periorales, los cuales sirven para la succión. Lograr el proceso de ingestión, Disminuir sialorrea e Incrementar la función bucal. Establecer un programa prelingüístico.
Controlar la disfunción oral, para
una alimentación adecuada. • Se realizará una prueba funcional antes del tratamiento, observando el movimiento orofacial que realice el niño para el control de los reflejos. • El reflejo perioral se estimula sobre la mejilla del niño y este responde girando la cabeza hacia el estimulo y moviendo lateralmente la boca.
• Este reflejo existe al nacer y le
permite encontrar el pezón. • El estimulo es hacia el paladar duro; el niño empieza a succionar empujando el estimulo al techo de la boca con ayuda de la lengua.
• Este reflejo existe al nacer; su ausencia demuestra anormalidad,
si persiste, la lengua no desarrolla su normalidad y madurez del patrón de movimiento necesario para la deglución. • Se estimula tocando la superficie cortante de las encías; el niño responderá mordiendo firmemente el estimulo.
• Este reflejo existe desde que nace y persiste hasta que
inicia la masticación a los 6 meses. • Se mueve el objeto estimulante dentro de la boca , llevándolo de adelante hacia atrás sobre la lengua hasta que se estimule el reflejo nauseoso (presentando nauseas).
• Este reflejo existe desde que nace y persiste durante toda
la vida; en parte, dicho reflejo es protector de los alimentos líquidos para la deglución. • La ausencia de vocalización indica anormalidad en un lactante, ya que habitualmente comienza a vocalizar a la 7ª semana.
• Cuando un niño presenta alteraciones psicomotoras no
desarrollara variedad de sonidos por tanto, su llanto tiende a ser anormal. • Un niño espástico presenta hipertonía en los músculos periorales. La lengua puede efectuar espasmos tónicos intermitentes. • Frecuentemente la conducta alimentaria del niño con lesión cerebral presenta alteraciones desde el nacimiento. • Se lleva a cabo mediante masajes en forma circular y firme sobre la cara interna y externa de ambas encías, y por ultimo se realizara un leve rozamiento con la yema de los dedos en los músculos masticatorios partiendo desde ambas comisuras hacia los pómulos durante 2 o 3 min. • Se inhibe rozando suavemente la cara interna y externa de las encías, parte superior y bordes laterales de la lengua. • Además, se coloca un objeto estimulante en la parte media superior de la lengua con ligera presión de la misma durante 2 o 3 min. • Los movimientos de la lengua aparecen mediante algún estimulo que este directamente dentro e la boca. • También es conveniente poner alguna sustancia de sabor agradable en los labios. • Se estimulan los músculos periorales a través de masaje suave, principalmente en el músculo orbicular de los labios. • Se efectúan movimientos de flexión y extensión de cuello antes de la alimentación para relajar los músculos de la faringe. • Se estimula durante 5 min. Circularmente presionando ligeramente a los músculos temporales, maseteros y periorales. • Nota: por periodos se puede aplicar hielo, el cual reduce la espasticidad de la lengua y la boca, facilitando el lenguaje. • Estimula esteroceptores. • Se realiza manejo de estimulación de la cavidad oral. • Existe correlación con las funciones vitales. • Se da estimulación a nivel de los sentidos. • Se aplica en niños y adultos. • Se usa en casos centrales o periféricos. • Es de bajo costo y no requiere instalaciones complejas. • No hay consecuencia con los patrones motores y el desarrollo. • Por ensayo y error, no existen estudios comparativos. • Jiménez Treviño, Carlos Manuel. Neurofacilitación: técnicas de rehabilitación neurológica. México: Trillas, 2007
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