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EL COJO ILUSTRADO Ano Xill 15 DE AGOSTO DE 1908 PRECIO DIRECTOR: ar EL COJO ILUSTRADO VALOR RUSO VALOR FRANCES modo y p les motivos en tod latitudes; si algana agrupacién de hom- bres difiere de los demas no. consiste tanto en el fondo de los. sentimientos sino en In manera eon que generalmen- te los dan a conocer. Hay ciertos doble- ces.en el. femperamento repetida frecuencia constituye la ia de cada pueblo. A veces es dificil d ese aire de familia, que sélo puede re- conocerse en un gesto, una pala acento. "Me vienen ahora 4 fa memoria dos de’ esos rasgos tipicos y auténticos Caraeteriza ef uno lo que tiene de mis airactivo el pueblo ruso: el poder de re- signacién y Ia_bondad fraternal; pinta el otro a lo vivo esa gracia espirilual fen el heroismo que es, puede Ia flor de Francia Refiriéme el primero una de las seio- ras de San Petersburgo que en 1877 Tue- ron a curar en las ambulancia nubio 4 los heridos de la guerra ruso- urea. Contaba. yo delante de esa per- sona no sé qué rasgo de brutalidad que me habia hecho formar triste del_moujik, a lo veza “Usted no los ha mue si bubiera presenciado una de ¢ thcenas, sabria Eunta grandeza de al se encubre bajo la rudeza de. nuestros aldeanos. Yo. pasé seis semanas en’ el hospital “de Nikopol en momentos en ue legaba el grueso de los heridos de Blewna 'y pude apreciar lo pac tros” valemos “en compa las virtudes de nuestro pueblo miento en todas. sus. formas, aun mas horvibles hacia estragos ei ccuerpos mutilados, Jas insuficiente {re ellos, necesilando servicios urgentes, tenfan que esperar largo rato ates de itendidos; por masque nos. mulli- ibamos no habia medio de que pu- semos,remedian todas sus. miserias Y sin embargo, no se oa una sola im: reeacién, nel mgs eve marmullo: Wa: riase dicho que era una asamblea de fildsofos estoicos. «Ah! esos no necesitan leer 4 Marco Aurelio para saber como cae In oliva ‘madura cuando le llega su hora. Tienen al menos una calidad que no pueden pegarnos, Jos mis) grandes, deltactoes Ia perfecta serenidad en la aceptacion de fa muerte. A menudo me han dicho médicos extranjeros que no. pueden simular su asombro al ver la tranqui- lidad con que dan el gran_ paso los ru- sos de toda edad, sexo. y_ condicidn. Nunea terror, jamais. la licha en acto tan sencillo: irse. Nuestras almas se van, como vuelven al marlas aguas den {tos rios, tranguilas, silenetosts, sin her- vores ni remolinos, en. inse clive. Entre los aldeanos especialmente hho hay excepciones a esta regla: el mis joven y el que parece mejor dolado para Ta vida se ‘despide de ella. como quien deposita una carga TMs de uno entre esos soldados ago- nizantes trataba de consolarme, asom- ado de mi pena cuando Hegaba a tora del adits "Vo tne pega pronto at esos nifios grandes; pero ay ho habia de ser por mucho tiempo! Uso entre todos. se habia ganado. mi caritio por la dulzura de su caracter que con trastaba con sus formas alléticas. Era uso de raza pura, dela. talla de Hercules, rostro expresivo y regular, ojos con pupilas dilatadas y brillantes de ful- gor concentrado; todo en. él recordaba €l tipo tradicional del Cristo eslavo, tal como nos lo pintan en las bovedas de nuestras iglesias. Una granada Te habia levado una pierna y poco después de Ja amputacion se_ presento. Ta gangrena. so me acercaba cada rate su ea: milla para. hablarle del pais. Ovan—ta era su nombre—era natural de un dis- Irilo del gobierno. de Kalouga donde tengo yo una posesién. Me conté que habia “dejado en la aldea una mujer jo- ven con dos hijitos; que no habian dado ii hacia diez’ y-ocho. meses. en el cuerpo de observacién colocado en la fron