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Para que exista ejecución de sentencia debe haber intervención judicial. El Estado a través de
los órganos jurisdiccionales, administra justicia en contra y por encima de la voluntad de los
particulares, quienes está en la obligación de cumplir el mandato contenido en el fallo ya sea
que lo haga voluntariamente de acuerdo a lo dispuesto en el Art. 524 del C.P.C., que estable
que una vez que la sentencia haya quedado definitivamente firme, el Juez a petición de parte,
impondrá un decreto ordenando su ejecución. En este decreto se le concederá al ejecutado un
lapso que no será menor de tres (03) días ni mayor de diez (10) días para que este cumpla
voluntariamente con la sentencia.
Pero si el demandado en ese lapso que le otorga la Ley no cumple voluntariamente con la
sentencia el Estado dispone de los medios para que se cumpla la sentencia a tenor de lo
dispuesto en el Art. 526 del C.P.C., el cual establece que transcurrido el lapso para el
cumplimiento voluntario se procederá a la ejecución forzosa.
? Transacción
? Desistimiento
Presupuestos de ejecución.
1. Presencia de una sentencia definitivamente firme que apareje ejecución con efecto de cosa
juzgada.
3. Existencia de bienes propiedad del deudor sobre los cuales debe recaer la ejecución.
Las partes podrán en cualquier estado y grado del proceso de mutuo acuerdo celebrar actos de
composición voluntaria con respecto al cumplimiento de la sentencia los cuales son:
LAUDOS ARBITRALES.
Ajustemos el Cpc en el artículo 526 y otros. Buscar una sentencia sobre ejecución forzosa en el
ámbito civil y la agregan a su trabajo usándolo como análisis de dicho trabajo para
complementar la nota. Es obligatorio dicha sentencia.( sobre ejecución forzosa ) y porque se
acciona dicha ejecución. Gracias
Jurisprudencia
Preciso, por razones de mérito, citar la decisión emanada del JUZGADO PRIMERO DE
MUNICIPIO ORDINARIO Y EJECUTOR DE MEDIDAS DE LA CIRCUNSCRIPCIÓN
JUDICIAL DEL ESTADO BOLÍVAR en donde se aclara con mucho tino que es la
competencia:
… es una potestad pública la actividad jurisdiccional, genérica de todo tribunal, y la
competencia es un poder específico para que el órgano jurisdiccional pueda intervenir
válidamente en los asuntos sometidos a su conocimiento. Con ello se puede definir a la
competencia en sentido procesal, como: “…la medida de la jurisdicción que ejerce, en
concreto, el juez en razón de la materia, del valor de la demanda y del territorio”. (Rengel,
Tomo I, p. 298). Para autores como Rocco, (citado por Ortiz, 2004, “Teoría General del
Proceso”, p.178) la competencia es la “porción del poder jurisdiccional que corresponde en
concreto a cada oficina (tribunal)”.
Por su parte, Alsina define a la competencia a nivel procesal como “la aptitud del juez para
ejercer su jurisdicción en un caso determinado”. (Tratado Teórico Practico de Derecho
Procesal Civil y Comercial, Organización Judicial Jurisdicción y Competencia, 2da. ed.,
Tomo II, Buenos Aires: Ediar Sociedad Anónima Editores).
Otros doctrinarios como Ortiz, definen a la competencia procesal como: “…la aptitud
material u objetiva establecida en la Constitución o la ley, constituida por esferas de vida,
sobre la cual, el órgano jurisdiccional puede actuar procesalmente…” (Teoría General del
Proceso, Frónesis, p. 177)… Ver sentencia completa
Conclusión
Repetimos, no para caer en tautología, sino para dejar bien claro que, en líneas generales, la
diferencia entre jurisdicción y competencia radica en que la primera es la potestad de
administrar justicia que poseen los jueces de la República y la segunda la medida o limites
de esa jurisdicción, en razón de la materia, cuantía y el territorio. Espero haber sido lo
suficientemente claro y haberte ayudado, nos vemos en una siguiente oportunidad.
Para algunos la diferenciación entre jurisdicción y competencia puede ser en extremo básica
y de hecho lo es, de allí precisamente la importancia de no cometer el tipico error de
confundir en la práctica estos términos que, aunque íntimamente relacionados, tienen un
significado distinto. Acompáñame a darle un vistazo a importantes aspectos del derecho
procesal y no seas de esos que confunden y dan un mal uso a la terminología jurídica:
Jurisdicción y Competencia
Definiciones
Para diferenciar jurisdicción y competencia, comencemos por definir estos términos a la luz
de la doctrina, para lo cual se vuelve imperioso citar al conocido autor Aristides Rengel
Romberg quien nos señala:
Jurisdicción
Puede definirse la jurisdicción en el sistema de la legalidad imperante en los Estados
civilizados contemporáneos, como la función estatal destinada a la creación por el juez de
una norma jurídica individual y concreta necesaria para determinar la significación jurídica
de la conducta de los particulares, cada vez que entre ellos surjan conflictos de intereses y
de asegurar por la fuerza, si fuere necesario, la práctica ejecución de la norma creada.
Hagamos algunas precisiones sobre esta definición: la función de administrar justicia
corresponde al juez, en nombre de la República y por autoridad de la ley, en tanto esta es
una función que atañe directamente a la soberanía del Estado y es este por medio del
sistema de administración de justicia, del cual es parte integrante el juez, quien la lleva a
cabo.
Consideraciones acerca de la regulación de la competencia y la tercería (Sala de Casación
Civil)
Sobre la base de las consideraciones anteriores y, para una mejor comprensión del asunto
planteado, esta Sala considera pertinente hacer ciertas reflexiones sobre la regulación de
competencia cuando no exista un órgano jurisdiccional superior común.
Del texto de los artículos antes transcritos se desprende, que en caso de que un juez se
declare incompetente por la materia o por el territorio para conocer determinada causa y
luego sea presentada una regulación de competencia, corresponderá entonces a la Corte
Suprema de Justicia (hoy Tribunal Supremo de Justicia), decidir sobre cuál juzgado
resultará competente para conocer el caso concreto, salvo que exista en la misma
circunscripción judicial un juzgado superior común jerárquico a los tribunales que pudieran
estar en conflicto, supuesto en el cual le corresponderá, a ese juzgado superior conocer y
dirimir la regulación de competencia o el conflicto negativo para conocer lo planteado.
Con referencia a ese asunto, la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, al
establecer el régimen de competencias del Tribunal Supremo de Justicia, en el artículo 266,
numeral 7, dispuso que son atribuciones del Tribunal Supremo de Justicia “…Decidir los
conflictos de competencia entre tribunales, sean ordinarios o especiales, cuando no exista
otro tribunal superior común a ellos en el orden jerárquico…”.
Esta regla de atribución de competencia se ha de utilizar de manera análoga en lo referente
a la regulación de competencia que surjan bien a solicitud de parte, bien por pedimento de
algún tribunal de oficio; maxime cuando se desarrolla la anterior norma en el artículo 31,
numeral 4, de la vigente Ley Orgánica del Tribunal Supremo de Justicia, publicada el 29 de
julio de 2010, en la Gaceta Oficial de la República Bolivariana de Venezuela Nº 5.991
Extraordinario, reimpresa en la Nº 39.522 del 1° de octubre de 2010.
