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2013), como un trastorno del neurodesarrollo, cuyos síntomas principales son la falta de atención,
hiperactividad e impulsividad. La inatención se manifiesta conductualmente en el TDAH como una
dificultad para enfocar la atención en una tarea y para mantenerse en la misma, lo cual no se debe
a que la persona no entienda o entienda poco la actividad que está realizando. La
hiperactividad hace referencia a un exceso de actividad motora cuando, de acuerdo al contexto, no
es apropiada. La impulsividad describe aquellas acciones que son realizadas sin haberlas pensado
con antelación y que pueden no ser apropiadas a la situación (APA, 2014).
El TDAH puede causar una interferencia importante en la vida cotidiana, que en el caso de la edad
escolar se manifiesta como problemas en la escuela y en el hogar. Aunque no es un problema
intelectual, las fallas en la atención y en la inhibición del comportamiento pueden generar
dificultades en el aprovechamiento escolar, en el seguimiento de instrucciones y reglas y en la
relación con sus pares y con los maestros. De esta forma, el TDAH es un trastorno que requiere una
atención específica para disminuir la probabilidad de complicaciones en la edad escolar y en edades
posteriores.
5) Identificar formas de intervención que favorezcan el aprendizaje y la conducta del niño con TDAH en el aula.
El docente:
2) Identifica las características cognitivas y conductuales que puede presentar un niño con
Trastorno por Déficit de Atención/Hiperactividad.
Los criterios diagnósticos, de acuerdo con la Asociación Americana de Psiquiatría pueden englobarse
en dos áreas, nueve síntomas de inatención y nueve síntomas
de hiperactividad/impulsividad (Tabla 1).
Inatención Hiperactividad/Impulsividad
1. Falla al prestar atención a detalles y 1. Es inquieto, da golpecitos con los dedos o
comete errores al trabajar o realizar otras pies, se mueve en su asiento.
actividades.
2. Deja su asiento en situaciones en las que
2. Dificultad al mantener la atención en es necesario estar sentado.
actividades recreativas.
3. Corre o trepa en situaciones en las que
3. Parece que no escucha al hablarle es inapropiado (en adolescentes y adultos
directamente. puede limitarse a estar inquieto).
b) Los síntomas tienen que haberse presentado durante al menos seis meses.
c) Deben causar una alteración en al menos dos ambientes (por ejemplo la casa y la escuela).
d) Los síntomas deben haber iniciado antes de los 12 años.
1.2 Características neuropsicológicas del TDAH
a) Atención. Los niños con TDAH presentan fallas para focalizarse en una tarea ignorando los
estímulos que no son relevantes para la misma y para mantenerse en una tarea por un tiempo
prolongado. También tienen dificultad para dividir su atención entre dos o más tareas o para
alternar la atención entre diferentes actividades.
Si una tarea les resulta fácil o está muy automatizada pueden llevarla a cabo, pero presentan
dificultades notables cuando la tarea es novedosa o compleja y les requiere un esfuerzo mental
sostenido. Presentan un rechazo a dedicar atención y esfuerzo a tareas complejas.
b) Inhibición. Los problemas de inhibición de los niños con TDAH tienen que ver con tres
procesos.
a. No son capaces de detener respuestas que han sido muy automatizadas. De tal forma
que parecen no actuar retroalimentándose del ambiente y de las circunstancias, actuando,
por ejemplo, en una casa ajena de la misma forma que en la propia, sin pedir permiso para
tomar las cosas.
b. Una vez que han iniciado una conducta tienen dificultad para detenerla. Mientras las
personas en general son capaces de detener una respuesta que ya se ha iniciado, los niños
con TDAH parecen tener dificultad en detener su comportamiento.
c) Aversión a la demora. Los niños con TDAH presentan una tendencia a preferir
recompensas pequeñas pero inmediatas, en lugar de recompensas más grandes pero
demoradas, es decir, tienen un estilo motivacional caracterizado por una “reacción emocional
negativa a la imposición de la demora”. Los niños en edad escolar diagnosticados con TDAH
prefieren la recompensa inmediata que la demorada y tienden a desempeñarse mejor cuando la
recompensa se otorga que cuando no hay recompensa. Dentro de este enfoque, la impulsividad
tendría como objetivo reducir el tiempo de demora para obtener la gratificación. De esta forma,
la recompensa no tiene para ellos el mismo valor que para otros niños por lo que los programas
de refuerzo no siempre dan los resultados deseados. Presentan una tendencia hacia la búsqueda
de estimulación y gratificación inmediata. De tal suerte, las recompensas a largo plazo como los
programas de fichas no dan el mismo resultado que en niños que no tienen este trastorno.
