actores y gestores de la sociedad e, igualmente, de las
instituciones de la Iglesia, ajustes permanentes. Pero, como ocurre en gene-
ral, los iniciadores, los pioneros, los que anuncian con su acción, sus obras o
su intelecto los cambios, suelen ser aves que atraviesan cielos posibles, en
profunda soledad. Aves que, parafraseando el bello título de un escrito de
Monseñor, van recorriendo los espacios de un silencio sonoro.
Desde su cerebro y su corazón, sigue celebrando la vida y, como el levante,
sigue vertiendo tintas de luz y esperanza por un mundo mejor. Y muchos,
entre los que me cuento, le quieren, porque su amor por los demás se revier-
te a él, en cada peregrinaje por esos lugares de la montaña y el viento donde,
con sus andares y su hermosa sonrisa, se acerca a quienes lo esperan impa-
cientes, como uno de los suyos: un bien amado siempre bienvenido a casa.
Luisa Elena Molina Romero
Profesora de la Universidad de Los Andes-ULA. Mérida (Venezuela)
116
Mérida-Venezuela. ISSN: 1316-9173. Alfredo E. Torres R. Con olor a oveja... p. 117
CON OLOR A OVEJA
Mons. Alfredo Enrique Torres Rondón

Obispo Auxiliar de la Arquidiócesis de Mérida
La originalidad del Papa, felizmente reinante, ha acuñado esta frase, para

definir el ideal del buen pastor bíblico, que a imagen del caminante de
Nazareth, quiera ser mensajero de paz y amor. Me refiero al Buen Pastor
de la Arquidiócesis de Mérida, que por estos días está de aniversario tanto
de vida como de pontificado. Setenta años de feliz existencia, como treinta y
uno de episcopado, éstos últimos todos consagrados al servicio de Mérida.
Su actividad pastoral es extensa, así como su presencia en los más diversos
escenarios, religiosos, y más allá, dentro y fuera de nuestro país. Pero lo que
más distingue a Mons. Baltazar Porras, es la definición del Papa Francisco,
con olor a oveja, la cual le encaja perfectamente. San Juan en su evange-
lio, ya lo ha delineado claramente: abre sus puertas, llama a las ovejas
por su nombre, las saca de corral, camina frente a ellas, conocen su
voz y las guarda del lobo. Jn. 10. Efectivamente, es el buen pastor que
con suave cayado, sabe estar cerca de todos, brindando compresión y em-
papando del mensaje de Cristo a todas sus ovejas, sean del redil o fuera de
ellas.
Dotado de excelente capacidad intelectual, no tiene dificultad para compar-
tir con los entendidos en diversas materias, como abajarse y dialogar
amenamente con los fieles sencillos de toda su diócesis. Para todos hay una
respuesta, que abre caminos, que invita a reflexionar sobre mejores sende-
ros, o la corrección fraterna cuando fuere necesario. Su gran preocupación
por el redil, lo ha transformado en el Arzobispo que más sacerdotes ha en-
viado a estudiar al exterior, con el firme objetivo de atender mejor a sus
ovejas. Este último aspecto en medio de tantos otros, lo quiero resaltar, en
su aniversario, para agradecerle en nombre todos, porque es la más rica
herencia que Mons. Baltazar Porras le ha brindado a Mérida.
Dios lo guarde con salud por muchos años.
117
Mérida-Venezuela. ISSN: 1316-9173. Yenifer Espinoza. Hoy Mons. Baltazar Porras cumple 70... pp. 118-119
HOY MONS. BALTAZAR PORRAS CUMPLE 70 AÑOS DE VIDA
Yenifer Espinoza
Prensa Arquidiócesis de Mérida
Monseñor Baltazar Enrique Porras Cardozo, nació en Caracas el 10 de

