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Año: 2024
¿Qué es el espectro autista?
De acuerdo con (Pearson, 2022), los primeros indicios del autismo suelen
manifestarse antes de los tres años de edad, aunque existen numerosos casos
que nunca fueron diagnosticados o se confundieron con retrasos del desarrollo
social o cognitivo.
Las personas con Trastorno del Espectro Autista (TEA) pueden presentar una
amplia variedad de características y síntomas, ya que el TEA es un trastorno
neurológico que afecta el desarrollo y la forma en que una persona se relaciona e
interactúa con el mundo. Aunque cada individuo con TEA es único y puede
presentar un conjunto diferente de características.
POSIBLES CAUSAS
Hasta casi el año 1980, según Chamak y Cohen (2003, citado en Calhorro, 2011),
el autismo se consideraba una enfermedad de origen ambiental, que se originaba
por el comportamiento inapropiado de progenitores y/o cuidadores (hipótesis de
refrigerator mothers), sin embargo, en la actualidad, se considera un trastorno del
comportamiento de origen multifactorial con un componente genético más
elevado.
Criterios diagnósticos
poco integrada pasando por anomalías del contacto visual y del lenguaje corporal
Signos y Síntomas
Las personas con TEA con frecuencia tienen problemas con la comunicación y la
interacción sociales, y conductas o intereses restrictivos o repetitivos. Las
personas con TEA también podrían tener maneras distintas de aprender, moverse
o prestar atención. Es importante señalar que algunas personas sin TEA también
podrían presentar algunos de estos síntomas. Estas características pueden
dificultar mucho la vida de las personas con TEA.
Sensibilidad sensorial: Muchas personas con TEA son sensibles a los estímulos
sensoriales, como los sonidos, las luces brillantes o las texturas. Pueden sentirse
abrumados por ciertos estímulos o mostrar una falta de respuesta a otros.
Es importante destacar que los profesionales de la salud que trabajan con niños
con autismo no se basan únicamente en el diagnóstico por nivel del DSM-5 para el
tratamiento, ya que es difícil determinar exactamente el tipo de apoyo que una
persona necesita y su pronóstico solo en función de los grados de autismo.
En cada caso se requiere un diagnóstico altamente personalizado que permita a
los padres, hermanos y profesores comprender qué esperar del comportamiento
del niño o joven con autismo y cómo deben reaccionar.
Diagnosticar los TEA puede ser difícil debido a que no existe una prueba médica,
como un análisis de sangre, para diagnosticarlos. Para dar un diagnóstico, los
médicos evalúan la conducta del niño y su desarrollo. Los TEA, a veces, pueden
detectarse a los 18 meses de edad o antes. Hacia los dos años, el diagnóstico de
un profesional con experiencia se puede considerar confiable.
Sin embargo, muchos niños no reciben un diagnóstico definitivo hasta que tienen
más edad. Algunas personas no reciben un diagnóstico hasta que son
adolescentes o adultas. Este retraso significa que hay personas con TEA que
podrían no recibir la ayuda temprana que necesitan.
El diagnóstico del Trastorno del Espectro Autista (TEA) implica una evaluación
exhaustiva realizada por profesionales de la salud, como médicos, psicólogos o
neurólogos especializados en el diagnóstico de trastornos del desarrollo.
Existen algunas pautas muy útiles para los profesores que tienen estudiantes en el
espectro autista con un nivel leve o incluso moderado.
Identificar las formas más efectivas de captar la atención del niño con autismo e
incluirlo en las actividades sociales. Esto varía para cada uno. Por ejemplo,
colocándose a su altura con una expresión facial positiva que ya reconozca.
Evitar que sus compañeros lo aíslen, enseñándoles con el ejemplo cómo pueden
integrarlo en sus juegos y actividades de manera armoniosa y en un ambiente de
tolerancia.
Narrar todo lo que se está haciendo con un lenguaje sencillo, como si estuvieras
"subtitulando" tus acciones o las de los demás. Esto proporcionará al alumno un
punto de referencia adicional para comprender la interacción social y las
motivaciones de los demás.
Tratamiento utilizado
Los tratamientos actuales para los TEA buscan reducir los síntomas que
interfieren con el funcionamiento diario y la calidad de vida. Los TEA afectan a
cada persona de distinta manera y esto significa que las personas con TEA tienen
fortalezas y desafíos únicos, y distintas necesidades de tratamiento. Por lo
general, múltiples profesionales participan en los planes de tratamiento y estos se
adaptan a cada persona.
Terapia del habla y el lenguaje: La terapia del habla y el lenguaje se utiliza para
mejorar las habilidades de comunicación y el desarrollo del lenguaje en personas
con TEA. Esto puede incluir el trabajo en la mejora de la articulación, el
vocabulario, la comprensión verbal y la comunicación no verbal.
Apoyo psicológico y emocional: Las personas con TEA pueden enfrentar desafíos
emocionales y de salud mental. El apoyo psicológico y emocional, tanto para la
persona con TEA como para su familia, puede ser beneficioso. Esto puede incluir
terapia individual, terapia familiar y grupos de apoyo.
No existe una única causa de los TEA. Se han identificado muchos factores que
podrían aumentar las probabilidades de que un niño tenga un TEA, como factores
ambientales, biológicos y genéticos.
Aunque sabemos poco sobre las causas específicas, la evidencia disponible indica
que lo siguiente podría poner a los niños en mayor riesgo de presentar un TEA:
Edad avanzada de los padres: Tener padres de edad avanzada, tanto la madre
como el padre, se ha asociado con un mayor riesgo de TEA. Se cree que esto
puede deberse a cambios genéticos acumulativos en los óvulos y
espermatozoides a medida que las personas envejecen.
La Red de Vigilancia del Autismo y las Discapacidades del Desarrollo (ADDM, por
sus siglas en inglés) de los CDC ha estado estimando la cantidad de niños de 8
años con TEA en los Estados Unidos desde el 2000.
Según la última actualización del DSM, que coincide con el DSM-V (2015). Las
características diagnósticas esenciales del TCEA son: la presencia de un
desarrollo marcadamente anormal o deficiente de la interacción y comunicación
sociales y un repertorio sumamente restringido de actividades de interés. Las
manifestaciones de este trastorno varían mucho en función del nivel de desarrollo
y la edad cronológica del sujeto.
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