En concreto, el artículo en cuestión, en su numeral 4 atribuye que es competencia común de
las Salas “…Decidir los conflictos de competencia entre tribunales, sean ordinarios o
especiales, cuando no exista otro tribunal superior y común a ellos en el orden
jerárquico…”.
De los anteriores planteamientos resulta visible que como el órgano jurisdiccional
declinante y al cual se declina tienen atribuida la misma competencia material y, se
encuentran ubicados en igual circunscripción, pero no existe un tribunal superior en común,
se hace evidente que esta Sala de Casación Civil es la idónea para conocer y dilucidar la
regulación de competencia que ahora ocupa su atención, al tener atribuida la materia civil,
mercantil y tránsito, aunado a su condición de conocer los casos a nivel nacional. Así se
declara.
III
CONSIDERACIONES PARA DECIDIR
Hechas las precisiones anteriores, esta Sala considera oportuno indicar que la jurisdicción se
encuentra prevista en el encabezamiento del artículo 253 de la Constitución de la República
Bolivariana de Venezuela, siendo la potestad de administrar justicia emanada de los
ciudadanos y se imparte en nombre de la República y por autoridad de la ley.
En este contexto se podría indicar, que no solamente es la potestad, sino que es también un
deber, si concatenamos lo dicho supra con lo postulado en el artículo 26 de la Carta Magna,
esto conlleva al axioma de la unidad jurisdiccional (postulado del estado de derecho), la
cual es la base de la organización y funcionamiento del poder judicial.
La anterior idea queda clara en el primer aparte del ya mentado artículo 253 de la Carta
Fundamental, pues el mismo aduce que le corresponde a los órganos del Poder Judicial
conocer de las causas y asuntos de su competencia mediante los procedimientos que
determinen las leyes, así como ejecutar o hacer ejecutar sus sentencias, siendo los órganos
del Poder Judicial el Tribunal Supremo de Justicia y los demás tribunales.
Entonces si la jurisdicción emana de la soberanía, a través de los diversos órganos
jurisdiccionales, la misma se encuentra limitada por razones tales como ratione materiae (la
materia), ratione personae (las personas) y locus (el territorio); la primera relacionada si se
está ante acciones que afecte el derecho público (penal, administrativo, laboral, agrario,
entre otras) y derecho privado (civil, mercantil, tránsito, personas), el segundo según las
personas involucradas, bien como sujetos activos o pasivos (el Estado, niños, niñas y
adolescentes, adultos, personas jurídicas) y, por último lo relativo al sitio donde se ha de
dilucidar la controversia, donde se involucran varios factores, como domicilio, ocurrencia
del acto, así sucesivamente.
Con base a lo anterior, se ha de verificar de las actuaciones procesales a cuál de los órganos
jurisdiccionales le corresponde o no conocer del proceso planteado.
La tercería ha venido sosteniendo esta Sala de Casación Civil de la otrora Corte Suprema de
Justicia, en su sentencia del 9 de noviembre de 1967, que el “…legislador en los Art. (sic)
370 y 382 del C.P.C. (sic), como excepción al principio establecido en el Art. (sic)
136ejusdem (sic)…admite la intervención voluntaria y forzada del tercero…”. (G.F. N° 58,
2ª E. pág. 492).
En cuanto a la tercería la misma Sala de Casación Civil de la extinta Corte Suprema de
Justicia, en su sentencia del 22 de noviembre de 1990, juicio Promotora Dimay, C.A. contra
Karoly Menasrtobvic Michaly, exp. 89-0665, determinó que:
“…es una acción especial que, con más eficacia y mayor prontitud que la acción ordinaria,
les permitiría (a los terceros) defender sus derechos mediante demanda, acumulable, de ser
posible, a la del juicio principal, y con la eventualidad de lograr la suspensión de la cosa
juzgada o de condicionar la ejecución a la constitución de una caución a favor de
tercero…”.
El mentado criterio concuerda con lo expresado por la sala Constitucional de este Tribunal
Supremo de Justicia, en sentencia N° 848 del 28 de julio de 2000, juicio: Luis Baca en
amparo, Exp. 00-0529, que:
“…En cuanto a los terceros, el proceso puede afectarlos directa o indirectamente. Dentro
del derecho común, los terceros tienen en las tercerías la posibilidad para oponerse a los
efectos lesivos a su situación jurídica que le causen los fallos, actos u omisiones procesales,
que contengan infracciones a sus derechos y garantías constitucionales. Resulta una
cuestión casuística, de acuerdo a la posibilidad que la lesión se haga irreparable si no se
actúa de inmediato, optar entre la tercería posible o la acción de amparo…”.
En este contexto se ha venido pronunciado la actual Sala de Casación Civil, en el sentido
que la tercería es una institución procesal, mediante la cual se garantiza a cualquier persona
pueda intervenir en un juicio a fin de hacer valer sus derechos en causa en las cuales sus
intereses puedan verse afectados.
Esta misma Sala de Casación Civil, ha sostenido que para darle cualidad de parte a un
tercero, se tiene que éste ha interpuesto apelación, oposición o presentado demanda y la
misma sea admitida (Sentencia. N° 14 del 14 de febrero de 2000, ratificada en fecha 22 de
julio de 2002, juicio: Jesús Velásquez Villarroel y otros contra Juan Villarroel y otros).
En la causa que nos ocupa, se desarrolló el proceso por la demanda de cobro de bolívares
incoada por la persona jurídica denominada KACHINA REPRESENTACIONES, C.A.,
contra las sociedades mercantiles BBVA BANCO GANADERO, S.A. y BANCO DE
CRÉDITO DE COLOMBIA S.A. HELM FINANCIAL SERVICES, ante el Juzgado
Noveno de Primera Instancia en lo Civil, Mercantil y Tránsito de la Circunscripción
Judicial del Área Metropolitana de Caracas, el cual dictó sentencia definitiva.
Al Juzgado Superior Sexto en lo Civil, Mercantil y Tránsito de la Circunscripción Judicial
del Área Metropolitana de Caracas, le correspondió conocer en reenvío del recurso de
apelación y en la fase de dictar el fallo correspondiente, se le presenta una demanda de
tercería, por parte de los ciudadanos JOSEPH ANTAR MAKARI y MOUNA MAKARI DE
ANTAR, por lo que la juez procede a declararse incompetente, declinando en el juzgado
original de la causa, conforme lo dispone los artículos 371 y 375 del Código de
Procedimiento Civil.
Los ciudadanos JOSEPH ANTAR MAKARI y MOUNA MAKARI DE ANTAR, a través
de sus apoderados judiciales, presentaron demanda de tercería, a tenor del artículo 370,
ordinal 1° del compendio de normas adjetivas civiles venezolano, ante el Juzgado Superior
Sexto en lo Civil, Mercantil y Tránsito de la Circunscripción Judicial del Área
Metropolitana de Caracas; al considerar que tiene un derecho preferente al del demandante.
