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Tratado de la Eucaristía:

Intellectus Fidei VIII


La Comunión o el uso del Sacramento
S.Th. III, Q. 80
División del Tratado sobre la Eucaristía

• La Eucaristía como SACRAMENTO (Q. 73-82)


• Existencia (Q. 73)
• Esencia (Q. 74-82)
• Constitutiva (Q. 74-78)
• Materia (Q. 74-77)
• Remota, el pan y el vino (Q. 74)
• Paso a la próxima:
• In fieri, la Transubstanciación (Q. 75)
• In facto esse, Presencia Real (Q. 76)
• Próxima, los accidentes (Q. 77)
• Forma (Q. 78)
• Consecutiva (Q. 79-82)
• En sí misma (Q. 79)
• En su uso (Q. 80-82)
• Uso (Q. 80)
• Uso en la Última Cena (Q. 81)
• Ministro (Q. 82)

• La Eucaristía como SACRIFICIO (Q. 83)


Tratado de la Eucaristía: Uso del Sacramento

¿Hay dos modos de tomar el Cuerpo de Cristo,


uno sacramental y otro espiritual?
S.Th. III, Q. 80 a.1
S.Th. III, Q. 80 a.1

Sed Contra

• Sed Contra:  al comentar aquellas palabras de 1 Cor


11,29: “Quien come y bebe indignamente”, etc., dice
la Glosa: “Hay dos modos de comerle: uno
sacramental, y otro espiritual”.
S.Th. III, Q. 80 a.1

Respuesta

• Respondo:  En la recepción de este sacramento hay


que considerar dos cosas, a saber:
– el mismo sacramento y
– su efecto, (Q.73-79).
• Pues bien, el modo perfecto de recibirlo es cuando
uno lo recibe de tal manera que recibe también el
efecto.
S.Th. III, Q. 80 a.1

Respuesta

• Ahora bien, acontece algunas veces, como se ha


dicho más arriba (Q.79, a.3.8), que uno es impedido
de recibir el efecto de este sacramento, y tal
recepción es imperfecta.
• Y, como lo perfecto se contrapone a lo imperfecto, así
• la recepción sacramental, en la que sólo se recibe el
sacramento sin su efecto, se contrapone a
• la recepción espiritual, en la que se recibe el efecto
de este sacramento, efecto por el que el hombre se
une a Cristo por la fe y la caridad.
S.Th. III, Q. 80 a.1

Objeción
Objeciones por las que parece que no deben distinguirse dos modos de recibir este sacramento:
• 1. El bautismo es una regeneración espiritual, según lo que se dice en Jn 3,5: El que no renazca del agua y del Espíritu, etc., de la
misma manera que este sacramento es un alimento espiritual, por lo que el Señor, refiriéndose a este sacramento, afirma en Jn
6,64: Las palabras que os he dicho son espíritu y vida. Pero acerca del bautismo no se distingue un doble modo de recibirlo,
sacramentalmente uno, y espiritualmente el otro. Luego tampoco en este sacramento debe hacerse esta distinción.

• Respuesta las objeciones:


• Ad 1. También en el bautismo, como en los otros sacramentos, se da una
distinción parecida, porque algunos reciben solamente el sacramento, mientras
que otros reciben el sacramento y su efecto.
• Hay aquí, sin embargo, una diferencia, porque, como los otros sacramentos se
realizan con el uso de la materia, recibir el sacramento equivale a realizarlo.
• Mientras que este sacramento se realiza en la consagración de la materia, por lo
que tanto el uso sacramental como el espiritual es posterior al sacramento.
• Ahora bien, en el bautismo y en los otros sacramentos que imprimen carácter, los
que reciben el sacramento reciben siempre un efecto espiritual, que es el
carácter, cosa que aquí no sucede. Por eso, en este sacramento se distingue más
el uso sacramental y el espiritual que en el bautismo.
Tratado de la Eucaristía: Uso del Sacramento

¿Es exclusivo del hombre recibir


espiritualmente este Sacramento o lo toman
también los ángeles?
S.Th. III, Q. 80 a.2
S.Th. III, Q. 80 a.2

Sed contra

• Sed contra:  dice San Agustín en Super lo.: 


“Comed espiritualmente el pan del altar, aportad inocencia al
altar”. 
• Pero no es propio de los ángeles acercarse al altar para tomar
algo de él. Luego los ángeles no se alimentan espiritualmente.
S.Th. III, Q. 80 a.2

