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TEMA 7.

BARRERAS DE ENTRADA

7.1. Introducción.

Las barreras a la entrada son esenciales para la existencia de una conducta


no competitiva. En su ausencia, gran parte de la teoría del monopolio y oligopolio
se convierte en vacía cuando se permite la entrada libre que asegura la fijación de
precios competitivos. Además, si las barreras son insuficientes para permitir la
fijación del precio monopolístico sin animar la entrada, un monopolista no puede
emplear durante mucho tiempo el simple cálculo de fijar ingreso marginal igual a
coste marginal para maximizar beneficios. Debe explícitamente tener en cuenta
las barreras de entrada para poder tomar decisiones de fijación de precios e
inversión.

Hay varias cuestiones que debemos preguntarnos acerca de las


barreras de entrada:

1) ¿Bajo qué condiciones puede la entrada real o potencial disciplinar la


industria para actuar competitivamente?

2) ¿Cuáles son las causas de las desviaciones a largo plazo en el precio desde
el nivel competitivo?

3) ¿Tienen las barreras de entrada como consecuencia un menor bienestar


social del que habría en su ausencia?

7.2. Conceptos básicos.

Los rasgos distintivos de una nueva entrada en una industria son: a) una
nueva entidad legal se ha establecido en la industria; b) Se fija una nueva
capacidad productiva.

Una primera definición de Barreras de entrada corresponde a Bain


(1956). Para él “son las ventajas que tienen los vendedores establecidos sobre
los potenciales entrantes. Estas ventajas se manifiestan en la medida en la
que los vendedores establecidos pueden persistentemente subir sus precios
por encima de un nivel competitivo sin atraer a nuevas empresas a entrar en
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la industria”. Es una definición bastante general siendo las barreras de entrada
todos los obstáculos que impiden o desalientan la entrada de nuevas empresas en
un sector de actividad, incluso si las empresas instaladas obtienen beneficios
excesivos o están fijados precios elevados en el largo plazo.

Hay varias cuestiones a plantear: 1) Las barreras de entrada pueden o no


estar reflejadas en los precios actuales de la industria. Incluso si las empresas
establecidas pueden coludir perfectamente para explotarlas, o bien las barreras de
entrada pueden ser tan altas que incluso la fijación de precios de monopolio no
amenace la entrada (entrada bloqueada) o tan bajas que es preferible tener
beneficios altos ahora incluso si la entrada se produce y los beneficios futuros son
menores (entrada inefectivamente impedida). Sólo si hay entrada efectivamente
impedida pueden los precios reflejar directamente la altura de las barreras de
entrada e incluso así los problemas de información pueden impedir su completa
explotación. Bain completa esta taxonomía de categorías de entrada con la
entrada fácil que es cuando el precio solo puede exceder el costo obtenible
mínimo de producción, distribución y venta en el desequilibrio a corto plazo.

2) Bain considera que el hecho de que normalmente hay una cola heterogénea de
potenciales entrantes y las barreras enfrentan a los potenciales entrantes con
menores desventajas (condición de entrada inmediata) y aquellas potenciales
entrantes que están inicialmente al final de la cola (la condición general de
entrada) puede ser significativo en determinar la conducta de la industria.

3) Bain no discute la identidad de las potenciales entrantes, aunque puede ser de


gran significación si una empresa que esta ya produciendo en otra industria,
posiblemente relacionada, esté dispuesta a diversificar.

Stigler (1968) adoptó una definición más directa de lo que constituye una
barrera de entrada. Para él “las barreras a la entrada pueden ser definidas
como costes de los que están libres las empresas que ya están en el mercado,
pero en los que tienen que incurrir las empresas que desean entrar”.

Esta definición tiene dos rasgos. 1) excluye todo lo que no aumenta la


curva de costes de la potencial entrante por encima de la de la incumbente (la
empresa que ya está en el mercado). 2) Está diseñada para responder a una

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pregunta distinta de la que interesaba a Bain. Stigler se pregunta simplemente ¿De
qué depende el tamaño de las empresas, economías de escala, barreras a la entrada
o de alguna otra cosa?. Su respuesta es que las condiciones de demanda y costes
(economías de escala) condicionan el tamaño de la empresa. Las barreras a la
entrada serán restringidas a los costes diferencialmente más elevados de las
nuevas empresas que actúan como una fuerza que afecta a las demandas de las
empresas individuales. De esta manera Stigler excluye las economías de escala
como barreras de entrada. Sin embargo es difícil justificar esta afirmación sin
nuevos argumentos diferentes de que las economías de escala junto con las
condiciones de demanda pueden lograr hacer que los precios persistan por encima
de los precios competitivos.

Más recientemente, varios autores han expresado su preocupación acerca


de cómo trabaja la mano invisible de Adam Smith. ¿Bajo qué condiciones debe
intervenir el gobierno? ¿Estas intervenciones son impedimentos a la libre entrada?
Desde este punto de vista el concepto tal como es definido por Bain o Stigler
puede ser utilizado como un incuestionable término peyorativo. El Estado puede
pensar que las barreras de entrada siempre llevan a una ineficiencia mayor que
cualquier otro resultado factible. Un ejemplo clásico es el dado por el mecanismo
shumpeteriano para el progreso técnico dónde el atractivo de los beneficios de
monopolio es necesario para el desarrollo inicial de producto. Sin la protección de
alguna forma de barrera de entrada (por ejemplo, una patente), no habrá incentivo
para inventar.

Tales relaciones de intercambio (trade-offs) entre las externalidades


positivas generadas por alguna restricción (p.e. invención generada por patentes) y
los distorsiones de monopolio (p.e. las consecuentes restricciones de output)
pueden ser bastante comunes. Esto nos lleva a distinguir entre dos causas opuestas
de distorsión. La entrada en una actividad puede ser socialmente sub- óptima
porque la actividad no está suficientemente protegida. Este es el caso de
externalidades positivas. O es sub-óptima porque las empresas instaladas son
sobreprotegidas de la entrada de otras empresas. Este es el caso de barreras a la
entrada. Esta definición de barreras de entrada basada en el bienestar se debe a
von Weizsacker (1980): “Las barreras de entrada pueden ser definidas como

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limitaciones socialmente indeseables de entrada que son atribuibles a la
protección de los propietarios de los recursos que ya están en la industria”.

Por último Demsetz (1982) desarrolla un argumento relacionado basado en


la asignación apropiada de los derechos de propiedad.

El problema de definir la propiedad es precisamente lo que crea


propiamente barreras legales a la entrada. De esta forma argumentaba que si
estaban claramente definidos los derechos legales no se puede establecer barreras
por las empresas de forma que las únicas barreras serían las gubernamentales.
Estos derechos son, entre otros, el derecho a que una fábrica no sea quemada por
un rival, el derecho a no ser copiado en las marcas o patentes, el derecho a no ser
copiado en la tecnología, el derecho a que los precios no sean recortados. Como
consecuencia, para Demsetz “las barreras de entrada son cualquier restricción
gubernamental que aumente los costes de producción (aranceles, licencias de
taxis, formación,…)”.

Se pueden clasificar las barreras de entrada en estructurales o


económicas (también denominadas inocentes) que proceden de las características
fundamentales del sector de que se trate, tales como tecnología, costes y demanda
y estratégicas o de comportamiento derivadas de las conductas de las empresas
instaladas. No obstante algunas veces se pueden utilizar las barreras inocentes de
forma estratégica como veremos posteriormente.

