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Temática

Retratos por encargo: Podríamos dividirlos en dos clases:

Retratos individuales: Son imágenes eminentemente burguesas dedicadas a la


decoración de las casas, generalmente a través de encargos dobles: retratos
masculinos y femeninos que presidirían las estancias nobles de los hogares de
Haarlem. Aparecen llenas de vida y en una actitud increíblemente natural y
conseguida, poco común para lo habitual de esta pintura por encargo. Utiliza para
caracterizar la propia psicología de los retratados generalmente, en actitud seria y
solemne. (Retrato de hombre con guante).

Retratos colectivos: A encargo de sociedades o agrupaciones burguesas, Hals


concede a todas las figuras un mismo trato preeminente, evitando personajes
secundarios o subordinados. Se reflejan en estos cuadros de grupo el realismo
psicológico y son ricos en cromatismo y efectos de luz dirigida a rostros y manos.
Incluso en ocasiones sus honorarios le fueron pagados en vez por el lienzo en
conjunto por persona pintada.

Retratos de tipos populares: Pintado con naturalidad y en actitud cotidiana. Son


los desposeídos de su ciudad, a diferencia de los burgueses de alto poder
adquisitivo de los encargos. Es pintura de género muy al gusto del Barroco,
donde el estudio de la instantaneidad sobre las clases pobres suponen un estudio
casi sociológico de esta parte de la sociedad excluida de las páginas de la
Historia. Centra Hals en estos casos la atención más que en el físico del individuo
en la personalidad integradora del momento captado.
Rembrandt

Rembrandt fue un pintor y grabador holandés, principal partícipe del estilo barroco y la
escuela flamenca, considerado el artista pictórico más talentoso y prolífico de la historia
de Holanda.
Las pinturas de Rembrandt no sólo ofrecen una propuesta estética, además están
repletas de significado y sencillez. Especialista en escenas tradicionales y bíblicas, huía
de la ostentación estética y hasta provocadora que otros artistas barrocos proferían.

Rembrandt nunca encasilló sus obras en un estilo, ni se acomodó a una corriente


artística. Lejos de esto era Él mismo quien lideraba tendencias, innovaba y cambiaba su
forma de pintar constantemente.
Alrededor de sus cuadros se han hecho toda clase de estudios históricos, teológicos y
científicos: las temáticas, la composición de los pigmentos, la forma de las pinceladas, los
colores, etc.
Johannes Vermeer

Es uno de los pintores neerlandeses más reconocidos del arte Barroco. Vivió
durante la llamada Edad de Oro neerlandesa, en la cual las Provincias Unidas
de los Países Bajos experimentaron un extraordinario florecimiento político,
económico y cultural.

La obra completa de Vermeer es muy reducida; solamente se conocen 33 a 35


cuadros. Esto pudo deberse a que pintaba para mecenas, por encargo, más
que para el mercado de arte.

Pintó otras obras, hoy perdidas, de las que se tiene conocimiento por antiguas
actas de subastas. Sus primeras obras fueron de tipo histórico, pero alcanzó la
fama gracias a su pintura costumbrista, muchas veces considerada de género,
que forma la mayoría de su producción. Sus cuadros más conocidos son Vista
de Delft y La joven de la perla. En vida fue un pintor de éxito moderado. No
tuvo una vida desahogada, quizá debido al escaso número de pinturas que
producía, y a su muerte dejó deudas a su esposa y once hijos.

Prácticamente olvidado durante dos siglos, a partir de mediados del siglo XIX
la pintura de Vermeer tuvo un amplio reconocimiento. Théophile Thoré
contribuyó a la consagración de Vermeer con unos artículos periodísticos muy
elogiosos. Actualmente es considerado uno de los más grandes pintores de
los Países Bajos. También es particularmente reconocido por su maestría en el
uso y tratamiento de la luz.
Pedro Pablo Rubens

Pedro Pablo Rubens es uno de los grandes pintores flamencos del


barroco del siglo XVII.

Pintor europeo, figura muy destacada del estilo barroco de la escuela


flamenca, nacido en el territorio del Sacro Impero Romano Germánico,
actual Alemania, de confesión católica. Bajo su tutela tuvo como alumnos
a artistas destacados como Anton van Dyck.

