Se conoce como conocimiento vulgar, conocimiento pre-científico o conocimiento ingenuo a aquellas formas de saber que se desprenden de la interacción directa y superficial con los objetos de la realidad. También puede surgir a partir de la opinión de las personas que nos rodean. En ambos casos, se construye sin mediar ningún tipo de método o sistema de validación, análisis o demostración racional. Es un tipo de conocimiento empírico, accesible a todas las personas por igual, dependiendo del entorno en el que vivan. El filósofo griego Platón (427-347 a.C.) fue el primero en formular la distinción entre el conocimiento vulgar (doxa) y el conocimiento formal o científico (episteme). Ya entonces existía la necesidad alguna legitimación de los saberes, que permitiera distinguir entre las opiniones informadas o cultas, de las salvajes y ordinarias, especialmente en asuntos que fueran de vital importancia. Por ende, no existe garantía de que este tipo de conocimiento sea o no verdadero, aunque bien puede servir para dar soluciones a problemas inmediatos, concretos e individuales. Características del conocimiento vulgar El término vulgar en este contexto no quiere decir grosero, sino popular, pues viene de vulgus, un término de origen latino que simplemente quiere decir “común”. Es un tipo de conocimiento “no especializado” o “no formado”, en estado natural o salvaje. Debido a su origen y a la carencia de método, este tipo de conocimiento suele ser: Superficial. Carece de herramientas para ir más allá de lo aparente o de lo que pueden percibir los sentidos. Subjetivo. Se fundamenta en posturas personales, emocionales, alejadas de un carácter analítico formal. Acrítico. No emplea un sistema de validación para sostenerse. Social. Se fundamenta en lo popular y en compartir las experiencias de vidas propias y ajenas. Ejemplos de conocimiento vulgar Algunos ejemplos de conocimiento vulgar son: Los refranes, que suelen tener algún tipo de enseñanza expresada a través de metáforas, parábolas o relatos, pero que entrañan un cierto “sentido común” social. Las pseudociencias, que son interpretaciones falsas o a medias (cuando no abiertamente manipuladoras) de otros saberes científicos más complejos. Los prejuicios, que en ocasiones provienen de la transmisión de generación en generación, sin tener autoría y sin basarse en la experiencia directa del individuo. 7.2. Conocimiento científico. El conocimiento científico es el conjunto de saberes comprobables dados por ciertos gracias a los pasos contemplados en el método científico. Es decir, aquellos saberes que se obtienen mediante el estudio riguroso, metódico y verificable de los fenómenos de la naturaleza. El conocimiento científico se sustenta en evidencias y se recogen en teorías científicas: conjuntos consistentes y deductivamente completos de proposiciones en torno a un tema de interés científico, que lo describen y le dan una explicación verificable. Dichas teorías pueden ser renovadas, modificadas o incluso sustituidas por otra en la medida en que sus resultados o interpretaciones respondan de mejor manera a la realidad y sean acordes con otros postulados científicos demostrados como ciertos. Así, al contrario de lo que su significado común sugiere, una teoría científica no es simplemente una hipótesis (“una teoría más”), sino una formulación compleja y completa que otorga sentido a los resultados obtenidos de manera experimental. Cuando las leyes científicas se demuestran y se integran en una perspectiva científica teórica, adquieren el rango de Teoría. Características del conocimiento científico El conocimiento científico se sustenta en la investigación: la recopilación de datos a partir de experiencias científicas previas, así como de procedimientos experimentales propios, que al ser replicados bajo condiciones controladas, pueden ser comprendidos más cabalmente. El conocimiento científico se clasifica en dos categorías: Conocimiento tácito. Se trata de los conocimientos técnicos tecnológicos o teóricos que son propios de la persona, es decir, que forman parte de su enciclopedia de mundo y de la perspectiva que le ha entregado la cultura a la que pertenece. No son aprendidos formalmente mediante el estudio o la educación. Conocimiento explícito. Son aquellos conocimientos científicos formales, especializados, que deben adquirirse mediante bibliografía, cursos formales o instituciones educativas, ya que tienen que ver con el conocimiento científico acumulado. El