Respuesta

• Respondo: Cristo está contenido en este sacramento


no en estado natural, sino en estado sacramental.
Por tanto, el alimento espiritual puede verificarse de
dos modos:
• Primero, alimentándose de Cristo en su estado
natural. Y así es como los ángeles se alimentan
espiritualmente de Cristo, uniéndose a Él con la
fruición de la caridad perfecta y con la clara visión
(éste es el pan que nos espera en la patria) y no por
la fe, como nosotros nos unimos a Él aquí en la tierra.
S.Th. III, Q. 80 a.2

Respuesta

• Segundo, es posible alimentarse espiritualmente


de Cristo, en cuanto que está presente bajo las
especies de este sacramento, creyendo en Él y
deseando recibirlo sacramentalmente. Y esto es no
sólo alimentarse de Cristo espiritualmente, sino
también recibir espiritualmente este sacramento.
Cosa que los ángeles no pueden hacer.
• Por consiguiente, aunque los ángeles se alimenten
espiritualmente de Cristo, ellos no pueden recibir
espiritualmente este sacramento.
S.Th. III, Q. 80 a.2

Objeciones
Objeciones por las que parece que no solamente el hombre puede recibir este sacramento,
sino también los ángeles:
• 1.  Comentando las palabras de Sal 77,25: El hombre comió pan de ángeles, dice la Glosa: o
sea, el cuerpo de Cristo, que es verdaderamente alimento de los ángeles. Pero esto sería
falso si los ángeles no comiesen espiritualmente a Cristo. Luego los ángeles comen
espiritualmente a Cristo.
• Respuesta las objeciones:
• Ad 1.  La recepción de Cristo en este sacramento está destinada, como a
su fin, a la fruición de la patria, en la que los ángeles gozan de Él.
• Y, puesto que las cosas que están destinadas a un fin están subordinadas
a ese fin, se sigue que la recepción de Cristo, por la que nosotros
comulgamos con Él en este sacramento, está subordinada, en cierto
modo, a aquella recepción por la cual gozan de Cristo los ángeles en la
patria.
• Por eso se dice que el hombre come pan de ángeles, porque primero y
principalmente es de los ángeles que gozan de él en su estado natural,
y, después, de los hombres que reciben a Cristo en este sacramento.
S.Th. III, Q. 80 a.2

Objeciones
Objeciones por las que parece que no solamente el hombre puede recibir este
sacramento, sino también los ángeles:
• 2.  Dice San Agustín en Super lo.: ”El Señor quiere darnos a entender que esta
comida y esta bebida es la sociedad del cuerpo y de sus miembros, que es la Iglesia
de los predestinados”.
• Pero a esta sociedad no solamente pertenecen los hombres, sino también los
santos ángeles. Luego también los santos ángeles comen espiritualmente.
• Respuesta las objeciones:
• Ad 2.  A la sociedad del cuerpo místico pertenecen los hombres
por la fe, y los ángeles por la clara visión.
• Pero los sacramentos están adecuados a la fe, por la que se ve la
verdad ”como en un espejo y confusamente” (1 Cor 13,12).
• Por lo tanto, aquí en la tierra, propiamente hablando, no
corresponde a los ángeles, sino a los hombres, alimentarse con
este sacramento.
Tratado de la Eucaristía: Uso del Sacramento

¿Solamente el hombre justo puede


tomar a Cristo sacramentalmente?
S.Th. III, Q. 80 a.3
S.Th. III, Q. 80 a.3

Sed contra

• Sed contra:  comentando las palabras de Jn 6,50: ”Para


que quien lo coma no muera”, dice San Agustín: 
“Muchos lo reciben del altar, y recibiéndolo mueren, por lo
que dice el Apóstol: Comen y beben su propia condena”. 
• Pero no mueren al comerlo más que los pecadores.
• Luego los pecadores reciben sacramentalmente el cuerpo
de Cristo, y no solamente los justos.
S.Th. III, Q. 80 a.3

