La planificación estratégica actúa como una guía para el éxito
tu negocio. Este proceso ayuda a definir metas y, en base a
ellas, determinar un camino para cumplir tus objetivos. Se ve bien, ¿verdad? Y lo mejor es que cualquier empresa puede beneficiarse, independientemente del tamaño o tipo de industria. ¿Cómo hacer una buena planificación estratégica? Cuando comprendes cómo funciona la planificación estratégica y qué se necesita para ponerla en práctica, el proceso se vuelve muy simple. Con eso en mente, te comparto estos 11 Tips para guiarte en el proceso. 1. Define el objetivo. En primer lugar, pregúntate a dónde quieres llegar. El objetivo podría ser, ¿aumentar la productividad de la fábrica? ¿Generar más beneficios para la oficina? ¿Expandir la cadena de tiendas? Necesitas saber qué quieres hacer para entender cómo hacerlo, es decir, qué recursos se utilizarán en la tarea. En mi experiencia, es muy relevante y enriquecedor involucrar a su equipo y/o colaboradores en este proceso. El dueño o gerente de la empresa puede tener una buena idea de cómo funciona el mercado, pero son los equipos operativos los que conocen en profundidad sus demandas: cuánto cuesta el equipo, cuánto material se necesita, qué valoran más, etc. 2. Establece un cronograma. El cronograma sirve como herramienta para una buena planificación. Con él, puedes definir el tiempo que se invertirá hasta que el esfuerzo produzca sus resultados. Por ejemplo: digamos que tu objetivo es abrir un nuevo punto de ventas. Para ello, debes buscar un lugar para instalar la tienda, luego comprar insumos, contratar y capacitar a la gente, instalar sistema, etc. Un paso depende del otro, por lo que cada uno debe completarse en un plazo definido, con un plazo máximo de entrega. 3. Hágase asesorar. Si nadie de su equipo tiene mucha experiencia en planificación estratégica, vale la pena recurrir a un servicio profesional. Las consultorías ofrecen soluciones enfocadas a las necesidades del cliente. Es dinero bien invertido. La experiencia y mirada de un externo siempre ayuda a identificar demandas y puntos de mejora para tu negocio. Así, las urgencias de la empresa se hacen más evidentes, lo que ayuda tanto en el desarrollo de metas como en la definición de acciones que generen un buen retorno. 4. Utilice un software para hacer seguimiento. No basta con planificar. También debe monitorear la ejecución de las tareas para ver si los resultados son los esperados. Un buen software puede ayudar con esta tarea y ahorrar mucho tiempo a tu equipo. Entre varios clientes, esto fue lo que hizo la empresa Alta Tecnología Medica S.A. en Santiago de Chile. Implementó el software Scopi para hacer diagnósticos y monitorear el curso de las actividades. Gracias al uso de métricas e indicadores de desempeño, la gestión empresarial se ha vuelto más efectiva y eficiente. 5. Analizar el entorno externo. Organice una reunión de planificación estratégica para comprender el entorno externo. Estamos hablando del mercado, los competidores y la propia sociedad. Pregunte al grupo: ¿Cuáles son las principales amenazas para su industria? ¿Hay oportunidades de innovación o crecimiento en este escenario? Deje que el pensamiento fluya libremente. Los participantes deben dar su opinión mediante lluvia de ideas, sin filtros ni juicios de valor. A veces los mejores proyectos surgen de los comentarios más inesperados. Todas las ideas son buenas, unas mejores que otras. 6. Analizar el entorno interno. Ahora es el momento de mirar hacia adentro. En la próxima reunión de planificación estratégica, el equipo debe reflexionar sobre las fortalezas y debilidades de la organización. Esta autocrítica es fundamental para que puedas corregir errores en el futuro. Por ejemplo, alguien podría decir que los costos de producción o logísticos son muy altos, lo que dificulta la expansión de la empresa. En ese caso, los planes deben proporcionar formas de reducir los costos y/o gastos. El solo hecho de realizar este trabajo con tu gente ya se puede identificar como un punto positivo generando un sentido de unidad y de alineamiento en como nos vemos. Por lo tanto, se debe fomentar y reforzar el ambiente de trabajo positivo y en equipo. 