Los niños con TDAH generalmente demuestran un pobre desempeño en tareas de memoria de
trabajo fonológica y visuoespacial comparados con niños de desarrollo normal. Mantienen
menos información en mente por lo tanto pueden olvidar instrucciones o tener dificultades en la
comprensión o para resolver un problema. Muchas veces dan la impresión de no comprender
cuando se les habla directamente o se les da una instrucción, lo cual, muy probablemente es
por falta de capacidad en la memoria de trabajo.
Los niños con TDAH parecen poco empáticos, no son sensibles para entender lo que el otro está
pensando y sintiendo. En alguna medida, esta aparente falta de empatía pudiera explicarse por
un deficiente reconocimiento de emociones, ya que éste es básico para entender a los otros.
También se han llevado a cabo estudios con gemelos monocigóticos y dicigóticos y se ha encontrado
mayor prevalencia de TDAH en gemelos monocigóticos. Es decir, la presencia de TDAH en la
población puede explicarse por los genes (la heredabilidad), siendo uno de los trastornos
psiquiátricos más heredables.
Diversos estudios han concordado en encontrar una reducción total en el volumen cerebral, que es
más marcado en ciertas regiones como la corteza prefrontal y la sustancia blanca que le subyace, la
corteza parietal, el núcleo caudado, el esplenio del cuerpo calloso y el vermis cerebeloso (Fig 2).
Para que estas escalas sean válidas y confiables previamente se aplican a poblaciones normales de
edades similares para tener un punto de comparación en su aplicación a niños con TDAH. Una de
ellas es la TDAH 5, la cual además permite ver qué tanta disfuncionalidad se presenta en el medio
escolar y en el hogar, lo cual es un criterio de severidad de trastorno.
Posteriormente, dado que no todos los niños con TDAH tienen un rendimiento semejante en pruebas
neuropsicológicas es importante la evaluación de la atención y las funciones ejecutivas. En atención
se evalúa qué tanto es capaz de focalizarse en un estímulo ignorando los estímulos que no sean
relevantes para la tarea. También es importante evaluar la atención sostenida, es decir, determinar
durante cuánto tiempo es capaz de mantenerse atento y responder adecuadamente a una tarea sin
perder el objetivo de la misma.
Los problemas de inhibición se evalúan con tareas en las que se requiere que el niño sea capaz de
inhibir una tarea automática como la lectura, mencionando el color del estímulo, esta tarea es
conocida como tarea tipo Stroop.
Psicoeducación
Los programas de intervención del TDAH deben de llevarse muy de la mano con los padres y los
docentes. Éstos deben iniciar con una psicoeducación, la cual consiste en una explicación detallada
de cuáles son las características del TDAH, el origen neurobiológico, el porqué de los síntomas
conductuales, las posibilidades de tratamiento y el pronóstico. Es importante que tanto padres como
profesores comprendan que el comportamiento del niño es producto de una predisposición biológica
y del ambiente.
Aunque los síntomas son compartidos por toda la población con TDAH, cada caso es diferente, por lo
cual también se describen las particularidades del caso en cuestión.
Atención
Se sugiere que el ambiente en el que trabaje el niño sea un lugar organizado y libre de distractores.
Uno de los principales problemas del niño con TDAH es que no puede atender por periodos
prolongados en tareas que le requieren esfuerzo. Una actividad que puede llevar a mejorar esta
función es ir incrementando paulatinamente el tiempo en que es capaz de mantenerse en una tarea
demandante, reforzando de manera inmediata a que la concluya. También es importante que
monitoreé él mismo el tiempo que invierte en cada actividad.
Otro de los problemas es que el niño no puede seleccionar los estímulos que son importantes en una
momento determinado y al mismo tiempo ignorar aquellos estímulos que son irrelevantes para una
tarea, a lo que se denomina atención selectiva. Una actividad que ayuda a mejorar este tipo de
atención es pedirle que identifique un estímulo que está entre varios otros que funcionan como
distractores, otra actividad es emparejar dibujos que son iguales, seleccionándolo entre otros que
son similares.
