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César Aponte
Apuntes de cirugía
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Dr. César Aponte
Apuntes de cirugía
insensibles ocurren a través de la piel (75%) y los pulmones (25%) y pueden aumentar
por ciertos factores, como fiebre, hipermetabolismo e hiperventilación. A fin de eliminar
los productos del metabolismo, los riñones deben excretar un mínimo de 500 a 800 ml
de orina al día, sin importar la cuantía del ingreso oral. Las personas normales
consumen alrededor de 3-5 g de sal al día y los riñones conservan el equilibrio. El
sudor es hipotónico y la transpiración casi siempre permite solo una pequeña pérdida
de sodio. Las pérdidas gastrointestinales son isotónicas o un poco hipotónicas, y
contribuyen poco al aumento o pérdida netos de agua libre cuando se miden y se
reponen en forma adecuada con soluciones salinas isotónicas; clasificación de los
cambios de los líquidos corporales: los trastornos en el equilibrio de líquidos pueden
clasificarse en tres categorías generales, de volumen, de concentración o de
composición. La ganancia o pérdida isotónica de solución salina produce cambios en el
volumen extracelular, con poco impacto en el volumen de líquido intracelular;
alteraciones en el equilibrio de los líquidos: la alteración más común de los líquidos en
pacientes quirúrgicos es el déficit de volumen extracelular y puede ser agudo o crónico.
El déficit agudo se acompaña de signos vasculares y del SNC, en tanto que los
déficits crónicos muestran signos hísticos, como disminución de la turgencia de
la piel y hundimiento de los ojos, además de signos cardiovasculares y del SNC.
Por lo general, la osmolalidad urinaria es superior a la sérica, y el sodio en orina es
bajo, casi siempre < 20 mEq/L. La concentración de sodio no necesariamente refleja el
estado de volumen, por lo que puede ser alta, normal o baja y aún así existir déficit de
volumen. La causa más común de un déficit de volumen en pacientes quirúrgicos es
una pérdida de líquidos gastrointestinales por aspiración nasogástrica, vómito, diarrea o
fístulas enterocutáneas. El secuestro secundario a lesiones de tejidos blandos,
quemaduras y procesos intraabdominales como peritonitis, obstrucción o intervención
quirúrgica prolongada también tiene la capacidad de originar déficit masivo de volumen.
El exceso de volumen extracelular puede ser yatrógeno o secundario a una disfunción
renal, insuficiencia cardiaca congestiva o cirrosis. Los síntomas son sobre todo
pulmonares y cardiovasculares. En personas con buena condición física, el edema y la
circulación hiperdinámica son frecuentes y tolerables, sin embargo, los ancianos y
pacientes con cardiopatías podrían desarrollar una insuficiencia cardiaca congestiva y
edema pulmonar en poco tiempo; cambios de la concentración: los cambios de sodio
sérico son inversamente proporcionales al agua corporal total; Hiponatremia: la
concentración sérica de sodio disminuye cuando hay exceso de agua extracelular. El
volumen extracelular puede ser alto, normal o bajo. En casi todos los enfermos con
hiponatremia, la concentración de sodio disminuye como consecuencia del agotamiento
o dilución del mismo. La hiponatremia dilucional suele resultar de un exceso de agua
extracelular y por lo tanto se acompaña de un estado de volumen extracelular alto. El
consumo excesivo de agua o el exceso yatrógeno por administración intravenosa de
agua libre pueden causar hiponatremia. Los pacientes postoperados son propensos a
secretar más ADH lo cual aumenta la reabsorción de agua libre, lo que causa
expansión del volumen e hiponatremia. Diversos medicamentos tienen la capacidad de
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Infecciones quirúrgicas
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superiores y la bucofaringe, donde son eliminadas con la tos. Las partículas más
pequeñas, que llegan a las vías respiratorias inferiores, se eliminan mediante
macrófagos alveolares pulmonares. Las vías urogenitales y biliares, conductos
pancreáticos y vías respiratorias distales carecen de una microflora residente en
personas sanas. En muchas partes del tubo digestivo se encuentran cantidades
considerables de microbios, con cifras elevadas en bucofaringe y región colorrectal
distal. La mucosa gástrica contiene cifras pequeñas de microbios (102 - 103 UFC/ml).
Los microbios que no se destruyen en el estómago, pasan al intestino delgado en
donde se lleva a cabo cierto grado de proliferación microbiana, de tal forma que en el
íleon terminal se encuentran 105 a 108 UFC/ml. El ambiente estático y relativamente
bajo en oxígeno del colon se acompaña del crecimiento exponencial de microbios que
comprenden la microflora endógena del hospedador más extensa. En las heces se
hallan alrededor de 1011 a 1012 UFC/g. Una vez que penetran microbios en un
compartimiento o tejido del cuerpo estéril, actúan defensas del hospedador adicionales
para limitar o eliminar a estos patógenos. Al principio funcionan varias defensas del
hospedador primitivas y relativamente inespecíficas, que incluyen a la barrera física del
tejido y algunas proteínas como la lactoferrina y transferrina, que secuestran hierro, un
factor de crecimiento microbiano importante, que limita el crecimiento microbiano.