Respuesta

• Respondo:  Acerca de este problema, algunos antiguos se


equivocaron al afirmar que los pecadores no reciben el
cuerpo de Cristo ni siquiera sacramentalmente, sino que, tan
pronto como toma contacto con los labios del pecador, deja
de estar el cuerpo de Cristo en las especies sacramentales.
• Pero ésta es una opinión errónea. Porque deroga la verdad
de este sacramento según la cual, como hemos visto (
q.76 a.6 ad 3; q.77 a.8), mientras permanecen las especies,
el cuerpo de Cristo no deja de estar en ellas.
S.Th. III, Q. 80 a.3

Respuesta

• Ahora bien, las especies permanecen todo el tiempo que


permaneciese la sustancia del pan si estuviese allí, como se
ha dicho ya (q.77 a.4).
• Pero es claro que la sustancia del pan que asume el pecador
no deja al instante de existir, sino que permanece hasta que
sea digerida por el calor natural.
• Por tanto, todo ese tiempo permanece el cuerpo de Cristo en
las especies sacramentales recibidas por el pecador.
• Por consiguiente, hay que decir que el pecador puede recibir
sacramentalmente el cuerpo de Cristo, y no solamente los
justos. [Ad. 2: también en el caso de los infieles, etc.]
Tratado de la Eucaristía: Uso del Sacramento

¿Comente pecado el pecador que recibe


el Cuerpo de Cristo sacramentalmente?
S.Th. III, Q. 80 a.4
S.Th. III, Q. 80 a.4

Sed contra

• Sed contra:  dice el Apóstol en 1 Cor 11,29: ”Quien lo


come y lo bebe indignamente, come y bebe su propia
condena”. 
• Y comenta la Glosa: ”LO come y lo bebe indignamente
quien vive en pecado y lo trata de modo irreverente”. 
• Luego quien está en pecado mortal y recibe este
sacramento, merece la condena por pecar mortalmente.
S.Th. III, Q. 80 a.4

Respuesta

• Respondo:  En este sacramento, como en los otros, lo


que es sacramento es signo de lo que es la cosa
producida por el sacramento.
• Ahora bien, la cosa producida por este sacramento es
doble, como se ha dicho ya (q.60 a.3 s.q.; q.73 a.6).
– Una, significada y contenida en el sacramento, y que es el
mismo Cristo.
– Otra, significada y no contenida, y que es el cuerpo místico de
Cristo: la sociedad de los santos.
S.Th. III, Q. 80 a.4

Respuesta

• Por tanto, quienquiera que recibe este sacramento,


por el mero hecho de hacerlo, significa que está
unido a Cristo e incorporado a sus miembros.
• Pero esto se realiza a través de una fe formada, fe
que nadie que esté en pecado mortal tiene.
• Es claro, pues, que quienquiera que reciba este
sacramento en pecado mortal, comete una falsedad
con él. Por lo que incurre en sacrilegio como
violador del sacramento y, consiguientemente, peca
mortalmente.
S.Th. III, Q. 80 a.4

Objeciones

Objeciones por las que parece que no comete pecado el pecador que recibe a Cristo sacramentalmente:
•1.  No goza Cristo de mayor dignidad bajo las especies sacramentales que en su estado natural. Pero los pecadores
que tocaban el cuerpo de Cristo en su estado natural no pecaban, antes bien obtenían el perdón de sus pecados,
como se lee en Lc 7,36ss de la mujer pecadora, y en Mt 4,36, donde se dice que quienes tocaban la orla de su manto
quedaban curados.Luego no sólo no pecan, sino que alcanzan la salud recibiendo el sacramento del cuerpo de Cristo.
•Respuesta las objeciones:
•Ad 1.  Cuando Cristo vivía entre los hombres no se dejaba tocar por ellos como signo de unión
espiritual con Él, que es como se ofrece aquí en este sacramento.
•Por eso, los pecadores que le tocaban entonces no incurrían en el pecado de falsedad hacia
las cosas divinas, como incurren los pecadores que le reciben en este sacramento.
•Además, Cristo presentaba entonces una carne semejante a la del pecado (Rom 8,3), por lo
que era normal que se dejase tocar de los pecadores.
•Pero, una vez eliminada la semejanza del pecado en su carne por la gloria de la resurrección,
prohibió que le tocase la mujer que tenía dudas acerca de Él, según se dice en Jn 20,17: No
me toques, que todavía no he subido a mi Padre, a saber, en tu corazón, como explica San
Agustín.
•Por consiguiente, los pecadores que no tienen fe formada acerca de Él son excluidos del
contacto con este sacramento.
S.Th. III, Q. 80 a.4

