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PUNTO 2:
COMPENSACIÓN:
Fundamentos y funciones:
-Derecho Romano clásico, antes de la reforma de Marco Aurelio, las partes podían
acordar expresamente la compensación de las obligaciones existentes entre ellas, no
pudiendo -salvo algunas excepciones- imponerse la misma en forma imperativa y en
contra de la voluntad de las partes comprometidas.
Con posterioridad a la reforma de Marco Aurelio, la compensación se extiende a todas
las acciones de derecho estricto, en las cuales debía hacerse valer por una excepción de
dolo (exceptio doli), en donde el dolo consistía, en este caso, en exigir la entrega de una
cosa que debía inmediatamente restituirse. De tal modo, la compensación quedó
generalizada a toda clase de acciones, pero si el deudor no invocaba la compensación en
la forma antedicha, la misma no se operaba y cada parte seguía poseyendo el derecho de
reclamar separadamente el pago de su respectivo crédito. La compensación debía
producirse judicialmente y previa oposición de la excepción por parte del deudor.
Constituye éste el antecedente de la compensación judicial de nuestros días.
Finalmente, Justiniano completo y generalizo ésta institución convirtiendo la antigua
excepción compensatoria en un medio defensivo legal que dentro del proceso tenia la
eficacia de ipso iure. Entonces estableció que la compensación se producía ipso iure
pero dicha denominación fue interpretada equívocamente: aun cuando podría
entenderse con dicha designación que la compensación operaba de pleno derecho, la
mayoría de los autores romanistas son contestes en afirmar que la compensación en
dicha época no operaba de pleno derecho sino que debía ser opuesta por el deudor
interesado.
En el antiguo derecho Español: consideraban a la compensación como una especie de
pago.
En el antiguo derecho Francés: si bien se admitió siempre la compensación en las
provincias de derecho escrito (al igual que en el derecho romano), no había acuerdo en
la forma de cómo aplicarla. Mientras que en los lugares del derecho Consuetudinario se
admitía solamente la compensación convencional.
Clases de compensación:
Si bien el código de Vélez sólo legislaba sobre la compensación legal, al igual que lo
hace el código civil francés, nuestra doctrina siempre ha estado de acuerdo en reconocer
al menos 4 formas de compensación (legal, facultativa, convencional y judicial).
Otros autores también han invocado la existencia de una quinta manera de compensar:
-automática
-por imperio de la ley
El código nuevo plasma normativamente ésta clasificación, así dispone el artículo 922
que hay 4 especies de compensación.
ARTICULO 924 EFECTOS: Una vez opuesta, la compensación legal produce sus
efectos a partir del momento en que ambas deudas recíprocas coexisten en condiciones
de ser compensadas, aunque el crédito no sea líquido o sea impugnado por el deudor.
La compensación legal, como hemos dicho, produce la extinción de ambas
obligaciones, ministerio legis, es decir, de pleno derecho y sin necesidad de
intervención e ningún órgano jurisdiccional, hasta el límite de la menor y desde el
momento en que ambas relaciones jurídicas hayan comenzado a coexistir.
es decir que, una vez que se dan los presupuestos y requisitos necesarios para que se
lleve a cabo la compensación legal, las consecuencias extintivas, previstas en el
instituto, operan automáticamente y de modo instantáneo, aún cuando las partes de cada
una de las obligaciones compensables (acreedor y deudor) ignoren tal circunstancia. Sin
embargo, algunos autores creen que se requiere además la alegación o invocación de
parte interesada para que la compensación se produzca.
Las personas que pueden alegar la compensación legal son: -las partes, facultativamente, en la
medida de su conveniencia. -los acreedores de alguna de las partes, siempre que se den los
requisitos generales de la
acción subrogatoria. -el fiador, quien puede compensar la obligación que nace de la fianza con
lo que el
acreedor le deba y también con los créditos que el deudor principal tenga contra éste.
-cualquiera de los deudores de una obligación solidaria puede invocar la compensación
del crédito del acreedor con el crédito de él, o de otro de los codeudores solidarios.
Asimismo son varias las razones que impiden que la compensación pueda ser declarada
de oficio: -las partes pueden, en forma expresa o tácita, acordar excluir la compensación (art.
929 ccyc) resultando esto ser un pacto valido que debe ser respetado por la autoridad
judicial. - si el juez la declara de oficio, sin escuchar a las partes, corre el riesgo de no conocer si
esa obligación fue extinguida con anterioridad por otro medio extintivo (verbigracia
renuncia). -al no ser una cuestión de orden público, no existen razones que habiliten al juez a
imponer su criterio por encima del interés de las partes.
EXTINGUE LAS 2 DEUDAS, ya que si ambas son iguales se opera por su importe total; si
son desiguales hasta donde alcance la menor.
COMO CONSECUENCIA DE LA EXTINCION DE LAS DEUDAS, LOS INTERESES DEJAN DE
CORRER DESDE EL MOMENTO EN QUE COMENZARON A COEXISTIR AQUELLAS, puesto
que fenecen en ese instante.
SE EXTINGUEN LOS ACCESORIOS Y GARANTIAS DE LA OBLIGACION PRINCIPAL
EXTINGUIDA, en la medida de la compensación y desde aquél momento. En
consecuencia, corren esta suerte: las fianzas, las cláusulas penales, los privilegios, etc.
IMPIDE QUE LA PRESCRIPCIÓN PUEDA CUMPLIRSE MÁS TARDE A FAVOR DE UNA DE
LAS PARTES Y EN PERJUICIO DE OTRA, en razón de que produce la extinción de las
obligaciones desde el día en que ambas deudas coexistían.
ARTÍCULO 926: pluralidad de deudas del mismo deudor. Si el deudor tiene varias
deudas compensables con el mismo acreedor, se aplican las reglas de la imputación del
pago.
Cuando ello ocurra puede suscitarse el inconveniente de no saber a cuál de todas esas
deudas se imputará la compensación.
El código civil y comercial es claro ya que establecerse que deben aplicarse las reglas
de la imputación del pago conforme al artículo 900 a 903 y por ende seguirse las
directivas que la ley dispone en tales casos.
Art. 900: imputación por el deudor. Si las obligaciones para con un solo acreedor tienen
por objeto prestaciones de la misma naturaleza, el deudor tiene la facultad de aclarar, al
tiempo de hacer el pago, por cuál de ellas debe entenderse que lo hace. La elección debe
recaer sobre la deuda líquida y de plazo vencido. Si adeuda capital e intereses, el pago
no puede imputarse a la deuda principal sin consentimiento del acreedor.
Art. 901: imputación por el acreedor. Si el deudor no imputa el pago, el acreedor se
encuentra facultado a hacerlo en el momento de recibirlo, conforme a estas reglas:
a) debe imputarlo a alguna de las deudas liquidas y exigibles
b) una vez canceladas totalmente una o varias deudas, puede aplicarse el saldo a la
cancelación parcial de cualquiera de las otras
Art. 902: imputación legal. Si el deudor o el acreedor no hacen imputación del pago, se
lo imputa:
a) en primer término a la obligación de plazo vencido, más onerosa para el deudor.
b) cuando las deudas son igualmente onerosas el pago se imputa a prorrata
Art. 903: pago a cuenta de capital e intereses. Si el pago se hace a cuenta de capital e
intereses y no se precisa su orden se imputa en primer término a intereses, a no ser que
el acreedor de recibo por cuenta de capital.
2) COMPENSACION FACULTATIVA
ART. 927. La compensación facultativa actúa por la voluntad de una sola de las partes
cuando ella renuncia a un requisito faltante para la compensación legal que juega a
favor suyo. Produce sus efectos desde el momento en que es comunicada a la otra parte.
OBLIGACIONES NO COMPENSABLES
NOVACIÓN:
Evolución histórica:
La novación tuvo mucha importancia en el derecho romano, ya que ante la imposibilidad de
transferir los derechos activos o pasivos sin alterar la obligación, se buscó la forma de hacer
morir a la primitiva relación mediante esa vía extintiva.
Por ello se la consideró más por sus efectos que por su estructura básica, y mediante la
stipulatio se pudo llegar a la extinción y nacimiento de una nueva obligación. En los tiempos
del emperador Justiniano se impone la necesidad del animus novandi, es decir, la declaración
de las partes de su intención de novar, y se le cambió el título el cual se mantuvo durante
todo el derecho intermedio.
En los tiempos de la codificación se comienza a admitir la existencia de un tipo de novación
tácita mediante la presunción del animus en los casos de incompatibilidad. En algunos
derechos, como en el español, se habla de novación modificatoria, donde se altera el crédito
sin mutación de la relación jurídica básica.
En ciertas legislaciones modernas, como el código alemán, la novación ha sido sustituida por
otras instituciones que cumplen sus fines. Así la cesión de créditos, o la transferencia de
deudas, la dación en pago, etc. En cambio, en el código brasilero, italiano y portugués, ha
sido mantenida en todo aquello que se refiere a la novación objetiva, sin perjuicio de permitir
que sus elementos, especialmente los subjetivos, puedan cambiar sin que se extinga la
obligación, habiéndose incorporado la cesión de créditos y la transmisión de deudas para
producir esos efectos.
