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Cómo manejar la angustia y ansiedad en niños

Si eres papá o mamá y te preocupa cómo manejar la ansiedad y angustia de tus niños
durante esta Pandemia, te dejamos esta pauta elaborada por nuestra psicóloga María
Jesús Berguecio para que puedas conversar con ellos:
 Habla de tus emociones. Ejemplo: “Me he sentido nervioso con la cuarentena
en casa…”
 Promueve un lenguaje de emociones haciendo preguntas que NO sugieran
una respuesta: ¿Cómo crees que se sintió la mamá cuando…? En la película ¿Qué
sentiste en la escena cuando…? ¿Qué has sentido respecto al tema del Coronavirus?
 Date el espacio para tranquilizarte para luego responder a las necesidades
emocionales de los niños: no les transmitas tus miedos ni angustias.
 No le bajes el perfil a la emoción que siente el niño.
 No juzgues la emoción del niño.
 Ofrece contención física.
 Ofrece contención emocional: atención, escucha y disponibilidad para
conversar sobre lo que le ocurre.
 Valida su emoción: “entiendo que te sientas así”.
 Ofrece actividades alternativas que permitan manejar la emoción: lavarse la
cara, tomar agua, realizar alguna manualidad, gritar en un cojín, rayar fuertemente un
papel, etc.
 Permite el juego libre: los niños expresan sus emociones y reordenan sus
experiencias a través del juego.
 No prometas que lo que teme el niño no pasará, sino que anímalo a creer y
tener la confianza de que se superará.
 En lo posible, crea un plan de acción frente a la incertidumbre que tiene el niño.

OPINIÓN: Cómo manejar la ansiedad y angustia de los


niños en cuarentena
Artículos de Interés, Prensa00

Por Valeska Ananias, directora clínica de Psicoeduka

Este 16 de marzo recién pasado el Gobierno decretó la suspensión de clases en los


colegios como una medida preventiva para hacer frente a los efectos del Coronavirus
y resguardar a los más pequeños, situación que se extenderá como mínimo por todo
el mes de abril.
Es por esta razón que hoy, en este contexto de crisis y al cumplirse más de dos
semanas con los niños en sus casas, siempre es bueno que los padres tengan en
consideración algunas recomendaciones específicas que pueden ayudar a disminuir y
controlar los niveles de ansiedad y angustia de los menores, que inevitablemente se
ven expuestos a toda esta situación.
Lo primero que debemos destacar es que este periodo es de estrés e incertidumbre,
tanto para los niños como para los padres, pues supone un periodo de reorganización
y flexibilidad para lograr un adecuado ajuste social, por lo tanto, el control emocional
es fundamental para llevar de la mejor forma este proceso.
La calma y la tranquilidad son una de las mejores herramientas para llevar una crisis y
tomar buenas decisiones. Cuando nuestro cerebro se estresa y percibe amanazas del
entorno, se activa y se pone en alerta, sin embargo, esa alerta cuando traspasa los
límites de permanencia y se instala en día a día de las personas, comienza a ser
negativo para el sistema emocional y, por tanto, a nivel conductual. Es por esto que
una de las primeras recomendaciones que debemos considerar en este periodo, es
que los adultos significativos y responsables de la crianza de los niños, propicien
espacios de calma, sosiego, tranquilidad y control emocional.
Los niños pequeños son altamente perceptivos, intuitivos y son capaces de entender y
sentir la ansiedad de los padres, la cual es evidenciada a través de la conducta
(menos paciencia, poca tolerancia, entre otras) y tiene un alto impacto en el desarrollo
afectivo de los niños. Por ello, es fundamental buscar instancias de control, calma y
regulación emocional para planificar de la mejor manera todo este periodo que se nos
avecina.
Una segunda consideración relevante está relacionada con el uso de la información y
con el cómo vamos a explicar, contar, relatar e informar lo que está sucediendo. No
toda la información debe ser comunicada, ya que cada rango de edad en los niños
supone procesos cognitivos y psicológicos distintos. Es decir, un niño pequeño de tres
o cuatro años, no debe recibir información de datos duros o alarmistas, sino que por el
contrario, debe recibir información que apunte a la prevención, al compromiso y a la
comprensión de la situación en general.
Para esto, recomendamos utilizar un lenguaje claro, sin diminutivos y dentro de un
contexto de seguridad, amor y contención para evitar desestabilidad emocional,
miedos, angustias y temor frente a este nuevo escenario. En el mismo sentido, se
debe enfatizar que este tiempo es de estar en familia, de compartir y explicar que
muchas familias, así como ellos, estarán en casa durante un periodo largo por
seguridad y salud, tiempo en el que se aprovechará de estar juntos, trabajar, estudiar
y también jugar, ver películas, contar cuentos, etc., instancias que favorezcan el
vínculo familiar que también es muy importante. Esta información se debe entregar a
los menores cuantas veces sea necesario, ya que los niños entienden de manera
distinta según su edad pues atraviesan una etapa del desarrollo cognitivo emocional
diferente, lo que hace que la información que reciben del entorno la procesen de
manera diversa.
Otro punto relevante también es la planificación del día a día, es decir, explicar las
actividades que se van a desarrollar diariamente con el propósito de organizar la
rutina. Un espacio planificado, promueve la organización de la conducta y esto a su
vez un mejor desempeño. Los niños en general tienden a comprender con mayor
dificultad las nociones del espacio y tiempo y, por ello, es prioritario y fundamental que
los días en casa consideren rutinas y planificaciones de las actividades, tanto
escolares como de ocio.
La anticipación es una estrategia muy importante que reduce los niveles de ansiedad
en los niños y también en los adultos. Se debe intentar que los chicos mantengan una
rutina lo más tranquila y calmada posible, por eso como mencionaba anteriormente, el
lenguaje que utilizan los adultos es fundamental en este periodo a nivel emocional.
Además, para que los padres mantengan cierta organización y tranquilidad en casa,
es relevante establecer protocolos de acción y responsabilidades, es decir, decretar
que los niños no pueden levantarse a las 12 del día, tampoco quedarse viendo una
película hasta las tres de la mañana, y debe quedar claro que aunque se esté en casa
se debe seguir con las actividades y funciones, por lo que se deben fijar horarios para
levantarse, tomar desayuno, almorzar, hacer tareas, jugar, etc., lo ideal es
compatibilizar todos los tiempos y armar una rutina lo más organizada posible.
Por último, reiterar que lo más importante es dar amor y mucha contención a los
pequeños, se debe tener claro que el cerebro funciona también desde la emoción, no
todo es cognitivo, racional, ni todo tiene que ver con el desempeño, sino que lo más
importante tiene que ver con lo emotivo, con las emociones de las personas, por lo
tanto es tiempo en el cual las familias tienen que encontrarse, abrazarse, propiciar
espacios de afectos y generar oportunidades de comunicación afectiva.

¿CÓMO CUIDAR EL ESTRÉS DE LOS NIÑOS


EN CUARENTENA?
01 de junio, 2020 ·Niños

El encierro, el cambio en sus rutinas escolares, la falta de ejercicio físico, exceso de pantallas,
percepción de la preocupación de los padres por la situación actual de pandemia, están
generando cada vez mayores niveles de ansiedad y estrés infantil.

Al respecto, Tomás Miño, psicólogo infanto-juvenil de Clínica Las Condes, comenta que


la ansiedad, junto con sintomatología depresiva, son los cuadros más frecuentes que se están
observando en los niños durante este período de cuarentena y emergencia sanitaria
por coronavirus.

