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DESNUTRICÌÒN

De acuerdo con los datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), la


desnutrición es un tipo de la llamada malnutrición. La desnutrición tiene
numerosas consecuencias adversas:

 El retraso en el crecimiento: la estatura es inferior a la que corresponde


según la edad del niño o de la persona que sufre desnutrición.
 La emaciación: el peso es inferior al que corresponde según la edad.
 La carencia o insuficiencia de micronutrientes como las vitaminas y los
minerales.

En el mundo hay muchas familias que no tienen la capacidad de adquirir alimentos


como frutas, verduras, carne o leche y, por lo tanto, la alimentación de los niños no
es sana ni equilibrada.

Un niño desnutrido es un niño que tiene carencias en la ingesta de nutrientes por


lo que puede tener un retraso en el crecimiento y es más vulnerable a
sufrir enfermedades, las cuales pueden agravarse y provocarle la muerte. Las
guerras y los desplazamientos se encuentran entre los principales contextos en los
que se producen la desnutrición infantil y el hambre en el mundo.

Un niño debe tener una dieta equilibrada que contenga verduras, frutas, cereales y
proteínas, para evitar que sufra desnutrición. Te contamos en qué consiste la
desnutrición y qué tipos se pueden distinguir.

Qué es la desnutrición y qué consecuencias puede tener

La desnutrición se presenta cuando el cuerpo no recibe los nutrientes que necesita


y una desnutrición severa puede desencadenar las siguientes consecuencias:

Emaciación. Se produce cuando el peso es insuficiente respecto a la talla de la


persona. La pérdida de peso puede ser reciente y grave, y puede deberse a que el
individuo no haya comido lo suficiente, o a que padezca una enfermedad que le
produzca síntomas como diarrea.
Retraso en el crecimiento. La desnutrición crónica en un niño puede tener
consecuencias irreversibles en su desarrollo físico y mental.

Insuficiencia ponderal. La sufren los niños que pesan menos de lo que


corresponde a su edad. Un niño que padece insuficiencia ponderal puede tener
emaciación o retraso en el crecimiento.

Las causas de la desnutrición son tres: una alimentación insuficiente, una atención
inadecuada y las enfermedades. Y estas causas suelen ser consecuencia de
la pobreza y la desigualdad.

Síntomas de un niño desnutrido

Un niño desnutrido puede ser detectado por esta serie de síntomas:

Cansancio.

Falta de interés por los juegos.

Irritabilidad y llanto excesivo.

Déficit de atención.

Piel seca.

Pérdida de pelo.

Falta de fuerza y disminución de la masa muscular.

Abdomen y piernas hinchadas.

¿Cómo se detecta la desnutrición?

La desnutrición en los niños se puede detectar, además de por los síntomas que
hemos detallado en el apartado anterior, por la realización de una serie
de pruebas:

Medición de peso y altura para comparar con la altura y peso medio en niños de la
misma edad.

Medición del diámetro superior del brazo.


Análisis de sangre, de heces y de orina. Se utilizan para controlar los parásitos, los
niveles de proteínas y de glucosa, y la existencia de alguna enfermedad
infecciosa.

Detectar a un niño desnutrido es fundamental para darle un tratamiento y evitar


que surjan complicaciones que puedan agravar su salud

Tipos de desnutrición

No todos los niños sufren el mismo tipo de desnutrición, puesto que existen
diversos niveles o tipos, que son los siguientes:

Marasmo: es un tipo de desnutrición por deficiencia energética, acompañada de


resultado de un déficit calórico total. Otros tipos de malnutrición son
el kwashiorkor y la caquexia (la más común en el mundo desarrollado). El
marasmo se da dentro del primer año, se produce cuando la madre deja de
amamantar al niño a muy temprana edad.

Un niño con marasmo tiene una apariencia de delgadez extrema, su peso corporal
puede reducirse hasta menos del 80 % de su peso normal para su altura. El
marasmo aparece en niños con desnutrición o con déficit nutricional en sus
primeros años de vida.

La incidencia del marasmo se incrementa antes del primer año de edad mientras
que la incidencia del kwashiorkor aumenta después de los 18 meses.

