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Accidente Cerebrovascular

en el Adulto Mayor
Modulo IV

Dr. Christian L. González Espínola


Introducción
• La enfermedad cerebrovascular (ECV) es la primera causa de muerte en los países
desarrollados, después de la cardiopatía isquémica. Es además la segunda causa
más frecuente de demencia, la causa más frecuente de epilepsia en el anciano,
una causa frecuente de depresión, y la primera causa de discapacidad grave en el
adulto.
• El 80% de los ictus se dan, en nuestro entorno, en pacientes mayores, y
concretamente más del 50% en pacientes frágiles. En este sector de población la
repercusión es más grave tanto en términos de mortalidad como de dependencia
e institucionalización.
Concepto
• Se denomina ictus al trastorno brusco del flujo sanguíneo cerebral
que altera de forma transitoria o permanente la función de una
determinada región del encéfalo.

Factores de riesgo
• Los factores de riesgo de los ictus isquémicos se clasifican en modificables,
potencialmente modificables y no modificables, como se observa en la siguiente
tabla.
Factores de riesgo de ictus isquémico. Factores de riesgo de ictus hemorrágico.

++: fuerte evidencia; +: evidencia positiva moderada; ?: evidencia


dudosa; –: evidencia inversa moderada; 0: no hay relación
Clasificación del Ictus
• Los ictus se clasifican en diversos subtipos siguiendo criterios clínicos,
topográficos, patogénicos, diagnósticos y pronósticos.
• Según su producción, según su etiología y topografía los accidentes
cerebrovasculares (ACV) se clasifican en:
Diagnóstico
• Para el diagnóstico es fundamental una historia clínica completa que incluya:
• Antecedentes personales, haciendo hincapié sobre los factores de riesgo
cardiovasculares.
• Historia actual del evento.
• Exploración física que incluya una neurológica completa.
• Valoración geriátrica integral que nos ayudará a determinar el tratamiento a
seguir y dirigir el paciente al nivel asistencial oportuno.
• Escalas de valoración. Para evaluar la gravedad del ictus con escalas
específicas como son: Escala neurológica canadiense. Escala de NIHSS.
• Una vez realizada la anamnesis solicitaremos las pruebas complementarias
• A todos los pacientes:
• Análisis de sangre: hemograma, estudio de coagulación, glucemia,
electrolitos, perfil hepático y renal, PCR o VSG.
• ECG.
• TAC o RMN craneal.

• En dependencia de los resultados se deberá completar con:


• Doppler/dúplex extrarrenal y transcraneal.
• Angio-TC o angio-RM.
• RM con difusión o perfusión o TC con perfusión.
• Ecocardiograma (transtorácico y/o transesofágico).
• Radiografía de tórax.
• Punción lumbar.
• EEG.
Tratamiento
• El enfoque terapéutico del ACV se basa en 3 pilares:
• Diagnóstico y tratamiento en fase aguda y subaguda.
• Prevención secundaria.
• Pronóstico funcional y tratamiento rehabilitador.

Diagnóstico y tratamiento en fase aguda y subaguda:

Tratamiento del ictus isquémico en la fase aguda


• Género de vida
• Canalizar vía periférica en brazo NO parético e iniciar fluidoterapia.
• Dieta absoluta primeras 6 horas
• Control saturación 02
• Control de Tª
• Será necesario valorar signos indirectos de disfagia ya en la fase aguda.
• Control de la glucemia capilar cada 6 h.
• Control de tensión arterial (TA) cada 2 h (monitorización)
• Administrar ácido acetilsalicílico 300 (en caso de alergia dar clopidogrel 75 mg) v.o. si no hay
disfagia evidente.
• Citicolina 1 g.
• Heparina de bajo peso molecular
• Crisis comiciales: no se recomienda la profilaxis primaria con fármacos antiepilépticos.

Tratamiento del ictus hemorrágico en la fase aguda


• Las medidas generales, control de saturación de oxígeno, hipertermia y glucemia
no difieren de las del manejo del ictus isquémico. Se aconseja también el uso de
citicolina.
Prevención secundaria:
• La prevención secundaria tras el ictus reduce de forma significativa el riesgo de
recurrencia y la morbimortalidad vascular. No debemos olvidar que el 30-43% de
los pacientes que han padecido un ictus tendrán otro en los cinco años siguientes
y este riesgo es máximo en el mes posterior al episodio índice. De manera similar,
el riesgo de padecer un infarto cerebral establecido en el primer mes tras un AIT
es de un 20% aproximadamente y existen más probabilidades de sufrir eventos
vasculares en pacientes con ictus/AIT.
• Las medidas de prevención incluyen: tratamiento antiagregante o anticoagulante,
control de factores de riesgo vascular (HTA, DM, dislipemia), endarterectomía.
Pronóstico funcional:
• Determinar el pronóstico funcional del ACV es de gran utilidad para el paciente y
su entorno familiar, pero también para decidir estrategias terapéuticas, definir
objetivos realistas en la rehabilitación y planificar la derivación al alta hospitalaria
o a rehabilitación.
• Conocer el resultado final de un proceso tan heterogéneo como el ACV es difícil y,
por esta razón, se han estudiado muchos factores pronósticos de recuperación
funcional tras un ictus.
Tratamiento rehabilitador:
• El papel de la rehabilitación en el ACV se orienta hacia tres fines:
• Valorar las lesiones y el déficit funcional en un momento dado y su evolución.
• Estimar el pronóstico funcional.
• Establecer un plan terapéutico individualizado para cada enfermo.

• En el plan terapéutico del ACV estabilizado podemos plantearnos 4 objetivos:


• Prevención y tratamiento de las complicaciones.
• Mantener o recuperar las funciones orgánicas.
• Recuperar las capacidades funcionales perdidas.
• Adaptación a las funciones residuales.
• El objetivo final de la rehabilitación de los pacientes con un ACV consiste en
conseguir la máxima capacidad funcional y social que les permita reinsertarse, en
la medida que sea posible, en su entorno previo. Para conseguir este objetivo es
preciso iniciar el tratamiento rehabilitador desde la fase aguda y continuarlo
hasta la situación de secuela.

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