Funciones ejecutivas
Las funciones ejecutivas son aquellas capacidades superiores utilizadas para llevar a cabo una
conducta eficaz, creativa y socialmente aceptada; abarcan una serie de procesos cognoscitivos entre
los que destacan la anticipación, inhibición, flexibilidad mental, elección de objetivos, planificación,
selección de la conducta, autorregulación y uso de la retroalimentación.
Las funciones ejecutivas se empiezan a desarrollar en los primeros meses de vida, siguen su
desarrollo en la niñez y la adolescencia y concluyen en la tercera década de la vida.
En los primeros años de vida es función de los padres actuar como las funciones ejecutivas de sus
hijos. Son los padres los que regulan la conducta de sus hijos a través del lenguaje. Posteriormente
los niños imitan a los adultos, hacen decisiones más independientes y modulan su comportamiento
en ausencia de los adultos.
Entonces en la enseñanza se debe seguir este mismo orden, las instrucciones se presentan
externamente, y gradualmente (dependiendo de la habilidad y el grado de déficit) deben ir
disminuyendo tanto la supervisión como la instrucción y las claves.
Una técnica que ha resultado muy eficaz para el tratamiento de la impulsividad en los niños con
TDAH y para mejorar la autorregulación de su comportamiento es el “programa en
autonstrucciones”.
Este programa consiste básicamente en el uso del lenguaje interno para regular el comportamiento.
El lenguaje es un medio a través del cual hablamos con nosotros mismos y somos capaces de
retener o manifestar una conducta haciendo una valoración del contexto.
Las estrategias para ayudar al niño con TDAH pueden dividirse en tres categorías:
Aquí pueden contemplarse los cambios en el salón de clase que pueden ser beneficiosos para el
niño, como procurar que su espacio de trabajo sea cómodo y organizado, que no haya tantos
distractores, que ocupe un lugar en donde pueda ser monitoreado, establecer hábitos y rutinas.
2) TÉCNICAS COMPENSATORIAS.
Dado que tienen problemas de atención y de memoria de trabajo y estas funciones son necesarias
para todas las actividades escolares y cotidianas, para que el niño sea funcional en los diferentes
ambientes, se puede hacer uso de:
* agendas
*calendarios
*listas de chequeo
*aparatos electrónicos que den recordatorios
*alarmas
*aparatos para monitorear el tiempo que invierte en una actividad
*recordatorios verbales
*poner claves en lugares visibles para ayudar al niño a recuperar la información de la memoria.
*Cuando la tarea sea compleja, dividirla en fases o pasos para hacerla más manejable.
*Reforzar por cada uno de los pasos.
*Dar al niño descansos cuando se observe que ya no está rindiendo en una tarea.
*Indicar tiempo de inicio y final de una tarea.
*Tener cerca un modelo que tenga conductas y actitud apropiada.
La técnica en autoinstrucciones descrita en el apartado anterior puede emplearse para que el niño
aprenda una estrategia general para autorregularse.
También se les puede ayudar a hacer un plan de trabajo, haciendo junto con él múltiples procesos
de planificación y gradualmente invertir el proceso para que los niños piensen cómo hacer el plan.
Inicialmente debe ser “qué debemos hacer primero”, “qué debemos hacer después” y “qué
después”…Posteriormente “haz una lista de cosas que tú tengas que hacer para llegar a esta meta”.
Para favorecer su deficiencia en el manejo del tiempo es importante que aprendan a contar el
tiempo, es decir, el uso de relojes y calendarios. Se les debe proporcionar un horario y pedir que lo
sigan, imponer límites de tiempo y hacer recordatorios acerca de cuánto tiempo ha pasado. Se
pueden usar aparatos que den avisos como relojes, campanas o alarmas.
También se les pueden poner ejercicios para que estimen qué tanto tiempo lleva hacer algo y
compararlo después con el tiempo invertido. Hacer el punto final de la tarea un evento crítico con
consecuencias.
Todas las actividades previamente descritas pueden ser implementadas en el aula, no solo con el
niño con TDAH, sino con todos los integrantes del grupo.