iletrado como todos los suyos, no habia tenido mas noticia de su casa, Un por el modo con. que lo omandante, comprendid que lo_y me hizo lamar. ina, usted que sabe bir, que ibirme una carta jiendo mis bienes? Ha legado Ia a voluntad, que a casa para su. la_huerla para re- os dos hijos; y con toda lied la superficie de cada ‘de me dijo el mentaba. ¥ que it noche. Volvi af lado dig le leyera ia car- ras que se Te esca- jos vislas, se incorpord en la ‘escuchar’ mej ado lle re ss dos hijos_ me interrumpio. des: pues de reflexionar unos minutos “me dijo: —«No, Helena Nikolai tres hijo mo? Me hablas dicho que dos. esriba tres elo empieza a embrollarle tas ideas, me die *Y guise continua la lectra.-De nue: vo! me interrumpio resuellamente "Le ruego que escriba tres. Hay otro wie nacié ef mies pasado justamente e ince San Mig Lo sé por tin recluta de mi pueblo, an soldado que encontré-aqut "2. PORTOULT HURTADO. UNA ESTEPA DEL NAZAS i Niun verdecito alcor, ni una pradera! de mi vista enfrente, lente, Tan sélo mit la Hlanura sin fin, seca y a donde jamds reind la primavera Rueda el rio monstono en Ia austera cuenca, sin un cantil, ni una rompiente: 1 tras del horizonte, el sol poniente, cual la boca de un horno, reverbera. Y enesta gama gris que no abrillanta ningin color; agui.do el aire azota ‘con igneo soplo I= reseca planta, ‘Sélo, al romper su cércel, a bellota fee pajizo algodonal ievanta de su candido alrén la blanca mota mascmt sos OFHON. EL €0JO LLUSTRA DO, 510 EL ©0J0 ILUSTRADO SIMON BOLIVAR 0 regalo de Minerva, ni labor de aureo estilo Iu- irk mi prosa, mi pro- letariaofrendaal hombre supremo que la. Patra, convulsiva y tropical, ha Producido. ..... Andan lejos de mi’ pluma seve- nidad de critica y dell- beracién de juez. Yo noemplazo & ese hombre, Ni vitupero sus faltas, ni eondeno sus delitos. Enpresencia de la amplia rayectoria centellante de su vida, canto; y para los. nublados que la eclipsan, tiene mi orgulloso patriotismo deplora- ign silenciosa..... Si anatemas para Bolivar, 4 quin las parias? Malamente harfaelalma au {éctona en increpar los grandes timbres de la terra—cuando en nuestras.turbias cronicas es ‘cosecha el triunfo para lo {also y lo nimio y fué arbitro lo pequeri, eternamente erguido so- bre elsolio en actitudes. bizantinas....Quede el augusto ministerio de la Historia. constituida fen tribunal para los que llevan el crimen y la vileza en la voluntad, indigentes de conciencia, facinerosos purpurades . .. Pero si la espada dde fuego roza la pradera, pasando & su filo las marefis, la selvética vegetacién perniciosa, quedarian por aceso muchas. encinas vigoro- 2s, cedros como los cel sirio monte, en toda su épica majestad, ricos de balsamo y perfume? Bolivar es nuestra contribucién mas. profunda- mente trascendental 4 la riqueza de gloria y Progreso que las razas atesoren. Comprobado fest que solo él tuvo razén en su tiempo y_si guié fenléndola en la. medida histériea, ante las onsecuencias de los yerros entonces cometidos Yy porluengo espacio prevalecientes . . . El se Gestaca con proporcién excepcional, como un alto pino sembredo en la pampa unilorme, En supresencia, el hierro del péstero.lefador va cila y para Veso en ia historia sanclonada Ia jusicia del ‘Are6pago para la gente helénica, tipo de. ga Mardia mofal y de fisica belleza, cuyos Ar- Contes fueron encarnacién del alma nacional, el espirits selecto que dejS perdurendo en el arte vietoriosas lineas, y en la. ciencia concep- tos radicales . . . Vibran atin en la coneiencia hhuména les dictémenes del Fero en la. ciudad tinica que fundé el Derecho instituyé el Poder sobre la virtud y el patriotismo . . . Chasquea €lflajelo clésico sobre el torso de los _césares, flora deforme de una gran. civilizacién estan. cada, monstruosos frutos del personalismo en el focio - . » Esculpen los buriles en la gloria del imarmel el ejemplo de los cénsules, de los. ti ‘unos y pretores que supieron lo que. significa a Patria y honraron a su pueblo elevando la propia cignidad . . . Pero en nuestros pobres ‘medics, ante la ‘Serle secular de dias esteriles tltrajados porel mal y llenos de doler, ante la triste nivelacién tradicional de Seyanes acucio. 