De las cuatro definiciones anteriores la de Bain es la más amplia ya que


incorpora junto a las asimetrías en los costes y la demanda, otras fuentes de
barreras como las economías de escala. Además, al definir las barreras a la entrada
por sus efectos, es decir, por la capacidad de las empresas activas de elevar sus
precios por encima de coste medio mínimo de producción, el concepto vincula
las barreras a la entrada con las condiciones básicas del mercado y la
conducta de las empresas. Por consiguiente es la definición que utilizaremos en
este capítulo.

Para Bain hay cuatro elementos que levantan barreras a la entrada de


nuevas empresas en una industria: 1) Las economías de escala pues las nuevas
empresas hallan dificultades para penetrar en el mercado y para disfrutar de las

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economías de escala que tienen las empresas activas. 2) La diferenciación de
productos en la que las empresas establecidas pueden disfrutar de ventajas frente
a las potenciales competidoras por la preferencia de los consumidores por sus
productos. 3) La ventaja absoluta en costes pues las empresas activas pueden
fabricar a unos costes unitarios por debajo de los potenciales competidores. 4) El
acceso a canales de financiación. Para las empresas establecidas resulta más fácil
acceder a los canales de financiación que para las entrantes. Las nuevas empresas
tendrán más problemas para financiar sus inversiones; en cambio las empresas
establecidas disfrutan de más facilidades para acceder a las líneas de crédito de los
bancos.

Como complemento a la definición anterior podemos decir que tenemos


barreras a la salida, cuando una empresa instalada tiene que incurrir, directa o
indirectamente, en un coste para salir del mercado.

Barreras a la movilidad cuando las empresas tienen activos con utilidad


específica para el segmento en el que se encuentran lo que les impide elegir
libremente un segmento u otro. La existencia de esos activos específicos
constituye la barrera a la movilidad.

7.3. Economías de escala.


Concepto y propiedades

Suponemos que la función de producción, f, de cada empresa es


homogénea de grado θ es decir:

Q=f(λL, λK)=λθ f(L, K) dónde L y K son las cantidades del factor productivo y
λ>0 es un factor multiplicativo cualquiera.

Si θ =1 hay rendimientos constantes a escala. Es decir si se duplica la cantidad de


factores productivos; λ=2, la producción se duplica.

Si θ >1 hay rendimientos crecientes a escala. Duplicando la cantidad de factor


productivo, la producción crece más del doble. Esta situación se denomina
también economías de escala.

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Si θ <1 hay rendimiento decrecientes a escala. Duplicando la cantidad de factor
productivo, la producción crece menos del doble. Esta situación se denomina
también des economías de escala.

El valor de θ se denomina grado de economías de escala.

Si q=f(K, L) es una función homogénea cumple el teorema de Euler que


establece que K(df/dK) + L (df/dL)= θ f(K,L).

Si consideramos la correspondiente función de costes C(q), será


homogénea de grado 1/θ. Es decir C(λq)= λμ C(q) dónde μ= 1/θ. Aplicando el
teorema de Euler tendremos q dC(q)/dq = μ C(q) de dónde εC,q =dC(q)/dq.
q/C(q)= μ<1. Además podemos escribir εC,q = CM/CMe.

De ahí que sean equivalentes las siguientes proposiciones:

Hay rendimientos crecientes a escala

Hay costes decrecientes a escala

El grado de homogeneidad de la función de producción es mayor que 1

La elasticidad de la función de costes con respecto a la producción es


menor que 1.

La función de coste medio es decreciente

Las economías de escala surgen a causa de las indivisibilidades. Las


indivisibilidades se producen cuando no es posible disminuir la utilización de
algunos inputs proporcionalmente a los outputs. Las indivisibilidades significan
que es posible hacer cosas a gran escala que no son posibles hacer a pequeña
escala.

Tres conceptos relacionados con las economías de escala son:

Economías de gama que se tienen cuando el coste de producir


conjuntamente las cantidades q1 y q2 de dos productos determinados es inferior al
coste de producirlos separadamente. Es decir C (q1, q2)<C(q1,0) +C(0, q2).

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Economías de experiencia que se producen cuando el coste medio de
producción es decreciente con la experiencia de la empresas.

Economías de red que surgen cuando el valor de conectarse a las mismas


redes depende de cuántas personas están ya conectadas a ellas. Está definición ha
sido aplicada a ámbitos tan diversos como redes de comunicación, programas
informáticos o la defensa de las lenguas minoritarias.

Economías de escala como barreras de entrada

Las barreras de entrada relacionadas con las economías de escala se


producen porque las nuevas empresas tienen dificultad para penetrar en el
mercado y beneficiarse también de las ventajas que reporta su escala de
producción a las empresas establecidas.

El dilema del competidor potencial en una industria con economías de


escala se manifiesta en la dificultad de la nueva empresa para alcanzar la escala
mínima eficiente (EME) definida como aquella producción en la que el coste
medio se aproxima a su mínimo. Esta situación permite a las empresas
establecidas elevar el precio por encima de p sin provocar la entrada en el
mercado del competidor potencial, tal como observamos en el gráfico 7.1.

Figura 7.1: La Escala Mínima Eficiente como barrera de entrada

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En una industria dónde las empresas utilizan una tecnología que genera
economías de escala cuando fabrican al menos las unidades correspondientes a la
EME, qm, (la función de producción no experimenta des economías de escala), si
los potenciales competidores no consiguen este nivel mínimo de producción
incurren en una desventaja de costes. Las empresas que se plantean entrar en el
mercado interpretan que la entrada comporta un doble riesgo:

Si la empresa entra y no consigue la EME, experimenta una desventaja en


costes (suponemos que las establecidas registran un volumen de producción
superior a qm) e incurrirán en pérdidas.

Si la empresa entra y consigue una cuota elevada de mercado, el


incremento de la oferta de la industria provocará una caída significativa del precio
de mercado, que puede llegar a situarse por debajo de los costes medios a largo
plazo y dará lugar a pérdidas.

Economías de escala y estructura de mercado

Suponemos una función de coste total C=F + cqi, dónde F es el coste fijo y
c es el coste marginal y qi es la cantidad producida.

El coste medio será CMe=F/qi +c, valor que decrece con qi .

La curva inversa de demanda viene dada por P=a-Q/S con Q=∑qi la


cantidad total demandada. S es una medida de la dimensión del mercado, cuanto
mayor sea el valor de S mayor es la demanda; duplicando el valor de S, la
cantidad demandada por el mercado, para cada precio, también se duplica.

Suponemos libre entrada de empresas en el mercado y que las que entran


en él se comportan como oligopolistas de Cournot.

El beneficio total para cada empresa viene dado por B=(a-Q/S-c) qi –F, de
dónde dB/d qi =a-Q/S-c- qi /S=0

Si el equilibrio es simétrico y hay n empresas en el mercado tendremos


qi =S (a-c)/(n+1) y P=(a+nc)/ (n+1).

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Por tanto el beneficio para cada empresa vendrá dado por

B(n)=S[(a-c)/(n+1)]2 –F.

