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MONOGRAFIA:
ESTRÉS, LAS PRINCIPALES ENFERMEDADES PSICOSOMATICAS
Y SINDROME DE BURNOUT
Noviembre 2018
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INDICE
Caratula ………………………………………………………. 1
Indice …………………………………………………………. 2
Introducción ………………………………………………… 3
Contenido …………………………………………………… 4 - 23
Conclusiones ………………………………………………… 24
Bibliografía ………………………………………………....... 25
Diccionario …………………………………………………… 26 - 27
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INTRODUCCION
Es estrés es una enfermedad causada por las problemáticas sociales, las cuales nos
acompañan desde el principio de nuestra historia. El estrés ha causado, causa y causará
problemas de tipo nervioso e incluso hasta la muerte de quienes la padecen y no saben
cómo sobrellevarla.
El presente trabajo de investigación brinda una visión de las causas y tipos de esta
enfermedad, se enfoca en tratar de evitar situaciones que nos produzcan stress o en su
defecto saber sobrellevarla y no permitir que afecte nuestras vidas de tal forma que
dependamos de ella.
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EL ESTRÉS
CONCEPTO DE ESTRÉS
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El termino estrés deriva de la palabra griega stringere que significa apretar.
El estrés es una sensación que creamos al reaccionar a ciertos eventos. Es una presión o
tensión nerviosa. Es la manera en la que el cuerpo se enfrenta a un reto y se prepara para
actuar ante una situación difícil con enfoque, fortaleza, vigor y agudeza mental.
Los eventos que provocan el estrés cubren una variedad de situaciones - desde verse en
peligro físico hasta hacer una presentación en clase o tomar un semestre con la
asignatura más difícil u otro evento que genere preocupación y/o alguna sensación
similar.
Todo el mundo se siente estresado de vez en cuando. No todo el estrés es malo. Todos
los animales tienes una respuesta de estrés, y puede salvarles las vidas. Pero el estrés
crónico puede causar daño tanto físico como mental.
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El estrés es un agente que en la actualidad se hace evidente en gran medida dentro del
ámbito estudiantil y muchas veces infiere como una carga sumamente pesada con la
cual debe lidiar el joven. Según los psicólogos en la adolescencia y es que es la
transición de infancia a ser adulto, es una etapa muy complicada. Sobre todo porque
empiezan a vivir situaciones propias de una persona mayor, sin tener todavía
los recursos necesarios para superarlas.
TIPOS DE ESTRÉS
El manejo del estrés puede resultar complicado y confuso porque existen diferentes
tipos y cada uno cuenta con sus propias características, síntomas, duración y enfoques
de tratamiento.
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Por otra parte, están aquellas personas que tienen estrés agudo con
frecuencia, cuyas vidas son tan desordenadas que son estudios de caos y
crisis. Siempre están apuradas, pero siempre llegan tarde. Si algo puede
salir mal, les sale mal. Asumen muchas responsabilidades, tienen
demasiadas cosas entre manos y no pueden organizar la cantidad de exigencias
autoimpuestas ni las presiones que reclaman su atención. Parecen estar perpetuamente
en las garras del estrés agudo.
Es común que las personas con reacciones de estrés agudo estén demasiado agitadas,
tengan mal carácter, sean irritables, ansiosas y estén tensas. Suelen describirse como
personas con "mucha energía nerviosa". Siempre apuradas, tienden a ser cortantes y a
veces su irritabilidad se transmite como hostilidad. Las relaciones interpersonales se
deterioran con rapidez cuando otros responden con hostilidad real. El trabajo se vuelve
un lugar muy estresante para ellas.
La personalidad "Tipo A" propensa a los problemas cardíacos descrita por los
cardiólogos Meter Friedman y Ray Rosenman, es similar a un caso extremo de estrés
agudo episódico. Las personas con personalidad Tipo A tienen un "impulso de
competencia excesivo, agresividad, impaciencia y un sentido agobiador de la urgencia".
Además, existe una forma de hostilidad sin razón aparente, pero bien racionalizada, y
casi siempre una inseguridad profundamente arraigada. Dichas características de
personalidad parecerían crear episodios frecuentes de estrés agudo para las
personalidades Tipo A. Friedman y Rosenman descubrieron que es más probable que
las personalidades Tipo A desarrollen enfermedades coronarias que las personalidades
Tipo B, que muestran un patrón de conducta opuesto.
Otra forma de estrés agudo episódico surge de la preocupación incesante. Los "doña o
don angustias" ven el desastre a la vuelta de la esquina y prevén con pesimismo una
catástrofe en cada situación. El mundo es un lugar peligroso, poco gratificante y
punitivo en donde lo peor siempre está por suceder. Los que ven todo mal también
tienden a agitarse demasiado y a estar tensos, pero están más ansiosos y deprimidos que
enojados y hostiles.
Los síntomas del estrés agudo episódico son los síntomas de una sobre agitación
prolongada: dolores de cabeza tensos y persistentes, migrañas, hipertensión, dolor en el
pecho y enfermedad cardíaca. Tratar el estrés agudo episódico requiere la intervención
en varios niveles, que por lo general requiere ayuda profesional, la cual puede tomar
varios meses.
A menudo, el estilo de vida y los rasgos de personalidad están tan arraigados y son
habituales en estas personas que no ven nada malo en la forma cómo conducen sus
vidas. Culpan a otras personas y hechos externos de sus males. Con frecuencia, ven su
estilo de vida, sus patrones de interacción con los demás y sus formas de percibir el
mundo como parte integral de lo que son y lo que hacen.