05 siempre risuefios, gqué hace la pluma, cuando rehacia & formular la jacobina conta, tase bajo el espiritu que la mueve lansioso de grandeza sofiada, sino trazar el con- epic litico en el deslumbramiento de esa vida hheroica, turbulenta, fulgurante? Asi, no la cen. sura, sino la admiracién dbrase camino en el nimo al reconstituir la grande época, al reme- ‘morer al batallador aquél, rodeado de las cir- ‘eunstancias que concurrieron en su lucha y en ‘su empresa; pues en la constante zelatividad de las cosas humanas, esas circunstancias va- len para medir la intensidad del esfuerz0, la magnitud de la obra; de aquella obra. confem- Plada con encanto por la Europa liberal, por (que (a libertad del nuevo mundo esta expe: Fanva del muiverso.. .¥ pata eso fué la gran labor. Cuan fecunda Y~brillante carrera! ;Cudnta gloria en una vida y cudntos homéricos traba- Jos! Fundar naciones, magna_empresa; pero ‘emancipar puebles, quebrantar la coyunda que 4 secular impersonalidad los. sujeta, resiuirios al goce de su soberania rediviva, es poner el manto estrellado de losublime sobre el humano empefio. . . Recojamos las paginas de bron- ‘ce en que Simén Bolivar escribié ... . gCudl asunto mejor, en los veneros del tiempo ido? Hablemos largamente del hombre egregio, oh contempordneos! Planteada fu la gran cuestién continental : 1810 abria el sangriento al par que esplendoro- so paréntesis que’ 1830 debia cerrar.. Estaba JaPatria moribunds, exangie ya bajo la cuchilla de Monteverde. De pronto en las clmas del caso, amadas del crepisculo, comparece mi- diendo con su ojo de ave herdldica el extenso escenario, un hombre que trae los. signos del ‘misterioy del Ideal en la fren'e, el rayo en la diestra: es el artifice omnisapiente por el Des- tino sefialado para labrar en a carne de Amé rica el poema prodigioso; es el hombre que tiene la cabeza de los milagros.y ta tenga de las maravillas. *) La lucha comienza . . . Eterno_proscripo, fué el batallador eterno: peregrino permanente que no conocié la paz. que nunca desciné la espada, ni concedié vager a Ia pluma diaman tina con que fulminé las. innumerables érdenes de muerte, con que trazd los sabios decretos de feorganizacién, las proclamas. deslumbrantes ‘cual relampagas, poderosas como estallido elge- trico; los razonables estatutos—modelos hasta hhoy menospreciados en la teoria de la. legisla- cidn por una raza irellexiva y adoptados en i Practica por gobernantes de hecho; los vali- mmenes de oratoria y Iteratura epistolar, obras preciosas de elocuencia y arte, que sorprenden al lectory son encanto y prez de los anales que ‘avaloran. ; Qué abundancia en tal aceivo! Lanzado en el combate, mestré el. Liberta- or la revelacién activa de la sensibilidad que entra exasperdndose en el pugilato de una Re- voluctén; éié toda su alma fina y fuerte para laborar por medio de Ias armas el progreso Dié toda su alma, pero tal vez no did todo sa Pensamiente. 