Entrarán empresas en el mercado siempre que B(n)>0. En consecuencia,


en equilibrio a largo plazo se tiene que cumplir que el número de empresas
activas, , cumpla

B( )≥0 y B( +1)≤0. Por tanto tendremos

S[(a-c)/(n+1)]2 –F=0 y de ahí n=(a-c) -1 con lo que el valor de


equilibrio, , será el mayor entero menor que el valor anterior.

Vemos que es creciente con S y a y decreciente con c y F. Sin embargo


la relación entre n y S no es lineal sino casi cuadrática. Para duplicar el número de
empresas, manteniendo todo lo demás constante, es necesario cuadruplicar el
tamaño del mercado.

La relación no es lineal porque el precio de mercado no es constante pues


al aumentar el número de empresas el mercado se hace más competitivo, de
manera que la relación p-c disminuye. Por ello el beneficio para cada empresa
disminuye lo que limita el número de empresas que el mercado puede sustentar.

Una segunda cuestión importante es que los costes fijos (o sea las
economías de escala) funcionan como barrera de entrada. Al aumentar F
disminuye el número de empresas pero también lo hace al aumentar c (que
conduce a un menor grado de economía de escala). Lo importante es que el
número de empresas disminuye cuando se aumenta el grado de economías de
escala, manteniendo constante el valor del coste total.

Para comprobar lo anterior consideremos dos situaciones distintas:

1) F es próximo a cero, con lo cual casi no existen economías de escala.

Sean p1, q1, y n1, el precio, la cantidad y el número de empresas de equilibrio en


este caso. Cómo F1≈0 y hay libre entrada, debe ser p1 =c1 (pues en caso contrario
el beneficio de las empresas sería positivo).

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2) F2 es mayor que cero y c2 es igual a cero con lo que el grado de economías de
escala es máximo. En concreto, se supone que F2 es tal que el coste total de la
industria es el mismo que en el caso anterior. Es decir n1q1 c1 =n2 F2.

La pregunta que nos hacemos es si esta situación es posible. Es decir es


posible que n1=n2=n.

Para verlo tenemos en cuenta que p=(a+nc)/(n+1) con lo que cuanto menor
sea c menor será el precio y en consecuencia mayor será la cantidad. Es decir p2
<p1 y q2>q1. Con lo que el beneficio de las empresas en la segunda situación será
p2 q2 - F2 = p2q2 - q1c1 <p2q2 –c1q2 <q2(p2 –c1)<0.

Podemos demostrarlo de forma alternativa: teniendo en cuenta que p1 =c;


q1 =(a-c)/(n+1)b y p2 =a/(n+1); q2 =a/(n+1)b obtendremos que la expresión
anterior es igual a a2/(n+1)2b –c(a-c)/(n+1)b = 1/(n+1)b[a2/(n+1) –c(a-c)]<0 pues
cuando el número de empresas es grande a2/(n+1) tiende a cero y c(a-c) es
positivo pues c>0 y (a-c)>0.

Con lo que el beneficio de cada empresa sería negativo, lo que contradice


la hipótesis de que el mercado sustenta n empresas.

Supongamos, como ejemplo, la siguiente situación de mercado P=100-


0,1Q, F=50 y CMa=10. El número máximo de empresas en ese mercado sería n=
[(100-10) ]-1=39. Para ese número de empresas tendríamos (100/40)-
10(100-10) <0.

Este resultado nos dice que: manteniendo constante el coste total, cuanto
mayor sea el grado de economías de escala, menor es el valor del coste marginal.
Cuanto menor es el coste marginal, menor es el precio de equilibrio. Cuanto
menor es el precio de equilibrio menor es el ingreso total del mercado. Cuanto
menor sea el ingreso total menor es el número de empresas que el mercado puede
soportar, para una tecnología dada, manteniendo constante el coste total.

Si suponemos que la variable estratégica es el precio y no la cantidad, el


equilibrio de mercado (Bertrand) es tal que, existiendo más de una empresa activa
p=c. Luego si entra más de una empresa en el mercado B= (p-c)q-F=-F, valor

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negativo si F>0. Con lo que basta F>0 para que, en equilibrio, sólo entre una
empresa en el mercado.

Economías de escala y rentabilidad

La cuestión que nos planteamos es ¿cuál es el máximo beneficio que puede


obtener una empresa en una situación de libre entrada, y como varía ese valor en
función del grado de economías de escala?

Es fácil ver que las situaciones de máximo beneficio corresponden a la


situación de monopolio. Ahora bien, para que exista un monopolio en una
situación de libre entrada, es necesario que el coste fijo sea por lo menos igual al
beneficio variable de un duopolista, B2.

Para verlo con claridad analizamos el gráfico 7.2

Figura 7.2: El cambio de rentabilidad al aumentar los costes fijos y disminuir los variables

Si el eje vertical de la figura anterior mide el valor de F tendremos que


todos los puntos a lo largo de la curva B2 corresponden a un beneficio nulo en
situaciones de duopolio, es decir las combinaciones de F y c dadas por la curva
corresponden a situaciones en las que la estructura de monopolio es consistente

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con la libre entrada. A lo largo de la curva, conforme nos acercamos al eje de
ordenadas, el grado de economías de escala aumenta. Por otro lado el beneficio de
la empresa monopolista aumenta también. De este modo se concluye que cuanto
mayor sea el grado de economías de escala mayor es el beneficio máximo posible
en una situación de libre entrada.

Un segundo argumento señala el hecho de que las condiciones de mercado


(demanda, número de empresas que también pueden entrar, etc.) son
frecuentemente desconocidas por la mayoría de las empresas. Si es así, la decisión
de entrar es tanto más arriesgada cuanto mayores sean los costes de entrada.

Además, un aspecto asociado al riesgo de entrada es el coste (y la


probabilidad) de financiación. Cuanto mayores sean las economía de escala,
mayores son los costes de entrada y mayor es la dificultad de obtener la
financiación necesaria. En ambos casos, las empresas que efectivamente entran
recogen una recompensa al riesgo que asumen en forma de una mayor
rentabilidad esperada.

Por último, las empresas ya instaladas emplean estrategias especialmente


destinadas a evitar la entrada de nuevas empresas en el mercado.

7.4. Costes como barrera de entrada.

Costes fijos y costes irreversibles.

Los costes fijos son aquellos en los que incurren las empresas cualquiera
que sea el nivel de producción mientras que los irreversibles son costes que la
empresa no puede recuperar cuando deja de producir. Aunque ninguno de los dos
depende del nivel de producción, la diferencia fundamental está en que los
segundos no dependen de la duración del período de producción.

Si consideramos un período de tiempo de un año, los costes que pueden


variar a lo largo del año son costes variables, los que pueden variar de un año a
otro pero no dentro del año son costes fijos. Por último, los costes que son fijos
durante un período de varios años, se toman como costes irreversibles.

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Supongamos un mercado en el que el beneficio de equilibrio con una y dos
M D M D
empresas viene dada por B y B , respectivamente, siendo por hipótesis B >B
M D
>0. Supongamos que el coste fijo de entrada F es tal que B >F>B , sin que haya
costes variables. Es decir, hay beneficio para una empresa pero no para dos. Dada
la falta de coordinación entre las decisiones de entrada de las empresas es de
esperar que, con probabilidad positiva, más de una empresa decida entrar en el
mercado en un período determinado. Sin embargo, una situación de beneficios
negativos sería necesariamente transitoria. Antes o después, una de las empresas
tendría que salir del mercado, dejando a la otra en situación de monopolio.