Objeciones

Objeciones por las que parece que no comete pecado el pecador que recibe a Cristo
sacramentalmente:
• 2.  Este sacramento, como los otros, es una medicina espiritual. Pero la medicina se
da a los enfermos para que sanen, según aquello de Mt 9,12: No tienen necesidad de
médico los sanos, sino los enfermos. Ahora bien, los enfermos o indispuestos
espiritualmente son los pecadores. Luego este sacramento puede recibirse sin culpa.
• Respuesta las objeciones:
• Ad 2.  No todas las medicinas son buenas para todas las enfermedades.
Porque una medicina que se da a quienes se han librado de la fiebre
para fortalecerles, dañaría a los que tienen fiebre todavía.
• Pues así, el bautismo y la penitencia son como medicinas purgativas,
que se suministran para quitar la fiebre del pecado.
• Mientras que este sacramento es una medicina reconfortante, que no
debe suministrarse más que a los que se han librado del pecado.
S.Th. III, Q. 80 a.4

Objeciones

Objeciones por las que parece que no comete pecado el pecador que recibe a Cristo sacramentalmente:
• 5.   veces sucede que el pecador no es consciente de su pecado. Pero es que parece que este pecador no cometería pecado recibiendo el cuerpo
de Cristo, porque, si pecara, todos los que le reciben pecarían por exponerse al peligro de tener pecado, ya que dice el Apóstol en 1 Cor
4,4: Cierto que de nada me arguye la conciencia, mas no por eso me creo justificado. No parece, pues, que el pecador caiga en culpa recibiendo
este sacramento.
• Respuesta las objeciones:
• Ad 5.  El no tener conciencia de su pecado puede acontecerle a uno de dos maneras.
–Primera, por su culpa, bien porque ignorando la ley, con una ignorancia que no excusa de la culpa,
piensa que no es pecado lo que es pecado, por ej., si un fornicador pensase que la simple fornicación
no es pecado mortal, o por negligencia en el examen de sí mismo, contra lo cual previene el Apóstol,
cuando dice en 1 Cor 11,28: Examínese cada uno a sí mismo antes de comer este pan y beber este
cáliz. En tales condiciones, el pecador que recibe el cuerpo de Cristo peca aunque no tenga
conciencia de su pecado, porque esa ignorancia es para él un pecado.
–Segunda, sin culpa suya, como cuando uno se arrepiente de su pecado, pero no está suficientemente
contrito. En tal caso, no peca por recibir el cuerpo de Cristo, pues el hombre nunca sabe con certeza
si está verdaderamente contrito. Le basta, sin embargo, encontrar en sí mismo los signos de la
contrición, como dolerse de los pecados pasados y proponerse evitar los pecados futuros.
• Pero si ignora que lo que hizo es un pecado, con ignorancia de hecho, la cual excusa (n.13), como
quien se acerca a otra mujer pensando que era la suya, no se le ha de considerar por esto pecador.
• Igualmente, si uno se olvida completamente de su pecado, basta para que se le perdone la contrición
general, como después se dirá (véase Supl. q.2 a.3 ad 2). En cuyo caso no debe considerarse pecador.
Tratado de la Eucaristía: Uso del Sacramento

¿Comulgar en pecado mortal es el


mayor de los pecados?
S.Th. III, Q. 80 a.5
S.Th. III, Q. 80 a.5

Sed contra

• Sed contra:  Comentando el texto de Jn 15,22: ”Si no hubiese venido y no


les hubiese hablado no tendrían pecado”, dice San Agustín que esto hay
que entenderlo del pecado de incredulidad, el cual contiene todos los
pecados. 
• Por lo que se ve que éste no es el pecado más grave, sino que es más
grave el de la incredulidad.
S.Th. III, Q. 80 a.5

Respuesta

• Respondo:    Como ya se manifestó en la Segunda


Parte, un pecado puede ser más grave que otro de
dos maneras.
– Una, por sí mismo;
– otra, por las circunstancias.
S.Th. III, Q. 80 a.5

