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Unidad N°3: Daño Moral

Punto 1. El daño material o patrimonial. Resarcibilidad.

Artículo 1737: Hay daño cuando se lesiona un derecho o un interés no


reprobado por el ordenamiento jurídico, que tenga por objeto la persona, el
patrimonio, o un derecho de incidencia colectiva.

Articulo 1738.- Indemnización. La indemnización comprende la pérdida o


disminución del patrimonio de la víctima, el lucro cesante en el beneficio
económico esperado de acuerdo a la probabilidad objetiva de su obtención y la
pérdida de chances. Incluye especialmente las consecuencias de la violación
de los derechos personalísimos de la víctima, de su integridad personal, su
salud psicofísica, sus afecciones espirituales legítimas y las que resultan de la
interferencia en su proyecto de vida.

Articulo 1739.- Requisitos. Para la procedencia de la indemnización debe


existir un perjuicio directo o indirecto, actual o futuro, cierto y subsistente. La
pérdida de chance es indemnizable en la medida en que su contingencia sea
razonable y guarde una adecuada relación de causalidad con el hecho
generador.

- Daño directo será aquel que se produzca a la persona en forma directa,


mientras que indirecto será cuando a un tercero se le produce un daño y lo
afecta indirectamente.

- La subsistencia del daño tiene que ver con la no desaparición del mismo, es
decir, si no se reparó al momento en que debería ser resarcido.

- El interés del daño podrá ser positivo (ve al pasado, daños causados
precontractualmente, que rompen el vínculo; es la privación de algún
patrimonio anterior, es decir, de lo que hubiera obtenido si se hubiera realizado
el contrato) o negativo (mira al futuro, es símil a la perdida de la chance al estar
pactado; se trata de restituir a las partes a la situación anterior a la realización
del contrato, de manera que una de ellas no sufra menoscabo por la
celebración de ese contrato que no ha sido resuelto por culpa de cuestiones
ajenas)

- El daño puede ser presente (ej.: por todas las ganancias frustradas hasta el
momento de la sentencia) o futuro

- Daño compensatorio implica que el resarcimiento lo deba realizar quien haya


generado el daño contractual. Se da porque no se ha prestado al obligación
correspondiente
- Daño moratorio implica el daño adicional producido por el interés generado en
conjunto. Hay un retardo en el cumplimiento de la obligación, por eso se da el
daño

- Daño instantáneo se produce en un único momento, en cambio, el daño


continuado se prolonga en el tiempo.

Articulo 1740.- Reparación plena. La reparación del daño debe ser plena.
Consiste en la restitución de la situación del damnificado al estado anterior al
hecho dañoso, sea por el pago en dinero o en especie. La víctima puede optar
por el reintegro específico, excepto que sea parcial o totalmente imposible,
excesivamente oneroso o abusivo, en cuyo caso se debe fijar en dinero. En el
caso de daños derivados de la lesión del honor, la intimidad o la identidad
personal, el juez puede, a pedido de parte, ordenar la publicación de la
sentencia, o de sus partes pertinentes, a costa del responsable.

Daño Patrimonial: produce una disminución en lo que la persona tiene o


debería tener de no haber producido el suceso dañoso. Su reparación consiste
en la restitución de la situación del damnificado al estado anterior al hecho
dañoso (artículo 1740), lo que importa "borrar" los efectos nocivos del ilícito,
recomponiendo disminución patrimonial.

Especies: Existen tres especies de Daño Patrimonial: el daño emergente, el


lucro cesante y la pérdida de chances.

a. Daño emergente: pérdida o disminución del patrimonio de la víctima


(artículo 1738) en razón del hecho dañoso. Importa un empobrecimiento
económico por egreso de valores. Puede ser actual o futuro.

b. Lucro cesante: perdida del beneficio económico esperado de acuerdo a la


probabilidad objetiva de su obtención (artículo 1738). Con otras palabras alude
a las ganancias frustradas por causa de hecho dañoso. No es un menoscabo
patrimonial a lo ya existente, sino una frustración de un acrecimiento
patrimonial.

El artículo 1744 dispone que el daño deba ser acreditado por quien lo invoca,
excepto que la ley lo impute o presuma, o que surja notorio de los propios
hechos.