Nuestra doctrina viene resaltando el papel importante de la novación, ya que los supuestos
de dación en pago no agotan la posibilidad de novar objetivamente a la obligación, pues la
dación es un medio de realización inmediata, además de que los supuestos de novación por
cambio de causa y alteraciones importantes en el nexo obligacional, no han sido suplidos por
otros causes.
Elementos:
Clases:
Objetiva: es la que se integra por el cambio en el objeto de la prestación (por ejemplo, si una
persona debe determinada cantidad de cereal y la cambia por ganado vacuno); o en la causa
de la obligación (cuando alguien que es locatario de una casa acuerda con el locador
propietario comprarle la misma finca en cuestión); o algunos supuestos de alteración
importante en la primitiva obligación que cambien sensiblemente (por ejemplo, introducir
una condición suspensiva a una obligación pura y simple).
Objetiva->
Subjetiva->
ARTÍCULO 936.- Novación por cambio de deudor. La novación por cambio de deudor
requiere el consentimiento del acreedor.
a- Perfecta: cuando el acreedor declara su voluntad de exonerar al deudor primitivo, se
extingue la obligación originaria y nace la nueva con el deudor delegado.
b- Imperfecta: el acreedor no libera al primitivo deudor, pasa a tener dos deudores y
ambos obligados por el todo. No significa que se transforma en solidaria, ya que los
vínculos son distintos e independientes. La obligación se refuerza con la
incorporación de otro sujeto pasivo, ampliando así la garantía del cobro.
Expromisión (deudor): es un convenio que realiza el acreedor con un tercero, a inspiración
del él mismo, acreedor, o del tercero, por el cual sustituye al deudor originario.
También existen dos formas, la novatoria perfecta, el acreedor libera al primitivo deudor y
extingue la obligación. En la imperfecta o simple, mantiene a ambos deudores y tiene una
duplicidad de acciones.
Tanto en la expromisión como en la delegación pasiva, la insolvencia posterior del deudor
sustituido no da derecho al acreedor a renovar la obligación y exigirle al primitivo deudor el
cumplimiento. Sólo podrá pretenderse la nulidad del acto cuando la insolvencia fuere anterior
y pública al mismo.
Delegación activa:
ARTÍCULO 937.- Novación por cambio de acreedor. La novación por cambio de acreedor
requiere el consentimiento del deudor. Si este consentimiento no es prestado, hay cesión de
crédito.
Efectos:
El principal efecto de la novación es la extinción de la obligación anterior, con sus accesorios
y obligaciones accesorias.
El acreedor puede limitar los efectos extintivos con relación a los privilegios e hipotecas
constituidos en garantía del crédito, mediante una reserva expresa hecha en el acto novatorio
o con anterioridad. Cuando fuere constituida por el mismo deudor no se exige su
conformidad. En cambio, si fue constituida por un tercero, es imprescindible la manifestación
del tercero para mantener la garantía.
ARTÍCULO 940.- Efectos. La novación extingue la obligación originaria con sus accesorios.
El acreedor puede impedir la extinción de las garantías personales o reales del antiguo crédito
mediante reserva; en tal caso, las garantías pasan a la nueva obligación sólo si quien las
constituyó participó en el acuerdo novatorio.
Fianza: la novación hecha entre el acreedor y el fiador extingue la obligación del deudor
principal.
RENUNCIA:
ARTICULO 944.- Caracteres. Toda persona puede renunciar a los derechos conferidos por
la ley cuando la renuncia no está prohibida y sólo afecta intereses privados. No se admite la
renuncia anticipada de las defensas que puedan hacerse valer en juicio.
La renuncia es la abdicación o abandono de un derecho susceptible de abandono.
Es uno de los medios extintivos de las obligaciones. Es un acto jurídico, voluntario, lícito y
posee la finalidad inmediata de aniquilar derechos. En cuanto a su unilateralidad o
bilateralidad se hay controvertida la doctrina. Parecieran acertados los que se inclinan por la
unilateralidad, en tanto que sólo requiere de la voluntad del acreedor para lograr su eficacia,
y la aceptación no hace a la existencia misma sino a su irrevocabilidad.
Puede ser por actos entre vivos o mortis causa. También, onerosa o gratuita.
El objeto de la renuncia tratándose de un acto jurídico deberá ser lícito, posible, determinado
o determinable, no contrario al orden público, la moral y las buenas costumbres.
En cuanto a los derechos patrimoniales la regla general es la renunciabilidad, no importa de
qué clase de derechos se trate (creditorios, reales, intelectuales), aunque está vedada la
renuncia a derechos como alimentos futuros, indemnizaciones por accidentes de trabajo,
derechos previsionales y de seguridad social, etc.
La renuncia es meramente declarativa y no traslativa de derechos. Entre el acreedor
renunciante y el beneficiado con la renuncia no opera ninguna traslación. El derecho
abdicado se separa de su titular por su abandono y no por su traslación.
ARTÍCULO 947.- Retractación. La renuncia puede ser retractada mientras no haya sido
aceptada, quedando a salvo los derechos adquiridos por terceros.
ARTÍCULO 949.- Forma. La renuncia no está sujeta a formas especiales, aun cuando se
refiera a derechos que constan en un instrumento público.
Es un acto no formal; rige el principio de libertad de formas.
PUNTO 6:
TRANSACCIÓN
Art 1641: la transacción es un contrato por el cual las partes para evitar un litigio, o
ponerle fin, haciéndose concesiones recíprocas, extinguen obligaciones dudosas o
litigiosas.
CLASES DE TRANSACCION:
-PUEDE SER EXTRAJUDICIAL, si recae sobre derecho dudosos y se efectúa privadamente entre
las partes.
Sus efectos son los mismos (no importa que sea judicial o extra), aunque las diferencias
que se suscitan entre ambas es en cuando a las formalidades necesarias para su
perfeccionamiento.
OBJETO: Al igual que todo objeto de los actos jurídicos, el de la transacción debe ser
posible física y jurídicamente, y lícito. -Si versan sobre cosas, deben estar dentro el comercio,
por cuanto las cosas que se
encuentran fuera del comercio son aquellas cuya enajenación hubiese sido expresamente
prohibida o dependiera de alguna autorización pública.
-Y si se trata de hechos deben ser lícitos, no prohibidos por la ley o contrarios a la buena
costumbre.
Podemos decir que el objeto de la transacción es mucho más amplio de lo que prima
facie resulta del concepto contenido en el artículo, ya que no solo comprende a las
obligaciones litigiosas o dudosas, sino a todo tipo de derechos patrimoniales, o más
precisamente, a todas las relaciones de derecho privado en las cuales no aparezca
comprometido el interés público.
El nuevo artículo 1644 prohíbe la transacción sobre: - los derechos en los que está
comprometido el orden público. (Esto es una reiteración al
principio general consagrado en el artículo 12, donde se establece que las convenciones
particulares no pueden dejar sin efecto las leyes en cuya observancia está interesado el
orden público). -los derechos irrenunciables. (Como sabemos las concesiones reciprocas
propias de la
transacción implican con frecuencia renuncias respecto de los derechos controvertidos
entre las partes del negocio. Por ende resulta lógico que si tales derechos son
irrenunciables la transacción no podrá celebrarse válidamente. Ejemplo seria la renuncia
anticipada de las defensas que pueden hacerse valen en juicio o de derechos que afecten
intereses públicos-art 944-, como lo sería la posibilidad de utilizar la vía criminal o la
renuncia a la acción de reclamación o de impugnación de filiación)
-los derechos sobre las relaciones de familia o del estado de las personas, excepto que se
trate de derechos patrimoniales derivados de aquéllos, o de otros derechos sobre los que,
expresamente, el ccyc admite pactar. (Las acciones de estado son aquellas que tienden a
declarar la existencia de los presupuestos de un determinado emplazamiento en el
estado de familia o a constituir, modificar o extinguir un emplazamiento. El objeto de
las acciones de estado de familia se refiere siempre al título de estado, sea que se intente
constituirlo, sea que se intente modificarlo o destruirlo. Cabe señala la excepción a esto:
por un lado se admite el acuerdo transaccional relativo a derechos patrimoniales
derivados de las relaciones de familia y del estado de las personas. En cambio, bajo la
vigencia del código derogado, se resolvió que era válida la transacción sobre los bienes
hereditarios celebrada entre los hermanos del difunto y la cónyuge supérstite de éste a
quien se imputaba haber perdido la vocación hereditaria por hallarse separada de hecho
sin voluntad de unirse. Del mismo modo se ha considerado que la transacción
pecuniaria con una presunta hija natural del causante puede hacerse siempre que ella no
renuncie a sus derechos como tal. También la norma admite la viabilidad de la
transacción sobre cuestiones relativas a relaciones de familia y estado de personas en
aquellos supuestos que expresamente lo establezca el código)
RESUMEN: el objeto se rige por las reglas aplicables a la normas del objeto de los
actos jurídicos en general, y al objeto de los contratos en particular. La regla general
específica aen el código consagrada es que puede transigirse sobre todo tipo de derechos
patrimoniales en los cuales NO aparezca comprometido el orden público. Tampoco
resulta posible transigir de respecto de derechos irrenunciables, en tanto las concesiones
reciprocas propias de la transacción implican -normalmente- renuncia a sus derechos.