Continuando con esta idea, el artículo 371 del Código de Procedimiento Civil, prevé:
“…La intervención voluntaria de terceros a que se refiere el ordinal 1° artículo 370, se
realizará mediante demanda de tercería dirigida contra las partes contendientes, que se
propondrá ante el juez de la causa en primera instancia…”. (Destacado de la Sala)
Siguiendo lo reglado por el artículo 4 del Código Civil, al realizar una interpretación de lo
determinado por la norma transcrita, tenemos que es ante el juez de primera instancia de la
causa y no ante otro distinto que se ha de presentar la demanda de tercería.
Lo anterior queda ratificado con lo estatuido en el artículo 375 del Código de Procedimiento
Civil, al señalar:
“…Si el tercero interviniere después de la sentencia de primera instancia, continuará su
curso legal la demanda principal, y la tercería seguirá el suyo por separado.
Si se encontraren en segunda instancia para sentencia los dos expedientes, se acumularán
para que una sola decisión comprenda ambos…”.
Es decir, que si esa persona que no ha sido parte en el proceso, pero que tiene un interés
decide participar en aquel, haciéndolo una vez se ha dictado la sentencia definitiva, la
demanda de tercería ha de presentarla ante el juzgado de primera instancia que conociera de
la causa originariamente, siguiendo su propio derrotero, siendo solamente acumulable en
segunda instancia cuando tanto el juicio principal como la tercería se encuentran en la
misma situación adjetiva.
En este sentido, como corolario de lo expuesto, el competente para conocer de la demanda
de tercería presentada por los ciudadanos JOSEPH ANTAR MAKARI y MOUNA
MAKARI DE ANTAR, el Juzgado Noveno de Primera Instancia en lo Civil, Mercantil y
Tránsito de la Circunscripción Judicial del Área Metropolitana de Caracas. Así también se
declara.
DECISIÓN
Con base a lo esgrimido, este Tribunal Supremo de Justicia de la República Bolivariana de
Venezuela en Sala de Casación Civil, administrando justicia en nombre de la República y
por autoridad de la ley, declara: PRIMERO: La COMPETENCIA de esta Sala de Casación
Civil para conocer de la regulación de competencia presentada por los ciudadanos JOSEPH
ANTAR MAKARI y MOUNA MAKARI DE ANTAR, ante el Juzgado Superior Sexto en
lo Civil, Mercantil y Tránsito de la Circunscripción Judicial del Área Metropolitana de
Caracas SEGUNDO: El órgano jurisdiccional COMPETENTE para conocer de la demanda
de tercería presentada por los ciudadanos JOSEPH ANTAR MAKARI y MOUNA
MAKARI DE ANTAR, en el juicio por cobro de bolívares, incoado por KACHINA
REPRESENTACIONES, C.A., contra las sociedades mercantiles BBVA BANCO
GANADERO, S.A. y BANCO DE CRÉDITO DE COLOMBIA S.A. HELM FINANCIAL
SERVICES es el Juzgado Noveno de Primera Instancia en lo Civil, Mercantil y Tránsito de
la Circunscripción Judicial del Área Metropolitana de Caracas.
Remítase al mencionado tribunal las presentes actuaciones y, notifíquese al Juzgado
Superior Sexto en lo Civil, Mercantil y Tránsito de la Circunscripción Judicial del Área
metropolitana de Caracas, conforme a lo dispuesto en el artículo 75 del Código de
Procedimiento Civil.
Dada, firmada y sellada en la Sala de Despacho de la Sala de Casación Civil, del Tribunal
Supremo de Justicia, en Caracas, a los diez (10) días del mes de marzo de dos mil diecisiete.
Años: 206° de la Independencia y 158° de la Federación.La
http://historico.tsj.gob.ve/.../196803-REG.000081-10317...
COMPETENCIA
Esta Sala a los fines de determinar su competencia para conocer de la presente causa,
observa lo siguiente:
El artículo 336 numeral 10 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela,
establece como atribución de esta Sala Constitucional la revisión de “(…) sentencias
definitivamente firmes de amparo constitucional y de control de constitucionalidad de leyes
o normas jurídicas dictadas por los tribunales de la República, en los términos establecidos
por la ley orgánica respectiva”.
Igualmente, la Ley Orgánica del Tribunal Supremo de Justicia de la República Bolivariana
de Venezuela en el artículo 25 en sus cardinales 10 y 11 establece lo siguiente:
“Son competencias de la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia:
…omissis…
10. Revisar las sentencias definitivamente firmes que sean dictadas por los tribunales de la
República, cuando hayan desconocido algún precedente dictado por la Sala Constitucional;
efectuado una indebida aplicación de una norma o principio constitucional; o producido un
error grave en su interpretación; o por falta de aplicación de algún principio o normas
constitucionales.
11. Revisar las sentencias dictadas por las otras Salas que se subsuman en los supuestos que
señala el numeral anterior, así como la violación de principios jurídicos fundamentales que
estén contenidos en la Constitución de la República, tratados, pactos o convenios
internacionales suscritos y ratificados válidamente por la República, o cuando incurran en
violaciones de derechos constitucionales.
(…omissis…)”.
Ahora bien, por cuanto, en el caso de autos, se solicitó la revisión de la sentencia
definitivamente firme dictada por la Sala de Casación Civil de este Alto Tribunal, esta Sala
declara su competencia para el conocimiento de la misma. Así se decide.
IV
CONSIDERACIONES PARA DECIDIR
Asumida como fue la competencia de esta Sala Constitucional para conocer la presente
solicitud de revisión, se observa:
En el presente caso, se solicitó la revisión de la decisión N° 523 del 12 de agosto de 2015,
dictada por la Sala de Casación Civil de este Tribunal Supremo de Justicia, que declaró sin
lugar el recurso de casación anunciado y formalizado por la representación judicial de la
hoy solicitante de la presente revisión, ciudadana Marión Christine Carvallo de Scardino,
contra la sentencia dictada el 17 de diciembre de 2014, por el Juzgado Superior Primero en
lo Civil, Mercantil y Tránsito de la Circunscripción Judicial del Área Metropolitana de
Caracas, en el juicio de divorcio que instauró contra la referida ciudadana, el ciudadano
Francisco Pablo Nicolás Scardino Pelino, que había declarado sin lugar el recurso de
apelación ejercido por la representación de aquélla contra la sentencia dictada por el
Juzgado Vigésimo Séptimo de Municipio de la misma Circunscripción Judicial, el 1° de
octubre de 2014, que, a su vez, había declarado con lugar la solicitud de divorcio 185-A del
Código Civil y, en consecuencia, disuelto el vínculo conyugal existente entre los
mencionados ciudadanos y confirmó la sentencia apelada.