octubre de 1944, un caraqueño que ha representado a Mérida como un hijo
de esta hermosa ciudad de los caballeros
Con la finalidad de homenajear y realzar el trabajo desarrollado por Monse-
ñor Baltazar Porras Cadozo, en la iglesia merideña y venezolana, hoy fecha
de su cumpleaños, la Arquidiócesis de Mérida como una gran familia, ofrece
actividades académicas en su honor.
Así lo dio a conocer Monseñor Alfredo Enrique Torres, Obispo Auxiliar de
Mérida, hoy con mucho cariño, fe y entusiasmo, hemos preparado im-
portantes actividades en conmemoración del XXXI aniversario
Episcopal y 70 años de vida de Monseñor Porras, mostrando su sello
de Pastor Intelectual.
Detalló el Obispo Auxiliar de Mérida, que dicho trabajo fue organizado por
un grupo de Sacerdotes del Clero merideño, de la mano con el Museo y
Archivo Arquidiocesano, con el objetivo de dar a conocer el trabajo religio-
so, intelectual y académico desarrollado por Monseñor Porras a lo largo de
su vida.
Dicha actividad inicia con la Exposición Bibliohemerográfica denominada
Huellas Eclesiásticas Merideñas, seguido del Conversatorio para una Sem-
blanza, titulado Un Arzobispo de Fin de Siglo y de principio de Nuevo
Milenio, y finaliza con el estreno del documental: In Nomine Tuo.
Finalmente Monseñor Torres, invitó a la colectividad merideña para que
asistan mañana sábado, a las 10 de la mañana a la misa de Acción de Gra-
cias, donde daremos gracias a Dios por este buen Pastor que nos ha
regalado en Mérida, con este entusiasmo y fe imploramos al señor una
118
Mérida-Venezuela. ISSN: 1316-9173. Fortunato González. Baltazar El Arzobispo... pp. 119-120
bendición fuerte para que lo llene de salud y vida por muchos año
más.
"Un gochito más"

Por su parte Monseñor Baltazar Porras, agradeció a los merideños por el
cobijo, calor y confianza que siempre le han ofrecido, durante su estadía en
Mérida, yo creo que me he convertido en un gochito más con 31 años
en Mérida, como Obispo Auxiliar, luego como Arzobispo Metropolita-
no, con la Universidad de los Andes, la realidad compleja de los pue-
blos de esta hermosa ciudad han sido un gran enriquecimiento, y por
su puesto ese apoyo de los grupos de apostolados y todos quienes me
han apoyado, destacó.
BALTAZAR, EL ARZOBISPO
Fortunato González Cruz

Miembro Correspondiente Estadal de la Academia de Mérida
El episcopado de monseñor Miguel Antonio Salas significó una renovación

de la iglesia merideña con el impulso a las vocaciones sacerdotales, la aten-
ción del Seminario, el cuidado de las parroquias y la firmeza de los valores y
virtudes del sacerdocio. Eudista y por tanto de vocación educadora, era
estudioso, sabio, firme, prudente, sencillo, sensible y sumamente humilde.
De una austeridad franciscana, terminó su vida regresando al ejercicio sa-
cerdotal en la aldea que le vio nacer y donde murió. ¡Un santo!
Dios le brindó el privilegio de formar a su sucesor a quien recibió de niño, vio
las cualidades que le adornaban y asumió el papel de su maestro. Baltazar
Enrique Porras Cardozo tiene el carácter recio de su madre, la cordura de
su padre y la sabiduría de su maestro, quien lo propuso a Juan Pablo II para
que lo designara su auxiliar y atender a la Mérida juvenil, universitaria y
académica. Así surge un Arzobispo con la profundidad teológica de Salas y
119
Mérida-Venezuela. ISSN: 1316-9173. Fortunato González. Baltazar El Arzobispo... pp. 119-120
el dinamismo del joven intelectual, una mezcla que le ha dado a la mitra

merideña una dimensión universal.
Pertenece a la generación que abrevó en la teología tradicional y en el ma-
nantial de la renovada teología latinoamericana, como buena parte de los
obispos que forman la Conferencia Episcopal Latinoamericana de la que
fue vicepresidente. Es de la misma generación del papa Francisco de quien
es amigo. Es un gran lector y le interesan todos los temas desde la ciencia
hasta la poesía pero prefiere la filosofía, la teología y la historia. Posee una
de las mejores bibliotecas personales que llenan los espacios del palacio
episcopal. Se ha ocupado del archivo, del patrimonio histórico y artístico y
de la artesanía religiosa. Está al día de lo que acontece en Mérida, en el país
y en el mundo. No evade ningún tema por escabroso que sea, tiene el don de
saber escuchar y opina con propiedad. La gusta el deporte, hacer ejercicio,
montaba bicicleta y practica el futbol. Le desagrada la soledad y gana mu-
chos amigos con quienes le gusta compartir. Su afición taurina viene de su
formación salmantina donde no se si aún se realiza la corrida del misacanta-
no. Poco cuidadoso de las formas que lo expone a la crítica que muchas
veces ha sido dura, incluso infame y cruel a la que nunca responde. Usa con
fluidez las redes sociales y las nuevas tecnologías.
No le agrada la política pero sabe moverse en esos terrenos pantanosos.
Sus ideas políticas permiten calificarlo como progresista, nunca marxista y
como sabe distinguir el trigo de la cizaña ha sido crítico tanto del modelo de
democracia partidista como del proceso chavista lo que le ha costado san-
gre, sudor y lágrimas. Algunos altos personajes lo han tratado de destruir
desde el mismo Vaticano. Baltazar Porras ha sido inmune al chisme pero
atento a la crítica que recibe con humildad. Es sensible a la injusticia y le
duele profundamente el país y su tragedia.
Monseñor Baltazar Porras Cardozo ha realizado una labor pastoral intensa,
profunda y variada. Ha tenido especial sensibilidad por el trabajo de los
religiosos y las religiosas, por los seminaristas con quienes come y juega
futbol, por su vinculación con el acontecer intelectual de su arquidiócesis.
Como dice el acuerdo de la Academia de Mérida, es digno ejemplo de la
merideñidad, ya que sin ser nativo de nuestra ciudad se ha entregado a ella,
legándole una importante obra escrita, haciéndose parte fundamental de su
quehacer y de su sentir. Es un regalo de Dios para esta tierra.
120
Mérida-Venezuela. ISSN: 1316-9173. Cornelio Marín. Felicidades Mons. Baltazar... pp. 121-122
FELICIDADES MONSEÑOR BALTAZAR PORRAS
Pbro. Cornelio Marín
Mérida se viste de alegría, y pregona por sus picos, montañas y valles su