Estas personas pueden ser sumamente resistentes al cambio. Sólo la promesa de alivio
del dolor y malestar de sus síntomas puede mantenerlas en tratamiento y encaminadas
en su programa de recuperación.
c. Estrés crónico
Si bien el estrés agudo puede ser emocionante y fascinante, el estrés crónico no lo es.
Este es el estrés agotador que desgasta a las personas día tras día, año tras año. El estrés
crónico destruye al cuerpo, la mente y la vida. Hace estragos mediante el desgaste a
largo plazo. Es el estrés de la pobreza, las familias disfuncionales, de verse atrapados en
un matrimonio infeliz o en un empleo o carrera que se detesta. Es el estrés que los
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eternos conflictos han provocado en los habitantes de Irlanda del Norte, las tensiones
del Medio Oriente que afectan a árabes y judíos, y las rivalidades étnicas interminables
que afectaron a Europa Oriental y la ex Unión Soviética, así podemos citar varios
ejemplos.
El estrés crónico surge cuando una persona nunca ve una salida a una situación
deprimente. Es el estrés de las exigencias y presiones implacables durante períodos
aparentemente interminables. Sin esperanzas, la persona abandona la búsqueda de
soluciones.
Algunos tipos de estrés crónico provienen de experiencias traumáticas de la niñez que
se interiorizaron y se mantienen dolorosas y presentes constantemente. Algunas
experiencias afectan profundamente la personalidad. Se genera una visión del mundo, o
un sistema de creencias, que provoca un estrés interminable para la persona (por
ejemplo, el mundo es un lugar amenazante, las personas descubrirán que finge lo que no
es, debe ser perfecto todo el tiempo). Cuando la personalidad o las convicciones y
creencias profundamente arraigadas deben reformularse, la recuperación exige el
autoexamen activo, a menudo con ayuda de un profesional.
El peor aspecto del estrés crónico es que las personas se acostumbran a él, se olvidan
que está allí. Las personas toman conciencia de inmediato del estrés agudo porque es
nuevo; ignoran al estrés crónico porque es algo viejo, familiar y a veces hasta casi
resulta cómodo.
El estrés crónico mata a través del suicidio, la violencia, el ataque al corazón, la
apoplejía e incluso el cáncer. Las personas se desgastan hasta llegar a una crisis
nerviosa final y fatal. Debido a que los recursos físicos y mentales se ven consumidos
por el desgaste a largo plazo, los síntomas de estrés crónico son difíciles de tratar y
pueden requerir tratamiento médico y de conducta y manejo del estrés.
Las personas bajo estrés crónico sufren infecciones virales más frecuentes graves, como
gripe o resfriado común, otros pueden tener dolores de cabeza, insomnio, depresión ira e
irritabilidad.
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d. Estrés Traumático
Que ocurre cuando se encuentran en peligro de ser gravemente herido o de morir. Los
ejemplos incluyen un accidente grave, guerra o un desastre natural. Este tipo de estrés
puede causas trastorno de estrés postraumático
e. Estrés postraumático
El trastorno de estrés postraumático TEPT es una enfermedad real. Es posible sentirlo
después de vivir o ver eventos traumáticos como la guerra, huracanes, violaciones,
abusos físicos o un accidente grave. El trastorno de estrés postraumático hace que se
sienta estresado y con temor luego de pasado el peligro. Afecta su vida y de su entorno.
Este tipo de estrés puede causar problemas de la siguiente índole:
Flashbacks o el sentimiento de que evento está sucediendo nuevamente
Dificultad para dormir o pesadillas
Sentimientos de soledad
Explosiones de Ira
Sentimientos de preocupación, culpa o tristeza
El TEPT comienza en momentos diferentes dependiendo de la persona. Los síntomas de
trastorno pueden empezar inmediatamente después del evento traumático y permanecer.
Otras personas desarrollan síntomas nuevos y más serios en meses o hasta años más
tarde. El trastorno de estrés postraumático le puede afectar a cualquiera, incluso a niños.
El tratamiento puede incluir terapia de conversación, medicinas o una combinación de
ambas. El tratamiento puede tomar de seis a doce semanas. Para algunas personas,
puede ser algo más.
Las formas de sentir estrés son diferentes maneras. Algunos experimentan síntomas
digestivos. Otros pueden tener dolores de cabeza, insomnio, depresión, ira o
irritabilidad.
ESTRÉS EN EL EMBARAZO
Es común sentirse estresada durante el embarazo. Pero el estrés excesivo puede crearle
incomodidad. El estrés puede causarle problemas para dormir, dolores de cabeza,
pérdida del apetito o comer en exceso.
Los altos niveles de estrés que se mantienen durante mucho tiempo pueden provocar
problemas de salud, como alta presión arterial y enfermedad del corazón. Durante el
embarazo, este tipo de estrés puede aumentar las probabilidades de tener un bebé
prematuro (nacido antes de las 37 semanas de embarazo) o un bebé con bajo peso al
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nacer (pesa menos de 5½ libras). Los bebés que nacen demasiado pronto o demasiado
pequeños corren mayor riesgo de tener problemas de salud.
Las causas del estrés son distintas para cada mujer, pero éstas son algunas causas
comunes durante el embarazo:
El estrés no es del todo malo. Si se controla bien, un poco de estrés puede ayudarle a
afrontar nuevos retos. El estrés normal durante el embarazo, como fechas límites de
trabajo y el tránsito congestionado, probablemente no se sume a los problemas del
embarazo.
