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(clasicismo)
1. ORATORIO
Este género goza de gran favor y es cada vez más frecuente en los conciertos públicos.
El oratorio en alemán tiene más variedad de tipos y estructuras. Los libretos están
entre 2 extremos: el tipo dramático (bíblico en la Alemania protestante, bíblico en la
católica) y el tipo predominante contemplativo.
C. P. E. Bach escribe 27 pasiones y oratorios para Hamburgo.
F. J. Hayden escribe algunos oratorios en italiano, como Il ritorno di Tobia (1774-75)
para la Tonkünstler- Societät.
VALORACIÓN DE LA MÚSICA
La música se termina apartando de su posición científica en el ‘quadrivium’ y se va
incluyendo en el nuevo sistema de las artes que surgen en esta época. a mediados del
s. XVIII se gesta el moderno concepto de bellas artes (les beaux arts), en las que se
incluyen las antiguas artes serviles de arquitectura, escultura y pintura, a las que
también se suman la danza, la poesía, la música y el teatro. Su valoración dependía de
cómo cumpliese sus fines religiosos o profanos.
1. Concepción ético-expresiva
La antigua concepción mágica y sobrenatural de que la música influye de modo
incomprensible en el ser humano, se transforma paulatinamente en una concepción
más natural, se la concibe como un instrumento humano, expresivo, un lenguaje
elemental, más universal y rico que el lenguaje verbal.
Casi todos los autores de esta época conciben que la música es el arte que apela de
forma más inmediata a las emociones. Desde este punto de vista, la música continúa
siendo útil en la formación de comunidades, a pesar de lo indeterminado de su
contenido emocional.
- La expresión de sentimientos en la música subyace también en la ‘Querelle des
Bounffons’, punto álgido de la constante oposición entre la música italiana y la
francesa.
- J-Ph. Rameau: “El lado de la dominante, el de las 5ªs ascendentes, es el lado de
la intensidad, así que cuantas más 5ªs subamos, mayor, será la intensidad. El
mismo razonamiento se hace a la inversa para la suavidad, el lado de la
subdominante.”
2. Concepción metafísica
Pocos autores siguen defendiendo la armonía de las esferas o las viejas teorías
boecianas. En el Romanticismo temprano está vigente la idea de que la música no
puede decir nada de cuanto puede comunicarse con el lenguaje verbal.
3. Concepción hedonista
Una idea predominante en toda esta época es que la música, sobre todo la
instrumental, es un arte sin contenido intelectual, moral o educativo, que solo ejerce
su poder sobre nuestros sentidos. La música ha de ser traviesa, cambiante, placentera,
tierna. Su función principal consiste en seducir.
MÚSICA Y RETÓRICA
Durante la Ilustración, la filosofía y la ciencia desarrollan nuevas ideas de expresión que
reducen en gran medida el papel de la retórica en la vida intelectual. Se persigue la
verdad.
Con el creciente énfasis en el individualismo ilustrado y la expresión musical subjetiva,
el concepto de retórica musical experimenta un inevitable declive. Deja de ser una
lógica y se convierte en un adorno.
La trayectoria de la retórica en el s. XVIII reflejan los cambios en el modo de entender
la creatividad: en lugar de seguir reglas y fórmulas ahora se espera que los artistas
formen su propio estilo de acuerdo con su propia naturaleza.
PRINCIPIOS ESTÉTICOS
En Alemania destaca el movimiento conocido como idealismo que afirma la unidad de
la idea y el cosmos, de lo real y lo ideal, un poder espiritual absoluto, que a todo se
impone.
El padre de esta corriente es I. Kant, quien comparte la tesis de los empiristas, según la
cual no es posible un saber más allá de los límites de la experiencia sensible, pero al
mismo tiempo se adhiere a la lógica de los racionalistas.
Para casi todos los escritores de esta época la estética es una disciplina muy seria. El
arte alcanza tal importancia que se convierte en una especie de religión de carácter
profano, considerándose que el arte es capaz de proporcionar el acceso a un nivel de
Realidad, que trasciende los límites de la existencia de una persona corriente.