conocimiento científico se organiza en base a una jerarquía de principios, que diferencia entre: Hipótesis teórica. Un enunciado no verificado, pero en principio aceptable o creíble, que se formula al abordar un problema desde una mirada científica, lo cual implica recolección de datos y de información previa. Ley científica. Una proposición que establece una relación entre una causa y un efecto, proponiendo un lenguaje formal para demostrarla. En ella se lleva a cabo el ideal del método científico: formulación de la hipótesis, observación, experimentación y demostración. Teoría científica. Una explicación que se formula a partir de un conjunto de principios o leyes, para dar sentido coherente a las observaciones empíricas. Se trata de una abstracción totalizante, o sea, una interpretación empírica sustentada en las leyes. En ese sentido, una teoría científica ya cuenta siempre con sustento real y demostrado, y no debe entenderse como “una teoría más” o “una teoría entre muchas”, en el sentido en que usamos la palabra teoría. Modelo científico. Una representación conceptual o visual del conocimiento, que permite analizar, simular o explorar la operación de las teorías científicas en un contexto determinado. Los modelos científicos son recortes de la realidad que permiten poner en marcha lo establecido en las teorías y las hipótesis previas. Ejemplos de conocimiento científico Algunos ejemplos concretos de conocimiento científico pueden ser: Los teoremas matemáticos de Pitágoras, filósofo griego de la antigüedad, que siguen siendo vigentes más de 2000 años después y se imparten formalmente en la escuela. La comprensión bioquímica de los antibióticos a partir del descubrimiento de la penicilina en el siglo XX y su administración médica para combatir infecciones. La comprensión de la anatomía humana a nivel tal que permita la práctica de los trasplantes. El estudio de la conformación del sistema solar y de los movimientos del planeta tierra, así como de su impacto en nuestra vida cotidiana: día y noche, estaciones climáticas, solsticios, etc. El descubrimiento de la electricidad y de la capacidad de transmisión, acumulación y aprovechamiento de la misma, que dio pie a una verdadera revolución industrial y tecnológica. La explicación detallada el ciclo hídrico o ciclo del agua en sus diversas fases. 7.3. Ciencia. La ciencia es el conjunto de conocimientos organizados, jerarquizados y comprobables, obtenidos a partir de la observación de los fenómenos naturales y sociales de la realidad (tanto natural como humana), y también de la experimentación y demostración empírica de las interpretaciones que les damos. Estos conocimientos, además, son registrados y sirven de base a las generaciones futuras. Así que la ciencia se nutre a sí misma, se cuestiona, depura y acumula con el paso del tiempo. En el concepto de ciencia están contenidos diferentes saberes, técnicas, teorías e instituciones. Todo ello, en principio, tiene como objetivo descubrir cuáles son las leyes fundamentales que rigen la realidad, cómo lo hacen y, de ser posible, por qué. Se trata de un producto cultural de la humanidad moderna, quizá uno de los más celebrados y reconocidos de su historia, cuyas raíces sin embargo han estado con nosotros desde la Antigüedad clásica. La ciencia es un modelo de pensamiento inspirado en la racionalidad humana y en el espíritu crítico, valores filosóficos que tuvieron su auge a partir del Renacimiento europeo. Es por ello que a los profundos cambios filosóficos y cosmológicos que tuvieron lugar entre los siglos XVI y XVII a menudo se les conoce como la Revolución Científica. Características de la ciencia En toda su complejidad, la ciencia se caracteriza por lo siguiente: Aspira a descubrir las leyes que rigen el universo que nos rodea, mediante métodos racionales, empíricos, demostrables y universales. En ese sentido, valora la objetividad y la metodicidad, y se aleja de las subjetividades. Analiza sus objetos de estudio tanto cuantitativa como cualitativamente, aunque no siempre acuda a modelos experimentales de comprobación (dependiendo de la materia). Se fundamenta en la investigación, esto es, en un espíritu crítico y analítico, así como en los pasos que establece el método científico, para formular leyes, modelos y teorías científicas que expliquen la realidad. Genera una importante cantidad de conocimiento especializado que debe ser puesto en duda y luego validado por la propia comunidad científica, antes