Sin embargo, los tipos graves de estrés durante el embarazo pueden aumentar sus
probabilidades de sufrir ciertos problemas como el parto prematuro. La mayoría de las
mujeres con estrés grave durante el embarazo pueden tener bebés sanos. Los tipos
graves de estrés, como por ejemplo:
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No se entienden por completo los efectos del estrés en el embarazo. Pero ciertas
hormonas relacionadas con el estrés pueden desempeñar una función en causar ciertas
complicaciones del embarazo. El estrés grave o de larga duración puede afectar a su
sistema inmunitario, que la protege de las infecciones. Esto puede aumentar las
probabilidades de contraer una infección del útero. Este tipo de infección puede causar
el parto prematuro.
¿Pueden los altos niveles de estrés durante el embarazo perjudicar a su bebé más
adelante en la vida?
Algunos estudios muestran que los altos niveles de estrés en el embarazo pueden causar
ciertos problemas durante la infancia, como problemas para prestar atención o temor. Es
posible que el estrés también pueda afectar al desarrollo del cerebro o sistema
inmunitario de su bebé.
Descubrir que le causa estrés y hable con su pareja, familiar, una amiga o su
profesional de la salud sobre su problema.
Sepa que los malestares del embarazo son sólo temporales. Pregunte a su
profesional cómo manejar esos malestares.
Mantenga su salud y buen estado físico. Coma alimentos sanos, duerma lo
suficiente y haga ejercicio (con la aprobación de su profesional). El ejercicio puede
ayudar a reducir el estrés y también contribuye a prevenir los malestares comunes
del embarazo.
Reduzca las actividades que no necesita hacer.
Forme una buena red de apoyo, incluyendo a su pareja, familia y amigos. Pida a su
profesional recursos en la comunidad que puedan ayudarla.
Pida ayuda a las personas de su confianza. Acepte la ayuda cuando se la ofrezcan.
Por ejemplo, puede necesitar ayuda para limpiar la casa o quizás desee que alguien
la acompañe a sus visitas prenatales.
Pruebe actividades de relajación, como yoga prenatal o meditación.
Tome una clase de preparación para el parto para que sepa qué esperar durante el
embarazo y cuando su bebé llegue. Practique las técnicas de respiración y relajación
que le enseñaron en la clase.
Si trabaja, planee con anticipación para ayudar a usted y a su empleador a
prepararse para su ausencia del trabajo.
Si cree que puede estar deprimida, hable de inmediato con su profesional de la
salud. Hay muchas maneras de enfrentar la depresión. Conseguir tratamiento y
psicoterapia temprano puede resultarle de ayuda.
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Alostasis es el proceso por el cual el cuerpo reacciona al estrés, ya sea agudo (a corto
plazo) o crónico (a largo plazo).
La reacción más conocida al estrés agudo es la de “lucha o fuga” que surge cuando se
percibe una amenaza. En ese caso, la reacción al estrés hace que el cuerpo envíe varias
hormonas (por ejemplo, cortisol y adrenalina, también llamada epinefrina) a la
circulación sanguínea. Estas hormonas aumentan su concentración, capacidad de
reaccionar y fuerza. También aceleran los latidos del corazón, aumentan la presión
sanguínea, refuerzan el sistema inmunitario y agudizan memoria. Después de enfrentar
estrés a corto plazo, el cuerpo regresa a la normalidad.
Sin embargo, el estrés a largo plazo o crónico presenta un problema. Si usted
frecuentemente enfrenta desafíos, el cuerpo constantemente produce un nivel más
elevado de hormonas de estrés y no tiene tiempo de recuperarse. Estas hormonas se
acumulan en la sangre y, con el tiempo, pueden causar serios problemas de salud.
Cuando siente estrés de corta duración puede sentir ansiedad, nerviosismo, distracción,
preocupación y presión. Si el nivel de estrés aumenta o dura por más tiempo, puede
tener otros efectos físicos o emocionales:
Cansancio excesivo, depresión
Dolor o presión en el pecho, palpitaciones rápidas
Mareos, temblores, dificultad para respirar
Irregularidades del ciclo menstrual, disfunción eréctil (impotencia), pérdida del deseo
sexual
Estos síntomas también pueden llevar a que pierda el apetito, coma en exceso o tenga
dificultad para dormir, todo lo cual puede afectar gravemente la salud. Generalmente los
síntomas son leves y pueden aliviarse por medio de técnicas para sobrellevar la
situación, tales como aprender a relajarse, apartarse por un tiempo de las cosas que le
causan estrés y hacer ejercicio. Sin embargo, si los síntomas son severos, es posible que
necesite ayuda médica para poder identificar la raíz de su estrés y la mejor forma de
manejarlo.
Puede tomar medidas prácticas para reducir el estrés. El ejercicio moderado y frecuente
mejora el proceso mental y estado de ánimo. Entre otras estrategias están relajarse,
dormir bien por la noche y buscar el apoyo emocional de familiares y amigos. También
puede reducir los efectos a largo plazo del estrés crónico si lleva una dieta saludable con
poca grasa y evita fumar y beber en exceso. Sin embargo, si sus síntomas continúan o
empeoran, debe consultar con un especialista.
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ENFERMEDADES PSICOSOMATICAS
La relación de la mente sobre el cuerpo es bien clara. Del mismo modo que las
enfermedades físicas influyen en nuestro estado de ánimo y nos provocan temor, miedo
o preocupación, muchos problemas psicológicos provocan síntomas físicos.