Asimismo se excluyen los derechos que versen sobre relaciones de familia o el estado
de las personas. Sin embargo podría transarse sobre los derechos, patrimoniales
derivado de éstos si el código expresamente lo permite.
LIMITES AL OBJETO:
FORMA: ART 1643: “la transacción debe hacerse por escrito. Si recae sobre derechos
litigiosos solo es eficaz a partir de la presentación del instrumento firmado por los
interesados ante el juez en que tramita la causa. Mientras el instrumento no sea
presentado, las partes pueden desistir de ella”.
Se regula a la transacción como un CONTRATO FORMAL NO SOLEMNE.
En cualquier caso debe celebrarse por escrito, SIN EMBARGO, cuando la transacción
recae sobre derechos litigiosos, se suma como solemnidad la presentación en el
expediente judicial donde tramita la causa, para que produzca sus efectos propios y sea
inevitable el desistimiento de las partes.
COMO REGLA, la transacción es regulada como contrato formal (art. 1015), dado que
el presente artículo le impone la forma escrita para su eficacia.
Como dijimos depende de donde recae la transacción (derechos litigiosos o dudosos), va
a ser judicial o extrajudicial.
EN EL SUPUESTO DE TRANSACCION EXTRAJUDICIAL: es decir, aquella que
recae sobre derechos dudosos, la forma escrita aparece como la única solemnidad
requerida, tratándose de una forma NO solemne.
EN EL SUPUESTO DE TRANSACCION JUDICIAL: es decir, aquella relativa a
derechos litigiosos se sujeta a formalidades más exigentes, habida cuenta de que se
requiere la presentación del instrumento ante el juez donde tramita la causa. Ésta que es
operada en un proceso judicial, debe celebrarse por escrito como condición intrínseca
del acto, empero también debe presentarse ante el juez de la causa como condición extrínseca
al mismo. Dicha exigencia de presentación hace al perfeccionamiento del negocio, pero no a su
validez, pues antes de que esa condición de eficacia se cumpla, el acto es regular, pero
incompleto. Podría afirmarse que antes de la presentación al juez de la causa, pese a tener la
transacción una eficacia, el desistimiento unilateral injustificado podría dar lugar a
responsabilidad precontractual en caso de que implicara
una violación al deber de buena fe, frustrando la confianza suscitada en la otra parte.
(art. 991)
SIGNIFICADO DE LA REFORMA:
El nuevo código unifica en una única disposición las cuestiones vinculadas a la forma
de la transacción, estableciendo la forma escrita para aquellas transacciones cuyo objeto
sean derechos tanto litigiosos como dudosos, otorgando mayor segurar a las partes y
respecto de terceros. CONTRARIAMENTE en velez se desdoblaba la regulación siento
la transacción extrajudicial no formal con forma exigida para la prueba. En el código de
velez era un contrato formal solemne.
El acto celebrado en violación de ésta prohibición es nulo de nulidad absoluta dado que
está en juego una incapacidad de derecho.
Los tutores y curadores en el ejercicio de su gestión para celebrar cualquier tipo de
transacción deben solicitar la autorización judicial (art. 121 inc. E y art. 138).
INCISO C: éste inciso constituye un supuesto de falta de legitimación, en virtud del
cual el albacea carece de facultades para transar respecto de los derechos y obligaciones
que le confiere el testamento. La falta de legitimación se supera si media autorización
judicial para efectuar la transacción. En el supuesto de que el albacea celebrara la
transacción sin autorización judicial, el negocio será inoponible a los legatarios, a
quienes la norma busca proteger.
Esta norma solo va a abarcar al albacea cuando el mismo fuere el representante de la
sucesión, es decir, en el supuesto de inexistencia de herederos o cuando los legados
insumen la totalidad del haber sucesorio y no hay derecho de acrecer entre los
legatarios. En cambio cuando hay herederos, éstos tiene la posesión hereditaria, y el
albacea solo tiene como misión el control en el cumplimiento por parte de los herederos
de la voluntad del testador.
ART. 1647: Nulidad. Sin perjuicio de lo dispuesto en el capítulo 9 del título IV del
Libro Primero respecto de los actos jurídicos, la transacción es nula:
a) Si alguna de las partes invoca títulos total o parcialmente inexistentes, o
ineficaces
b) Si, al celebrarla, una de las partes ignora que el derecho que transa tiene otro
título mejor
c) Si versa sobre un pleito ya resuelto por sentencia firme siempre que la parte que
la impugna lo haya ignorado.
INCISO A: el código anterior empleaba la expresión “título” generando opiniones
encontradas en relación con el sentido que cabía asignarle. Así para una sector de la
doctrina aludía al acto y no al instrumento. Y para otros la expresión refería al acto
como al instrumento.
Cualquiera sea la opinión que se adopte, el término “título” no hace más que referir a la
causa-fuente que da origen a las relación jurídicas litigiosas y dudosas y sobre las cuales
versa la transacción.
INCISO B: el fundamento de esta nulidad reside en el error de hecho esencial en que
incurre la parte que celebra el contrato ignorando que su derecho tiene otro título mejor.
Se trata al igual que el supuesto del inciso C de esta norma, de un error sobre “la
cualidad sustancial del bien que haya sido determinante de la voluntad jurídica” (art.
267, inc c) y vicia por lo tanto el consentimiento. Corresponde señalar que dicha
cualidad será sustancial si la parte que ignoraba la existencia del mejor título al
momento de celebrar la transacción no había de haberlo habido porque el título
descubierto establecía su derecho de una manera cierta suprimiendo o atenuando la
incertidumbre que le afectaba.
Por otra parte, al ser la transacción un contrato, y como tal un acto bilateral, el error en
que haya incurrido quien alega la nulidad deber ser reconocible por el destinatario para
causar la nulidad. El error es reconocible cuando el destinatario de la declaración lo
pudo conocer según la naturaleza del acto y las circunstancias de persona, tiempo y lugar.
Es decir cuando con relación a la naturaleza y circunstancia del negocio, el
destinatario, usando la normal diligencia (normal atención) hubiera podido notar el error
o la falta representación de la contraparte.
INCISO C: Este supuesto supone la concurrencia de varias condiciones fácticas. En
primer término debe existir controversia judicial resuelta por sentencia firme, si la
sentencia no se encontrare firme, el acuerdo transaccional es completamente válido pues
todavía existen derechos litigiosos y subsiste la incertidumbre sobre el resultado del
pleito.
En segundo lugar, la parte que impugna la transacción debe haber ignorado la existencia
de la sentencia firme. El error recae sobre la cualidad sustancial del bien como es la
calidad de litigioso del derecho materia de transacción, que pierde ese carácter porque la
sentencia pasada en autoridad de cosa juzgada lo torna cierto.
También hay que tener en cuenta que si quien plantea la nulidad de la transacción
conocía la existencia de la sentencia, es decir que no ha mediado error, el negocio será
inatacable.
Por otra parte el error esencial en que ha incurrido la parte que alega la nulidad debe ser
reconocible por la contraria.
ERRORES ARITMÉTICOS.
ART. 1648: “los errores aritméticos no obstan a la validez de la transacción, pero las
partes tienen derecho a obtener a rectificación correspondiente”.
El error de cálculo es aquel vinculado a la elaboración aritmética de los datos
consignados en el contrato. Por tal motivo, un error de cálculo o aritmético en las
cuentas que son la base de la transacción carece a priori de entidad para afectar su
validez. No obstante, cuando en la transacción se hubieren tomado en consideración los
cálculos contables erróneos, las partes pueden solicitar la rectificación. En ese sentido,
la solución legal se adecua a los estándares de la buena fe contractual.
Este precepto tiene concordancia con lo que establece el art. 268 que dice que el error
de cálculo no da lugar a la nulidad del acto, sino solamente a tu rectificación, excepto
que sea determinante del consentimiento.
Habitualmente puede que un error aritmético o de cálculo sea: -accidental -casual
-contingente
UNIDAD 10: EXTINCIÓN DE LAS OBLIGACIONES, (continuación)
PUNTO 1:
DACION EN PAGO:
ART. 942: La obligación se extingue cuando el acreedor voluntariamente acepta en
pago una prestación diversa de la adeudada.
CONCEPTO: es un modo extintivo de las obligaciones, que se produce cuando las
partes deciden, de común acuerdo, aceptar, en calidad de pago, una prestación distinta a
la originalmente pactada. Su fundamento se reconoce en la autonomía de la voluntad y
de libertad de las convenciones. Ello así, en razón del principio de identidad que rige en
materia de pago que no se puede obligar al acreedor a recibir una cosa distinta a la que
tiene derecho en virtud de la obligación convenida, sin embargo, este ultimo puede
aceptar una prestación distinta a la debida, extinguiéndose de tal modo la obligación. Es
asi como se configura la dación en pago.
