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Los estudios de la Conducta

Diego Zerba – Adriana Sulle

1. La Psicología Conductista recorre Estados Unidos

El Dr. John H. Watson es un personaje de


ficción que acompaña y asiste al celebre Sherlock
Holmes en buena parte de sus aventuras. Ambos
personajes surgen de la inventiva de Sir Arthur
Conan Doyle (1859 – 1930). Podría decirse que
nada tiene que ver aquel partenaire del famoso
detective con John B. Watsón (1878 – 1958),
creador del Conductismo; a no ser porque ambos
exacerban rasgos opuestos: el primero se caracteriza
John B. Watson (1878-
1958) por su sobriedad y cautela, mientras que el segundo lo hace
por su pasión y desmesura. Quien dispondría de este enorme
ímpetu nace en el condado de Greenville, Carolina del Sur (EEUU), y de su pluma
fogosa iba a surgir el Manifiesto Conductista publicado en 1913. Su orientación en
sintonía con el zeitgeist o espíritu americano de la época, comulga con la concepción
empirista de raíz anglosajona en consonancia con el Pragmatismo Norteamericano
(centrado en la eficiencia de la acción), y postula la idea de la tabla rasa originaria
abierta a la posibilidad absoluta de adquirir conductas mediante mecanismos
asociativos. Psicólogo de profesión, no ahorra revuelo cuando le efectúa fuertes críticas
a la Psicología Asociacionista, que aborda el estudio de la conciencia a través de
métodos experimentales diseñados a tal fin. No obstante el fervor de su gesto
fundacional, encuentra en Edward L. Thorndike (1874-1949) una fuerte influencia
anterior.
Discípulo de William James (1842 – 1910) en la Universidad de Harvard, el
joven Thorndike tuvo el lujo de encontrarse con la bonhomía del laureado catedrático,
quien le facilita el sótano de la casa para su primera investigación con pollitos. A
semejanza de Charles Darwin (1809 - 1882), James es quien concluye que el contenido
de la conciencia es menos importante que su hacer, contribuyendo al inicio del
Pragmatismo Norteamericano. Tomando la actitud darviniana como una posición,
centra lo primordial en su función y no en su contenido, iniciando también lo que se
conoce como Funcionalismo Americano. En esta senda entiende que la función primaria
de la conciencia es elegir, y hace converger en su recorrido: la dedicación a la
investigación científica con la filosofía liberal vectorizada por la idea de libre albedrío.
De tal modo la conciencia crea y al mismo tiempo está al servicio de los fines del
organismo, el primero de los cuales es la supervivencia por medio de la adaptación al
entorno. Sin embargo, considera que la adaptación no es nunca pasiva: la consciencia
elige y actúa con arreglo a una meta, y en el fluir incesante de las elecciones, ellas
afectan tanto a la percepción como a la conducta. Tengamos presente que para los
autores de habla inglesa los conceptos de percepción interna (Innere Wahrnehmung) y
autoobservación (Selbsbeobachtung) se confunden, habida cuenta que Edward
Titchener (1867 – 1927) utiliza el mismo término en la traducción que hace a esa
lengua. Ese corrimiento hace que se les pierda uno de los aspectos más importantes de
Wundt, como es su modelo experimental.
Favorecida por los vasos comunicantes de la amistad, Thorndike mama de James
su línea de trabajo conducente a separar como disciplinas, en EEUU, la Psicología de la
Filosofía. La línea divisoria es incorporar el método experimental a la primera (aunque
perdiéndose en el Atlántico la originalidad alemana del procedimiento wundtiano). Así
establece, por ejemplo, la ley del efecto que dice: “Aquellas respuestas dadas antes de
una situación satisfactoria tiene mayor probabilidad de ser repetidas” (Thorndike:
1913: 2)
Aún estando presentes estos
antecedentes, Watson proclama en su
manifiesto –con enunciación de
pionero- la necesidad de adoptar una
concepción positiva dotada de un
método de investigación basado en la
observación, y la necesidad de
especificar un objeto de estudio
empírico, o sea definido en primer
término por ser observable. De ese
Condicionamiento al miedo, sobre el pequeño
modo establece la conducta como objeto,
Albert
Imagen www//shellsandpebbles.com/2014
abriendo allí las aguas con sus precursores. Luego de definir el par objeto – método su
naciente escuela asume como propio el campo del aprendizaje, pero a pesar de sostener
un empeño consecuente va a ser incapaz de elaborar una teoría unitaria. Esta afirmación
responde a los siguientes datos históricos.
A diez años de publicado el Manifiesto sus seguidores se dispersan en diez
grupos. En un esfuerzo por buscarles alguna cohesión, se los puede hacer converger en
dos grandes sectores: el conductismo radical que niega la existencia de la conciencia, y
el conductismo metodológico que, si bien no niega su existencia, considera que no se la
puede investigar con un método científico. Las cuatro espadas más afiladas de este
último son: Edwin Guthrie (1886 – 1959), Edgard Tolman (1886 – 1959), Clark Hully
(1884 – 1952), y Burrhus Skinner (1904
– 1990).
Por entonces, en el otro extremo
del mundo, el fisiólogo ruso Iván Pavlov
(1849-1936) se dedica a realizar
experiencias con reflejos condicionados.
Estas investigaciones le valen ganar el
Premio Nobel de Fisiología y Medicina