Las enfermedades psicosomáticas son muy frecuentes en la población mundial, se
considera que una cuarta parte de las personas que acuden médico de atención primaria
presentan este tipo de enfermedades.
Pero ¿qué son las enfermedades psicosomáticas? En términos generales se entiende que
una persona sufre somatizaciones cuando presenta uno o más síntomas físicos y tras un
examen médico, éstos síntomas no pueden ser explicados por una enfermedad médica.
Además, pese a que la persona pueda padecer una enfermedad, tales síntomas y sus
consecuencias son excesivos en comparación con lo que cabría esperar. Todo ello causa
a la persona que sufre estas molestias un gran malestar en distintos ámbitos de su vida.
Debido a la falta de tiempo en las consultas y al difícil diagnóstico de las enfermedades
somáticas, la Medicina tradicional tiende a centrarse casi exclusivamente en los
síntomas físicos de la enfermedad, olvidando la verdadera causa del problema o aquello
que lo puede estar manteniendo. Es corriente encontrar personas que se quejan de haber
recorrido varios médicos sin que les encuentran nada; sin embargo, continúan
sintiéndose mal y presentando algunos de los síntomas antes comentados. En muchas de
estas ocasiones estamos ante problemas psicosomáticos.
A menudo los médicos tratan con fármacos a estos pacientes administrándoles
ansiolíticos, pero al cabo de un tiempo éstos vuelven con el mismo problema sin
resolver o con otros síntomas diferentes. Así pues, al final el médico deriva a este tipo
de pacientes al psicólogo alegando que todo es una cuestión de “nervios”. Sin embargo,
desde el punto de vista del paciente, el no encontrar una causa física, le hace pensar que
puede tener una enfermedad psicológica y consecuentemente teme por su salud mental.
De éste modo, las personas que padecen estas dolencias no entienden muy bien qué les
pasa y se muestran reticentes a acudir a un psicólogo porque no comprenden cómo éste
profesional les puede ayudar. Tal vez, por este motivo, cada vez hay más gente que
busca una primera respuesta en medicinas alternativas que a larga tampoco solucionan
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su problema. Actualmente la psicología de la salud y la medicina conductual se
encargan de estudiar esta la relación mente-cuerpo y de tratar al individuo desde
una perspectiva más amplia, teniendo en cuenta la importancia tanto de los
factores biológicos como los psicológicos y sociales en el comienzo o el
mantenimiento de algunas enfermedades.
¿Por qué el médico me dice que debo acudir al psicólogo? ¿Si mi problema es físico? a
qué se debe? Éstas y otras preguntas son comunes en personas que padecen
somatización y que son derivadas a un psicólogo.
A menudo las personas que padecen problemas psicosomáticos no han logrado
encontrar una causa orgánica a sus síntomas o tras realizar distintos tratamientos
médicos éstos no mejoran. Incluso, hay ocasiones en que los fármacos les ayudan
durante una temporada, pero entonces aparece un nuevo síntoma. Las personas que se
encuentran en esta situación, frecuentemente, no creen tener un problema psicológico, y
continúan acudiendo de médico en médico para encontrar una respuesta física. Sin
embargo, cuando se indaga un poco en su rutina diaria, éstas personas tienden a darse
cuenta de que hay algo en sus vidas que les crea malestar o ansiedad. No se trata de
tener un trauma infantil ni nada por el estilo, simplemente, hay ocasiones en las que
algo nos supera y no sabemos cómo hacerle frente o bien llevamos un ritmo de vida
demasiado acelerado como para que nuestro cuerpo no se resienta.
Además, ante un dolor o una molestia física, lo primero que tendemos a pensar es que
padecemos alguna enfermedad física, sin embargo, la gran mayoría de las veces no es
así. La salud no es el silencio del cuerpo, y no todos los síntomas o molestias son
resultado de una enfermedad física.
De las molestias que sentimos a diario el 60% se deben a causas naturales. Entre éstas,
encontramos las que puede provocar el propio funcionamiento del organismo cuando
realizamos la digestión, cuando respiramos, o cuando sudamos. Incluso, los hábitos de
vida poco saludables como la mala alimentación, malos hábitos de sueño o realizar poco
ejercicio físico también pueden provocarnos malestar físico. Por último, el medio
ambiente también influye en nuestro cuerpo; aquí encontramos factores como la
contaminación, la humedad, el calor, el frío, hongos, etc.
Sólo un 5% de nuestros dolores se deben a enfermedades físicas. Además, sólo un 10%
de éstas son graves. Así que, de cada 1000 molestias sólo 4 se deben a enfermedades
graves aproximadamente.
Finalmente, un 25% de las molestias físicas que podemos sentir se deben a causas
psicológicas. En este punto es donde se encuentran las enfermedades psicosomáticas.
Por lo general, se tiende a pensar que las enfermedades psicológicas sólo causan
tristeza, llanto, sentimientos de inferioridad y otros síntomas que no tienen que ver con
el cuerpo, sin embargo, esta idea es errónea. Nuestras emociones influyen en nuestro
cuerpo, al igual que éste influye en nuestras emociones.
La ansiedad, el estrés y la depresión actúan sobre distintas hormonas, provocando
cambios en nuestro organismo, que nos hacen más sensibles al dolor e influyen en
distintas enfermedades. Un ejemplo serían los estudios que relacionan el estrés con el
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cáncer. En este sentido, se ha demostrado que éste puede influir tanto en el origen como
en el curso de la enfermedad. Del mismo modo, se ha demostrado que las personas que
padecen depresión presentan una debilitación del sistema inmunológico o de defensa,
con lo que pueden enfermar con más facilidad o bien les puede ser más difícil
recuperarse de ciertas enfermedades.