En velez se impedía que la prestación ejecutada en sustitución pudiera ser dineraria, lo
cual había sido criticado por la doctrina. Esta injustificada restricción no se tuvo en
cuenta en el nuevo código por lo cual no existe esa limitación para la prestación que
sustituya a la primitiva.
ART. 943: reglas aplicables. La dación en pago se rige por las disposiciones aplicables
al contrato con el que tenga mayor afinidad. El deudor responde por la evicción y los
vicios redhibitorios de lo entregado; estos efectos no hacen renacer la obligación
primitiva, excepto pacto expreso y sin perjuicio de terceros.
REQUISISTOS PARA LA PROCEDENCIA:
EXISTENCIA DE UNA OBLIGACION VÁLIDA: esto es así porque todo
medio extintivo presupone una obligación (ya sea de dar, hacer o no hacer) que
le sirva de causa. Sin éste requisito cualquiera de las prestaciones ejecutadas en
esas condiciones serian un pago indebido.
CUMPLIMIENTO DE UNA PRESTACION DISTINTA A LA DEBIDA: una
vez mediado el consentimiento del acreedor, el principio general indica que el
deudor debe cumplir con una prestación diferente a la debida.
ACUERDO DE VOLUNTADES ENTRE ACREEDOR Y DEUDOR: es el
requisito de mayor gravitación, puesto que es necesaria la conformidad del
acreedor para recibir una prestación diferente a la originariamente convenida, ya
que no se lo puede obligar en ese sentido (art. 868). Por ello, a diferencia del
pago- que se realiza únicamente con la ejecución del deudor de la conducta
debida-en la dación en pago resulta indispensable que haya acuerdo de
voluntades a fin de extinguir con otra prestación diferente a la originariamente
convenida.
INTENCION DE PAGO: tiene que haber una intención de cancelar la deuda
(animus solvendi), ya que de otro modo no habrá dación en pago. Ellos requiere,
en consecuencia, que cuando se entrega una cosa distinta a la prestación debida
en la obligación, debe efectuarse en calidad de pago, transfiriendo su dominio, a
fin de ser imputado a la cancelación de esa deuda. Si la transmisión no se efectúa
con dicha finalidad no habrá dación en pago, esto ocurre cuando se entregan
bienes del acreedor para que éste los venda, y con el producido de la enajenación
proceda a cobrar su crédito, en este caso estamos ante la presencia de la datio
pro solvendo (para que e acreedor se cobre) pero no en la dación en pago.
CAPACIDAD: al requerir la dación en pago un acuerdo de voluntades, entre
acreedor y deudor, siento ella un acto jurídico bilateral, es necesario que ambas
partes posen capacidad para contratar. Con respecto a la posibilidad de realizar
la dación en pago por medio de representantes, ante la ausencia de una norma
especifica que determine su procedencia y viabilidad, se estima que resulta
necesario en caso de representación voluntaria, un poder especial con facultades
expresas de efectuar la dación en pago, no bastante un poder de carácter general.
NATURALEZA JURIDICA: -Mera variedad del pago: esta postura pregonaba que la dación en
pago no era otra cosa
más que una simple variedad o modalidad del pago, en la cual el acreedor presta su
conformidad en recibir una prestación distinta a la originalmente adeudada. Llambias
critica esto porque dice que de tratarse de un pago, la obligación primitiva debería
revivir si el acreedor se viera privado de la cosa recibida en pago por la acción de un
tercero, supuesto que no se da en la dación en pago. También se critica por su
simplicidad, toda vez que no explica la convención pasada entre acreedor y deudor que
cambió el objeto de la obligación. -Novación objetiva: algunos sostienen que la dación en pago
constituye una novación
objetiva, toda vez que el acreedor es quien presta su conformidad para que se reemplace
la prestación originariamente debida por otra distinta, y esta última es cumplida por el
deudor con la finalidad de extinguir su deuda. Las críticas de esta postura radican en que
la voluntad de las partes no están dirigidas a novar sino únicamente a extinguir a la
obligación preexistente. -Contrato oneroso asimilable a la compraventa: quienes sostienen que
se trata de un
contrato asimilable a la compraventa, en donde la cosa dada en pago, ocuparía el lugar
de la cosa vendida. Si bien son asimilables estos institutos no se trata de la misma cosa
ya que mientras el contrato de compraventa se erige en fuente de obligaciones, la dación
en pago está destinada a la extinción de las obligaciones preexistentes. -Convención
liberatoria: (doctrina más moderna) ha sostenido que la dación en pago es
solo un contrato solutorio, puesto que no provoca ningún cambio en el obligación, la
que permanece inalterada, hasta el momento preciso de la extinción.
SE DIFERENCIA ENTONCES DE LA NOVACION: porque mientras en la novación
se crea una nueva obligación en reemplazo de la primitiva, en la dación se extingue una
obligación originaria mediante el cumplimiento de una prestación distinta de la
adeudada, habiendo prestado el acreedor conformidad para ello.
SE DIFERENCIA DEL PAGO: porque mientras que en el pago se realiza la conducta
debida y se efectúa el cumplimiento de la prestación originalmente convenida, en la
dación en pago se satisface el interés del acreedor cumplimento el deudor mediante una
prestación diferente a la oportunamente convenida.
EFECTOS. REGLAS APLICABLES. EVICCION DE LO DADO EN PAGO.
CONSECUENCIAS.
La dación en pago trate aparejados los efectos del pago, extinguiendo la obligación
preexistente y liberando al deudor.
Pero en segundo lugar la dación en pago produce efectos especiales propios en razón de
su particular naturaleza jurídica los que van a variar según cuál sea la naturaleza de la
prestación que es realizada en reemplazo de la originalmente convenida. (esto tiene
concordancia con lo que dice el art. 943 según el cual dice que la dación en pago se rige
por las disposiciones aplicables acl contrato con el que tenga mayor afinidad). No
obstante: Si lo que se entrega en cambio de la prestación originaria es un crédito a favor
del deudor, regirán las normas de la cesion de derechos. Asi lo establecia el 780
de velez. En razón de esto:
LO QUE CAMBIO EN ESTE CODIGO ES QUE: -en el viejo código estaba la restricción normativa
en cuanto a que la prestación
ejecutada en sustitución pudiera ser dineraria. HOY NO HAY ESTA RESTRICCION Y
PUEDE SER DINERARIA. -en cuando a la terminología, en el código de velez se llamaba “pago
por entrega de
bienes”. HOY SE LLAMA “DACION EN PAGO”.
PRESCRIPCIÓN
Concepto general: la prescripción es un medio de adquirir un derecho, o de liberarse de una
obligación por el transcurso del tiempo. Vélez establecía un artículo específico con este
concepto.
Concepto de prescripción liberatoria o extintiva: es un modo de extinguirse una acción por
la inacción o no ejercicio del titular durante el plazo legal.
Con la prescripción el derecho pierde eficacia o virtualidad. Deja de poder ser exigido
compulsivamente. Si el deudor quisiera cumplir, podrá hacerlo (es que al haber una
modificación sustancial del derecho, el acreedor pierde la acción judicial correspondiente,
quedando el derecho relegado a la eficiencia de una obligación natural), pero el acreedor no
puede exigirlo judicialmente. Es decir, que para que haya prescripción liberatoria deben
existir los siguientes elementos: - Transcurso del tiempo; - Inactividad del titular del derecho:
es la pasividad del acreedor; - Que se trate de acciones susceptibles de prescribirse, ya que
existen acciones
imprescriptibles; - Que el derecho sea exigible y por lo tanto el titular esté en condiciones de
ejercitarlo
y hacer valer la respectiva acción, ya que desde entonces puede computarse la inercia
del mismo. - Que sea invocada por la parte interesada en su declaración, no puede ser
declarada de
oficio.
Fundamento:
Algunos autores han expuesto que es una renuncia por parte del titular del derecho que
permanece inactivo y también una sanción a su negligencia, pero el verdadero fundamento
es otro:
La seguridad de las relaciones jurídicas: al derecho le interesa liquidar las situaciones
inestables y asegurar el orden y la paz social, y ello lo logra impidiendo que determinadas
situaciones puedan ser objeto de revisión después de cierto tiempo. Tiende a que la
indefinición del estado patrimonial del deudor a que el acreedor interponga una acción
cuando quiera, no sea atemporal e infinita. Es un instituto de orden público y las partes no lo
pueden modificar
convencionalmente (a diferencia de las normas dispositivas) art.2533. Funciona solo a
petición del deudor. Nunca puede ser declarada de oficio. No interesa la buena o mala fe
del deudor (solo interesa en la prescripción
adquisitiva).
Art. 2532. — Ámbito de aplicación.
En ausencia de disposiciones específicas, las normas de este Capítulo son aplicables a la
prescripción adquisitiva y liberatoria. Las legislaciones locales podrán regular esta última
en cuanto al plazo de tributos.