La situación cambia si el coste de entrada es un coste irreversible.


Supongamos que cada empresa tiene que pagar para entrar al mercado una
cantidad S=F/r, dónde r es el tipo de interés. De manera que cada empresa tiene
que pagar el valor actualizado del coste fijo, F en cada período futuro. Dada la
relación entre S y F, de antemano el mercado podrá soportar una sola empresa al
igual que anteriormente. Sin embargo si ahora una empresa decide entrar en el
mercado y, por tanto, pagar el coste irreversible no podrá echarse atrás. Cómo las
dos empresas van a pagar S de todas formas lo mejor que pueden hacer es
mantenerse en el mercado siempre que el beneficio variable sea relevante y esté
por encima de cero.

Relacionado con esto está el fenómeno de histéresis (o inercia) de las


cuotas de mercado en relación a las variaciones de los tipos de cambio.

Las ventajas absolutas en costes.

Las empresas que operan en una industria pueden disfrutar de un conjunto


de ventajas que permitan situar sus costes unitarios de producción por debajo de
los que registrarían sus potenciales competidores.

Habitualmente, las empresas que llevan años dentro de una industria


acceden a intangibles, utilizan técnicas de producción y de distribución y se
benefician de determinadas líneas de financiación que no están al alcance de las
nuevas empresas. Finalmente, una de las mayores fuentes de ventajas en costes
consiste en ejercer un control sobre las fuentes de aprovisionamiento de materias
primas y de determinados recursos.
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Todo este conjunto de ventajas de las empresas que forman parte de una
industria se traducen en costes unitarios de fabricación inferiores a los que
incurren las potenciales entrantes.

Para analizar esta situación hacemos los siguientes supuestos básicos.

La industria presenta una función de oferta a largo plazo horizontal en la


que se tienen que cumplir los siguientes supuestos:

A) Todas las empresas activas de la industria utilizan una tecnología idéntica y


tienen la misma función de costes totales a largo plazo.

B) Un cambio en el volumen de producción de la industria no altera las funciones


de producción de las empresas ni el precio de los factores productivos.

De acuerdo con el primer supuesto, las funciones de costes marginales y


medios a largo plazo de las empresas que operan en el mercado disfrutan,
inicialmente, de economías de escala que se reflejan en la pendiente negativa de la
curva de costes medios y, posteriormente, des economías a escala que dan lugar a
una pendiente positiva de la curva de costes medios.

Lo vemos en el gráfico 7.3

Figura 7.3: Costes en una tecnología

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De acuerdo con el segundo supuesto, los cambios en el volumen de
producción de la industria no alteran las funciones de costes de las empresas
activas. Cuando los costes son constantes, la función de oferta de la industria será
una línea horizontal a la altura del precio de equilibrio p*. Dadas una función de
oferta SS y una función de demanda con pendiente negativa DD, el equilibrio a
largo plazo determina el precio p* y la cantidad ofrecida por la industria Q*. El
número de empresas que operan a largo plazo en una industria con costes
constantes estará en función de la cantidad de equilibrio del mercado Q* y el
volumen de producción de cada empresa q*. Es decir, la industria tendrá un
número de empresas activas igual a Q* /q*.

Podemos observar esta situación en el gráfico 7.4

Figura 7.4: Función de oferta con costes constantes a largo plazo

A largo plazo, si no existe ningún obstáculo a la entrada y las nuevas


empresas adoptan las misma estructura de costes que las empresas activas, la
función de oferta de la industria es una línea horizontal a la altura de p*.

Pero si suponemos que las empresas activas tienen una ventaja absoluta en
costes, las potenciales entrantes presentan unas funciones de costes a largo plazo

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que se sitúan por encima de las empresas activas. El mínimo de los costes medios
a largo plazo de las entrantes es superior al mínimo de los costes medios a largo
plazo de las empresas activas.

En esa situación las empresas establecidas tienen una ventaja absoluta en


costes igual a la diferencia proporcional entre los costes medios de las entrantes y
de las establecidas. La barrera de entrada de la industria queda determinada por la
ventaja absoluta en costes que disfrutan las empresas activas. Es decir ( –
)/ =( – )/C

Figura 7.5: Ventaja absoluta en costes

En una industria con ventajas absolutas en costes, las empresas activas


disfrutarán de unos beneficios extraordinarios, a largo plazo dado que podrán
incrementar el precio de venta hasta el precio máximo que impida la entrada en el
mercado de los competidores potenciales, .

La situación puede cambiar si estamos en un mercado en expansión pues el


aumento de la demanda y las restricciones de la oferta a corto plazo pueden abrir
la puerta a la entrada de nuevas empresas.

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Supongamos la situación reflejada en la gráfica 7.6 en la que la demanda
aumenta y se desplaza de DD a D´D´.

Figura 7.6: Cambio en el equilibrio cuando se produce una expansión de la demanda

Las funciones de oferta de las empresas establecidas y las empresas


entrantes, a largo plazo, son las mismas que en el gráfico anterior; pero a corto
plazo, la función de oferta de la industria es SC SC. Indica la cantidad que ofrecen
las empresas establecidas para cada precio. Un desplazamiento de la demanda a
D´D´ sitúa el mercado en un nuevo equilibrio, a corto plazo, en el que el precio es
p´ y la cantidad Q´. El nuevo precio de equilibrio facilita la entrada de nuevas
empresas ya que p´ supera el precio máximo, , que impedía la entrada en el
mercado. A largo plazo, la entrada de nuevas empresas sitúa el mercado en un
nuevo equilibrio con un precio y una cantidad Q´´.

La expansión de la demanda ha ocasionado una entrada en el mercado de


nuevas empresas y un aumento de la cantidad ofrecida que, a largo plazo, iguala el

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precio de equilibrio con el mínimo de los costes medios de producción. La
cantidad que suministrarán las nuevas empresas que se han incorporado a la
industria será igual a Q´´-Q´.

7.5. La diferenciación de productos.

En un mercado en el que las empresas diferencian sus productos de los de


la competencia, las empresas establecidas disfrutarán de mayor fidelidad de los
consumidores hacia sus productos.

La existencia de mercados con diferentes variedades de productos se


acerca más a la realidad que los mercados con productos homogéneos. Cuando los
productos están diferenciados, la elasticidad cruzada no es infinita. Es decir, los
consumidores manifiestan preferencias por los productos de una empresa en
relación al resto de competidores.

La diferenciación de productos se puede realizar por calidad


(diferenciación vertical) o por diseño y/o marca (diferenciación horizontal). En
ambos casos se generan barreras a la entrada siempre que las empresas
establecidas determinen los precios de venta por encima de los costes unitarios de
producción sin provocar la entrada de nuevos competidores.

En una industria en la que las empresas tienen capacidad para diferenciar


sus productos de la competencia, las nuevas empresas podrán penetrar en el
mercado si venden sus productos a precios inferiores a los de las empresas
establecidas y/o destinan cantidades elevadas en la promoción de los productos.

Existirán barreras de entrada cuando las empresas establecidas fijan unos


precios de venta por encima de los costes unitarios de producción sin provocar la
entrada de nuevos competidores. Si suponemos que en una industria todas las
empresas, tanto las establecidas como los competidores potenciales tienen el
mismo coste medio mínimo a largo plazo, CM, y que las empresas establecidas
tienen una ventaja en diferenciación de productos, cuando una nueva empresa se
plantea entrar incurre en una desventaja ya que se verá obligada a vender el nuevo
producto a un precio inferior al del resto de empresas.