Ivan Pavlov (1849-1936) (1904). Su modelo explica una


Bing-com/images asociación entre estímulos (EE) provocada
por contigüidad, que denomina condicionamiento clásico. En su experimento más
notorio “…comprobó que un perro alimentado con comida simulada segregaba ácido
gástrico cuando se introducía esa comida en su boca, a pesar de que un tubo insertado
a través de una apertura en la garganta impedía que el alimento llegara al estómago.
Pavlov notó que, mas aún, el animal
segregaba saliva ante la vista del alimento
como ante la acción del alimento
mismo…” (Swenson, 1984: 32).
Las sólidas investigaciones de
Pavlov, le dan plafón a Watson para volver
a la idea de asociación con otros recursos.
Mantiene esta unidad de análisis despejadaCondicionamiento clásico: Perro -
por Wundt pero profundamente reformulada. campana alimento.
Imagen Word press
Eliminada la conciencia como un objeto de estudio digno de la ciencia, la asociación se
reduce al arco reflejo estímulo – respuesta (ER).
Es importante destacar la relación entre aquellos extremos del mundo,
aparentemente mucho más extrema durante la guerra fría (1945 – 1989), porque más
allá de la ideología aplicada a la diplomacia se observa, por entonces, una cercanía entre
ellos que no se restringe al Estrecho de Bering. También el criterio de eficiencia, aunque
con modalidades muy distintas, se encuentra claramente acentuado en ambos por lo
menos hasta la caída del muro de Berlín (1989). En un caso con la cobertura del
Pragmatismo Norteamericano, en el otro con una versión del Materialismo que descarta
la conciencia.

2. Skinner. La primera espada del


conductismo.
Burrhus Frederick Skinner (1904 - 1990)
nace en Susquehanna, un pequeño pueblo
ferroviario de Pensylvania (EEUU). Es
considerado uno de los psicólogos más
importantes del siglo XX (su trascendencia es muy
superior a la de Watson), y es el fundador una
ciencia de la conducta a la que denomina Análisis
Experimental de la Conducta, junto a la filosofía
Burbuhs Skinner (1904-1990)
Imagen. Skinner blogspot que da cuenta de sus principios: el Conductismo
Radical.
Skinner explica en estos términos como entiende el Conductismo:

“El Conductismo, con acento en la última sílaba, no es el estudio científico de la


conducta sino una filosofía de la ciencia dedicada al objeto y a los métodos de la psicología”
Skinner, 1983: 951

Resuelto a definir una metodología escrupulosa, el control pasa a ser una de sus
mayores preocupaciones. Al modo que hicimos con Watson, jugando con los
homónimos podemos decir que tanto Burrhus Skinner como Seymour Skinner, en la
serie televisiva Los Simpson, están capturados por el mismo interés. El segundo es el
director de la Escuela Primaria de Springfield, a la que asisten Bart y Lisa Simpson.
Tiene muchos problemas para ejercer el control en su escuela y está en constante batalla
con los pocos recursos de su institución, profesores apáticos y engreídos, y a menudo
estudiantes indisciplinados y poco entusiasmados, como Bart. En este caso el
paralelismo es menos casual que en el anterior, ya que la idea del control tan cara a los
dispositivos disciplinarios modernos, que se fundan en la relación Saber – Poder ,
Foucault, (1976 ) está en el meollo de las aspiraciones y también de las dificultades del
conductismo, que lo llevan -entre otras cosas- a no lograr constituir una teoría unificada
del aprendizaje.