Respuesta
• Por sí mismo, en razón de su especie, especie que viene designada por el
objeto.
• Y, en este sentido, cuanto más importante es aquello contra lo cual se peca,
tanto más grave es el pecado.
• Y puesto que la divinidad de Cristo es más importante que su humanidad, y
puesto que la misma humanidad es más importante también que el
sacramento de la humanidad, los pecados más graves son los que se cometen
contra la misma divinidad, como es el pecado de la incredulidad y el de la
blasfemia.
• Por orden de gravedad vienen, en segundo lugar, los pecados que se cometen
contra la humanidad de Cristo. Por lo que en Mt 12,32 se dice: ”Al que diga
una palabra contra el Hijo del hombre, se le perdonará. Pero al que la diga
contra el Espíritu Santo, no se le perdonará ni en este mundo ni en el otro”. 
• En tercer lugar están los pecados que se cometen contra los sacramentos que
pertenecen a la humanidad de Cristo.
• Y, por último, están los pecados contra las criaturas.
S.Th. III, Q. 80 a.5

Respuesta

• Por las circunstancias, un pecado es más grave que otro por parte de quien
peca: un pecado de ignorancia, por ejemplo, o de debilidad es más leve que un
pecado de desprecio o cometido con pleno conocimiento. Y dígase lo mismo de
otras circunstancias.
• En este sentido, el pecado de que hablamos en algunos puede ser más grave:
por ej., en aquellos que por puro desprecio se acercan a este sacramento con
conciencia de pecado.
• En otros, sin embargo, es menos grave: por ej., en aquellos que reciben este
sacramento con conciencia de pecado por miedo a pasar ante los demás como
pecadores.
• Por todo lo cual, es evidente que este pecado es específicamente más grave que
otros muchos, pero no es el más grave de todos
S.Th. III, Q. 80 a.4

Objeciones
Objeciones por las que parece que comulgar sacramentalmente en pecado es el mayor pecado:
•1. Dice el Apóstol en 1 Cor 11,27: Quien comiere el pan y el cáliz del Señor indignamente, será reo del cuerpo y de la sangre
del Señor. Y comenta la Glosa: Será castigado como si hubiese matado a Cristo. Pero parece que el pecado de los que
mataron a Cristo fue el más grave de todos. Luego también este pecado, por el que uno se acerca a la mesa del Señor con
conciencia de pecado, será el más grave de todos..
•Respueta las objeciones:
•Ad 1.  El pecado de quienes reciben indignamente este sacramento se
compara al de los que dieron muerte a Cristo por una cierta
semejanza, porque ambos se cometen contra el cuerpo de Cristo,
pero no porque la gravedad del crimen sea la misma, pues el pecado
de los que mataron a Cristo fue mucho más grave.
–Primero, porque ese pecado se cometió contra el cuerpo de Cristo en
estado natural, mientras que éste se comete contra el cuerpo de Cristo
en las especies sacramentales.
–Segundo, porque aquel pecado se cometió con la intención de dañar a
Cristo, cosa que no se da aquí.
Tratado de la Eucaristía: Uso del Sacramento

¿Debe el sacerdote negar la


comunión al pecador que se la pide?
S.Th. III, Q. 80 a.6
S.Th. III, Q. 80 a.6

Sed contra

• Sed contra: omentando aquellas palabras de Sal


21,30: ”Comieron y adoraron todos los opulentos de
la tierra”, 
• dice San Agustín: ”El que distribuye el sacramento no
excluya de la mesa del Señor a los opulentos”, o sea,
a los pecadores.
S.Th. III, Q. 80 a.6

Respuesta

• Respuesta: Al hablar de pecadores hay que distinguir. Algunos, en


efecto, son ocultos, mientras que otros son manifiestos, o por la
evidencia de los hechos, como son los usureros públicos y los
rateros públicos, o por sentencia de un tribunal eclesiástico o civil.
• Pues bien, a los pecadores públicos no se les debe dar la sagrada
Comunión aunque la pidan. Por lo que San Cipriano escribe: 
“Por la estima en que me tienes has querido pedirme mi parecer
sobre los cómicos y sobre ese gran mago que, afincado entre
vosotros, continúa todavía ejerciendo su vergonzoso arte: si debe
darse a éstos la sagrada comunión, como a los demás cristianos.
Pienso que desdice de la majestad divina y de la doctrina evangélica
el dejar contaminar la santidad y el honor de la Iglesia con esa peste
tan torpe y tan infame”.
S.Th. III, Q. 80 a.6

