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CAMPUS: MANUEL BERTLETT DÍAZ.

LICENCIATURA: PEDAGOGÍA.
MODALIDAD: SABATINO.
ALUMNA: ITZEL PAULINA MUÑIZ LOPEZ.
MATRICULA: 22CL00340
NUMERO DE LISTA:24
John Broadus Watson
(Greenville, Estados Unidos, 1878 - Nueva York, 1958) Psicólogo estadounidense, fundador del conductismo. Aunque se
trasladó a Chicago para estudiar filosofía, atraído por John Dewey y el pragmatismo, muy pronto comenzó a interesarse
por la psicología. En 1903 obtuvo el doctorado y empezó a trabajar como asistente instructor en psicología animal.

John B. Watson

En 1907 ingresó en el plantel académico de la Universidad Johns Hopkins, en la que permanecería hasta 1920, e inició sus
estudios sobre los procesos sensoriales en los animales. Influido por los estudios sobre condicionamiento animal de Ivan
Pavlov y Vladimir Bechterev, John B. Watson llegó al convencimiento de que las referencias a los contenidos de la mente
y a la conciencia no podían someterse a ningún criterio objetivo y suscitaban una problemática seudocientífica. Ello lo llevó
a la utilización de los únicos datos objetivos existentes en el análisis psicológico, es decir, aquellos que proporcionaba la
conducta exterior.
Watson adquirió gran notoriedad gracias a la publicación en la Psychological Review de su artículo Psychology as a
Behaviorist Views It (La psicología según la concibe un conductista, 1913), en el que por primera vez se establecían de
manera radical los principios característicos del conductismo: rechazo tanto a la noción de conciencia como al método
introspectivo (característico, por ejemplo, del psicoanálisis de Freud), y explicación de la conducta únicamente en términos
de estímulos (proporcionados por el ambiente) y de respuestas «de naturaleza por entero fisicoquímica», cuyo estudio
debía llevarse a cabo en el laboratorio.
En 1914 publicó Behavior: An Introduction to Comparative Psychology (Conducta: una introducción a la psicología
comparada), donde postulaba la observación directa de la conducta con el objetivo de hallar conexiones entre ella y la
fisiología subyacente. Las tesis de John B. Watson, ampliadas mediante estudios comparados de psicología animal y
humana en Psychology from the Standpoint of a Behaviorist (La psicología desde una perspectiva conductista, 1919),
hallaron su más acabada formulación en Behaviorism (Conductismo, 1925), que incluía una compleja teoría acerca del
desarrollo del aprendizaje a través del condicionamiento. Aunque Watson abandonó en los años 20 el ejercicio de la
psicología para centrarse en sus negocios, su influencia perduraría en el ámbito académico estadounidense, del que
surgirían destacados representantes del conductismo: Edward C. Tolman, Clark L. Hull y B. F. Skinner.

En un primer momento, Watson reconoció la importancia de las tendencias innatas de la conducta, postura que modificaría,
no obstante, en posteriores trabajos, en que dio más importancia al ambiente en la formación de la conducta. Cuando nace
un nuevo ser, su repertorio de conductas es limitado; ni siquiera posee instintos. A partir de su reducido bagaje, el niño irá
adquiriendo normas de conducta debido al aprendizaje o condicionamiento, y también gracias a su desarrollo motor. En
este elaborado proceso, que culminará en la maduración de la edad adulta, el ambiente social desempeña un destacado
papel, y el período infantil tiene crucial importancia.
B. F. Skinner
(Burrhus Frederic Skinner; Susquehanna, 1904 - Cambridge, Estados Unidos, 1990) Psicólogo estadounidense. Obtuvo el
doctorado en psicología por la Universidad de Harvard en 1931, y continuó sus investigaciones en la misma universidad
como asistente de laboratorio de biología con el profesor Crozier; en 1936 empezó a trabajar como profesor en la
Universidad de Minnesota, donde permaneció nueve años.

B. F. Skinner

En 1938 Skinner publicó su primer libro, Las conductas de los organismos, y tras un breve período en la Universidad de
Indiana, se estableció en Harvard (1948). Influido por la teoría de los reflejos condicionados de Pavlov y por el conductismo
de John B. Watson, Skinner creyó que era posible explicar la conducta de los individuos como un conjunto de respuestas
fisiológicas condicionadas por el entorno, y se entregó al estudio de las posibilidades que ofrecía el control científico de la
conducta mediante técnicas de refuerzo (premio de la conducta deseada), necesariamente sobre animales.
Entre los experimentos más célebres de Skinner cabe citar el adiestramiento de unas palomas para jugar al pimpón, la
llamada caja de Skinner, todavía hoy utilizada para el condicionamiento de animales, o el diseño de un entorno artificial
específicamente pensado para los primeros años de vida de las personas.
Su conductismo radical levantó abundante polémica en su país, y alcanzó una fama notable con la publicación de la
novela Walden 2 (1948), en la que especulaba sobre una sociedad futura totalmente programada con técnicas de ingeniería
de la conducta.
En su ensayo Más allá de la libertad y la dignidad (1971), Skinner defendió que tales conceptos resultaban en último término
perniciosos para la sociedad, y que la única manera de alcanzar una convivencia óptima pasa necesariamente por aplicar
unas técnicas adecuadas en el diseño de la conducta de sus miembros.

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