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METAFORAS PARA LA REESTRUCTURACION DE LA IDENTIDAD La meta de estas metáforas es

alentar al paciente a reconocer que puede haber una transformación en su vida, de modo que
pueda modificar su estilo de vida en formas completamente diferentes, que tendrán un mayor
significado para él. Esto sería especialmente útil para aquellas personas cuyo estilo de vida ha
quedado invalidado en una forma imprevista; por ejemplo, como secuela de un accidente físico,
cuando los hijos abandonan el hogar, cuando hay que cambiar de trabajo en forma obligada
(piénsese en la depresión que aqueja a muchos trabajadores activos que deben abandonar su
trabajo porque ya están “viejos” o por cambios tecnológicos o “racionalización” de funciones). Los
Lankton han ideado un protocolo de cinco pasos para esta metáfora (Lankton y Lankton, 1989, p.
252):

1. Definir un conflicto insuperable

Crear un conflicto o problema paralelo al presentado por el paciente, que el protagonista no


pueda manejar. El paralelismo ayuda a dar un énfasis en una crisis de identidad que es real. (Son
adecuados los incidentes generadores de tensión provenientes de la fase actual de desarrollo que
son representados como desafiantes a la identidad del paciente.)

2. Introducir una acción irrelevante

En esta parte de la historia, el protagonista deberá entrar en una acción que parece estar
completamente desconectada de cualquier esfuerzo por resolver el problema. (Participar de un
pasatiempo, irse de vacaciones, colocar algo tonto en el bolsillo, regalar un objeto atesorado a un
niño.)

3. Encontrar una forma en que el protagonista proclame la derrota El protagonista deberá


enunciar (ya sea pensando en voz alta, escribiendo, hablando a otro, un soliloquio, etc.) su propia
percepción del problema y cómo no puede vencerlo en forma satisfactoria.

4. Introducir un símbolo de la derrota Inmediatamente después que el problema es expresado


abiertamente, introducir una imagen negativa o imagen simbólica que defina los temores y el
desamparo que posee el protagonista, y que será un canal para disipar la negatividad del cliente.

