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Bautismo – Confirmación

TEOLOGÍA-UNICERVANTES 2020

BAUTISMO Y CONFIRMACIÓN

INTRODUCCIÓN: CONCEPTOS BÁSICOS

1. SACRAMENTO

- Es muy conocida la definición de sacramento como signo sensible de una realidad


invisible. En ella está la influencia de san Agustín.

- La vida litúrgica de la Iglesia gira en torno a los sacramentos (SC 6).

- Antes de la palabra latina Sacramentum hay que tener en cuenta que en griego se
usaba la expresión Mysterion (Oriente cristiano):

Mysterion indica acciones salvíficas, especialmente figuras (typoi), acontecimientos y personas


veterotestamentarios de carácter tipológico, que aluden al futuro cumplimiento en Jesucristo;
especialmente en los alejandrinos indica también las verdades de la religión cristiana que se refieren
a la actuación de la salvación en Cristo; en fin, sirve habitualmente también para indicar los
sacramentos. Misterio es el concepto que abarca tanto la acción salvífica (de Dios en Cristo) como
su representación cultual. Por tanto, ahora indica a Cristo, tal y como él y su obra salvífica han sido
preanunciados en el AT, su vida y su muerte para salvación nuestra; luego, la actualización de todo
esto en la Iglesia y en sus ritos salvíficos.1

La
Acción Prefiguraciones
CRISTO es el La obra de la Su vida y actualización
salvífica de del AT
Misterio redención muerte en la Iglesia y
Dios (Plan) (Tipo).
los ritos

- Desde la teología de Odo Casel hemos podido redescubrir que la gran característica
de los misterios (ritos) es hacer presente la obra de la salvación.

- De los ritos cultuales a los que se refiere el término mysterion, sobresalen los ritos de
iniciación, sobre todo aquellos que realizaban las religiones mistéricas paganas. Se
puede decir que esta compresión de los misterios en estas religiones repercutió de
alguna manera en los ritos para la iniciación de los nuevos cristianos.

- Las primeras versiones en latín de la Escritura comenzaron a traducir la palabra griega


Mysterion como sacramentum, aunque no refiriéndose a ritos sino a acciones
salvíficas manifiestas. También mantendrán el término griego latinizado: Mysterium.

- «Sacramentum dice relación, en su etimología, al campo semántico de lo sagrado,


expresando bien el medio que consagra, la realidad consagrada o la misma acción de

1
Cf. B. NEUNHEUSER, «Misterio», en Nuevo Diccionario de Liturgia, 1322.

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consagrar, con un sentido también público y jurídico. Llegó a ser la expresión técnica
del juramento que los soldados hacían para incorporarse a la milicia».2

- Tertuliano (+225) será el primer escritor cristiano que generaliza la palabra


sacramentum para aplicarla a los ritos cultuales: sacramentum aquae, sacramentum
eucharistiae, sacramentum panis et calicis.

- San Ambrosio (+397), influenciado por los Padres orientales conserva el sentido de
Mysterium como acontecimiento salvífico, en el horizonte de la historia de la
salvación (comprensión más dinámica).

- Hay una tendencia en los autores posteriores: aunque mysterium y sacramentum


podrían ser considerados como equivalentes, se prefiere usar mysterium para las
acciones salvíficas y sacramentum para las acciones de culto.

- Para san Agustín el sacramento es un signo sagrado: «sacramentum, id est, sacrum


signum».3 «Desde el trasfondo del platonismo, Agustín contempla toda lo creado
somo signo, indicio, sombra de la verdadera realidad, que no puede ser aprehendida
directamente. Lo invisible de Dios se capta a través de sus obras, de lo creado; las
cosas divinas, eternas y espirituales son conocidas por medio de lo corpóreo y
temporal».4

- La Escolástica se interesó más por la eficacia de los sacramentos, resaltando que los
sacramentos son signos sensibles que nos sólo significan la gracia, sino que causan
lo que significan.

- Santo Tomás de Aquino hace patente la relación de los sacramentos con la humanidad
encarnada de Cristo: del Verbo encarnado los sacramentos reciben su eficacia. Ellos
son instrumentos de la humanidad divina del Señor.