En este sentido, el especialista detalla algunas recomendaciones generales que pueden ser
efectivas para calmar y dar tranquilidad a los menores:

 Favorecer espacios en que ellos puedan expresar sus preocupaciones y temores


hablando de lo que sienten.
 No transmitir desde los adultos angustias o mayor información de la que necesitan
saber. Para ello, se sugiere limitar acceso a noticias y monitorear el uso de redes sociales.
 Establecer rutinas claras de manera que logren estructurar su día a día.
 Incentivar la actividad física.
 Potenciar la solidaridad y la empatía frente a los que están sufriendo.
 Procurar que duerman y se alimenten de manera correcta.
 Favorecer el contacto telefónico u online con otras personas importantes para ellos
(abuelos, primos, amigos, etc.)
 Entregarles tiempo de calidad para estar con ellos en juegos o actividades que les
permitan distraerse y generar espacios lúdicos.
 Es clave tener un discurso optimista y positivo frente a lo que estamos viviendo.
Por su parte, en los casos de niños que presentan antecedentes de cuadros de ansiedad, es
fundamental que estos no interrumpan sus tratamientos psicológicos o psiquiátricos en curso.
De esta manera se logra una mayor estabilidad en los síntomas y, en caso de haber alguna
desregulación anímica, se puede acceder rápidamente al apoyo profesional para proteger la
salud mental en este período de pandemia.

En tanto, en caso de niños que no estaban en tratamientos profesionales y en los que se


observe la aparición de síntomas importantes como irritabilidad, angustia
elevada, dificultades para dormir, afectación del apetito, ansiedad, pensamientos
suicidas, depresión u otros, se debe pedir ayuda de manera oportuna.
 
  

¿Cómo explicarle a un niño la situación que estamos viviendo?


  
 
El psicólogo Tomás Miño aclara que es importante adecuar las explicaciones considerando
la edad del menor, ya que a un niño pequeño no le podemos decir lo mismo que a un niño
más grande o a un adolescente.

“En términos generales, es importante transmitir información clara y precisa, indicando que


estamos en una situación difícil en que tenemos que quedarnos en casa para cuidarnos entre
todos, que en algún momento podremos volver a salir y ver a nuestros seres queridos”, dice.

En la misma línea, complementa que “los niños se preocupan más si les ocultamos
información, si nos ven angustiados, pero no saben qué pasa. Primero hay que preguntar qué
saben respecto de lo que está pasando, cuáles son sus temores o dudas y luego ser lo más
directos posibles, usar palabras reconfortantes y sobre todo ser honestos con ellos. No tener
temor a decir no sé. También hay que trabajar el que puedan tolerar la incertidumbre, ya
que ello podría reducir la ansiedad y favorecer el desarrollo de la resiliencia”.
 
  

Educación a distancia
  
 
En general, a los niños ya les cuesta concentrarse presencialmente en sus clases en el
colegio, por lo que, sin duda, la modalidad de enseñanza online ha representado un desafío,
tanto para profesores, padres y los alumnos.

Ante esto, el psicólogo enfatiza en que es importante lograr establecer rutinas claras en torno
a lo escolar, de manera de lograr mayor focalización en las tareas académicas. Se deben, por
ejemplo, respetar sus tiempos, favoreciendo que no haya ruidos o distractores que no le
permitan cumplir de manera adecuada con sus obligaciones.

“Sin embargo, también es muy importante comprender que en estos momentos la prioridad
es la salud mental, y hay que evitar que nuestros hijos se sobreexijan con las
responsabilidades escolares y presenten riesgo de presentar cuadros anímicos más severos”,
recomienda.
 
  

Consejos para padres


  
 
Los padres también se han visto sometidos a un estrés importante en esta nueva situación:
niños en casa, educación a distancia, teletrabajo y más labores domésticas.

“Se está viendo cada vez más saturados a los padres que están trabajando desde la casa ya
que son demasiadas las funciones que deben desempañar. En ese sentido es clave que como
adultos aprendamos a separar los espacios (trabajo versus casa), ya que, de lo contrario, los
niveles de estrés familiar se harán crónicos y eso puede repercutir en problemas de salud
mental en los adultos y en los niños”, advierte Tomás Miño.

Para ayudar a esta situación, comenta que es clave la organización familiar: que se puedan
dividir las tareas de la casa, que cada uno tenga obligaciones y que no todo recaiga en los
adultos.

“Si como adultos nos sentimos saturados, estamos más irritables, depresivos, angustiados y
estresados, debemos pedir ayuda profesional, ya que, para poder focalizarnos en nuestras
tareas de papás, primero debemos estar bien nosotros”, concluye.
 

Presta atención a los cambios de


comportamiento en tu hijo
No todos los niños y adolescentes responden al estrés de la misma manera.  Algunos cambios
comunes a tener en cuenta incluyen:

 Llanto excesivo o irritación en niños más pequeños


 Reiteración de comportamientos que ya habían sido superados (por ejemplo,
accidentes de baño o enuresis)
 Excesiva preocupación o tristeza
 Hábitos alimenticios o de sueño poco saludables.
 Irritabilidad y malos comportamientos en adolescentes
 Bajo rendimiento escolar o ningún ánimo por recibir clases
 Dificultad con la atención y concentración
 Dolores de cabeza inexplicables o dolor corporal
 Ayúdalos a mantenerse conectados con los demás: Realiza llamadas o
videollamadas con amigos y familiares, arma rompecabezas o juega juegos
de mesa con ellos. También, puedes optar por animarlos a crear tarjetas o
cartas, las cuales puedes tomar foto y enviar a sus respectivos
destinatarios.
 No te olvides de la actividad física: Aprovecha el tiempo libre para salir a
la azotea o acercarse a una ventana para respirar un poco de aire fresco.
Mientras estés adentro, opta por ver videos de bailes o ejercicios y entrena
con tus hijos.
 Monitorea el uso de videojuegos o internet: Habla con tus hijos sobre las
horas máximas de juego y limita el tiempo que pasan en ellos.
 Dales tiempo libre o planea algo divertido: Lo único que nos falta a
todos, no importa cuán organizados o despreocupados podamos parecer,
es la diversión. Descubre maneras sobre cómo divertirte en casa: organiza
una fiesta de baile con tus hijos; miren una película divertida; u horneen un
delicioso pastel. Intenta salir de la rutina de vez en cuando.
 Mantén tu rutina: Continúa tu día normal lo mejor que puedas, sin romper
las reglas del estado. Levántense, vístanse, desayunen, ayúdalos con sus
tareas, tomen un descanso juntos en familia, etc.
 Mantén la calma y proporciona tranquilidad: Habla sobre tus
sentimientos, ayúdalos a replantear sus preocupaciones, hazles saber que
estarás allí para mantenerlos seguros y saludables. Asegúrate de que tus
explicaciones sean apropiadas para la edad de tus hijos.
 Sé positivo: Habla sobre las cosas por las que estás agradecido como
familia o sobre las cosas que se aproximan. Ayúdalos a elegir actividades
que sean agradables y mejoren su estado de ánimo. Tómate unos minutos
todos los días para practicar la gratitud, ya sea simplemente pensando o
compartiendo sentimiento en voz alta con toda la familia. Ayúdalos a
reconocer que, por ahora, hay una nueva normalidad y, como familia,
enfrentarán los nuevos desafíos de cada día.

Estos consejos ayudarán a tus hijos a manejar ahora y en tiempos futuros el estrés. Recuerda
que la exposición a este problema durante largos períodos puede tener un impacto negativo en
tu salud y la de tus hijos. Si lo consideras necesario, puedes encontrar apoyo adicional con
nuestros psicólogos.

Consejos para abordar la cuarentena con


los niños

Dos profesionales del área de la salud mental infantil del hospital de Coquimbo nos explican
que estos tiempos es fundamental crearles rutinas para disminuir el impacto de la segregación
La contingencia sanitaria que está viviendo nuestro país, producto del COVID-19, ha afectado
a todos, pero principalmente a los más pequeños de la casa, quienes no sólo deben lidiar con
un escenario desconocido, sino que también con una nueva modalidad de estudio.