de ser aceptado como cierto o valedero. Se compone de un número importante de ramas o campos especializados del saber, que estudian fenómenos naturales, formales o sociales, y que en su totalidad conforman un todo unificado. Origen de la ciencia Galileo Galilei cuestionó los saberes religiosos a través de la ciencia. La palabra “ciencia” proviene del latín scientia, que traduce “conocimiento”, pero su empleo para denominar al estudio crítico de la naturaleza es reciente: en el siglo XIX el británico William Whewell (1794-1866) comenzó a emplear el término “científico” para referirse a quienes practicaban lo que toda la vida se llamó “filosofía”, “naturalismo”, “historia natural” o “filosofía natural”, esto es, el estudio de las leyes de la naturaleza. De hecho, bajo algunos de esos nombres se cultivó en la Antigüedad el conocimiento científico, esto es, el interés por averiguar cómo funcionan las cosas del mundo y por qué. Pero en la Antigüedad la búsqueda científica era indisociable del pensamiento religioso, ya que la mitología y la magia eran las únicas formas de explicación disponibles para el ser humano. Esto cambió significativamente en la Grecia clásica, al surgir la filosofía: una doctrina de pensamiento no religioso, cuyo fin era reflexionar y tratar de hallar las respuestas de manera lógica. Los grandes filósofos griegos eran también “científicos” de alguna manera, pues junto a la lógica formal y el pensamiento existencial cultivaban la matemática, la medicina y el naturalismo, o sea, la observación de la naturaleza. Las disertaciones de Aristóteles (384-322 a. C.), por ejemplo, fueron tenidas por verdad incuestionable durante siglos. Rigieron incluso a lo largo del Medioevo cristiano, en el que el discurso religioso volvió a dominar el pensamiento de Occidente. Hacia el siglo XV se produjo el Renacimiento y nuevas mentes comenzaron a cuestionar lo que dictaban los textos bíblicos. Aumentó la confianza en la interpretación racional y empírica de la evidencia, produciendo un importante quiebre que permitió el paulatino nacimiento de la ciencia. En ello jugaron un rol importantísimo muchos pensadores renacentistas y postrenacentistas, influenciados por el Humanismo que, por primera vez, convenció a la humanidad de que podía hallar sus propias respuestas a las eternas preguntas sobre el porqué de las cosas. Destacan los nombres de Galileo Galilei (1564-1642), René Descartes (1596-1650), sir Francis Bacon (1561-1626) e Isaac Newton (1643-1727), entre otros. Así nació formalmente el pensamiento científico que fue cobrando cada vez mayor relevancia en el orden cultural de la sociedad. De hecho, a partir del siglo XVIII la transformó profunda y radicalmente en combinación con la técnica, creando así la tecnología y dando inicio a la Revolución Industrial. Ramas de la ciencia Las ciencias sociales estudian la humanidad tanto de la actualidad como en la historia. La ciencia abarca un enorme conjunto de saberes organizados, que se distribuyen a lo largo de tres grandes ramas, que son: Ciencias naturales. Se llama así a todas aquellas disciplinas científicas que se dedican al estudio de la naturaleza, empleando el método científico para reproducir experimentalmente (o sea, en condiciones controladas) los fenómenos en los que se interesan. Se las conoce también como ciencias experimentales, ciencias duras o ciencias físico-naturales, y son ejemplo de ello: la biología, la física, la química, la astronomía, la geología, y otros. Ciencias formales. A diferencia de las ciencias naturales, las formales no se dedican a estudiar la naturaleza, sino objetos y sistemas puramente abstractos, que sin embargo pueden ser aplicados al mundo real. Así, sus objetos de estudio existen sólo en el mundo de la mente, y su validez se deriva no de experimentos, sino de axiomas, razonamientos e inferencias. Son ejemplo de este tipo de ciencias: la matemática, la lógica, la informática, y otros. Ciencias sociales. También conocidas como ciencias humanas, este conjunto de disciplinas se dedica al estudio de la humanidad, pero conservando una perspectiva empírica, crítica, guiada por el método científico. Se alejan, así, de las humanidades y del mundo de la subjetividad, aunque también del mundo experimental, acudiendo en su lugar a la estadística, la transdisciplinariedad y el análisis del discurso. Son ejemplo de este tipo de ciencias: la sociología, la antropología, las ciencias políticas, la economía, la geografía, y otros. 