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ANEXO 1

“SOMOS LO QUE COMEMOS”, esta expresión encierra todo un lema


de vida

Seguro que has escuchado esta expresión en numerosas ocasiones: “Somos lo


que comemos”.

¿Qué se te pasa por la cabeza al escucharlo? Son palabras con un significado


mucho más importante del que habitualmente se piensa. Vamos a ver todo lo que
se esconde detrás de esta certeza y a prestar especial atención en todo lo que nos
quiere decir.

1. La alimentación es un proceso voluntario a través del cual escogemos e


ingerimos los alimentos que vamos a comer. La elección de lo que comemos y
cómo lo comemos es muy compleja y es un reflejo de nuestras actitudes hacia
nuestro entorno y hacia nosotros mismos. Denota si somos conscientes de
nuestras propias acciones, pensamientos, sentimientos y motivaciones. El
momento de alimentarnos es una mirada hacia nuestro interior, un momento de
introspección para observar y analizar nuestras conductas, nuestro estilo de vida,
nuestra salud y nuestra felicidad.

Una oportunidad para experimentar placer a través de una experiencia emocional.


Un encuentro que viene condicionado por las personas con las que lo
compartimos, por el entorno que lo rodea, por la atención que prestamos a las
sensaciones en cada bocado, por las razones que nos empujan a tomarlo.

“Lo que comemos es salud integral; salud en la dimensión física, mental,


emocional y espiritual”

2. Una vez ingeridos los alimentos se acaba la alimentación y empieza la


nutrición, que podemos definir como el proceso inconsciente e involuntario por el
que el organismo recibe y transforma las sustancias nutritivas que le damos
a través de lo que comemos.

A día de hoy no cabe duda de que lo que comemos es clave para alcanzar y
mantener un funcionamiento óptimo del organismo, conservar o restablecer la
salud y protegernos frente a la aparición de futuras enfermedades.
 

“Lo que comemos es vida, es energía y nutrientes para poder vivir”

 3. Pero, además, nuestro comportamiento alimentario influye en las


decisiones de los que nos rodean. El ejemplo más claro es el de los más
pequeños, que imitarán y adquirirán los hábitos alimentarios que se siguen en
casa.

A su vez, la sociedad entera influye en lo que nosotros comemos: las políticas


alimentarias, las campañas de educación nutricional, el consumo colectivo, la
oferta gastronómica, la disponibilidad de alimentos, la industria alimentaria, el
entorno geográfico, la publicidad y el marketing, la moda y podríamos seguir
citando infinidad de condicionantes…

“Lo que comemos es compromiso, concienciación, responsabilidad


individual y colectiva”

4. Lo que comemos es además un signo histórico y cultural. A través de lo


que tenemos en un plato podemos conocer un país. Cada pueblo posee unos
hábitos alimentarios que significan un comportamiento cultural propio y
característico. Un ejemplo claro lo tenemos en nuestra “Dieta Mediterránea”

“Lo que comemos es patrimonio cultural”

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