fervor, en tener en su seno a uno de los hombres más ilustres que ha mar-
cado pauta no solo en el lecho de la Iglesia merideña en estos tiempos mo-
dernos, sino también fuera de ella, en el estadio internacional.
Los bellos pueblos de nuestra extensa geografía guardan el vivo recuerdo
de quien siempre con una simpática sonrisa y un gesto de entrega les visita
llevándole el dulce mensaje del Evangelio y sabias palabras teñidas de expe-
riencia y revestidas de amor.
Como olvidar su aniversario de vida y su larga trayectoria sacerdotal y
episcopal, si ha sido uno de las personas a quien Dios le ha dado la gracia de
poseer un brillo innato en su intelecto y el arte de revestir de verdad y de
confianza a quienes se sienten con orgullo miembros de su grey.
Aquellos caminos, aquellos páramos, aquellas miradas de niños, de adultos y
de gente sencilla que le han recibido, nunca olvidan su primera visita en cada
aldea y en cada parroquia de esta magnífica región andina.
Las mentes brillantes le admiran, los corazones sencillos lo aprecian, las
almas en el cielo le iluminan y sus anécdotas viajan solitarias en la boca de
algún campesino que con orgullo prestó su caballo para llevarlo en sus lomos
hacia uno de tantos pueblitos donde siempre suele llegar en sus respectivas
visitas pastorales y donde queda sembrada la encumbrada de Dios.
Aquellos suelos vestidos de sus distintas costumbres y envueltos en grandes
policromías religiosas y culturales, revisten sus casas de amarillo y blanco
como si el sol con las nubes se disputaran su color preferido para semejante
personaje, expresan el gran amor y la emoción de muchos que salen a las
calles con banderas, arcos y flores a tan deseado y esperado pastor.
121
Mérida-Venezuela. ISSN: 1316-9173. Cornelio Marín. Felicidades Mons. Baltazar... pp. 121-122
Cantos como coros celestiales se dejan escuchar como el grave fragor del
río aricagua, como el extendido río chama que desde el páramo abre sus
brazos como el río capaz de la Azulita, el majestuoso río motatán que lleva
sus aguas heladas a Valera o, el rió nuestra Señora del Morro, son las voces
inéditas de quienes se esmeran con cariño para componerle una canción
llena de fe y bienvenida, son los tiernos labios de los niños y niñas que como
las orquídeas de las tierras sureñas, los frailejones de cachopo, los pompones
de Timotes, lo tulipanes de pueblo nuevo del sur, las calas del Mocotíes y los
raguaneyes de Ejido, expresan su clamor desde las profundidades del alma
de aquellas mentes púbicas y miradas límpidas.
Aquel Pastor de alma, lleno de felicidad, entre trotes matutinos y los cuentos
graciosos de los monaguillos que lo acompañan disfruta de la ternura de
aquellas inocentes caritas que muy seguros hablan de los espantos ocultos
en los viejos caminos.
Nunca falta el sabor añejado del mejor vino de sus homilías que con mucha
atención son escuchadas y guardadas en cada corazón que asiduamente
prestan toda la atención posible. Nunca faltan las invitaciones de algunas
amas de casa, señoras del hogar que junto a su familia se llenan de agrado al
tener su presencia en tan humilde vivienda, invitándole a degustar una de
sus muchos exquisitos y sencillos platos, nunca falta el deseo de participar
en las fiestas de san Benito vistiéndose de giro avivando así tan relevante
devoción.
Felicidades Monseñor Baltazar por su Setenta aniversario de vida y su largo
tiempo en la viña del Señor como Nuestro Arzobispo Metropolitano de
Mérida. Muchas bendiciones.
122
Mérida-Venezuela. ISSN: 1316-9173. Yenifer Espinoza. Mons. Baltazar Porras un Arzobispo... pp. 123-125
MONSEÑOR BALTAZAR PORRAS, UN ARZOBISPO DE FIN DE SIGLO Y