Skinner sostiene que la ciencia es:

“... la búsqueda de un orden, de uniformidades, de relaciones válidas entre los hechos”


(Skinner, 1977: 44). “El orden (...) es una hipótesis de trabajo que debe adoptarse desde el
principio”
Skinner, 1977: 38

No obstante, su proposición sobre la existencia de regularidades, no propone una


premisa metafísica para hacer ciencia sobre la base del dualismo, que suponga el orden
como Idea platónica a la cual debe aspirar el hacer humano. Por el contrario –tras los
pasos de James- toma el principio de supervivencia del admirado Darwin. Entonces el
más apto que sobrevive es quien reduce las oscuras acechanzas del azar, cumpliendo
con la máxima del Pragmatismo Norteamericano de hacer que cada conducta sea una
acción eficiente orientada a lograr un objetivo.

“Si no pudiéramos encontrar una uniformidad en el mundo nuestra conducta sería


fortuita e ineficaz”
Skinner, 1977: 44

Con esta orientación no considera la diferencia entre comportamiento instintivo


y reflejo, criticando especialmente a los etólogos por suponer la flexibilidad del
desencadenamiento instintivo ante rasgos incidentales del ambiente. Pensar que el ave
construye su nido por instinto –asegura- es limitarse a una descripción superficial del
fenómeno. Objeta firmemente este criterio afirmando que se considera a dicho
comportamiento como “liberado” y dotado de una fuerza propia, que sólo se podría
explicar desde categorías como: la “fuerza vital” de Herbert Spencer (1820-1903), el
“deseo de existir” de Arthur Schopenhauer (1778 – 1860), y el “élan vital” de Henri
Bergson (1859 – 1941). Todas estas explicaciones estarían respondiendo a una
concepción romántica totalmente inadecuada para los cánones científicos. También
ubica a Sigmud Freud (1856 – 1939) en este marco, respecto a la idea de “instinto” que
le adjudica.
Los errores de traducción no sólo producen perdidas atravesando el Atlántico,
como ocurre con la originalidad alemana del procedimiento wundtiano
(Selbsbeobachtung), sino que en los estrechos límites del Mar del Norte también se
extravía la novedad freudiana del “trieb”, cuando cruza a Inglaterra para ser traducida
por Ernst Jones (1879 – 1958) como “instinct”. Mientras que trieb quiere decir moción,
pujo, sin un objeto determinado, “instinct” es el clásico “instinto” que significa
tendencia ligada a un objeto, y que también llega a nuestro idioma con la traducción que
hace Luís López Ballesteros y De Torres. En la versión española de las Obras
Completas de Freud realizada por José Luís Etcheverry, hace un cierto rescate del
“trieb” al español traduciéndolo como “pulsión”, destacando así su ausencia de objetos
fijos, predeterminados.
Esta precisión no modificaría en nada la posición de Skinner, tal vez la haría aún
más contraría al Psicoanálisis, porque él no autoriza ningún concepto que no pueda
definirse experimentalmente para ser tomado como una variable a controlar. En ese
sentido la pulsión tiene que entenderse causada desde una condición de alteridad, a
partir de la cual “el otro cuenta con total regularidad, como modelo, como objeto, como
auxiliar y como enemigo” (Freud, 1979 b: 67).
La referencia decisiva de Skinner a Darwin con relación a la supervivencia, le
permite pensar en condicionamientos apropiados para incidir sobre la selección natural.
Para pensar como ella se incorpora a la dotación genética de la especie opta por la
especulación. Así el control se despliega más en la relación probabilística de adaptación
al medio, que en la relación necesaria estimulo - respuesta. Es decir que la genética
incorpora los cambios en períodos muy prolongados, en los cuales los individuos de una
especie van eligiendo las mejores repuestas de adaptación ejerciendo algún control
sobre el porvenir en función de una elección inteligente. Es probable, entonces, que
eligiendo las respuestas que fueran más eficaces para resolver problemas, los anticipen
con más acierto.
“Las contingencias de supervivencias se imaginan más fácilmente si el
comportamiento hace más probable que los organismos individuales sobrevivan y procreen, y si
las contingencias prevalecen durante largos períodos de tiempo”
Skinner, 1977: 44