- Hasta aquí podemos recoger todo lo dicho para comprender que:

o Los sacramentos son presencia de la Trinidad, signos sensibles de la Creación


que son tomados por Dios para actualizar la obra de salvación. Gracias a su
capacidad simbólica (evocar otra realidad más profunda que está relacionada
con lo que el símbolo representa y significa), los sacramentos son Jesucristo
mismo actuando bajo el velo de lo material, de lo sensible, de lo ritual y esto
acontece según la lógica de la Encarnación: lo celestial toma cuerpo en lo
material.

o Los sacramentos todos hacen presente el Misterio Pascual, es decir a Cristo


Muerto y resucitado. Cada sacramento actualiza y hace presente algún aspecto

2
A. FERNÁNDEZ, Teología de los sacramentos (para uso de los alumnos), cap. 3: «Mysterion-Sacramentum.
Las fuentes bíblicas y patrísticas de la teología sacramental», Barcelona: ISLB 2016, 7.
3
SAN AGUSTÍN, La Ciudad de Dios, X, 5.
4
FERNÁNDEZ, Teología de los sacramentos, cap. 3: «Mysterion-Sacramentum», 8.

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del Misterio Pascual (la Última Cena, la muerte, la resurrección, Pentecostés,


etc.) y al mismo tiempo realiza la participación de los seres humanos en este
misterio (ser sepultados y resucitados; recibir el Espíritu Santo, participar del
Divino Banquete, etc.). En realidad, es Cristo mismo dándonos su salvación,
conformándonos con su Pascua y realizando su obra para que participemos de
la divinidad: «lo [...] que era visible en nuestro Salvador ha pasado a sus
misterios».5

- Hay que recordar que la sacramentalidad no se reduce al septenario instituido por


Cristo y que fue ratificado por el Concilio de Trento. Hay un punto de partida que
fundamenta la estructura sacramental de la fe: Cristo es el sacramento primordial y la
Iglesia es sacramento fundamental de Cristo, como prolongación de su Encarnación.
De ella brotan los sacramentos, no sólo los siete grandes, sino una gama más amplia.
Esto se debe a que la sacramentalidad es la capacidad de todos los signos litúrgicos
de remitirnos a realidades celestiales. Por eso la sacramentalidad incluye hasta los
gestos significativos más pequeños que forman parte de toda celebración. También la
sacramentalidad se manifiesta en la Iglesia en aquellas celebraciones que llamamos
“los sacramentales” y que se dividen en mayores y menores.

2. INICIACIÓN (CRISTIANA)

- «El concepto y la realidad de esto que llamamos iniciación (cristiana) funda sus raíces
en la misma antropología y en la estructura social del hombre».6 Iniciación proviene
del latín “in-eo”: entrar dentro de (una asociación).

- El término iniciación expresa un fenómeno humano general. Se trata del proceso de


adaptación, aprendizaje y socialización que cada persona realiza dentro del ambiente
físico, social y cultural y religioso al que pertenece o desea pertenecer, si es el caso.

- Las religiones mistéricas primitivas tenían una iniciación de tipo ceremonial para
entrar en la asociación mistérica, participando de los beneficios y de la salvación y
que deriva de tal ingreso. En el sentido religioso los initia (inicios) eran los ritos que
introducían en una nueva condición (nacía una persona nueva; se moría al pasado).
Es evidente que en esta iniciación se acentúa el carácter ritual-operativo.

- Odo Casel manifiesta que los misterios paganos son como un anticipo de un modelo
de iniciación mistérica que encuentra en el cristianismo su realización. Si negar cierta
influencia de este tipo de iniciación en el cristianismo, «no hay duda de que el camino
catecumenal y la iniciación sacramental, prevista en la Iglesia antigua, presentan
autonomía y originalidad».7

5
SAN LEÓN MAGNO, Sermón 74, 2.
6
M. AUGÉ, L’iniziazione cristiana. Battesimo e Confermazione, Roma: Libreria Ateneo Salesiano 2010, 13.
7
Ibíd., 17.

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La iniciación cristiana de ayer a hoy8

- Guiados por el NT (especialmente Hechos de los Apóstoles y cartas paulinas)


descubrimos que el ingreso en la comunidad de discípulos de Jesús tiene lugar a través
de una transformación que implica pasar del pecado a la vida, del hombre viejo al
hombre nuevo, de las tinieblas a la luz, de la esclavitud de la ley a la libertad de los
hijos de Dios. Y esto se realiza a través de un proceso: anuncio del Kerigma,
conversión y fe, bautismo en el agua y el Espíritu y entrada en la comunidad. En esta
esta etapa apostólica no se usa el término “iniciación”.

- El vocabulario de la iniciación aparece en el siglo II, cuando los apologistas lo


emplean en la polémica con los interlocutores paganos, para defender los ritos
cristianos de la acusación de imitar a las religiones mistéricas. El vocabulario de la
iniciación se consolida en la comunidad cristiana en relación con la llamada
“disciplina de arcano”. Aunque no es muy claro el origen de esta práctica su
fundamento es claro: era la manera de dosificar con prudencia los tiempos de
introducción de los catecúmenos en el conocimiento de la verdad y de los ritos
cristianos, aplazando incluso hasta después del bautismo el conocimiento de las
verdades más importantes. Los Padres estaban convencidos de que se puede
comprender el misterio cristiano después de un largo noviciado y sólo después de
haber hecho la experiencia en los ritos sacramentales (se comprende la fe luego de
experimentarla en los sacramentos).9

- La disciplina del arcano da testimonio de la conciencia que tenía y tiene la Iglesia del
hecho que la fe: don divino, pide al hombre una respuesta personal y laboriosa que él
mismo no está en capacidad de dar si no a través de una lenta y constante educación
y experiencia.