COMIENZOS DEL NUEVO MILENIO
Yenifer Espinoza
Prensa Arquidiócesis
Monseñor Porras, agradeció a Dios por un año más de vida y aseguro que,
nuestro trabajo en la iglesia nos ha permitido recoger los muchos fru-
tos que otros han sembrado desde hace cientos de años en la Iglesia
merideña.
Tal como estaba previsto la gran familia de la Arquidiócesis de Mérida ho-
menajeo a su Pastor, Monseñor Baltazar Enrique Porras Cardozo, con un
emotivo acto académico cargado de fe, sapiencia y humanidad.
Dicha actividad inició con la inauguración formal de la Exposición
Bibliohemerográfica y Documental Huellas Eclesiásticas Merideñas, a
través de las palabras de Silvia Andrades Grassi, Auxiliar de Investigación
del Archivo Arquidiocesano de Mérida y curadora de la muestra expositiva;
seguido del despeje de cinta por parte del Arzobispo de Mérida Monseñor
Porras, Ana Hilda Duque Directora del Museo y Archivo Arquidiocesano, el
Rector de la Universidad de los Andes (ULA), Mario Bonucci Rossini, José
María Andérez, Secretario de la ULA y el Presidente de la Academia de
Historia del Táchira, José Becerra.
Monseñor Porras, fue el gran sorprendido el día de ayer, pues pudo disfrutar
de una hermosa exposición llena de trabajo y vivencias en Mérida, que lo
adopto, desde hace 31 años, ...ayer (jueves) celebramos el día de nuestra
ciudad, para mí es un regalo estar en esta bella tierra, con su gente, y
pues esta muestra que descubro hoy lo que quiere ser es un granito de
arena que se ha ido poniendo para la historia, cultural, el estudio, y
conocimiento de lo que la gente de Mérida ha hecho, y aquí está pre-
sente la fe de Jesús que esa que mueve montañas.
123
Exposición bibliohemerográfica y documental Huellas Eclesiásticas

Merideñas
Los asistentes pudieron disfrutar de la exposición, que está ubicada en las
salas uno y dos del Museo Arquidiocesano, con una importante recopilación
de aproximadamente 335 títulos, producidos por la institución Religiosa, ade-
más de artículos usados para el estudio, la fe y el trabajo del Prelado, lo cual
representa un impecable trabajo efectuado por las integrantes del Archivo y
Museo Arquidiocesano, bajo la dirección de la profesora Ana Hilda Duque.
Conversatorio
Monseñor Alfredo Torres, Obispo Auxiliar de la Arquidiócesis de Mérida,
hizo apertura del Conversatorio, titulado Un Arzobispo de Fin de Siglo y
Comienzos del Nuevo Milenio, asegurando que el Arzobispo de Mérida, es
un Pastor con Olor a Oveja, que siempre atiende y guía su rebaño, sin dejar
a un lado sus ocupaciones propias y las de quienes los rodea.
En el mismo participaron un grupo de Sacerdotes en representación del
clero merideño, importantes personalidades de la Academia de Mérida, y
Autoridades Universitarias, sumando 17 ponentes, todos con el firme propó-
sito de compartir sus vivencias, anécdotas y conocimientos sobre Monse-
ñor Porras en todas sus facetas.
Ponentes de altura
Doctor Henry Vargas Contreras, Ex Rector de la ULA, Doctor Leonel Vi-
vas, Ex Secretario y Ex Vicerrector Académico de la ULA, Pbro. Lcdo.
Juan de Dios Peña, Rector del Seminario San Buenaventura de Mérida,
Doctor Rosendo Camargo Mora, Ex Decano de la Facultad de Ingeniería y
Miembro correspondiente estadal de la Academia de Mérida, Doctor Jesús
Rondón Nucete, Profesor titular de la ULA. Ex Gobernador del Estado
Mérida y Miembro de Honor de la Academia de Mérida, Doctor Ricardo Gil
Otaiza, Ex decano de la facultasd de farmacia de la ULA y miembro corres-
pondiente estadal de la Academia de Mérida Doctor Ricardo Contreras,
Profesor Titular de la ULA y Miembro correspondiente estadal de la Aca-
demia de Mérida,Pbro. Lcdo. Alexander Rivera, Ex rector del Seminario
«San Buenaventura» de Mérida y Cura Párroco de la Basílica Santa Lucía
124
de Timotes, Lcda. Marlene Bauste Sarache, Directora del SERBIULA,