En el sistema nervioso pueden provocar dolores de cabeza, mareos, vértigos, desmayos,
hormigueos, parálisis musculares, etc.
En nuestros sentidos pueden llegar a provocarnos ceguera, visión doble, afonía, etc.
En el sistema circulatorio producen palpitaciones y taquicardias.
En el sistema respiratorio pueden causar sensación de ahogo, dolor u opresión en el
pecho, etc.
En el sistema digestivo pueden producir sequedad de boca, sensación de
atragantamiento, náuseas, vómitos, estreñimiento, diarrea, etc.
En el sistema osteomuscular es común que provoquen tensión muscular, dolor
muscular, cansancio, etc.
Síntomas somáticos más frecuentes en las consultas médicas:
Dolor de espalda, 71%
Mareos, vértigos, 65%
Dolor en extremidades, 60%
Gases en el estómago, 52%
Dificultad al respirar, 50%
Palpitaciones, taquicardia, 49%
Dolor en articulaciones, 45%
Dolor en el pecho, 44%
Náuseas, 43%
Muchas enfermedades médicas están estrechamente relacionadas con el estrés. Entre
ellas encontramos: la hipertensión, distintas enfermedades coronarias, el asma, la gripe,
el cáncer, el hiper y el hipotiroidismo, las úlceras de estómago, el síndrome del intestino
irritable, Cefaleas, el dolor crónico, contracturas musculares, impotencia, etc.
Tras observar que la depresión, la ansiedad y el estrés, entre otros, son factores que
influyen tanto el origen, el mantenimiento y la evolución de distintas patologías físicas,
es más fácil comprender la influencia de nuestra mente sobre nuestro cuerpo y el papel
del psicólogo en nuestras molestias físicas.
Es posible mejorar la calidad de vida de las personas que padecen enfermedades
psicosomáticas entendiendo de dónde provienen las molestias físicas que sufren y
cambiando aquello que las provocan: estrés, autoexigencias elevadas, vida etc.
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La relación de la mente sobre el cuerpo es bien clara. Del mismo modo que las
enfermedades físicas influyen en nuestro estado de ánimo y nos provocan temor, miedo
o preocupación, muchos problemas psicológicos provocan síntomas físicos.
Nuestro cuerpo actúa como una maquinaria perfecta. Si no atendemos las primeras
señales, mandará las segundas, y si tampoco esas nos “da tiempo de atenderlas”,
mandará las terceras. Y esas, siempre son en forma de enfermedad física.
Cuando se llega al dolor físico, tú cuerpo ya enfermó. Pero la curación no sólo está en la
medicina sino también en la psicoterapia. Porque si no cambias las bases de lo que
provocó tú enfermedad, si no aprendes a escuchar tus señales previas, tú cuerpo no
tendrá otra salida que ir mandándote señales más y más fuerte. El cuerpo da la respuesta
que tú mundo emocional no da: parar, ser cuidadoso
Sentir cólera de forma continuada dicen numerosos estudios médicos que aumentan los
riesgos de sufrir un accidente cardiovascular.
Los tipos de dolores de cabeza más comunes probablemente son causados por tensión
muscular en los hombros, el cuello, el cuero cabelludo y la mandíbula. Puede
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estar relacionado con el estrés, la depresión, la ansiedad, un traumatismo craneal o
sostener la cabeza y el cuello en una posición anormal.
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6. Síndrome de Fatiga Crónica
Hasta hoy, no se conoce ningún mecanismo único que explique por qué los pacientes
con colon irritable sufren estos síntomas de forma crónica y reincidente. Desde un punto
de vista general, lo más aceptado y demostrado es que existen alteraciones de la
motilidad y/o de la sensibilidad digestiva, influenciadas por factores psicológicos.
9. Enfermedades de la piel, psoriasis, vitíligo:
Ambas enfermedades, y todas las que afectan a la piel en general, tienen un componente
de exposición social que manda un mensaje a los que nos rodean: “¿Me aceptas, me
quieres? ¿existo para ti?” Necesidad constante de aprobación por parte de los demás.
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hacemos cuando nos ponemos nerviosos. La psicoterapia ayuda a aprender a bajar tú
nivel de alerta ante los demás.
SINDROME DE BURNOUT
SINTOMAS Y CONSECUENCIAS
Cuando se dice que una persona padece de burnout, por lo general, tanto dentro del
ambiente de empresa como a nivel del público ordinario se entiende que esta sufre de
fatiga o está cansada; sin embargo, dicha comprensión tiende a hacerse en el lenguaje
común, por lo que no se dimensiona el serio problema que se presenta. En realidad, el
padecimiento de burnout es más que el cansancio habitual que puede ser reparado con
unos días de descanso, y envuelve una serie de padecimientos a nivel psicológico,
físico, social y también en relación con la empresa, lo que le da su connotación de
síndrome.
Las principales formas en que se manifiesta esta afección son un marcado agotamiento
(físico y mental), la despersonalización y una generalizada baja autoestima laboral.
Estos síntomas no aparecen en forma simultánea, sino que irán haciéndose evidentes en
forma progresiva, detallamos:
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Agotamiento emocional: la persona siente que ya no puede dar más de sí mismo
a nivel afectivo. Disminución en la energía y los recursos emocionales propios.