Este planteo que especula sobra el desarrollo de las especies, lo traslada a nivel
de los individuos para explicar los condicionamientos operantes. Dentro de este
encuadre un alumno aprende la resolución de problemas matemáticos, por ejemplo,
comenzando por la utilización de los pasos que había seguido para solucionar otros
problemas similares de menor complejidad. Con cada nuevo acierto se reforzará como
consecuencia el comportamiento. A estas consecuencias las llama reforzadores, y
articulan una asociación respuesta reforzador (RR). La primera diferencia con el
comportamiento reflejo, como en la experiencia del perro de Pavlov, es su condición
voluntaria. El alumno puede ir eligiendo las respuestas, el perro necesariamente saliva
ante el estímulo. En segundo término si cambia el ambiente no logrará dar una repuesta
adecuada y fracasará en la selección natural. A este clásico esquema estímulo –
respuesta lo llama condicionamiento respondiente.
Ajustado a este encuadre, Skinner limita la competencia de la Psicología a las
conductas ambientales, colocando en la caja negra todo lo que sucede al interior del
individuo.
La idea de control conduce a Skinner a su primera pasión, la literatura. En ese
género piensa una suerte de utopía conductista, como trataremos a continuación en una
mínima síntesis y selección de situaciones de la novela que titula Walden 2 (Skinner,
1984).
A lo largo de sus páginas presenta una sociedad organizada de acuerdo a los
principios indicados, que empieza con la visita de Rogers y su amigo el teniente Jamnik
-ambos militares- a un antiguo profesor del primero apellidado Burris. Le cuentan al
académico que con la finalización de la guerra ya no saben qué hacer con sus vidas.
Este descubre en la cordial conversación que mantiene con ellos, que quien fuera su
alumno recuerda más cosas sin importancias que sus enseñanzas. Por su parte Rogers
habla de su desorientación con el abandono de las armas, y su interés de investigar
porque la gente necesita de la guerra y no puede ser feliz viviendo en paz y
colaboración. Burris le contesta que el puede responder esas preguntas y a su interés por
la investigación, pero poniendo en marcha un proyecto que involucre su propia vida.
Así convence a los dos ex - combatientes para iniciar una experiencia en una comunidad
experimental, Walden 2, dirigida por un amigo suyo llamado Frazier.
Allí observan que se trata de una ciudad inusual con estilos distintos de
construcción. Bajo la guía de Frazier hacen una recorrida, en la que primeramente se
encuentran con un rebaño de ovejas limitado simplemente por una soga que lo rodea,
cuya función –explica el director- es cortar el pasto. Además les explica que la
construcción de la comunidad se hizo por etapas, conforme a las necesidades de la
población, y atendiendo a la comodidad de cada uno de los mil habitantes estimativos.
Les señala que los dormitorios, llamados “escalas”, están conectados con los espacios
comunes: comedores, bibliotecas y teatros, para evitar la molestia de salir de los
edificios para realizar las actividades cotidianas. En la caminata contemplan las
magníficas pinturas que atesoran, cuya peculiaridad es tener un atributo que captura la
atención de los observadores. Convidados a tomar el té advierten que las tazas y los
platos tienen el mismo formato cuadrado, y están hechos de un cristal finísimo. Las
primeras se hallan cubiertas por una funda, que permite simultáneamente conservar el
calor de la infusión y ser más cómodas para transportarlas. Por su parte los platos son
