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El trastorno del espectro autista (TEA) es una condición neurológica y de desarrollo que comienza en la niñez y dura toda

la vida. Afecta cómo una persona se comporta, interactúa con otros, se comunica y aprende. Este trastorno incluye lo que se
conocía como síndrome de Asperger y el trastorno generalizado del desarrollo no especificado.

 Identificada en 1,943.
 No existen pruebas médicas específicas para su diagnóstico.
 Se basa en la observación y valoración de la conducta del niño.
 Las personas con tea no presentan ningún rasgo físico que les distinga.
 No es una enfermedad, sino un trastorno que dura toda la vida.
 No hay incapacidad o ausencia de relación sino “dificultades” para comunicarse.

Se llama "trastorno de espectro" porque diferentes personas con TEA pueden tener una gran variedad de síntomas
distintos. Estas pueden tener problemas para hablar con usted y es posible que no lo miren a los ojos cuando usted les habla.
Además, pueden tener intereses limitados y comportamientos repetitivos. Es posible que pasen mucho tiempo ordenando cosas o
repitiendo una frase una y otra vez.

Un diagnóstico puede escalar de leve a severo, y aunque los niños que lo tienen suelen mostrar rasgos similares, también son
tan individuales como los colores de un arco iris, cada uno manejando una bolsa de sorpresas de síntomas. Mientras que un niño
puede raramente hablar y tener dificultad para aprender cómo leer y escribir, otro puede tener muchas habilidades y puede asistir a
clases en una escuela convencional. Otro niño puede ser tan sensible a la sensación de la tela que todas las etiquetas deben ser
cortadas antes de que él use la ropa, mientras que su amigo que también es autístico puede no tener ningún problema sensorial.

El autismo es una condición que afecta el modo que una persona ve el mundo.

A las personas con Trastornos del Espectro Autista (TEA)

 les resulta difícil desarrollar relaciones sociales, comunicarse y pensar en abstracto (abstracto algo que no se ve, no
es tangible) Aunque un grupo de personas con TEA tiene
 dificultades de aprendizaje, otros tienen
 capacidades intelectuales iguales o superiores a la media.

Se define como una profunda alteración de diferentes funciones del sistema nervioso central

Estas alteraciones afectan a varios ámbitos del desarrollo: interacción social, lenguaje, comunicación y el pensamiento:

 Interacción Social. Las dificultades en este ámbito pueden presentarse de diferentes formas dependiendo de la persona:
desde mostrar

 poco interés por los demás y preferir actividades en solitario, hasta una aceptación pasiva de los otros,
aunque con
 importantes dificultades para iniciar y mantener las relaciones, compartir intereses.
 les resulta especialmente complicado entender las normas sociales que para el resto son habituales (cómo
comportarse, saludar, o hacer preguntas, esperar turnos...). Lo mismo les ocurre con muchas de
 las expresiones emocionales (tristeza, odio, alegría, enfado...). Además, presentan
 dificultades para establecer relaciones de amistad o amor. En aquellos casos en los que realmente desean
entablar relaciones sociales, también encuentran dificultades:
 sus temas de interés son reducidos y limitados, tienen falta de empatía con los demás, les cuesta adaptarse a
su interlocutor,
 tampoco comprenden la comunicación no verbal, por lo que las interacciones sociales se vuelven muy
complejas.
 Comunicación. Aunque en distintos niveles, dependiendo del grado de afectación, estas personas suelen tener dificultades
para comprender y expresar mensajes orales. Muchas personas con TEA

 carecen de lenguaje y presentan problemas de "comprensión": problemas de expresión oral, desde el


 mutismo absoluto o ecolalias (repite involuntariamente una palabra o frase que acaba de pronunciar otra
persona en su presencia, a modo de eco.),
 inversión pronominal (trastorno del lenguaje que consiste en la no utilización del pronombre personal de la
primera persona yo o me y su sustitución por el pronombre personal de la tercera persona él o le)
 dificultades con el tono y el ritmo de la entonación, o dificultades conversacionales como temas de interés
repetitivos,
 dificultades para establecer contacto ocular y para comprender los gestos y posturas de los demás.
Tampoco entienden las frases con doble sentido, bromas, lenguaje metafórico,
 Imaginación. Su pensamiento simbólico es muy limitado, lo que supone grandes

 dificultades para imaginar y elaborar fantasías, organizar el tiempo o desarrollar actividades de manera
espontánea. Por ello, pueden aparecer ciertos comportamientos obsesivos y rígidos (afán exagerado por el orden
de los objetos, movimientos estereotipados, rutinas, temas de interés recurrentes y peculiares y gran dificultad
para adaptarse a los cambios).