En general, la propia víctima es quien no solo tiene la carga, sino que está en
mejores condiciones de acreditar el detrimento personal (es decir, Daño moral
o material en contra de los intereses de alguien.). Esto no obsta a que la
contraria pueda ofrecer y producir alguna prueba en contrario.

En cuanto a los medios de prueba, se admiten todos aquellos, siempre y


cuando resulten idóneos para acreditar el rubro en concreto de que se trata.
c. La pérdida de chances: acorde al artículo 1738, la indemnización la
incluye. El artículo 1739 dispone que la perdida de chance sea indemnizable en
la medida en que su contingencia sea razonable y guarde una adecuada
relación de causalidad con el hecho generador.

Se trata de la perdida de la oportunidad de conseguir un beneficio patrimonial,


que deriva causalmente del hecho dañoso. Alude a la frustración concreta y
real de una probabilidad, esto es lo que constituye un daño resarcible cierto, y
no hipotético.

En este caso existe una mayor flexibilidad a la hora probatoria, siendo la


prueba presunciones la única posible.

Punto 2. El Daño moral (o extra patrimonial). Noción: lesión a los derechos e


intereses ilícitos no reprobados por el ordenamiento jurídico que repercuten en
la esfera extra patrimonial de la persona.

Evolución: en principio se entendía que poner un "precio al dolor" era


moralmente reprochable. El código civil receptaba el resarcimiento de un
agravio moral solo cuando mediara un delito del derecho criminal. Con la
reforma de la ley 17.711 se ampliaron sus horizontes, concediendo la
reparación plena del agravio moral en la responsabilidad extra contractual,
ampliando la cadena de legitimados activos, de manera limitada, y en materia
de responsabilidad contractual se dispuso que el juez podía condenar al
responsable a la reparación del agravio moral, de acuerdo a la índole del hecho
generador y las circunstancias del caso. Los bienes afectados en la moral, son
los Derechos Personalísimos tales como el derecho a la privacidad, intimidad,
integridad personal, el honor, etc., que son aquellos ligados a la personalidad
por el mero hecho de ser persona, por esto mismo también es que son
imprescriptibles.

El CCC no lo define de manera explícita, en el artículo 1741 se dispone


respecto de la indemnización de las consecuencias no patrimoniales derivadas
del suceso lesivo. Esto permite abarcar todas las repercusiones anímicamente
perjudiciales derivadas de un suceso dañoso, sea un damnificado directo o
indirecto, en tanto y en cuanto guarde adecuada relación de causalidad con el
hecho y estén comprendidas en el elenco de las consecuencias indemnizables.
Esto pone fin a un amplio debate en el marco del Código Civil, adoptándose la
concepción amplia del daño moral, cuyo contenido excede el concepto de dolor
o sufrimiento.

En el ámbito del Código civil existía una discusión al respecto de si, en relación
a las personas jurídicas sin fines de lucros, había o no un daño moral. La
respuesta es negativa.
De la lectura del art.1741 CCC surge que el daño moral/extrapatrimonial no
puede predicarse de las personas jurídicas.

El daño moral refiere a aquellas consecuencia sufridas por una persona


en sus intereses o derechos subjetivos desde una concepción amplia;
sufridos en su seguridad personal, goce de los bienes o en las afecciones
personales.

Por lo tanto, como se expuso, el daño moral recae sobre:

- Seguridad personal, comprende la protección jurídica a la vida misma de


la persona, el amparo a la actividad física y psíquica, a la disponibilidad
del cuerpo, a la identidad, a la imagen, el honor, la reputación, la
privacidad, la igualdad y la libertad.
- Goce de los bienes, es el afecto que tienen ciertos bienes cuando
adquieren para su titular un valor especial.
- Afecciones legitimas, constituidas por aquellos sentimientos que nacen
como consecuencia del emplazamiento familiar, por vínculos creados
por los mismos sentimientos. Por tal motivo, el daño de afección se
configura bajo la forma de la tristeza, la pena o el disgusto de un mal
padecido por el ser querido.

Prueba del daño moral: con carácter general y para todo tipo de daño, rige lo
dispuesto en el art.1744 CCC: el daño no se presume, debe ser acreditado por
quien lo invoca. Al contrario de lo que sucede en el daño patrimonial, no existen
en el CCC presunciones legales de la existencia de daño moral.

