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Para la región anterior de la rodilla pueden ser útiles los transductores con frecuencias
mayores (10 MHz), ya que las estructuras que se encuentran en esta área son, en
general, más superficiales, mientras que para la región posterior se sugiere el empleo
de sondas con frecuencia de 5 a 7.5 MHz, que proporcionan una mejor visualización de
las estructuras más profundas. La técnica en escala de grises debe ser siempre
complementada con la aplicación de la técnica Doppler potencial (DP) o Doppler color
(DC).
REGIÓN SUPRAPATELAR
Las estructuras de mayor interés en la región suprapatelar incluyen el tendón del
cuádriceps, el receso suprapatelar y el cartílago troclear del fémur. La región
suprapatelar de la rodilla se observa mejor con el paciente acostado en posición
supina neutral. El examen también puede ser realizado con la rodilla flexionada
20º - 30º; esto se puede lograr colocando una almohada bajo el área poplítea. La
flexión leve de la rodilla pone en tensión el tendón rotuliano, haciéndolo paralelo
al transductor, y así evitando la anisotropía, al escanearlo en el eje longitudinal.
La primera estructura que sirve como punto de referencia es el tendón del
cuádriceps, con su estructura fibrilar. En el eje longitudinal se puede apreciar la
inserción en el polo superior de la rótula, donde a veces se puede identificar
patología tendinosa y entesitis. Con frecuencia se puede apreciar la apariencia
trilaminar del tendón del cuádriceps; el recto femoral es el más superficial, las
fibras del vasto medial están en el centro, y las fibras más profundas son del
vasto intermedio.
Proximal a la patela se encuentran el cojín adiposo suprapatelar, que se aprecia
como un área hiperecoica, y el cojín adiposo prefemoral, que está más profundo
y proximal que el suprapatelar, inmediatamente sobre la línea cortical del fémur.
Entre estas dos estructuras encontramos el receso suprapatelar. En condiciones
normales, las superficies articulares están separadas por una fina capa de
líquido sinovial. Cuando este volumen de líquido articular aumenta, se produce
un derrame articular, lo que nos indica la existencia de una artropatía. Cuando
hay líquido o hipertrofia sinovial, se aprecia distensión del receso, y al presionar
con el transductor se puede saber si es líquido (se comprime) o hipertrofia
sinovial (no se comprime).
Como parte del examen del receso suprapatelar, se deben también escanear las
áreas medial y lateral al tendón del cuádriceps, ya que allí se puede acumular
líquido sinovial, especialmente con el paciente en posición supina. Estas áreas
se pueden comprimir manualmente para desplazar y visualizar mejor el líquido
articular.
El cartílago femoral se puede apreciar con la rodilla en flexión completa, ya que
el tendón del cuádriceps causa desplazamiento proximal de la rótula,
permitiendo visualizar el cartílago con su estructura hipoecoica.
El cartílago en condiciones normales se visualiza como una banda anecoica con
bordes bien delimitados pertenecientes al margen superior (o condro-sinovial) e
inferior (osteocondral).
REGIÓN INFRAPATELAR
Esta región puede ser explorada en posición neutral o con la rodilla ligeramente
flexionada. Las ondas ecográficas deben estar perpendiculares al área de
valoración, evitando la anisotropía que conlleva la exploración del tendón
rotuliano y el cuádriceps en sus inserciones. Como regla, se deben hacer cortes
tanto longitudinales como transversales, y dependiendo del nivel, se pueden
encontrar las siguientes estructuras:
El tendón rotuliano ancho en su inicio en el tercio medio de la rótula tiene un
diámetro de 2.9 mm en las mujeres y 3.5 mm en el hombre, es de menor
diámetro al insertarse en la tuberosidad de la tibia y habitualmente es de menor
ecogenicidad en sus sitios de inserción. Profundo al tendón se sitúa la grasa de
Hoffa, que normalmente se ve heterogénea, y adyacente a la tibia pueden
ubicarse las bursas infrapatelar superficial y profunda como imágenes anecoicas
sin que esto signifique patología, especialmente si su tamaño no supera los 2
mm. Se debe girar el transductor en sentido transversal para evaluar el tendón
rotuliano.
Cara medial
Con el paciente en decúbito supino, la rodilla ligeramente flexionada en ángulo
de 10° a 20° y con leve rotación externa se explora la región medial. Las
estructuras que exploraremos desde la superficie hasta la profundidad son:
ligamento colateral interno, cuerno del menisco interno y la inserción de los
tendones de la pata de ganso o pens anserino (de anterior a posterior: sartorio,
recto interno y semitendinoso).