Estos les ha provocado incertidumbre, ansiedad, angustia y en ocasiones miedo. Por ello, es
importante en estos días, mantener la calma frente a los niños y otorgarles apoyo y
contención. Loreto Vilches, jefa de la unidad de neurología infantil del hospital San Pablo
aconseja “preguntarles a los pequeños que sienten, si tienen rabia, miedo o angustia. Todos
los niños canalizan las emociones de diferentes formas.  Lo más importante es reconocer que
no estamos en un periodo normal, porque esto está lejos de ser la vida normal que lleva un
niño. En este periodo lo fundamental es crearles rutinas, que le permitan ambientarse al nuevo
escenario, independiente de que estén en las casas”.

Junto con ello señala que es esencial que las mamás no se sientan angustiadas, porque esa
ansiedad se la pueden transmitir a los niños. “Independiente de que los profesores estén
enviando muchas tareas, deben entender ellas no son profesoras, por lo tanto, no tienen por
qué tener las habilidades y capacidades de un profesor. Debemos aprovechar este tiempo
para compartir con ellos más que solo ver cosas académicas”.

Esta mirada es compartida por la psiquiatra Emilia Monsalve, jefa del área de salud mental
infantil del hospital de Coquimbo. Ella plantea que estar en cuarentena tiene un impacto
psicológico negativo para los niños y adolescentes, porque “la separación de los seres
queridos, la pérdida de libertad de poder salir, la incertidumbre sobre lo que va a pasar,
genera síntomas psicológicos. A todos estos factores más encima se le suma la exigencia
escolar”.

La especialista señala que cuando los niños se colocan ansiosos están más nerviosos,
irritables, miedosos, llorones, son menos tolerante a la frustración. Inclusive, algunos expresan
síntomas a través del cuerpo aumentan los dolores musculares, de guatita y de cabeza. Por
ello es importante “otorgar espacios de ventilación emocional, donde puedan decir y expresar
lo que sienten. Además de promover espacios de interacción social. Aquí la tecnología nos
puede ayudar. La idea es que los pequeños visiten virtualmente a sus amigos, familiares y
abuelos, porque eso evitará la sensación de aislamiento”.
 

TIPS para abordar el día a día

 organizar un horario diario semanal, que incluya:


 horarios para levantarse y acostarse
 alimentación: desayuno, almuerzo, onces-comida,
 Espacios para tareas y estudio, no deben superar los 40 minutos y de preferencia en
la mañana.
 Colaboración en las tareas del hogar
 Espacios de Recreación: juegos, TV, consolas, etc.
 Espacio de ventilación emocional, que permitan decir y expresar los que sienten.
 Espacio de interacción social: promover activamente visitas y contactos virtuales
con familia y amigos, espacialmente los abuelos.
 Los horarios se tienen que ir ajustando o modificando semana a semana.
 

Tips para padres: Como abordar las exigencias pedagógicas:

 Bajar expectativas propias y de los hijos en cuanto a aprendizaje y rendimiento


 Pedir ayuda a otros adultos que este más capacitado en lo técnico y con mayor
disposición emocional.
 Revisar previamente los contenidos, tratar de entenderlo y después hacerlo con los
hijos.
 Si el adulto no se siente bien, desplazar la actividad, no hacerla.
 Priorizar el vínculo afectivo por sobre las demandas de tareas y estudio.
 Usar lenguaje sencillo para explicar sus interrogantes y comentar la realidad, no
mentir, pero tampoco ser catastrofal.
 Los niños y jóvenes han descubierto más que nunca los entresijos
de teleestudiar debido a la cuarentena. Los profesores ya no están
presentes para indicarles horarios y deberes a diario y de forma
presencial. Ya no se estudia en el centro escolar, sino en casa. Pero,
¿cómo afecta esta imprevista y novedosa situación a los niños y
jóvenes? Quizás nos podamos sorprender de que este giro pueda
motivar y afectar de forma positiva a los niños que no se caracterizan
por ser buenos estudiantes. “El ser humano tiene un potencial de
adaptación inagotable, y los niños, más concretamente, nos
sorprenden con su capacidad de esfuerzo y superación cada día. La
clave reside en saber ver las oportunidades de crecimiento y las
herramientas de las que disponemos para ayudar a nuestros hijos a
realizarse diariamente, aún en estas circunstancias, a priori,
adversas”, comenta Zaida Moreno Ramos, neuropsicóloga clínica y
psicóloga general sanitaria de Elea, Instituto Psicoeducativo.
 La ansiedad y el estrés que se perciben en el ambiente con la
situación del coronavirus juegan en contra de su motivación a la hora
de estudiar desde casa porque “desemboca en un bloqueo emocional
que paraliza y que retroalimenta la sensación de agobio e
inquietud. Esto no afecta solo a la persona que lo sufre, también
repercute en la dinámica familiar. Para evitarlo, es importante no
culpabilizar a nadie y rebajar en la medida de lo posible las exigencias
en épocas de crisis”, 

La ansiedad y el estrés que se perciben en el ambiente con la situación del


coronavirus juegan en contra de su motivación a la hora de estudiar desde
casa porque “desemboca en un bloqueo emocional que paraliza y que
retroalimenta la sensación de agobio e inquietud. Esto no afecta solo a la
persona que lo sufre, también repercute en la dinámica familiar. Para
evitarlo, es importante no culpabilizar a nadie y rebajar en la medida de lo
posible las exigencias en épocas de crisis”, recomienda Zaida Moreno.
Lejos de caer en la tensión con los hijos a la hora de que estudien en casa
durante la cuarentena y dejarnos llevar por la preocupación y la
responsabilidad de asumir el rol de los profesores ausentes, conviene
centrarse en que “la motivación por aprender es posible. Esta situación de
confinamiento casi absoluto en el que vivimos desde hace unas semanas,
puede ser una gran oportunidad para reinventarse y redescubrir nuevas
formas de acceder al conocimiento”, añade Moreno, que aporta varias
recomendaciones para que niños y jóvenes estudien desde casa durante la
cuarentena, como:

1. Seguir una rutina diaria, relativamente estructurada, pero también


flexible. Se puede combinar tiempo de trabajo y descanso que incluya
actividades lúdicas en familia.
2. Descubrir que el aprendizaje no solo reside en los libros y en realizar
tareas escolares de manera mecánica, sino que existen otras
opciones, como talleres de lectura, pintar o actividades grupales
físicas virtuales, como yoga o pilates.
3. Rebajar la presión que imponemos a los niños a la hora de cumplir con
todos los deberes que mandan los profesores, así como la necesidad de
seguir el plan de trabajo diario por materias. Las circunstancias y el
contexto en el que se lleva a cabo el aprendizaje en casa y en el
colegio son diferentes. Los requisitos pueden ser distintos y las tareas
más dinámicas.
4. Crear un ambiente agradable para estudiar en casa; bien ventilado y sin
ruido. Evitar el uso excesivo de aparatos como el móvil o la tablet. El
mal uso de las nuevas tecnologías no favorece el aprendizaje y puede
producir un estado interior de agitación y excitación que perjudica
nuestra capacidad de atención y memoria a largo plazo.
5. Tener unas rutinas adecuadas con respecto a los horarios de sueño. Para
mantener el bienestar mental, conviene practicar con los niños un
tiempo para hacer alguna meditación breve y sencilla o ejercicios de
relajación.
6. Establecer una comunicación positiva, de confianza y ayuda entre
profesores, padres y alumnos para ofrecer recursos que creen una
dinámica basada, no tanto en el resultado, como puede ocurrir en el
colegio con las evaluaciones, si no en el proceso y el interés por
aprender cosas nuevas. Es una buena oportunidad, para desarrollar
capacidades y actitudes como la empatía, la autoestima, el diálogo y
la superación de situaciones adversas.