Educado en un entorno humanista e inmerso en la mentalidad


renacentista, lo cual marcó su evidente admiración por la belleza de la
Grecia antigua. Hombre creyente y espiritual, pensaba que su pintura era
inspirada por Dios y colaboradora importante en el mensaje cristiano, lo
que a su vez le llevó a ser un adalid de la contrarreforma católica.

El pincel de Rubens es decidido y grácil; busca plasmar un instante dentro


de un suceso, realizó esta tarea con tal agudeza, que desde los inicios de
su carrera contó con el reconocimiento de los principales formadores
pictóricos flamencos, la nobleza y la monarquía de la época
"Saturno" "Adán y Eva" Ver
"Las tres Gracias"
También conocido como: Saturno Autor: Pedro Pablo Rubens
También conocido como: Las Gracias
devorando a su hijo
Autor: Pedro Pablo Rubens
Autor: Pedro Pablo Rubens
LA ESCUELA ANDALUZA.

Se extiende por Sevilla, Granada y Málaga. Huye del realismo exagerado buscando la belleza sin rehusar del contenido
espiritual. El realismo se idealiza predominando la serenidad y las imágenes bellas y equilibradas con un modelado suave.

Juan Martínez Montañés (1568-1694)

Es el creador de la escuela sevillana. Su producción es casi toda religiosa. Su talla está bien modelada, sus ropajes
voluminosos dan grandiosidad a la imagen y concede gran importancia a la anatomía.

La obra que revela su verdadera personalidad es El Cristo de la Clemencia en la catedral de Sevilla. Sin excesivo
dramatismo, con poca sangre y aún vivo, mira hacia abajo en actitud de conversar con el devoto. Responde al crucifijo con
dos clavos en los pies, pero para evitar demasiada simetría, las piernas aparecen cruzadas.

Ejecutó obras tan importantes como el Retablo de Santo Domingo, de la que sólo se conserva la estatua de Santo
Domingo, que se halla en éxtasis, aunque la expresión sea de calma, de oración interior.

En el Retablo de San Isidoro del Campo, de Santípoce, en Sevilla, destaca la figura de San Jerónimo, que está visto en todo
su volumen porque saldría en procesión. Su expresión llega al máximo.

Crea el tipo de Niño Jesús desnudo, delicioso y bello. El de la Catedral de Sevilla desprende ternura, colocado sobre un
cojín, extiende sus brazos demandando un abrazo. Supone un acercamiento a los afectos humanos.

La Inmaculada ocupa un lugar especial en su iconografía. Para la catedral de Sevilla hace una Virgen que es una mujer
joven, con el manto caído sobre los hombros, con la cabeza levemente inclinada y una pequeña sonrisa ingenua y
melancólica que la dota de gran religiosidad.
Arte del siglo XX

El arte del siglo XX comienza a inicios de este período, destacándose la vanguardia artística, que avanza hacia la ciencia,
la tecnología y otras ramas como la literatura.

Características de los movimientos vanguardistas del siglo XX

Las vanguardias artísticas de principios del siglo XX, tenían un carácter contradictorio. Surgieron como triunfo del
proyecto cultural moderno (que plantea un rechazo al pasado y búsqueda de progreso), y a la vez son una crítica al
mismo proyecto modernista. La vanguardia no reconoce arte sin acción transformadora.

Hay un quiebre con el pasado y la tradición. Comienza un proceso de experimentación y se reemplaza el producto por el
proceso como fin de la intención artística. La ruptura no se da solo en el plano estético, sino también en el político. Estos
grupos tenían claras ideologías y muchos de ellos eran activos militantes políticos. Con el tiempo vanguardia y política se
fueron distanciando, aunque hoy en día podemos ver todavía algunos grupos que buscan expresar ideas o valores
mediante su arte (por ejemplo el Eco-Art).

Se puede considerar estos movimientos como una revolución del arte porque produjeron cambios profundos en el
lenguaje de las artes. La constante búsqueda de lo nuevo y de ruptura con el pasado dio como resultado la renovación
total del concepto de arte y sus límites.
Artes visuales

Las principales innovaciones fueron:

Ruptura con la perspectiva en la pintura:


Se abandona esta práctica que reinaba desde el Renacimiento, así como
también la intención de realismo.