La determinación de la existencia es más flexible con respecto al daño


patrimonial. Por las reglas de la experiencia es más o menos sencillo concluir
que ciertos padecimientos y afecciones se derivan de determinados hechos
acreditados.

Legitimados activos: Articulo 1741 CCC: "Indemnización de las consecuencias


no patrimoniales. Está legitimado para reclamar la indemnización de las
consecuencias no patrimoniales el damnificado directo. Si del hecho resulta su
muerte o sufre gran discapacidad también tienen legitimación a título personal,
según las circunstancias, los ascendientes, los descendientes, el cónyuge y
quienes convivían con aquél recibiendo trato familiar ostensible."
Se amplió la cadena de legitimados activos con respecto a lo previsto
anteriormente en el Código civil.

a. Legitimación del damnificado directo

b. Legitimación de los damnificados indirectos

- ascendientes, descendientes y cónyuge

- personas que convivieran con el damnificado directo recibiendo trato familiar


ostensible: debe tratarse de convivientes al tiempo del suceso dañoso y debe
haber existido un trato familiar ostensible.

Transmisibilidad de la acción: articulo 1741 2° párrafo: "La acción sólo se


transmite a los sucesores universales del legitimado si es interpuesta por éste."
Con otras palabras, si no la promovió, la muerte la extingue.

Dispensa anticipada: articulo 1743.- Dispensa anticipada de la


responsabilidad. Son inválidas las cláusulas que eximen o limitan la obligación
de indemnizar cuando afectan derechos indisponibles, atentan contra la buena
fe, las buenas costumbres o leyes imperativas, o son abusivas. Son también
inválidas si liberan anticipadamente, en forma total o parcial, del daño sufrido
por dolo del deudor o de las personas por las cuales debe responder."

Derechos y actos personalísimos: artículo 51 a 61 CCC

Punto 3. El daño resarcible por homicidio:

REGIMEN DEL CÓDIGO CIVIL DE VELEZ SARFIELD: El homicidio sucede


cuando una persona da muerte a otra, haya obrado o no con intención.
Comprende todas las formas (simple, culposo, etc.)

En el CC de Velez Sarfield, la acción para reclamar la indemnización por los


perjuicios generados en el homicidio nacía del juego armónico de los artículos
1077, 1078, 1079, 1084 y 1085.

De la interpretación del artículo 1079 CC VS, surge que, toda vez que había
sucedido el homicidio, toda persona que hubiese sufrido un perjuicio derivado
de esa muerte, tenía una acción iure propio para ser indemnizada.

Según la posición más aceptada, en el caso del homicidio, el damnificado


directo es el muerto, quien resulta privado de la vida, y el damnificado indirecto
es aquella persona que sufre un daño como consecuencia de esa muerte.
Legitimados previstos en el CC:

1. Cónyuge e hijos: para el caso de que el delito sufrido hubiese sido homicidio,
el legislador, en su momento, considero puntualmente la situación de "la viuda
e hijos del muerto" -art.1084 CC VS- o la del "cónyuge sobreviviente y los
herederos necesarios del muerto" -art.1085 CC VS-

La muerte de alguna de las personas que sostienen material y moralmente el


hogar muestra al cónyuge sobreviviente y a los hijos como primeros afectados.

No necesitan demostrar el daño sufrido por la muerte, ya que la ley lo presume:


la viuda y los hijos menores del difunto.

El daño que presumía la ley en favor de estos damnificados tenía que ver con:

a. gastos hechos en la asistencia del muerto y su funeral; es decir, en primera


instancia serian a cargo del responsable por el homicidio todos los gastos
realizados en la tentativa de conservar la vida de la víctima.

b. el responsable del homicidio tiene la obligación de pagar además, lo que


fuera necesario para la subsistencia de la viuda e hijos del muerto. Es decir,
comprende todo gasto indispensable para proveer al sostenimiento del
damnificado. Los lucros probables del muerto caen dentro de esta categoría.

La tesis del valor económico de la vida humana: tiene que ver con la medición
de la cuantía del perjuicio que sufren aquellos que eran destinatarios de todos
o parte de los bienes económicos que el extingo producía, y en razón de esa
fuente de ingresos que se extingue.