Simultáneamente, pueden aparecer sucesivas señales corporales, entre ellas:
cefaleas, dolores de espalda, cervicales, contracturas, malestares
gastrointestinales, alteraciones del sueño, taquicardia, entre otras. A su vez, este
cuadro de agotamiento va acompañado de manifestaciones mentales como
sensación de va cío, depresión, sentimientos de ira, inquietud, ansiedad y la
brusca alteración de los estados de ánimo.
La despersonalización se manifiesta cuando la persona con estrés crónico,
comienza a tener sentimientos negativos y agresivos con respecto a quienes lo
rodean. Frecuentemente siente fastidio y lo expresa en frases como “no tengo la
paciencia y tolerancia que tenía antes”, “me descubro contestando mal, en forma
agresiva”, “me aburro cuando me hablan”, “no puedo escuchar atentamente lo
que me dicen, porque he perdido la capacidad de concentración”, “me cuesta
conectarme con las otras personas”. Estas actitudes hacia las demás personas
revelan una conducta negativa e insensible, entendiendo este comportamiento
como la imposibilidad de no poder prestar atención al otro. A menudo, estos
sentimientos se ven potenciados por una autoimagen (la imagen sobre sí mismo)
en la que los otros lo atacan más que antes, o están en su contra. En verdad, es
una ‘realidad aparente’ que surge de su propio estado interno: como ellos están
mal, sienten que los otros los tratan mal; así, la persona proyecta su malestar en
los otros, convirtiendo la situación en un círculo sin fin, o un espiral ascendente
hacia mayor negatividad y desconexión del entorno. La despersonalización con
las conductas consecuentes, generan mucho malestar. Los profesionales
afectados de estrés crónico laboral también dan malas respuestas a los pares del
equipo donde se están desempeñando, generando graves inconvenientes en la
dinámica laboral, y, obviamente, roces, molestias y disputas entre los
involucrados. La despersonalización, entonces, sucede cuando la persona pierde
su capacidad de empatía, no puede ponerse en el lugar del otro y responde de
modos tan alterados que descoloca en muchas oportunidades al interlocutor.
Esto sucede debido a un profundo agotamiento y desgaste crónico. El otro, por
consecuencia, se siente maltratado gratuitamente, ya que muy frecuentemente
las respuestas que da una persona que padece el Síndrome del Burnout
demuestran una alta desconsideración, ya que no puede controlar su impulso y
desgano extremo.
Baja auto estima laboral Este síntoma se manifiesta con la sensación de un mal
rendimiento laboral. El profesional se siente menos con respecto al resto de sus
pares. La sensación es que la tarea laboral los supera y no cuentan con los
recursos habituales para resolver los problemas cotidianos. Hablamos de
sensación, por cuanto es un estado interno, una percepción de la persona
inmiscuida en su propio mundo; sensación que se mide con el termómetro de la
propia subjetividad. La persona con baja autoestima laboral falla en la iniciativa,
la creatividad, se siente abatida para poder pensar y producir. Está en grandes
desventajas para poder competir. Ha perdido la motivación, nada despierta el
interés suficiente para generar ideas y proyectos de crecimiento. Por lo general,
son personas que se han propuesto metas inalcanzables (para los propios
recursos, tal vez otros puedan, pero ellas por su estructura o vulnerabilidad no
les es posible alcanzarlas) y se esfuerzan en exceso para lograrlas, hasta el punto
en que se agotan, se gastan, llegan ha sentirse “fundidos” en el trabajo, situación
que luego se extiende a todas las áreas de su vida.
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A nivel psicosocial, genera deterioro en las relaciones interpersonales, depresión,
cinismo, ansiedad, irritabilidad y dificultad de concentración. Es común el
distanciamiento de otras personas y los problemas conductuales pueden progresar hacia
conductas de alto riesgo (juegos de azar, comportamientos que exponen la propia salud
y conductas orientadas al suicidio, entre otros). El cansancio del que se habla sucede a
nivel emocional, a nivel de relación con otras personas y a nivel del propio sentimiento
de autorrealización. Dentro de los daños físicos que pueden padecerse debido al
síndrome, se incluyen: insomnio, deterioro cardiovascular, úlceras, pérdida de peso,
dolores musculares, migrañas, problemas de sueño, desórdenes gastrointestinales,
alergias, asma, fatiga crónica, problemas con los ciclos menstruales o incluso daños a
nivel cerebral. El abuso de sustancias (drogas, fármacos, etc.) y la presencia de
enfermedades psicosomáticas son también signos característicos del síndrome. En el
entorno laboral, la condición afecta, por cuanto es de esperar una disminución en la
calidad o productividad del trabajo, actitud negativa hacia las personas a las que se les
da servicio, deterioro de las relaciones con compañeros, aumento del absentismo,
disminución del sentido de realización, bajo umbral para soportar la presión y conflictos
de todo tipo, entre otros factores.
CAUSAS
TIPOS
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Activo, donde el colaborador mantiene una comunicación asertiva. Se relaciona
con elementos externos a la profesión.
Pasivo, suele tener sentimientos de apatía y se relaciona con factores interno
psicosociales.
DIAGNOSTICO Y TRATAMIENTO
Para diagnosticar este síndrome, los especialistas tienes que conocer los síntomas de la
patología y realizar una entrevista clínica con el empleado que les permita averiguar si
existe la sospecha de padecerla. Es conveniente que el profesional conozca cómo es su
situación dentro de la empresa y cómo está organizado el trabajo.