Se coloca la sonda longitudinalmente al eje mayor de la rodilla y desplazándola
desde arriba hacia abajo, desde la porción proximal del cóndilo femoral medial
hasta la metáfisis proximal de la tibia; se puede identificar al ligamento colateral
interno. La zona donde más frecuentemente se lesiona es en la proximal, cerca
del origen del cóndilo femoral.
En la interlínea articular se observa el cuerno del menisco interno, el cual es
hiperecoico de forma triangular de base externa y vértice apuntando al interior
de la articulación. Para examinar la inserción de la pata de ganso se desplaza el
transductor hacia la tibia, con ligero corte oblicuo de las ondas ecográficas.
Estos tendones se insertan en un único tendón en la cara supero-interna de la
tibia. En condiciones patológicas se puede observar la bursa anserina.
Cara lateral
Se puede estudiar en tres posiciones: en rotación interna con flexión de 10° a
20° (también está aceptado hacerlo con extensión completa), decúbito lateral o
en prono (para valorar estructuras posterolaterales). Se examinarán de anterior
a posterior: banda iliotibial, origen del tendón poplíteo, ligamento colateral lateral,
tendón del bíceps femoral, cuerpo del menisco lateral y el espacio articular
lateral. La cintilla ilio-tibial se identifica por el reparo anatómico óseo del
tubérculo de Gerdy en la cara anterolateral de la tibia. El origen del tendón
poplíteo se localiza con referencia al surco poplíteo del cóndilo femoral externo,
justo por delante del origen del ligamento colateral externo. El ligamento
colateral externo, que se inicia en el cóndilo femoral externo, junto a la parte
distal del tendón del bíceps femoral, tiene una inserción común en forma de V en
la cabeza del peroné y aparece como una banda delgada hipoecoica.
REGIÓN POSTERIOR
Por ultrasonografía exploramos la fosa poplítea, que está delimitada:
• Lateralmente por el bíceps femoral (inserción en cabeza del peroné)
• Medialmente por los tendones: semitendinoso y semimembranoso
• Inferiormente por el gastronecmio con sus cabezas lateral y medial.
Contenido
En la región posterior están inmersas arteria y venas poplíteas, nervios tibial y
peroneo común, ganglios linfáticos y grasa. Estudiamos esta región con el
paciente en decúbito prono con el miembro inferior en extensión y los pies fuera
del borde de la camilla. Comenzamos colocando el transductor transversalmente
en la zona posteromedial de la pantorrilla, donde se observa la ecoestructura
típica del músculo gemelo superficial al músculo soleo. Al movernos
proximalmente hacia la interlínea articular encontramos el tendón del
semimembranoso lateral a la cabeza medial del gastronecmio. Superficial al
semimembranoso se halla el tendón del semitendinoso, más pequeño. Luego
colocamos el transductor de forma longitudinal, para observar profundamente la
interlínea articular posterior y el cuerno posterior del menisco medial hiperecoico
triangular.
Con el transductor en posición sagital nos movemos lateralmente hasta localizar
el menisco lateral. El aspecto lateral del cuerno posterior del menisco lateral es
difícil de ver debido a que el tendón poplíteo corre por su borde posterior; por
esto la ultrasonografía es menos útil para evaluarlo. Por último, rotamos el
transductor de forma transversal y evaluamos la región central del
compartimiento posterior, donde encontramos el contenido del hueco poplíteo: el
nervio tibial que corre adyacente a la arteria y vena poplíteas y el nervio peroneo
común próximo al borde lateral del gemelo externo.
Bursas
En la zona medial del hueco poplíteo es donde buscamos la presencia de
quistes sinoviales que representan el hallazgo ultrasonográfico más común. Una
bursa comúnmente estudiada es la gastronecmio-semimembranosa. Cuando se
encuentra distendida se denomina quiste de Baker. Aproximadamente en un
50% de los adultos mayores de 50 años la articulación de la rodilla se comunica
con la bursa referida. La causa de quiste de Baker en el adulto es típicamente
una artropatía de la rodilla que produce derrame sinovial.
Ligamentos cruzados
Para el estudio de los ligamentos cruzados anterior (LCA) y posterior (LCP) el
estándar de oro continúa siendo la resonancia magnética, pero su evaluación
con ecografía, en manos entrenadas, puede proveer información adecuada de
su estructura. Se observa por ecografía posicionando las ondas
longitudinalmente en la línea media de la fosa poplítea. Normalmente tiene un
margen posterior bien definido y forma triangular.
LESIONES TENDINOSAS
Los tendones que se afectan con más frecuencia son:
El tendón del cuádriceps. Puede romperse total o parcialmente durante la actividad
deportiva, generalmente cuando la rodilla esta en flexión y sometida a fuerte
sobrecarga. Esta lesión produce dolor agudo en la cara anterior de la articulación e
incapacidad para los movimientos de extensión.