- El vocabulario de la iniciación se difunde en las grandes catequesis patrísticas de los


siglos IV y V, sobre todo con Juan Crisóstomo. En Occidente, con Ambrosio y
Agustín, el uso es más cauteloso. En esta época encontramos dos acepciones de
“iniciación”: la que se refiere a los ritos y la que se refiere a la catequesis.

- En la Edad Media la palabra y el concepto desaparece casi totalmente (debido a la


difusión de la praxis del bautismo de niños). En el siglo XIV-XV, cuando en la cultura
europea se despierta el interés por el mundo antiguo, algunos autores retoman la
terminología de la iniciación sacramental, pero en relación más con el ámbito
histórico y literario que con propiamente teológico.

8
Cf. Ibíd., 18-20.
9
«Desde el momento en que los hicieron dignos de ser vivificados por el santo bautismo, son más capaces de
aprender la verdad divina antes para ustedes escondida porque se esconde a los no iniciados». SAN CIRILO DE
JERUSALÉN, Catequesis mistagógicas, I, 1.

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- Reaparece en seguida en la época moderna, en la cual se entiende sobre todo según


la dimensión de camino gradual hacia los sacramentos. Sobre todo, a finales del siglo
XIX L. Duchesne, en su libro Orígenes del culto cristiano recuperó el término y su
trabajo tuvo tal influencia que la iniciación cristiana se convirtió en punto de interés
para liturgistas y otros teólogos. Entre las causas del resurgimiento está el
movimiento de evangelización misionera, que descubre la necesidad de una vía
acceso a la fe para adultos que se convierten.

- El Concilio Vaticano II y la reforma litúrgica juegan un papel en este proceso de


recuperación del concepto de la iniciación cristiana. Un texto clave como punto de
referencia se encuentra en el decreto Ad gentes:

Los que han recibido de Dios, por medio de la Iglesia, la fe en Cristo, sean admitidos con ceremonias
religiosas al catecumenado; que no es una mera exposición de dogmas y preceptos, sino una formación
y noviciado convenientemente prolongado de la vida cristiana, en que los discípulos se unen con Cristo
su Maestro. Iníciense, pues, los catecúmenos convenientemente en el misterio de la salvación, en el
ejercicio de las costumbres evangélicas y en los ritos sagrados que han de celebrarse en los tiempos
sucesivos, introdúzcanse en la vida de fe, de la liturgia y de la caridad del Pueblo de Dios (AG 14).

Razón de la iniciación cristiana

Al menos tres motivos justifican el hecho iniciático:

- Presupuesto antropológico: el hombre necesita ser acogido en grupo social.

- Analogía con el dato cultural: el hombre, mediante los ritos de iniciación, es


introducido en la comunidad y en la posesión de su patrimonio cultural y religioso.
Esto con el fin de asumir un rol humano efectivo. Por medio de los ritos se asume un
nuevo y real modo de ser.

- Exigencia propia del cristianismo: el dato cristiano es histórico-salvífico, tiene su


fundamento en la economía de la salvación. Dios se ha revelado y ha revelado el plan
de salvación. Esta pedagogía encuentra respuesta en la naturaleza del hombre por
medio de la fe. Creer no es un acto automático sino progresivo. La fe cristiana tiene
un carácter personal, sacramental, eclesial y temporal y en estas dimensiones requiere
un proceso de inmersión.

Unidad teológica de los sacramentos de iniciación cristiana10

- En la antigüedad, la cuestión sobre la unidad de estos sacramentos no existía. Se vivía


sin teorizarla. Los tres sacramentos se comprendían como una gran celebración. En
los últimos tiempos se ha redescubierto esta unidad, pero es necesario conservarla,
consolidarla y profundizarla.