A diferencia del Código de Vélez, el nuevo Código Civil no contiene una definición del
instituto que pretenda ser abarcativa de ambos tipos de prescripción. En los Fundamentos del
Anteproyecto explican esta decisión debido a que: a) la prescripción se proyecta a situaciones
que exceden el ámbito de los derechos reales y personales (ejemplo: acción de nulidad), lo
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cual revelaría la imprecisión en la que recaen las definiciones técnicas de prescripción; b) no
sería necesaria una definición técnica, ya que su noción es clara y sus efectos pueden ser
regulados sin inconvenientes; c) es conveniente evitar definiciones legales que generen
dificultades.
Ahora bien, no obstante lo dicho en los fundamentos, encontramos en el art. 1897 del Código
Civil y Comercial una definición de prescripción adquisitiva, no así una de prescripción
liberatoria.
Es importante tener en cuenta este artículo para entender el alcance de todos los que siguen,
porque justamente son disposiciones comunes/normas generales, a la prescripción
liberatoria y adquisitiva.
Art. 2534. — Sujetos. La prescripción opera a favor y en contra de todas las personas, excepto
disposición legal
en contrario.
Los acreedores y cualquier interesado pueden oponer la prescripción, aunque el obligado o
propietario no la invoque o la renuncie.
El Código Civil y Comercial aglutina en el art. 2534 principios que en el Código de Vélez se
encontraban dispersos en numerosos artículos. El principio general es que toda persona capaz
o incapaz, de existencia visible o jurídica, del derecho público o privado, puede prescribir, y
sus derechos recíprocamente son pasibles de prescripción.
El Código Civil y Comercial eliminó la mención expresa referida a que el Estado general o
provincial está sometido a las mismas prescripciones que los particulares —tal como
establecía el art. 3949 del Código Civil—, ya que dada la amplitud de la norma en estudio,
resulta claro que quedan comprendidos dentro de la misma. El principio señalado en la norma
se cumple siempre excepto disposición legal en contrario, siendo éstas las causales de
suspensión del curso de la prescripción.
Sabido es que el patrimonio del deudor es la prenda común de los acreedores. Derivado de
ese principio el ordenamiento jurídico brinda a los acreedores medidas conservatorias
tendientes a mantener incólume el patrimonio de su deudor y acciones cuyo propósito es
ejecutarlo con la finalidad de hacer efectivo su crédito. Lo buscado por las medidas
conservatorias es impedir que —ya sea por desidia, negligencia o maniobras fraudulentas—
disminuya el patrimonio del deudor, evitando así, el debilitamiento de la garantía de sus
acreedores.
Así, un acreedor que constata que su deudor no opone o renuncia a la prescripción ya ganada,
podrá actuar para evitar que esa obligación ya extinguida (ya que al eliminarse las
obligaciones naturales la prescripción pasa a ser un modo de extinguir obligaciones) renazca
con todos sus efectos.
Art. 2535. — Renuncia.
La prescripción ya ganada puede ser renunciada por las personas que pueden otorgar actos
de disposición. La renuncia a la prescripción por uno de los codeudores o coposeedores no
surte efectos respecto de los demás. No procede la acción de regreso del codeudor
renunciante contra sus codeudores liberados por la prescripción.
El renunciante se despoja del poder jurídico de invocar la prescripción, dejando subsistente
en toda su plenitud y eficacia, la obligación a cuyo respecto había corrido el término de ella.
La ley autoriza a renunciar a una prescripción ya cumplida o ganada, pues ésta constituye ya
un derecho adquirido e incorporado.
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Y se prohíbe la renuncia anticipada del derecho de prescribir para lo sucesivo. En razón de
que es un instituto de orden público, fundado en motivaciones de interés social que se verían
comprometidas si se permitiera la renuncia por anticipado a sus beneficios.
El Código de Vélez en su art. 3965 sentaba el principio de que todo aquel que podía enajenar,
podía remitir la prescripción ya ganada. El artículo analizado recepta ese principio.
Ahora bien, el Código Civil y Comercial —siguiendo al Proyecto de 1998— sustituye la
capacidad para enajenar como presupuesto de admisibilidad para poder efectuar la remisión,
por el de tener capacidad para otorgar actos de disposición.
López Herrera concuerda con esta modificación desde “que la renuncia a la prescripción no
es un acto de enajenación al no existir transmisión alguna de propiedad, ya sea a título
gratuito u oneroso”. ->Renuncia a oponer la prescripción por uno de los codeudores o
coposeedores:
El principio que permite renunciar a la prescripción ya ganada, se mantiene incólume si en
lugar de un deudor o poseedor tenemos varios deudores o poseedores, ya que la norma
permite a cualquiera de ellos, sin necesidad de consentimiento o aprobación del resto,
efectuar la remisión.
Ahora bien, la norma aclara expresamente que dicha renuncia de ningún modo puede afectar
al resto de los codeudores o coposeedores quienes decidieron ampararse en el instituto de la
prescripción. Para éstos la situación fáctica o jurídica no se modifica de modo alguno, ya que
la decisión del renunciante no surte efecto respecto a ellos. -> Acción de regreso:
El codeudor renunciante que pagó la deuda no posee acción de regreso de ningún tipo contra
los codeudores liberados por la prescripción.
Él decidió renunciar a la prescripción y sobre él deben recaer las consecuencias de la misma,
inclusive, si ello implica tener que afrontar solo una deuda que era compartida. En
consecuencia, el codeudor solidario que renuncia a la prescripción debe hacer frente a la
deuda, sin posibilidades de recurrir a la acción de regreso contra los codeudores.
Art. 2536. — Invocación de la prescripción.
La prescripción puede ser invocada en todos los casos, con excepción de los supuestos
previstos por la ley.
El art. 4019 del Código de Vélez establecía que todas las acciones eran prescriptibles y
brindaba las excepciones a la norma.
El Código Civil y Comercial no contiene una norma que expresamente indique que todas las
acciones son prescriptibles, para luego, a renglón seguido, enumerar cuáles no lo son, tal
como lo hacía el art. 4019.
Vemos en ello un acierto, ya que como señalaban Spota y Leiva Fernández, el art. 4019 sólo
constituía una directiva más apta para confundir que para aclarar los conceptos, ya que del
modo que se encontraba redactada daba la impresión de que la enumeración que realizaba
era de carácter taxativo y que, por ende, todas las acciones eran prescriptibles si no se
encontraban entre las excepciones enumeradas por la norma, olvidándose notorios supuestos
de imprescriptibilidad.
El artículo es claro al señalar que la prescripción puede ser invocada en todos los casos, con
la lógica excepción de los supuestos expresamente previstos por la ley.
Con los “supuestos expresamente previstos por la ley”, la norma se está refiriendo a las
acciones imprescriptibles, las cuales se encuentran dispersas por todo el CCC, siendo un
acierto el evitar realizar un listado, ya que se elimina el riesgo de obviar alguna.
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Algunas de estas acciones imprescriptibles las encontramos en los siguientes artículos del
CCC:
a) Acciones imprescriptibles por la naturaleza de la acción: 1) art. 2247: acciones reales
(reivindicatoria, negatoria, confesoria y de deslinde); 2) art. 2166: el reclamo de constitución
de servidumbre forzosa (de tránsito, para el fundo cerrado, de acueducto, de recibir aguas);
3) art. 2311: acción de petición de herencia; 4) arts. 1996 y 1997: acción de división de
condominio; 5) art. 2368: acción de partición de herencia; 6) art 2023: acción para readquirir
la medianería; 7) art. 2027: acción para pedir se arranque un arbusto u árbol que cause un
perjuicio; 8) art. 712: acciones de estado de familia; 9) art. 576 y 593: acción de
reconocimiento e impugnación de la filiación; 10) art. 588: acción de impugnación de
maternidad; 11) acción de nulidad de matrimonio.
b) Acciones imprescriptibles por la naturaleza de los bienes a adquirir: 1) art 237: bienes
públicos; 2) art. 2032: inmuebles sujetos a propiedad indígena; 3) art. 2119: derecho de
superficie.
c) Acciones imprescriptibles por la naturaleza de los derechos en juego: 1) Derechos
personalísimos (acción de prevención del daño, acción de protección de la dignidad humana,
acción de protección nombre, acción de protección imagen, acción de protección de la
identidad personal, acción protección salud).
Art. 2537. — Modificación de los plazos por ley posterior.
Los plazos de prescripción en curso al momento de entrada en vigencia de una nueva ley se
rigen por la ley anterior.
Sin embargo, si por esa ley se requiere mayor tiempo que el que fijan las nuevas, quedan
cumplidos una vez que transcurra el tiempo designado por las nuevas leyes, contado desde
el día de su vigencia, excepto que el plazo fijado por la ley antigua finalice antes que el
nuevo plazo contado a partir de la vigencia de la nueva ley, en cuyo caso se mantiene el de
la ley anterior.
Es prácticamente idéntico al art. 4051 del Código de Vélez.
Art. 2538. — Pago espontáneo.
El pago espontáneo de una obligación prescripta no es repetible.