El tendón rotuliano o ligamento rotuliano que es la continuación del anterior. Las
rupturas del tendón rotuliano ocurren generalmente en personas menores de
cuarenta años y si no se reparan con cirugía ocasionan retracción y atrofia del
músculo cuádriceps. También puede afectarse por tendinitis, proceso que se
conoce como rodilla del saltador (Jumper knee), por ser frecuente en esta actividad
atlética.
El tendón de la pata de ganso (pens anserino). Está formado por la unión de los
tendones del músculo semitendinoso, sartorio y recto interno del muslo, también
llamado músculo grácil. Se inserta en la cara interna y superior de la tibia. La
tendinitis de la pata de ganso o anserina produce dolor en la región interna de la
rodilla principalmente al realizar movimientos de extensión.
El tendón del músculo poplíteo. La tendinitis poplítea causa dolor en la parte
posterior y externa de la rodilla que aumenta cuando se corre cuesta abajo.
Las afecciones más frecuentes de los tendones son:
Peritendinitis: se considera el periodo inicial de una enfermedad tendinosa,
caracterizada por un proceso inflamatorio y que en la ecografía puede mostrar
edema del peritendón.
Tendinitis: Es la inflamación aguda o crónica de un tendón, el cual se muestra
doloroso a la palpación con el transductor.
Insercionitis: hay un área hipoecoica en la inserción del tendón. A veces se
asocia a microcalcificaciones y distensión de la bursa vecina.
Tendinopatías degenerativas: pueden ser locales o difusas y casi siempre
preceden a una ruptura. Se ven con frecuencia en la xantomatosis, en la
insercionitis proximal del tendón rotuliano y en la osteocondritis de la tuberosidad
tibial anterior.
Rupturas parciales y totales: en las rupturas parciales no recientes, hay un
patrón de tendinopatía degenerativa, con áreas hipoecoicas debidas a
hematomas y retracción de algunas fibras.
Entesopatías de la rodilla
Diferentes autores describen como hallazgos ultrasonográficos indicativos de
entesopatía, los siguientes aspectos: aumento del espesor tendinoso, alteración
de la ecoestructura fibrilar normal, calcificaciones, bursitis, aumento de la
vascularización (señal DC o DP), erosiones óseas y entesofitos.
Es oportuno recalcar que estos hallazgos, si bien son fundamentales en el
estudio de las espóndilo-artropatías seronegativas, no presentan carácter de
especificidad de estas patologías, ya que alteraciones degenerativas y/o
alteraciones mecánicas- traumáticas (en particular, en deportistas) pueden
mostrar hallazgos ecográficos similares.
Otras tendinopatías
Casi siempre son postraumáticas o relacionadas con un trauma deportivo y casi
nunca de naturaleza degenerativa, salvo la asociada con la enfermedad de
Osgood-Schlatter u osteocondrosis. En que hay una apófisis tibial prominente
que predispone a una tendinopatía crónica de la porción distal del tendón
patelar, asociado a veces con una bursitis infrapatelar.
Enfermedad de Osgood-Schlatter
Se cree que esta enfermedad es causada por lesiones pequeñas y usualmente
inadvertidas, ocasionadas por la sobrecarga repetitiva antes de que se complete
el crecimiento del área. También se cree de otro factor que pueda afectar la tibia
que marca como culpable a la tirantez de los músculos que se encuentran
anteriores al cuádriceps que está unido con los tendones que corren por la
rodilla hasta la tibia para conectar ambos músculos. Al momento de contraerse,
el tendón puede comenzar a tirar del hueso de la pantorrilla causando el dolor.
Este trastorno se observa muy a menudo en adolescentes activos y atléticos,
generalmente en edades comprendidas entre los 10 y los 15 años. Es común en
adolescentes que juegan fútbol, baloncesto y voleibol, al igual que aquellos que
practican gimnasia. Esta enfermedad afecta más a menudo a los hombres que a
las mujeres, dado a que ellos practican más estos deportes, sobre todo el fútbol.
En la enfermedad de O-Sch, el cartílago no osificado de la tuberosidad tibial
anterior aparece inflamado con engrosamiento del tejido celular subcutáneo
(TCS), edema del tendón patelar y distensión de la bursa profunda infrapatelar.
Enfermedad de Sinding-Larsen-Johannson
La enfermedad de Sinding-Larsen-Johannson ocurre en el niño donde hay
fragmentación del polo inferior de la patela y se puede ver en la ecografía, a
veces asociada con edema del tendón patelar o de la grasa de Hoffa.
Ruptura tendinosa
La ruptura del tendón del cuádriceps, frecuente en la prótesis total de la rodilla,
en los traumas, en las contracturas musculares bruscas y en algunas
enfermedades sistémicas, aparece como una hendidura hipoecoica con
separación del tendón en ambos lados, en ocasiones con presencia de liquido
arremolinado en su interior, muchas veces con producción de una sombra
acústica por artefacto de refracción.