7.4. Bases conceptuales de la investigación científica. La investigación científica es un procedimiento de reflexión, control y crítica que busca aportar nuevos datos, hechos, relaciones o leyes en cualquier ámbito del conocimiento científico. La ciencia utiliza la investigación para descubrir nuevos conocimientos y para reformular los existentes. Las personas que realizan esta clase de investigaciones son denominados científicos. Debido a que deben contar con los recursos necesarios para sostener la investigación por el tiempo que esta demande, muchos países ofrecen becas y estímulos para la investigación científica. La ética científica es el conjunto de principios éticos que subyacen a toda indagación en ciencia. Generalmente contempla el no provocar sufrimiento evitable a los animales de experimentación y el respetar la confidencialidad de datos de los individuos. Elementos de una investigación científica La investigación científica está compuesta por tres elementos: Objeto. Aquello sobre lo que se indaga, es decir, el tema sobre el que se investiga. Como el conocimiento que tiene el hombre sobre el mundo no es completo, toda investigación es histórica y espacial. Medio. Conjunto de técnicas que son adecuadas para realizar una determinada investigación. El método más utilizado en las ciencias empíricas es el método científico que cuenta con pasos en los que se pone a prueba una hipótesis para obtener información certera y útil. Finalidad. Establece las razones por las que se pone en marcha la investigación. Por otro lado, debemos conocer que los pasos del método científico son: Observación del fenómeno Recolección de los datos relevantes de esa observación Formulación de una hipótesis Experimentación para constatar la hipótesis Conclusión Tipos de investigación científica Las investigaciones científicas no ocurren sólo dentro de laboratorios. La investigación puede clasificarse desde distintos ámbitos: Según su propósito: Investigación pura. Intenta aumentar los conocimientos teóricos de una materia. Investigación aplicada. Apunta a descubrir conocimientos que tengan una aplicación inmediata a la realidad. Según los conocimientos previos: Investigación exploratoria. Busca una visión general de un nuevo tema de estudio. Investigación descriptiva. Busca dar a conocer la estructura o el funcionamiento de alguna cuestión. Investigación explicativa. Busca encontrar las leyes que determinan ciertos comportamientos. Según los datos: Investigación cuantitativa. Utiliza datos que pueden ser expresados de forma numérica. Investigación cualitativa. Utiliza datos que no pueden ser expresados de forma numérica. Según los medios que se tengan que investigar: Investigación documental. Analiza datos obtenidos de diferentes fuentes. Investigación de campo. Recoge los datos desde el lugar donde se produce el hecho. Investigación experimental. El investigador crea las condiciones para establecer la relación causa-efecto del fenómeno. Importancia y objetivos de la investigación científica La investigación es uno de los pilares fundamentales dentro del mundo de la ciencia, ya que permite encontrar las causas y características de ciertos fenómenos. Gracias a ella conocemos más y mejor al ser humano y al medio que lo rodea. La investigación científica es responsable del desarrollo y la evolución de los individuos y de las sociedades , es a través de ella que se logran avances y descubrimientos en ámbitos muy variados como la medicina, la psicología, la astronomía, la biología, entre muchas otras ciencias. Su objetivo principal es adquirir conocimiento para predecir y hacer frente a problemáticas que se presentan. Por estas razones, es indispensable que se fomente y apoye la investigación. Las sociedades deben tomar conciencia de la importancia de observar, analizar y estudiar datos que pueden dar respuesta y solucionar diversos problemas, por ejemplo, aquellos que aquejan a la salud física y mental, la educación o el estilo de vida de los individuos. Etapas de la investigación científica Los resultados de las investigaciones deben divulgarse para construir conocimiento. Planteo del tema de interés. Se debe definir el campo de estudio en el que se tiene interés de realizar la investigación. Identificación del problema. Dentro del campo de estudio elegido surge un interrogante a resolver. Planteo del objetivo y la hipótesis. A través de una hipótesis (posible respuesta al problema) se determina el objetivo que persigue