2 Explané jamas 4 sus compafe fos y amigos, & su pueblo, el plan intimo y fin de su cabeza, laboratotio voleénico? No vivié él aislado en la altura de su objetivo como tun dguila? Nadie le negard 4 exe admirable hombre, he cho como ef fuego del cielo, para brillar en me= ‘tio de tas iempestades (29) el valor, la ab. negacién, la noble y justificada audacia. Y aquel talento suyo, que resplandecia en Ia sibita y amtiesgada combinacién de movimientos en una ‘campana, dla cabeza de tales soldados, cia vida alargaron coutenares de victorias hasta el érmino del muudy; aquella inteligencia viva y amplia, donde con’holgura cupieron la erudi- cin literaria y flleséfica, Ia vasta concepcién del Estado moderno, de las leyes humanas y de los fines dela civilizacién, ¢quién asa discu- tiselos ? A su intrepidez Igualaba su longanimidad, Iban los adversaries en los. ejéreitos que com: batia y estaban también bajo sus propias ban- eras tricolores. En la sucesién procesal de triunfos y derrotas que su carrera sefiald en a geografia americana, se ve, asi como la estela {e su genio, siempre imperieso y rutilante, la ‘marca dela contrariedad, sombra enigmatica ue va siempre junto al benélico propésito del hombre; se reconoce 4 cada paso la. vigorosa Iniciativa de su espiritu de excepcién, lo mismo que se revelan con desconsoladora evidencia ‘=) Cee Aeon (oo Bara los infaustos estigmas que hubieron de caracte- rizar en lo futuro la ciclépea empresa! ¥ todo lo previé. Asi como era su constancla igual 4 su energia y fueron siempreen él paralelas la actividad y la eficacia por el camino de Ia glo- tia, acumulése también en. su alma todo. el desengato de la época y todo el dolor del por- venir! Mucho oro, y rosas. y oropeles, que esparcié la fantasia de los poetas y la imaginacion de las infantles multitudes, en el prurito dela lex yenda, ocultan faces curiosas del hombre y de sus hechos. Y sin embargo, en tales asuntes la verdad es més bella que el arte de embellecer la mentira. ¢No es. mas interesante y prove. choso que admiremos despreocupadamente al hombre en toda su integridad humana, al hom- bre de certeza y sinceracién, como’ aquellos amados por Carlyle? Algo va ganando el tiem- po actual desde que nuestro grande {undador hha principiado 4 lucit sin aureolas de. papel dorado. . . Y al tralar de verlo como él es, {no quedamos sobrecogidos ante la verdad de- Su fuerza, ante la capacidad de eu aptitud ? Pero tiene seducciones !a leyenda... Héblanos ella de los dias en que ei hombre del porvenir realizaba visjes de estudio y de placer por el mundo trasatlantica. Era cusndo Nenaba todo el cielo Ia enorme fulguracién emocrética que tluminé la ruta. para la tra: vesia de los siglos. Yen el. alma tumultuosa del joven criollo, naciente apenas & la vida in- telectual, brotaba ya su florescencia la honda ‘morbosidad que incubé y quizds determing. su genlo. Ante el jefe de la iglesia catdlica negése 4 tendir el acostumbrado homenaje genuflexo., En su mente dla sazén dilecta de los posti- lados subversives, étos Invadieren con extrafa impetuosidad. Veréis tal episodio lucir en las posticas narraciones que la. familia americana lengarzé 4 gulsa de bello prélogo al. drama rea. lizado ; lo mismo que un cierto rasgo de lirea hhermosura, de amable valentia espiritual que le inspiré_Ia‘iustre colina, consagrada baluarte y ‘simbolo de oposicién y rescate por el gran puc- blo oorimido. En aguella vieja altura, sitio de peregrinacién para las generosas fantasies, él records la tierra en servidumbre que no era la Patria sofiada; y colmando su visién con los recuerdos y su mirada adolescente con el. for. ‘midable espectéculo de Ia inmortal ciudad. que ‘iin domina el mundo por sus analesy sus ¢6- igos. pronuncié aquella palabra que estd to- davia resonando por los tempos, como un grt de alarma sobre una cumbre . .. ¢Leyenda? eTradicién? Ellas embellecen la ‘historia y Son como la poesia de las grandes existencias YY {qué dos presagios! El primero, acto de re- beldla,no ya contrauna autoridad politica, sino contra la autoridad intangible y que no se dis. cute; el otro, juramento que broté en sus lac bios como una flor de epopeya, fué la. inicial fevelacién de su destino. 