La ruptura puede ser total o parcial y predomina en la unión músculo-tendinosa o
en la inserción del tendón en la patela. En la ruptura parcial se ve un defecto
hipoecoico (hematoma) en algunas de las 4 láminas de este tendón.
Los tendones del bíceps femoral y los de la corva también son susceptibles a las
rupturas tendinosas. Cuando se rompe el tendón del bíceps femoral, que ayuda
a estabilizar la articulación, se confunde con una ruptura del menisco lateral. La
ruptura de los tendones de la región anserina, son frecuentes en los peloteros.
El tendón aparece engrosado, hipoecoico y con una bursitis asociada.
Separación menisco-capsular
En condiciones normales el cartílago articular del platillo tibial, debe estar cubierto por
el cuerno posterior del menisco tibial, sin estar expuesto a la superficie del cartílago
articular. Los signos de una separación meniscocapsular, en la RMI son:
- Desplazamiento en 5 mm. o más del cuerno posterior del menisco medial.
- Presencia de cartílago articular medial no cubierto por el menisco.
- Presencia de líquido interpuesto entre el borde periférico del menisco y la
cápsula.
- Cuando hay una separación completa del cuerno posterior se puede ver al
menisco flotando libremente, sobre todo si se asocia con ruptura del LCM, lo que
es frecuente.
En ocasiones y con la ecografía, se pueden identificar algunos de estos signos.
Quistes meniscales
Los quistes meniscales son masas quísticas multiloculadas llenas de material
mucinoso. Para algunos se originan por una hendidura horizontal del menisco,
mientras que para otros son debidos a una degeneración mixoide.
En la ecografía los quistes meniscales aparecen como estructuras hipoecoicas o
anecoicas loculadas y en los cuales puede verse el desplazamiento del líquido
en su interior cuando se comprime con el transductor. En las áreas de
degeneración mixoide el menisco aparece engrosado e hipoecoico. Cuando un
quiste es muy grande puede simular un tumor y provocar erosión del platillo tibial
lateral. En las formas crónicas el líquido se espesa y puede aparecer sólido,
situándose vecino o lejos de la articulación.
Menisco discoide
En esta entidad el menisco displásico pierde su forma semilunar en «C» y toma
una configuración discoide ancha. Es más frecuente en el menisco lateral y son
más susceptibles a los desgarros y quistes. El menisco es más alto que el
opuesto (>2 mm) y se pierde su afinamiento central.
Calcificación meniscal
Ocurre en la condrocalcinosis, y durante el desarrollo, como aberración en la
diferenciación de las células mesenquimales dentro del menisco. En la ecografía
se pueden detectar sombras acústicas intraarticulares vecinas a los platillos
tibiales producidas por las calcificaciones de los meniscos.
Derrame articular
La existencia de derrame no es una enfermedad en sí misma, sino un síntoma
que puede tener muchos orígenes. Las causas se dividen en dos grupos,
traumáticas y no traumáticas. Los derrames de origen traumático pueden estar
asociados a lesión de alguno de los ligamentos que estabilizan la articulación,
fracturas intraarticulares, luxación de rótula o rotura de menisco, aunque puede
existir derrame como única manifestación tras un trauma sobre la rodilla. Los no
traumáticos pueden ser la consecuencia de artrosis, artritis reumatoide,
enfermedades infecciosas que afecten a la rodilla, artritis gotosa y tumores
óseos benignos o malignos.
El derrame articular en la rodilla es un signo inespecífico que se asocia con
procesos inflamatorios, osteonecrosis, osteoartritis o traumas. En la ecografía
puede detectarse aun en pequeñas cantidades, especialmente en la bursa
suprapatelar, así como por dentro y por fuera de la patela, sobre todo luego de
maniobras de compresión y búsqueda de este alrededor de la patela.
Desde el punto de vista estrictamente ultrasonográfico, el derrame articular puede ser:
1. De tipo exudativo (característicamente anecoica en forma homogénea) por la
presencia predominante de líquido sinovial, como se observa en aquellos derrames
generalmente agudos o subagudos, ya sea de etiología degenerativa o inflamatoria.
La presencia de pequeños spot hiperecogénicos puede orientar en la búsqueda de
una artropatía microcristalina.
2. De tipo proliferativo, en donde predomina el componente de proliferación e
hipertrofia de la sinovial en el interior del derrame (áreas de mayor ecogenicidad
respecto al líquido sinovial y de forma variada, denotando el carácter de cronicidad
del proceso inflamatorio). En estos casos es necesario evaluar el incremento de la
vascularización (neo-angiogénesis) por DP o DC de las áreas de hipertrofia sinovial
para establecer el grado de actividad de la enfermedad.