Cómo actuar cuando tu hijo te dice que no quiere estudiar


Conviene evitar dramatizar el hecho de que el niño o joven se niegue a
estudiar porque “tiene que asumir o no su responsabilidad como estudiante.
Insistir machaconamente a los hijos suele ser contraproducente porque se
acostumbran a oír, que no a escuchar, el soniquete paterno, lo cual acaba
convirtiéndose en un juego para conseguir su atención. Suele resultar más
productivo no entrar en ese juego; eso sí, avisándoles de que, si no
cumplen con su responsabilidad, habrá un coste negativo que los
progenitores deberán concretarles de entrada. Como la coherencia es
fundamental en educación, estos deberán cumplir la advertencia en
cualquier caso”, argumenta Carmen Cabestany, profesora de secundaria
y presidenta de la Asociación No Al Acoso Escolar (NACE).
La falta de motivación es una de las principales causas por las que los
jóvenes dejan sus estudios, concretamente, según los últimos datos
del Ministerio de Educación, un 17,9% de la población estudiantil abandona
el colegio o instituto. Los niños y jóvenes que quieren estudiar tienen en
común sus ganas de aprender sobre el mundo en el que viven. Por ello “es
imprescindible fomentar en los niños, desde muy pequeños, su curiosidad
natural y compartir con ellos actividades con las que aprendan como
contarles cuentos", explica Carla Valverde, psicóloga clínica infantojuvenil
del Centro de Salud Mental de Alcobendas. Cosas también como compartir
con ellos nuestros intereses o aficiones sobre determinados temas,
fomentar y aportarles información sobre lo que a ellos les gusta, ojear juntos
un libro o buscar información interesante en Internet. "Es muy importante
que el niño entienda que los estudios son su tarea y, no porque se lo
digamos, sino porque nuestro comportamiento sea coherente con ellos y se
muestre confianza en cómo trabajan y se organizan para estudiar”, afirma
Valverde.
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La cara pedagógica de la situación impuesta por el coronavirus


Una pandemia no es una situación habitual. Se trata de una excepción
dramática, que bien enfocada, nos puede ofrecer un escenario real idóneo
para que nuestros hijos aprendan de primera mano y a través de la
experiencia ciertas cosas que de otra manera sería imposible.

Desde esa perspectiva, se puede guiar a los niños para que fijen su
atención en que “si algo está resultando una novedad, producto del
encierro, es el regalo del tiempo y la presencia. Si lo vemos por el lado
positivo, la oportunidad es doble: podemos hacer cosas que siempre
quisimos y nunca encontramos el momento para realizar. Por otro lado,
también es tiempo para no hacer; aprender a estar sin actividad ni plan
prefijado”, explica Tristana Suárez, psicóloga y terapeuta Gestalt. Suárez
apunta varias oportunidades para ver la cara pedagógica de la situación
impuesta por el coronavirus:

1. Explorar el lado creativo de los niños. Aprovechar para dibujar, hacer


manualidades, cantar, bailar, jugar con la voz, inventar historias e
ilustrarlas.
2. Compartir juegos de mesa en familia que sirven a los niños para
aprender a divertirse con normas, a jugar, perder y colaborar en
equipo.
3. Los niños pueden descubrir cómo funcionan las cosas en casa cuando
ellos están en el cole y hacerles partícipes de las tareas habituales, como
hacer las camas, regar las plantas o ayudar a cocinar. Es una buena
oportunidad de que valoren el trabajo que se hace entre bastidores
todos los días cuando ellos se ocupan de sus actividades escolares.
4. Aprender cómo se teletrabaja. Los niños pueden aprender de los
padres que trabajan desde casa la autodisciplina, cómo organizar los
horarios o comunicarse de forma virtual con los compañeros para
sacar las tareas adelante. De hecho, se trata de un modelo que ellos
también han descubierto con la cuarentena a la hora de realizar sus
trabajos escolares.
5. Organizar el espacio y el tiempo de convivencia en casa. Las
circunstancias obligan a los niños a convivir con la familia en casa
todo el día. Es un buen momento para aprender sobre el terreno a
planificar y separar el tiempo de ocio y de trabajo, así como para
delimitar espacios y respetar las zonas de intimidad en casa. De esta
forma, se evita la saturación y los conflictos en la convivencia. Es la
oportunidad para que niños y jóvenes aprendan a estar consigo
mismos, a disfrutar de sus aficiones o tareas y a descubrir la propia
soledad como un espacio que también puede ser agradable y
nutritivo.
6. Enseñar a parar y estar. Dejar de hacer, que es nuestra dinámica
habitual para dar espacio a una charla banal o trascendental; al
silencio o al aburrimiento. Dejar pasar las horas, desde la presencia y
disponibilidad con nuestros hijos, al tiempo que estamos inactivos; sin
tener que liderar o dirigir nada.

PONER EL FOCO EN OTROS ASPECTOS


Gonzalo de Casso, psicólogo del Centro Nudos, explica las oportunidades, que desde su punto de vista,
ofrece esta pandemia para progenitores e hijos de poner el foco en aspectos como descubrir la
importancia y el poder de la solidaridad en situaciones de emergencia.

Conviene explicar a nuestros hijos por qué aplaudimos todos los días a las 20.00 horas de la tarde, para
hacerles partícipes de lo importante que es mostrar nuestro apoyo a las personas que trabajan en los
hospitales en estos tiempos difíciles. Y que experimenten de primera mano la empatía que genera el
encontrarse en las ventanas con los vecinos durante este encierro.

Es el momento de ayudar a nuestros hijos a que pongan su atención en las iniciativas solidarias que están
surgiendo a pesar de la emergencia sanitaria que se vive. Como es el caso de profesionales y empresas
que ofrecen sus servicios de forma altruista, o las cartas de desconocidos que llegan a los pacientes
hospitalizados por coronavirus para ofrecerles su ánimo. O el apoyo de los adolescentes que se ofrecen
como voluntarios para hacer la compra y los recados a los vecinos de más edad.

Seis estrategias para motivar a


los niños a aprender en casa
Viernes, 8 Mayo, 2020 - 11:37

La motivación es la principal y prácticamente la única herramienta para reducir esas cifras, sin

embargo, el confinamiento no lo está poniendo fácil. “Los niños no se encuentran en una situación

de aprendizaje ideal u óptima”, afirma Amalia Gordóvil, profesora colaboradora de los Estudios de
Psicología y Ciencias de la Educación de la UOC, quien recuerda que el estado emocional influye

en el proceso de aprendizaje, “y es evidente que estamos viviendo una situación en la que el

miedo, la tristeza o la rabia están presentes en la vida de muchas personas, señala la doctora en

psicología.

Así lo afirma el estudio publicado hace solo unas semanas en ‘The Journal of Pediatrics’, en el

que se concluía que los tres síntomas que los niños sufrieron más durante el confinamiento en

China fueron irritabilidad, tristeza y depresión.

Pero además del estado emocional, hay otros obstáculos que dificultan poder montar el

colegio en casa. Gordóvil recuerda que el estudio virtual requiere planificación y autodisciplina,

y no todos los niños, ni los niños de todas las edades, pueden poner en marcha estas

habilidades al mismo ritmo. Y eso sin contar con que en casa aumentan las distracciones,

“que interfieren en la atención sostenida y la capacidad de concentración, ambas necesarias

para el estudio”, asegura.

¿Cómo motivarlos a los niños?

Según los expertos, salvar todos esos obstáculos es complicado, pero resulta factible

paliarlos. Estas estrategias pueden ayudar:

1) Horarios con tiempo libre

Durante el periodo escolar, muchos niños van a la escuela por la mañana y parte de la tarde,

hacen actividades físicas y extraescolares, socializan y juegan con los compañeros y, cuando

llegan a casa, hacen las tareas escolares. Adriana Ornellas, profesora de los Estudios de

Psicología y Ciencias de la Educación y coordinadora del grupo de investigación eTIC de la


UOC, afirma que no se puede reproducir al 100 % esta realidad, pero sí establecer hábitos y

rutinas que acerquen a una situación de normalidad.