Arquitectura

La arquitectura moderna surge a partir de los cambios sociales y culturales


producidos por la revolución industrial. Se comienzan a utilizar nuevos
materiales en las construcciones y edificios; hierro, hormigón y acero.
Empieza un proceso de construcción en altura, desde los edificios
industriales hasta llegar a rascacielos. Otro aspecto de la arquitectura en el
siglo XX es el abandono de ornamentos en pos de una arquitectura
funcional. Algunos de los arquitectos más conocidos fueron Le Corbusier y
Walter Gropius (director de la Bauhaus)
La Escuela de París: Soutine y Modigliani

Se denomina Escuela de París a un grupo heterodoxo de artistas que


trabajaron en París en el periodo de entreguerras (1915–1940),
vinculados a diversos estilos artísticos como el posimpresionismo, el
expresionismo y el surrealismo.

El término engloba a una gran variedad de artistas, tanto franceses


como extranjeros, que residían en la capital francesa en el intervalo entre
las dos guerras mundiales. En aquella época París era un fértil centro de
creación y difusión artística, tanto por su ambiente político, cultural y
económico, como por ser el origen de diversos movimientos de
vanguardia como el fauvismo y el cubismo, y lugar de residencia de
grandes maestros como Picasso, Braque, Matisse y su discípulo japonés
Yoshio Aoyama, Léger, etc.

En la Escuela de París dominó una gran diversidad estilística, sin


embargo, la mayoría estuvieron vinculados en mayor o menor medida al
expresionismo, si bien interpretado de forma personal y heterodoxa:
artistas como Amedeo Modigliani, Chaïm Soutine, Jules Pascin y Maurice
Utrillo fueron conocidos como “les maudits” (los malditos), por su arte
bohemio y torturado, reflejo de un ambiente noctámbulo, miserable y
desesperado. En cambio, Marc Chagall representa un expresionismo más
vitalista, más dinámico y colorista, sintetizando su iconografía rusa natal
con el colorido fauvista y el espacio cubista.
El fovismo

El fovismo, también conocido como fauvismo (del francés fauvisme, de fauve


‘fiera’ e -ismo, ‘movimiento, tendencia, carácter’), fue un movimiento pictórico
originado en Francia, alrededor de 1904 a 1908. Luego se expandió a otros
países, en años posteriores. Generalmente es caracterizado por un empleo
provocativo del color. Su nombre procede de la expresión les fauves ‘las fieras’,
dado por el crítico de arte Louis Vauxcelles al conjunto de obras presentadas en
la Sala VII de la tercera exposición del Salón de Otoño, en el Gran Palacio de
París, en 1905. Lo usó por primera vez en su crítica de arte publicada en el
periódico Gil Blas, el 17 de octubre de 1905, en un artículo dedicado al salón
artístico.

Fue un movimiento sincrético donde se usaban e incluían características de


movimientos artísticos próximos, en su espíritu de transformación de volver a la
pureza de los recursos,[cita requerida] de no ser sumisos ante la herencia
pictórica, el grupo quería ir más allá de lo logrado en la pintura, razón por la
cual fueron vanguardistas.

Con distinción y separación, algunos consideran como el precursor o el líder de


este movimiento a Henri Matisse. Por otra parte, Guillaume Apollinaire le
atribuye la invención del fauvismo a Henri Matisse y André Derain. Otra posición
afirma la existencia de "un triángulo esencial del fauvismo“ compuesto por
Matisse, Derain y Maurice de Vlaminck,y que, al debilitarse esa unión, se
desvaneció progresivamente el movimiento. Otro enfoque menciona a tres
artistas como creadores del fauvismo.
Expresionismo