Ahora bien, el solicitante denunció que la decisión objeto de impugnación declaró sin lugar
el recurso extraordinario de casación “…sobre la base de una falta de ‘técnica casacional’,
con lo que vulneró sus derechos constitucionales a la tutela judicial efectiva, al debido
proceso, a la defensa, a la igualdad y a la seguridad jurídica, en primer lugar, por cuanto
supuestamente desconoció “la doctrina vinculante dictada por esta honorable Sala
Constitucional en su sentencia N° 1163 de fecha 18 de noviembre de 2010 que estableció,
con carácter vinculante, que es violatorio de la Constitución decidir de acuerdo con
interpretaciones formalistas que dificultan el acceso a la justicia y a la eficacia de la tutela
judicial efectiva”. Asimismo, incurrió en el vicio de incongruencia al desechar el alegato de
la cosa juzgada, planteado en la contestación de la solicitud de divorcio, institución ésta de
orden público. De otra parte, por cuanto incurrió en el vicio de inmotivación al realizar una
“falsa aplicación del artículo 3 de la Resolución No. 2009-0006 del 18 de marzo de 2009
emanada del Tribunal Supremo de Justicia”, relativa a la competencia de los Juzgados de
Municipio para conocer de asuntos de jurisdicción voluntaria o no contenciosa en materia
civil, mercantil, y familia; y, por último, por cuanto viola el criterio establecido en la
sentencia núm. 446 del 14 de mayo de 2014, que contiene una doctrina de carácter
vinculante establecida por la Sala.
Al respecto, cabe destacar que el ejercicio de la facultad de revisión establecida en el
numeral 10, del artículo 336 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela es
discrecional. En efecto, la Sala señaló en la sentencia N° 93, del 06 de febrero de 2001,
(caso: Corpoturismo), que la facultad de revisión es: (…) “una potestad estrictamente
excepcional, extraordinaria y discrecional” (…), por ello, la misma decisión continúa
indicando que: (…) “en lo que respecta a la admisibilidad de tales solicitudes de revisión
extraordinaria esta Sala posee una potestad discrecional de admitir o no admitir el recurso
cuando así lo considere”. De este modo: (…) “la Sala puede en cualquier caso desestimar la
revisión (…) sin motivación alguna, cuando en su criterio, constate que la decisión que ha
de revisarse, en nada contribuya a la uniformidad de la interpretación de normas y
principios constitucionales” (…).
En este sentido, la discrecionalidad que se le atribuye a la facultad de revisión
constitucional, no debe entenderse como una nueva instancia y, por lo tanto, la solicitud en
cuestión se admitirá sólo a los fines de preservar la uniformidad de la interpretación de
normas y principios constitucionales o cuando exista una deliberada violación de preceptos
de ese rango, así como cuando se contraríen los criterios vinculantes de la Sala
Constitucional del Máximo Tribunal, lo que será determinado por la Sala en cada caso,
siendo siempre facultativo de ésta su procedencia.
Sobre la base del criterio transcrito, vistos los términos de la solicitud de revisión que fue
interpuesta, así como de la lectura del texto íntegro de la sentencia de la Sala de Casación
Civil cuya revisión se pretende, se comprueba que la primera denuncia de forma, esgrimida
por la hoy solicitante de revisión, estuvo circunscrita a delatar un asunto de estricto orden
procesal como fue que al momento de dar contestación a la solicitud de divorcio propuesta
por su cónyuge, con fundamento en el artículo 185-A del Código Civil, opuso la cuestión
previa de cosa juzgada con base en el artículo 346, ordinal 9° del Código de Procedimiento
Civil, defensa ésta que fue desestimada por el juez de alzada bajo el argumento de que se
trataba de un procedimiento especial de jurisdicción voluntaria, donde nuestro
ordenamiento jurídico no contempla la interposición de cuestiones previas, ya que está
referido a una incidencia tramitada conforme el artículo 607 eiusdem.
Sin embargo, en la sentencia de la Sala de Casación Civil objeto de revisión se consideró
que el alegato de cosa juzgada se centró en la existencia de otro proceso donde se señala se
dictó la sentencia que causó la cosa juzgada, por lo cual, conforme a la doctrina de dicha
Sala, la denuncia debió ser planteada por infracción de ley, no obstante, desestimó la
indefensión alegada aduciendo que la cosa juzgada fue desechada por el juez de alzada con
base en el razonamiento que consideró pertinente, por lo que si el recurrente no estaba
conforme con dicho pronunciamiento, debió dirigir en tal sentido su denuncia, y atacar el
razonamiento legal por el cual el juez la desechó, y no presentar una denuncia por defecto
de actividad.
Ahora bien, observa esta Sala que el razonamiento empleado por la Jueza Superior que
dictó la sentencia recurrida en casación para desestimar la defensa de cosa juzgada opuesta
por la hoy solicitante de revisión en el procedimiento de divorcio (185-A del Código Civil),
al que hizo alusión la sentencia de la Sala de Casación Civil, fue el siguiente:
“**De la cuestión previa del ordinal 9° del artículo 346:
La ciudadana Marión Christine Carvallo, sostiene que el actor por los mismos motivos y
con fundamento en los mismos hechos y disposiciones legales, en fecha 07.12.2012
pretendió, por ante el Juzgado Décimo Séptimo de Municipio de esta Circunscripción
Judicial, que se declarara judicialmente el rompimiento del vinculo conyugal que los unía,
siendo que el 20.01.2014, el Juzgado de la causa desestimó la pretensión del actor, razones
por las cuales de conformidad con lo establecido en el artículo 346 del Código de
Procedimiento Civil opone la cuestión previa contenida en el ordinal 9° del – La Cosa
Juzgada-.
En este punto hay que destacar que nos encontramos con un procedimiento especial, donde
nuestro ordenamiento jurídico no contempla la interposición de cuestiones previas en los
procesos de jurisdicción voluntaria y especial conforme lo prevé el Tribunal Supremo de
Justicia en la sentencia Nº 446 de fecha 15.05.2014, ya que dichas defensas previas están
enmarcadas a los juicios donde la parte demandada en lugar de dar contestación a la
demanda interpone alguna de dichas defensas previas, caso distinto el de autos, en el cual
como se expresó anteriormente no hay cabida a la interposición de alguna defensa previa de
las previstas en el artículo 346 del Código de Procedimiento Civil, ya que el presente
proceso, está referido a una incidencia tramitada conforme el artículo 607 eiusdem. ASÍ SE
DECLARA.
En tal sentido, la defensa previa propuesta por la ciudadana Marión Christine Carvallo, es
improcedente. ASÍ SE DECLARA”.-
Como puede observarse, la jueza de alzada si bien declaró improcedente la defensa de cosa
juzgada, no lo hizo con base en un juzgamiento sobre el mérito o fondo del asunto, sino por
el sólo hecho de haberse planteado dicha excepción o defensa como una cuestión previa,
asunto éste de estricto orden procesal que mal podía dilucidarse a través de una denuncia
por infracción de ley, por lo que la desestimación de la denuncia formulada por la
formalizante se fundamentó en una causa falsa o inexistente, lo que, en principio daría lugar
a la revisión del fallo de la Sala de Casación Civil que se impugna, por ser la cosa juzgada
una institución de orden público cuya infracción debe ser examinada y declarada de oficio,
es decir, con prescindencia de que el formalizante hubiese cumplido o no con la técnica
exigida en estos casos.
