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A.

La Competencia Territorial
1. Definición
Determina la sede del órgano (jurisdiccional) en razón de
su idoneidad para el ejercicio de la función jurisdiccional
atendiendo de igual manera a la relación que las partes o
el objeto de la controversia tienen con el territorio en que
el órgano actúa. Esta competencia permite cubrir la
necesidad de contar, en el lugar donde habitan los
justiciables, con una organización judicial suficiente y
adecuada para prestar el servicio jurisdiccional.
2. Las circunscripciones judiciales
Constituyen espacios geográficos o territoriales donde se
desarrolla alguna tarea en concreto (Ortíz Ortíz). Según el
maestro Carnelutti (citado por Véscovi) posee una
tendencia descentralizadora con lo cual se aspira a la
realización de un proceso lo más cerca posible al lugar del
litigio, para aumentar el rendimiento (eficacia) y disminuir
su costo.
3. Fundamento
El maestro Rengel Romberg establece el fundamento de
la competencia territorial “en un principio de comodidad
de las partes”, para él es de orden privado este
fundamento; no obstante, el Dr. Ortíz Ortíz ha expresado
en su texto que el mismo está implícito en la vigente
Constitución, en su artículo 26, otorgándole con ello
(obviamente) rango constitucional.
4. Regla general de la competencia territorial
Esta regla viene dada por el establecimiento del
“fuero”(cuya definición se extrajo del Diccionario de la
Real Academia Española), institución procesal que
permite establecer territorialmente la competencia de los
jueces en Venezuela.
a. El fuero general (subjetivo) o personal
1) Definición
La noción la enuncia Rengel Romberg diciendo que
“ecompetente para conocer de todas las demandas que
se propongan contra una persona, el tribunal del lugar
donde la misma tenga su domicilio, a menos que el
conocimiento de la causa haya sido deferido
exclusivamente a otro tribunal” (Resaltado añadido).
2) El elemento personal como fuero general
Como se dijo en la definición, técnicamente hablando lo
que determina al fuero general es el fuero personal
precisado con base en el domicilio del demandado. Esto
se expresa en el aforismo latino: actor sequitur forum rei,
según el cual “el actor debe seguir el fuero del
demandado”.
b. El fuero especial (objetivo) y real
1) Definición
Se llama fuero especial a la circunstancia por la cual el
demandado sólo puede ser emplazado ante una
determinada autoridad jurisdiccional para responder por
determinada pretensión, determinado este fuero por
razones de ubicación de los bienes, por convención o
pacto previo entre las partes o por cualquier otra
circunstancia procesal.
La anterior definición fue tomada del texto procesal:
De igual manera encontramos una definición expresada
en el texto del co -redactor del Código de Procedimiento
Civil, Dr. Rengel Romberg.

2) Los fueros concurrentes


Son aquellos fueros especiales en el que el conocimiento
de una misma causa puede ser atribuida a varios
tribunales competentes por el territorio, y se llama
concurrente, precisamente, porque el demandado puede
acudir a cualquiera de ellos.
Existen dos (2) modalidades:
a) Electivamente concurrente y b) Sucesivamente
concurrente.
3) El fuero exclusivo o necesario
Cuando el conocimiento de la causa, sólo resulta
competente, de manera exclusiva y excluyente, un
determinado tribunal.

B) Fuero general y Especial para las Demandas Relativas


a Derechos Personales y Reales sobre Bienes Muebles
El Código de Procedimiento Civil establece en la sección II
“De la competencia por el territorio”, capítulo I “Del
juez”, título I “De los órganos jurisdiccionales”, del Libro
Primero “Disposiciones generales”, artículos 40 al 42,
algunas normas generales sobre la competencia por el
territorio.
Asimismo, a los fines de evitar la hipertrofia procesal
respecto de los términos “acción”, “pretensión” y
“derecho”, el Profesor Ortíz Ortíz, efectúa la referida
distinción lo que permite resolver problemas jurídicos de
mayor envergadura, apartándose de la doctrina
tradicional.
Dicha distinción la efectúa respecto de las llamadas
“acciones (rectius[1]: pretensiones) reales” o “derechos
reales”, de igual manera, con las llamadas “acciones
(rectius: pretensiones) personales” o “derechos
personales”.
1. Fuero general para las demandas relativas a derechos
personales y reales sobre bienes muebles (Art. 40 CPC)
a. Definiciones
Rengel Romberg efectúa su análisis sobre la normativa en
estudio: En ella “se establece el fuero general del
demandado para todos los derechos personales y reales
sobre bienes muebles y que este fuero constituye
igualmente su fuero personal, porque está determinado
por la vinculación subjetiva o personal del demandado
con el tribunal donde tiene su domicilio”.
b. Concurrencia del fuero general o personal con los
fueros especiales o reales
“Al mismo tiempo, cuando la norma dispone que las
demandas se propondrán ante la autoridad judicial del
lugar donde el demandado tenga su domicilio, pero que,
en defecto de éste, donde el demandado tenga su
residencia o el juez del lugar donde se encuentre, está
estableciendo un fuero concurrente que no es electiva,
sino sucesiva o subsidaria”.