4 Qué pensar de tal Joven y de tal idea? Ved: hay palabras tan sonoras que vibran largamente por el cielo por latierra cual toque de llamada de un la rin 4 los batalladores de la Justicia... Y quella palabra es gloriosa como el niicieo de ‘un cometa, es la clave de una vida fecenda, la sintesis de una transformacién, a_génesis de tuna grandeza! El grito asombroso de la guerra ‘4 muerte, responde al voto del Monte Sacro la apocaliptica proclama de Trujillo, es la afir- macién del juramento de Roma! . Con Simén Bolivar no hablemos de libertad, Es cierto que no podria, él ni nadie en su. tue gar, contestarnos satisfactoriamente. Por amor al bien, ltuvo sin duda el odio al mal, Ese ‘odio que le hizo cruel fue, lo mismo que el pa- decimiento de su sexual susceptibilidad,lo mis- EL Cogo ILUSTRADO aut mo que. su_pasién por el bello difecto de ta naturaleza (*), profundo y violento, como to- dos. Ios sintomas de su neurosis, como todas las manifestaciones de su genio. La heroica figu rade Bolivar se levanta en las encendidas lon- tananzas de la historia, bre un vasto campo scombrog, cadaveres y duelo. . | Extra ‘ha, compleja y dolorosa labor! En el cérdeno hotizonte, decorado por un crepisculo de san- Gre, se dibuja el aguileno perfil del hombre de la guerra y del progresocon un nimbo sider, blandiendoen lamano inflexibleel hierro, como centella que mata y purifies. Proceso inevita- bile del ideal, que surge, como Ia. luciente ma riposa de Ia larva, como el irs de la tormenta, como del fuego la luz, como la inmortalidad dela muerte! La reflexién aténita va, como dentro de un cerco nunca salvado, del uno al otro de estos dos extremos que se enlazan 4 la par y compenetran, que contienen y_sefalan las leyes ineludibles de la vida: la. aspiraciin de paz y amor, la espada que inunda en san- gre las humanas perspectivas !_ En la Inmuta- ble suerte preside el decreto siniestro de ese enlace, y como emerge del dolor la poesia, debe ideal Surgirtrunfante de la roja mar de a con Wienda! Empero, una honda angustia, una tris- teza_ sin remedio, conflicto temeroso. entre la razén y la sensibilidad, sufre el alma compa- siva, el pensamiento piadoto en presencia de esa pragmdtica irrevocable de dela vida. gPor qué, j coyunda, la torpe y brutal esclavitud en la ex ton. plotacién y Ia bajeza vinculada, para que sea necesario cortarla con el sable? Por qué esté escrito que deben los Libertadores ser gloriosos pero crueles? ;Que oposicién entre Marco— ‘Aurelio, césar que amsba la paz, filésofo que reind sohando en la perfeccién de los hombres, yet hijo de Caracas que desenfunda el acero y Gerrama 4 chorros la sangre para emancipar Gentes, dicta cédigos estrechos, leyes como Dracon para fundar palrias,establecer Repu: bilicas € iniciar en suelo virgen y peimitiva po- Dlacién h:terdclta el ejercicio del derecho y el desarrollo de la civilizacién ! Por qué. tan oliente destino ; oh numen de Ia Historia? He invocado al lamentarme la razén, y ella no fs sine a facultad de concebir, de comprender las cosas, no como deseamos que sean en el fensuefo de las almas buenas, sino como son en realidad y deben ser por obra y virtud de las leyes eternas que rigen la universal me- Efectivamente, Bolivar legé 4 ejercer una vasta ¢ intensa autoridad y presto. vidsela de- generar en despotismo: pero hé aqui que el pensador se detiene ante