profundos y amplios, con un repulgue en cada esquina a la manera de asa para que no se
caiga la comida.
Frazier cuenta que todos los insumos están hechos en la propia comunidad,
como así también dispone de su radio, su literatura, y su arte; en tanto que sus
moradores se relacionan con los otros norteamericanos en salidas muy escasas. De esta
manera los niños conservan el mínimo vínculo con la sociedad como para no sentirse
desplazados, mientras que en la vida diaria los más pequeños se crían en edificios
especiales en los que encuentran fácilmente desde su cama hasta el salón de juegos, y a
partir de los siete años pueden participar del comedor y del círculo de niños mayores.
Los visitantes se hospedan en un sitio al que se llega trasponiendo “la escala”.
Para llegar a él deben hacer un paseo semejante a la cubierta de un trasatlántico,
configurado como un pasillo en cuyas márgenes hay distintas salas para estar.
Avanzando en la estadía, Frazier les muestra el modo de organizar las actividades
cotidianas en ambientes de producción, donde los habitantes trabajan en cadena
logrando el ahorro del trabajo industrial, y comen en el mismo lugar que contempla el
lavado de los platos en cadenas de limpieza independientes (en turnos de dos o tres
personas completan la tarea). En esta organización las amas de casa ganan tiempo y
ahorran trabajo, a partir de un plantel constituido por cocineros, ayudantes de cocina,
sembradores, criadores de animales, entre otros. También los pone al corriente que no
existe moneda, sino créditos de trabajo de cuatro horas diarias, que les permite adquirir
todos los productos y servicios de acuerdo a sus necesidades.
Estás pinceladas de Walden 2 muestran a una sociedad configurada sobre la
premisa de la utilidad, que permite lograr el mayor rendimiento de cada elemento con
las menor inversión de energía. A la inversa, la
guerra muestra su contrario: la destrucción de bienes
inútilmente (comenzando por vidas humanas) que
podrían aprovecharse en beneficio de todos. Esta es
la enseñanza olvidada del profesor Burris (¿Burrhus
Skinner?) que solo podría transmitirse eficazmente
por la vía de una experiencia tan intensa como la
misma guerra. En ella el control ejercido sobre la
experiencia de los alumnos que aprenden, debe ser
solidaria al control intrínseco del propio objeto que
Charles S. Pierce (1839-1914) tienen que conocer. De esa manera cambiarían de
Imagen Lifeder.com
secuencia en la selección natural, que le permitiría un
destino con mejores probabilidades de supervivencia.
Como fondo del devenir de la psicología norteamericana va creciendo la filosofía
arquitectónica de Charles S. Peirce (1839 - 1914), considerado el padre del pragmatismo
norteamericano. Su máxima dice: para determinar el significado de una idea o concepto
debemos referirnos a todos los efectos prácticos concebibles que el concepto
involucraría. Por esta vía toma fuerza la concepción de mente, arrancando de la
evidencia que los significados no son entidades espirituales sino fenómenos
públicamente observables. A caballo del desarrollo tecnológico en materia de
informática y comunicaciones cobra vigor esta evidencia, dándole plafón al nacimiento
y desarrollo de la Psicología Cognitiva promediando el siglo que pasó. Por su parte
Skinner no abandona la actitud de responderle al dualismo cartesiano, plateándole su
solución en el estudio de la conducta (extensa y observable) sin caer en un objeto
inextenso como la mente. Ella está alojada en la caja negra que la Psicología cognitiva

