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FILOSOFIA Y EDUCACION

TEXTO ARGUMENTATIVO

PEDAGOGÍA DE LA LIBERACIÓN Y LA EDUCACIÓN COMO


EXPERIENCIA DE SENTIDO

ENCUENTRO 4

ASTRID DANIELA MORA BARRETO

COG:082906722017

Mg. JOSE GILBERTO GALEANO RODRIGUEZ

GRUPO 1

VlI SEMESTRE

LICENCIATURA EN PEDAGOGIA INFANTIL

UNIVERSIDAD DEL TOLIMA

IBAGUE-TOLIMA

2020
PEDAGOGÍA DE LA LIBERACIÓN Y LA EDUCACIÓN COMO
EXPERIENCIA DE SENTIDO

La educación tiene grandes retos en la actualidad, porque si se quiere construir una sociedad
nueva se debe de empezar por cambiar la educación de las generaciones más jóvenes. La
nueva educación habrá de mostrar el camino del ser libre y empático que busca el cambio de
actuar, de aprender, de enseñar y debe estimular los pensamientos críticos constructivos en los
estudiantes para una democracia mejor. La educación debe ser colocada en el centro de interés
de toda sociedad para que así mismo se pueda lograr que sea transformadora, libre y justa.
Todos somos aprendientes y enseñantes de por vida. Nuestra misión es aprender y enseñar. En
cada actividad de la vida social, política y económica, debe abrirse un vector educativo claro.
Hasta ahora, el modelo educativo se ha basado en educadores, aulas, en la jerarquización y en
el uso de métodos dictatoriales. Si el objetivo era lograr que una persona le pasara la
información de su mente a otra persona, era comprensible el método. Pero esto ya no es
posible. La educación debe centrarse en el aprendiente.

Debemos saber, además, que la continua formación docente no termina con la titulación del
profesor, sino que se extiende por toda la práctica educativa, ya que el mayor aprendizaje
surge de la práctica, los que se incorporan como experiencia, sumándose a los saberes propios
de la persona que ejerce el oficio docente. También es necesaria la reflexión permanente y
sistemática para poder visualizar los problemas y sus caminos para una solución eficaz.

Es por esto que se dice que en gran parte el mayor responsable del cambio de la educación y
de la sociedad son los docenes ya que en la medida en que el profesor ha aprendido él a
participar y comprometerse va a tener la capacidad de enseñar a sus alumnos a integrarse a la
sociedad y al mundo, también el profesor debe incorporar la reflexión y la crítica, como lo
hemos dicho antes, para recuperar la conciencia y el compromiso social, de manera que cada
quien pueda escudar su propia individualidad y no hacerse una víctima de la dominación. Pero
hay que tener muy en cuenta que esto, que significa una forma de ver al mundo, se aprende de
la cultura, de otras personas.

Freire critica la relación pedagógica tradicional que se establece entre educando y educador.
Este tipo de relación educativa, dominante en la enseñanza, trata al educando como si fuera un
banco donde se depositan los conocimientos. La educación se transforma en un acto de
depositar, de ahí que la denomine educación bancaria. El proceso del aprendizaje en la
concepción bancaria es el acto de depositar, de transferir, de transmitir valores y
conocimientos. Dado que la narración del educador está separada de la realidad y de la
reflexión sobre la realidad, se transforma fácilmente en un instrumento de dominación. En este
sentido Freire dice: “En la medida en que esta visión bancaria anula el poder creador de los
educandos o lo minimiza, estimulando así su ingenuidad y no su criticidad, satisface los
intereses de los opresores”30. Lo que él nos quiere decir es que en este tipo de educación no
hay comunicación, en vez de comunicarse con los alumnos, hace comunicados que éstos
simplemente memorizan. De ahí que la educación bancaria no permita la acción, la
indagación, la creación y, en consecuencia, lleva a la domesticación de los educandos, a
adaptarlos, a ajustarlos a la realidad sin permitir la posibilidad de planteamientos
transformadores. A esta educación opone la educación liberadora o problematizadora que,
debe superar (… “la contradicción educador-educando. Debe fundarse en la conciliación de
sus polos, de tal manera que ambos se hagan, simultáneamente, educadores y educandos”)
eliminando, así, las consecuencias negativas que trae consigo la educación bancaria. Pg. 32.
En la educación liberadora juega un papel fundamental el diálogo que va unido a las
circunstancias existenciales de quienes dialogan, es decir, a la realidad.

En la pedagogía de Freire es fundamental su afirmación de que “nadie educa a nadie, así


tampoco nadie se educa a sí mismo, los hombres se educan en comunión mediatizados por el
mundo” Pg. 33. La pedagogía de Freire ofrece, pues, una teoría y una práctica liberadoras que
permiten actuar, incluso, en las situaciones de opresión tan corrientes en el mundo pobre pero
también inmersas en el mundo rico. Su afirmación acerca de la posibilidad de una educación
crítica en situaciones de dominación permite superar el determinismo de las teorías de la
reproducción y abre un camino de esperanza para la transformación del mundo injusto. Para
impulsar una educación mejor necesitamos nuevas herramientas intelectuales, emocionales y
actitudinales más eficientes y congruentes con las necesidades humanas. Capaces de superar el
dualismo cultural, biológico, social y espiritual que ha causado tantos problemas. La
educación necesita de la curiosidad, la reciprocidad y la intuición para captar las relaciones
entre los fenómenos, acontecimientos o procesos que normalmente pasan desapercibidos. Pero
también compromiso, pasión y solidaridad para transformar su proyecto en praxis de la
esperanza.

Es por esto que creo que el legado del pedagógico de Paulo Freire es una buena estrategia de
reflexión para enfrentarse a la lógica del autoritarismo que define las políticas educativas
adaptándolas a las necesidades del mercado y no al crecimiento personal y social. Me parece
especialmente destacable en su pensamiento, el hecho de que con su estrategia de educación
crítica desnaturalizó la pobreza, las desgracias, el analfabetismo y dio cabida, en la escena de
la opresión, a los responsables y no sólo al destino. La pedagogía de la liberación pretende
liberar a los oprimidos, quienes deben aprender a comprender su situación como culturalmente
impuesta; no aceptar dádivas, que solo les aseguran continuar con su situación de desventaja,
sino reflexionar los modos de cambiarla y luego realizar la acción. El maestro en una situación
de igualdad con el alumno, lo debe ayudar a reflexionar y a aprender, pero no mecánicamente
sino en forma crítica, alfabetizándolo a partir de palabras cuyo significado les sea relevante
(palabras generadoras) que lo estimulen a dialogar, cuestionar las represiones que sufren en
general y en la escuela en particular, y elaborar un plan de acción, para liberarse él, y también
el opresor, para que juntos puedan iniciar una sociedad nueva, con hombres nuevos, más
justos y solidarios, en constante colaboración.

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