Lo que es objeto de medición en signos monetarios, no es la vida en sí, sino las


consecuencias que la brusca interrupción de la misma produce en otros
patrimonios. La vida humana no tiene valor económico per se, sino en
consideración a lo que produce o puede producir.

La vida no está en el patrimonio de nadie, sin perjuicio que su ataque origine


consecuencias económicas que deben ser reparadas, en razón de lo que la
vida produce o puede producir en el orden patrimonial para el propio sujeto o
para los demás.

Así lo entiende la doctrina mayoritaria. Por contraste, la doctrina minoritaria


entiende que la vida humana tiene un valor en sí misma, y su resarcimiento
puede reclamarse por los herederos forzosos sin necesidad de demostrar el
daño sufrido, correspondiendo al prudente arbitrio judicial fijar el monto
indemnizatorio, el que podrá incrementarse a partir de la consideración de otros
elementos (edad, situación social, etc.)

Esta posición es criticada por varios autores, y se la considera errónea. La


doctrina mayoritaria entiende que el valor de la vida resarcible no es el valor
que la vida tenia para la víctima, ni el daño que para ella represento su propia
muerte ya que el muerto dejo de ser una persona para el derecho, sino que, el
valor de la vida resarcible es, como ya se expuso anteriormente, el perjuicio
económico sufrido por el reclamante a raíz de la muerte del familiar.

REGIMEN ACTUAL DEL CODIGO CIVIL Y COMERCIAL:

En el nuevo sistema legal se formulan precisiones con relación a los alcances


de la indemnización en supuestos específicos, a saber:

Artículo 1745: Indemnización por fallecimiento. Se deben en este caso:

a. Los gastos necesarios para asistencia y posterior funeral de la


víctima.

b. Lo necesario para alimentos del cónyuge, del conviviente, de los


hijos menores de veintiún años de edad con derecho alimentario,
de los hijos incapaces o con capacidad restringida, aunque no
hayan sido declarados tales judicialmente; esta indemnización
procede aun cuando otra persona deba prestar alimentos al damnificado
indirecto; el juez, para fijar la reparación, debe tener en cuenta el tiempo
probable de vida de la víctima, sus condiciones personales y las de los
reclamantes.
En este caso, la existencia de un deber legal de pagar alimentos por
parte de ciertas personas, no excluye la obligación principal del
responsable del daño de hacerse cargo del rubro.

Comparación con el régimen anterior: mientras que el CC de Vélez Sarsfield


hablaba de “lo que fuere necesario para la subsistencia de la viuda e hijos del
muerto” hoy se habla de “lo necesario” por alimentos. Otra de las diferencias
que presenta el articulo con respecto al artículo 1084 derogado, es en cuanto a
los legitimados, ya que mientras que este último solo se refería a los "hijos del
muerto", sin especificar, lo cual generaba conflictos de interpretación, hoy en
día, la ley presume que todos quienes efectivamente dependían
económicamente del muerto están habilitados para requerir la reparación del
daño presunto.

c. La pérdida de chance de ayuda futura en el caso de fallecimiento


de hijos o niños o adolescentes bajo guarda.

Artículo 1746: Lesiones e incapacidades físicas o psíquicas, totales o


parciales:

a. Pautas de determinación del capital indemnizatorio: el capital debe


significar la producción de rentas que cubran la disminución de la aptitud
del damnificado para realizar actividades productivas o económicamente
valorables, y estimarse su agotamiento al término del plazo en que
razonablemente pudo continuar realizando tales actividades, será de
ayuda el uso de fórmulas matemáticas.
Se destaca que al no tener la integridad psicofísica de la persona un
valor económico en sí misma, como si se tratara de una cosa, entonces
el único daño patrimonial posible tiene relación con la disminución de la
capacidad de esa persona para realizar tareas económicamente
mensurables. Al tratar de medir ese concepto, lo mejor es utilizar
fórmulas matemáticas que vinculen la disminución en la capacidad de la
víctima con el tiempo de vida durante el cual esta pudo continuar
desarrollando una actividad rentable, de no haberse producido el daño.
b. Reglas especiales para el supuesto de incapacidad permanente:
debe indemnizarse aunque el damnificado continúe ejerciendo una tarea
remunerada y aunque otra persona deba prestarle alimentos.
c. Gastos médicos, farmacéuticos y de transporte: se presumen
aquellos que resultan razonables en función de la índole de las lesiones
o la incapacidad. No debe la victima probar su efectiva realización para
que estos conceptos le sean debidos.}

Punto 4. Daños sufridos colectivamente.