se propone abrir.
En un homenaje a Skinner tributado por Helberto Antonio Plaza, catedrático
colombiano, recuerda los obstáculos que detecta su maestro para explicar el declive
conductista en la segunda mitad del siglo pasado.

“En uno de sus últimos artículos titulado ¿Qué sucedió con la psicología como ciencia
de la conducta? (…) Skinner intentó explicar por qué el Análisis de Conducta no fue acogido
por la Psicología como su paradigma principal, e identificó tres obstáculos: la psicología
humanista, la psicoterapia y la psicología cognoscitiva. En el fondo la crítica va dirigida a que
el pensamiento occidental aún sigue fuertemente aferrado a creer en la existencia de un
“hombre interior” dentro de cada uno que actúa espontáneamente. Dicha creencia ha
provocado que el Conductismo Radical sea visto como algo absurdo e inaceptable”
Plaza, 2006: 18

Mientras que él sale con la lanza en ristre a defender el método experimental


frente al dualismo metafísico, el pragmatismo norteamericano, en su despliegue,
directamente descarta la cuestión por ser ajena a su incumbencia ocupada en los
procesos de la mente.

Los programas de reforzamiento de Skinner

Skinner realizo sus primeras


investigaciones observando la adaptación
de ratas a los sonidos en una caja
insonorizada, posteriormente complejizó
la experiencia observando los saltos,
detenciones de las ratas y sus crías fue
entonces cuando comenzó a observar una
regularidad en la parada en los sitios de
alimentación. A partir de esto transformo
la caja e incluyó una palanca para poder
registrar las veces que las ratas
accionaban la palanca para obtener
alimento, lo que convirtió la tasa de
respuesta en un dato central en su teoría.
Las presiones que las ratas hacían sobre la
palanca de la caja fue lo que denomino Caja de Skinner.
reforzamiento continuo. Esta caja Imagen psicoactiva.com/blog/wp-content
posteriormente se conoció como Caja de
Skinner y su estudio programas de reforzamiento (Skinner, 1975)

Con el condicionamiento operante, explicó como un organismo responde al


control de ciertos estímulos por sus consecuencias. Los programas de reforzamiento
demostraron las diferentes relaciones temporales en que podía efectuarse el control de
una respuesta. Con la teoría del reforzamiento también llamada condicionamiento
operante o instrumental, pudo explicar la conducta humana en correspondencia con el
medio ambiente. Un estímulo puede desencadenar una respuesta, pero si se condiciona
esta respuesta con reforzadores positivos o negativos, se puede influir en la conducta
potenciándola o inhibiéndola. Para Skinner la conducta se realiza en una situación y se
repite si las consecuencias, los reforzadores no se modifican o si se modifican lo hacen
siguiendo ciertas reglas. Por lo tanto, el comportamiento puede ser condicionado o
modificado utilizando una serie de estímulos satisfactorios o no .

3. ¿Qué tienen en común las diferentes versiones del Conductismo?

En el contexto del desarrollo del Conductismo en EEUU (Yela,1996) diferencia


tres periodos. Un primer lapso desde su aparición y expansión desde 1910 a 1930, el
Conductismo clásico; objetivista, anti mentalista, dogmático y pragmático representado
por John Watson. Un segundo tiempo desde 1930 a 1950, en que se formularon los
sistemas teóricos de Guthrie, Skinner, Tolman, Hull, denominado Neo conductismo, de
corte objetivista y positivista, que adoptaron un Conductismo metodológico. Autores
que, si bien reconocían la conciencia y la mente, las excluyeron dentro de sus sistemas
por la imposibilidad objetiva de su observación. Solo aceptaron experimentalmente
conceptos o categorías que pudieran definirse operacionalmente y empíricamente. Y un
tercer periodo desde 1950 a 1960 en que se difunden las críticas hacia el interior del
movimiento conductista, por la imposibilidad de “…cumplir con las reglas objetivas en
que pretendían basarse … y en la pretensión de ajustarse muy tercamente a ellas…”
(op.cit 1996:167)
Pero… ¿qué tienen en común las diferentes versiones del Conductismo? Para
abordar esta pregunta recurrimos a los oficios del epistemólogo húngaro Imre Lakatos
(1922-1974), quien introduce la dimensión histórica para situar los debates científicos.
Acepta la conjetura como punto de partida, pero alertando sobre su ausencia de
espontaneidad y la filiación que mantiene con tradiciones de ideas y concepciones del
mundo. Dicha advertencia es la que alienta la introducción del elemento histórico en la
evaluación de las teorías, y la categoría de programa científico de investigación. Esta
converge con la de paradigma de Thomas Kuhn (1922-1996) en cuanto a la función del
consenso científico alrededor de un modelo, aunque admitiendo la posición de Karl R.
Popper (1902 – 1994) respecto al arbitraje final de los datos en el cambio de las teorías
científicas.
Un programa de investigación científica es una sucesión de teorías relacionadas
entre sí, de manera que unas se generan partiendo de las anteriores. Articulado como un
dispositivo estratégico, el programa de investigación consta en su implementación
táctica de dos líneas: un núcleo firme constituido por las ideas centrales, y un cinturón
protector de ideas auxiliares cuya misión es evitar que el núcleo pueda ser refutado
empíricamente. No obstante, considera que una teoría no puede ser falsada por un
hecho. Los datos en contra son simples "anomalías", que habida cuenta que ninguna
teoría puede explicar todo no tiene más remedio que convivir con ellas. Ante esa
encrucijada tiene dos variaciones tácticas: desentenderse de ellas o incorporarlas al
cinturón protector. En cualquier caso el objetivo principal es que no caiga el programa
de investigación, cuya falsación no será el resultado de datos empíricos sino de la
aparición de una teoría mejor. Una teoría es superior cuando: 1- puede predecir hechos
que la anterior no predecía, 2- explica el éxito de la teoría anterior, 3 – corrobora
empíricamente su contenido.