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Realizamos el análisis en la figura 7.7. Suponemos una curva de demanda
DD. Cuando las empresas establecidas fijan el precio en p´, la curva de demanda
residual del potencial entrante es d´d´. Dada una curva de demanda de mercado y
conociendo el sobreprecio que están dispuestos a pagar los consumidores por las
marcas establecidas, se deriva la curva de demanda residual de la empresa
entrante, d´d´. La diferencia entre el precio máximo que impide la entrada, p´, y el
coste mínimo a largo plazo es el sobreprecio que pagan los consumidores por las
marcas conocidas.

Figura 7.7: La diferenciación de producto permite a la empresa más conocida cobrar un precio
más elevado por su producto.

Para un precio de mercado p´, el potencial competidor no tiene


posibilidades de entrar en el mercado, ya que se enfrenta a una curva de demanda
que no permite iniciar la producción de manera rentable (el precio p´ se escoge de
manera que la curva de demanda residual se sitúe siempre por debajo de la curva
de costes medios de la empresa entrante). Cuando las empresas establecidas
pretendan vender a precios superiores a p´, por ejemplo p´´, la demanda residual
del potencial entrante se desplaza a d´´d´´ y, por lo tanto, permite la entrada de la

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nueva empresa. En el gráfico anterior el precio máximo que impide la entrada de
nuevos competidores en el mercado es p´.

Podemos combinar la diferenciación de productos y las economías de


escala en un modelo conjunto que, como veremos, aumenta las barreras de entrada
a los competidores potenciales.

Si en lugar del supuesto de costes medios constantes incorporamos


economías de escala, el precio máximo que impide la entrada p´´ será superior al
anterior. Cuando el precio de venta es p´´, la curva de demanda residual es
tangente a la curva de costes medios de la empresa establecida. En presencia de
economías de escala y de productos diferenciados, las empresas entrantes que se
encuentran con una demanda residual d´´d´´ no pueden cubrir los costes de
producción cuando el número de unidades producidas no supera las qM . En
definitiva, cuando en la industria se diferencian los productos y existen economías
de escala las empresas tienen grandes dificultades para conseguir la cuota de
mercado que permita producir sin incurrir en pérdidas.

Figura 7.8: Diferenciación de producto y economías de escala de forma simultánea

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Por último, las nuevas empresas pueden estar dispuestas a incurrir en
pérdidas durante el período de penetración en el mercado.

Pueden efectuar un esfuerzo por penetrar en el mercado, aunque


inicialmente los resultados sean negativos con el objeto de reducir, pasado un
tiempo, las desventajas derivadas de la fidelidad de los consumidores a los
productos de las empresas establecidas.

Si el competidor potencial adopta esta estrategia puede encontrarse ante


dos escenarios:

La entrada impedida. En esta situación las empresas establecidas


modifican su comportamiento para frenar la entrada del nuevo competidor. Por
ejemplo, las empresas instaladas en la industria reaccionan con mayores gastos
publicitarios para mantener la fidelidad de los consumidores o reducen el precio
de venta de los productos.

La entrada acomodada. En la que las empresas establecidas se inclinan por


no variar sus estrategias y no se esfuerzan por levantar barreras al nuevo
competidor. En este segundo escenario, la nueva empresa irá, poco a poco,
penetrando en el mercado conforme informe a los consumidores de las
características de sus productos.

7.6. Barreras de entrada estratégicas o de comportamiento

El análisis efectuado anteriormente se refiere a las barreras de entrada


desde una perspectiva de largo plazo. Si el equilibrio a largo plazo del mercado
competitivo queda determinado por el coste medio mínimo unitario, las barreras a
la entrada se reflejan en la capacidad de las empresas activas para mantener unos
precios de venta superiores al coste medio mínimo sin provocar la entrada de
nuevos competidores.

No obstante, las decisiones de entrada tienen una dimensión secuencial y


estratégica que hacen atractivo el análisis a corto plazo de las reacciones de las
empresas establecidas para impedir la entrada de competidores. Las empresas
establecidas pueden coordinar sus acciones y llegar a acuerdos sobre el precio de
mercado con el objeto de frenar la entrada de nuevos rivales. También pueden
177
constituir un oligopolio cooperativo para defender su posición en el mercado
frente a la amenaza de entrada de los potenciales competidores.

Ante la amenaza que representan las potenciales rivales, las empresas


establecidas pueden adoptar una de las tres conductas siguientes:

Entrada bloqueada: ningún nivel de precios, incluido el de monopolio, es


suficientemente atractivo para incentivar la entrada de nuevas empresas.

Entrada acomodada: Las empresas establecidas tienen la opción de limitar


los precios y evitar la entrada pero prefieren no hacerlo. Las empresas establecidas
consideran más rentable dejar que entren empresas que crear barreras a la entrada.

Entrada impedida: Las empresas establecidas modifican su


comportamiento reduciendo los precios para impedir la entrada de los potenciales
consumidores.

En este apartado analizaremos la tercera situación. En concreto,


presentamos tres estrategias de obstáculo a la entrada.

A) Las empresas establecidas determinan el precio que impide la penetración de


nuevos rivales. La estrategia de las empresas establecidas basada en la
determinación del precio que impide la entrada de los competidores potenciales
recibe el nombre de estrategia del precio límite.

B) El segundo comportamiento de las empresas activas no crea barreras a la


entrada pero actúa sobre las expectativas de las entrantes. Frecuentemente, las
empresas consideran que actuar sobre el precio de venta del producto acarrea un
coste excesivo sobre los ingresos y los beneficios y deciden utilizar sobre otras
variables. Uno de los comportamientos más conocidos se conoce como la
estrategia de la capacidad excedente.

C) Una tercera estrategia es la elección de diferentes variedades del producto


que lo diferencian de los de competencia y que, por tanto, puede actuar como
barrera a la entrada.

178
Precio limite.

Suponemos una empresa instalada que elige la capacidad de producción.


Esta empresa, inicialmente en una posición de monopolio, toma la decisión de su
capacidad productiva teniendo en cuenta la posibilidad de entrada de una segunda
empresa. Suponemos que sea cual sea la capacidad de la empresa instalada la
empresa entrante tiene la expectativa de que si entra, la empresa instalada utilizará
toda su capacidad (Postulado de Sylos-Labini).

Suponemos inicialmente que el coste de entrada es nulo. Entonces la


decisión de la empresa entrante deberá ser entrar y escoger una
capacidad/cantidad dada por una curva de reacción como en el modelo de
Cournot. Tal como vemos en el gráfico 7.9

Figura 7.9: El equilibrio de Stackelberg considerando la capacidad como variable estratégica

Conociendo esta estrategia, la capacidad óptima que instalará la Empresa 1


vendrá dada por el punto de tangencia entre la curva de reacción de la empresa
entrante y las curvas de isobeneficio de la empresa instalada. Este es el punto
perteneciente a la curva de reacción de la empresa entrante al que corresponde un
mayor beneficio de la empresa instalada (Equilibrio de Stackelberg considerando
capacidad de producción)
179
Suponemos ahora que la empresa entrante tiene que soportar un coste de
entrada F. En tal caso, dado que los puntos de la curva de reacción de la empresa
entrante corresponden a un beneficio decreciente a medida que nos movemos
hacia abajo y a la derecha con un máximo en (0, QM) y un mínimo en (QC, 0)
existirá un punto a lo largo de la curva de reacción tal que el beneficio variable es
igual al coste de entrada F. Entonces la nueva curva de reacción incluye una
discontinuidad en ese punto.

