Amaro Gómez, Richard Publicado en: IMP - Práctica Profesional 2018-XXII, 36 I. Introducción. El régimen anterior Recordemos que la Ley de Impuesto a las Ganancias regla en el art. 37 el denominado impuesto a las salidas no documentadas. En general, no es más que el Impuesto a las Ganancias que debe tributar el sujeto pagador (deudor) en sustitución del sujeto beneficiario (acreedor) como consecuencia de haber efectuado un pago no documentado. Es decir, como no se identificó mediante la documentación pertinente al beneficiario efectivo del pago, quién en principio debería tributar el impuesto de marras por ese pago; la ley pone en cabeza del pagador el impuesto de aquel por el incumplimiento de observar o exigir los elementos documentales necesarios. Al respecto, la legislación anterior en el art. 37 establecía: "Cuando una erogación carezca de documentación y no se pruebe por otros medios que por su naturaleza ha debido ser efectuada para obtener, mantener y conservar ganancias gravadas, no se admitirá su deducción en el balance impositivo y además estará sujeta al pago de la tasa del 35% (treinta y cinco por ciento) que se considerará definitiva". De la norma antes transcripta surge dos elementos objetivos que deben darse para que se genere la obligación: 1) Pago indocumentado. 2) No se puede probar que se trata de gastos necesarios. Deben verificarse estos dos elementos objetivos de manera concurrente para que se genere la obligación. Por otra parte y cuanto al elemento subjetivo (culpa o dolo), aquí no estamos en presencia de una sanción, sino que el contribuyente debe: a) no deducir el gasto e, b) ingresar la tasa máxima del 35% sobre el pago; por no haber observado o exigido los medios documentales idóneos al momento de la cancelación de la obligación comercial. Pero de ningún modo se trataría de una sanción, sino solo son las consecuencias de incumplimientos. En la causa "Radio Emisora Cultural SA" de la Corte Suprema de Justicia de la Nación de fecha 9 de noviembre de 2000, el tribunal consideró que la naturaleza jurídica de ese tributo es tributaria, por lo cual, no es un sanción de naturaleza penal. En palabras de la Corte: "6) Que al examinar una norma análoga a aquella —como lo era el art. 34, Ley del Impuesto a los Réditos— el Tribunal expresó lo siguiente: 'En realidad, lo que persigue el gravamen de que se trata es imponer una tasa máxima a quien efectúe erogaciones no documentadas; es decir que, ante la falta de individualización de los beneficiarios, a cuyo cargo debiera estar el pago del impuesto al rédito percibido, quien hace la erogación queda obligado a abonar sobre ella el tributo y debe hacerlo a título propio' [Fallos 275:83 consid. 6º]. 7) Que, como resulta del mencionado precedente, en el caso se trata de la imposición de un tributo, lo cual desvirtúa la conclusión a la que llegaron los tribunales de las anteriores instancias, pues la condonación establecida por el art. 1º del decreto 493/95 no alcanza a las obligaciones de tal naturaleza, sino a sus intereses y a las multas y demás sanciones, en las condiciones establecidas por ese régimen". También, es importante destacar en relación al primer elemento objetivo para la generación de la obligación, esto es, el pago indocumentado, que la Corte ha dicho que el instituto no solo aplica cuando el pago carece de documentación sino también cuando existiendo, la misma no resulta válida por tratarse de actos carentes de sinceridad. Asimismo, otro aspecto que debemos destacar es que la tasa es invariable. O sea, que se aplicará aun cuando el que realice el pago sea, por ejemplo, una sociedad que por los efectos de la reforma llegue a estar sujeta a una tasa menor al 35%, tal como lo dispone el proyecto.