Doctor Humberto Ruíz Calderón, Ex Vicerrector Académico de la ULA,
Pbro. Luis Enrique Rojas Ruíz, Cura Párroco de la Santa Iglesia Catedral
Basílica Menor Inmaculada Concepción, Doctor Hildebrando Rodríguez,
Individuo de Número de la Academia de Mérida, Pbro. Lcdo. Reinaldo
Muñoz, Cura Párroco de la Parroquia Universitaria Jesús Maestro, Profe-
sora Hilda Duque, Directora del Archivo y Museo Arquidiocesano de Mérida
y Miembro correspondiente estadal de la Academia de Mérida, Doctor José
Mendoza Angulo, Ex Rector de la ULA e Individuo de Número de la Aca-
demia de Mérida.
Nuevas publicaciones y proyectos

Para finalizar el conversatorio se llevó a cabo el bautizo de dos libros en
homenaje a Monseñor Baltazar; el primero titulado Ministerios Sagrados
Órdenes y Formación del Clero 1992-2014, y el segundo Espíritu e
Intelecto de Vanguardia: Pensamiento y obra de Monseñor Baltazar Enrique
Porras Cadozo en la Iglesia Contemporánea, que marcan el inicio de un
nuevo proyecto denominado pensamiento Porras Cardociano, tal anuncio
fue hecho por la Profesora Ana Hilda Duque.
El homenaje finalizó con la presentación del Documental: In Nomine Tuo,
trabajo audiovisual que muestra un poco de historia de los principales logros
de la Arquidiócesis de Mérida, desde Monseñor Miguel Antonio Salas, quien
deja a su paso inolvidables huellas, en especial el trabajo realizado por Mon-
señor Baltazar Porras Cadozo, a lo largo de este tiempo al frente de la
feligresía emeritense, quien a su vez agradece a Dios constantemente por
tantas bendiciones, convirtiéndose así en Un Arzobispo de Fin de Siglo y
Comienzos del Nuevo Milenio.
125
Mérida-Venezuela. ISSN: 1316-9173. Eucaristía gratulatoria por los 31 años de... pp. 126-129
EUCARISTÍA GRATULATORIA POR LOS 31 AÑOS DE EPISCOPADO Y

70 DE VIDA. CATEDRAL BASÍLICA METROPOLITANA DE MÉRIDA
Queridos Hermanos
Quiero agradecer de corazón el que hayan tomado la iniciativa de compartir
juntos mis años de ministerio episcopal y de existencia. Todo lo que nos
ayude a acrecentar el entusiasmo y el agradecimiento a nuestro buen Dios
por los dones recibidos gratuitamente, son ocasión propicia para que trate-
mos de ser mejores discípulos y anunciadores alegres de la gracia que se
nos ha dado.
Pero, hay una feliz coincidencia en este día que es marco esclarecedor para
el ejercicio de nuestra vocación cristiana. Hoy celebramos por vez primera,
la memoria de San Juan XXIII, en una fecha crucial para la vida de la
Iglesia. Hace exactamente 52 años, el Papa bueno inauguraba el Concilio
Vaticano II, faro y luz del caminar de la Iglesia en los tiempos que corren.
Somos hijos de la Iglesia de nuestro tiempo, atenta a los signos que nos
muestran las luces y sombras del mundo circundante y los signos siempre
generosos de la llamada de Dios a hacerlo presente en medio de los hom-
bres.
Retomemos un trozo de aquella hermosa alocución apertural que cambió el
rumbo de la Iglesia y la abrió a los gozos y esperanzas de los creyentes: «al
iniciarse el Concilio Vaticano II, -dijo entonces Juan XXIII-, vemos cómo las
opiniones de los hombres se suceden excluyéndose mutuamente y cómo los
errores, luego de nacer, se desvanecen como la niebla ante el sol. Siempre la
Iglesia se opuso a estos errores. Frecuentemente los condenó con la mayor
severidad. En nuestro tiempo, sin embargo, la Esposa de Cristo prefiere
usar la medicina de la misericordia más que la de la severidad. Ella quiere
venir al encuentro de las necesidades actuales, mostrando la validez de su
doctrina más bien que renovando condenas».
Actualiza aquella intuición, las palabras del Papa Francisco cuando nos dice:
cada cristiano y cada comunidad discernirá cuál es el camino que el
126
Señor le pide, pero todos somos invitados a aceptar este llamado: salir
de la propia comodidad y atreverse a llegar a todas las periferias que
necesitan la luz del Evangelio (Evangelii Gaudium, 20).
Los textos de la liturgia de hoy son una evocación para que se cumplan en el
aquí de cada uno de nosotros. El Profeta Ezequiel, a quien le tocó vivir y
predicar en medio de la debacle de su pueblo condenado al destierro, des-
arraigado de su tierra y obligado a adorar otros dioses y renegar de Yahvé,
anima a su pueblo recordando que Dios es bondadoso y misericordioso. La
imagen del buen pastor es el rostro amable de Dios que nos invita a no
desfallecer, que busca a sus ovejas y las cuida, las saca de su situación
embarazosa y las apacienta en pastizales escogidos y las hace reposar, bus-
ca a la oveja perdida y descarriada, cura sus heridas, robustece a las débiles
y cuida de las robustas.
Vivimos tiempos de desesperanzas y confusión. Nos preguntamos por qué
tanta injusticia, tanta violencia, tanta inseguridad, tanta intransigencia. Y
podemos tener la tentación de echarle la culpa a Dios, ignorarlo o pedirle
que haga el milagro de corregir los yerros de quienes nos gobiernan buscan-
do sólo su propio beneficio.
El salmo responsorial nos da una primera clave: «Señor, tú nos sondeas y
nos conoces, tú conoces de lejos nuestros pensamientos y todas nuestras
sendas te son familiares» (salmo 139). La mano amorosa de Dios nos re-
cuerda que como la caricia y el cuidado de la madre es la que abre la vida
del recién nacido, así nosotros debemos acercarnos a todas las circunstan-
cias de la vida, personal o ajena, con sentimientos de perdón, reconciliación
y paz.
Y, ¿cómo lo logramos? siguiendo la recomendación que el apóstol Pablo dio
a su querido discípulo Timoteo: te pido encarecidamente, por el adveni-
miento de Jesús y por su Reino, que anuncies la palabra; insiste a
tiempo y a destiempo; convence, reprende y exhorta con toda pacien-
cia y sabiduría.
Porque vendrá un tiempo, -continúa el apóstol-, en que los hombres no
soportarán la doctrina sana, sino que, arrastrados por sus propias
pasiones, se rodearán de maestros que les halaguen el oído; se harán
sordos a la verdad y sólo escucharán las fábulas. Tú, en cambio, sé
127
siempre prudente, soporta los sufrimientos, cumple tu trabajo de evan-