2. Fueros especiales para las demandas relativas a


derechos personales y reales sobre bienes muebles (Art.
41 CPC)
El artículo 41 establece varios fueros especiales, reales u
objetivos para las mismas demandas, determinados por la
vinculación real de la acción o del objeto de la relación
controvertida, con una determinada circunscripción
territorial.
C) Fueros Competentes para las Pretensiones Reales
sobre Bienes Inmuebles
Conforme al artículo 42 del Código de Procedimiento Civil
(CPC), se determina la competencia de la autoridad
judicial, en los casos de demandas relativas a derechos
reales (rectius: pretensiones) sobre bienes inmuebles, en
razón del lugar donde está situado el inmueble (forum rei
sitae), o la del domicilio del demandado (forum domicilii),
o la del lugar donde se haya celebrado el contrato (forum
contractus), caso de hallarse allí el demandado y se
establece entre los diversos fueros una relación
de concurrencia, que permite al demandante elegir uno
de ellos para proponer su demanda.
1. Pretensiones de mera declaración
En las pretensiones de mera declaración lo que se
persigue es que el tribunal “declare” la existencia de un
derecho o de una relación jurídica (para Palacios estas
pretensiones permiten la declaratoria también de una
situación jurídica). Esta previsión la encontramos en el
artículo 16 del vigente Código de Procedimiento Civil.
2. Pretensiones de simulación
Estas pretensiones persiguen la declaratoria de la
inexistencia de una relación jurídica o la modificación de
una relación jurídica declarada en un documento por otra
que es la verdadera y subyacente al negocio mismo.
Es importante destacar la diferencia que establece el Dr.
Ortíz sobre estas pretensiones respecto de la doctrina
tradicional, al separar el derecho de accionar (elemento
esencial de la acción procesal) de la relación jurídico
material que se debate en el proceso.
3. Pretensiones de nulidad de transmisiones
inmobiliarias
En cuanto a las acciones (rectius: pretensiones) de
nulidad de transmisiones inmobiliarias, tiene por objeto la
restitución de un inmueble como consecuencia de la
declarada resolución, rescisión o nulidad del contrato de
transmisión, parece clara tanto para el autor Rengel
Romberg como para el Prof. Ortíz su naturaleza personal..
4. Pretensiones hipotecarias
derecho de hipoteca, son pretensiones reales
inmobiliarias y corresponden al forum rei sitae. Se
excluyen de esta categoría, algunas acciones que tienen
relación con la hipoteca, pero que son esencialmente
personales, tales como la “acción” para obtener la
cancelación de una hipoteca a causa de la extinción del
débito por pago, o prescripción, o por la inexistencia del
mismo, entre otros.
“Tratado de Derecho Procesal Civil Venezolano según el
nuevo código de 1987”, Tomo I. Teoría general del
proceso. Autor: Arístides Rengel - Romberg. Pág.: 347.
5. Pretensiones sobre servidumbre
Servidumbre: “Derecho limitativo del dominio ajeno,
establecido sobre una finca, a favor del propietario de
otra, con carácter real, o de otra persona, como derecho
personal”.
Servidumbre predial: “El derecho establecido en
beneficio del poseedor de una heredad[2] sobre otra,
ajena, para utilidad de la primera”.
En el caso de las servidumbres prediales, las mismas
tienen carácter real y están sometidas al forum rei sitae.
D) Otros Fueros Competenciales
Constituyen otros supuestos de fueros
especiales dispuestos por expresa disposición de la ley.
1. Fuero de apertura de la sucesión
De conformidad con el artículo 993 del Código Civil, la
sucesión se abre en el momento de la muerte y en el
lugar del último domicilio del de cujus. En este sentido el
artículo 43 del Código de Procedimiento Civil establece la
competencia para aquellos Tribunales cuyo lugar sea el
de la apertura de la sucesión.
2. Fuero para las demandas entre sociosConforme a lo
establecido en el artículo 44 del Código de Procedimiento
Civil vigente, encontramos un fuero especial para las
demandas entre socios, que es el “tribunal del lugar
donde se halle el domicilio de la sociedad”.
3. Fuero para la rendición de cuentas.
El artículo 45 del CPC contiene una concurrencia electiva
de fueros para las demandas sobre rendición de cuentas
de una tutela o de una administración.