Según la profesora de la UOC, es recomendable priorizar las mañanas, cuando los niños

están más activos y dispuestos a participar, para que los docentes establezcan las conexiones

con el grupo de clase y los estudiantes se conecten a los entornos virtuales, conozcan las

tareas asignadas, planifiquen el trabajo y hagan actividades. Después, es importante “destinar

un tiempo del día para el paseo, el juego y la actividad física en los espacios exteriores, ahora

que se han flexibilizado un poco las medidas de confinamiento en algunos lugares”.

2) Fomentar la concentración de los niños con espacios fijos

En función de las posibilidades del domicilio y de cada familia, es posible controlar algunos

aspectos que promuevan la concentración. Si se intenta que los niños estudien en un espacio

lo más aislado posible, con todo el material necesario, se les estará ayudando a reducir

estímulos externos. “Así evitaremos interferencias de otras personas y que tengan que

levantarse para buscar material”, señala Gordóvil.

3) Seguir las cinco ‘C’

Para Adriana Ornellas, la clave para lograr la motivación de los niños es promover actividades

de aprendizaje que incluyan las cinco ‘C’: contexto, creatividad, curiosidad, control y

colaboración.

La primera se refiere a conectar el aprendizaje con los conocimientos y las experiencias

previas, articulando lo que se aprende con la realidad que se está viviendo. La creatividad se

logra estimulando la resolución creativa de problemas reales y significativos. En cuanto a la


curiosidad, se trata de procurar despertar el interés del estudiante por lo que está

aprendiendo. El control se refiere a que los estudiantes puedan influir en lo que aprenden y

elegir cómo lo aprenden, y respecto a la colaboración, la idea es promover la interacción y el

trabajo en equipo entre los estudiantes y las familias.

4) Fijar objetivos pequeños y concretos

Para fomentar la motivación de los niños, se pueden concretar objetivos no tan ambiciosos.

De esa forma, serán alcanzables “y ellos verán que van consiguiendo algo. Por ejemplo, hoy

haremos los ejercicios de esta página. O estas diez multiplicaciones”, señala Zenaida Aguilar,

profesora colaboradora del máster universitario de Psicología Infantil y Juvenil: Técnicas y

Estrategias de Intervención de la UOC, que advierte que hacer lo contrario —es decir,

marcarse metas muy ambiciosas— solo conseguirá frustrarlos.

“En la situación actual, la prioridad de nuestro cerebro es adaptarse y sobrevivir. Hay que

darse cuenta de que los ritmos van a ser diferentes y no podemos pretender que estudien lo

mismo que cuando iban al colegio todos los días”, afirma.

5) Adaptarse al niño

Las necesidades, los intereses y las formas de aprender de cada niño son distintas, y tenerlo

en cuenta es una ventaja a la hora de motivarles.

“No todos los niños tienen la misma capacidad de atención ni la ponen en práctica de la

misma manera. Hay niños que en movimiento retienen más, otros lo hacen pintando, a

algunos lo que les funciona es aprender a partir de enseñar a sus peluches o "trabajando"

junto con mamá o papá (…) Con los descansos también hay que adaptarse a cada niño y
niña, ya que la capacidad de concentración varía”, explica Zenaida Aguilar. Por eso cree que

lo importante es que los padres se adapten a las necesidades de sus hijos y sugiere que se

les pregunte a ellos mismos.

6) Ser congruentes

Si todos en casa saben los horarios de los demás y se respetan, será más sencillo mantener

un orden necesario tanto para el aprendizaje como para que los padres puedan trabajar, si lo

hacen desde casa, o tengan su espacio de tiempo individual. De lo contrario, la situación

puede desbordarlos.

“Es fundamental ser congruente con lo pactado. Al fin y al cabo, lo mejor que nos deja este

confinamiento es la posibilidad de conectar con los niños y las niñas y que sientan nuestra

presencia, pero esta presencia ha de ser de calidad. Por ello estará bien poder decir ‘ahora no

puedo’ o ‘este ratito es para mí’”, afirma Zenaida Aguilar, psicóloga del Instituto Carl Rogers.

La semana pasada dio comienzo el tercer trimestre de curso para


los alumnos españoles: un trimestre extraño y diferente, que nada
tiene que ver con los últimos 15 días de cole en casa que vivieron
antes de las vacaciones de Semana Santa.

Para muchos niños, la novedad de entonces ha dado paso a la


desidia, a la falta de motivación y a la pérdida de interés. Y
para muchos padres, el inicio de este tercer trimestre está
suponiendo un duro reto difícil de gestionar.

Sobre todo ello hemos hablado con Emma Duffy, directora


de Early Years (etapa equivalente a nuestra Educación Infantil
según el currículum nacional de Inglaterra) del colegio
británico Hastings School. Emma nos ha dado algunas claves que
podemos poner en práctica en casa para que los niños vuelvan a
recuperar las ganas de estudiar y afronten los últimos meses de
curso con toda la energía.

Rutinas establecidas y tiempos de


descanso

En varias ocasiones hemos hablado de la importancia de las


rutinas para los niños, y más especialmente en estos momentos
que estamos viviendo. Tener una rutina de estudio desde casa es
beneficioso para ellos, pues les ayuda a mantenerse activos y
motivados, y a saber qué tienen que hacer en cada momento.

Si creemos que nuestros hijos no tienen su rutina de estudio bien


interiorizada, nunca es tarde para instaurarla. Para Emma Duffy
esta rutina debe ser clara y concisa, y contar con su participación
para establecerla. Además, el niño debe saber con antelación
el tiempo que pasará haciendo cada una de las actividades, y
para ello podemos ayudarnos de un reloj o temporizador que
marque el final de cada actividad y el paso a la siguiente.
"También es recomendable que en medio de esas rutinas
escolares haya actividades que podamos practicar en
familia, como un ratito de yoga, por ejempl. Y por supuesto, es
imprescindible un descanso de media mañana para desconectar
y tomar un snack".
Organiza espacios de trabajo y
estudio

Cada vez son más los colegios que establecen diferentes áreas de


estudio para practicar habilidades específicas u objetivos
aprendidos, fomentando así la concentración y la autonomía de
los alumnos.

En casa podemos simular estos


mismos espacios creando áreas
concretas de trabajo, que no solo
ayuden al niño a romper con la
monotonía que supone ver siempre
el mismo escenario, sino que
además fomenten su creatividad y
libertad.
Algunos ejemplos que la experta nos propone crear en nuestra
casa, y que nosotros podemos adaptar en función de la edad y las
necesidades de nuestros hijos son:

 Área creativa, que podemos destinar para el uso de


materiales como plastilina, pinturas, espuma de afeitar... Cuanta
más variedad les ofrezcamos, mayores posibilidades tendrán
de poner a prueba su ingenio y creatividad.
 Crear un rincón de lectura para que los niños puedan leer de
forma relajada, ver cuentos o incluso interpretar sus propias
historias con ayuda de un teatro de títeres y marionetas.
 Anima a tus hijos a usar la imaginación para construir
diferentes estructuras con ayuda de piezas de Lego o similar.
Tener en casa un pequeño rincón para la construcción no solo
fomenta la imaginación y la creatividad de los más pequeños,
sino que les ayuda a desarrollar su pensamiento lógico,
matemático y visoespacial.
 Crear un área de matemáticas también es sencillo si nos
ayudamos de tarjetas con números, así como otros objetos que
los niños puedan seriar, contar y clasificar de manera
independiente, para que aprendan matemáticas de manera
lúdica y divertida.
 Y en la misma línea que lo anterior también es posible crear
un espacio de alfabetización con tarjetas de diferentes
sonidos fonéticos, palabras o letras, así como con cualquier tipo
de material para que puedan practicar la escritura.
 Y ya por último, es importante que los niños cuenten con
un lugar al que puedan ir cada vez que necesiten relajarse.
Este espacio puede estar decorado con sus peluches favoritos,
cojines que inviten al descanso, música relajante e iluminación
suave.