Igualmente observa esta Sala que la incongruencia negativa delatada por la recurrente en
casación estuvo referida a la falta de pronunciamiento por parte del Juzgado de alzada “…
acerca de las circunstancias que sustentan el alegato de cosa juzgada”, es decir, sobre los
aspectos sustanciales de fondo o mérito de la defensa opuesta, respecto de lo cual, se insiste,
no hubo un verdadero juzgamiento, el cual fue evadido mediante un argumento de índole
estrictamente procesal, esto es, que la defensa o excepción en cuestión no podía ser opuesta
como cuestión previa, por tanto, si bien hubo un pronunciamiento, el mismo estuvo
circunscrito al mecanismo empleado para su alegación (cuestión previa), formalismo que no
ha debido argüirse para eludir un pronunciamiento de índole sustantivo o de fondo en
relación con lo que se estaba planteando, por tratarse de una institución de orden público, lo
que, en principio también daría lugar a la revisión del fallo cuestionado.
Sin embargo, llama la atención de esta Sala que siendo la cosa juzgada unos de los aspectos
nodales en los que se cimentó la solicitud de revisión, los abogados de la solicitante, no
acompañaron junto con la misma copia certificada o por lo menos simple de la sentencia
dictada por el Juzgado Décimo Séptimo de Municipio de la Circunscripción Judicial del
Área Metropolitana de Caracas, en fecha 20 de enero de 2014, en el primer proceso de
divorcio (185-A del Código Civil) iniciado por el cónyuge de su representada, ciudadano
Francisco Pablo Nicolás Scardino, a fin de que esta Sala pudiera juzgar sobre el particular,
con conocimiento pleno de causa, en relación con la existencia o no de la cosa juzgada
alegada y la utilidad o no de revisar la sentencia de la Sala de Casación Civil objeto de
impugnación para que emita una nueva decisión, no obstante, esta Sala, por notoriedad
judicial pudo constatar en el sitio web http://caracas.tsj.gob.ve/.../2165-20-AP31-S-2012-
011977..., que la misma es del siguiente tenor:
“REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA
PODER JUDICIAL
JUZGADO DÉCIMO SÉPTIMO DE MUNICIPIO DE LA CIRCUNSCRIPCIÓN
JUDICIAL DEL ÁREA METROPOLITANA DE CARACAS
SOLICITANTE: FRANCISCO PABLO NICOLAS SCARDINO PELINO, venezolano,
mayor de edad y titular de la cédula de identidad No. V-3.970.071.
APODERADOS JUDICIALES DEL SOLICITANTE: MARIA CAROLINA
SOLORZANO PALACIOS, ALFREDO ABOU-HASSAN F, ALVARO PRADA,
ALEJANDRO GARCIA PÉREZ y GABRIEL MORALES SANCHEZ, inscritos en el
Inpreabogado bajo los Nros. 52.054, 58.774, 65.692, 131.050 y 162.234, respectivamente.
CONYUGE REQUERIDO: MARIÓN CHRISTINE CARVALLO, venezolana, mayor de
edad, titular de la cédula de identidad Nº V-4.765.941.
MOTIVO: DIVORCIO (185-A)
SENTENCIA: INTERLOCUTORIA CON FUERZA DE DEFINITIVA.
EXPEDIENTE No. AP31-S-2012-011977
I
Se inició el procedimiento mediante escrito presentado en fecha 07 de diciembre de 2012,
por los abogados MARIA CAROLINA SOLORZANO PALACIOS, ALFREDO ABOU-
HASSAN F, ALVARO PRADA, ALEJANDRO GARCIA PÉREZ y GABRIEL
MORALES SANCHEZ, en su carácter de apoderados judiciales del ciudadano
FRANCISCO PABLO NICOLAS SCARDINO PELINO, todos identificados al inicio de
este fallo, quienes solicitaron ante este Tribunal el divorcio por separación de hecho por
más de cinco (5) años, conforme al artículo 185-A del Código Civil, es decir, ruptura
prolongada de la vida en común.
Alegaron los apoderados judiciales del solicitante, que en fecha 16 de septiembre de 1974,
su representado contrajo matrimonio con la ciudadana MARIÓN CHRISTINE
CARVALLO, antes identificada, por ante la Primera Autoridad Civil de la Parroquia
Nuestra Señora del Rosario del Municipio Baruta del estado Miranda, tal y como se
evidencia de Acta de Matrimonio Nº 398, Folio Nº 48, Tomo 2 de los Libros de Matrimonio
llevados por ante la referida autoridad Civil.
Que fijaron su último domicilio conyugal en la Quinta ubicada en la Urbanización Oripoto,
calle Falcón en la parcela distinguida con el Nº 16, Zona G, parcelamiento rural
Urbanización Oripoto, Jurisdicción del Municipio El Hatillo del estado Miranda.
Que se encuentran separados de hecho desde el mes de marzo de 2003, y no han hecho, ni
compartido vida en común, no existiendo entre ellos posibilidad alguna de reconciliación.
Que durante su unión conyugal procrearon un único hijo de nombre NICOLAS
SCARDINO CARVALLO, nacido en fecha 13 de febrero de 1975, hoy mayor de edad.
Continúan alegando que su representado y su cónyuge MARIÓN CHRISTINE
CARVALLO han permanecido separados de hecho y sin contacto alguno, por
aproximadamente nueve (09) años, y que ésta ha manifestado ante el Juzgado Décimo de
Primera Instancia en lo Civil, Mercantil, Transito y Bancario de la Circunscripción Judicial
del Área Metropolitana de Caracas, que a partir del año 2003 surgieron entre ellos
desavenencias que resultan difícil de solventar por no decir imposible, y que el ciudadano
FRANCISCO SCARDINO, se mudó del hogar conyugal desde ese año; y que por lo tanto
al haber quedado confesa la precitada ciudadana con tal declaración por ante una autoridad
jurisdiccional y como consecuencia de tal separación definitiva e irreconciliable, establecida
en forma irrefutable con base a las pruebas de confesión indicadas es por lo que solicitan
sea declarado el divorcio conforme al artículo 185-A del Código Civil.
Planteada así la solicitud de divorcio fundamentada en el artículo 185-A de nuestra ley
sustantiva, este Juzgado dictó auto en fecha 10 de enero de 2013, mediante el cual instó al
solicitante a realizar la solicitud up supra de manera personal o en su defecto por
mandatario debidamente autorizado, en razón de que el poder otorgado a los mencionados
abogados resultaba insuficiente por ser éste de administración y disposición y no un
mandato especial expreso para ejercer la solicitud de divorcio.
En fecha 24 de enero de 2013, compareció el abogado GABRIEL MORALES, inscrito en el
Inpreabogado bajo el Nº 162.234, en su carácter de apoderado del solicitante ciudadano
FRANCISCO PABLO NICOLAS SCARDINO PELINO, y consignó poder especial para
solicitar en nombre de su mandante la presente solicitud de divorcio.
