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Educación Popular

¿Qué es la educación popular?


Una de las pedagogías alternativas más conocidas en la actualidad
es la educación popular, creada por su máximo exponente Paulo
Freire, educador brasileño que a mediados del siglo XX decidió
innovar y alejar la educación de la institución educativa más
tradicional.

La educación popular, tal como afirma Freire, entiende que «enseñar


no es transferir conocimientos, sino crear las posibilidades para su
producción o construcción», lo que supone contextualizar la
enseñanza plenamente no solo mediante las dinámicas en el aula
sino trasladando al alumno al medio que lo rodea. Esto supone que
el «oprimido» descubre por él mismo cuál es la realidad exterior y su
contexto social.

¿Cómo se lleva a cabo la educación popular?


La educación popular existe para poder ofrecer tanto a los
educadores como a los educandos un aprendizaje de su propia
realidad mediante la comprensión crítica del mundo que los rodea y
su transformación mediante la reflexión y los diálogos.

Por todo esto, podemos afirmar que la educación popular defiende


un proceso de enseñanza–aprendizaje plenamente contextualizado,
donde las personas adoptan roles de educando y educador para, a
través del diálogo y la reflexión, acceder y transformarse no solo a sí
mismos, sino a toda la realidad que nos rodea.

Es por ello que no solo el alumno es el centro del aprendizaje,


sino también lo son todos los elementos que intervienen en este
acto educativo.

¿En qué tipo de contextos se desarrolla la educación popular?

 Educar es conocer de forma crítica la realidad que nos


rodea: la educación es concebida como una toma de conciencia
de la realidad de forma colectiva, práctica e involucrando las
emociones, los pensamientos, los deseos y todo lo relacionado
con nuestro origen como seres humanos.
 Educar no es una práctica neutral: si el acto de educar es
algo social, la práctica educativa no puede ser algo neutro,
inamovible y apolítico. Cuando educamos, lo hacemos
partiendo de unos valores y unos pensamientos propios
mediante los cuales debería aparecer un compromiso ético y
político de construir un mundo mejor, y superar de esta forma
las posibles circunstancias y factores que lo dificulten.

 Educar es conocer y transformar al mundo y a nosotros


mismos: como seres humanos somos seres no solo en continuo
cambio y evolución, sino también, inacabados. Somos seres
que precisan de experiencias sociales con todo lo que les rodea
y es por ello que es importante saber que en el proceso
educativo nos necesitamos tanto a nosotros como a las demás
personas que están en interacción continua para seguir
creciendo y aprendiendo.

 Educar es dialogar y reflexionar: para comprender y construir


nuevas formas de aprendizaje con la realidad que nos rodea,
necesitamos comunicarnos e interactuar con las personas que
nos rodean para poder ser libres.

¿Qué desafíos actuales enfrenta la educación popular?

 La deshistorización del tiempo


En la educación popular debemos aprender a colocar los conceptos
en lenguaje plástico. Existe un principio sagrado: no se trata de que
el pueblo entienda lo que hago, sino que “vea” lo que yo hago. Si no
logramos transformar el concepto en metáfora, en imagen,
seguiremos hablando un lenguaje ajeno y corremos el riesgo de llevar
al pueblo a usar un lenguaje intelectualista.

 La concientización
La educación popular, tal como fue desarrollada en la obra de Paulo
Freire, se basaba en dos paradigmas: el del personalismo cristiano y
el marxista. Los dos paradigmas acuñaron una expresión que
actualmente ya no está tan de moda: “concientización”.

El paradigma de la concientización debe discutirse con más


profundidad porque las personas, incluyéndonos a todos, no
hacemos exactamente lo que consideramos verdadero ni lo que
pensamos. Hacemos lo que queremos, y muchas veces queremos lo
que no pensamos, o pensamos una cosa y hacemos otra. Esto no
significa que corramos el riesgo de nunca acertar. El problema es
que con mucha frecuencia formamos líderes “concientizados” que,
sin embargo, en las instancias de poder, establecen relaciones
opresivas y burguesas. Es muy difícil formar verdaderos líderes.

 Los nuevos paradigmas


La educación popular debe trabajar los nuevos paradigmas : la
dimensión holística de la realidad ; la dimensión ecológica ; las
relaciones de género, sexualidad, afectos y subjetividad ; la relación
de lo micro con lo macro.

 La crítica y la autocrítica
Otro de los desafíos de la educación popular es volver la crítica y la
autocrítica una práctica fundamental, y esto nos lleva a afirmar que
no se puede hablar de educación popular sin que haya transparencia
en la actuación de los miembros del equipo. La educación popular
exige escuchar a los educandos y al equipo sobre lo que piensan del
educador, de su desempeño. Tendemos a pensar que todo está bien y
vamos aplazando los problemas. Es ahí cuando las cosas se
detienen.

 La educación formal
Aunque no es posible adoptar en la escuela formal la metodología de
la educación popular, sí es posible incluir en aquellas algunas
pedagogías de la educación popular, o crear una escuela con la
metodología de la educación popular.

 Los excluidos
Cada vez un número mayor de sectores populares se enfrenta a su
supervivencia inmediata, y cuando una persona se encuentra en esa
situación no tiene tiempo ni condiciones psicológicas para participar
en reuniones, entrenamientos o encuentros.

 Los afectos
En nuestros días el aspecto de los afectos se está discutiendo más.
Los líderes formados mediante la educación popular están
mostrando, con su práctica, cómo lo afectivo influye en el desempeño
político. Cuando no eran líderes, no tenían responsabilidad pública,
podían vivir sus problemas afectivos porque ello afectaba, cuando
más, a la familia. Ahora afecta estructuras e instituciones.
Recomendaciones para la acción
Hacer educación popular implica tener siempre como referencia el
tiempo como historia. Esto es lo que nos permite analizar los
procesos educativos y hacerlos visibles para otros. Siendo la
televisión un elemento clave en la destrucción de la perspectiva
histórica es necesario promover una educación para ver la televisión,
que les permita a las personas el distanciamiento necesario para ser
críticos frente a los programas que observan.

La educación popular requiere que el educador se cuestione, se


eduque permanentemente en el diálogo con los educandos. Partir del
educando es la única manera de partir de la experiencia del grupo,
de lo contrario tendremos una educación popular conceptualmente
liberadora, pero colonizadora en la práctica.

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