Actividades variadas

La experiencia del "cole en casa" nos está dejando diferentes


visiones de una misma realidad:
 De un lado, aquellos niños para quienes las actividades y
fichas que mandan los profesores son suficientes para seguir
manteniendo su entusiasmo y motivación
 De otro, los alumnos que no se sienten especialmente
motivados con con esta nueva forma de aprender, un hecho
que quizá se hace más palpable en los últimos cursos de
Educación Primaria

Ante este panorama incierto,


algunos progenitores se preguntan,
preocupados, cómo deben actuar:
¿es conveniente priorizar la lectura?
¿Las matemáticas? ¿La escritura?
¿Debemos obligar a los niños a
estudiar?...
La experta nos recuerda que estamos viviendo una situación
excepcional y que lo que menos necesitan nuestros hijos en este
momento es que nos preocupamos en exceso por lo académico:
"Recordemos que los niños aprenden de muchas formas
diferentes. Algunos disfrutan de actividades más activas,
mientras que otros prefieren leer y escribir. Por eso, lo
importante es ofrecerles una amplia variedad de actividades, y
asegurarnos de que existe un equilibrio entre actividades activas,
creativas y tareas de mayor concentración. Así, los niños podrán
elegir lo que desean hacer en cada momento"
Pide ayuda y orientación al
profesor de tu hijo

Desde que comenzara esta situación, los profesores están


haciendo un gran esfuerzo por mantener a los niños activos y
"enganchados" a las rutinas escolares, por lo que Emma nos
aconseja recurrir a ellos si tenemos cualquier duda o
necesitamos consejo y orientación en un momento dado.

Ellos conocen mejor que nadie a nuestros hijos en el terreno


académico, por lo que seguro que estarán encantados de
asesorarnos sobre las mejores técnicas de estudio, mapas
mentales o cualquier otro estímulo que ayude a captar la atención
del niño y enfocarse en los estudios. Ocurre lo mismo en el caso
de los alumnos más pequeños. Y es que no siempre los padres
disponemos de recursos e ideas que nos faciliten la tarea de
enseñarles mientras se divierten.

Disfrutar de la experiencia
Y ya por último, la experta hace especial hincapié en la
importancia de disfrutar en familia y valorar la maravillosa
oportunidad que se nos ha presentado de ver a nuestros hijos
aprender y desarrollarse cada día; desde las primeras etapas de
Infantil, hasta un aprendizaje más maduro, independiente y
autónomo.

Pero esto no solo repercutirá en nuestra satisfacción personal, sino


también en la de nuestros hijos, pues al vernos disfrutar de sus
logros y aprendizajes verán fortalecida su autoestima y esto
redundará en un mayor interés y motivación.

Cómo mantener la motivación por el


estudio o por aprender durante la
cuarentena
El Estado de Alarma que vivimos, debido a la pandemia del Covid-19, nos obliga a
permanecer en cuarentena, sin poder salir de casa más que lo imprescindible, durante el
tiempo que así se estime. Esta situación nos obliga a dejar de realizar nuestras rutinas
diarias, como trabajar, ir al colegio o disfrutar del tiempo libre con amigos o familia, lo que
puede hacer que dejemos de sentirnos realizados y motivados por el futuro más cercano.
Por este motivo, es fundamental que mantengamos un buen equilibrio psicológico.
En este momento en que nuestro hogar se convierte en escuela, oficina, parque y centro de
extra escolares, una de las preocupaciones más recurrentes y comunes de los padres es
cómo motivar a sus hijos desde casa. Y si padres, la motivación por el estudio o por
aprender en época de crisis es posible.

Debemos tener en cuenta que la ansiedad y el estrés que se percibe en el ambiente es


absolutamente perjudicial e inversamente proporcional a las ganas y el interés que
generamos en los niños por aprender.
Esta inquietud, como todas las emociones que se generan en una dirección u otra, es
siempre multifactorial. La propia situación de confinamiento favorece que surjan
pensamientos lógicos de incertidumbre y nerviosismo por el futuro más cercano y por la
salud de los más allegadosá a su vez es frecuente que aparezcan sensaciones de apatía o
desánimo por no sentirnos del todo realizados ya que en la mayoría de los casos se paraliza
casi por completo nuestra actividad profesionalá y de otra, la imposición que nos hacemos a
nosotros mismos de cumplir con las obligaciones de una manera rígida unido a la
percepción de presión que podemos sentir desde el exterior (profesores, jefes, familia, etc.).
Todo ello desemboca en un bloqueo emocional que nos paraliza y que retro-alimenta
nuestra sensación de agobio e inquietud, y que no afecta sólo a la persona que lo sufre sino
que también repercute en la dinámica familiar. Es importante no culpabilizarnos y rebajar
en la medida de lo posible nuestras exigencias en épocas de crisis.

Sin embargo, esta situación de confinamiento que vivimos desde hace unas semanas puede
ser una gran oportunidad para reinventarnos y redescubrir nuevas formas de acceder al
conocimiento. El ser humano tiene una capacidad de adaptación inagotable, y los niños,
más concretamente, nos sorprenden con su capacidad de esfuerzo y superación cada día. La
clave reside en saber ver las oportunidades de crecimiento y las herramientas de las que
disponemos para ayudar a nuestros hijos a realizarse diariamente, aún en estas
circunstancias a priori adversas. Este gran abanico de posibilidades se extiende, como no, a
toda la población, independientemente de su edad. Desde Elea Instituto de
Psicopedagogía de damos consejos de cómo hacerlo.

¿Cómo lo podemos hacer?


 Crear una rutina diaria, más o menos estructurada pero flexible, en la que combinemos
momentos de trabajo u obligaciones con descanso y actividades más lúdicas en familia. Es
un buen momento para estrechar lazos entre todos los miembros y enriquecernos del
conocimiento mutuo.
 Ser conscientes de que el aprendizaje no sólo reside en los libros y en realizar tareas
escolares de manera mecánica, si no que se puede incentivar por medio de otros recursos
que diariamente se encuentran a nuestro alcance, y que no responden a un ambiente tan
estructurado y controlado: talleres de lectura, pintar, actividades grupales físicas como el
yoga o pilates online.
 Rebajar la presión que imponemos a los niños a la hora de cumplir con todos los
deberes que mandan los profesores, así como la necesidad de seguir el plan de trabajo
diario por materias. Debemos ser conscientes de que las circunstancias y el contexto en el
que se lleva a cabo el aprendizaje, en casa y el colegio, son diferentes, por lo tanto los
requisitos deben de ser distintos y las tareas mucho más dinámicas. Si el niño percibe
imposición por nuestra parte podemos conseguir el efecto contrario al deseado.
 Crear un ambiente agradable bien ventilado y sin ruido, intentando evitar el uso masivo
de las tecnologías, móvil o tablet. A veces la sobrexposición no favorece el aprendizaje si
no que, al contrario, puede producir un estado interior de agitación y excitación que
perjudica nuestra capacidad atencional y memoria a largo plazo.
 Llevar a cabo una higiene de sueño y descanso adecuado es importante, ya que una
mente sana es el motor del movimiento y la base de nuestra motivación. En esta línea
podemos dedicar un ratito cada día a meditar o a realizar ejercicios de relajación.
 Establecer una comunicación positiva, de confianza y ayuda entre profesores, padres y
niños es fundamental. Es necesario que ofrezcamos nuestros recursos y se cree una
dinámica basada no tanto en el resultado, como puede ocurrir en el colegio con las
evaluaciones, si no en el proceso y el interés por aprender cosas nuevas. Es una buena
oportunidad para desarrollar capacidades tan importantes como la empatía, el
autoestima, e
 Zaida Moreno Ramos
Neuropsicóloga Clínica.
Psicóloga General Sanitaria.
Cómo conseguir que estudiar en casa sea más divertido
para los niños
Es normal que estos días les cueste concentrarse, pero si sigues estos
consejos, ponerse a estudiar o hacer los deberes será una actividad
entretenida y motivadora
20 DE ABRIL DE 2020 - 12:54 CEST BY ANA CAAVEIRO





