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Las metáforas son un mecanismo sensacional para que el paciente reflexione sobre una situación concreta a
partir de una idea, anécdota o enseñanza que el profesional le sugiera en el proceso terapéutico, por eso son
un recurso muy extendido en terapia. Según Stephen R Lankton, una metáfora es una forma lingüística que
hace una comparación implícita entre dos entidades diferentes. Se ha comprobado que en el contexto
terapéutico, las metáforas son un elemento esencial para que los cambios en el paciente se produzcan más
fácilmente y a un nivel más profundo. Ahora bien, estos recursos tan originales han de albergar una serie de
características para que sean eficaces en el contexto clínico.
En primer lugar, la metáfora ha de ser entendida por el paciente, por lo que su relato debe estar adaptado a su
nivel de comprensión.
En segundo lugar, se busca que la persona se vea reflejada en ella, de manera que entienda lo que le está
ocurriendo y esta comprensión le motive a realizar el cambio terapéutico necesario.
En tercer lugar, debe tener una estructura de acción, de forma que en la narración se reflejen los pasos
necesarios que el paciente tiene que emprender si quiere conseguir el cambio.
Y debe ofrecer, por último, una solución o salida al problema, de forma que el paciente vea con claridad que
los pasos que tiene que dar le van a llevar, si los hace de forma correcta, a solucionar el problema por el que
está en consulta.
Las metáforas presentan al paciente una situación conocida, o mejor aún, vivida por él, que se asocia con el
problema que presenta en la actualidad y que, además, ofrece una solución al mismo.
2. La metáfora de la luz
Como su nombre indica, los pensamientos automáticos negativos aparecen en nuestra mente de forma
automática porque han sido repetidos y repetidos durante mucho tiempo. Así, hemos creado un hábito de
pensamiento. Una metáfora que se utiliza mucho en terapia para explicar este fenómeno mental tiene que ver
con algo que alguna vez nos ha pasado. ¿Qué ocurre cuando se funde una bombilla o se va la luz? Que
entramos en una habitación y, a sabiendas de que la luz no va a encenderse, apretamos el interruptor. Pasa lo
mismo que con los pensamientos, es algo que tenemos automatizado.