Sus síntomas se manifiestan de forma diversa en las distintas edades, acompañando a la persona durante todo su ciclo vital (Frith,
2004). Aunque alrededor un 75 % de las personas con TEA presenta discapacidad intelectual, el resto tiene capacidades
intelectuales iguales o superiores a la media.

¿Qué tan común es el autismo?

Según FEDERACION AUTISMOANDALUCIA

Los estudios muestran que los TGD (Trastorno Generalizado del Desarrollo) o TEA son bastante más frecuentes de lo que se
pensaba cuando aún no conocíamos la variedad con la que estos trastornos se manifiestan. Así, hemos pasado de identificar un
caso de autismo por cada 2.500 niños hace veinticinco años, y ahora uno de cada 80-100 niños, entendiendo que estas cifras
actuales incluyen todo el espectro; abarcando los casos más leves y de alto funcionamiento.

Según LA ASOCIACION SALVADOREÑA DE AUTISMO LA VOZ DEL AUTISMO

1 en 68 niños tienen autismo, según los Centros de Control de Enfermedades en los EE. UU. También, las estadísticas del
gobierno indican que el índice del autismo está incrementando de un 10 a un 17 por ciento anualmente.

Desafortunadamente, los números aparentan seguir en ascenso. De hecho, es el trastorno de desarrollo más frecuente hasta la
fecha; según los Centros de Control de Enfermedades (Centers for Disease Control), aproximadamente 4 millones de bebés
nacidos cada año, 24,000 de ellos serán identificados eventualmente como autísticos.

En cuanto a la distribución del sexo en la población con TEA según ambas organizaciones

Se ha detectado históricamente un predominio de casos masculinos sobre los femeninos: se encuentra una media de
distribución del sexo en los trastornos autistas de 1 mujer por cada 4 varones. Es decir, los TGD (Trastornos Generativos del
Desarrollo) o TEA (Trastornos del Espectro Autista) son tres o cuatro veces más frecuente en varones que en mujeres. Se dice
que las niñas aparentan manifestar una forma más severa el trastorno que sus contrapartes masculinas.

Necesidades

Para garantizar su dignidad plena, las personas con TEA deben

ser tratadas y consideradas como personas capaces de alcanzar metas como la independencia y la autodeterminación. Las
personas con TEA

tienen el mismo valor humano que cualquier otra persona, por lo tanto

tienen los mismos derechos humanos. En particular, las personas con TEA deben beneficiarse de los mismos derechos, los
cuales deben ser preservados y defendidos para todas las personas con discapacidad.

Preguntas frecuentes

1. ¿Cómo se diagnostica el autismo?

El diagnóstico se establece cuando se observan los síntomas característicos. No hay un test o prueba médica que diga si una
persona tiene o no autismo. El diagnóstico se hace observando la conducta de la persona, conociendo su historia del
desarrollo y aplicando una batería de pruebas médicas y psicológicas para detectar la presencia de los signos y síntomas del
autismo.

2. ¿Cuáles son los síntomas más frecuentes del autismo en niños pequeños?

Aunque algunos estudios e informes familiares señalan anomalías observables en los primeros 12 – 18 meses de vida, es
actualmente a partir de los 24 meses cuando se aprecian, con mayor intensidad, los síntomas característicos. El desarrollo del
lenguaje, en los primeros años de vida, presenta un retraso significativo o características peculiares en una mayoría de personas
con TEA.

En niños de alrededor de dos años, los síntomas más frecuentes son: la ausencia de una mirada normal a los ojos; el no
compartir interés o placer con los otros; la falta de respuesta al ser llamado por su nombre; el no “llevar y mostrar” cosas a
los demás, y el no señalar con el dedo índice.
3. ¿Tienen las personas con autismo DISCAPACIDAD INTELECTUAL?

Muchos estudios han establecido que hasta un 70% de las personas con autismo presentan, además, una discapacidad
intelectual, que puede oscilar desde tener un Cociente Intelectual en el rango de ligero a profundo. Las nuevas
investigaciones, que incluyen los TGD o TEA, sugieren un porcentaje menor que el citado.

4. ¿Cuáles son las diferencias entre el trastorno de Asperger, el trastorno autista y la denominada persona “de alto nivel de
funcionamiento” con autismo?

Para ser diagnosticado de trastorno de Asperger la persona no ha debido tener retraso en la adquisición del lenguaje y su
cociente intelectual debe situarse en los límites de la normalidad. Ambos aspectos son esenciales para el diagnóstico y
diferencian el Asperger del resto de los TGD o TEA.