La educación a distancia se ha convertido en una realidad. Tanto si finalmente


podrán reabrir los colegios 15 días en junio  como si no, lo cierto es que los pequeños han
tenido que adaptarse, de un día para otro, a una nueva forma de estudio. Y para muchos
no es precisamente sencillo.
Tal y como nos confirma Simon Willamson, director pedagógico de la escuela de
idiomas Berlitz, "los pequeños están teniendo más dificultades para
concentrarse durante la cuarentena". Ya no sólo por lo que implica una rutina diferente
a la habitual. Y es que después de tantos días confinados en casa, "los niños  no han
podido gastar energía de la misma forma".
Lee: Niños y cuarentena, ¿cómo les afecta el confinamiento en casa?
La importancia de aprender jugando
Aunque según lo anunciado por el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, el próximo
27 de abril podrán salir a la calle, hasta el momento, los niños han estado en casa junto
a sus padres. Una situación que en muchos casos ha supuesto una importante  reducción
de su actividad física.
Sin embargo, "necesitan tanto estudio como actividades lúdicas", señala Simon
Willamson, que recomienda que los más pequeños realicen ejercicio y jueguen. Además
de los múltiples beneficios para su salud, se trata de una buena herramienta
para mejorar su concentración. Sobre todo, si les planteamos juegos con los que puedan
aprender: "hay que buscar formas dinámicas de aprender, que estudiar sea casi como un
juego" para motivarles y que su interés no decaiga.
Para conseguirlo, el director pedagógico de Berlitz nos da los siguientes consejos:

 Mentalizarnos de que jugar es una manera de aprender. Desde el punto de vista de


Simon Williamson, la teoría es fundamental, pero también lo es la práctica con ejercicios
y juegos. Es decir, que después de la parte teórica, llega la hora de ponerlo en práctica de
una forma divertida, y así lo asimilará mejor y aumentará su motivación.
"El niño puede ver una película en inglés y estará aprendiendo", afirma.
 No declararle la guerra total a las pantallas. A este respecto, asegura que no debemos
obsesionarnos con el tiempo que pasan frente a las pantallas, sino con el contenido que
están consumiendo. "De lo que tenemos que preocuparnos es de que estén utilizando las
nuevas tecnologías para aprender y estudiar. Existen aplicaciones de asignaturas
como matemáticas, lengua… Y para practicar inglés, por ejemplo, encontramos muchos
recursos online", detalla.
 Plantear ejercicios cortos. En especial, si se trata de niños pequeños, lo ideal es que duren
entre 3 y 5 minutos.pausa activa Podemos comenzar con un ejercicio tranquilo,
como dibujar, y continuar con otro que implique más energía, como cantar sobre lo que
han dibujado. Es esencial que vayamos variando las actividades, creando un buen ritmo y
que no les de tiempo a aburrirse.

 Establecer rutinas y horarios. En este caso, se trata de emular al sistema escolar. Fijar una
hora para hacer deberes de una asignatura, otra para el 'recreo'… "Cuando no existe una
rutina, es más complicado que estudien", explica Simon Williamson. Y lo que buscamos es,
precisamente, marcar un ritmo y crear un hábito. Por lo tanto, resulta imprescindible
seguir el horario que marquemos.
 No más de 45 minutos de clase para los niños de hasta 8 años. Al principio, conseguir que
se concentren en la actividad no es complicado, no les lleva más de 5 minutos
aproximadamente. El problema es que su interés va decreciendo, y no excederá los 45
minutos. No podemos olvidarnos de que en el colegio, durante la clase, se levantan a la
pizarra, interactúan con sus compañeros… En casa no es así. Por tanto, sería misión
imposible pedirles que se sumerjan en sus tareas más allá de esos 45 minutos.
A partir de los ocho años, las lecciones podrán alargarse a 1 hora.
 Determinar cuál será el espacio de estudio. Debe ser una estancia libre de distracciones
(como la televisión) y con una buena iluminación. Si el pequeño tiene hermanos, lo ideal
sería que cada uno estudie en una habitación diferente porque, de lo contrario, se van a
distraer. "Es inevitable que uno esté pendiente del otro", comenta Simon Williamson, y
aconseja que establezcamos para todos un horario similar, a fin de eludir discusiones y
pequeños conflictos.
Por último, el experto lanza un mensaje de positividad y calma a los padres: "comprendo
que están muy preocupados porque sus hijos pierdan contenido y estudio (ya ha pasado
un mes desde que cerraron los colegios). Pero creo que (los padres) lo están haciendo
muy bien, y no deberían preocuparse en exceso. Los profesores siguen mandando
deberes, y los niños siguen manteniendo contacto  con su temario escolar. Así que no
van a perder tanto curso como nos imaginábamos y temíamos", concluye.

LA DESMOTIVACIÓN ESCOLAR DE LOS


NIÑOS Y JÓVENES DEBIDO AL COVID-19
Publicado el : 03/06/2020
Autor: Lcda. Regina Porres

La salud emocional y el bienestar de los niños, jóvenes y adultos se han visto


afectados recientemente por los cambios debido a la pandemia que estamos viviendo
a nivel mundial. Esta situación ha afectado directamente a las familias en
relación a la dinámica familiar, escolar y laboral, ya que nos hemos visto
obligados a convivir más tiempo en casa, compartir a diario con la familia, pasar
más tiempo juntos del que se estaba acostumbrado, adaptar el trabajo para realizarlo
en línea, recibir las clases de manera virtual, entre otros. 

Dichos cambios han generado sentimientos de estrés, ansiedad e incertidumbre, lo


cual ha llevado a que muchos manifiesten síntomas físicos, así como psicológicos y
emocionales. Puede que algunas personas estén manifestando dolores de cabeza más
frecuentes, falta de energía o concentración, problemas gastrointestinales, insomnio
o exceso de sueño, cambios en el peso corporal, cansancio constante o prolongado,
síntomas de ansiedad o depresión, entre otros. Estos síntomas y manifestaciones
corporales también influyen en el bienestar psicológico y las emociones que
presentamos. 

Tanto niños como jóvenes han experimentado algunas de estas reacciones. Esto ha
llevado a que presenten cierto rechazo escolar o se encuentren desmotivados en
cuanto a sus obligaciones académicas. El hecho de tener que adaptarse a una
nueva forma de aprendizaje, así como no compartir presencialmente con sus
maestros o compañeros, ha influido en que muchos sientan apatía o falta de
motivación en los estudio, y en realizar las tareas que se les asignan. Esto también
se suma a la falta de acompañamiento personalizada por parte de los maestros y al
estrés que puedan percibir por parte de sus padres, quienes han tenido que
acompañar a sus hijos en el proceso de aprendizaje. Dicha situación, en resumen, es
un reto. Incluso es probable que en algunos casos la relación padre-hijo se esté
viendo desgastada. 

Vía web

Debido a esto, es recomendable que los niños y jóvenes puedan sentirse


escuchados y comprendidos, para que así puedan expresar sus emociones y no las
repriman. Es importante que los padres se tomen el tiempo para platicar con sus
hijos y profundicen en lo que han aprendido en esta situación (no necesariamente
enfocarse en lo académico). Se recomienda tener presente siempre la “conexión
antes que corrección”, es decir, enfocarnos en que sea prioridad la relación con los
hijos, cuidar sus emociones y conectar con ellos antes de corregir. Esto se puede
lograr hablando, escuchándolos y conociendo sus necesidades. Como familia, se
pueden tomar el tiempo una vez a la semana para platicar de los retos que han tenido
y cómo encontrar soluciones asertivas a dichos retos. De esta manera todos pueden
sentirse escuchados, apoyados, y así crear un sentido de pertenencia e importancia. 