la investigación. Definición del marco teórico. Se investigan todos los estudios, teorías o informes que existen sobre el tema de interés. Es importante que la investigación brinde información nueva y útil para el campo de estudio. Aplicación de metodología. Se eligen las técnicas y los instrumentos a utilizar para llevar a cabo la investigación. En el caso del método científico, se intenta comprobar la hipótesis a través de la experimentación. Redacción del informe. Los resultados obtenidos brindan información a partir de la que se obtienen conclusiones. Los pasos del proceso de la investigación y las conclusiones deben redactarse en un escrito. Divulgación de los resultados. Se comunican a la comunidad científica o grupo interesado las conclusiones obtenidas en la investigación. 7.5. Características de la investigación científica.
Principales características de la investigación científica
Así como cualquier tipo de investigación, la de tipo científico tiene sus propias particularidades que la hacen propia. En este apartado te mostramos las 8 características de la investigación científica. 1. Es sistemática Tiene como principal requisito la sistematización de todos sus procesos, lo cual le aporta rigurosidad a sus resultados. Esto quiere decir que las observaciones y pasos a seguir no son azarosos, sino que, por el contrario, tienen un fundamento y objetivos concretos. La estandarización de todos sus procedimientos es la clave para que las acciones se ejecuten de manera confiable en búsqueda de resultados. Además, es la única manera de organizar la investigación en tiempo y espacio, teniendo en cuenta factores externos y ritmo de trabajo del propio investigador. 2. Es empírica Todos los resultados que arroje una investigación de tipo científico deben poder contrastarse con la realidad. Además, deben de poder observarse en cualquier ámbito real y concreto, dando lugar a la medición de los resultados. De esta forma es posible poner a prueba la hipótesis de la investigación y así poder afirmar, negar o complementar, según sea el caso. 3. Es racional Otra de sus características se desprende de su lógica y racionalidad, donde deben resaltarse los aspectos objetivos por sobre los subjetivos. Al tener la particularidad de ser empírica, hace que sea necesario basarse en hechos reales y observables. Esto último le exige al investigador una actitud crítica y libre de prejuicios a valores personales. 4. Debe ser reproducible Todos los resultados arrojados por este tipo de indagación deben poder ser reproducidos bajo las mismas condiciones por otro investigador. Esta cualidad da cuenta de la sistematización de los procesos, los cuales al estar ordenados permiten su reproducción. 5. Abarca problemas cotidianos Recordemos que la investigación científica se confecciona a partir de hipótesis que deben ser contrastadas en el desarrollo del proceso investigativo. Estas hipótesis deben generarse a partir de problemáticas y situaciones palpables en la vida cotidiana. Esta característica tiene que ver con la resolución de problemas que supone el tipo de investigación científica. Gracias a ella es posible encontrar respuestas para mejorar la calidad de vida en diferentes ámbitos, convirtiéndose en su objeto de estudio. 6. Es objetiva La indagación científica es objetiva, esto quiere decir que no se concentra en las posturas del investigador, sino que hace hincapié en los hechos de la forma más pura posible. Esto quiere decir que los resultados producidos deben poder ser asimilados por personas con diferentes ideas y posturas. El conocimiento surgido a partir de la investigación debe ser objetivo y universal. 7. Es provisional Está sujeta a los avances científicos que se producen de manera constante, por lo tanto, ninguna investigación científica será eterna. La misma debe poder estar abierta a estudios posteriores que la reafirmen o la refuten. 8. Debe ser original Cada investigación debe tener como objetivo el descubrimiento de nuevos conocimientos. Es por ello que lo recomendable es que la indagación científica se centre en aspectos novedosos o poco abordados. En caso de basarse en una averiguación existente, el autor tendrá que orientarse en un área distinta del problema. De esta manera podrá buscar resultados alternativos a los presentados en primer lugar. También podrá refutar la hipótesis de la investigación por considerarla errada, en cualquier caso, es importante que aporte algo novedoso y útil para la sociedad.