En sentido amplio, daño colectivo es aquel que afecta a varias personas, de


manera simultánea o sucesivamente.

En sentido estricto, se denomina daño colectivo al que experimenta un conjunto


de personas a raíz de la lesión a un interés grupal o social.

En el daño colectivo se afecta un derecho o un interés que recae sobre un bien


de incidencia colectiva. Encuentra reconocimiento expreso en el CCC (cuando
se lesiona un derecho de incidencia colectiva), sin embargo, se trata del daño
colectivo en sentido estricto.

Actualmente se conciben tres clases de derechos: individuales, individuales


homogéneos y derechos de incidencia colectiva que tienen por objeto bienes
colectivos o derechos colectivos. En cuanto a los últimos, se subdividen a su
vez en: derechos difusos, colectivos o públicos. Esta clasificación atiende a si
los derechos son referidos a un grupo determinado (colectivos) o a los
ciudadanos (públicos).

Sistema del derecho comparado: se observan leyes especiales y convenciones


internacionales que cubren riesgos que no afectan ya al individuo tomado de
manera aislada, sino a las poblaciones enteras (caso de la responsabilidad
originada por daños provenientes de la energía nuclear y de la responsabilidad
por daño ecológico)

Hay una gran evolución con respecto al daño ecológico.


La legislación alemana establece, por su parte, la responsabilidad colectiva por
daños causados por tumultos civiles y guerras.

Esto demuestra una gran evolución del tema de la responsabilidad civil.

La responsabilidad colectiva ha tenido recepción en el derecho alemán desde


la sanción del código civil, en cambio en Francia se ha seguido una interesante
evolución jurisprudencial hasta la consagración legislativa de este tipo de
responsabilidad en el caso de la ley de reformar el CP del 4 de junio de 1970.

Derecho alemán: la cuestión se halla expresamente resuelta a favor de la


admisión de la responsabilidad colectiva.

Derecho francés: la jurisprudencia y la doctrina, han mantenido durante mucho


tiempo el principio de la responsabilidad individual, tratando de evitar la
injusticia que de otro modo se cometería al condenar a un inocente. Si la
responsabilidad es considerada del lado del autor del daño y como una sanción
de sus actos reprochables, la solución restrictiva aparece entonces y los
argumentos doctrinarios son irrefutables.

Sistema en el derecho nacional: el CCC vigente no regula al respecto de los


daños sufridos colectivamente. Un proyecto de reforma al Código civil preveía
la regulación de los derechos de incidencia colectiva, en tres artículos, pero
fueron suprimidos. (1745 a 1748)

Estos tipos de derechos son ejercidos, acorde con la resolución de la CSJN en


el fallo "Halabi" por el defensor del pueblo, las asociaciones que concentran el
interés colectivo y el afectado (legitimación activa) (articulo 43 CN) Su
característica principal está dada por el hecho de ser "no distributivos", esto
quiere decir que un bien es colectivo cuando conceptual, fáctica o
jurídicamente sea imposible dividirlo en partes y otorgárselas a otros individuos.

Los daños sufridos colectivamente se presentan en aquellos daños que


impactan el medio ambiente, los daños nucleares, los vicios de los productos
de consumo, etc. Los destinatarios del peligro no son las personas de manera
aislada, sino categorías ligadas entre sí por ciertas características.

Vía procesal y reparación: el CCC ha perdido fuerza al haber suprimido los


artículos que contemplaban el daño sufrido colectivamente y también al
suprimir la sanción pecuniaria prevista.

Tener en cuenta: articulo 52 Ley de Defensa del Consumidor n° 24.240,


artículos 41, 42 y 43 CN.
Daño ambiental.