En las artropatías infecciosas es común encontrar detritus o material purulento en el
interior del derrame que se traduce por ecografía por la presencia de áreas de
ecogenicidad heterogénea, lo cual debe ser siempre cotejado con el estudio
microbiológico del líquido sinovial.
Alteraciones sinoviales
El engrosamiento de la sinovial puede ser inflamatorio, infiltrativo, infeccioso
crónico, tumoral, etcétera. pero la ecografía carece de especificidad. La
hipertrofia sinovial o pannus puede visualizarse en un grupo de artropatías
inflamatorias (AR, artropatías hemofílicas, etc.), así como en la invasión tumoral
de la sinovial. También puede ocurrir en algunas infecciones crónicas (TB,
hongos) en cuyo caso es frecuente la presencia de adherencias fibrosas y
sinequias. El pannus aparece hipoecoico en relación con las partes blandas
vecinas y pueden verse desechos de fibrina, sobre todo en la AR, en cuyo caso
es necesario realizar mediciones evolutivas del grosor de la sinovial y para lo
cual se selecciona, por lo general, la medida de la mitad de la suma de las
paredes engrosadas anterior y posterior de la bursa, luego de una compresión
suave con el transductor.
Bursa anserina
Es la bursa del tendón anserino, formado por la confluencia de los tendones del
sartorio, recto interno y semitendinoso. Es una bursa profunda que cuando se
distiende aparece por detrás del tendón anserino, a veces con tabiques. Por lo
general ocurre en pacientes obesos con osteoartrosis degenerativa o en atletas
y puede confundirse con un quiste de Baker.
Artropatías inflamatorias
La presencia de engrosamiento de la sinovial es frecuente en las artritis
inflamatorias, pero puede verse en las infecciones crónicas (por ejemplo
tuberculosis (TB)). La ecografía puede utilizarse para detectar el derrame
articular en la bursa suprapatelar, así como la presencia de una sinovitis
proliferativa. El grosor normal de la pared de la bursa suprapatelar es de 2.7 ±
0.8 mm y sirve para evaluar la efectividad del tratamiento en los procesos
inflamatorios.
En las artritis inflamatorias el líquido puede contener ecos lineales ecogénicos
por detritus. En los pacientes con una artritis inflamatoria activa o en una
artropatía degenerativa, el cartílago se altera (se engruesa o afina) y los bordes
se hacen borrosos. El cartílago medial normal mide 1.2 mm y el lateral 1.9 mm.
Artritis séptica
Hay distensión capsular, derrame articular y alteración en la grasa de Hoffa.
Pueden existir alteraciones osteoperiósticas vecinas, así como detritus
intraarticulares y sinovitis. Estas alteraciones son detectables con la ecografía, la
cual sirve de guía para realizar punciones aspirativas diagnósticas.
Ganglión quístico
Los gangliones contienen material mucinoso, tapizados por tejido conectivo y no
comunican con la articulación. Los localizados alrededor de la rodilla se originan
en la articulación tibio-peronea superior donde pueden envolver músculos,
tendones o vainas tendinosas. Algunos son intraarticulares, originados del LCA o
LCP, predominando en la fosa intercondílea. A veces se localizan en la grasa de
Hoffa. Los gangliones por lo general son multilobulados y contienen un material
grueso y viscoso.
En la ecografía se presentan como una masa anecoica, septada, con una pared
hiperecoica bien definida de 1.0 a 2.5 mm de espesor. La masa puede
comunicarse por un cuello estrecho con la articulación tibio-peronea superior y
por lo general se localizan dentro del músculo tibial anterior o peroneo largo.
Condrocalcinosis
Puede afectar al menisco o al cartílago hialino articular. En la ecografía hay
áreas hiperecoicas lineales dentro de la articulación, paralelas a las superficies
óseas.
Lipohemartrosis
La presencia de sangre intrarticular en un trauma obliga a sospechar una
fractura intrarticular o una lesión severa capsulo-ligamentosa. La grasa se
origina del hueso, membrana sinovial, estructuras capsulo-ligamentosas o grasa
intrarticular. En la ecografía, y en los casos típicos se ve un nivel líquido-líquido,
el superior es ecogénico producido por la grasa y el inferior hipoecoico,
producido por la sangre.
Plica sinovial
La plica constituye una variante anatómica presente en el adulto normal entre el
20 y el 60% de los casos. Se puede localizar por encima, por dentro o por
debajo de la patela, la variedad media infrapatelar es la más frecuente. Muchas
veces es un hallazgo durante el examen ecográfico de la rodilla y el diagnóstico
positivo se basa en un engrosamiento de la misma con variación de su
ecogenicidad, alteración de la grasa vecina unido, muchas veces, a irregularidad
y borramiento del cartílago articular vecino del cóndilo femoral interno. Es causa
también de derrame articular y de perimeniscitis medial.