· “Tratado de Derecho Procesal Civil Venezolano según


el nuevo código de 1987”, Tomo I. Teoría general del
proceso. Autor: Arístides Rengel - Romberg. Págs.: 351 y
352.
· “Teoría General del Proceso”. Autor: Rafael Ortíz Ortíz.
Págs.: 246 y 247.
E. Los Supuestos de Modificación de la Competencia
Territorial
Tanto la competencia por la materia como por la cuantía
son improrrogables (en razón de ser de orden público
absoluto) mientras que la competencia por el territorio
permite algunas situaciones en las cuales pueda
producirse un desplazamiento de la competencia, es
decir, que la decisión corresponda a otro juzgado en
virtud del territorio tomando como referencia los fueros
antes explicados (todo ésto, en razón de ser de orden
público relativo).

1. Prorrogabilidad de la Competencia

Prorrogar la competencia significa ocurrir a otro juez


distinto del señalado por regla general, que es casi
siempre un tribunal de excepción, entendida esta
expresión en buen sentido y no como violación a la
garantía del juez natural.
2. Renuncia a domicilio y domicilio de elección
La renuncia al domicilio (Art. 46 CPC) releva al
demandante de la obligación de seguir el fuero del
demandado y es un acto unilateral, que no sustituye el
domicilio renunciado por otro determinado, sino que
coloca al obligado en la situación de los que no tienen
domicilio ni residencia conocidos, prevista en el artículo
40 del CPC, en cuyo caso puede demandársele donde se
le encuentre.

El domicilio de elección (Art. 47 CPC) es bilateral, esto es,


requiere de un acuerdo entre las partes. Constituye un
convenio para prorrogar la competencia territorial
(pactum de foro prorrogando) y sustituir el domicilio de
elección al fuero general o especial señalado en la ley.

· “Tratado de Derecho Procesal Civil Venezolano según el


nuevo código de 1987”, Tomo I. Teoría general del
proceso. Autor: Arístides Rengel - Romberg. Págs.: 352 y
353.
· “Teoría General del Proceso”. Autor: Rafael Ortíz Ortíz.
Págs.: 249 y 250.

3. La radicación de juicios
Constituye igualmente una posibilidad para desplazar la
competencia territorial de los órganos jurisdiccionales
con competencia en materia penal (Art. 53 COPP). No
obstante, esta decisión le corresponde al Tribunal
Supremo de Justicia y debe tratarse (tal y como lo expresa
la norma) de delitos cuya perpetración cause alarma,
sensación o escándalo público, o cuando los jueces
naturales no puedan conocer de la causa (por recusación
o inhibición, o cualquier otra circunstancia).
La competencia le corresponde (para decidir la
radicación), como se dijo anteriormente, a la Sala de
Casación Penal del Tribunal Supremo de Justicia, según lo
dispuesto en el artículo 5, ordinal 40 de la Ley Orgánica
del Tribunal Supremo de Justicia.
4. El avocamiento
El avocamiento nació como una “facultad” de la Sala
Político Administrativa, a tenor de lo dispuesto en la
derogada Ley Orgánica de la Corte Suprema de Justicia,
con la finalidad de subsanar o corregir el orden
procedimental en caso de que el mismo haya sido
subvertido[3].
Posteriormente la Sala Constitucional del Tribunal
Supremo de Justicia concluyó que la “supuesta” reserva
del avocamiento sólo a la Sala Político Administrativa era
inconstitucional, en consecuencia, debe corresponder a
todas las Salas del Tribunal Supremo de Justicia.
Esa “necesidad” de avocamiento de todas las Salas del
máximo Tribunal adquirió carácter legal al ser establecido
en el artículo 18, párrafo 11 de la Ley Orgánica del
Tribunal Supremo de Justicia.

a. Definición
Constituye la facultad de todas y cualquiera de las Salas
del Tribunal Supremo de Justicia para asumir la
competencia en la tramitación de una causa que curse
por ante sus tribunales inferiores, o para decidir la
radicación de la causa para ante cualquier otro tribunal
igualmente competente por la materia, cuando medien
motivos que lo justifiquen.

b. Limitaciones de la atribución
a) Que se trate de un caso grave.

b) Que en el juicio haya escandalosas violaciones al


ordenamiento jurídico que perjudique ostensiblemente la
imagen del Poder Judicial.
c) Que se afecte la paz pública, la decencia o la
institucionalidad democrática venezolana.
d) Que se hayan desatendido o mal tramitado los
recursos ordinarios o extraordinarios que los interesados
hubieren ejercidos.
c. Efectos del avocamiento:
Artículo 18, párrafo 13 de la Ley Orgánica del Tribunal
Supremo de Justicia.
Asimismo, en la Ley Orgánica del Tribunal Supremo de
Justicia, se apertura la posibilidad de que la Sala
Constitucional del máximo Tribunal en Venezuela pueda
avocarse al conocimiento de las causas que cursen en las
demás Salas del Tribunal Supremo de Justicia, lo cual
combinado con la “revisión” constituyen los mayores
parámetros respecto de las facultades que haya asumido
tribunal alguno en la historia democrática venezolana
(Art. 5, numeral 4º. LOTSJ).

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