el adverso allo, pues quella dictadura intransigente y brava, que no sélo era inherente 4 su misiény necesidad de los tiempos, sino también quizds fruto de su virtud, estaba como la del hombre de la uma nidad, encaminada al bien, tba. derecho, como la aguja al polo, hacia lo grande, Io til lo fe- cundo. Silo meditiis, veréis que otro método hhubiera sido absurdo, que diferente politica hu biera sido estérl y que mandando de distinto modo, se habria presenclado uno de los més dolorosos espectéculos del mundo: manchas 4e ridiculo sobre la cldmide ensangrentada de la heroica Nacién. Yen verdad, el despotisma de los grandes hombres no es tanta mengua. Labor de dictadura es labor de videntes almas enérgicas y adelante de cada agresién del des- potismo creador va, casi siempre, como una an- torcha, una idea que alumbrael porvenir, un pen- samiento prézido para el género humano. Descartemos el ditiambo ficioso y venal, y bbusquemas en los. elocuentes veredictes de la historia, en los sinceros testimonios dela razén y la conciencia, a gloria de la finalidad perse- guida, el provecho de los resultados précticos. Alejémosnos de Ia aberracién de Bruto y del oprobio de las tiranias estérles, para admirar ccémo el dnlm> retemplado de los grandes tiun- fadores arranca patrias redimidas y egregiae de Ja humana materia prima, bien ast coma del barro forma el inteligente modelador la estatua, Conjunto de belleza espiritual y de pldstica be- Iieza! Es comprobacién de la historia que siempre hubieron menester los pueblos de es- tos formidables pastores agresivos, que suman en la potencia de su alma y en la eficacia de Ia accidn,el alto pronéstico de los civilizadores y Ta violencia imperativa de los domiaadores. {No es todo grande hombre un conguistador, tun absolutista, que cumple su gestacidn y llega completo 4 la vida con las {uereas necesarias para alcanzar Ia. plenitud de su poder y el Femate de su obra? Comparad esas grandes ‘condensaciones virles con los nonatos de la Historia: cabecillas andmicos, histones que se yerguen cuanto alcanzan y ao ven la vida nt ter siz EL (0JO ILUSTRADO et porvenit, malhechores de Ia hampa sin ideal ‘i trascendencia, simples degenerados qve ha en el daioy se sumergen on oprbio por mera Inclnacin fioligica =.= Pero cuando legs tingrance hombre, jqud espectaculo! Viven lon pueblos ena pueridad se halaga na pa- ones palatinas en medio. de una Savalided Metoriosa; hacen feria indigna los monigotes Sociales, los especuladores del éxito, en une instimosa nvelaciéntrémula; los patanes ma: Jestuosos abofetean el Heal y el Dolor, y Ia Patria, y el Porveni, se repliegsn en In som bea» Improvio’ legs el Trsbajador:reca- Dacia iargamente sobre las eyes e In Histon, onde a mirada hacia adelante, jaa. con la maravilosafijeea de lo inconirastable en Ios Iejanos pales del ensueno, toma en sus mila- sTesas manos de artista toda esa misera, todo fee ber compuesto de carne enferma, de li rimas y sangre. y cuando la humanidad mira, ene delante una obra maestra de civilzatin {Paeo 4 los grandes taciturnos que vienen 4 ineciter, 4 legislar, 4 cre {No! No. nacen & destiempo los potentes hombres dominadores,pese & nuestras “utopies juveniles; ellos vienen en medio de una tem fad 4 ejecatar designs atentes en la propia fsencis Gola vida, en Ia naturalezaGe las cosas, zYerran? El error y ei aclerto, fotes parejos Son en la intligencia. humana, seguro l'une, precario el otto: st vemos Ia ver. dad ex sempre lejoe de nosowos,como In tierra de Candan tras el mar Rojo. En in vida basta ser hombre de conclenciay trabajar por cl bien para ser hombre de verdad.

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