Seguidamente el art. 38 de la Ley de Impuesto a las Ganancias dispone 2 excepciones que de verificadas no deberá ingresar el impuesto a las salidas no documentas: 1) Cuando el organismo fiscal presuma que los pagos han sido efectuados para adquirir bienes. 2) Cuando el Fisco presuma que los pagos (por su monto, etc.) no llegan a ser ganancias gravables en manos del beneficiario. Véase que en ambos casos se trata de presunciones, por lo cual, la aplicación de estas excepciones depende de la discrecionalidad del Fisco. Por otra parte, el 55 del Decreto Reglamentario de la Ley de Impuesto a las Ganancias (en adelante, DRLIG) esbozó que las erogaciones efectuadas por el contribuyente no serán deducibles del Impuesto a las Ganancias cuando: a) Se carezca de los respectivos comprobantes o; b) Se presuma que no han tenido por finalidad obtener, mantener y conservar ganancias gravadas. Sin embargo, también regla excepciones a los dos supuestos antes indicados que se verifican cuando: a) Las circunstancias del caso evidencien que las erogaciones se han destinado al pago de servicios para obtener, mantener y conservar ganancias gravadas. b) Por la modalidad del negocio o actividad del sujeto del gravamen, se presuma con fundamento que las erogaciones no llegan a ser ganancias imponibles en manos del beneficiario. Asimismo, el decreto regla que el impuesto a las salidas no documentadas será ingresado dentro de los plazos que establezca la AFIP. Por otra parte, el Fisco nacional a través de la Resolución General (AFIP) 893/2000 dispuso en su art. 2º que el ingreso del Impuesto a las Ganancias por salidas no documentadas deberá efectuarse dentro de los 15 días hábiles administrativos de producida la erogación o salida no documentada. A su vez, el anexo de la resolución de marras estipuló los volantes de pago a utilizar según el tipo de contribuyente de que se trate. Ahora bien, debemos recordar ante este marco normativo que la ley 11.683, más conocida como Ley de Procedimiento Tributario, regló en el art. 45 las multas por omisión, estipulando en líneas generales que, "el que omitiere el pago de impuestos mediante la falta de presentación de declaraciones juradas o por ser inexactas las presentadas, será sancionado con una multa graduable entre el cincuenta por ciento (50%) y el ciento por ciento (100%) del gravamen dejado de pagar, retener o percibir oportunamente, siempre que no corresponda la aplicación del art. 46 y en tanto no exista error excusable. La misma sanción se aplicará a los agentes de retención o percepción que omitieran actuar como tales" (el destacado es nuestro). En el caso concreto del Impuesto a las Ganancias por salidas no documentadas tenemos que ante una erogación que carezca de documentación, se generará la obligación de ingresar el impuesto a las salidas no documentadas. Pero cómo hemos visto ni la Ley del Impuesto a las Ganancias ni su decreto reglamentario han estipulado el plazo para su ingreso. Pero si lo hizo la RG (AFIP) 893/2000. Aunque dicha resolución no estableció la confección de una declaración jurada sino solo la confección de un volante de pago. No obstante, debemos recordar que el art. 15 de la ley 11.683 esboza en su primer párrafo que: "Las boletas de depósito y las comunicaciones de pago confeccionadas por el responsable con datos que él mismo aporte, tienen el carácter de declaración jurada, y las omisiones, errores o falsedades que en dichos instrumentos se comprueben, están sujetos a las sanciones de los arts. 39, 45 y 46 de la ley". En relación a este último tema, hay que tener en cuenta la Corte Suprema de Justicia de la Nación, se expidió en un fallo anterior a la vigencia de la RG (AFIP) 893/2000. La causa es "D'Ingianti, Rosario V." del 12 de octubre de 2010. En ese momento la Corte dictó sentencia, con remisión al dictamen de la Procuradora Fiscal de la Nación (Laura M. Monti) de fecha 12 de junio de 2008. Recordemos que en el caso se discutía si al momento de perfeccionarse la salida no documentada (1995), existían "forma" y "plazo" fijados para la presentación de la declaración jurada del impuesto de marras (1). En el contexto antes indicado, la Procuradora Fiscal dictaminó que el vacío normativo existente respecto de la "forma" y "plazo de presentación" de la declaración jurada impide tipificar la conducta imputada bajo el