Respuesta

• Pero si los pecadores no son notorios, sino ocultos, no se


les puede negar la sagrada Comunión cuando la piden.
• Puesto que a todo cristiano, por el mero hecho de estar
bautizado, se le admite a la mesa del Señor, no se le puede
privar de su derecho si no es por una causa manifiesta.
Por lo que, comentando aquello de 1 Cor 5,11: 
“Si uno entre vosotros, llamándose hermano, etc., dice
la Glosa agustiniana: No podemos prohibir la comunión a
nadie a no ser que espontáneamente haya confesado su
culpa o haya sido procesado o condenado por un tribunal
eclesiástico o civil”.
S.Th. III, Q. 80 a.6

Respuesta

• Puede, sin embargo, el sacerdote que está al corriente de la culpa


amonestar privadamente al pecador oculto, o advertir
genéricamente a todos en público de que no deben acercarse a la
mesa del Señor antes de arrepentirse de sus pecados y de
reconciliarse con la Iglesia.
• Porque después de la penitencia y de la reconciliación no se puede
negar la comunión tampoco a los pecadores públicos,
especialmente en trance de morir.
• Por eso se lee en el Concilio de Cartago: ”No se niegue la
reconciliación con Dios a las gentes del teatro, a los cómicos, ni a
otras personas semejantes, ni a los apóstatas que se han convertido
a Dios”.
S.Th. III, Q. 80 a.6

Objeciones
Objeciones por las que parece que el sacerdote debe negar la comunión al pecador que se la pide.
• 2.  De dos males hay que escoger el menor. Pero la infamia del pecador o la entrega de una hostia no consagrada
parece que es menos malo que el pecado mortal que cometería el pecador recibiendo el cuerpo de Cristo. Luego
parece que se ha de elegir o la infamia del pecador que pide el cuerpo de Cristo o darle una hostia sin consagrar.
Respuesta a las objeciones:
• Ad 2.  Aunque sea peor para un pecador oculto pecar mortalmente comulgando que ser
difamado, sin embargo para el sacerdote que da la comunión es peor pecar mortalmente
difamando injustamente a un pecador oculto que dejar que éste peque mortalmente.
• Porque nadie puede cometer un pecado mortal para librar a otro de pecar.
• Por lo que San Agustín dice en el libro Quaestionum Super Gen.: ”Es una compensación
sumamente peligrosa cometer nosotros un mal para evitar que otro haga una cosa peor.” 
• Sin embargo, el pecador oculto debería elegir antes la infamia que acercarse indignamente a la
mesa del Señor.Pero en ningún caso debe darse una hostia no consagrada por una consagrada,
porque el sacerdote que hiciese esto se haría responsable, por su parte, de la idolatría
cometida por cuantos creerían consagrada aquella hostia, ya fueran las personas presentes o
el mismo que la recibiera, ya que, como dice San Agustín: Que nadie tome la carne de Cristo sin
antes adorarla. 
• A propósito de lo cual se dice en Extra, De celebratione missarum, cap. 7: De homine: “Aunque
peque gravemente quien, teniendo conciencia de pecado y, juzgándose indigno, se acerca a
comulgar, pecaría más gravemente quien de manera fraudulenta osase simular el
sacramento”.
Tratado de la Eucaristía: Uso del Sacramento

¿Impide la polución nocturna recibir


el Cuerpo de Cristo?
S.Th. III, Q. 80 a.7
S.Th. III, Q. 80 a.7

• El impedimento necesario de la comunión es solo el


pecado mortal.
• Por eso, si la polución nocturna ha sido gravemente
pecaminosa, impide comulgar.
• Si no lo ha sido en sí, por estado de sueño o de semivigilia,
ni en sus causas, por no ser estas graves o por no seguirse
de ellas la polución necesariamente, no impide comulgar.
• Sin embargo, a veces puede ser conveniente abstenerse
por la turbación del ánimo que suele seguirle.
Tratado de la Eucaristía: Uso del Sacramento

¿El alimento y la bebida previamente tomados


impiden la recepción del Sacramento?
S.Th. III, Q. 80 a.8
S.Th. III, Q. 80 a.8

Ayuno Eucarístico

• Después de tratar de las disposiciones de la


conciencia, trata el Angélico de las del cuerpo, y dice
que por precepto eclesiástico el hombre debe
comulgar en ayunas.
• Las disposiciones actuales de la Iglesia sobre el
partiular son distintas de las que había en tiempos
del santo.
• Destacamos sin embargo las razones del ayuno
eucarístico:
S.Th. III, Q. 80 a.8