Figura 7.10: La función de reacción de la entrante en caso de que haya costes de entrada

Es decir, para valores de q1 superiores a , la estrategia óptima de la


empresa entrante es no entrar, es decir fijar K2=q2 =0.

Esta discontinuidad de la curva de reacción es crucial para la


determinación de la estrategia óptima de la empresa instalada.

Como vemos en el siguiente gráfico, la curva isobeneficio de la empresa


instalada que intersecta q2(q1) más abajo y hacia la derecha de la empresa
instalada es B**1 . Instalando una capacidad correspondiente a , la empresa
instalada lleva a que la estrategia óptima de la empresa entrante sea no entrar.
Estamos por consiguiente en una situación en la que la entrada está bloqueada.
180
Figura 7.11: El equilibrio con costes de entrada

Esta estrategia se designa frecuentemente como estrategia de precio límite,


queriendo decir con esto que la empresa instalada pone, o amenaza con poner, un
precio tan bajo que la segunda empresa no consigue cubrir los costes de entrada.

Esta situación la describimos en la siguiente gráfica en la que partimos de


la curva de demanda y conocemos la capacidad fijada por la empresa instalada
a partir de lo cual obtenemos la demanda residual de la empresa entrante d2 ( ).
El valor de se escoge de tal forma que la curva de demanda residual sea
tangente a la curva de coste medio de la empresa entrante C2. El valor del precio
resultante de esta estrategia se llama precio límite.

181
Figura 7.12: El equilibrio del precio limite

La estrategia de la capacidad excedente.

Es una de las estrategias más habituales de las empresas industriales para


protegerse de los futuros competidores. El exceso de capacidad instalada en las
empresas activas es una amenaza a la entrada de nuevas y, por lo tanto, aumenta la
prudencia de las potenciales competidoras. Cuando las empresas establecidas
tienen una capacidad excedente frenan la entrada de los competidores potenciales,
ya que el exceso de capacidad representa una fuerte amenaza de competencia en
precios después de la entrada de nuevas empresas.

Suponemos un modelo con los siguientes supuestos iniciales:

A) No existen barreras a la entrada de empresas en el mercado.

B) La industria cuenta con una única empresa activa que tiene una capacidad
productiva de K unidades de producto.

C) La función de producción utiliza dos factores: el capital y un factor variable.


Los costes de capital son constantes para cada unidad de capacidad instalada r.

182
Los costes variables o de funcionamiento también son constantes para cada
unidad de producto, c.

D) Cuando la empresa utiliza toda su capacidad instalada, los costes medios de


producción son iguales a r+c.

E) Cuando la empresa no utiliza toda su capacidad, los costes de capital se


distribuyen entre un número menor de unidades y dan lugar a unos costes medios
más elevados.

Las nuevas empresas pueden acceder a la misma tecnología que la


empresa establecida, de manera que si después de materializar la entrada utiliza al
completo su capacidad de producción los costes medios serán r+c. No obstante,
después de entrar las nuevas empresas esperan represalias por parte de la única
empresa de la industria. Esperan que la empresa activa opere en plena capacidad
después de irrumpir en el mercado nuevos rivales.

La empresa establecida toma dos decisiones que tienen como objetivo, a


largo plazo, impedir la entrada de nuevas empresas y, a corto plazo, conseguir los
máximos beneficios posibles:

1) Para una demanda DD la empresa activa determina una capacidad instalada K,


de manera que no quede suficiente demanda residual para aquellas empresas que
intenten entrar.

2). Después de determinar la capacidad instalada que impide la entrada de nuevos


rivales, la empresa se comporta como un monopolista y fija el volumen de
producción que iguala el ingreso marginal al coste marginal.

El obstáculo a la entrada de nuevas empresas mediante la inversión en


capacidad excedente persigue impedir la entrada de futuros rivales pero tiene un
coste para la empresa establecida. Aunque la empresa se comporte como un
monopolista, obtiene unos beneficios inferiores, ya que debe asumir el coste de la
capacidad instalada ociosa. Un monopolista establecería una capacidad de la
planta igual al volumen de producción de manera que determinaría un volumen de

183
producción qM que iguala el ingreso marginal al coste marginal a largo plazo,
c+r.

En cambio, la empresa que utiliza la capacidad instalada como


impedimento a la entrada de los rivales incurre en unos costes adicionales por la
capacidad de la planta no utilizada. Después de determinar la capacidad instalada
en K unidades, aunque actúe como un monopolista y fije el volumen de
producción de manera que el coste marginal iguale al ingreso marginal, los
beneficios obtenidos son inferiores a los que obtendría sin capacidad excedente.
Tal como vemos en la siguiente gráfica el monopolista determinaría un precio
pM, mientras que la empresa con capacidad excedente establece un precio
inferior, p1.

Figura 7.13: El equilibrio y los costes para la incumbente de la instalación de capacidad


excedente

184
El modelo presenta algunos problemas:

A) El rival potencial espera que la empresa utilice toda la capacidad instalada


después de producirse la entrada en el mercado. Si los costes en la construcción de
la planta son irrecuperables, en el caso de producirse la entrada el mercado se
transforma en un duopolio formado por dos empresas con capacidad excedente.
En este escenario es difícil que la empresa establecida decida hacer efectiva su
amenaza ya que daría lugar a una guerra de precios. Es más fácil que las dos
empresas lleguen a un acuerdo de precios y que ambas mantengan una parte de su
capacidad excedente como estrategia para la entrada de futuros competidores.

B) Si el rival potencial interpreta que la empresa establecida no hará efectiva la


amenaza de operar en plena capacidad, los obstáculos a la entrada de nuevas
empresas se reducen mucho. La estrategia de la capacidad excedente depende, en
último término, de las expectativas de las nuevas empresas sobre la reacción de la
empresa establecida.

C) Por otra parte, en la estrategia basada en la capacidad excedente hemos


adoptado el supuesto de que la nueva empresa, cuando entra, lo hace con una
capacidad elevada. Sin embargo, a menudo las nuevas empresas que deciden
entrar en un mercado lo hacen con una escala reducida. La entrada en pequeña
escala permite a las nuevas empresas incurrir en un menor volumen de costes no
recuperables vinculados a la capacidad instalada, despierta menos suspicacias en
las grandes empresas del mercado y reduce los costes de salida en caso de fracaso.

Entrada en pequeña escala.

Suponemos que un mercado tiene demanda D. Inicialmente sólo hay una


empresa en el mercado. La capacidad instalada es elevada, suficiente para
satisfacer toda la demanda.

Suponemos que una segunda empresa decide entrar en el mercado. Por


hipótesis esta segunda empresa tiene un coste marginal superior al de la instalada
c2 >c1. Luego, cualquiera que sea la capacidad instalada, la segunda empresa
estará siempre en desventaja con respecto a la empresa instalada.

185
Supongamos inicialmente que la empresa 2 instala una capacidad elevada,
suficiente para cubrir toda la demanda. Suponemos además que la competencia
entre empresas, una vez tomadas las decisiones de capacidad instalada, se hace
por medio de los precios.