Condromalacia rotuliana
En esta entidad hay reblandecimiento del cartílago articular de la patela
asociado a cambios degenerativos. Puede ser primaria o idiopática o ser secuela
de un trauma. Predomina en los adolescentes y adultos jóvenes. Como
condiciones predisponentes se señalan: patela alta, un aumento del ángulo en
valgus y una hipoplasia del cóndilo femoral. La forma crónica se ha relacionado
con subluxación, aumento del ángulo Q, imbalance del cuádriceps, un mal
alineamiento postrauma, un síndrome de presión excesiva lateral o lesión del
LCP.
La ecografía con cortes semioblicuos, permite detectar las alteraciones del
cartílago articular de la patela, que pierde sus características normales y que
puede observarse mejor cuando existe un derrame articular asociado.
LESIONES ÓSEAS
Las lesiones óseas de la rodilla son difíciles de detectar con la ecografía, salvo cuando
se asocien con derrame articular. La osteonecrosis, frecuente en las mujeres mayores
de 60 años, suele ser postraumática, asociada a fractura o ser espontánea. No es raro
que se interese la superficie del cóndilo femoral interno y más raramente los platillos
tibiales y el cóndilo femoral lateral. Se asocia, frecuentemente, con desgarros del
menisco. Todas estas alteraciones pueden ser sospechadas con la ecografía.
Osteocondritis disecante
Trastorno común en la que se forman grietas en el cartílago articular y el hueso
subyacente subcondral. Es una complicación de la necrosis avascular que se
produce en el hueso subcondral. Se produce cuando un pedazo suelto de hueso
o cartílago parcialmente (o totalmente) se separa del extremo del hueso, a
menudo debido a una pérdida del suministro sanguíneo (osteonecrosis) y
descalcificación de la matriz ósea trabecular. El pedazo suelto puede quedarse
en el lugar o alrededor, haciendo que la articulación permanezca rígida e
inestable.
En la osteocondritis disecante, las lesiones predominan en el cóndilo femoral
interno y cuando hay derrame articular se pueden visualizar los fragmentos
óseos, frecuentes en la porción interna.
MASAS POPLÍTEAS
La fosa poplítea, como ya hemos mencionado, está limitada por fuera por el
tendón del músculo del bíceps femoral, por dentro por los tendones del
semimembranoso y semitendinoso y por debajo por las cabezas de los gemelos.
Ella contiene el haz neurovascular de la región y sus bursas. El diagnóstico
diferencial de una masa de la región poplítea comprende, entre otras: el quiste
de Baker, el aneurisma de la arteria poplítea, la trombosis venosa, el hematoma
y los tumores.
Ultrasonido de tendones:
Las alteraciones de los tendones constituyen una de las mejores aplicaciones de la
Ecografía, debido a su alta sensibilidad para detectar sus lesiones, su bajo costo y la
capacidad para detectar diferentes condiciones patológicas.
El estudio de los tendones obliga al análisis de sus anexos, que intervienen en la
movilidad de los mismos y en su capacidad de desplazamiento. Ellos comprenden:
Paratendón, constituido de tejido conectivo laxo y cuya función es amortiguar
sus movimientos.
Las vainas fibrosas y sinoviales.
Las bursas serosas, que juegan un papel de protección y que disminuyen la
fricción entre él y estructuras vecinas (huesos, músculos, etc.).
La unión osteotendinosa, conocida como entensis.
Patología tendinosa:
En los procesos inflamatorios el aspecto varía según el tendón interesado, así
como por su forma de presentación; aguda o crónica.
Tendones sin vaina sinovial (tendinitis):
o Aguda: aparece como un engrosamiento del tendón con hipoecogenicidad
focal o difusa.
o Crónica: muestra un engrosamiento focal, con ecogenicidad heterogénea.
El tendón puede tener aspecto nodular y bordes irregulares. Puede
mostrar microrrupturas, calcificaciones, tanto en el tendón como en la
inserción.
Tendones con vaina sinovial (tenosinovitis):
o Aguda: la inflamación es casi siempre secundaria a un trauma, sobreuso,
etc. El signo más importante es la visualización de líquido en el interior de
la vaina como un anillo hipoecoico peritentinoso. En esta fase la cantidad
de líquido se relaciona con el grado de inflamación.
o Crónica: se puede ver el engrosamiento de la sinovial, que puede
aparecer hipoecoico o hiperecoico, con o sin líquido.
Tendinitis de inserción:
Se conoce también como entensiopatía o lesión por sobreuso. Estas lesiones se
sitúan a nivel de la unión del tendón con el hueso y el conflicto es de naturaleza
mecánica, con microtraumas, por contracciones repetidas en los tendones.
