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Temas y problemáticas recurrentes por parte de las familias y qué respuestas/

sugerencias entregar
*Al finalizar se adjunta un cuadro resumen de qué respuestas esperar de los niños según la
edad en este contexto de crisis.

I. Peor escenario posible​: Es normal en edad escolar la preocupación por el peor


escenario posible, esto es porque aún permanece un pensamiento egocéntrico que los lleva
a pensar que lo que se imaginan debe ser lo realmente esta pasando. Actualmente es
normal que los niños tengan toda una “fantasía” acerca de lo que está ocurriendo, por lo
que todo lo que no saben o de lo que tienen dudas, lo rellenan con su imaginación. Para los
niños que manifiesten "fantasías" en relación a la temática (​que se van a morir o morirá
un familiar, no volverán al colegio, o volverán al otro día y no han terminado sus
tareas​, entre otras que han aparecido), es bueno que los apoderados conversen de forma
tranquila y cercana el tema, siempre preguntando qué saben primero y si tienen dudas o
miedo de algo. Responderles con información que puedan manejar según la edad y siempre
teniendo como objetivo el tranquilizar al niño. Evitar el "no pasa nada, todo está bien" de
forma aislada porque el niño sabrá que no es así, ve a los adultos preocupados, los
escucha hablar y la televisión está prendida. Es mejor bajarles la ansiedad explicando las
medidas que están utilizando para cuidarse y que eso los mantendrá protegidos.
Puede ser que eso lo tengamos mas menos claro los adultos, pero los papás y mamás en
general se ponen nerviosos y asustados cuando sus hijos dicen estas cosas, por eso es
importante bajarles la ansiedad a ellos, primero diciéndoles que es normal y esperable estas
conductas en los niños ante situaciones así (lo cual no quiere decir que no merezca
atención). Y también decirles que si ellos se muestran tranquilos los niños percibirán que el
ambiente es seguro o no amenazante, ó por el contrario sí efectivamente se muestran muy
preocupados, les pueden explicar a los niños por qué se encuentran así de forma amistosa
y cercana.

II. Conductas regresivas​ son comunes y normales ante una situación de estrés y crisis.
Tales como volver a hacerse pipi, chuparse el dedo, querer dormir con los papás, querer
tomar leche en mamadera, hablar como guagua, entre otros. Sobre todo en el primer ciclo
(aún más en preescolar), esto es esperable, lo que no quiere decir que no sea importante
tomar en cuenta y estar alerta, porque es una de las formas que tienen los niños de
expresar que necesitan ser contenidos y acompañados como lo fueron en una edad menor.
Si te ocurre esto con otros apoderados, darles esta respuesta les puede hacer sentir más
tranquilos. Ayudarles a conectar con las necesidades de contención y de seguridad de sus
niños es un buen punto de partida. Escucharlos, acompañarlos, sintonizar con sus
emociones, explicarles con cuentos temáticas que están surgiendo en su discurso, etc.

III. Falta de orden, organización y rutinas en el hogar: ​Realizar un horario de forma


colaborativa entre los miembros de la familia, con tiempos y funciones permite ordenar un el
ambiente familiar y sobre todo el de los niños. Así se pueden anticipar a las actividades, lo
cual les da una sensación de mayor control y estabilidad sobre todo en un contexto que les
parece más amenazante y estresante como el actual. Esto les ayudará a estar más
tranquilos, bajarles la ansiedad y les facilita la adecuación a las normas. Pero hay que ser
constante y reforzar todos los días este “horario” para que comience a funcionar.
La idea es hacerlo en conjunto con el niño o niña para que también se comprometa con las
actividades que se están proponiendo y fomente un entorno de participación.
El objetivo es partir poniendo pocas actividades que sean básicas, evitar que sean muy
específicas para que pueda ser flexible, la idea es mantener una estructura más menos
parecida todos los días. (Ej: despertarse, desayuno, ordenar, tarea 1, Tv, almuerzo, tarea 2,
colación y descanso, tarea 3, juego libre, celular/pantalla, cena y tiempo en familia, Baño,
cuento, a dormir)
También se puede utilizar el horario como refuerzo positivo y medio de negociación. “Si
hacemos la tarea sin problemas después de almuerzo, puedes ganar 30 minutos más de
celular o juego en el patio.”

IV. Desregulación emocional:​ Para el niño, el conocer y regular las propias emociones se
puede gracias a que existe un vínculo emocional con los cuidadores principales (adultos).
Este adulto sirve de regulador emocional para el niño, para que luego, ya aprendido esto,
pueda regularse solito. Es por esto que el adulto debe primero poner sus esfuerzos en
regular sus propias emociones.

*Pasos para practicar la co regulación emocional en situaciones de crisis:

1° Es fundamental para lograr que el otro pueda regularse, uno estar regulado primero. Por
lo que tomar aire y calmarse es el primer paso.
2° Observo y pongo atención las señales de desregulación o abrumación del otro. (Lo
detengo si se está haciendo daño a sí mismo o a un otro)

3° Lo ayudo a conectar con su cuerpo. Guiar la atención a las sensaciones, reflejar aquellas
de las que puedo percatar, así le permito conectarse con su cuerpo. Evitar preguntas o
comentarios que aludan al pensamiento (Qué te pasa, por qué, cómo, no puedes responder
así, piensa en lo que hiciste)

4° Validar las respuestas físicas que se presentan y alentar la descarga como temblores,
suspiros o llanto, estos ayudan a liberar la energía de la emoción. Evitar el “no llores, no
pasa nada, no es para tanto, no seas exagerado”

5° Apoyo en bajar el ritmo del otro. Una buena alternativa es acercarse lentamente a su
altura, hablar con volumen y tono suave, hacer contacto visual, acariciar si existe la
confianza y el otro me lo permite.

6° Si ya está más calmado, dejo que descanse unos minutos. Puedo acompañarlo.

7° Ahora calmados podemos hablar de lo que ocurrió. Lo ayudamos a ponerle nombre a la


emoción. Le permitimos sentir la emoción sin juicio. Evitar el “no te debes sentir así, no fue
tanto”. Si hay algo que corregir, se corrige la ACCIÓN o CONDUCTA tras la emoción, pero
no la emoción en sí. “Yo puedo imaginar que tienes mucha pena y por eso llorabas con
tanta fuerza. Pero no puedo permitir que le pegues a tu hermano, eso no está bien”.

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