10
AUGÉ, L’iniziazione cristiana, 20-23.

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- Bautismo-Confirmación-Eucaristía han de considerarse un solo conjunto


sacramental, forman, en efecto, una unidad teológica y no solo celebrativa sino como
las tres fases de un mismo misterio. Tertuliano y san Agustín nos dan claves para que
contemplemos la unidad de la iniciación sacramental, tal y como se comprendía en la
época patrística:

Se lava la carne para que se purifique el alma, se unge la carne para que el alma se consagre, se signa la
carne para que el alma se santifique, se cubre la carne con la imposición de las manos para que el alma
sea iluminada por el Espíritu, se alimenta la carne con la sangre y el cuerpo de Cristo para que el alma
sea saciada de Dios. 11

Con anterioridad también vosotros erais como molidos con la humillación del ayuno y el rito del
exorcismo. Llegó el bautismo y el agua: habéis sido amasados para obtener la forma de pan. Pero no
existe aún el pan si no hay fuego. ¿Qué significa, pues, el fuego, esto es, la unción con el óleo? El óleo,
que alimenta el fuego, es efectivamente signo sagrado del Espíritu Santo […] Llega, pues, el Espíritu
Santo -al agua sigue el fuego- y os convertís en el (único) pan que es el cuerpo de Cristo. Y, por ello, en
cierto modo se significa la unidad.12

- En el siglo XIII, época en la cual la unidad sacramental de la iniciación cristiana ya


se ha dividido, Tomás de Aquino la ratifica en el plano teológico, afirmando que el
niño bautizado es justificado y santificado debido al deseo (votum) de la madre Iglesia
de llevarlo un día a la mesa eucarística.13

- No se es cristiano a pleno título hasta que no se reciban los tres sacramentos. Los tres
se encargan de llevar a los fieles a la madurez cristiana. Los tres sacramentos insertan
al hombre en el misterio de Cristo, haciéndolo participar del misterio del evento
salvífico de su pascua, pero progresivamente y en modo diverso: en modo inicial en
el Bautismo-Confirmación, plenamente en la Eucaristía; una sola vez en los dos
primeros, repetidamente en el tercero.

- La Eucaristía no es sólo sacramento de iniciación sino el sacramento de los iniciados,


fuente y culmen de la vida cristiana. Dicho con otras palabras, la vinculación con el
evento de la pascua – sacramentalmente mediado por la Eucaristía – solo se hace
posible gracia a aquel nacimiento del agua y del Espíritu, a través del cual Dios, de
una vez para siempre y de manera irreversible habilita al hombre para entrar en el
Misterio Pascual.

- La iniciación cristiana comporta un antes y un después que forma una sola realidad
con los ritos sacramentales. La iniciación cristiana ha de considerarse como un
proceso formativo que pide la etapa sacramental para llegar a ser cristianos:

Desde los tiempos apostólicos, para llegar a ser cristiano se sigue un camino y una iniciación que consta
de varias etapas. Este camino puede ser recorrido rápida o lentamente. Y comprende siempre algunos
elementos esenciales: el anuncio de la Palabra, la acogida del Evangelio que lleva a la conversión, la

11
TERTULIANO, De resurrectione mortuorum, 8,3.
12
SAN AGUSTÍN, Sermón 227, 1.
13
SANTO TOMÁS DE AQUINO, Suma Teológica, III, q. 73, a. 3; q. 9, a.

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profesión de fe, el Bautismo, la efusión del Espíritu Santo, el acceso a la comunión eucarística (CCE
1229).

- El acceso al misterio de Cristo, realizado a través de la iniciación sacramental,


comporta al neófito el abrirse de los ojos de la fe, es decir, la introducción en un nuevo
y profundo mundo de conocimiento; un conocimiento que no se reduce al mundo
intelectual, pero que se configura como experiencia del “misterio”, simultáneamente
celebrado y contemplado.

- La incorporación a Jesucristo y a la Iglesia implican un proceso en el cual el momento


sacramental aparece como un elemento originario y constitutivo, pero que no se reduce
al momento sacramental. No se tiene una verdadera iniciación si no se hace una
experiencia consciente y progresiva de la fe.

Catecumenado

- Es una institución típica del cristianismo -al menos en su organización completa- para
acoger y formar en la fe; es la respuesta de la Iglesia a los adultos en busca de diálogo
en la perspectiva de su ingreso mediante el bautismo, para la verificación de su
voluntad de conversión como momento experiencial de vida cristiana.

- Ha conocido variaciones y adaptaciones a lo largo de los siglos según las situaciones


socioculturales.

- El catecumenado puede comprender tres momentos:

o Una instrucción bien organizada, de carácter bíblico, dogmático y moral.


o Celebraciones particulares (oración, ayunos, exorcismos, escrutinios).
o Actividades caritativas.

- Se exige la intervención de la Iglesia como comunidad de creyentes. Engloba por eso


unos componentes constitutivos: la palabra, la experiencia, litúrgica y la experiencia
de vida cristiana en comunidad. Al catecúmeno se le considera ya cristiano, si bien
es distinto del ya bautizado.

- El catecumenado le permite a la Iglesia desempeñar su rol materno para la gestación


de nuevos hijos.

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