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La deglución atípica ocurre cuando la persona coloca en una posición incorrecta su lengua a la hora de
tragar, colocándola sobre los dientes superiores e inferiores o entre ellos y ejerciendo presión sobre los
mismos.
En estos casos es muy frecuente que, durante una visita, el dentista u ortodoncista nos indique que
debemos acudir a un logopeda porque posicionamos de forma incorrecta la lengua al tragar. En ocasiones,
los propios padres pueden darse cuenta de que su hijo es incapaz de masticar con la boca cerrada o que
realiza gestos o movimientos al tragar. Estas manifestaciones pueden poner en evidencia un trastorno
llamado deglución atípica.
El logopeda es el profesional que se encarga de que la persona corrija la deglución incorrecta, consiguiendo
un patrón deglutorio correcto. En la mayoría de los casos, el ortodoncista también participa en el
tratamiento para corregir la mordida u otros posibles desequilibrios anatómicos.
•Mantener una buena higiene nasal que permita la posibilidad de respiración nasal. Si hay mucha
mucosidad, la persona necesitará comer con la boca abierta para poder respirar.
•Mantener el cierre o sellado de los labios el mayor tiempo posible. No sólo en la deglución sino a lo largo
del día.
•Masticar los alimentos suficientemente con movimientos de rotación y por ambos lados: derecha e
izquierda.
•Evitar distracciones durante las comidas, para poder aplicar estas pautas.
•Eliminar los malos hábitos orales como chupar objetos, morderse las uñas, succión digital, uso prolongado
del chupete o del biberón. Estos favorecen la posición incorrecta de la postura lingual y su bajo tono
muscular.
•Mantener la lengua en el paladar sin tocar los dientes cuando no se esté hablando.
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Los ejercicios propuestos son una orientación. La corrección de la deglución atípica requiere de un
tratamiento de logopedia. El logopeda tras la evaluación pautará cuáles son los ejercicios para corregir la
deglución atípica más convenientes para cada paciente.
La práctica ideal es realizar los ejercicios en un sitio sin distracciones y delante de un espejo para que la
propia persona pueda ver cómo lo realiza. Los ejercicios han de realizarse a una velocidad relajada que
permita apreciar el trabajo de los músculos involucrados. En caso de niños, resulta fundamental que los
acompañen los padres para motivarles a realizar los ejercicios.
Estos ejercicios ayudarán a fortalecer, controlar y coordinar mejor los movimientos de la lengua, lo que
permitirá la colocación correcta de la lengua. Se recomiendan 3 series de 15 repeticiones cada una.
•Colocar a lengua en una posición estrecha o en punta y mantenerla durante unos segundos.
•Colocar la lengua en vertical fuera de la boca como si quisieras tocarte la nariz con ella.
•Sacar la lengua hacia fuera lo máximo posible y volver a meterla en la boca hasta tocar el paladar.
•Mantener un depresor (palito de madera que utilizan los médicos para ver la garganta) encima de la lengua
y poner a ambos lados del depresor dos gomas de borrar a modo de pesas. La persona debe mantener el
depresor el mayor tiempo posible.
•Pasar el ápice o punta de la lengua por el contorno de los labios, lentamente y en ambas direcciones.
•Pasar la lengua por todo el paladar hacia atrás y hacia delante, hasta llegar a las arrugas del paladar.
•Sacar la lengua lo mínimo posible, sin abrir la boca, de forma que sólo aparezca la punta entre los labios.
•Desplazar el ápice lingual lateralmente, por el exterior de la boca, sin apoyo y sin tocar en las comisuras
labiales.
•Llevar la punta de la lengua a las muelas finales de la derecha e izquierda de arriba y posteriormente a las
muelas de abajo.
El músculo buccinador se localiza sobre las mejillas y participa en los movimientos de masticación. Además,
en la deglución, es el responsable de trasladar el bolo alimenticio hacia las muelas y a la parte posterior de
la lengua donde se desencadenará el reflejo de deglución para que el bolo sea propulsado hacia el esófago.
Se recomiendan 3 series de 15 repeticiones cada una.
•Sostener una jeringa con los dientes y succionar hasta conseguir bajar el émbolo.
En muchos pacientes es habitual encontrarse con labios hipotónicos que tienen dificultad para realizar el
sellado labial, favoreciendo la respiración oral. El sellado labial es esencial para una buena deglución.
También se recomiendan tres series de 15 repeticiones.
•Presionar con la lengua la cara interna de la mejilla de forma alternativa a ambos lados y manteniendo el
sellado labial.
•Sostener una cuchara de plástico entre los labios (sin que intervengan los dientes) y colocar una canica.
Hay que evitar que la canica se caiga.
•Colocar una oblea entre los labios y mantenerla ahí el mayor tiempo posible.
•Mantener sobre el labio superior y sujeto por el mismo un lápiz, a modo de bigote.
•Mantener sellado labial mientras se llena la boca de agua y se traslada de una mejilla a otra.
•Hacer pompas
•Extender los labios todo lo que se pueda y, posteriormente, encogerlos imitando un beso.
En muchas ocasiones, el paciente con deglución atípica realiza una incorrecta masticación. Pueden masticar
los alimentos con los dientes en vez de con las muelas realizando movimientos mandibulares laterales o
masticar la comida únicamente por un lado de la boca. Esto repercute en el inadecuado troceado de los
alimentos y dificulta la función del músculo buccinador para trasladar el alimento hacia la lengua. Estos
ejercicios ayudarán a lograr una masticación correcta. Nuevamente, series de 3 con 15 repeticiones.
•Masticar alimentos haciendo movimientos de rotación, cambiando el alimento de lado. Puedes practicar
moviendo un chicle a cada lado de la boca de forma alternativa.
•Masticar un tubo de goma un número de veces por los molares derechos y, posteriormente, masticar el
tubo el mismo número de veces por los molares de la izquierda.
Ideas de ejercicios para los músculos de la masticación
•Hacer gárgaras.
A través de estos ejercicios se pretende colocar la lengua en la posición correctay controlar que
la sorbición se realiza de forma simétrica. Se debe posicionar la lengua justo detrás de los dientes
superiores donde se producen unas arruguitas, evitando que la lengua toque los dientes.
•Colocar la lengua pegada en el paladar, a modo de ventosa y, sin despegarla, abrir y cerrarla boca.
•Colocar la lengua pegada en el paladar, a modo de ventosa y, sin despegarla, intentar tragar saliva.
•Colocar un Smint o Juanola en la lengua y colocar la lengua en el paladar justo detrás de los dientes
superiores, donde se notan unas arrugas. Mantener la lengua presionando la pastilla hasta que se disuelva.
Este sellado es importante porque cierra la vía aérea. Articulando el sonido (no el nombre) de estas letras
en el orden establecido, la persona realiza los movimientos labiales y linguales necesarios para conseguir
hacer el sellado. Es una réplica sin alimentos de una deglución correcta.