El expresionismo fue un movimiento cultural surgido en Alemania a principios


del siglo XX, que se plasmó en un gran número de campos: artes
plásticas, arquitectura, literatura, música, cine, teatro, danza, fotografía, etc. Su
primera manifestación fue en el terreno de la pintura, coincidiendo en el tiempo
con la aparición del fauvismo francés, hecho que convirtió a ambos movimientos
artísticos en los primeros exponentes de las llamadas «vanguardias históricas».
Más que un estilo con características propias comunes fue un movimiento
heterogéneo, una actitud y una forma de entender el arte que aglutinó a diversos
artistas de tendencias muy diversas y diferente formación y nivel intelectual.
Surgido como reacción al impresionismo, frente al naturalismo y el
carácter positivista de este movimiento de finales del siglo XIX, los expresionistas
defendían un arte más personal e intuitivo, donde predominase la visión interior
del artista —la «expresión»— frente a la plasmación de la realidad —la
«impresión».

El expresionismo suele ser entendido como la deformación de la realidad para


expresar de forma más subjetiva la naturaleza y el ser humano, dando primacía a
la expresión de los sentimientos más que a la descripción objetiva de la realidad.
Entendido de esta forma, el expresionismo es extrapolable a cualquier época y
espacio geográfico. Así, a menudo se ha calificado de expresionista la obra de
diversos autores como Matthias Grünewald, Pieter Brueghel el Viejo, El
Greco o Francisco de Goya. Algunos historiadores, para distinguirlo, escriben
«expresionismo» –en minúsculas– como término genérico y «Expresionismo» –en
mayúsculas– para el movimiento alemán.
Con sus colores violentos y su temática de soledad y de miseria, el expresionismo reflejó la amargura que invadió a los
círculos artísticos e intelectuales de la Alemania prebélica, así como de la Primera Guerra Mundial (1914-1918) y del
período de entreguerras (1918-1939). Esa amargura provocó un deseo vehemente de cambiar la vida, de buscar nuevas
dimensiones a la imaginación y de renovar los lenguajes artísticos. El expresionismo defendía la libertad individual, la
primacía de la expresión subjetiva, el irracionalismo, el apasionamiento y los temas prohibidos –lo morboso, demoníaco,
sexual, fantástico o pervertido–. Intentó reflejar una visión subjetiva, una deformación emocional de la realidad, a través
del carácter expresivo de los medios plásticos, que cobraron una significación metafísica, abriendo los sentidos al mundo
interior. Entendido como una genuina expresión del alma alemana, su carácter existencialista, su anhelo metafísico y la
visión trágica del ser humano en el mundo le hicieron reflejo de una concepción existencial liberada al mundo del
espíritu y a la preocupación por la vida y la muerte, concepción que se suele calificar de "nórdica" por asociarse al
temperamento que tópicamente se identifica con el estereotipo de los países del norte de Europa. Fiel reflejo de las
circunstancias históricas en que se desarrolló, el expresionismo reveló el lado pesimista de la vida, la angustia existencial
del individuo, que en la sociedad moderna, industrializada, se ve alienado, aislado. Así, mediante la distorsión de la
realidad pretendían impactar al espectador, llegar a su lado más emotivo e interior.

El expresionismo no fue un movimiento homogéneo, sino de gran diversidad estilística: hay un expresionismo
modernista (Munch), fauvista (Rouault), cubista y futurista (Die Brücke), surrealista (Klee), abstracto (Kandinski), etc.

Aunque su mayor centro de difusión se dio en Alemania, también se percibe en otros artistas europeos (Modigliani,
Chagall, Soutine, Permeke) y americanos (Orozco, Rivera, Siqueiros, Portinari). En Alemania se organizó principalmente
en torno a dos grupos: Die Brücke (fundado en 1905), y Der Blaue Reiter (fundado en 1911), aunque hubo algunos
artistas no adscritos a ningún grupo. Después de la Primera Guerra Mundial apareció la llamada Nueva Objetividad, que
si bien surgió como rechazo al individualismo expresionista defendiendo un carácter más social del arte, su distorsión
formal y su colorido intenso les hacen herederos directos de la primera generación expresionista.
Cubismo

El cubismo fue el primer movimiento artístico de vanguardia del siglo XX. Nació
en el año 1907 y finalizó en 1914 de la mano de los pintores Pablo Picasso y
Georges Braque. Su impacto fue tal que se le considera precursor de la
abstracción y de la subjetividad artística en su sentido contemporáneo.