Los signos son las características comunes de la malnutrición de proteínas y


energía:

 Piel seca,
 Pliegues de piel suelta colgando sobre los glúteos, axilas, etc.
 Pérdida drástica de tejido adiposo de áreas normales de depósitos grasos
como los glúteos y los muslos.
 Los afectados se manifiestan menos infelices e irritables en comparación
con Kwashiorkor, vorazmente hambrientos.
 Aspecto escamoso de la piel debido al cambio de piel.
Es esencial tratar no solo los síntomas sino también las complicaciones de estos
desórdenes tales como infecciones, deshidratación y trastornos del aparato
circulatorio que frecuentemente son letales y provocan una alta mortalidad si son
ignorados.

El marasmo debe ser tratado, preventivamente, el objetivo es revertirlo


progresivamente. Aunque el apoyo nutricional es necesario, la replicación agresiva
puede provocar severos desbalances metabólicos, como hipofosfatemia.

El tratamiento debe ser establecido poco a poco para lograr la readaptación de las
funciones metabólicas e intestinales en los seres humanos

Suele aparecer en niños que viven situaciones de pobreza en zonas urbanas. Se


trata de un tipo de desnutrición que se produce por el bajo consumo de alimentos.
Este tipo de desnutrición produce retrasos en el crecimiento, pérdida del tejido
graso o poco peso para la talla del niño.
Proteica. Se trata de casos en los que el niño se alimenta fundamentalmente de
hidratos de carbono, pero no come proteínas. Los niños suelen tener infecciones
como consecuencia de la desnutrición.

La desnutrición calórico-proteica (DCP), antes llamada malnutrición calórico-


proteica, es una deficiencia energética causada por el déficit de todos los
macronutrientes. Suele estar acompañada de deficiencias de muchos
micronutrientes. La DCP puede ser súbita y completa (inanición) o gradual. La
gravedad varía desde deficiencias subclínicas hasta una emaciación evidente (con
edema, alopecia y atrofia cutánea) y la inanición. Con frecuencia, afecta a varios
sistemas orgánicos. Para el diagnóstico, suelen realizarse pruebas de laboratorio,
entre ellas, la medición de la albúmina sérica. El tratamiento consiste en corregir
los déficits de líquidos y electrolitos con soluciones por vía IV y luego reponer, de
manera gradual, los nutrientes por VO siempre que sea posible.

(Véase también Revisión sobre desnutrición.

En los países industrializados, la DCP es frecuente en adultos mayores


institucionalizados (aunque a veces no se sospecha) y en pacientes con trastornos
que disminuyen el apetito o alteran la digestión, la absorción o el metabolismo. En
los países en desarrollo, la DCP afecta a niños que no consumen suficientes
calorías o proteínas.

Clasificación y etiología

La DCP se clasifica en leve, moderada o grave. El grado está determinado por el


cálculo del peso como porcentaje de un peso deseado para la altura o talla según
criterios internacionales (normal, 90 a 110%; leve, 85 a 90%; moderada, 75 a 85%;
grave, < 75%).

La DCP puede ser

Primaria: causada por una ingestión inadecuada de nutrientes

Secundaria: resultado de enfermedades o del uso de fármacos que interfieren con


el aprovechamiento de los nutrientes.
DCP primaria

En todo el mundo, la DCP afecta sobre todo a niños y adultos mayores que no
tienen acceso a los nutrientes, si bien una causa frecuente en este último grupo es
la depresión. La DCP también puede ser resultado de ayuno o de anorexia
nerviosa. El maltrato también puede ser una causa en estos grupos etarios. En los
niños, la DCP crónica primaria tiene dos forma comunes: el marasmo y el
kwashiorkor. La forma en que se presenta depende del equilibrio entre las fuentes
de energía no proteicas y proteicas. La inanición es una forma aguda y grave de
DCP primaria.

En los niños, la DCP primaria crónica tiene dos formas frecuentes: marasmo y
kwashiorkor.

El kwashiorkor (también llamado la forma edematosa o húmeda de la DCP) es un


riesgo que se observa luego del abandono temprano de la lactancia materna, que
suele suceder cuando nace un hermano menor que desplaza al otro del pecho.
Los niños con kwashiorkor tienden a ser mayores que los afectados por marasmo.
El kwashiorkor también puede ser resultado de una enfermedad aguda, con
frecuencia gastroenteritis u otra infección (probablemente, en estos casos es
secundario a la liberación de citocinas), en un niño que ya tiene DCP. Una dieta
más pobre en proteínas que en calorías es más probable que cause kwashiorkor
que marasmo. El kwashiorkor es menos frecuente que el marasmo y tiende a
limitarse a regiones específicas del globo terrestre, como el África rural, el Caribe y
las islas del Pacífico. En estas áreas, los alimentos autóctonos (p. ej., batata,
mandioca, patatas dulces, plátanos verdes) tienen bajo contenido proteico y son
ricos en hidratos de carbono. En el kwashiorkor, las membranas celulares dejan
extravasar los líquidos, y esto hace que se pierdan líquido intravascular y
proteínas; en consecuencia, aparece un edema periférico.