A continuación, tomamos el Conductismo como programa de investigación,


frente a su tendencia centrífuga que no le permite configurar una teoría unitaria.

3. 1 Núcleo central teórico y metodológico: la asociación

En el siguiente esquema recordamos e incluimos las diferentes cadenas


asociativas que como unidad de análisis toma el conductismo, reformulando el concepto
wundtiano de asociación.

I. Pavlov – Contigüidad de elementos - Estímulo-Estímulo (EE).


J. Watson – Arco reflejo - Estímulo-Respuesta (ER).
B. Skinner – Refuerzo de la conducta - Respuesta-Refuerzo (RR)

Para el conductismo todo aprendizaje está mediatizado por la asociación.


Estudiar la conducta, entonces, implica observar el comportamiento de un organismo
simple en una situación artificial y descontextualizada: una rata en un laberinto o, una
paloma en una caja trucada. Ilustramos con un ejemplo de cada tipo de asociación.
Por contigüidad de los elementos: “Si un profesor antes de anunciar puntos
importantes, siempre se aclara la garganta, el alumno se aprontará a tomar nota cada vez que
el profesor denote esa conducta”
Swenson, 1984, p.18

Por arco reflejo: “Una rata muerta que está en el camino de una persona, le provoca
náuseas. Cuando se llega a ver una rosa, ésta produce una respuesta agradable. Debemos
añadir que debe ser una rosa fresca ya que si está marchita, producirá una respuesta
diferente”
Kantor – Smith, 1975: 40

Por refuerzo de la conducta: Conocer alguien atrayente mientras se escucha


un tipo de música, por ejemplo rock; como consecuencia se asocia la persona a esa
música y termina siendo un estímulo agradable.

Los siguientes principios están en estrecha relación con los conceptos de


asociación y de conducta:

Principio de Correspondencia: Con este principio se alude a que si la mente


existiese sería una copia de la realidad. Todo lo que hace un sujeto es un reflejo del
ambiente y se corresponde con la realidad.

Principio de Equipotencialidad: Este principio hace referencia a la aplicación


de las mismas leyes y/o principios explicativos a todos los ambientes, especies, e
individuos. Establecidas unas pocas leyes básicas durante las experiencias de
investigación con animales, como ratas o palomas, se utilizan para explicar conductas
más complejas como las de los seres humanos.

3. 2. Cinturón protector
Las características o rasgos más alejados del núcleo central son aspectos que no
siempre están presentes en todas sus versiones. Ponen distancia con el centro duro que
indicamos y Juan Ignacio Pozo las agrupa de esta manera (Pozo, 1997):

3.2.1. El reduccionismo antimentalista

Adoptan un reduccionismo antimentalista, ya sea el Conductismo Radical


cuando niega de la existencia de la conciencia (Watson y Skinner), o el Conductismo
Metodológico al plantear la imposibilidad de su abordaje por el método experimental
(Tolman, Guthrie y Hull).

3.2.2. Ambientalismo

Esta característica proviene de su concepción asociacionista, que también es


mecanicista por ubicar el motor y origen del la conducta en el exterior del organismo.
De tal modo el aprendizaje es iniciado y controlado por el medio ambiente.