5. Brindar una solución a través de una forma original El conflicto es resuelto por acciones del
protagonista, las cuales comenzaron antes y, que en esa oportunidad, parecían irrelevantes. A
continuación se transcribe un ejemplo de metáfora de este tipo, cuya meta es “El cambio surge al
transformarse la confusión en una oportunidad para descubrir el poder y la habilidad.” ¡El quería
estar lo más lejos posible! Stan no estaba realmente desesperado en el sentido estricto de la
palabra, pues tenía esa habilidad que tienen muchos adolescentes para ver las cosas y sus
negruras. Sería difícil decir si ya había dado por vencido cualquier sentido de poder que hubiese
tenido o si nunca lo había tenido en un primer lugar. Caminaba en esa forma desmañada en que lo
hace un adolescente derrotado, con la cabeza y los hombros hacia adelante, caminando
trabajosamente, arrastrando los pies. No era que algo específico estuviera de pronto yendo mal
-era como un proceso de desesperanza existencial, largo, lento, continuo, interminable, que
parecía haber pasado de una generación a otra en su familia. Al menos, parecía más concentrado
que cuando estaba en presencia de sus padres y parientes. No había ninguna violencia, hambre o
déficit de cosas tangibles en el pasado -era más como una pérdida emocional, y ahora y después
un abuso emocional y verbal. Y el campo de visión de un adolescente infortunadamente es muy
limitado. Es una vergüenza que Stan no pudiera haber mirado las cosas desde una perspectiva algo
más amplia. Pero tenía una bicicleta y le gustaría alejarse tanto como fuera posible de casa. Aun
así, no era suficiente. De hecho, estaba sobre su bicicleta un día con la meta en su mente; alejarse
tan lejos como fuera posible, sin esperar que el resto del mundo fuera algo mejor. Pero sólo se dijo
que había que “hacerlo”, con la indiferencia y la vacuidad, aunque estaba muy lejos de la
suficiente sofisticación -emocional- para decirlo o resolverlo. Estaba viajando solo, subiendo la
colina y sobre el otro lado del río, pedaleando desanimado, sin mucha atención, sin realmente
cuidar de hacia dónde estaba yendo o lo que le estaba sucediendo. Pasó frente a la tienda de
cosas raras y la registró nuevamente en su mente. Pero, aunque la registró en su mente, no le dio
un segundo pensamiento. Aun se preguntaba e imaginaba lo que podría gustarle como para viajar
sobre el escarpado a la velocidad máxima y conjeturar esperanzadamente en el olvido. No era un
plan real, sino más bien una fantasía que reflejaba su depresión. Pero era mucho mejor sustituir
sus pensamientos hasta el momento en que su frente reventara de pronto en un chasquido
aburrido. Pero él, aun no conocía una bicicleta que reventara así. Entonces hubiera tenido algo
más tangible sobre lo cual focalizar su depresión. Tendría que haber parecido como que había
dejado millas atrás el hogar -pero no lo suficientemente lejos; vivo- pero no lo suficiente.
Realmente no cuidaba o no advertía en dónde estaba. Al principio, sólo lanzó la bici al lado del
camino polvoriento bajo un arce muerto. Después se dejó caer al lado. Se sentía como llorando,
pero aun no tenía la suficiente conexión emocional con su yo emocional para hacerlo. Por el
contrario, sólo se sentó ahí, al estilo indio, con su cabeza enterrada entre sus brazos cruzados,
moviendo su cabeza hacia atrás y adelante, y mascullando para si mismo, “Date por vencido. Eso
es. ¡Ríndete! Sólo deseo estar muerto.” Esta vez aparecía como una idea nueva para él. De modo
que se quedó sentado ahí, apreciándola. Mientras más estuviera sentado ahí, probablemente no
tendría una buena idea. La luz cambió un poco más hacia la sombra, pero no era seguro si el
avance de la hora o una nube eran responsables de eso. Y mientras el pensamiento estaba
tomando vida propia, cristalizado en su mente, fue empapado con un súbito aguacero. No era más
que un insulto o un herida, pero hizo una pequeña diferencia. Lo atemorizó y él saltó. Pero no
debilitó su convicción. Grito, “Bien. Permitan que el demonio me ilumine. Que venga y me tome.
Ahora...” Milagrosamente, las personas al otro lado del río, sin conocer el drama bajo el arce,
vieron el golpe de luz que ya había muerto al árbol. Se dejó oír un fuerte río. La luz pareció
apoyarse sobre el árbol y sacudirlo para estar segura que había liberado toda su venganza y furia
exactamente ahí. Dos años después, en otra ciudad, una flecha, de hecho un conjunto de flechas
que viajaban, tan rápido como la luz ese día, dieron la copa de vencedor a un joven que en alguna
forma recordaba a Stan. Y las flechas fueron disparadas desde un arco que el joven manejaba con
maestría. Aunque el arquero también se llamaba, había un mundo de diferencia entre ese arquero
y el Stan que estaba sentado ese día debajo del arce muerto. Y fue de este modo cómo el
orgulloso arquero recordaba los sucesos que lo llevaron a vencer en ese campeonato regional de
tiro al arco. Comenzó esa vez ¡que había estado sentado bajo un arce muerto y que salto como
nunca lo había hecho cuando la luz golpeó al árbol! Es interesante que aunque podamos sentirnos
inservibles e indeseables solamente unos momentos antes, ¡aun hay suficiente instinto de