El principio que emana del art. 2538 del CCC lo encontrábamos en el art. 516 del Código de
Vélez, cuando éste trataba sobre las obligaciones naturales.
Al haberse suplantado las obligaciones naturales por los deberes morales o de conciencia, el
precepto contenido en esta norma se encuentra en la sección referida a la prescripción,
mientras que en el Código de Vélez el mismo lo hallábamos en la sección referida a las
obligaciones naturales.
Una vez prescripta la obligación, la deuda se extingue y sólo queda en cabeza del deudor un
deber moral o de conciencia, y así, lo que entregue a su acreedor no puede ser considerado
como pago (ya que no hay deuda) sino como liberalidad.
Ante ello, el CCC aclara que el pago espontáneo de una deuda prescripta no es repetible, y
esto se debe a que el acreedor sigue teniendo el derecho, la única diferencia es que no lo
puede exigir judicialmente.
Suspensión de la prescripción.
La suspensión consiste en la detención o paralización del curso de la prescripción por la
existencia de causas concomitantes o sobrevinientes a su inicio; pero no ataca ni destruye los
efectos que ésta venía produciendo hasta entonces. Por eso, el período transcurrido hasta la
aparición de la causal de suspensión no se pierde, sino que se computa cuando la misma cesa
y la prescripción se reanuda, hasta completar el lapso faltante de su duración; o sea que
ambos
períodos, el anterior y el posterior a la suspensión, se suman y computan conjuntamente para
integrar el transcurso toal del pertinente término de prescripción.
Art. 2539. — Efectos. La suspensión de la prescripción detiene el cómputo del tiempo por el
lapso que dura pero aprovecha el período transcurrido hasta que ella comenzó.
Se mantiene la mayoría de las causales de suspensión del Código de Vélez; se elimina algunas
(elimina el art. 3970, que trata de la suspensión de las acciones contra un tercero que pudieren
afectar a uno de los cónyuges, se elimina el art. 3982 bis que suspendía el término de
prescripción de la acción civil si se hubiese deducido querella criminal contra los
responsables del hecho) e incorpora otras (incorpora en el art. 2543 inc. c]), la suspensión
entre los incapaces o con capacidad restringida y sus padres, y también en el inc. d] del mismo
artículo se trata sobre la suspensión de la acción de la persona jurídica con sus
administradores o integrantes de sus órganos de fiscalización mientras duran en su cargo).
Art. 2540. — Alcance subjetivo. La suspensión de la prescripción no se extiende a favor ni
en contra de los interesados, excepto que se trate de obligaciones solidarias o indivisibles.
Principio general: la relatividad de la suspensión.
En los Fundamentos del Proyecto del Código Civil y Comercial se explica que en general las
causas de suspensión prevén circunstancias personales de los interesados que justifican la
paralización del cómputo del curso, por eso se dispone expresamente que, como regla, esa
paralización aprovecha únicamente a los sujetos respecto de quienes se produce la situación
que le da motivo.
Esta regla ya existía en el art. 3981 del Código de Vélez, quien en su nota citaba a Aubry y
Rau, quienes explicaban que “entre muchos copropietarios, o muchos deudores aun
solidarios, si se encuentra uno a cuyo beneficio la prescripción ha sido suspendida por la ley,
por ejemplo, por causa de minoridad, los otros no son admitidos a prevalerse de esa
suspensión”.
Por su parte, el nuevo Código Civil en su art. 851, inc. e), referido a obligaciones concurrentes
ratifica el principio general al establecer que la suspensión e interrupción hecha contra uno
de los codeudores no se propaga a los demás.
La excepción al principio analizado en el punto anterior lo encontramos en la última parte
del artículo en comentario, al aclarar que en el caso de obligaciones solidarias o indivisibles
el efecto de la suspensión se extiende a los interesados.
Esta excepción también la encontrábamos en el art. 3982 del Código Civil, pero referida
únicamente a las obligaciones cuyo objeto eran cosas indivisibles, con lo cual el Código Civil
y Comercial se aparta parcialmente de la solución que propugnaba el Código de Vélez.
Así, el Código Civil y Comercial establece que las obligaciones solidarias se erigen como
excepciones al carácter personal de la suspensión de la prescripción.
Lo mismo ocurre con las obligaciones indivisibles, siguiendo así el sistema del Código Civil.
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lógico, ya que en jurisdicciones donde la mediación es obligatoria, el único modo que tiene
el actor para conseguir que le den curso a su demanda es acompañar en el expediente el acta
que demuestre que el proceso de mediación ya concluyó, es decir que, recién luego de contar
con dicha acta él podrá iniciar juicio o correr traslado de la demanda al deudor y, por ende,
debe ser a partir de dicho momento que vuelva a correr el plazo de prescripción.
Art. 2543. — Casos especiales. El curso de la prescripción se suspende:
a) entre cónyuges, durante el matrimonio;
b) entre convivientes, durante la unión convivencial;
c) entre las personas incapaces y con capacidad restringida y sus padres, tutores, curadores
o apoyos, durante la responsabilidad parental, la tutela, la curatela o la medida de apoyo;
d) entre las personas jurídicas y sus administradores o integrantes de sus órganos de
fiscalización, mientras continúan en el ejercicio del cargo;
e) a favor y en contra del heredero con responsabilidad limitada, respecto de los reclamos
que tienen por causa la defensa de derechos sobre bienes del acervo hereditario.
Algunos de los supuestos de suspensión que contiene el art. 2543 del Código Civil y
Comercial los encontramos en diversos artículos del Código de Vélez, a saber: arts. 3969,
3972 y nota, 3973, 3974, 3975.
a) Entre cónyuges, durante el matrimonio
El inc. a) del artículo que analizamos, al establecer que la prescripción no corre entre
cónyuges durante el matrimonio, recoge el principio sentado en la primera parte del art. 3969
del Código Civil. Las razones de dicha suspensión las explica Vélez en la nota al art. 3969 al
decir: “Aunque haya separación de bienes, la prescripción debe suspenderse entre los
esposos. A ninguno de ellos se le puede culpar de no haber cobrado al otro lo que le debiese”.
El CCC no recepta la aclaración referida a que la suspensión de la prescripción entre
cónyuges se mantiene durante la separación de bienes y aunque estén divorciados por
autoridad competente, ya que ella había quedado fuera de contexto. Como explica Borda:
“Al hablar de divorcio, está claro que la ley alude al único previsto en el Código, que era la
separación de cuerpos, sin disolución del vínculo; pero introducido el divorcio vincular por
la ley 23.515, resulta evidente que los matrimonios disueltos no están sujetos al régimen de
la suspensión, desde que los cónyuges han dejado de ser tales”.
Tampoco recepta el CCC la regla del art. 3970 del Código de Vélez, referido a la suspensión
de las acciones contra terceros que pudiesen perjudicar a uno de los cónyuges.
b) Entre convivientes durante la unión convivencial. Comienzo de la suspensión
Esta causal es nueva. Ahora bien, un problema será distinguir a partir de qué momento
comienza la suspensión de la prescripción en el caso de las uniones convivenciales; así, se
puede sostener que comienza: 1) inmediatamente desde que éstos comienzan a convivir en
forma efectiva, o 2) desde que la unión convivencial tiene efectos jurídicos, esto es, a los dos
años según el art. 510 del CCC, posición que sostenemos.
Los mismos principios que gobiernan la suspensión del matrimonio se aplican a la suspensión
de la unión convivencial.
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c) Entre las personas incapaces y con capacidad restringida y sus padres, tutores,
curadores o apoyos, durante la responsabilidad parental, la tutela, la curatela o la
medida de apoyo
A diferencia del art. 3973 de Vélez que se refería sólo a los curadores y tutores se incorpora
a los padres y a los apoyos (sujetos designados por el juez según lo establecido por el art. 43
del CCC, para colaborar en la toma de decisiones de la persona con capacidad restringida) lo
cual es un acierto ya que como bien hacía notar Borda, la solución en esos casos debía ser la
misma ya que los fundamentos son idénticos.
Al explicar los fundamentos del art. 3973, Borda remarcaba: “Esta razonable disposición se
propone: por una parte, no obligar a los tutores y curadores a demandar a sus representados,
colocándolos en una situación de violencia moral y que, probablemente, redunde en perjuicio
del incapaz; y, por la otra, no colocar a los incapaces en el riesgo de que su representante deje
transcurrir deliberadamente los términos legales de la prescripción”.
d) Entre las personas jurídicas y sus administradores o integrantes de sus órganos de
fiscalización, mientras continúan en ejercicio del cargo
Causal nueva. Se justifica plenamente debido a la situación de incompatibilidad en que se
encuentran estas personas con la sociedad que dirigen o controlan.
La ley 19.550 de Sociedades Comerciales, consagra la vía judicial para demandar al
administrador o a los miembros del consejo de vigilancia por los daños que se haya causado
a la sociedad, a los accionistas o a terceros. Para ello, la ley distingue entre la acción social
(que es la concedida a la sociedad para obtener la reparación de los daños que el obrar de su
director o de los miembros de vigilancia le hayan causado) y la acción individual (concedida
a los accionistas y terceros con el mismo propósito).
