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Illich

El consumo, en la sociedad industrial avanzada, llega al máximo no porque se tenga la necesidad de consumir ha sido
creada artificialmente.

Se da una “institucionalización de los valores”: el productor, además de forzar al consumidor a consumir, también le
conforma el juicio.

Esta teoría de las necesidades está estrechamente vinculada al sistema escolar. El máximo consumo que necesitan
las sociedades industrializadas para poder mantenerse como tales sólo podrá alcanzarse si el consumidor está
“educado” para consumir. Por lo tanto, las soluciones a los problemas que plantean las sociedades industrializadas
no puede proceder de la escuela porque ésta se integra en el sistema económico, es una empresa que forma al
consumidor, una institución de manipulación de individuos que tiene el objetivo de prepararlos para el consumo.

Si bien acepta que la enseñanza institucional contribuye a la adquisición de conocimientos, afirma que el saber
auténtico proviene de las experiencias y de las actividades.

Solución que plantea Illich


Siendo la escuela una de las causas principales de los males que padecen las sociedades industrializadas, su
eliminación como institución se impone para comenzar la búsqueda de soluciones.

La sociedad desescolarizada sería aquella en la que la educación no dependiera de la institución, sino de cada
individuo.

El individuo debería tener garantizado el derecho a producir lo que quisiera, lo que correspondiese a sus necesidades
reales y, por lo tanto, a no consumir más de lo que él mismo decidiera.

Satisfacción de las necesidades reales, relación con las cosas, he ahí dos exigencias fundamentales de toda sociedad
en la que hubiera desaparecido la escuela institucionalizada. De esta manera se lograría una sociedad que Illich
denomina convivencional, donde todos los hombres tendrían acceso a los servicios de la comunidad, donde el
desarrollo personal estaría libre de la opresión productora ajena.

De esta forma, las relaciones pedagógicas se convierten en relaciones de intercambio. El plan de estudios, en el
sentido tradicional, desaparecería y el contenido del aprendizaje surgiría como una necesidad personal según las
actividades y exigencias de la vida. Así la educación pierde su carácter manipulador y alienante y la escuela se
transforma en una institución convivencional. Las redes del saber pretenden, pues, ser la alternativa que vaciaría de
poder la institución escolar puesto que suprimirían la autoridad basada en el monopolio del conocimiento, de las
notas y de los diplomas.

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