Figura 7.14: Equilibrios en la entrada en pequeña escala

En este caso, el equilibrio después de la entrada es que la empresa


instalada fije un precio ligeramente inferior a c2, capturando toda la demanda.
Luego al entrar con capacidad elevada, la empresa 2 tiene un beneficio nulo y esto
porque induce a la empresa instalada a reducir su precio como reacción a la
entrada.

Pero si la empresa 2 entrase con una capacidad baja K2, la empresa


instalada tendrá dos estrategias. Una, como antes, es fijar un precio ligeramente
inferior al coste marginal de la empresa rival. En este caso recibe toda la demanda
y un beneficio reflejado en las áreas C+D+E. Sin embargo, hay una segunda
estrategia que consiste en tomar la capacidad de la empresa 2 como un dato y

186
comportarse como una empresa dominante. La demanda residual será d1(K2). El
ingreso marginal que corresponde a esta demanda residual es IMa(K2) por lo que
el precio óptimo es . El beneficio de la empresa es, entonces, el área
A+B+C+D.

Proliferación de variedades.

Suponemos un mercado compuesto por consumidores situados


uniformemente en un segmento. El precio fijado por cada empresa es el mismo
pi=pj=p. La elección de los consumidores se hace en función de la localización de
las empresas: cada consumidor elige al vendedor más próximo. Si dos vendedores
se situasen en el mismo lugar, entonces cada vendedor recibe la mitad de la
demanda que recibiría uno sólo en ese lugar. Por otro lado, la variable estratégica
de cada empresa se reduce a la localización de los puestos de venta.

Suponemos que la elección de localización se da de modo secuencial: la


primera empresa, la ya instalada, se sitúa en el lugar que quiere, i; después, la
segunda empresa (entrante) sabiendo donde se ha puesto la primera, elige su
localización.

El único equilibrio de Nash posible es que i=j=1/2. De hecho, si la primera


empresa eligiese i#1/2, su cuota de mercado sería inferior a ½ porque la empresa 2
se situaría pegada a la primera por su izquierda o su derecha.

Supongamos que la primera empresa tiene la posibilidad de escoger más


de una variedad antes de que la segunda empresa tome una decisión. Para que el
modelo tenga sentido hay que suponer que elegir una nueva variedad tiene un
coste hundido F, que cumple pq/4<F<pq/2. Si la primera empresa escoge sólo una
variedad, entonces su elección óptima es i=1/2 como antes. El beneficio en
equilibrio es pq/2-F>0 para las dos empresas suponiendo que los costes variables
sean nulos.

La primera empresa dispone ahora de una estrategia mejor: escoger dos


variedades, localizadas en i=1/4 e i=3/4. En este caso, la segunda empresa
decidirá no entrar porque el máximo beneficio que podría obtener sería pq/4-F<0.
La primera empresa consigue un beneficio de pq-2F que es mayor que el que tenía

187
cuando elegía una variedad pq/2-F. Tenemos, en consecuencia, una situación en la
que se busca la proliferación de variedades como una barrera de entrada.

Ejemplo: Supongamos una ciudad lineal de Hotelling de longitud 1, con 1


consumidor y costes fijos F=3/8. Hay una empresa monopolística y una potencial
entrante, los precios son determinados exógenamente y los costes de producción
son iguales a cero. Las dos empresas juegan un juego en dos etapas. En la primera
etapa, la incumbente decide cuántas y qué marcas introducir. En la segunda la
entrante, habiendo observado la elección de la incumbente, considera la
posibilidad de entrar.

Si inicialmente la incumbente introduce un único producto,


independientemente de su localización, la entrante puede también entrar y obtener
beneficios positivos pues se repartirían el mercado por la mitad. Cada una
ingresaría 1/2 y obtendría unos beneficios de 1/2-3/8=1/8.

Si la incumbente decide seguir una estrategia de proliferación de marcas,


puede impedir la entrada introduciendo dos productos en las localizaciones 1/4 y
3/4. La longitud máxima para la entrante sería 2/8 con lo que su beneficio sería
2/8-3/8=-1/8. Si impide la entrada la incumbente tendrá unos beneficios de 1-
6/8=2/8=1/4.

Ahora bien, la situación es diferente si los costes de la incumbente,


tanto de implantación como de producir una segunda variedad no son hundidos.
En ese caso, la entrante podría hacerlo y colocarse a la izquierda de 1/4. En ese
caso la incumbente si sigue ofreciendo las dos variedades tendrá unas ventas de
3/4 (correspondientes a la longitud del intervalo) y unos costes de 2*3/8=3/4. Es
decir ganaría beneficios iguales a cero. Puede, sin embargo, cesar de producir en
1/4 y producir sólo en 3/4, con lo que tendría la mitad del mercado y ganaría 1/2-
3/8=1/8. La entrante anticipando que la incumbente maximizará beneficios si cesa
de producir si entra, lo hará así y tendrá, después de la salida de la incumbente,
unos beneficios iguales a 1/8.

Sin embargo si los costes de la incumbente son hundidos tendrá que


soportarlos aunque deje de producir con lo que tendría unos beneficios negativos

188
de 1/2-3/4=-1/4. Por tanto, si los costes son hundidos, la amenaza de la
incumbente se vuelve creíble para la entrante y ésta no intentará dicha entrada.

7.7. La publicidad como barrera de entrada

Interpretamos el concepto de publicidad muy ampliamente como un


término genérico para todo tipo de gastos de ventas variando desde anuncios en
televisión hasta obsequios promocionales. La característica de tal clase de gastos
es que es una inversión diseñada para aumentar la demanda para todos los
productos de una empresa. La publicidad afecta a los costes y la demanda y
analizamos su papel como barrera de entrada desde los dos puntos de vista.

La publicidad es un activo extremadamente intangible o un genuino coste


hundido. Como tal puede ser bastante difícil conseguir capital para financiar una
campaña diseñada para entrar en una nueva industria. Un banco que financia una
nueva fábrica puede pedir seguridad (en forma de préstamo hipotecario) para
prestar debido a la posibilidad de fracaso de la nueva empresa. El capital
publicitario no tiene tal salvaguarda. ¿Quién desea comprar de segunda mano una
campaña de publicidad fallida? Así, la financiación de la publicidad es o bien un
gasto para cubrir el mayor riesgo del prestatario asociado con la bancarrota o no
está disponible. De esta forma, la publicidad es probable que aumente las
desventajas absolutas en costes de las empresas entrantes.