Tanto en el marasmo como en el kwashiorkor, la inmunidad mediada por células


está alterada, con lo que aumenta la predisposición a las infecciones. Las
infecciones bacterianas (p. ej., neumonía, gastroenteritis, otitis media, infecciones
urinarias y sepsis) son frecuentes. Las infecciones causan liberación de citocinas,
que a su vez llevan a anorexia, empeoran la pérdida de masa muscular y causan
una marcada disminución de los niveles séricos de albúmina.

La inanición es la falta total de nutrientes. En ocasiones es voluntaria (como en el


caso del ayuno o de anorexia nerviosa), aunque puede ser secundaria a factores
extrenos (p. ej., durante hambrunas o exposición a la naturaleza).

DCP secundaria

Este tipo suele ser resultado de:

Trastornos que afectan la función gastrointestinal: estos trastornos pueden


interferir con la digestión (p. ej., insuficiencia pancreática), la absorción (p. ej.,
enteritis y enteropatías) o el transporte linfático de nutrientes (p. ej., fibrosis
retroperitoneal y enfermedad de Milroy).

Trastornos consuntivos: en este tipo de trastornos (p. ej., sida, cáncer y EPOC) y
en la insuficiencia renal, el catabolismo causa un exceso de citocinas, que a su
vez ocasionan desnutrición por mecanismos como la anorexia y la caquexia
(pérdida de masa muscular y de grasa). Una insuficiencia cardíaca en fase final
puede producir una caquexia cardíaca, que es una forma grave de desnutrición; la
mortalidad es particularmente elevada. Los factores que contribuyen a la caquexia
cardíaca son la congestión hepática pasiva (que causa anorexia), el edema en el
tracto gastrointestinal (que afecta la absorción) y, en la enfermedad avanzada, el
aumento de los requerimientos de O2 debido al metabolismo anaerobio. Los
trastornos consuntivos pueden disminuir el apetito o alterar el metabolismo de los
nutrientes.

Condiciones que pueden aumentar las demandas metabólicas: infecciones,


hipertiroidismo, feocromocitoma y otros trastornos endocrinos, quemaduras,
truamatismos, cirugías y otras enfermedades críticas.
Fisiopatología

La respuesta metabólica inicial es el descenso de la tasa metabólica. Para aportar


energía, en primer lugar el organismo degrada grasa parda. Sin embargo, más
tarde, cuando estos tejidos pierden sus reservas, el cuerpo puede usar proteínas
para obtener energía, lo que conduce a un balance negativo de nitrógeno. Se
degradan las vísceras y los músculos, y se pierde peso. Esta pérdida de peso de
los órganos es más marcada en el hígado y el intestino, en el corazón y los
riñones, y menor en el sistema nervioso.

Signos y síntomas

Los síntomas de DCP moderada pueden ser generales o afectar a sistemas


orgánicos específicos. Son frecuentes la apatía y la irritabilidad. El paciente
presenta debilidad y disminución de su capacidad de trabajo. El estado cognitivo y,
en ocasiones, la conciencia, están alterados. Se desarrolla una deficiencia
temporal de lactosa y aclorhidria. La diarrea es frecuente y puede agravarse por la
deficencia de disacaridasas intestinales, sobre todo la lactasa. Hay atrofia del
tejido gonadal. La DCP puede causar amenorrea y pérdida de la libido en hombres
y mujeres.

La pérdida de grasa y músculo es una característica común en todas las formas


de DCP. En mujeres voluntarias adultas que ayunaron durante 30 a 40 días, la
pérdida de peso fue considerable (25% del peso inicial). Si la inanición es más
prolongada, la pérdida de peso puede llegar al 50% en los adultos y tal vez más
en los niños.