La sociedad actual es una sociedad de "masas" que provoca muchísimas


complicaciones, que exigen del derecho una respuesta. Se habla del daño
ecológico, urbano, etc. Muchos de los hechos amenazantes provienen de
actividades promotoras del desarrollo económico (por ejemplo, la fabrica que
contamina las aguas da trabajo a un gran número de pobladores) Debe
conjugarse la necesidad del aumento de la producción con la no menos
imperiosa del mejoramiento de la calidad de vida.

En el ámbito de la preservación del medio ambiente, la solidaridad social exige


idear nuevos medios para prevenir el daño y los hechos amenazantes.

En este sentido, el daño ambiental es el único que tiene una recepción


constitucional, en este sentido el artículo 41 CN dispone que "generara
prioritariamente la obligación de recomponer, según lo establezca la ley"

Al momento de resolver un caso sobre daño ambiental, deberá hacérselo bajo


el bloque de constitucionalidad.

El daño ambiental es bicéfalo: los perjuicios individuales y colectivos van de la


mano, son las dos caras de una misma moneda.

El CCC en el artículo 1710 y 1713 desarrolla la función preventiva. El primero


de ellos establece: "Deber de prevención del daño. Toda persona tiene el
deber, en cuanto de ella dependa, de: a) evitar causar un daño no justificado;
b) adoptar, de buena fe y conforme a las circunstancias, las medidas
razonables para evitar que se produzca un daño, o disminuir su magnitud; si
tales medidas evitan o disminuyen la magnitud de un daño del cual un tercero
sería responsable; tiene derecho a que éste le reembolse el valor de los gastos
en que incurrió, conforme a las reglas del enriquecimiento sin causa; c) no
agravar el daño, si ya se produjo”

Este deber genérico de prevención del daño impuesto por el artículo, enmarca
con el principio de prevención receptado en el artículo 4 de la ley 25.675.

Daño al patrimonio cultural:

Punto 5. Daños causados colectivamente.

Responsabilidad colectiva y grupal:

A partir del artículo 1760 al 1762, el CCC incorpora en la Sección 8° la


responsabilidad colectiva como la anónima.

Cuando el daño proviene de un miembro no identificado de un grupo


determinado, responden solidariamente todos sus integrantes, excepto aquel
que demuestre que no ha contribuido a su producción. Es decir, demostrado
quien es el autor, ya no hay anonimato.

Si se trata de un grupo de riesgo, la situación difiere: si un grupo realiza una


actividad riesgosa para terceros, TODOS sus integrantes responden
solidariamente por el daño causado por uno o más de sus miembros. Solo se
libera quien demuestre que no integraba el grupo. En este caso es ineficaz
probar la autoría porque no interesa el anonimato, lo relevante es probar que
no se ha integrado el grupo.

Articulo 1760. Cosa suspendida o arrojada: “Si de una parte de un edificio


cae una cosa, o si ésta es arrojada, los dueños y ocupantes de dicha parte
responden solidariamente por el daño que cause. Sólo se libera quien
demuestre que no participó en su producción."

Se regula un caso puntual de responsabilidad colectiva, constituido por los


daños ocasionados por las cosas caídas o arrojadas de un edificio. En este
caso, la ley presume que son autores del daño todos los dueños u ocupantes
de la parte del inmueble de la cual provenga la cosa dañosa, quienes
responden objetiva y solidariamente, pero pueden liberarse de responsabilidad
mediante prueba en contrario.

Articulo 1761. Autor anónimo: "Si el daño proviene de un miembro no


identificado de un grupo determinado responden solidariamente todos sus
integrantes, excepto aquel que demuestre que no ha contribuido a su
producción." Es la norma de aplicación general.

Es el supuesto de responsabilidad grupal. Grupo puede ser definido como


cualquier unión accidental de dos o más personas. A este concepto general,
debe sumársele una noción más jurídica, donde grupo implica una interacción
que permite calificar a los individuos como pertenecientes al conjunto.

Establece un principio general: todos los integrantes del grupo responden


objetiva y solidariamente por el daño ocasionado por uno de ellos, si este no ha
podido ser identificado. (Ej: un grupo de médicos)

Se trata de casos en donde el daño es causado por un miembro no identificado


de un grupo que, en cambio, si esta determinado.