El art. 2543 incorpora esta causal de suspensión únicamente para la acción social y establece,
a contrario sensu, que el cómputo del plazo de prescripción corre desde que los
administradores o integrantes de sus órganos de fiscalización cesaron en sus cargos.
e) A favor o en contra del heredero beneficiario mientras dura su calidad de tal,
respecto de los reclamos que tienen por causa la defensa de derechos sobre bienes
del acervo hereditario
Con respecto al heredero beneficiario, se mantienen las soluciones dadas por Vélez en sus
arts. 3972 y 3974.
Los fundamentos de esta causal los podemos encontrar en la nota al art. 3972, donde Vélez
explica que “sería inútil forzar al heredero beneficiario a provocar condenaciones contra la
sucesión que está encargado de administrar. Representante de la sucesión, la acción se
dirigiría contra él mismo y haría el papel de demandante y demandado”.
Interrupción de la prescripción.
La interrupción aniquila, reduce a la nada la prescripción en curso, dando por no sucedido
todo el tiempo ya corrido de ésta; la cual si comienza a correr de nuevo una vez desaparecidos
los efectos del acto interruptivo, deberá computarse en forma total.
El acto interruptivo para ser tal debe ser anterior al fenecimiento del término de la
prescripción; pues de suceder a posteriori serían otros distintos sus efectos. Además, la carga
de la prueba de la existencia del hecho que interrumpe, corresponde a quien lo alega.
El reconocimiento de deuda es un ejemplo de acto interruptivo.
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Spota y Leiva Fernández explican que a partir del momento en que el hecho o negocio
jurídico que tuvo capacidad para interrumpir la prescripción pierde su eficacia interruptiva,
comienza a correr una nueva prescripción. - Diferencias con la suspensión:
La prescripción aprovecha todo el tiempo transcurrido hasta que se produjo la suspensión,
mientras que la interrupción inutiliza el tiempo transcurrido antes de que se produzca ésta y
hace iniciar un nuevo plazo.
En cuanto a los efectos de uno y otro instituto, las razones que dan fundamento a estas
alteraciones del plazo de prescripción son diferentes, mientras la suspensión tiene su origen
en una inactividad justificada las partes, la interrupción es consecuencia de una actividad
desplegada por las partes.
Art. 2545. — Interrupción por reconocimiento.
El curso de la prescripción se interrumpe por el reconocimiento que el deudor o poseedor
efectúa del derecho de aquel contra quien prescribe.
En Vélez encontrábamos esta causal de interrupción en el art. 3989.
El fundamento de esta causal de interrupción de la prescripción, explica Rezzónico, está dado
porque el reconocimiento implica la renuncia del deudor a adquirir un derecho por el
transcurso del tiempo, e implica una reafirmación de su carácter de obligado, y una confesión
del derecho del acreedor.
Explica López Herrera que el reconocimiento es una causal de interrupción que se origina
únicamente en la persona del deudor, pues su naturaleza jurídica es la de ser un acto jurídico
unilateral (no necesita ser aceptado por el beneficiario para surtir efectos), emanado del
deudor si es expreso, o bien un hecho jurídico si es tácito.
Art. 2546. — Interrupción por petición judicial.
El curso de la prescripción se interrumpe por toda petición del titular del derecho ante
autoridad judicial que traduce la intención de no abandonarlo, contra el poseedor, su
representante en la posesión, o el deudor, aunque sea defectuosa, realizada por persona
incapaz, ante tribunal incompetente, o en el plazo de gracia previsto en el ordenamiento
procesal aplicable.
El CCC engloba en un solo artículo lo que en el Código de Vélez se encontraba en dos
(art. 3986 y 3987).
La solución dada por el art. 2546 es, en cuanto a sus líneas generales, similar a los artículos
del Código de Vélez, aunque se modificó su redacción a los efectos de evitar los problemas
que la interpretación de esas normas había acarreado. Dentro de esos cambios podemos
señalar:
1. Se sustituyó la expresión “demanda” por la de “petición del titular del derecho ante
autoridad judicial que traduce la intención de no abandonarlo”, debido a que la primera
expresión había generado numerosos debates en torno al alcance que a dicho término debía
dársele.
Como se advierte, el supuesto es amplísimo y permite englobar, además obviamente del
acto procesal llamado demanda, a todos los actos que la jurisprudencia actual considera
equiparados a una demanda, como ser: medidas preparatorias, medidas cautelares, pruebas
anticipadas, preparación de la vía ejecutiva, pedido de verificación de crédito, etcétera.
2. Se agrega a los supuestos de demanda presentada por persona incapaz, por ante juez
incompetente o de manera defectuosa, la posibilidad de que la misma sea presentada dentro
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del plazo de gracia previsto en el ordenamiento procesal aplicable, con lo que se termina con
la discusión respecto de si la demanda presentada con cargo extraordinario tiene efecto
interruptivo o no.
Art. 2547. —Duración de los efectos.
Los efectos interruptivos del curso de la prescripción permanecen hasta que deviene firme
la resolución que pone fin a la cuestión, con autoridad de cosa juzgada formal.
La interrupción del curso de la prescripción se tiene por no sucedida si se desiste del proceso
o caduca la instancia.
El art. 3987 del Código de Vélez traía una disposición similar a la última parte del art. 2547.
La norma incorpora la aclaración referida a que la interrupción se mantiene hasta que
“deviene firme la resolución que pone fin a la cuestión, con autoridad de cosa juzgada
formal”.
En la última parte del art. encontramos los supuestos donde la interrupción de la prescripción
se tendrá por no sucedida (desistimiento del proceso y caducidad de la instancia). Estas
situaciones se encontraban receptadas en el art. 3987 de Vélez pero la norma en análisis
mejora la versión originaria ya que aclara que el desistimiento es del proceso.
Art. 2548. — Interrupción por solicitud de arbitraje.
El curso de la prescripción se interrumpe por la solicitud de arbitraje. Los efectos de esta
causal se rigen por lo dispuesto para la interrupción de la prescripción por petición judicial,
en cuanto sea aplicable.
Vélez en su art. 3988 trataba acerca de lo que la doctrina y la jurisprudencia terminaron
llamando “el compromiso arbitral” el cual difiere, tal como veremos, del artículo en
comentario.
El art. 2548 trae notables diferencias con el compromiso arbitral del art. 3988 del Código de
Vélez.
El compromiso arbitral del art. 3988 del Código Civil establecía que: “el compromiso hecho
en escritura pública, sujetando la cuestión de la posesión o propiedad a juicio de árbitros
interrumpe la prescripción”.
De ese modo podían darse dos situaciones:
a) Que las partes en pugna decidan someter su problema a la solución de árbitros en lugar
de ir a la justicia ordinaria. b) El compromiso arbitral fue pactado por las partes previo al
nacimiento del crédito. Ahora bien, el art. 2548 nos dice que el curso de la prescripción se
interrumpe por la solicitud
de arbitraje, lo cual nos da la pauta que la única situación que contempla la norma es la
descripta en el punto b, es decir, cuando existió una cláusula de arbitraje pactada con
anterioridad al nacimiento del crédito.
La norma establece que los efectos de esta causal se rigen por lo dispuesto para la interrupción
de la prescripción por petición judicial, en cuanto sea aplicable.
Así las cosas, la prescripción se encontrará interrumpida durante todo el tiempo que dure el
proceso arbitral.
Ahora bien, al aplicarse lo dispuesto para la petición judicial, si el actor desiste del
procedimiento arbitral o caduca la instancia se borrará el efecto interruptivo que la solicitud
de arbitraje había generado.
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El art. 3960 del Código de Vélez establecía: “El tiempo para prescribir la obligación de dar
cuenta, no principia a correr sino desde el día en que los obligados cesaron en sus respectivos
cargos. El de la prescripción contra el resultado líquido de la cuenta, corre desde el día que
hubo conformidad de parte, o ejecutoria judicial”.
El CCC adopta una similar postura, si bien se invierte el principio general y sólo por defecto
el plazo de la prescripción empieza a correr cuando los obligados a rendir cuentas cesan en
sus funciones, ya que el punto de partida se inicia el día en que el obligado debe rendir
cuentas, pudiendo coincidir o no ambos supuestos.
Las obligaciones de rendir cuentas surgen generalmente de las obligaciones en que se utiliza
dinero de otro. En estas, plazo comienza el día en que el obligado debe rendir cuentas, o (es
un orden de prelación) cuando cese su función (por ejemplo, cuando cesara el mandato).
Pero también puede suceder que haya una obligación del resultado líquido de la cuenta, por
ejemplo, en un contrato de mandato, el mandante le da $300 al mandatario, y éste último
gasta $200, por lo que surge la obligación del cobro de ese saldo, y justamente el plazo
comienza a partir de la liquidación de ese saldo.
Art. 2556. — Prestaciones periódicas.
El transcurso del plazo de prescripción para reclamar la contraprestación por servicios o
suministros periódicos comienza a partir de que cada retribución se torna exigible.