Música
La concepción de la música sufre una profunda transformación. Según “la teoría de los
afectos” el objetivo de la música consistía en “imitar” las distintas emociones anímicas
estereotipadas, idea que respondía al principio artístico de “imitatio naturae”. El
concepto de imitación de la naturaleza se sigue usando por inercia.
Si la razón del arte es el sentimiento, la música es importante por ser el arte que
conmueve de la manera más directa. A medida que el concepto de imitación se va
tiñendo de subjetividad, la música va disfrutando de un lugar cada vez más elevado.
Por otro lado, la música comienza a emanciparse de la poesía y muestra signos de
llegar a ser un arte imitativo independiente a través de la armonía, el ritmo y la
melodía, arte imitativo de los sentimientos, claro está.
La idea de que los sonidos son “signos naturales” de emociones facilita la transición del
principio de representación al principio de expresión.
Para J-J. Para Rousseau la música imita a la naturaleza más que ningún otro arte. En la
música solo actúa la melodía que es “natural”, mientras que la armonía y el
contrapunto son una convención de los europeos diseñada exclusivamente para
producir sonidos agradables, siendo estos inferiores a la melodía. La armonía no imita a
la naturaleza ya que esta inspira cantos y no acordes, sugiere melodías, no armonías.
Rousseau defendía que la melodía debe imitar las inflexiones de la voz, expresar los
lamentos, los gritos de dolor o alegría, etc. Por lo tanto, la música puramente
instrumental la consideraba como un género de segunda categoría.
Por estas ideas, Rousseau entra en disputa con Rameau, para quien la música es
esencialmente matemática, con su fundamento en la armonía.
I. Kant da un giro a la teoría de la mímesis y aumenta considerablemente la aceptación de las
teorías no miméticas del arte en general y de la música en particular. Parte de la idea
copernicana de que la mente humana es algo más que un espejo pasivo frente a la naturaleza.
Si la mente contribuye de forma creativa a las representaciones y si la imaginación y las formas
a priori que tiene la mente deforman esas representaciones, entonces las imitaciones
fidedignas en el arte se convierten en algo problemático, la verosimilitud deja de ser el
problema central de la estética. De ahí que Kant no exija nunca que las representaciones
artísticas deban copiar el original de forma exacta ni crea que el placer estético consista en la
comparación de la imagen con un prototipo físico o psíquico.
Según Kant el gusto puro es el que juzga la belleza libre, “según la mera forma”. La idea de
belleza libre de Kant sienta las bases para la autonomía de las obras estéticas más puras, no
imitativas, pero no prueba que Kant considere estas obras como el arte más elevado. Considera
que la música instrumental pura es insuficientemente precisa como para tratar conceptos
morales y su estatus es, por tanto, inevitablemente inferior al de sus artes hermanas como la
poesía o el drama.
2. Sencillez y naturalidad
El s. XVIII asiste a los primeros pasos de un proceso de popularización del arte, lo que
conlleva una mayor sencillez y compresibilidad. Las bellas artes comienzan a tomar en
cuenta al público en general en lugar de solo ocuparse de un grupo selecto de expertos
y conocedores.
Música:
La naturalidad se traduce en un estilo más fácil de comprender y de tocar. Hay una
mayor separación entre música destinada al aficionado y música destinada al virtuoso.
Al igual que el actor, el pintor o el escritor, el músico tiene que convencer al público con
buen “gusto”, ser accesible y sencillo, es decir, natural. La música debe ser natural, en
el sentido de que cualquier persona debería entenderla.
J-J. Rousseau: el “motto” de vuelta a la naturaleza lo traduce en música como un
retorno a la simplicidad. El éxito de la serva padrona es para él una revelación y sugiere
una música simple, deliciosa, lo contrario a la artificiosidad de la ópera francesa
contemporánea. Es curioso observar que los defectos que medio siglo antes Lecerf
había atribuido a la ópera italiana, Rousseau si los imputa ahora a la ópera francesa.
Para Lecerf naturaleza equivale a razón y tradición; para Rousseau, al sentimiento,
pasión inmediatez; nítida y polémicamente, se contrapone la razón.