Es un supuesto de causalidad alternativa o disyunta, ya que en realidad, el


daño es causado por una persona o por otra, pero de manera alternativa o
excluyente. La ley presume que todos los miembros del grupo han sido
coautores del daño, y les imputa responsabilidad objetiva. Hay, pues, una
presunción de causalidad a nivel de autoría.
La aplicación del artículo presupone, ante todo, que exista un grupo, es decir,
una pluralidad de personas que forman un conjunto definible sobre la base de
alguna característica común (haber participado en una riña)

No es necesario que ese grupo este formalmente constituido de antemano por


la decisión consciente de asociarse por parte de sus integrantes, la conexión
entre ellos puede ser accidental/ocasional.

Una vez determinada la existencia del grupo, es preciso que exista un nexo
entre este y el daño, en el sentido de que dentro de la pluralidad de sus
integrantes se encuentre el autor/es del daño.

La norma requiere, como requisito ineludible, que no se haya acreditado quién


o quiénes ocasionaron el perjuicio. Es decir, se exige que el autor permanezca
en el anonimato, pues si fuera posible establecer quién es el autor concreto de
la acción dañosa, la norma sería inaplicable, y sólo podría perseguirse la
responsabilidad individual de este ultimo.

Una vez determinados esos elementos, la ley presume iuris tantum la relación
causal, e imputa la autoría a todos los integrantes del grupo, quienes
responden solidariamente. Cualquiera de los miembros del grupo puede
eximirse acreditando que no ha contribuido a la producción del daño. Esta
causal de eximición es mucho más amplia que la prevista por el Código Civil.

El artículo no establece cual es el factor de atribución aplicable, ni de qué


naturaleza es la responsabilidad que contempla. Aunque es indudable que se
trata de un supuesto de responsabilidad objetiva, pues la participación en el
colectivo considerado resulta suficiente para atribuir responsabilidad, aunque
no se encuentre acreditada la autoría material y, menos aún, la conducta
subjetivamente reprochable. La culpa del agente es irrelevante, pues la
responsabilidad es consecuencia de haber formado parte del grupo, y no de
haber sido el autor del daño, que permanece anónimo.

La victima deberá demostrar indefectiblemente la existencia y conformación del


grupo riesgoso. El demandado es quien debe probar, y en cierto modo se
encuentra en mejor posición para ello, que su vinculación ha sido irrelevante.

Articulo 1762. Actividad peligrosa de un grupo:

Cuando el daño es causado por uno o algunos miembros de un grupo de


riesgo, todos sus integrantes responden solidariamente. A diferencia de los
supuestos anteriores, en este caso no hay causalidad disyunta, ni presunciones
de autoría, sino que se considera que, más allá del obrar del sujeto que
ocasiono concretamente el perjuicio, esta deriva del riesgo generado por el
grupo en sí mismo, y por eso todos sus integrantes responde en calidad de
coautores.
El artículo busca generar herramientas jurídicas más adecuadas para los casos
en que el daño es ocasionado por el accionar de determinados grupos
riesgosos (ej.: barras bravas)

La creación del riesgo, imputable a todos los integrantes del grupo, se


confunde en este caso con la autoría del daño. Es por eso que el daño se
atribuye al colectivo, y el sindicado como responsable responde por el solo
hecho de pertenecer al grupo.

Para que se configure el supuesto en estudio deben reunirse tres requisitos. En


primer lugar, debe haber una pluralidad de personas que forman un conjunto
definible sobre la base de alguna característica común. En segundo lugar, el
grupo debe realizar una actividad riesgosa (acorde al artículo 1757 CCC es
aquella que por su propia naturaleza o por las circunstancias de su realización,
debe generar un riesgo o peligro para terceros) Por último, se requiere que
medie relación causal entre el riesgo generado por el grupo y el daño cuya
reparación se reclama.

Son legitimados pasivos todos los integrantes del grupo, quienes responden
solidariamente frente a la víctima. Se trata de un supuesto de responsabilidad
objetiva, cuyo fundamento reside en el riesgo generado por el accionar grupal.
La única eximente admitida por la ley es la prueba de no haber integrado el
grupo, aunque también se podría intentar probar la causa ajena (es decir, que
el daño no fue causado por el accionar del grupo, sino por la propia víctima, un
caso fortuito o un tercero por quien los miembros del grupo no deben
responder)

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