gelizador y desempeña a la perfección tu ministerio (1Tim. 4).
Qué bella invitación, que hoy de nuevo, para ustedes y para mí, nos hace el
Señor. La misión se encarna en los límites humanos de cada uno de noso-
tros, pero los enormes y veloces cambios culturales requieren que pres-
temos una constante atención para intentar expresar las verdades de
siempre en un lenguaje que permita advertir su permanente novedad
(Evangelii Gaudium 41). No tengamos miedo, no nos dejemos arredrar por
las intimidaciones que buscan seamos bueyes mudos y no ciudadanos prota-
gonistas de nuestro presente y futuro.
También como los discípulos de Jesús a orillas del lago de Genesaret, excla-
mamos: Maestro, hemos trabajado toda la noche y no hemos pescado
nada. Muchas veces nos arropa la convicción de que no hay nada que
hacer, que vivimos ante la fatalidad de lo que nos impone el poder y las
fuerzas del mal. Pero no, como Pedro, nuestra palabra y actitud debe ser:
confiado en tu nombre echaré las redes. Es la única seguridad para que
la pesca sea abundante.
Por ello, esta eucaristía debe ser para todos nosotros, un acicate para que,
juntos, trabajemos con mayor empeño en ser luz y sal de la tierra. Que cada
celebración, cada fiesta, sea una oportunidad más para darnos por entero,
con alegría y esperanza, a ser testigos de la buena nueva del Señor Jesús.
Que en ello nos acompañe, María Santísima, porque cada vez que mira-
mos a María volvemos a creer en lo revolucionario de la ternura y el
cariño (Evangelii Gaudium 288). Musitemos juntos como hermanos, esta
plegaria: Estrella de la nueva evangelización, ayúdanos a resplandecer
en el testimonio de la comunión, del servicio, de la fe ardiente y gene-
rosa, de la justicia y el amor a los pobres, para que la alegría del
Evangelio llegue hasta los confines de la tierra y ninguna periferia se
prive de su luz (Ibidem). Que así sea.
128
Eucaristía Gratulatoria por los 31 años de Episcopado y 70 de vida del Excmo. Mons. Dr.
Baltazar Enrique Porras Cardozo, Arzobispo Metropolitano de Mérida. Catedral Basílica
Metropolitana de Mérida, 10 de octubre de 2014.
129
Mérida-Venezuela. ISSN: 1316-9173. Normas para los/as autores/as pp. 130-132
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yendo notas, citas, gráficos, figuras, mapas, planos, fotografías, fuentes do-
cumentales, bibliohemerográficas, orales y en línea.
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terminó el artículo y/o trabajo y resumen curricular.
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líneas para los artículos y 20 para los trabajos y de 4 a 6 palabras clave.
6. Deben ser presentados en tamaño carta formato Microsoft Word, fuente
Times New Roman punto 12, a doble espacio, con márgenes superior e
izquierdo de 3,5 cm., e inferior y derecho de 3,0 cm. Los párrafos separados
por una línea y sin sangría. Las páginas numeradas en el borde superior
derecho.
7. Los autores/as deben enviar los artículos y/o trabajos vía correo electró-
nico y tres copias impresas vía postal, una con los datos del autor y dos sin
identificación, a los fines de enviarlas al comité de arbitraje. Los artículos y/
o trabajos serán evaluados por árbitros calificados en la materia, cuyos nom-
bres permanecerán en estricta reserva, con el objeto de mantener una situa-
ción de riguroso anonimato mutuo con el autor (pares ciegos).
8. Los artículos y/o trabajos recibidos no serán devueltos, independiente-
mente de su evaluación.
9. Los autores/as deben enviar carta indicando que el artículo y/o trabajo no
ha sido ni será enviado a otra revista para su publicación.
10. Los gráficos, figuras, mapas, planos y fotografías, deben ser entregados
en versión digital con 300 dpi de resolución, e incluir su correspondiente
leyenda, siguiendo los modelos:
Vista panorámica de Bodoque. Bailadores, Estado Mérida-Venezuela 2010.
Foto: José Rojas Maldonado. Colección: AAM. Banco de Imágenes.
130
Tomado de: Pedro Cunill Grau. Geografía del poblamiento venezolano