En las obligaciones periódicas como las de suministrar o prestar un servicio, el curso de la
prescripción comienza a operar con cada uno de esos períodos.
Lo mismo ocurre con los contratos de alquiler (y esto es porque cada período tiene causad
diferentes), cada período es autónomo y surge de una causa nueva. Se cuentan 5 años para
atrás con cada período, todo lo que esté antes de esos 5 años, estará prescripto. Vélez lo
preveía en el 2957.
En cambio, no ocurre lo mismo con el pago en cuotas (en donde la causa es única, surge a
nacimiento de la obligación). Acá el plazo se comienza a contar desde la última cuota impaga,
no antes, y esto es porque el incumplimiento suspende la prescripción liberatoria.
En las obligaciones puras y simples, el plazo es instantáneo al nacimiento de la obligación.
Art. 2557. — Prestaciones a intermediarios.
El transcurso del plazo de prescripción para reclamar la retribución por servicios de
corredores, comisionistas y otros intermediarios se cuenta, si no existe plazo convenido para
el pago, desde que concluye la actividad.
En el art. 4032, inc. 3o, de Vélez se establecía una prescripción de dos años para la obligación
de pagar a los agentes de negocios, sus honorarios o salarios, “corriendo el tiempo desde que
los devengaron”.
Ahora, se establece que si no existe plazo ya convenido, el plazo comenzará a correr desde
que finaliza la relación con el corredor.
Art. 2558: Ares dijo que no entra.
Art. 2559. — Créditos sujetos a plazo indeterminado.
Si el crédito está sujeto a plazo indeterminado, se considera exigible a partir de su
determinación.
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El plazo de prescripción para deducir la acción para la fijación judicial del plazo se computa
desde la celebración del acto. Si prescribe esta acción, también prescribe la de
cumplimiento.
En los créditos sujetos a plazo indeterminado se considera exigible a partir de que el juez lo
determina. Previamente hay que interponer una acción para que se fije el plazo, y esta acción
de pedir la fijación también prescribe, por lo que si ésta se prescribió, también se prescribirá
en consecuencia la de exigir el cumplimiento. Pero en el caso de que no se hubiera prescripto,
luego de fijado el plazo, comenzará ese día el plazo de exigibilidad.
Las derivadas de no dañar:
El principio general es que comienza a partir del ilícito. Pero hay excepciones:
Puede ocurrir que cronológicamente no coincida el ilícito con el daño. Es muy común en el
área laboral, también el caso de las inundaciones (no puedo conocer el daño hasta el descenso
del agua), también en los accidentes de tránsito (en un primer momento creo que nada me
pasó, y luego de un mes tengo cinco costillas rotas).
Cuando se deben capital e intereses, cuando están desdoblados: el plazo del capital
comienza desde el último pago de intereses, y esto es así porque eso significa un pago parcial,
un reconocimiento de las obligaciones.
Plazos de prescripción:
Art. 2560. — Plazo genérico.
El plazo de la prescripción es de cinco (5) años, excepto que esté previsto uno diferente en
la legislación local.
En Vélez el plazo genérico era de 10 años.
Art. 2561. — Plazos especiales.
El reclamo del resarcimiento de daños por agresiones sexuales infligidas a personas
incapaces prescribe a los diez años. El cómputo del plazo de prescripción comienza a partir
del cese de la incapacidad.
El reclamo de la indemnización de daños derivados de la responsabilidad civil prescribe a
los tres años.
Las acciones civiles derivadas de delitos de lesa humanidad son imprescriptibles.
Art. 2562. — Plazo de prescripción de dos años. Prescriben a los dos años:
a) el pedido de declaración de nulidad relativa y de revisión de actos jurídicos;
b) el reclamo de derecho común de daños derivados de accidentes y enfermedades del
trabajo;
c) el reclamo de todo lo que se devenga por años o plazos periódicos más cortos, excepto que
se trate del reintegro de un capital en cuotas;
d) el reclamo de los daños derivados del contrato de transporte de personas o cosas;
e) el pedido de revocación de la donación por ingratitud o del legado por indignidad;
f) el pedido de declaración de inoponibilidad nacido del fraude.
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Art. 2563. — Cómputo del plazo de dos años. En la acción de declaración de nulidad
relativa, de revisión y de inoponibilidad de actos jurídicos, el plazo se cuenta:
a) si se trata de vicios de la voluntad, desde que cesó la violencia o desde que el error o el
dolo se conocieron o pudieron ser conocidos;
b) en la simulación entre partes, desde que, requerida una de ellas, se negó a dejar sin efecto
el acto simulado;
c) en la simulación ejercida por tercero, desde que conoció o pudo conocer el vicio del acto
jurídico;
d) en la nulidad por incapacidad, desde que ésta cesó;
e) en la lesión, desde la fecha en que la obligación a cargo del lesionado debía ser cumplida;
f) en la acción de fraude, desde que se conoció o pudo conocer el vicio del acto;
g) en la revisión de actos jurídicos, desde que se conoció o pudo conocer la causa de revisión.
Art. 2564. — Plazo de prescripción de un año. Prescriben al año:
a) el reclamo por vicios redhibitorios;
b) las acciones posesorias;
c) el reclamo contra el constructor por responsabilidad por ruina total o parcial, sea por
vicio de construcción, del suelo o de mala calidad de los materiales, siempre que se trate de
obras destinadas a larga duración. El plazo se cuenta desde que se produjo la ruina;
d) los reclamos procedentes de cualquier documento endosable o al portador, cuyo plazo
comienza a correr desde el día del vencimiento de la obligación;
e) los reclamos a los otros obligados por repetición de lo pagado en concepto de alimentos;
f) la acción autónoma de revisión de la cosa juzgada.
EXTINCIÓN GLOBAL DE LAS OBLIGACIONES.
El estado de concurso del deudor, legislado en el decreto-ley 19.551/72, incluye medios de
extinción, que sirven para finiquitar globalmente todas las obligaciones anteriores al
concurso, inclusive las constituidas a favor de acreedores que no se hubieran presentado al
mismo; lo cual los diferencia de otros modos extintivos que se refieren a deudas determinadas
a las cuales extinguen particularmente.
Son: acuerdo por cesión de bienes; rehabilitación; y el cumplimiento del acuerdo preventivo
o del resolutorio en los que se hubieran concedido quitas.
I- Acuerdo por cesión de bienes:
Es uno de los diversos medios que autoriza la ley al deudor para llegar a un acuerdo (o
concordato) con sus acreedores, llegando a tal por medio de la entrega o cesión de bienes.
Opera la transferencia de la propiedad de los bienes cedidos a favor de los acreedores y
finiquita en forma plena y perfecta todas las deudas del concordatario.
En cuanto a la naturaleza jurídica, Trigo dice que, se asimila a la dación en pago, por tratarse
de un medio de extinción satisfactivo para los acreedores aunque lo que se dé y reciba no sea
lo prometido y debido.
La iniciativa corresponde al deudor, quien debe formalizar su propuesta dentro de los treinta
día de la petición del concurso; debiendo acompañar su pedido de: un inventario detallado
de sus bienes, con imputación de sus respectivos valores patrimoniales, y señalando con
precisión los créditos de valuación utilizados a tal fin.
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Acto seguido, el juez deberá designar un tasador de inmediato quien a su vez debe presentar
la tasación treinta días antes de la constitución de la junta de acreedores; siendo impugnable
dicha pericia, tanto por el deudor como por los acreedores.
En la audiencia designada para constituir la Junta, los acreedores tienen que decidir sobre la
aceptación o rechazo del acuerdo propuesto. Además, deben resolver sobre la forma de
disponer los bienes, ya sea constituyendo entre ellos una sociedad por acciones, vendiéndose
en conjunto o separadamente, o por cualquier otro medio.
Cumplidas estas etapas previas, el juez debe resolver sobre la aprobación o rechazo del
acuerdo por entrega de bienes (homologación).
II- Rehabilitación:
Tratada también en el decreto-ley 19.551/72, distinguiéndose tres supuestos distintos: de
quiebra o concurso casual; de quiebra o concurso culpable; y de quiebra o concurso
fraudulento.
El causal, la rehabilitación procede de inmediato, siendo necesario: la declaración de
calificación de conducta causal por el juez, lo que importa un juicio de mérito de su parte,
atendiendo a todas las circunstancias de la causa y en especial al informe del síndico e
inexistencia de denuncias por parte de los acreedores; y que no se hubiese incoado proceso
pena, quiebra o concurso fraudulento.
En el caso de que sea culpable, procede a los cinco años contados desde la sentencia
declarativa de quiebra; y en el fraudulento, recién a los diez años.
El procedimiento de rehabilitación debe ser pedido por el interesado, al juez del concurso,
dándose vista al síndico y al agente fiscal, no debiendo haber oposición de estos.
Los efectos serán que, el fallido queda liberado de los saldos que quedare adeudando en el
concurso, respecto de los bienes que adquiera después de la rehabilitación.
III- Cumplimiento del acuerdo preventivo o resolutorio en el que se hubiera
concedido quitas:
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