El movimiento cubista establece, por primera vez en la historia, una auténtica


ruptura con el arte occidental que, hasta entonces, se basaba en la imitación de
la naturaleza y en la idea de belleza, lo que supuso entonces un gran escándalo,
sobre todo entre los más conservadores.

Características del cubismo

El cubismo representa la realidad mediante el empleo dominante de


elementos geométricos, resultados del análisis y la síntesis. Los
objetos no se representan como “son” o como se "ven", sino como
han sido concebidos por la mente, que los deconstruye en sus
formas geométricas esenciales, orientando la atención al lenguaje
plástico, la observación y el análisis. Comprendamos cómo lo hace.

Pablo Picasso: Mujer con mandolina. 1910


Ruptura del principio de imitación de la naturaleza en el arte

A diferencia de los movimientos predecesores, el cubismo se


distancia abiertamente de la representación naturalista, es decir, del
principio de imitación de la naturaleza como objetivo final del arte.
Esto lo convierte en el primer movimiento de vanguardia
propiamente dicho. El cubismo da un paso más allá al distanciarse,
incluso, de la idea de representar la naturaleza según los modos de
“percepción” de la vista o la emoción, en decir, en los efectos o los
afectos. Es así como logra la deconstrucción plástica por la vía
analítica, logrando crear en el cuadro una realidad propia
independiente de cualquier referente y de cualquier intento por
lograr la verosimilitud.
Superposición de planos

El cubismo yuxtapone diferentes planos en uno solo. La síntesis se


hace total: al tiempo que sintetiza las figuras a su mínima expresión
geométrica, sintetiza también en un solo plano los diferentes puntos
de vista del objeto.
Predominio de la forma sobre el fondo

En el cubismo, el análisis visual y los elementos plásticos en sí


mismos tienen el protagonismo. Por ello, no se sienten obligados a
representar temas trascendentes, sino que la cotidianidad se vuelve
causa de inspiración para poder desarrollar un concepto.
Futurismo

El futurismo fue un movimiento de vanguardia italiano que se dio a


conocer el 20 de febrero de 1909, cuando el diario Le Fígaro
publicó en París el Manifiesto futurista, escrito por el poeta Filippo
Tommaso Marinetti. Pretendía expresar los valores y experiencias de
la era de la máquina —velocidad, energía y fuerza—, revolucionando
las técnicas y el lenguaje de la literatura y las artes. Por ello, asumió
como nombre el término futurismo, que significa 'movimiento
orientado hacia el futuro'.

Nace como un movimiento literario, pero un año después de la


publicación del manifiesto, el futurismo se cuela entre los artistas
italianos, que, imitando a su fundador, se expresan en la publicación
de varios manifiestos. A saber: Manifiesto de los pintores futuristas
(1910); Manifiesto de la escultura futurista (1912); Manifiesto El arte
entre los ruidos, dedicado a la música (1912), y Manifiesto de la
arquitectura futurista (1914).

Aunque el futurismo fue un movimiento italiano, ejerció un


importante impacto internacional gracias a su capacidad de
autopromoción y su radicalidad. Influyó en artistas como Marcel
Duchamp y Joseph Stella, este último radicado en Nueva York. Del
mismo modo, influyó en tendencias como el cubofuturismo y el
rayonismo ruso.
Características

Ruptura con la tradición estética

El rechazo a la tradición estética del siglo XIX fue un elemento común de todos los movimientos de vanguardia, incluido el
futurismo. Aquella generación estaba cansada de la estandarización del arte, y captaba que el mundo había cambiado. El
arte debía cambiar también.

Celebración de la era de la máquina

El futurismo se gestó en las postrimerías de una generación signada por la Segunda Revolución Industrial (1870-1914), en
la que la dupla conocimiento científico y tecnología era responsable de una profunda transformación. Había quienes veían
esto con desconfianza; pero los futuristas veían el augurio de un tiempo glorioso dominado por la máquina.

La utopía futurista alcanzaba, incluso, la idea del ser humano, que aspiraban se convirtiera en un superhombre.
Automóviles, telégrafos y aviones lucían ante los futuristas como un verdadero salto cualitativo de la civilización, como una
promesa universal inagotable de evolución.