En fecha 25 de enero de 2013, se admitió la solicitud de Divorcio fundamentada en el
artículo 185-A del Código Civil, ordenándose la citación del Fiscal del Ministerio Público,
y en fecha 07 de febrero de 2013, se ordenó la citación personal de la cónyuge ciudadana
MARIÓN CHRISTINE CARVALLO, a los fines de que compareciera para el tercer 3º día
de despacho siguiente a que constase autos su citación a los fines de que expusiera lo que
creyera conveniente respecto a la solicitud de divorcio planteada por su cónyuge.
En fecha 27 de febrero de 2013, compareció el ciudadano CARLOS PERNIA, en su
carácter de alguacil adscrito a este Circuito Judicial, y consignó mediante diligencia boleta
de citación librada a la ciudadana MARION CHRISTINE CARVALLO, debidamente
firmada, recibiendo en fecha 04 de marzo de 2013 las mismas resultas respecto a la Boleta
de Citación del Fiscal del Ministerio Público.
En fecha 04 de marzo de 2013, compareció el abogado GABRIEL MORALES SANCHEZ,
inscrito en el Inpreabogado bajo el Nº 162.234, en su carácter de apoderado judicial del
solicitante y requirió se aperture una articulación probatoria en razón de que la ciudadana
MARIÓN CARVALLO, no compareció en el lapso establecido, y existen suficientes
medios de pruebas que acreditan la ruptura de la vida en común entre ambos cónyuges.
Posteriormente, en fecha 14 de marzo de 2013, compareció el abogado RODRIGO
KRETZIEN, inscrito en el Inpreabogado bajo el Nº 75.176, en su carácter de apoderado
judicial de la ciudadana MARIÓN CARVALLO, y solicitó se declare terminado el
procedimiento y en consecuencia el archivo del expediente por cuanto su mandante no
compareció.
Así las cosas, este Juzgado mediante auto de fecha 22 de marzo de 2013, declaró procedente
la solicitud formulada por el apoderado judicial del solicitante, y en consecuencia procedió
abrir una articulación probatoria de ocho (8) días conforme al artículo 607 del Código de
Procedimiento Civil.
En fecha 9 de abril de 2013, compareció la abogada MARIA DEL MILAGRO DA CORTE
LUNA en su carácter de fiscal Nonagésima Séptima del Ministerio Público, y consignó
escrito, mediante el cual solicitó a este Juzgado se procediera al archivo del expediente y
declarar terminado el presente procedimiento. En esta misma fecha, compareció el abogado
RODRIGO KRENTZIEN, inscrito en el Inpreabogado bajo el Nº 75.176, y consignó
diligencia mediante la cual apeló del auto dictado por este Tribunal en fecha 22 de marzo de
2013.
En fecha 10 de abril de 2013, este Juzgado dictó auto mediante el cual procedió a oír la
apelación interpuesta por el apoderado judicial de la ciudadana MARIÓN CARVALLO. En
esta misma fecha, la parte solicitante consignó escrito de promoción de pruebas.
En fecha 12 de abril de 2013, el apoderado judicial de la cónyuge MARIÓN CARVALLO,
consignó escrito de alegatos.
En fecha 16 de abril de 2013, este Juzgado dicto auto mediante el cual emitió
pronunciamiento sobre las pruebas.
II
Vistas las actuaciones ocurridas en el presente asunto, este Tribunal en aras de emitir el
pronunciamiento respectivo observa:
Establece el artículo 185-A del Código Civil:
Artículo 185-A: “Cuando los cónyuges han permanecido separados por más de cinco (05)
años, cualquiera de ellos podrá solicitar el divorcio, alegando ruptura prolongada de la vida
en común…
…Si el otro cónyuge no compareciere personalmente o si al comparecer negare el hecho, o
si el Fiscal del Ministerio Público lo objetare, se declarará terminado el procedimiento y se
ordenará el archivo del expediente”. (Resaltado del Tribunal).
De la norma transcrita se observa, que el Legislador patrio estableció una serie de
requisitos, para la procedencia de la solicitud de divorcio basada en la ruptura prolongada
de la vida en común, a saber, la demostración de la existencia del vínculo conyugal cuya
disolución se persigue; que ambos cónyuges reconozcan que han permanecido por más de
cinco (05) años separados de hecho, y finalmente, que el Fiscal del Ministerio Público, no
hiciere oposición a la solicitud de divorcio.
Consta del examen de los autos que presentada como fue la solicitud de divorcio por uno de
los cónyuges, y tramitada conforme a derecho la misma, el otro cónyuge, compareció a
través de su apoderado judicial y manifestó oposición a la presente solicitud. Circunstancia
que permite declarar en este acto, que no se verifican en el asunto bajo estudio, los extremos
requeridos para la procedencia de la solicitud presentada, toda vez que, por una parte, no se
evidencia la conformidad que debe existir entre los cónyuges; y por la otra, el Fiscal del
Ministerio Público, expresó su opinión, señalando que la oposición de la cónyuge debe
interpretarse como una negativa a los hechos esgrimidos por el solicitante, por lo cual
corresponderá al ciudadano FRANCISCO PABLO NICOLAS SCARDINO PELINO,
intentar su demanda por el procedimiento contencioso y no de jurisdicción voluntaria. Y así
se decide.
III
Por todos los razonamientos anteriormente expuestos, este Juzgado Décimo Séptimo de
Municipio de la Circunscripción Judicial del Área Metropolitana de Caracas,
Administrando Justicia en nombre de la República Bolivariana de Venezuela y por
autoridad de la Ley, declara:
PRIMERO: Se declara TERMINADO EL PRESENTE PROCEDIMIENTO de DIVORCIO
185-A interpuesto por el ciudadano FRANCISCO PABLO NICOLAS SCARDINO,
identificado al inicio de este fallo; y en consecuencia, se ordena el archivo del expediente.
SEGUNDO: Dada la naturaleza del fallo, no hay especial condenatoria en costas”.
De la sentencia antes transcrita, comprueba esta Sala que el Juzgado Décimo Séptimo de
Municipio de la Circunscripción Judicial del Área Metropolitana de Caracas, declaró
terminado el procedimiento de divorcio iniciado por el ciudadano Francisco Pablo Nicolás
Scardino en contra de la hoy solicitante de revisión, por el simple hecho de haberse opuesto
esta última a la solicitud, no emitiendo pronunciamiento alguno sobre el fondo o mérito del
asunto, por tanto, mal puede sostenerse la existencia de una cosa juzgada que dimane de
dicha decisión en relación con los hechos que la motivaron, por lo que no tendría ninguna
utilidad que esta Sala Constitucional revise y anule el fallo de la Sala de Casación Civil que
fue expedido con motivo de la segunda solicitud de divorcio interpuesta por el mencionado
ciudadano. Así se decide.
Por último, esta Sala no evidencia violación alguna derivada de la supuesta falta de
aplicación del artículo 3 de la Resolución Núm. 2009-0006del 18 de marzo de 2009,
emanada de la Sala Plena de este Tribunal Supremo de Justicia, ni la supuesta transgresión
del criterio vinculante sentado por la Sala Constitucional acerca de la interpretación
efectuada, a través de su sentencia Núm. 446 del 15 de mayo de 2014, en torno al precepto
legal contenido en el artículo 185-A del Código Civil, que establece:
“Los juzgados de Municipio conocerán de forma exclusiva y excluyente de todos los
asuntos de jurisdicción voluntaria o no contenciosa en materia civil, mercantil, familia sin
que participen niños, niñas y adolescentes, según las reglas ordinarias de la competencia por
el territorio…”.