El concepto de “alto nivel de funcionamiento” no está aceptado en los manuales clasificatorios. Normalmente se suele
utilizar para las personas con autismo que presentan inteligencia límite; o para aquellas sin discapacidad intelectual, pero con
retraso del lenguaje.

5. ¿Se asocia el autismo con otros trastornos?

El autismo se puede asociar con cualquier otra enfermedad o trastorno del desarrollo, psicomotor, sensorial, emocional o
del comportamiento. De hecho, las personas con estos trastornos tienen mayor vulnerabilidad para otros problemas que la
población general. El origen de esta vulnerabilidad es doble: por un lado, existen ciertas enfermedades que afectan al cerebro que
se presentan con una mayor frecuencia de lo esperable. Por el otro, el tener que adaptarse a un entorno que no comprenden o que
no está adaptado a sus necesidades influye a la hora de generar otros problemas: ansiedad, depresión, conductas violentas,
obsesiones, trastornos alimenticios o del sueño, etc.

6 ¿Cuáles son las causas del autismo?

Hace más de medio siglo, de acuerdo con las teorías imperantes en aquella época, se interpretó erróneamente que estos trastornos
eran causados por los propios padres, que con su frialdad generaban estos problemas en sus hijos. Afortunadamente este cruel
error ya ha sido subsanado. Todas las instituciones científicas internacionales reconocen que el autismo se debe a anomalías del
sistema nervioso central, y tiene causas biológicas y no psicosociales.

En la actualidad, la evidencia científica plantea una visión multifactorial compleja, por interacción de diversos factores, genéticos y
ambientales, sin que todavía se conozca exactamente cuáles son y cómo interactúan los posibles factores ambientales sobre la
susceptibilidad genética. Entre los factores ambientales, se han sugerido infecciones víricas (rubéola, herpes, citomegalovirus, etc.),
complicaciones obstétricas, administración de vacunas (aspecto controvertido que recientemente se ha absolutamente descartado),
intoxicaciones, intolerancia a ciertos alimentos y nutrientes, consumo de determinados productos durante el embarazo, alteraciones
gastrointestinales, etc. Hasta la fecha, la conclusión de los numerosos grupos de trabajo es que no existe evidencia documentada
de modo científico, que pruebe que los factores ambientales estudiados sean por sí mismos causantes del autismo.

7. ¿Cómo se trata el autismo?

Hay que destacar que existe un consenso internacional de que la educación y el apoyo social son los principales medios de
tratamiento. Estos aspectos han de ser complementados, en ocasiones, con la medicación y con otros programas
terapéuticos como los programas para problemas específicos de conducta o la terapia cognitivo-conductual para los
problemas psicológicos asociados en personas de más alto nivel de funcionamiento.

8. ¿Hay medicamentos para el autismo?

No existen todavía medicamentos específicos que influyan directamente en los síntomas del autismo. Sin embargo, se
administra medicación psicotrópica para tratar de disminuir otros problemas que la persona pueda tener; con la esperanza de
conseguir que su efecto les permita participar y beneficiarse de otras terapias (pedagógicas, psicosociales, lúdicas...) o mejore su
calidad de vida.

la irritabilidad presente en los niños con autismo es tratable con un fármaco – la Risperidona – que la mejora. El suspender el
fármaco hace que recurra el problema y no aparecen problemas no identificados de efectos secundarios – a excepción,
principalmente, del aumento de peso que se presenta, si lo hace, desde el inicio.

el Metilfenidato – medicamento utilizado con alta eficacia en los niños con Trastorno de Déficit de Atención con y sin
Hiperactividad – puede ser administrado en la población con autismo siempre que ambos trastornos ocurran
asociadamente. hay que suspender el tratamiento el 20% de las veces por la aparición de marcada irritabilidad.

La administración de estos fármacos – a excepción de los antiepilépticos para las convulsiones – requiere frecuentemente
su uso “fuera de prospecto”; esto es, la hoja informativa del medicamento frecuentemente no incluye en su autorización oficial o
bien el problema del autismo o la edad del paciente o el problema a tratar. En tanto que, frecuentemente, la persona con autismo no
posee la capacidad para transmitir los efectos (positivos y negativos) que percibe con un medicamento, es obligatorio el seguir un
proceso cuidadoso, con participación informada de las personas de su entorno, revisiones frecuentes y valoración cuidadosa del
efecto de la farmacoterapia.

9. ¿Se cura el autismo y que pronostico tiene?

Partiendo de que no es una enfermedad, el autismo no se cura y su pronóstico, en general, es poco alentador,
especialmente si lo que se pretende es hacer desaparecer el trastorno.

10. ¿Cuántos años vive una persona con autismo?

Tienen un promedio de vida igual que cualquier otra persona

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