3.2.3. Carácter pasivo del organismo

Por lo dicho el organismo solo se limita a responder al ambiente. La estructura


de la conducta sería una copia isomorfa de las contingencias ambientales. Algunas
versiones, como la de Skinner, admiten que los operantes pueden estar controlados por
sus consecuencias.

3.3. El otoño del conductismo

Hemos visto que, aunque compartían un núcleo teórico y metodológico: el


asociacionismo y una concepción positivista del método científico, el Conductismo no
pudo construir una teoría unitaria del aprendizaje.
Aparte, en algunos de sus experimentos sobre condicionamiento se hicieron
visibles anomalías empíricas, que no se pudieron justificar García y Koelling (1966)
Una de las más conocidas fue sobre la aversión condicionada al sabor en ratas. Cuando
se les presentaba a las ratas un estímulo condicionado compuesto de sabor, luz y sonido
seguido de un estímulo incondicionado aversivo -un malestar gástrico- las ratas lo
asociaban solo al sabor, pero no a la luz ni al sonido. Cuando el estímulo
incondicionado aversivo era una descarga eléctrica, lo asociaban a la luz y al sonido,
pero no al sabor. Esta experiencia puso en evidencia que los estímulos neutros no eran
tan neutros, que los elementos asociados no eran arbitrarios y que tenían un significado
para el animal, por lo tanto, no se sostenía la equivalencia de estímulos, lo que “produjo
un gran impacto en el mismo núcleo central del conductismo. (Pozo: 30-31)
A lo largo de casi treinta años el Conductismo tiene el protagonismo en el
escenario de la Psicología Norteamericana, adoptando la forma de Psicología del
Aprendizaje. En ese lapso van diversificándose modelos, hasta que a partir de la década
del cincuenta las anomalías presentadas intentan resolverse desde una teoría
superadora.
Nace la Psicología Cognitiva que toma la caja negra descartada por Skinner
para su estudio. Ataca la asociación como núcleo del Conductismo, y se ocupa del
estudio de la mente y sus funciones. La invención de la inteligencia artificial,
evidenciaría que la res cogitans no tendría que pedirle permiso a la res extensa para
establecer su dominio.
No es nuestra función en estas páginas ponernos como jueces de las distintas
corrientes psicológicas, no obstante, no dejamos de indicar la dimensión histórica que
vamos presentando de distintas maneras. Por eso señalamos que, de las discusiones y
acuerdos entre estados sólidos, como Estados Unidos y la Unión Soviética, hemos
pasado a la Oceanía de las comunicaciones. Los nuevos estados técnicos -
administrativos no delimitan territorios geográficos sino incumbencias en espacios
virtuales (comenzando por el ciberespacio financiero). Así la búsqueda de la evidencia
en la observación de conductas, que aparece en organismos extensos, es relevada por la
fluidez de los formatos y programas de la res cogitans construida por la tecnología.

5. Para concluir

El desarrollo de los principios cognitivos a partir de 1950 implica un giro en los


presupuestos del Pragmatismo Norteamericano. Tengamos presente que ante la
concepción que concibe el conocimiento como un reflejo o imagen de lo conocido, el
pragmatismo defiende que la comprensión de un concepto es más bien el conocimiento
de los efectos prácticos que tiene el objeto al que se refiere el concepto. También
establece que, la decisión relativa a la verdad de una teoría o de un pensamiento, debe
ponerse en relación con la ventaja que dicha teoría o pensamiento otorga a una persona
o grupo en su lucha con el medio. Por eso la decisión que el dualismo deje de ser un
problema resuelve la prosternación del Conductismo ante la Anatomofisiología -tribunal
supremo de sus experimentos que no autoriza la caja negra- haciendo que la duplicidad
metafísica sea olvidada por los principios cognitivos sobre la evidencia de la
inteligencia artificial. Ahora ¿El dualismo nos olvida a nosotros? ¿No tenemos que
responderle por esa decisión? Hasta aquí llegamos con nuestro trabajo, sería motivo
para otro desarrollo abordar esas preguntas.

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