Las estrategias para tratar el burnout van encaminadas a reducir los niveles de estrés,
ansiedad y depresión.
PREVENCION
- Reflexionar sobre el sentido de su profesión
Reflexionar sobre el sentido de su profesión replantearse y generar cambios si es
necesario cuando hay un desgaste del ejercicio de la profesión. Encontrar el sentido a la
tarea cotidiana es lo más importante para preservar la salud y básicamente, para no
allanarse como persona.
- Clarificar valores.
Es difícil trabajar en armonía cuando hay algo de mi desempeño profesional que no me
deja tranquilo. Pueden ser muchas las variables ligadas a los valores personales que si
no están en orden, probablemente afecten el ejercicio de la profesión y
consecuentemente la salud psíquica, física y espiritual del profesional.
- Modificación de hábitos nocivos para el equilibrio psicofísico
Hábitos nocivos que predisponen o facilitan el estrés crónico laboral (tabaquismo,
alcoholismo, automedicación, horas escasas de sueño, comida inadecuada,
sedentarismo, falta de chequeos médicos, ausencia de espacios terapéuticos, ausencia de
supervisiones laborales, etc.)
- Red social.
Tener presente el apoyo y la red social. Un profesional que no nutre su red y la cuida,
tiende a aislarse, a no compartir sus vivencias, y esto inevitablemente lo llevará a una
alteración emocional.
- Técnicas de afrontamiento apropiadas.
Es muy importante entrenarse en un espacio terapéutico a afrontar los problemas y a no
evitarlos o negarlos. De ser así, generará un importante desgaste psíquico y físico,
además de generar problemas en las relaciones interpersonales, entre sus pares y con los
pacientes.
- Revisar la distribución del tiempo y la energía dedicada a cada área de la vida.
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Hay un ejercicio al que yo llamo “La Esfera de la Vida”, que lo uso en forma frecuente
con los pacientes y que es de gran utilidad para prevenir el Síndrome del Burnout, sirve
para auto-chequear si estamos abandonando algún área o sobrecargando otras. Y es
importante realizarlo por lo menos dos veces al año para preservarnos de no estar
cayendo en conductas nocivas para nuestra salud. Hay muchas personas que sobre
valoran determinadas áreas de su vida, descuidando riesgosamente otras, igualmente
esenciales para sostener el equilibrio. Para tomar conciencia sobre este aspecto
fundamental, le propongo al paciente realizar el ejercicio de “La Esfera de la Vida”.
- Dibuje un círculo en una hoja lisa, en blanco
Luego, subdivida ese círculo en seis porciones del tamaño que considere apropiado para
cada una, teniendo en cuenta colocar el nombre de las siguientes seis áreas
fundamentales de la vida: 1. Trabajo 2. Descanso 3. Cuidado del cuerpo y la mente 4.
Afectos (amigos, pareja, amante, hijos, familia) 5. Tiempo personal para meditar y estar
con nosotros mismos 6. Esparcimiento (viajes, recreación, placer, diversión) Tome un
tiempo para reflexionar mirando su dibujo. ¿Qué le provoca esta división por áreas? ¿En
cuál de ellas tiene puesta su atención, en desmedro de otras no menos importantes?
¿Cuáles con sus prioridades de vida? El ejercicio produce un inmediato impacto en las
personas, al ver reflejado en un gráfico cómo distribuyen su el tiempo y su energía en
las distintas áreas de su vida. Una variante de este mismo ejercicio es asignarle
porcentajes a cada una de las áreas, sin pensar en un resultado final. El proceso
comienza por pensar cuánto le estoy dedicando a cada área y anotarlo en cada
cuadrante. Por ejemplo: Trabajo: 70% - Descanso: 38% - Cuidado del cuerpo y la
mente: 20% - Afectos: 13% - Tiempo personal: 6% - Esparcimiento: 5%. Total: 152%.
20% - Afectos: 13% - Tiempo personal: 6% - Esparcimiento: 5%. Total: 152%.
Tomando como base que un equilibrio lógico es llegar a un 100% sumando todas las
partes, esta persona estaría “sobregirada” o sobrepasada un 52% en su energía. Al mirar
nuevamente el gráfico, podrá reconocer de inmediato dónde está el desequilibrio y a
partir de allí, buscar alternativas de solución. Una forma de trabajar sobre la base de los
resultados que ha obtenido en el ejercicio de “La Esfera de la Vida” es hacer una lista de
pequeñas acciones, graduales y con resultados medibles, que puedan asumirse como
compromisos posibles de lograr en un plazo determinado, buscando volver al equilibrio
en aquellas áreas donde sea necesario.
- Capacitación Profesional Es importantísimo seguir profundizando y adquiriendo
nuevos conocimientos durante el ejercicio de la 1 1 profesión, ya que esto motiva e
enriquecer la tarea diaria. De lo contrario se corre el riesgo de caer en una monotonía,
llevándolo a la mala atención del paciente, además de privarlo de nuevos aportes que
podrían mejorar su salud en una forma más eficaz. Paralelamente el profesional se
sentirá más reconfortado al ver que su accionar es más efectivo. - Análisis o terapia
personal Es necesario chequear con un profesional idóneo y con una mirada objetiva
cual es el grado de salud psíquica que posee el profesional de la salud, dado que son
personas que están expuestas al dolor humano en forma constante y esto produce
enormes movilizaciones, que de no ser tomadas en cuenta, son muchas las veces que
producen un agotamiento emocional, con las peligrosas consecuencias que acarrea en el
psiquismo y en todo el organismo.