En la Ecografía es difícil de identificar, requiriéndose transductores de muy alta
resolución.
Tenosinovitis esclerosante:
Como sucede en la enfermedad de Quervain, el atrapamiento y conflicto de los
tendones en los túneles osteofibrosos o por debajo de un ligamento o polea,
puede producir microtraumas crónicos.
Los tendones interesados, aparecen difusamente inflamados, con alteración de
su estructura intrínseca y engrosamiento focal o difuso de la vaina sinovial.
En los períodos de agudización puede haber derrame articular y en los
movimiento pasivos, durante el examen Ecográfico, puede verse el atrapamiento
de la vaina sinovial a la entrada del túnel interesado.
Ruptura tendinosa:
Los tendones son estructuras fuertes, que se comportan absorbiendo los
fenómenos de choque y evitan daños potenciales al músculo. Por ello solo se
rompen en presencia de traumas importantes, directos, salvo cuando hay
cambios degenerativos, previos o microtraumas repetidos.
Otros factores que posiblemente jueguen un papel importante son: el sobreuso,
las alteraciones metabólicas, enfermedades sistémicas, instilación de esteroides
intrasustancia, etc.
En la ruptura se puede encontrar, en la Ecografía, interrupción total del tendón
interesado, con retracción de los extremos y presencia de un hematoma o tejido
de granulación. La ausencia de colección hemática habla a favor de una ruptura
no reciente. En los casos dudosos, con maniobras pasivas, se puede llegar a ver
la separación de los extremos del tendón.
El aspecto Ecográfico es muy variable y depende del sitio de la ruptura y de la
presencia o no de vaina sinovial.
Ultrasonido muscular:
La ecografía es la técnica imagenológica de elección para el estudio de las
lesiones musculares, sobre todo en las personas que practican deporte, en que
la patología muscular y tendinosa es esencialmente de origen traumático.
También puede mostrar las complicaciones que comprometen el porvenir de un
atleta o profesional.
La realización técnica del examen, por el imagenólogo, requiere de una estrecha
relación con el paciente y con el médico de asistencia, (médico deportivo,
ortopeda, reumatólogo, fisioterapeuta, etc.), de un examen clínico completo,
siendo la ecografía, para algunos, su prolongación técnica.
Indicaciones:
Lesiones musculares traumáticas: calambres, rupturas, evolución de las lesiones
y complicaciones.
Lesiones inflamatorias: miositis viral o bacteriana.
Lesiones musculares periféricas: lesiones de las fascias, aponeurosis e inserción
músculo-tendinosa.
Síndrome compartimental: agudo y crónico.
Rabdomiolisis.
Tumores musculares.
Enfermedad neuromuscular.
Como guía para punciones aspirativas o terapéuticas.
Rupturas:
Hay discontinuidad de las fibras musculares (signo directo) y presencia de hematoma
muscular. (signo indirecto). Pueden ser parciales o totales, por lo que se describen tres
grados:
Grado I: <5% de la masa muscular Se ven cavidades con líquido hipoecoico en
el vientre muscular desaparecen a las 2 sem.
Grado II: >5% de la masa muscular Hay fragmentos musculares libres en la
colección hipoecoica.
o Parcial (grado I y II). Se manifiesta por una colección hipoecoica en el
músculo, con pérdida de continuidad de las fibras. Se afectan un número
limitado de fibras. En la Ecografía se puede ver una discontinuidad del
perimisium ecogénico. El área de rotura muestra los bordes dentellados,
rodeada de un halo ecogénico.
Grado III: se interesa toda la masa muscular con separación del tejido.
o Total (grado III). Hay separación completa de la estructura muscular, con
gran colección hemática intermedia. En la Ecografía se ven los
fragmentos musculares retraídos, rodeados por una colección hipoecoica
(hematoma muscular), que produce el signo de “badajo de campana”.
Fases de la ruptura muscular total:
Fase aguda: Cavidad irregular con bordes difusos y contenido
ecogénico (Hm).
Fase intermedia: Colección anecoica (de 24-72 hrs.)
Fase tardía o de curación: El tejido cicatrizal que rellena la cavidad
aparece hiperecoico. Pueden visualizarse calcificaciones (miositis
osificante).
Complicaciones:
Primer orden: recidivas por movilización precoz de la fibrosis tardía. Hay retardo
en la reparación y como consecuencia aparece la fibrosis.
Segundo orden: hematomas encapsulados. Fibrosis perineural y perimuscular.
Tercer orden: miositis osificante. Hernia muscular.
Cuarto orden: sepsis.
