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Instituto de filosofía Escamilla Pérez Rafael

Seminario Kierkergaard-Nietzsche 26 de mayo de 2021

DEL EVANGELIO DE NIETZSCHE; LA MUSICA ES VIDA

Es de interés personal la propuesta estética de Nietzsche y éste texto pretende


ofrecer un esbozo respecto a la misma. Si bien en el seminario se bordeó de manera general
la estética de Nietzsche desde el dinamismo de lo dionisiaco, queda el deseo de acercarme
más a la estética nietzscheana. Me disculpo si el contenido de éste texto tiene un carácter
más expositivo y poco subjetivo o reflexivo; mi intención es ahondar en la propuesta
estética del filósofo, ya que la reflexión de Nietzsche sí que provoca y amplía mi gusto por
el arte y en especial por la música y espero poder expresarlo por este medio.

La propuesta nietzscheana (asi como la de Schopenhauer), en la actualidad son


propuestas reflexivas sobre el arte que conducen a un es encuentro con lo más esencial y,
quizá, lo más real del hombre: la elegancia y grandeza de los afectos y las pasiones. Se
puede comentar que el pensamiento estético-musical de Nietzsche ha influido fuertemente,
el campo de la producción asi como de la apreciación del arte y (obviamente) de la música.1

Para comenzar, me gustaría hacer referencia a la propuesta estética de uno de mis


filósofos favoritos ya que es de este que Nietzsche genera su propia propuesta:
Schopenhauer. El autor de Die Welt als Wille und Vorstellung (El mundo como voluntad y
representación), sugiere que el arte es la manifestación de la esencia de las
representaciones del mundo, es decir, por medio de ella se intenta manifiesta a la voluntad;
sin embargo, Shopenhauer especifica que la música es un arte univoco, ya que es el arte
más elevado y pleno, porque esta no intenta manifiesta a la voluntad, puesto que la música
es la voluntad misma; la ha considerado así porque la música no necesita de las palabras o
las imágenes para impactar lo más profundo del hombre. Por lo tanto, la música es un
consuelo, es una anestesia temporal, “nos eleva por un memento del sufrimiento,
librándonos de este”2.

La concepción romanista sobre la música expuesta por Schopenhauer, será como ya


se comentó en el párrafo anterior la que inspire el despliegue del pensamiento de Nietzsche
sobre la música y de la estética en general. Si bien la estética de Nietzsche en un principio

1
Cfr. HIRSCHBERGER, Johannes; Historia de la filosofía, Herder, Barcelona, 1982, pp. 343-344.
2
LIESSMAN, Konrad; Filosofía del arte moderno, Herder, 2006, p, 85.
está fuertemente influenciada por la propuesta schopenhariana, pronto tomara distancia de
él.

La propuesta de Schopenhauer sugiere que la música evoca un simple acto de


contemplación anestesiante sin más, pero para Friedrich, la música es dinámica y despliega
el goce de la vida. No obstante, en la estética nietzscheana, la música permanece como el
arte que deja explicitar el desborde de sentimientos que se puede expresar el hombre. Pero
no se puede hacer un acercamiento a la estética de Nietzsche sin tener presente su primer
gran escrito, ya que es en este dónde expone dos conceptos que permiten entender su visión
sobre el goce de la vida: El origen de la tragedia. Dicho texto se esbozará de manera
general a continuación.

Como se mencionó en el párrafo anterior, no se puede entender la propuesta


nietzscheana sobre el disfrute de la vida sin tener presente que “la evolución progresiva del
arte es resultado del ´espíritu apolíneo´ y el ´espíritu dionisiaco´” 3. Dionisio es el dios del
vino y la vida, era inspirador de la locura, el mundo de ensueño y el éxtasis de una
impetuosidad irracional. De manera casi contrapuesta, Apolo es el dios de la belleza, de la
perfección, de la armonía, del equilibrio y de la razón. Si bien estas dos fuerzas están en
constante tención, es impensable su desvinculación ya se refuerzan mutuamente y esa
vinculación es fecunda;4 es por eso que es este dinamismo conducen al ser humano al gozo
de la vida, y más aún porque ambos espíritus brotan de la misma naturaleza.5

La fuerte vinculación entre lo apolíneo y lo dionisiaco queda manifestada en la


tragedia griega, y es ahí, donde la música queda exaltada, ya que el teatro trágico se
desdobla mediante este arte6 de manera dinámica, asi como es la vida; es mediante esta
expresión de la existencia que la música queda calificada como fecunda, y, por lo tanto, la
gran noticia, la buena nueva es que la música es vida. Es pues en este, el más elevado arte,
que el hombre puede descender a su profundidad y dejarse impactar por todo aquello que
constituye su realidad más esencial, y no es la razón, será por el contrario todo lo irracional,

3
NIETZSCHE, Friedrich; El origen de la tragedia, ESPASA-CALPE, Madrid, 1975, p. 23.
4
Cfr. Ibid. p. 38
5
Cfr. Ibid. p. 28.
6
Vid. Ibid. pp. 49-75.
aquello que lo hace sentir, que le hace disfrutar y experimentar el gozo d la vida. Es gracias
a la música que el hombre se hace consiente de ser “un ser viviente”.

He decidido, presentar este breve acercamiento a la estética de Nietzsche, en primer


lugar, porque, como comenté al inicio del texto, el arte y más aún, la música es me apasiona
(después del reino de los cielos, claro está); literal escuchar este arte me hace vibrar, me
desborda y me trasporta, permítaseme decirlo así, “a no sé dónde”. En segundo lugar,
porque creo que, en la propuesta estética nietzscheana, y perdón por el atrevimiento, se
puede intuir la totalidad del pensamiento de Friedrich, incluso, resumir el mismo. No está
por demás que lo que sugiere Nietzsche en su pensamiento, es que el hombre sea consiente
de sí mismo para que este realmente viva; en la estética de este autor, el arte y la música
tienen esta finalidad dinamizar el goce de la vida.

Concluyo comentado que, si bien tengo algunos asegunes de cómo Nietzsche


presenta su pensamiento (sentir que ya he externado en clase), reconozco que lo esencial de
este es que es una propuesta vitalista, ya que promueve que el hombre disfrute la viva, de
tal manera que desee revivirla infinitamente tal y como la ha vivido. Esto es lo que rescato
del pensamiento de Friedrich. Acercarme al núcleo de la reflexión nietzscheana, me hace
evocar una de mis piezas musicales favoritas, Non, je ne regrette rien, de la dama Edith
Piaf, creo podre decir eso, no me arrepiento de nada, fui dueño de cada segundo, a pesar de
cada hueso roto, puedo gritar ¡yo viví y quiero volver a vivir!

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