documentación o ésta encuadre como apócrifa, y no se pruebe por otros medios que por su naturaleza ha debido ser efectuada para obtener, Cuando una erogación carezca de mantener y conservar ganancias gravadas, no se documentación y no se pruebe por otros medios admitirá su deducción en el balance impositivo y que por su naturaleza ha debido ser efectuada además estará sujeta al pago de la tasa del para obtener, mantener y conservar ganancias treinta y cinco por ciento (35%) que se gravadas, no se admitirá su deducción en el considerará definitivo en sustitución del impuesto balance impositivo y además estará sujeta al que corresponda al beneficiario desconocido u pago de la tasa del TREINTA Y CINCO POR oculto. A los efectos de la determinación de ese CIENTO (35%) que se considerará definitivo impuesto, el hecho imponible se considerará perfeccionado en la fecha en que se realice la erogación
A continuación comentamos los 3 cambios que introduce la ley de reforma:
- Se agrega al hecho imponible de este tributo particular las facturas apócrifas. Si bien esto ya estaba contemplado mediante la jurisprudencia de la Corte Suprema de Justicia de la Nación ("Red Hotelera Iberoamericana SA", entre otros), dado que en aquellas operaciones en que exista documentación pero que no sea apta por ser actos carentes de sinceridad, se decidió que igual aplique el impuesto. De este modo, se contempla la jurisprudencia de la Corte. Aunque no está de más recordar que debe existir al respecto una erogación, o sea, un pago o pagos, dado que la sola existencia de las facturas apócrifas no hace nacer el hecho imponible. - Se precisa y de acuerdo a la sentencia de la Corte en "Radio Emisora Cultural SA", comentada en este trabajo, que este impuesto se abona sustitución del impuesto que corresponda al beneficiario desconocido u oculto, recalcando de este modo su naturaleza tributaria. Recordemos que se discutió en algún momento si en realidad este impuesto se trata de una sanción que buscaba reprimir un ilícito tributario.
- Se aclara que a los efectos de la determinación de este impuesto, el hecho imponible se considerará perfeccionado en la fecha en que se realice la erogación. Recordemos que en el reciente dictamen de la Procuradora Fiscal en la causa: "Quercia José Luis" (comentada brevemente en el apartado anterior), se dijo que la RG (AFIP) 893/2000 no podía establecer el momento de perfeccionamiento del hecho imponible de este tributo, por lo cual, opinó que como no existe dicha definición por ley, corresponde confirmar que existe un vacío legal. Ahora, con la reforma el nacimiento del hecho imponible está definido en la propia ley, como lo interpreta la Procuradora que ha de ser, por lo cual resultará operativa la RG (AFIP) 893/2000, por consiguiente, si un contribuyente no ingresa el impuesto dentro de los 15 días hábiles administrativos de producida la erogación o salida no documentada, el Fisco nacional va a poder aplicar la multa por omisión del art. 45 de la ley (PL) 11.683. Así las cosas, podemos concluir que la reforma en lo que respecta al impuesto analizado en el presente trabajo, lo único sustancial que agrega es la definición del momento de perfeccionamiento o nacimiento del hecho imponible. Dado que los otros dos aspectos, eran cuestiones que ya se venían aplicando considerando la jurisprudencia vigente. No obstante, consideramos de todos modos importantes su incorporación dado que así habrá una mejor técnica legislativa en el impuesto y mayor seguridad jurídica. (1) AMARO GÓMEZ, Richard l., "Impuesto a las salidas no documentadas. Falta de ingreso. Multa por omisión", Práctica y Actualidad Tributaria (PAT), Ed. Errepar, noviembre 2017, t. XXIV. (2) AMARO GÓMEZ, Richard l., "Impuesto a las salidas no documentadas. Falta de ingreso. Multa por omisión", Práctica y Actualidad Tributaria (PAT), Ed. Errepar, noviembre 2017, t. XXIV.