en el siglo XIX. Caracas: Ediciones de la Presidencia de la República. 1987,
lámina 2.
11. Las notas y/o citas de fuentes bibliohemerográficas, documentales y en
línea deben ir a pie de página, siguiendo los modelos:
Gianni Vattimo. Creer que se cree. 1996, p. 34.
Antonio Ramón Silva. Documentos para la historia de la Diócesis de
Mérida. 1908. Tomo II, p. 84.
Ídem.
Ibídem, p. 86
Fernando Campo del Pozo. Los agustinos en la Evangelización de Vene-
zuela. 1979, p. 101.
Antonio Ramón Silva. Ob. Cit., pp.88-89.
AAM. Sección 22 Curatos. Caja 18, doc. 22-10.368-A, f. 3r.
AAM. Sección 45B Libros Varios. Documentos Oficiales Lora-Milanés
II. Libro Nº 199, pp. 600-603.
Gloria Carrero. "La cofradía de la Inmaculada Concepción de la Parroquia
El Sagrario de la ciudad de Mérida (1815-1941)". En: Boletín del Archivo
Arquidiocesano de Mérida. Mérida (Venezuela): Arquidiócesis de Mérida.
Archivo Arquidiocesano de Mérida. Tomo III, Nº 13, julio-diciembre 1993,
pp. 28-48.
De aquí en adelante lo abreviaremos NT (Nuevo Testamento). Asimismo,
para referirnos al Antiguo Testamento utilizaremos AT.
12. Las fuentes documentales, bibliohemerográficas, orales y en línea deben
ir al final del texto, y citadas de la siguiente manera:
Documentales:
Archivo Arquidiocesano de Mérida. Sección 17 Cementerios. Caja 1 (1788-
1932), doc. 17-033, 3 ff.
Archivo Arquidiocesano de Mérida. Sección 45A Libros Parroquiales.
Ejido. Entierros 1º (1781-1821), 189 ff.
131
Archivo Arquidiocesano de Mérida. Sección 62 Visitas Pastorales. Caja

4, doc. s.n., 17 ff.
Archivo Nacional de Colombia. Sección I Colonia. Fondo 12 Colegios.
Tomo 3; ff. 479-492. Fascículo 106; ff. 231-239.
Bibliohemerográficas:
Libro: RUBIO MERINO, Pedro. Archivística Eclesiástica. Nociones Bási-
cas. Bogotá: Consejo Episcopal Latinoamericano. 1998, 268 pp. (Colección
Documentos CELAM, 151)
Artículo de revista: PORRAS CARDOZO, Baltazar Enrique. "Santiago
Hernández Milanés. Un obispo olvidado". En: Boletín Arquidiocesano.
Mérida (Venezuela): Arquidiócesis de Mérida. Nº 60, abril-junio 2001, pp.
113-123.
Orales (opcional)
Ana María Peña. Maestra, 32 años. Tabay. Estado Mérida, 10 de marzo de
1997.
Agricultor, 50 años. Mococón Alto. Mucurubá. Estado Mérida, 26 de mar-
zo de 2004
En línea
http://www.mundoarchivistico.com.ar/lestanitrab.asp
13. Los artículos y/o trabajos que cumplan con estas normas deben hacerlos
llegar con una carta dirigida al Director/a Editor/a del Boletín del Archivo
Arquidiocesano de Mérida, a la siguiente dirección:
Archivo Arquidiocesano de Mérida. Palacio Arzobispal. Av. 4 Bolívar, es-
quina calle 23 frente a la Plaza Bolívar. Apdo. 26. Mérida 5101-A. Telfs. 58
274 2525786-2524307. Fax 58 274 2521238. Mérida-Venezuela.
Correo electrónico: aamerida@gmail.com / museomerida@gmail.com
Portal: http://www.arquidiocesisdemerida.org.ve//Archivo_Boletin.asp
132