En los adultos, la caquexia es más evidente en áreas donde, en condiciones


normales, hay depósitos de grasa. Los músculos se encogen y protruyen los
huesos. La piel se vuelve fina, seca, pálida, fría y pierde elasticidad. El cabello
está seco y se cae con facilidad, por lo que suele ser ralo. Se altera la cicatrización
de las heridas. En los adultos mayores, aumenta el riesgo de fractura de cadera y
úlceras por decúbito.
En los casos de DCP aguda o crónica grave, disminuyen el tamaño del corazón y
el gasto cardíaco; el pulso se desacelera y disminuye la presión arterial. La
frecuencia respiratoria y la capacidad vital también se reducen. Hay un descenso
de la temperatura corporal, lo que en ocasiones lleva a la muerte. Puede haber
edema, anemia, ictericia y petequias. Puede producirse una insuficencia hepática,
renal o cardíaca.

En los lactantes, el marasmo causa hambre, pérdida de peso, retraso del


crecimiento y pérdida de grasa subcutánea y de masa muscular. Las costillas y los
huesos de la cara se vuelven prominentes. La piel es laxa y cuelga en pliegues.

El kwashiorkor se caracteriza por la presencia de edema periférico y periorbitario


debido a una disminución de la albúmina sérica. El abdomen protruye por la
debilidad de los músculos abdominales, el intestino está distendido, el hígado se
encuentra agrandado y hay ascitis. La piel está seca, fina y arrugada; puede haber
hiperpigmentación y se observan fisuras. Más tarde, puede hipopigmentarse y
volverse friable y atrófica. Puede haber compromiso de la piel en diferentes partes
del cuerpo en distintos momentos. El cabello es fino, de color pardo rojizo o
grisáceo. El cabello del cuero cabelludo se cae con mucha facilidad y con el
tiempo se vuelve ralo, aunque las pestañas pueden crecer demasiado. La
alternancia de episodios de desnutrición con otros de nutrición adecuada puede
darle al cabello un aspecto de "bandera rayada". Los niños afectados pueden
mostrarse apáticos, aunque irritables si se los aúpa.

La inanición absoluta es letal en 8 a 12 semanas. Por lo tanto, algunos de los


síntomas de la DCP no tienen tiempo de desarrollarse.

Diagnóstico

El diagnóstico suele basarse en la anamnesis

Para establecer la gravedad:índice de masa corporal (IMC), albúmina sérica,


recuento total de linfocitos, recuento de CD4+, transferrina sérica
Para diagnosticar complicaciones y consecuencias: hemograma completo,
electrolitos, nitrógeno ureico en sangre, glucemia, calcemia, magnesemia,
fosfatemia

El diagnóstico de la desnutrición calórico-proteica se puede basar en la anamnesis


cuando la ingesta de la dieta es notablemente inadecuada. Es necesario identificar
la causa de esta dieta inapropiada, sobre todo en los niños. En éstos y en los
adolescentes, debe considerarse la posibilidad de maltrato y anorexia nerviosa.

El examen físico puede incluir la determinación del peso y la talla, la inspección de


la distribución de la grasa corporal y mediciones antropométricas de la masa
corporal magra. El índice de masa corporal (IMC = peso [kg]/talla [m]2) se calcula
para determinar la gravedad. Los hallazgos suelen confirmar el diagnóstico.

Las pruebas de laboratorio son necesarias si los datos sobre la dieta no indican
con claridad una ingestión calórica inadecuada. La medición de la albúmina sérica,
el recuento total de linfocitos, el recuento de linfocitos T CD4+, la transferrina y la
respuesta a los antígenos cutáneos pueden ayudar a determinar la gravedad de la
DCP (ver Valores que se utilizan con frecuencia para medir la gravedad de la
desnutrición calórico-proteica) o confirmar el diagnóstico en los casos que generen
dudas. Hay muchas otras pruebas de laboratorio que pueden dar resultados
anormales: niveles disminuidos de algunas hormonas, vitaminas, lípidos,
colesterol, prealbúmina, factor de crecimiento semejante a la insulina-1,
fibronectina y proteína fijadora de retinol. Es posible utilizar los niveles de creatina
urinaria y de metilhistidina para calcular el grado de pérdida de masa muscular.
Debido a que se desacelera el catabolismo proteico, también aumentan las
concentraciones de urea en la orina. Estos datos raras veces modifican el
tratamiento.