F. Alga roto y R. de Calzabigi mantienen una estrecha relación con las corrientes
intelectuales que exportan a todas las artes a encaminar se hace un nuevo espíritu de
naturalidad, franqueza, verosimilitud y sencillez.
Gluck y Calzabigi dicen haber tratado de eliminar todos los abusos “que durante tanto
tiempo han desfigurado la ópera italiana y han convertido al más espléndido y bello
espectáculo en el más ridículo y pesado”. La reforma de Gluck puede verse dentro de
esta estética de sencillez, al disminuir el número de personajes de sus óperas y escribir
melodías sin adornos, evitando las cadencias de coloratura italianas y la artificialidad
del aria da capo. Gluck considera que su papel es el de resucitar el Drama musical,
buscando una simplicidad bella, sin despliegue de brillantez técnica.
Otro aspecto que revela el principio de simplicidad en la música de este periodo es la
inspiración y la influencia de la música popular.
3. La antigüedad clásica
En esta época se vuelven a imitar las formas y los cánones del clasicismo greco-latino.
El severo rigor neoclásico en las artes se corresponde con este culto ilustrado a la
razón, a la disciplina y al cálculo, características propias de la burguesía en ascenso y de
parte de la aristocracia modernizada y progresista.
El nuevo clasicismo pretende imponer un canon de belleza “realmente” clásica. El
artista debe recurrir a obras canónicas de los grandes maestros, tanto antiguos como
posteriores. Se inicia la búsqueda de la verdadera antigüedad, lo que implica la ruptura
con los estilos anteriores y el rechazo de lo recargado y la hueca abundancia del
rococó.
Música:
A que la vuelta de la antigüedad se materializa en la utilización de argumentos
extraídos de la mitología o de la historia grecorromana. La Clemenza di Tito sirve de
argumento para una ópera de Gluck
7. Humanismo, lo nacional
El arte de esta época refleja ideales humanistas, y al mismo tiempo, nacionales. La
ilustración conlleva fé en la humanidad y en el progreso, se cree con toda seguridad
que el saber y la cultura lograrán mejorar al ser humano. F. Schiller expone una visión
del arte como medio a través del cual la humanidad avanza desde un estadio de
existencia sensible a otro racial y, en consecuencia, plenamente humano. En 1802
Beethoven afirma en su testamento de Heiligenstadt “su amor por el hombre y su
propensión a hacer el bien”.
Es el Romanticismo el que introduce un consciente nacionalismo. La vuelta al pasado
nacional se inicia ya en la época del ‘Sturm und Drang’. Se buscan las raíces de las artes
y de la poesía en la Edad Media, cuando éstas emanaban del sentimiento original no
corrompido. Cada nación posee un “genio” propio, una historia propia, como un
individuo. G. Herder piensa que cada pueblo tiene un lenguaje y una música
determinada y es uno de los primeros en recopilar canciones populares, acuñando el
término ‘Volkslieder’. Esta empresa le acerca a la compresión de los hombres, de las
naciones, a partir de su lengua más originaria que es la música y la poesía. Los
caracteres nacionales y la conciencia histórica hacen que las miradas se vuelvan a
modelos más acordes con la idea general de un arte genuinamente nacional. Algo
característico de este nacionalismo inicial es la idea de que el espíritu que finalmente
produjo el Clasicismo. El Clasicismo musical de finales del s. XVIII es considerado
primeramente como alemán, no como un estilo internacional.
8. Proporción y armonía
Entre los teóricos, hay acuerdo general en que las artes deben basarse en la proporción
y la simetría.
- Krause dice que en ninguna de las bellas artes hay más orden, simetría y
proporción que en la música.
- Avison compara la música y la pintura.
- Daube compara la simetría de música con la calidad en otras artes.
- E. Burke con su enfoque, sensorial y emocional y su exaltación de lo sublime,
somete a la concepción clásica de la proporción a un detallado análisis y la hace
trizas. “Nada sería más inexplicablemente caprichoso que un arquitecto diera
forma a su obra a partir de la figura humana.”
- Knight encuentra la prueba que demuestra que la armonía musical y las
proporciones espaciales no tienen nada en común.
- J. Soane.