Sindrome compartimental:
Agudo: Aumento de los diámetros del compartimento, con desplazamiento y
afinamiento de las fascias vecinas; ECO: aumento de la ecogenicidad muscular,
manteniéndose los septum f-a hiperecoicos
Crónico: dos mecanismos:
o No hay aumento de volumen y sí engrosamiento y rigidez de la
membrana interósea, a veces con hernia muscular a través de la fascia
vecina. Constituye un 1/3 de los casos.
o Hay expansión normal del compartimento, con demora en la
recuperación fisiológica (6 veces por encima de lo normal). Constituye las
2/3 partes de los casos.
Otras miopatías:
En las enfermedades de esta naturaleza, casi todos los músculos esqueléticos están
interesados, por lo que puede seleccionarse la porción media del brazo o del muslo,
salvo en las miopatías inflamatorias, en que debe explorarse el músculo afecto.
Distrofia miotónica.
El aspecto de la Ecografía en esta entidad es muy variable; puede ser normal o existir
un aumento en la ecogenicidad.
Miopatías inflamatorias.
En la polimiositis y dermatomiositis se interesa el músculo en forma de “parches”, los
cuales muestran aumento de la ecogenicidad, asociado a una pobre definición de los
límites entre los bordes óseos y los planos miofasciales. Este patrón varía con la
progresión o mejoría de la enfermedad y evolutivamente se interesan nuevos
músculos. En el período final, el cambio en la ecogenicidad puede interesar a todos los
músculos y en los casos de recuperación clínica, el músculo NO regresa a la
normalidad
Lesiones neuromusculares:
Bajo este término incluimos las miopatías y las miastenias.
Las miopatías se tratan de distrofias musculares progresivas e irreversibles. La
más frecuente es la miopatía de Duchenne o Miopatía pseudohipertrófica. Las
otras miopatías son más raras.
La miastenia se asocia con frecuencia a otras afecciones autoinmunes y su
diagnóstico solo se hace con la biopsia neuromuscular.
El uso de la Ecografía para la evaluación de las afecciones neuromusculares,
tanto en el niño como en el adulto, debe ser estandarizada y se aconseja tener
patrones preparados previamente, por grupos etáreos entre 1 y 12 meses, entre
12 meses y 5 años y de 5 años en adelante. El paciente debe ser examinado en
posición supina y siempre realizando estudios comparativos.
Ultrasonido Intervencionista.
Técnica de punción de masas sólidas.
Técnica de punción de colecciones y quistes.
Técnica de drenajes biliares.
Técnica de drenajes en el riñón.
Técnica de drenaje en otras cavidades.
Contraindicaciones relativas:
Coagulopatía incorregible.
Falta de vía de biopsia segura. Las biopsias que deben interesar vasos como la
VCI, la porta extrahepática o esplénica aumenta la hemorragia. También es
preferible que no estén interpuestos el estomago y los intestinos pero no es una
contraindicación.
Paciente que no coopere. Los movimientos pueden provocar daños tisulares y
hemorragias, muy frecuentes en niños por eso se deben sedar.
Método de visualización:
Ecografía:
Ventajas:
o Fácil disposición, relativamente barata y portátil.
o No usa radiaciones ionizantes y guía en múltiples planos transversos,
longitudinales y oblicuos.
o Visualiza directamente la punta de la aguja a su paso a través del tejido hacia el
objetivo, así evita estructuras intermedias importantes.
o El doppler ayuda a evitar las partes vascularizadas de las lesiones a biopsias y
otras estructuras vasculares.
o Es ideal en delgados y en lesión superficiales o de profundidad media, es
dificultoso en obesos y lesiones profundas o detrás del intestino y colon o hueso
que interfieren con la ventana gaseosa u ósea.
o Se realizan biopsias renales, hepáticas, cuello, páncreas y otras lesiones de
abdomen y pelvis si se visualiza bien.
o Comparada con la TC, requiere menos tiempo y son más eficaces y da menos
frecuencia de falsos negativos.
Tomografía:
Ventajas:
o Proporciona una resolución espacial excelente de todas las estructuras que hay
entre la piel y la lesión y ofrece una imagen precisa de la punta de la aguja.
o En la práctica muchas biopsias pélvicas, suprarrenales, pancreáticas,
retroperitoneales y osteomusculares se realizan por TC al verse mejor.
Selección de la aguja:
Aguja de pequeño calibre:
o De 20 a 25.
o Se usan para el estudio citológico.
o Para puncionar masas por debajo de las asas con menos probabilidad de
infección.
o Para confirma recidiva o metástasis tumoral.
Aguja de calibre grande:
o De 14 a 19.
o Se utilizan para obtener mayores cantidades de tejido para estudio citológico e
histológico.
o Se usa para diagnostico de linfoma, lesiones benignas, y la mayoría de los
procesos parenquimatosos crónicos difusos como la cirrosis hepática, la
glomerulonefritis o el rechazo de aloinjerto renal.
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