Del referido instrumento se desprende que hubo una ampliación del ámbito de competencial
de los Juzgados de Municipio y se les atribuyó expresamente un elenco de solicitudes de
carácter no contencioso, dentro de cuya categoría puede situarse las solicitudes de divorcio
basadas en el artículo 185-A del Código Civil, no obstante el potencial carácter contencioso
que puede caracterizar a una solicitud de este tipo. Es decir, que a pesar de un eventual
debate controvertido que derive de una solicitud de divorcio con fundamento en dicha
norma, no pierde ésta su naturaleza de jurisdicción voluntaria que obligue al juez o jueza de
Municipio a desprenderse de la causa.
En este sentido, es preciso para esta Sala hacer evidente la naturaleza jurídica del
procedimiento que surge del artículo 185-A del Código Civil, que no es otro que un
procedimiento de jurisdicción graciosa, voluntaria, donde las partes, en virtud de una
situación particular, la ruptura prolongada de la vida en común por más de cinco años, le
solicitan al juzgador o juzgadora que decrete el divorcio; donde, desde luego se ha
reconocido una eventual contención, en caso de que alguna de las partes, contra quien se
dirige la solicitud niegue el hecho y demuestre que no es cierta la circunstancia alegada, es
decir, la separación que daría lugar al decreto de divorcio. En este sentido, la aludida
decisión de esta del 14 de mayo de 2014 Sala dejó sentado:
“Ahora bien, este carácter potencialmente contencioso del proceso de divorcio consagrado
en la norma contenida en el artículo 185-A del Código Civil, se erige sobre la base según la
cual, cada parte tiene la carga de probar sus respectivas afirmaciones de hecho, razón por la
cual, adquieren importancia las manifestaciones del derecho constitucional a la prueba que
informa a todo proceso judicial, cuyos alcances ha tenido oportunidad de ser desarrollados
por esta Sala Constitucional, a través de una jurisprudencia prolífica y diuturna.
En ese sentido, destaca entre muchas, la decisión de esta Sala del 14 de abril de 2005, caso:
Jesús Hurtado Power y otros; en el sentido siguiente:
“…la defensa garantiza a las partes la posibilidad de probar sus alegaciones, y tal garantía
se satisface si se dan en el proceso las siguientes facilidades: 1) la causa debe ser abierta a
pruebas (sea mediante una declaración expresa o por la preclusión de un lapso anterior); 2)
las partes deben tener la posibilidad de proponer medios de prueba; 3) las pruebas sólo
serán inadmitidas por causas justificadas y razonables, sin que estas causas sean de tal
naturaleza que su sola exigencia imposibilite el ejercicio del derecho; 4) debe ser posible
practicar la prueba propuesta y admitida, y, por último, 5) el juez debe valorar la prueba
practicada (ver: A. Carocca Pérez, Garantía Constitucional de la Defensa Procesal, J.M.
Bosch Editor, Barcelona, 1998, pp. 276-306)”. (Negrillas del presente fallo).
En similar tenor se cita lo establecido en la sentencia dictada el 1° de agosto de 2005,
recaída en el caso: Vicente Emilio Hernández, en la cual esta Sala asentó que:
“el Tribunal Constitucional español ha señalado al respecto lo siguiente:
‘Con base en la amplitud con que se encuentra redactado el artículo 24 de la CE el Tribunal
Constitucional ha declarado (STC 151-90, de 4 de octubre, FJ 3) que ‘el derecho a la
prueba’ es un derecho fundamental que emana del Derecho a la tutela judicial efectiva…
(STC 212-90, del 20 de diciembre FJ 3)...”. (Negrillas del presente fallo).
Es por ello que el proceso de divorcio contemplado en el artículo 185-A del Código Civil,
tal como concluyó el Juzgado Vigésimo de Municipio de la Circunscripción Judicial del
Área Metropolitana de Caracas –en la sentencia recurrida de la cual conoció por
avocamiento la Sala de Casación Civil–, ciertamente es un proceso judicial de carácter
contencioso y lógicamente admite la posibilidad de que el solicitante tenga derecho a
comprobar a través de cualquier mecanismo y/o medio de prueba, los hechos, alegaciones y
oposiciones que se presenten a través del mismo. Admitir lo contrario, no solamente
implicaría dejar en poder de una de las partes la posibilidad de poner fin a un proceso por su
simple voluntad en perjuicio del peticionante de tutela judicial, sino además implica ceder
ante el anacronismo de una norma anterior a la Constitución de la República Bolivariana de
Venezuela, texto supremo que propugna la progresividad de los derechos constitucionales,
más aún respecto de aquellos vinculados con aspectos sociales, la institución de la familia,
el estado y capacidad de las personas, así como el debido proceso y la tutela judicial
efectiva.
Además, la calificación del procedimiento como contencioso o de jurisdicción voluntaria no
está sujeta a la existencia o no de una articulación probatoria. Así, el artículo 11, aparte
único, del Código de Procedimiento Civil, prevé que en los asuntos no contenciosos, en los
cuales se pida alguna resolución, los jueces deben obrar con conocimiento de causa y, al
efecto, pueden exigir que se amplíe la prueba sobre los puntos en que la encuentren
deficiente y aún requerir otras pruebas que juzguen indispensables, todo sin necesidad de la
tramitación de la causa por vía de procedimiento judicial ordinario. Para tal fin, el
mecanismo idóneo debe ser la articulación probatoria prevista en el artículo 607 del Código
de Procedimiento Civil”.
De tal modo que, no deviene el Juez de Municipio incompetente por la eventual contención
que pudiera generarse a partir de la apertura de una articulación probatoria para demostrar
uno de los hechos relativos a la solicitud, pues el procedimiento en cuestión no pierde su
naturaleza, y en consecuencia son los Juzgados de Municipio, siempre que no existan entre
los cónyuges hijos menores de edad, los órganos competentes para conocer de dichas
solicitudes de divorcio, aun cuando se abra la articulación probatoria a que se refiere el
precedente jurisprudencial. Así se declara.
Por último, considera esta Sala que lejos de ser desacatado el criterio establecido en la
varias veces mencionada sentencia de esta Sala, núm. 446/2014, el Juez de Alzada, Juzgado
Superior Primero en lo Civil, Mercantil y Tránsito de la Circunscripción Judicial del Área
Metropolitana de Caracas, contra cuya sentencia fue ejercido el recurso de casación
decidido por la Sala de Casación Civil, a través del fallo que se pretende revisar, aplicó la
interpretación contenida en la misma, e hizo efectivos los enunciados allí expuestos, con la
finalidad de materializar el supuesto normativo contenido en el artículo 185-A del Código
Civil, cuando decretó el divorcio, ante la ruptura prolongada de la vida en común por más
de cinco años. Así se decide.