Repuesta

• Una cosa puede impedir la recepción de este


sacramento de dos maneras.
– Una, por su misma naturaleza, como es el pecado
mortal, que está en oposición con el significado de este
sacramento, como se ha dicho antes (a.4).
– Otra, por la prohibición de la Iglesia.
S.Th. III, Q. 80 a.8

Repuesta

• Y la Iglesia prohibe recibir este sacramento después de haber


comido o bebido por tres razones:
– Primera, por respeto a este sacramento, según dice San Agustín, para
que entre en la boca del hombre antes que ésta se contamine con la
comida o la bebida.
– Segunda, por su significado, dando a entender que Cristo, que es la
realidad contenida en este sacramento, y su caridad deben
fundamentarse en primer lugar en nuestros corazones, según aquello
de Mt 6,33: ”Buscad ante todo el reino de Dios”. 
– Tercera, para evitar el peligro del vómito y de la embriaguez, cosas que
a veces suceden por no comer los hombres con moderación, según la
observación del Apóstol en 1 Cor 11,21: ”Mientras que uno pasa
hambre, el otro se emborracha”.
S.Th. III, Q. 80 a.8

Repuesta

• Quedan exceptuados, sin embargo, de esta regla


general los enfermos, a los que se ha de dar la
comunión seguidamente, incluso después de la
comida, cuando su vida corre peligro, para que no
mueran sin la comunión, porque ”la necesidad no
tiene leyes”. 
• De ahí que se diga en De Consecr. dist.II: 
“Que el presbítero dé la comunión seguidamente al
enfermo, para que no muera sin comulgar".
Tratado de la Eucaristía: Uso del Sacramento

¿Deben recibir el Sacramento lo que


no tiene uso de razón?
S.Th. III, Q. 80 a.9
S.Th. III, Q. 80 a.9

• Hay dos modos de no tener uso de razón:


• Uno, porque se tiene débil el uso de la razón, como de quien ve mal se dice que
no ve. Y puesto que éstos pueden percibir una cierta devoción hacia la
Eucaristía, no se les ha de negar.
• Otro, el de aquellos que carecen totalmente del uso de la razón, o porque
nunca tuvieron uso de razón, sino que están así desde su nacimiento —en cuyo
caso a éstos no se les puede dar la Eucaristía, porque nunca se ha despertado
en ellos la devoción a este sacramento—, o no siempre carecieron de la razón.
• Pues bien, si éstos, anteriormente, cuando se encontraban en estado de
lucidez, dieron signos de devoción a este sacramento, debe dárseles la
Eucaristía en el trance de la muerte, a no ser que se tema un acceso de vómito
o de expectoración.
S.Th. III, Q. 80 a.9

• Por lo que se lee en el Concilio IV de Cartago, y que se encuentra


en Decretis XXVI q.6: 
”El enfermo que pide la penitencia, si, acaso, mientras llega el
sacerdote a quien llamó, vencido por la enfermedad, perdiese el
habla y la razón, den testimonio quienes le oyeron, y reciba la
penitencia, y si se teme su muerte, reconcilíesele con la imposición
de las manos e introdúzcasele en la boca la Eucaristía”.
• Ad 3. Cuando un niño empieza a tener uso de razón se le puede
dar el sacramento
Tratado de la Eucaristía: Uso del Sacramento

¿Está permitido recibir diariamente el


Sacramento?
S.Th. III, Q. 80 a.10
S.Th. III, Q. 80 a.10

Comunión diaria

• Sed contra: dice San Agustín en su libro De Verbis


Domini:
“Este es el pan cotidiano, recibe diariamente lo que
diariamente te aprovecha”.
S.Th. III, Q. 80 a.10

Comunión diaria
• Respondo: En el uso de este sacramento pueden considerarse dos
cosas.
• Una, por parte del sacramento mismo, cuya virtud es saludable para
los hombres, por lo que es útil acercarse a él diariamente para recibir
diariamente su fruto. Por eso dice San Ambrosio en su libro De
Sacramentis: ”Si cada vez que se derrama la sangre de Cristo, se
derrama para la remisión de los pecados, yo, que peco continuamente,
debo recibirla siempre, siempre debo recibir la medicina”. 
• Otra, por parte de quien lo recibe, del cual se requiere que se acerque
a este sacramento con gran devoción y reverencia. Por lo que si uno se
encuentra preparado para recibirle todos los días, es laudable que
diariamente lo reciba. Por eso San Agustín, después de decir: ”Recibe lo
que diariamente te aprovecha”, añade: ”Vive de tal suerte que
merezcas recibirlo todos los días”. 
S.Th. III, Q. 80 a.10