supervivencia como esas veces en que usted aun no quiere empaparse y después freírse como una
sardina! De seguro él nunca se consideró un sabihondo, pero supo que era lo suficientemente
sabio para salir de la lluvia. Y además, tenía que hacer algo respecto a la llanta desinflada de su
única posesión. Se preguntaba ¿dónde iría exactamente? En realidad, ese día estaba forzándolo a
una pequeña inspección de sus alrededores. Mientras miraba, se percató que estaba, de hecho, en
un vecindario que había visto antes, aunque sus padres lo habían prevenido respecto a él. Y
entonces recordó haber pasado frente a una pequeña tienda excéntrica antes que su llanta
reventara. Había una pequeña tienda ahí, pero no estaba en la parte de la ciudad donde se
localizaban las tiendas, de modo que se justificaba que estuviera un poco sospechoso respecto a
qué tipo de industria casera era. Parecía que alguien vivía en la parte superior del edificio. Y
mientras éste se parecía a una estación de servicio rural y tiendas comunes, él no conocía ningún
lugar como este. Era como una especie de arreglo extraño y no tenía una buena sensación al
respecto por alguna razón. Entonces, nuevamente, no tenía ningunas ganas como para hablar de
algo en esos días, pero supuso que no tenía muchas opciones. Tendría que ir ahí y cubrirse de la
tempestad. Ocurrió que la tienda a la cual fue, ese día vendía “equipo de arquería”, y Stan
descubrió que eso significaba arcos y flechas. Miró alrededor todos los arcos que adornaban la
pared, mientras la tormenta rabiaba furiosamente. El propietario y Stan conversaron. Stan sabía
muy poco respecto a esta curiosidad. Aunque Stan no era probablemente un comprador y el
propietario no era de un carácter muy sociable, cuando la tormenta finalizó, tomó un arco de la
pared y llevó a Stan al patio trasero a practicar en un campo de tiro que había construido. Mostró
a Stan cómo sostener el arco, colocar la flecha, tirar, apuntar y soltar. Mostró a Stan la versión
madurada de sostener el arco con tres dedos y cómo relajarse y soltar ese tipo de agarre. Era muy
nuevo para Stan, él solamente había usado el método del pulgar y el índice. Antes que se
marchara, el propietario lo invitó para que regresara a dispara en el campo de tiro todas las veces
que quisiera. Stan había advertido algunos precios bastante buenos en las etiquetas sobre el
equipo, y que eran improbables encontrar en otra tienda. “Pero no tengo un arco, ni dinero para
comprar uno”, dijo Stan. “Eso probablemente estará bien. Encontraremos uno que puedas usar”,
dijo el propietario de mirada hosca, dándole confianza. Esta idea lo atrajo. ¿Por qué no? ¿A qué
muchacho no le gustaría aprender a lanzar flechas de verdadera fibra de vidrio con un arco de
doble curva de verdad? Y probablemente la idea le atrajo en parte porque sus padres no dudarían
en considerarla como una miserable pérdida de tiempo, sin mencionar la parte respecto a que es
peligrosa y ¡que además es en la parte peligrosa del pueblo! No transcurrió mucho tiempo
después para que encontrara una oportunidad para regresar al campo de tiro, y descubrió para su
sorpresa que él parecía tener destreza para este deporte. Había algo respecto a los símbolos de
poder y flexibilidad que representaba el arco, y la yuxtaposición entre fuerza y relajación implicada
en el lanzar. Le gustaba sentir esas suaves flechas de fibra de vidrio y la forma intrincada en que
estaban equilibradas y la forma en que estaban pintadas. Le gustaba el aroma del cuero de la caja
del arco. Su presencia se hizo muy regular en esos alrededores. Desde luego, no sabía aun que
este nuevo pasatiempo estaba transformándose en algo de importancia; a él sólo le gustaba.
Había regresado una y otra vez, y eventualmente compró su propio arco, un Bear Magnum de 65
dólares, con un tiro de 43 libras, el cual podía manejar diestramente con todo su poder para dar
un tiro máximo mientras tomaba puntería. Probablemente era un arco muy grande para él, pero
era el único lo suficientemente corto para que él pudiera usarlo y también sostenerlo. Usó el
dinero que ganó cortando el césped en el vecindario. Comenzó entrando en algunas competencias
y eventualmente ganó un campeonato del condado y de la región, después del cual recordó por
primera vez los dos años que habían pasado. Puede imaginarse el salto de confianza que algo
semejante puede enseñarle a usted. Bien, el deporte no ha jugado un rol manifiesto en la vida de
Stan los últimos 20 años, pero en la parte de arriba de su armario aun cuelga uno de los arcos y un
conjunto de flechas que compró en esa tienda hace mucho tiempo. Está cuidadosamente
protegido por una cubierta de cuero. Aunque su esposa nunca lo ha visto tirar, su hijo pequeño
ocasionalmente solicita una oportunidad para ver si él ha obtenido el suficiente poder y fuerza
para poder tirar con el arco. Es una prueba que está esperando pasar. Es un arco poderoso y difícil
para tirar, de modo que cuando el niño sea capaz de lograr esa meta, será un día para recordar, un
día en que la confianza haya pasado a otra generación.

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