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Resumen: Este trabajo va a tratar del bilingüismo y la diglosia. Tras una breve introducción,
que permitirá al lector entender sobre que aspectos va a leer, me centraré en el aspecto
fundamental: la teoría y tipos del bilingüismo y la diglosia.
Desde la perspectiva social, hay que apuntar ante todo la normalidad del fenómeno: se
calcula que la mitad de la población mundial es bilingüe funcional, que significa que usa una
u otra lengua según el acontecimiento comunicativo que se produzca. Entre los factores
históricos que explican el bilingüismo, se puede destacar: el colonialismo, las migraciones, la
unificación política de territorios, las zonas fronterizas y los cambios demográficos.
En cuanto a las posibles situaciones de bilingüismo social, Appel y Muysken (1986)
diferencian tres: aquella en la que coexisten en un mismo territorio dos comunidades
monolingües (por ejemplo, una población colonizadora y una colonizada); una segunda en la
que prácticamente la totalidad de la población es bilingüe (así, en muchas comunidades de
India y África) y aquella en la que existe un grupo monolingüe, habitualmente dominante, y
otro, minoritario, bilingüe (por ejemplo, el caso del inglés en relación con el galés).
Por cierto, hay que tener en cuenta que en las comunidades bilingües cada lengua
tiende a utilizarse en contextos distintos y para usos sociales diferentes. Ello puede dar lugar a
situaciones de desigualdad funcional de lenguas o diglosia.
La diglosia es una situación ligüistica estable que se da en una sociedad en la que
existen dos lenguas, o dos variedades de la lengua, con funciones comunicativas y prestigio
social diferenciado. Estudia el distinto papel que ambas lenguas representan en el grupo social
que las utiliza, dónde y cuándo la comunidad las utiliza. Las circunstancias políticas y
sociales tienen un papel importante en la aparición de la diglosia.
La diglosia analiza el uso desequilibrado de dos lenguas en una comunidad bilingüe, ya que
raramente se da lo contrario. Así se habla de:
a. Utilización alta: cuando una lengua (lengua A) es utilizada como vehículo de cultura:
educación, comercio, organismos oficiales, medios de comunicación, literatura.
b. Utilización baja: si la lengua (lengua B) se utiliza en el ambiente familiar, en fiestas
populares, entre amigos.
Según Charles Ferguson (1959) para una caracterizaciόn más completa de la diglosia cabe
diferenciar los siguientes rasgos:
a. Función: la lengua A es utilizada en la educación, medios de comunicación,
etc.; la lengua B se utiliza en el contexto familiar.
b. Prestigio: se valora socialmente más A que B.
c. Herencia literaria: la literatura culta se escribe en A ; en B aparecen escritos de
menor valor literario o no aparecen.
d. Adquisición: La lengua A se adquiere y perfecciona en la escuela y la B en
casa, como materna.
e. Estabilidad: la situación de A y B se ha fijado a lo largo de siglos.
f. Gramática: la lengua A tiene gramática, diccionario, etc; B no los tiene y, si los
tiene, son poco conocidos por los hablantes.
Según Fishman (1967) dos lenguas en contacto pueden dar lugar a tres situaciones, en
función del bilingüismo y la diglosia:
1- Bilingüismo y diglosia. Es una situación frecuente en la que una lengua con prestigio se
corresponde con las clases sociales altas y otra lengua, con menor prestigio es hablada por las
clases inferiores. Por ejemplo, en Paraguay, a pesar de que más de la mitad de la población es
bilingüe, el español es la variedad alta (la de mayor uso en actos oficiales y a veces la única
que domina la élite social) y el guaraní queda para situaciones de menor relevancia social.
2- Bilingüismo sin diglosia. Es una situación muy poco estable, porque la sociedad tiende a
prestigiar o primar el uso de una de las dos lenguas. Es el caso de niños bilingües, por
estudios o familia, o de trabajadores emigrados. Pero, en este caso, a medida que se integran
en la sociedad receptora, amplían el uso de la lengua mayoritaria incluso con otras personas
de su mismo origen.
3- Diglosia sin bilingüismo. En sociedades muy desiguales, en las que lengua de un grupo
selecto y poderoso no se corresponde con la de la población general, y la relación entre ambos
grupos sólo es posible a través de traductores. Es el caso de las sociedades coloniales, en las
que los gobernantes hablaban la lengua de la metrópoli mientras que el pueblo seguía
hablando las lenguas indígenas.
No parece posible una situación sin diglosia ni bilingüismo. Sólo podría darse, teóricamente,
en una pequeña comunidad sin diferencias sociales. Pero rápidamente aparecerían esas
diferencias y la lengua adquiriría una función identificativa del grupo o estatus social.
Conclusiones: Para poder establecer una diferencia entre el bilingüismo y la diglosia, antes,
hay que explicar el significado de cada una. El bilingüismo puede establecerse desde dos
perspectivas: desde la perspectiva individual, un bilingüe es un hablante que posee una
competencia comunicativa semejante en dos lenguas. Desde una perspectiva social, el
bilingüismo corresponde a una sociedad de lenguas en contacto. El concepto de diglosia alude
a una desigualdad, un desequilibrio entre dos lenguas. La situación más típica es aquella en la
que existe una lengua fuerte, que es la lengua oficial y otra lengua débil.
Como conclusión sacamos que la principal diferencia es que el bilingüismo es la capacidad de
hablar dos lenguas diferentes, y que la diglosia son las diferencias que se establecen entre las
distintas lenguas de una zona bilingüe.
Además, distinguir entre un sujeto bilingüe y uno que no lo es, implica una tarea bastante
compleja; sobre todo si se toma en cuenta que los grados de bilingüismo pueden variar de
aspecto a aspecto, de habilidad en habilidad, aún dentro del mismo individuo. No se debe
perder de vista el hecho de que se está trabajando con un fenómeno psicolingüístico,
sociocultural y neurofisiológico, inmensamente rico en su naturaleza. Los problemas que se
llegan a generar en su presencia se deben a factores circundantes, pues la bilingualidad en sí
es un atributo más para el sujeto. Manejar dos lenguas, desenvolviéndose en ellas en
contextos sociales y académico cognitivos cada vez más complejos, pone al bilingüe en una
posición ventajosa con relación al monolingüe.
Bibliografía
APPEL, R. y MUYSKEN, P. (1986). Bilingüismo y contacto de lenguas. Barcelona: Ariel.
FERGUSON, C. (1959). Diglosia, en Garvin, P. y Lastra, Y. (1984) (eds.). Antología de
etnolingüística y sociolingüística. México: UNAM.
FISHMAN, J. 1967. Bilingualism with and without diglossia; diglossia with and without
bilingualism. Journal of Social Issues 32(2), págs.29-38.
FISHMAN, J. (1972). Sociología del lenguaje. Madrid: Cátedra, 1979.
HOFFMAN, C. (1991) An Introduction to Bilingualism (Longman : New York)
MACKEY, W. (1970). Description of Bilingualism en Fishman, J., Reading in the Sociology
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MONTRUL, S. (2013). El bilingismo en el mundo hispanohablante. Oxford: John Wiley &
Sons, Inc
REAL ACADEMIA ESPAÑOLA. Diccionario de la lengua española.
[http://buscon.rae.es/drae/srv/search?val=biling%Fcismo] Disponsible en Internet [consulto
20/04/2013]