- Cheque Médico Anual El profesional que lleva a cabo este chequeo está cuidando de
su salud física y realizando en su vida algo que, por lo general, se pide a todas las
personas que lo realicen, ya que de este modo se evitan posibles enfermedades.
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- Para contrarrestar esta realidad social y no caer en el Síndrome del Burnout sería
necesario generar espacios, grupos en los que los profesionales participen en la
resolución de problemas que los inundan día a día.
CONCLUSIONES
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BIBLIOGRAFIA
Adaptado de "The Stress Solution" de Lyle H. Miller, PhD, y Alma Dell Smith,
PhD.
Https://cuidateplus.marca.com/enfermedades/psiquiatricas/sindrome-de-
brunout.thml
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Aceves, G. A. (2006). Síndrome de burnout. Archivos de
Neurociencias, 11, 4, 305-309.
DICCIONARIO
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- Está compuesta principalmente por células cromafines productoras de
hormonas, y es el principal órgano de conversión de tirosina en catecolaminas
tales como la adrenalina (epinefrina) y la noradrenalina (norepinefrina)
- Terminaciones nerviosas, son mecanorreceptores que se encuentran en la piel y
mucosa de los vertebrados que proporcionan información al cerebro. Dicha
información tiene que ver con la presión y la textura. Cada terminación consta
de una célula de Merkel en oposición cercana con una terminación nerviosa.
- Sistema nervioso simpático, SNS) o sistema toracolumbar junto con el sistema
nervioso parasimpático, es una de las dos divisiones funcionales y anatómicas
del sistema nervioso autónomo (SNA) Se encarga de la inervación de
los músculos lisos, el músculo cardíaco, las glándulas de todo el organismo y es
el que controla gran parte del organismo en situaciones de peligro, estrés y/o
miedo.
- Hans Hugo Bruno Selye (1907-1982) fisiólogo y médico En 1950 publicó su
investigación más famosa, "El estrés", un estudio sobre la ansiedad.
- Hipotálamo, es parte del encéfalo situada en la zona central de la base del
cerebro que controla el funcionamiento del sistema nervioso y la actividad de la
hipófisis.
- Glándula adrenales, glándula pequeña que produce hormonas esteroideas,
epinefrina y norepinefrina. Estas hormonas ayudan a controlar los latidos del
corazón, la presión arterial y otras funciones importantes del cuerpo. Hay
dos glándulas adrenales, cada una ubicada sobre cada riñón. También se llama
glándula suprarrenal.
- La adrenalina, también conocida como epinefrina por su Denominación Común
Internacional (DCI), es una hormona y un neurotransmisor. Incrementa la
frecuencia cardíaca, contrae los vasos sanguíneos, dilata las vías aéreas, y
participa en la reacción de lucha o huida del sistema nervioso simpático.
- El cortisol (hidrocortisona) es una hormona esteroidea, o glucocorticoide,
producida por la glándula suprarrenal. Se libera como respuesta al estrés y a un
nivel bajo de glucocorticoides en la sangre.
- .La personalidad tipo A es una categoría que se utiliza para describir un tipo
particular de respuesta al estrés. Es una propuesta que surgió en los años 50,
cuando dos cardiólogos (Friedman y Roseman) quisieron estudiar la relación
entre algunos rasgos de personalidad y el desarrollo de enfermedades cardiacas.
- Alostasis, habilidad dinámica de conseguir estabilidad a través del cambio.
- El Síndrome del Intestino Irritable (SII) es un trastorno funcional digestivo, que
se caracteriza clínicamente por la asociación de hinchazón, dolor/molestia
abdominal y alteraciones en el hábito deposicional que puede variar desde
estreñimiento, diarrea o ambos.
- La somatización es una respuesta fisiológica ante un suceso psicológico. Un
ejemplo sencillo de somatización es un dolor de cabeza antes de un examen, o
un dolor de tripa después de un encuentro interpersonal desagradable.
- Las enfermedades psicosomáticas son enfermedades invisibles. La relación de la
mente sobre el cuerpo es bien clara. Del mismo modo que las enfermedades
físicas influyen en nuestro estado de ánimo y nos provocan temor, miedo o
preocupación, muchos problemas psicológicos provocan síntomas físicos.
- El vitíligo es una enfermedad que causa la pérdida de color en zonas de la piel.
La extensión y la velocidad de la pérdida de color por vitíligo son impredecibles.
Puede afectar la piel en cualquier parte del cuerpo. También puede afectar el
cabello y el interior de la boca.
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- Ejercicios bioenergéticas, Están diseñados para observar primero y
posteriormente eliminar las tensiones del cuerpo, desbloquear emociones,
aumentar la energía y fomentar un buen funcionamiento global. No son
ejercicios gimnásticos ni de fortalecimiento físico, sino que sirven al diagnóstico
y se emplean durante las sesiones de tratamiento para resolver los problemas que
produjeron las tensiones.
- La histamina es una sustancia química que se encuentra en nuestro cuerpo y es la
responsable de trasladar información a las células para que nuestro organismo
funcione correctamente. La histamina ayuda a regular la memoria, interviene en
la digestión, incrementa la permeabilidad de los vasos sanguíneos y es un
importante mediador inflamatorio
- La psoriasis es una enfermedad frecuente de la piel que acelera el ciclo de vida
de las células cutáneas. Hace que las células se acumulen rápidamente en la
superficie de la piel. Las células cutáneas excedentes forman escamas y manchas
rojas que causan comezón y, a veces, dolor.
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