Inquietud por la cuarta dimensión (el tiempo)

El tiempo ocupa un papel protagónico en el arte futurista. No puede ser de otro modo si el movimiento funda su nombre
en la dialéctica del tiempo. Asumir como nombre el término "futurismo" implica una reflexión respecto del pasado y del
presente.

Sin embargo, no queda claro si la mirada del futurismo estaba en el porvenir o en una toma de posición respecto del
pasado. Al menos en cuanto a la pintura, el historiador Eric Hosbbamw señala que esta y otras vanguardias, adolecieron de
una gran paradoja: interpretar la era del maquinismo con medios pictóricos del siglo XIX, como la pintura de caballete.
El arte abstracto

El arte abstracto prescinde de la representación de un tema o un asunto


figurativo y lo sustituye por un lenguaje visual autónomo, con significado
propio. Se entiende por pintura abstracta aquella que prescinde por completo
del objeto y de la figura y el cuadro se compone mediante la combinación de
líneas y colores.

Surge en torno a 1910, pero fueron varias las tendencias de la vanguardia


histórica las que acabaron desembocando en creaciones no figurativas. La
abstracción es el resultado de una tendencia a resumir y sintetizar que
comienza a finales del S. XIX, con Gaugain, Van Gogh y Cézanne, y que
continúa con la simplificación del tema a través del Fauvismo, Cubismo y el
Futurismo. Así pues, nos encontramos ante un movimiento que ya se iba
perfilando desde el siglo anterior y que busca la renovación absoluta de la
pintura.

La abstracción no es un movimiento único, tampoco obedece a un programa


estético común. Ha ella podemos llegar a través de dos vías, ambas nacen de
la búsqueda de un orden y de una racionalidad exentos de referencias
inmediatas al mundo exterior.

La primera se ha elaborado a partir de las experiencias fauvistas y


expresionistas que exaltan la fuerza del color y se denomina abstracción lírica.
La segunda, llamada abstracción geométrica, se apoya en la estructuración
cubista.
Robert Delaunay

Durante un tiempo cultivó el cubismo, pero pronto ingresó en la abstracción,


dedicándose a la investigación del color y la luz.
Estimulado también por el cubismo y el dinamismo futurista practicó una forma de
abstracción con colores vivos, organizados libremente en torno a una estructura
geométrica bastante elemental. Este propósito lo consiguió en sus Ventanas. Son siempre
planos trasparentes de formas geométricas donde apenas hay dibujo. Cada plano tiene
una iluminación independiente y el motivo de la ventana irá poco a poco perdiéndose
hasta llegar a ser cuadros totalmente abstractos.

También realizó obras con implicaciones musicales, basándose en la noción de


dinamismo visual, provocado por el color. En Formas circulares la disposición del color en
el plano produce una sensación de ritmo animado. Los círculos concéntricos del cuadro
se corresponden a diferentes armonías cromáticas, logrando un excelente dinamismo
rotativo. Wassily Kandinsky

Llegó a una abstracción impregnada de sentimiento, su pintura está destinada a


despertar la emoción en el espectador. Para él, el arte debía expresar el espíritu, la
realidad interior, la los estados de ánimo, los sentimientos. Esto es lo que le llevará a
suprimir el título en muchas de sus obras.

En 1910 ejecutó la primera acuarela sin tema, conocida como Primera acuarela
abstracta. Sobre un espacio imaginario flotan y se mueven formas abstractas
coloreadas en las que no se encuentran referencias miméticas. La fluidez de las
manchas de color y el gesto nervioso de la línea configuran un espacio de gran
dinamismo.
El arte en los años de la guerra

La Primera Guerra Mundial no solo fue una catástrofe


devastadora que acabó con la vida de 37 millones de
personas, hundió a los grandes imperios y cambió el mapa
del mundo, sino que también trastornó por completo al
arte, al que impulsó brutalmente a la modernidad.