Además, el fibrinógeno del líquido inflamatorio tiene la capacidad de atraer gran
número de microbios. Los mecanismos de defensa del hospedador que residen en los
tejidos incluyen a los macrófagos y concentraciones bajas de proteínas del
complemento e inmunoglobulinas. La interacción de los microbios con estas defensas,
conduce a la opsonización, fagocitosis y destrucción microbiana extracelular e
intracelular. Al mismo tiempo, se observa la liberación de sustancias que atraen a los
leucocitos polimorfonucleares; definiciones: después de la invasión microbiana y de la
interacción de microbios con defensas del hospedador se obtienen distintos resultados
finales, erradicación, represión, que conduce con frecuencia a desarrollo de purulencia,
característica distintiva de una infección crónica, infección local y regional con o sin
diseminación distante de la infección o infección sistémica. La infección se define por la
identificación de microorganismos en el tejido o torrente sanguíneo del hospedador.
Casi todas las infecciones en personas sanas con defensas intactas se acompañan de
manifestaciones locales y sistémicas, como temperatura elevada, aumento del
recuento leucocitario, taquicardia o taquipnea. Las manifestaciones sistémicas
conforman el SIRS. La septicemia se define como una infección documentada o
sospechada con algunos de los síntomas del SIRS. El SIRS puede ser resultado de
diversos procesos patológicos. La infección tiene diversas manifestaciones sistémicas,
los síntomas típicos de fiebre, taquicardia y taquipnea se amplían para incluir varios
elementos más. La septicemia grave se describe como la septicemia a la que se
agrega la presencia de falla orgánica nueva. Debe considerarse que un paciente con
septicemia, necesidad de apoyo ventilatorio, oliguria que no responde a la reanimación
intensiva con líquidos o hipotensión que requiere vasopresores ha desarrollado
septicemia grave. El estado de choque septicémico es un estado de insuficiencia
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aspiración del líquido del lecho pancreático guiada mediante TC exigen una
intervención quirúrgica; infecciones de piel y tejidos blandos: las infecciones de la piel
superficial y su estructura se tratan con efectividad mediante antibióticos solos, aunque
es necesario buscar una fuente local de infección. Los furúnculos o diviesos pueden
drenar de forma espontánea o requerir incisión y drenaje quirúrgicos. Se prescriben
antibióticos cuando existe celulitis de importancia o si esta última no se resuelve con
rapidez después del drenaje quirúrgico. Debe sospecharse infección por SARM si la
infección persiste después del tratamiento con drenaje y antibióticos de primera línea.
Las infecciones agresivas del tejido blando son raras, difíciles de diagnosticar y
requieren de intervención quirúrgica inmediata y la administración de antibióticos. Los
individuos con riesgo de este tipo de infecciones incluyen a personas de edad
avanzada, inmunodeprimidos, diabéticos, quienes sufren de vasculopatía periférica y
los que tienen una combinación de los anteriores. El diagnóstico sólo se establece por
una constelación de datos clínicos que puede no estar presente en todos los pacientes.
Los enfermos con frecuencia desarrollan síndrome o estado de choque septicémico sin
una causa obvia. Se afectan más a menudo las extremidades, el perineo, el tronco y el
dorso. Es necesario efectuar un examen cuidadoso para buscar un sitio de entrada,
como una alteración en la piel del que es posible exprimir material grisáceo,
semipurulento y turbio, y asimismo la presencia de alteraciones en la piel, vesículas o
crepitación. Por desgracia, la extirpación quirúrgica del tejido afectado implica a
menudo una amputación, procedimientos deformantes o ambos. Deben administrarse
antibióticos dirigidos contra aerobios y anaerobios grampositivos y gramnegativos y
asimismo penicilina G en dosis altas para el tratamiento de clostridiales. Alrededor del
50% se trata de infecciones polimicrobianas y el resto se debe a un organismo aislado
como S. pyogenes, P. aeruginosa o Clostridium perfringens; infecciones hospitalarias
postoperatorias: debe considerarse la presencia de una ITU posoperatoria a partir del
análisis de orina que muestra leucocitos o bacterias, pruebas positivas para esterasa
leucocitaria o una combinación de estos. El diagnóstico se establece una vez que se
identifican >104 UFC/ml de microbios mediante cultivo en pacientes sintomáticos o >105
UFC/ml en quienes no presentan síntomas. Es adecuado el tratamiento por 3-5 días
con un solo antibiótico dirigido contra los organismos más frecuentes que alcance
concentraciones altas en orina. Deben retirarse los catéteres urinarios permanentes lo
antes posible después de la operación, casi siempre en 1-2 días siempre que el
paciente pueda moverse, a fin de evitar el desarrollo de una UTI. La ventilación
mecánica prolongada se relaciona con neumonía intrahospitalaria (NIH). El diagnóstico
se establece por la presencia de esputo purulento, leucocitosis, fiebre y alteraciones
nuevas a la radiografía, como consolidación. Dos datos clínicos más los radiográficos
aumentan mucho la probabilidad de neumonía. Los pacientes quirúrgicos deben
separarse de manera gradual del ventilador mecánico lo más pronto posible, ya que la
ventilación prolongada aumenta el riesgo de NIH. Las infecciones relacionadas con
catéteres intravasculares permanentes son un problema muy común. La duración de la
cateterización, inserción o manipulación en condiciones de urgencia o no estériles, el
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