Bol. 42, Julio-Diciembre 2014

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Arquidiócesis de Mérida. Boletín del Archivo Arquidiocesano de Mérida. Tomo V. Nº 16. Enero-Diciembre 1996.

Mérida-Venezuela. ISSN: 1316-9173.

El Boletín del Archivo Arquidiocesano

Fue fundado en 1987 por el Obispo Auxi-

Mantenemos canje con publicaciones afi-

BOLETÍN DEL ARCHIVO

Dedicado al Excelentísimo Monseñor Doctor

BOLETÍN DEL ARCHIVO ARQUIDIOCESANO DE MÉRIDA

El fotograbado de la portada del Boletín ilustra la primera página impresa de la obra

Barbosa, Agustín (1590-1649): Prelado y jurisconsulto portugués, obispo de Ugento,

AUTORIDADES DE LA ARQUIDIÓCESIS DE MÉRIDA

Arzobispo Metropolitano de Mérida

BOLETÍN DEL ARCHIVO ARQUIDIOCESANO DE MÉRIDA

Personal Administrativo del Archivo

Personal Administrativo del Museo

TRADUCCIÓN DE RESÚMENES AL INGLÉS

Monseñor Baltazar Porras Gerente

El Pastor y el hombre que yo conozco

El Obispo formador de sacerdotes para el nuevo milenio

El septuagésimo cumpleaños de dos Arzobispos Antropólogos

Mons. Baltazar Porras Cardozo: prelado, intelectual y amigo

Baltazar Enrique Porras Cardozo: un obispo, un humanista, un

Mons. Baltazar Porras: Pastor y profeta

Mons. Baltazar Enrique Porras Cardozo: Bibliófilo y bibliólogo de

A tono con las circunstancias

Doble fiesta para nuestro amigo y gran pastor: Mons. Baltazar

Semblanza en versos para el Arzobispo de la Arquidiócesis de

Mons. Baltazar Enrique Porras Cardozo: Arzobispo Teólogo

Hombre extraordinario y obispo ejemplar. Mons. Baltazar Enrique

Segundo Obispo Auxiliar para Mérida. Mons. Baltazar Enrique

Acerca del lugar que le corresponde en el tiempo al trabajo cum-

Palabras de agradecimiento, por homenaje en honor a los 70 años

Espíritu e intelecto de vanguardia: pensamiento y obra de Mons.

CRÓNICAS, EVENTOS, NOTICIAS

Presentación del libro Ministerios. Sagradas órdenes y formación

Presentación del libro Espíritu e intelecto de vanguardia: pensa-

Con olor a oveja

Hoy Mons. Baltazar Porras cumple 70 años de vida

Felicidades Monseñor Baltazar Porras

Monseñor Baltazar Porras, un Arzobispo de fin de siglo y comien-

Eucaristía Gratulatoria por los 31 años de Episcopado y 70 de

NORMAS PARA LOS / AS AUTORES / AS........................... 130-132

Monsignor Baltazar Porras, Manager

The Pastor and the man I know

A Bishop who molds priests for the new millennium

The seventieth birthday of two Anthropologic Archbishops

Monsig. Baltazar Porras Cardozo: prelate, intellectual, friend

Baltazar Enrique Porras Cardozo: bishop, humanist, man of God

Monsig. Baltazar Porras: Pastor and prophet

Monsig. Baltazar Enrique Porras Cardozo: Bibliophile and

In tune with circumstances

A biographical Sketch in verse for the Archbishop of the Mérida,

Monsig. Baltazar Enrique Porras Cardozo: Archbishop and

Extraordinary man and exemplary bishop: Monsig. Baltazar Enri-

Second Auxiliary Bishop for Merida. Mons. Baltazar Enrique Po-

About where the performance, to date, of Monsig. Baltazar Enri-

Spirit and intellect at the vanguard: thoughts and works by Monsig.

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Presentation of the book: Ministries. Sacred orders and the

Presentation of the book: Spirit and intellect at the vanguard:

With the color of a sheep

Today Monsig. Baltazar Porras turns 70