Comunión diaria

• Pero, como en muchos hombres se presentan muchos


obstáculos para esta devoción en muchas ocasiones, por
indisposición del cuerpo o del alma, no es provechoso
para todos los hombres acercarse todos los días a este
sacramento, sino cuantas veces se encuentre uno
preparado para ello.
• Por eso se dice en el libro De ecclesiasticis
dogmatibus: ”Ni alabo ni vitupero el recibir todos los días
la comunión de la Eucaristía”.
• Ad 3. El amor impulsa a recibirlo, el temor a la humildad
de la reverencia, pero el amor y la esperanza a los
cuales exhorta la Escritura se debe preferir al temor.
Tratado de la Eucaristía: Uso del Sacramento

¿Está permitido abstenerse


totamente de la Comunión?
S.Th. III, Q. 80 a.11
S.Th. III, Q. 80 a.11

Ayuno Eucarístico

• Contra esto: dice el Señor en Jn 6,54: 


“Si no comiereis la carne del Hijo del hombre y no
bebiereis su sangre, no tendréis vida en vosotros”.
S.Th. III, Q. 80 a.11

Ayuno Eucarístico

• Respondo: Como se ha manifestado antes (a.1), hay


dos modos de recibir este sacramento: uno
espiritual y otro sacramental.
• Ahora bien, es claro que todos están obligados a
recibirlo al menos espiritualmente, porque esto es
incorporarse a Cristo, según las explicaciones dadas
(a.9 ad 3; q.73 a.3 ad 1).
• Pero la comunión espiritual incluye el voto o deseo
de recibir este sacramento, como se ha dicho ya (
a.1 ad 3; a.2).
S.Th. III, Q. 80 a.11

Ayuno Eucarístico

• Por tanto, sin el deseo de recibirlo no puede salvarse


el hombre. Pero un deseo sería vano si no se
cumpliese cuando se presenta la oportunidad de ello.
• Por consiguiente, es claro que hay obligación de
recibirlo, no sólo porque lo manda la Iglesia, sino
también porque lo manda el Señor cuando dice en
Mt 26: ”Haced esto en conmemoración mía”. 
• La ley de la Iglesia no hace más que determinar los
tiempos en que se debe cumplir este precepto de
Cristo.
Tratado de la Eucaristía: Uso del Sacramento

¿Es lícito tomar el Cuerpo de Cristo


sin la Sangre?
S.Th. III, Q. 80 a.12
S.Th. III, Q. 80 a.12

• Sed contra: está el uso de muchas Iglesias en las


que se da al que comulga el cuerpo de Cristo sin la
sangre.
S.Th. III, Q. 80 a.12

• Respondo: Acerca del uso de este sacramento pueden


considerarse dos cosas:
– una, por parte del mismo sacramento;
– otra, por parte de quienes lo reciben.
• Por parte del sacramento es conveniente que se
reciban los dos elementos, o sea, el cuerpo y la
sangre, porque la integridad del sacramento implica el
uno y el otro.
• Y, por eso, porque pertenece al sacerdote consagrar y
dar término cumplido a este sacramento, nunca debe
éste asumir el cuerpo sin la sangre.
S.Th. III, Q. 80 a.12

• Ahora bien, por parte de quienes lo reciben se requiere una


gran reverencia y cautela para que no suceda nada que pueda
ultrajar tan gran misterio.
• Pues bien, esto podría acontecer principalmente en la
distribución de la sangre, ya que, si no se toman bien las
precauciones, podría fácilmente derramarse.
• Y, puesto que en el pueblo cristiano hay ancianos, jóvenes y
niños, algunos de los cuales no tienen tanta discreción que
utilicen siempre las necesarias cautelas al recibir este
sacramento, prudentemente en algunas Iglesias se tiene la
norma de no dar al pueblo la comunión con la sangre, y la
asume solamente el sacerdote.

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