Como le dijo Leo Braudy, un profesor experto en el


conflicto, a The Los Angeles Times hace unos años, la
Primera Guerra Mundial “creó una época en el arte”,
explicando cómo ese primer conflicto global contribuyó a
la consolidación del modernismo. Si en política, esa ‘Gran
Guerra’, como la llamaron en el Reino Unido, dio forma al
mundo moderno, en arte hizo algo similar y dejó una
huella profunda y perdurable.

Dice Stephen Forcer, especialista en surrealismo y dadaísmo de la Universidad de Birmingham, que para muchos artistas la
Primera Guerra Mundial fue una experiencia “profundamente traumática que, paradójicamente, los llevó a desarrollar un
trabajo con unas características y una calidad que de otra manera no habrían alcanzado”.

Décadas antes de la guerra, la perspectiva del sujeto había comenzado a predominar en el arte y los avances de la tecnología,
entre ellos la fotografía, dejaban su huella. Poco a poco la estética entraba en el mundo moderno y rompía con la tradición
para poder mirar hacia el futuro. El presentido estallido de la guerra en 1914 aceleró el proceso y llevó al arte a experimentar
en varios frentes.
Desde finales del siglo XIX el arte se había sumado al
torbellino de la modernidad y exigía a los artistas
originalidad y autonomía más que maestría y fidelidad al
objeto trazado. Animados por los avances de las ciencias,
los pintores renegaron de la tradición y abandonaron la
creencia renacentista de que el lienzo era una ventana al
mundo. La pintura, al igual que la filosofía y la literatura,
dejó de lado la objetividad, se centró en el sujeto y
comenzó a dibujar el mundo desde su perspectiva. Los
últimos descubrimientos de la óptica habían determinado
que el ojo ve en dos dimensiones y las tonalidades son de
suma importancia. Por ello los impresionistas ampliaron su
paleta de colores, comenzaron a desafiar el imperio de la
perspectiva y difuminaron las formas. El lienzo hacía las
veces de una cámara que capturaba un momento tal cual lo
veía el pintor.

Pero la guerra obligó a los artistas a cambiar los coloridos paisajes de la campiña francesa por las desoladas praderas de
Flandes donde la muerte y el exceso de sangre derramada aún hoy impiden que crezcan árboles. El pintor Otto Dix, quien
empuñó su fusil en ese frente, uno de los más violentos, dibujó sombríos paisajes llenos de cadáveres y cielos cargados
de violencia y terror. En sus cuadros el artista manipula las formas y los colores para que los sentimientos de angustia y
melancolía sean más perceptibles. Si para los impresionistas lo que importaba era la perspectiva del artista, en los
cuadros de Otto Dix forma y color se rinden ante el dominio del sentimiento y lo que sobresale es el mundo interior del
dibujante.
Con la guerra el arte dejó de lado su más preciado atributo, la belleza, y los visitantes de exposiciones y galerías tuvieron
que acostumbrarse a una estética de lo grotesco, lo ilógico y lo sombrío. Pero el arte no se limitó a hacer el infierno visible
ni a narrar el desorden mental y emocional que enloqueció a los soldados. En 1920 el dadaísmo alemán organizó una de
sus polémicas exposiciones en Colonia. Para entrar a la sala atiborrada de cuadros había que pasar por los orinales de una
cervecería. Dadá –según los propios artistas– era una vanguardia que disparaba a los sentidos, hería el olfato, el tacto y la
vista y desorientaba al sujeto. “El nuevo arte era chocante –dice Millicent Vladiv-Glover, profesora de la Facultad de Artes
de la Universidad de Monash-. Imitaban los efectos de la guerra y destruían a la audiencia como una bomba.” Era la
estética del sufrimiento.

Desilusionados con el arte burgués que había llevado a la humanidad a destruirse a sí misma, Dadá encarnaba la
antiestética y rompía toda lógica. El propósito de esta vanguardia era unir el arte con la vida cotidiana y llevar a las
personas a reflexionar sobre la locura que se había tragado el mundo. Estos artistas dejaron de lado el efervescente
nacionalismo europeo y se dirigieron a todos los hombres y mujeres. Por su parte, el surrealismo, convencido de que la
guerra era producto del exceso de racionalismo heredado de la ilustración, investigaba las infinitas posibilidades del
subconsciente y se apartaba de la violencia.