7. Determinar la filosofía organizacional. La filosofía organizacional es una forma de mantener al equipo en alienado y en sintonía. Refleja el propósito de la empresa, lo que motiva que nos levantemos todo los días con una actitud positiva y con ganas de dar lo mejor de cada uno para contribuir al logro de los objetivos de la empresa y al mismo tiempo, los propios. Este propósito será descrito por misión, visión y valores. La misión significa la razón de ser de la empresa (¿qué beneficio aporta al mundo?). La visión se refiere a largo plazo (¿cómo se verá dentro de cinco o diez años?). Los valores son los principios que orientan el trabajo (ética, responsabilidad, calidad, entre muchos otros). 8. Construya su mapa estratégico. Con una filosofía sólida, su empresa puede establecer objetivos estratégicos. Se trata de conceptos algo genéricos, como "sostenibilidad" o "crecimiento". El mapa estratégico ayuda a transformar estas ideas abstractas en planes y acciones concretas. El modelo de mapa más utilizado y consolidado en el mercado es el de Cuadro de Mando (Balance Scorecard) que se divide en cuatro perspectivas: finanzas; clientes y mercado; procesos internos; capital humano. Haz un diagrama de las cuatro perspectivas identificando tus estrategias para cada una de ellas y luego, dentro de cada una, enumera cuáles serán los proyectos o acciones que deberás realizar para lograr tus objetivos estratégicos. 9. Establezca métricas. Las métricas y los indicadores de desempeño tienen la función de medir los resultados. Ahora bien, no tiene mucho sentido definir un objetivo y poner en práctica una acción, si no está seguro de que el resultado fue beneficioso, ¿verdad?. Recuerde: todo lo que se mide mejora. Digamos que su intención es transformar la empresa en una organización ambientalmente sostenible. En esta situación, hay muchas formas de identificar el impacto. La disminución del consumo eléctrico, la reducción de residuos, huella de carbono y la adopción de envases reciclables son indicadores duros y medibles de que la propuesta está funcionando. 10. Defina un plan de acción. Ya hemos hablado de un cronograma, un mapa y métricas, pero el siguiente punto puede ser la parte principal de la planificación estratégica: el plan de acción. En general, define cómo hacer algo. Recuerde: Una visión sin un plan de acción para lograrla, es solo un sueño. ¿Cuáles son los materiales y equipos requerido para desarrollar la actividad? ¿será necesario desarrollar un nuevo procedimiento?, ¿quién será el responsable por hacer este trabajo?, ¿se requiere capacitación?, ¿cuánto tardaremos en realizar esta actividad?. El plan de acción no es más que un detalle de estas preguntas. 11. Acompañe los resultados. Reiterando lo dicho en el Tip 4, es necesario crear una rutina de seguimiento. El plan puede parecer perfecto en teoría, pero cuando se trata de ejecución, aparecen algunos obstáculos. Quizás las tareas sean más complicadas de lo inicialmente previsto, o la realidad del mercado cambia tanto que requiere ajustes. Por esta razón, es importante crear el hábito de las reuniones de evaluación mensuales por parte de la gerencia/directorio. También a nivel operacional, las clásicas reuniones semanales evaluación de los lunes con los equipos de trabajo, también son fundamentales. Para finalizar, la planificación estratégica debe verse como un proceso sistémico. Cuando los esfuerzos no garantizan el retorno esperado, se debe cambiar de ruta. Por ende, se hace necesario observar los indicadores y corregir las fallas en la ruta. Esto asegura que el destino de la empresa sea siempre el éxito. Ahora que comprendes cómo implementar la planificación estratégica, ¿qué tal encontrar una solución para mejorar los resultados de su negocio?