Ello así, y visto que en el presente caso no se verifican los supuestos que se enuncian en el
artículo 25 numerales 10 y 11 de la Ley Orgánica del Tribunal Supremo de Justicia, como
lo es el desconocimiento de la jurisprudencia vinculante de esta Sala, la aplicación
retroactiva de un criterio jurisprudencial ni la infracción de derecho constitucional alguno,
se declara NO HA LUGAR la presente solicitud de revisión de la sentencia número 523,
dictada por la Sala de Casación Civil el 12 de agosto de 2015, realizada por la ciudadana
MARIÓN CHRISTINE CARVALLO DE SCARDINO, asistida de abogado, a propósito del
juicio de divorció que instauró el ciudadano Francisco Pablo Nicolás Scardino Pelino contra
la solicitante.
V
OBITER DICTUM
Encuentra esta Sala necesario establecer, a propósito de la competencia de los Juzgados de
Municipio para conocer de las solicitudes de divorcio fundadas en el artículo 185-A del
Código Civil, cuando no hubiesen hijos menores o discapacitados a cargo de los cónyuges
que, en virtud de tratarse de una solicitud de jurisdicción voluntaria, dichos órganos
judiciales son competentes, conforme a lo dispuesto en el artículo 3 de la Resolución
N°2009-0006 del 18 de marzo de 2009 emanada de la Sala Plena de este Tribunal Supremo
de Justicia, que dispone que: "Los Juzgados de Municipio conocerán de forma exclusiva y
excluyente de todos los asuntos de jurisdicción voluntaria o no contenciosa en materia civil,
mercantil, familia sin que participen niños, niñas y adolescentes, según las reglas ordinarias
de la competencia por el territorio...".
Así, con base en la referida Resolución se ha ampliado el ámbito competencial de este tipo
de Tribunales para conocer de aquellos asuntos señalados en la norma, que no comporten
una controversia entre partes.
En este sentido, los cónyuges pueden tramitar y los Tribunales de Municipio tienen
competencia y pueden recibir las solicitudes de 185-A y separaciones de cuerpo y de bienes,
de conformidad con lo dispuesto en los artículos 189 y 190 del Código Civil, siempre que
no existan hijos menores de edad o discapacitados a su cargo; sin que pierdan competencia
por el carácter contencioso que adquiera la solicitud, a tenor de lo previsto en las sentencias
446 y 693 de esta Sala Constitucional.
Ahora bien, esta Sala Constitucional inspirada en los principios relativos al libre desarrollo
de la personalidad y la tutela judicial efectiva, consagrados en la Constitución de la
República Bolivariana de Venezuela dictó sus fallos Núms. 446 del 15 de mayo de 2014 y
693 del 2 de junio de 2015, que se expresan en el libre consentimiento y la posibilidad de
obtener un fallo que resuelva de manera satisfactoria la pretensión de divorcio planteada
judicialmente.
Por otra parte, advierte la Sala que el artículo 8 de la Ley Orgánica de la Jurisdicción
Especial de la Justicia de Paz Comunal, publicada en laGaceta Oficial de la República
Bolivariana de Venezuela Nº 39.913 del 2 de mayo de 2012, facilita a los cónyuges una
solución expedita y sin trámites la disolución del vínculo, a través de los jueces y juezas de
paz, al permitirles comparecer de mutuo acuerdo a solicitar el divorcio.
En efecto, este instrumento normativo, de reciente data, que regula las competencias de los
jueces y juezas de paz comunal, preceptúa en su artículo 8:
Los jueces y juezas de paz comunal son competentes para conocer:
…omissis…
8.- Declarar, sin procedimiento previo y en presencia de la pareja, el divorcio o la
disolución de las uniones estables de hecho cuando sea por mutuo consentimiento; los
solicitantes se encuentren domiciliados en el ámbito local territorial del juez o jueza de paz
comunal; y no se hayan procreado hijos o de haberlos, no sean menores de 18 años a la
fecha de la solicitud.
De tal modo que, el Legislador le ha conferido con esta Ley a los Jueces y Juezas de Paz la
competencia para divorciar a aquellos cónyuges que de mutuo acuerdo lo pretendan, sin
necesidad de que previamente se decrete una separación de cuerpos y la espera de un año
para obtener el divorcio, o de que se les exija como requisito previo la separación de hecho
por más de cinco años, tal como lo establece el artículo 185-A del Código Civil, antes por el
contrario, ha establecido la posibilidad de que los mismos sean divorciados sin más trámite
que comparecer ante un juez y así solicitarlo siempre que no haya hijos menores o
discapacitados.
No obstante, se observa que a los fines de la aplicación de la norma especial, en aquellas
comunidades donde no se hayan constituido los jueces y juezas de paz comunal, serán los
jueces y juezas de Municipio competentes en los territorios que se correspondan con el
domicilio conyugal los que ejecuten esa competencia, a tenor de la atribución de
competencia que realiza el artículo 3 de la ya citada Resolución de la Sala Plena No. 2009-
006, visto el carácter no contencioso de estas solicitudes de divorcio por mutuo
consentimiento. Así se establece.
VI
DECISIÓN
Por las razones que anteceden, esta Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia,
administrando justicia en nombre de la República Bolivariana de Venezuela por autoridad
de la ley, declara:
PRIMERO: NO HA LUGAR la solicitud de revisión de la sentencia número 523, dictada
por la Sala de Casación Civil el 12 de agosto de 2015, realizada por la ciudadana MARIÓN
CHRISTINE CARVALLO DE SCARDINO, asistida de abogado, a propósito del juicio de
divorció que instauró el ciudadano Francisco Pablo Nicolás Scardino Pelino contra la
solicitante.
SEGUNDO: Se ORDENA la publicación del presente fallo en la Gaceta Judicial de la
República Bolivariana de Venezuela y se destaque en el portal web de este Tribunal
Supremo de Justicia, con la siguiente mención en su sumario:
“Sentencia de la Sala Constitucional que reconoce la competencia de los Tribunales de
Municipio, en aquellas Circunscripciones Judiciales donde no existan Jueces y Juezas de
Paz Comunal, para conocer y decidir solicitudes de divorcio por mutuo consentimiento,
conforme a lo dispuesto en el artículo 8 de la Ley Orgánica de la Jurisdicción Especial de la
Justicia de Paz Comunal”.
Publíquese y regístrese.
Dada, firmada y sellada en el Salón de Despacho de la Sala Constitucional del Tribunal
Supremo de Justicia, en Caracas, a los 18 días del mes de diciembre dos mil quince (2015).
Años: 205º de la Independencia y 156º de la Federación.
La Presidenta,
GLADYS M. GUTIÉRREZ ALVARADO
Vicepresidente,
ARCADIO DE JESÚS DELGADO ROSALES
Los Magistrados,
FRANCISCO A. CARRASQUERO LÓPEZ
LUISA ESTELLA MORALES LAMUÑO
MARCOS TULIO DUGARTE PADRÓN
CARMEN ZULETA DE MERCHÁN
Ponente
JUAN JOSÉ MENDOZA JOVER
El Secretario,
JOSÉ LEONARDO REQUENA CABELLO