Después de la guerra el arte ya no podía definirse como lo bello y lo armonioso y una vez más hombres y mujeres se
vieron obligados a indagar por su esencia. En la literatura, la pintura y la poesía predominaban los experimentos, los
ejercicios introspectivos del artista y su irreverencia. Las reglas del pasado habían quedado atrás y ahora cualquiera podía
imponer las propias. La introspección y la curiosidad por probar cosas nuevas se han mantenido en el arte a lo largo de
los años. Lo que no duró mucho, a pesar de haber pisado fuerte, fue el radicalismo y la utopía de las vanguardias que se
propusieron cambiar un mundo que los tenía desilusionados. Un esfuerzo tan digno de admiración como fugaz.
La relación entre arte y política

El arte ha sido utilizado como propaganda política desde siempre. Esta propaganda influencia a la sociedad, marcando cambios,
en algunas obras de una forma positiva haciendo que el ciudadano esté más al tanto de su responsabilidad ante la sociedad. Los
pósters de propaganda política se han convertido en iconos de la historia del arte. El arte cambia opiniones, habla de corrupción
y de derechos humanos, de la distribución de la pobreza y de la riqueza. Por el gran peso que tiene a nivel político y social a
través de toda la historia, varias obras de arte han sido destruidas. Ningún régimen político ha destruido tantas obras como el
nazi.

• El dominio de la ciencia de la perspectiva, que hace posible la representación tridimensional, se convierte en una obsesión para
los pintores. Aparece así la perspectiva lineal y la aérea.

• La luz, lógica y racional, a imitación de la Naturaleza, ayuda a crear efectos de perspectiva, mientras que el color es también
real.
. Qué gran ironía que tuviera interés por el arte cuando los nazis destruyeron a miles de artistas y millones de obras de la época.
En el año 1944 se creó la ‘Lista Gottbegnadeten’, 36 paginas con nombres no solamente de pintores y escultores sino también
de compositores, arquitectos, actores y cantantes. Aquellos perseguidos debían trabajar bajo el yugo del régimen
En pleno desarrollo del Fovismo, Surrelismo, Cubismo y Dadaísmo, el arte moderno fue titulado por los nazis como
arte degenerado. Cualquier obra que no apoyara su política no podía ser exhibida y en varios casos era destruida. El
27 de julio de 1942 varias obras de Picasso, Dalí, Ernst, Klee, Leger y Miro fueron quemadas en una hoguera nazi.
Triste y vergonzosamente, además de aquella época deleznable, a través de la historia tenemos varios ejemplos más
de obras que han sido destruidas o dañadas por su significado político. El arte también ha sido destruido por
ideologías religiosas, movimientos preponderantes de determinadas épocas.

El arte clásico fue destruido o desfigurado por los


cristianos, el arte cristiano por los musulmanes.
Durante la Reforma protestante, gran mayoría del
arte medieval y religioso del Renacimiento fue
destruido. La Revolución Francesa inició un
período de destrucción generalizada del arte,
motivado por la ideología antirreligiosa y
antirrealista tanto en Francia como en otros países
conquistados. Destrucción similar se produjo por
motivos similares en otras revoluciones como la de
Rusia o China. El gran mural del artista Diego
Rivera en el Rockefeller Center fue destruido al
haber incluido el maestro mexicano un retrato de
Lenin. La destrucción de las estatuas los Budas de
Bamyan por el gobierno Talibán. Más
recientemente, durante los ataques del 11 de
Septiembre se destruyeron obras de Louise
Nevelson, Roy Liechtenstein y un gran mural de
Miro entre otras.
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http://www.elarteporelarte.com/clases-cultura-visual/la-escuela-paris-soutine-modigliani/
https://www.arteespana.com/pinturaabstracta.htm#:~:text=El%20arte%20abstracto%20prescinde%20de,
visual%20aut%C3%B3nomo%2C%20con%20significado%20propio.&text=Surge%20en%20torno%20a
%201910,desembocando%20en%20creaciones%20no%20figurativas.
https://www.semana.com/cultura/articulo/el-arte-de-la-guerra/394327-3

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