Aunque la publicidad puede aumentar la demanda, una subida en el output


no requiere una subida en publicidad. En lo que a las decisiones de output
concierne, por tanto, la publicad es un coste fijo y, por tanto, introduce una fuente
adicional de economías de escala. Por ejemplo, si nuevas entrantes tienen que
igualar la publicidad de las instaladas para tener un punto de apoyo en el mercado
o incluso si sólo tienen que igualar una proporción de la publicidad de la instalada
esto puede crear una barrera de entrada. Tal barrera puede ser inocente por
conducta maximizadora del beneficio o puede ser estratégica explotando
posiblemente una introducción de barreras de economías de escala en un mercado
cuando los costes de producción son constantes. También hay economías de
escala por la psicología y la tecnología de la publicidad en sí misma. En lo
psicológico se da a menudo el caso de que los consumidores tienen que recibir

189
varios anuncios antes de darse cuenta realmente de que existe un producto,
registrar su nombre en su mente e intentar su compra. Tal umbral significa que
una empresa no puede hacer publicidad sólo una vez e intentar atraer una séptima
parte de los clientes conseguidos por una empresa que haga publicidad siete días a
la semana. Por supuesto, los rendimientos decrecientes deben considerarse cuando
se ha convencido a la gente o debe proponerse en un sector del mercado o los
medios de comunicación que llegue a menos gente pero esto puede ocurrir sólo a
niveles muy altos de gasto. En el frente tecnológico, puede haber economías de
escala en la producción de publicidad. Puede haber economías monetarias pues se
producen elevados descuentos por la compra de páginas completas de publicidad
en los periódicos, contratar 60 segundos de televisión en lugar de 10 segundos, y
descuentos por la habitual repetición de los anuncios. Las economías no
monetarias incluyen los costes de investigación, planificación y filmación del
material publicitario. Finalmente, escalas mayores permiten un cambio de medios
de audiencia baja a medios de audiencia alta y es posible que esto último implique
un menor coste por cliente conseguido.

La publicidad crea un stock de clientes que las potenciales entrantes


encuentran difícil de alcanzar. Así, la publicidad se puede ver como un activo de
capital acumulado en el pasado y recogiendo recompensas como una barrera de
entrada en el presente.

7.8. Entrada y salida en mercados competitivos.

La evidencia empírica con respecto a los mercados competitivos no es


consistente con la descripción del proceso de entrada, salida y convergencia al
equilibrio a largo plazo.

1) Incluso en el largo plazo se encuentran diferencias significativas entre los


costes medios de las empresas; y, al mismo tiempo también las empresas reciben
beneficios extraordinarios en el largo plazo; es decir, beneficios que no se
destinan a la remuneración de los factores productivos.

2) El proceso de variación del número de empresas se caracteriza por una enorme


volatilidad: normalmente, en cada período, hay entrada de un gran número de
empresas y simultáneamente, la salida también de un gran número de empresas.

190
Por todo lo anterior resulta conveniente diseñar un modelo ligeramente
diferente al clásico de competencia perfecta. Es el denominado modelo de
información imperfecta, aprendizaje y selección.

En dicho modelo suponemos que cada empresa está caracterizada por un


parámetro, ν, negativamente relacionado con su eficiencia en la minimización de
los costes. Es decir, cuanto mayor sea ν, mayores son los costes de la empresa,
ceteris paribus. Concretamente supongamos que el beneficio de una empresa del
tipo ν en el período t es:

B(q,ν,t)= ptqt -C(qt)(ν+εt)

donde εt es un error aleatorio en la productividad de la empresa. Por hipótesis el


valor de εt tiene media nula y es independiente entre empresas y entre períodos.

La característica fundamental de este modelo es la hipótesis de que cada


empresa desconoce el valor exacto del parámetro de eficiencia, ν. Sólo se conocen
las distribuciones de ν y de εt. En cada período, cada empresa observa el valor de
= ν+εt , lo que le permite obtener una mejor estimación del valor de ν.

El mecanismo del modelo es: Al comienzo de cada período, cada empresa


decide entrar, mantenerse inactiva, salir o mantenerse activa según el caso.
Seguidamente, las empresas activas escogen la cantidad que van a producir.
Suponiendo que es la estimación que la empresa hace de su valor de ν, el valor
óptimo de qt satisface:

Max ptqt -C(qt)

Para ser consistente con la hipótesis de competencia perfecta, suponemos


que el valor de pt es constante. De este modo, la condición de primer orden es

pt =CMa(qt) o considerando la función inversa qt=Г(pt/ ).

Suponemos, tal como en un mercado competitivo, que CMa(qt) es una función


creciente por lo que Г( ) es una función creciente. Concluimos que qt es una
función decreciente de la estimación de ν es decir de .

191
El modelo nos indica que hay diferencias entre la rentabilidad de las
empresas. Diferencias que provienen de las diferencias de eficiencia,
parametrizada por ν, entre las diferentes empresas. Además diferentes valores de
indican diferentes valores de qt. Empíricamente se encuentra una distribución
con un gran número de empresas pequeñas y un pequeño número de empresas
grandes.

El modelo explica, además, la volatilidad del proceso de entrada y salida


de empresas.

Consideremos la toma de decisiones de una empresa activa. La empresa


seguirá activa mientras el valor esperado futuro de su beneficio sea positivo. Se
demuestra que, en condiciones relativamente generales, entre el conjunto de
empresas de edad n, el valor esperado futuro de los beneficios es una función
decreciente del valor esperado de ν. Luego existe un valor critico de que
llamaremos por encima del cual la empresa activa de edad n sale del mercado
pues sus beneficios son negativos. Algo semejante ocurre con las empresas
inactivas, con la diferencia de que debido a los costes irreversibles de entrada, el
valor critico de , llamado ahora , es inferior.

De este modo, para que en un periodo determinado haya simultáneamente


entrada y salida de empresas basta que < para algunas de las empresas
inactivas y > para algunas de las empresas activas.

Suponiendo que no hay grandes variaciones en de período en período y


teniendo en cuenta que qt es una función decreciente de se cumple que las
empresas que salen deben ser las de menor dimensión. Como consecuencia de
ello, la dimensión media de las empresas supervivientes debe aumentar con la
edad.

Como a medida que pasa el tiempo las empresas mejoran en el


conocimiento de su eficiencia, la dispersión de las dimensiones de las empresas
deben aumentar con la edad y las tasas de variación (qt+1 - qt ) / qt , deben
converger a cero.

192
Analizamos, además, las tasas de contingencia. Es decir, la probabilidad de
que una empresa salga del mercado después de n períodos, suponiendo que ha
estado activa hasta ese momento.

Esas tasas de contingencia deben ser decrecientes, por lo menos a partir de


un cierto valor de n. La idea es que, a medida que pasa el tiempo, disminuye el
valor medio de para los supervivientes luego la probabilidad de que >
disminuye también. Sin embargo, para valores bajos de n es posible un efecto
contrario. Supongamos que en el primer período de vida, la empresa recibe una
señal muy negativa sobre su eficiencia de manera que es muy alto ¿Deberá salir
la empresa?

Un posible razonamiento es que como hay costes irreversibles de entrada y


la varianza en la estimación de es muy alta, lo mejor sería esperar algún período
más. A medida que los primeros períodos pasan, la persistencia de un valor alto de
llevaría, ahora sí, a la decisión de salir. Por este motivo, es admisible que las
tasas de contingencia sean crecientes durante los primeros períodos de una
generación dada.

Aprendizaje pasivo y activo.

En el modelo anterior cada empresa estaba dotada de un parámetro de


eficiencia, ν; la estrategia de la empresa consiste en mejorar con la experiencia la
estimación y en tomar decisiones de entrada, salida y cantidad sobre la base de
esa estimación. Es un modelo de aprendizaje pasivo.

Sin embargo es posible un modelo de aprendizaje activo en el que la


eficiencia es endógena a la actividad de la empresa debido a inversiones
productivas o investigación o desarrollo.

Se comprueba en la investigación empírica que el modelo de aprendizaje


pasivo es adecuado para los sectores de comercio al por menor mientras el de
aprendizaje activo lo es para los sectores industriales.

193

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