Por otro  lado, es importante que los niños y jóvenes estén organizados en casa y
manejen adecuadamente su tiempo. Esto les brinda una estructura, la cual les dará
seguridad y contribuirá a que puedan aprovechar mejor el día. El manejo y la
organización del tiempo, así como priorizar y saber organizarse desde jóvenes,
les dará herramientas positivas para la vida adulta y ayudará a que se sientan
más motivados y confiados en lo que hacen.  Es importante incluir actividades de
movimiento, de relajación y en las que puedan compartir en familia. Contar con un
horario les ayudará a anticiparse, organizarse y les brindará mayor seguridad. 

Por último, es esencial que los niños y jóvenes cuenten con una persona que les
transmita seguridad. Para los más pequeños pueden ser sus padres o algún familiar,
alguien que les transmita ese sentimiento de confianza y comprensión. Los jóvenes
también pueden recibir apoyo de sus padres y familiares, así como de sus amigos,
compañeros o incluso maestros. El sentir que cuentan con una red de apoyo
contribuirá a que se expresen, encuentren experiencias que los ayuden a
mantener la motivación y cuenten con herramientas positivas para la
resolución de problemas. Todo esto contribuirá a la construcción de la resiliencia,
capacidad que tienen las personas para superar circunstancias adversas, como la
situación que estamos experimentando actualmente. 

LA DESMOTIVACIÓN ESCOLAR DE LOS


NIÑOS Y JÓVENES DEBIDO AL COVID-19
Publicado el : 03/06/2020
Autor: Lcda. Regina Porres
La salud emocional y el bienestar de los niños, jóvenes y adultos se han visto
afectados recientemente por los cambios debido a la pandemia que estamos viviendo
a nivel mundial. Esta situación ha afectado directamente a las familias en
relación a la dinámica familiar, escolar y laboral, ya que nos hemos visto
obligados a convivir más tiempo en casa, compartir a diario con la familia, pasar
más tiempo juntos del que se estaba acostumbrado, adaptar el trabajo para realizarlo
en línea, recibir las clases de manera virtual, entre otros. 

Dichos cambios han generado sentimientos de estrés, ansiedad e incertidumbre, lo


cual ha llevado a que muchos manifiesten síntomas físicos, así como psicológicos y
emocionales. Puede que algunas personas estén manifestando dolores de cabeza más
frecuentes, falta de energía o concentración, problemas gastrointestinales, insomnio
o exceso de sueño, cambios en el peso corporal, cansancio constante o prolongado,
síntomas de ansiedad o depresión, entre otros. Estos síntomas y manifestaciones
corporales también influyen en el bienestar psicológico y las emociones que
presentamos. 

Tanto niños como jóvenes han experimentado algunas de estas reacciones. Esto ha
llevado a que presenten cierto rechazo escolar o se encuentren desmotivados en
cuanto a sus obligaciones académicas. El hecho de tener que adaptarse a una
nueva forma de aprendizaje, así como no compartir presencialmente con sus
maestros o compañeros, ha influido en que muchos sientan apatía o falta de
motivación en los estudio, y en realizar las tareas que se les asignan. Esto también
se suma a la falta de acompañamiento personalizada por parte de los maestros y al
estrés que puedan percibir por parte de sus padres, quienes han tenido que
acompañar a sus hijos en el proceso de aprendizaje. Dicha situación, en resumen, es
un reto. Incluso es probable que en algunos casos la relación padre-hijo se esté
viendo desgastada. 

Vía web

Debido a esto, es recomendable que los niños y jóvenes puedan sentirse


escuchados y comprendidos, para que así puedan expresar sus emociones y no las
repriman. Es importante que los padres se tomen el tiempo para platicar con sus
hijos y profundicen en lo que han aprendido en esta situación (no necesariamente
enfocarse en lo académico). Se recomienda tener presente siempre la “conexión
antes que corrección”, es decir, enfocarnos en que sea prioridad la relación con los
hijos, cuidar sus emociones y conectar con ellos antes de corregir. Esto se puede
lograr hablando, escuchándolos y conociendo sus necesidades. Como familia, se
pueden tomar el tiempo una vez a la semana para platicar de los retos que han tenido
y cómo encontrar soluciones asertivas a dichos retos. De esta manera todos pueden
sentirse escuchados, apoyados, y así crear un sentido de pertenencia e importancia. 

Por otro  lado, es importante que los niños y jóvenes estén organizados en casa y
manejen adecuadamente su tiempo. Esto les brinda una estructura, la cual les dará
seguridad y contribuirá a que puedan aprovechar mejor el día. El manejo y la
organización del tiempo, así como priorizar y saber organizarse desde jóvenes,
les dará herramientas positivas para la vida adulta y ayudará a que se sientan
más motivados y confiados en lo que hacen.  Es importante incluir actividades de
movimiento, de relajación y en las que puedan compartir en familia. Contar con un
horario les ayudará a anticiparse, organizarse y les brindará mayor seguridad. 

Por último, es esencial que los niños y jóvenes cuenten con una persona que les
transmita seguridad. Para los más pequeños pueden ser sus padres o algún familiar,
alguien que les transmita ese sentimiento de confianza y comprensión. Los jóvenes
también pueden recibir apoyo de sus padres y familiares, así como de sus amigos,
compañeros o incluso maestros. El sentir que cuentan con una red de apoyo
contribuirá a que se expresen, encuentren experiencias que los ayuden a
mantener la motivación y cuenten con herramientas positivas para la
resolución de problemas. Todo esto contribuirá a la construcción de la resiliencia,
capacidad que tienen las personas para superar circunstancias adversas, como la
situación que estamos experimentando actualmente. 

En el espacio en donde antes del covid-19 se desarrollaba la vida familiar, hoy se combinan varias tareas: teletrabajo y educación
virtual, además de labores domésticas y hasta juegos con balones, que solo se podían hacer fuera de casa. Es un tiempo para
ajustarse a los cambios, reflexiona

Este contenido ha sido publicado originalmente por Diario EL COMERCIO en la siguiente dirección:https://www.elcomercio.com/actualidad/tareas-laborales-escolares-


cuarentena-covid19.html. Si está pensando en hacer uso del mismo, por favor, cite la fuente y haga un enlace hacia la nota original de donde usted ha tomado este
contenido. ElComercio.com
Cómo manejar la angustia y ansiedad en niños
Si eres papá o mamá y te preocupa cómo manejar la ansiedad y angustia de tus niños
durante esta Pandemia, te dejamos esta pauta elaborada por nuestra psicóloga María
Jesús Berguecio para que puedas conversar con ellos:
 Habla de tus emociones. Ejemplo: “Me he sentido nervioso con la cuarentena
en casa…”
 Promueve un lenguaje de emociones haciendo preguntas que NO sugieran
una respuesta: ¿Cómo crees que se sintió la mamá cuando…? En la película ¿Qué
sentiste en la escena cuando…? ¿Qué has sentido respecto al tema del Coronavirus?
 Date el espacio para tranquilizarte para luego responder a las necesidades
emocionales de los niños: no les transmitas tus miedos ni angustias.
 No le bajes el perfil a la emoción que siente el niño.
 No juzgues la emoción del niño.
 Ofrece contención física.
 Ofrece contención emocional: atención, escucha y disponibilidad para
conversar sobre lo que le ocurre.
 Valida su emoción: “entiendo que te sientas así”.
 Ofrece actividades alternativas que permitan manejar la emoción: lavarse la
cara, tomar agua, realizar alguna manualidad, gritar en un cojín, rayar fuertemente un
papel, etc.
 Permite el juego libre: los niños expresan sus emociones y reordenan sus
experiencias a través del juego.
 No prometas que lo que teme el niño no pasará, sino que anímalo a creer y
tener la confianza de que se superará.
 En lo posible, crea un plan de acción frente a la incertidumbre que tiene el niño.

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