Las pruebas de laboratorio son necesarias para identificar las causas cuando se
sospecha DCP secundaria. Deben determinarse los niveles de proteína C reactiva
o del receptor de interleucina 2 cuando se desconoce la causa de la desnutrición;
estas determinaciones permiten establecer si hay un exceso de citocinas. También
pueden realizarse pruebas de función tiroidea.
Es posible detectar anomalías con otras pruebas de laboratorio, que pueden
requerir tratamiento. Deben medirse los niveles séricos de electrolitos, nitrógeno
ureico en sangre, glucosa y, tal vez, niveles de calcio, magnesio y fosfato. Los
niveles de glucosa en sangre, los electrolitos (sobre todo el potasio y a veces el
sodio) y el fosfato, el calcio y el magnesio suelen ser bajos. El nitrógeno ureico
suele ser bajo a menos que exista una insuficiencia renal. Puede haber acidosis
metabólica. Se solicita un hemograma completo, en el que pueden detectarse
anemia normocítica (en general secundaria a deficiencia de proteínas) o anemia
microcítica (por deficiencia de hierro).

Además, se pueden distinguir tres grados de desnutrición:

Grado 1 o leve. Se produce cuando el peso es normal para la edad, pero es bajo
para la talla.

Grado 2 o moderada. Se da cuando el niño menor de un año no llega al peso que


corresponde a esa edad o cuando los niños de uno a cuatro años tienen poco
peso en relación con su talla.

Grado 3 o grave. Aparece cuando un niño de menos de un año tiene un peso


inferior al 40% respecto al que corresponde a su edad o cuando un niño mayor de
un año tiene un peso inferior al 30% en relación con el que le corresponde.
La desnutrición crónica, uno de los peores tipos de desnutrición

La desnutrición crónica se debe, principalmente, a la falta de nutrientes como la


vitamina A, ácido fólico, yodo, proteínas o hierro; pero también inciden otros
factores, como por ejemplo la falta de acceso al agua potable: esto provoca
diarreas constantes que impiden una asimilación correcta de los nutrientes,
dificultando todavía más la nutrición de los niños y niñas. Este tipo de
desnutrición afecta a más de 160 millones de niños en el mundo, de los cuales la
inmensa mayoría alrededor del 90% viven en África y Asia.

Los efectos de este tipo de desnutrición se muestran en el largo plazo:


principalmente, porque el niño o niña tiene un retraso de crecimiento, es decir, que
no ha alcanzado las medidas previstas para los menores de su edad. Esto se
produce cuando el cuerpo no recibe todos los nutrientes que necesita
especialmente durante los primeros dos años de vida y, también, durante el
embarazo. Es decir, que en la desnutrición crónica de niños y niñas también afecta
el nivel de nutrición de la madre.

Este periodo que incluye la gestación y los dos primeros años se conoce como
los “1000 días críticos para la vida”: durante esta etapa es cuando se produce el
desarrollo básico de niñas y niños y, por tanto, una buena nutrición es crucial.
Pasados los dos años, la desnutrición crónica puede tener consecuencias
irreversibles tanto a nivel físico como psicológico, perpetuando así la desigualdad
de las personas que la padecen.

El desarrollo físico de un niño afectado por desnutrición crónica se ve alterado,


como te comentábamos al principio, y provoca que su cuerpo no alcance los
estándares establecidos para su edad. Además, también causa otros problemas
como un sistema inmunológico más débil y más propensión a desarrollar
diferentes tipos de enfermedades.
De todos los tipos de desnutrición, la desnutrición crónica es la única que tiene un
regalo envenenado única y exclusivamente para las mujeres: las consecuencias
físicas son peores para las niñas que la padecen ya que, al quedarse
embarazadas, sus caderas son más pequeñas de lo habitual y sufren
complicaciones graves en el parto, que pueden provocar tanto su muerte como la
del bebé. Además, estas mujeres pueden padecer una evolución uterina anormal y
tener problemas tales como un menor flujo sanguíneo que afecta a la placenta y al
desarrollo del feto.

Como consecuencia, sus hijos pueden padecer problemas neurológicos o


intelectuales, y también tienen un alto índice de probabilidad de nacer con un peso
por debajo de lo normal. De este modo es como se perpetúa el ciclo de la
desnutrición crónica.

A nivel cognitivo, las consecuencias son todavía más graves: un niño o una niña
que padezca desnutrición crónica tendrá, casi con total seguridad, menos
competencias en el colegio que un compañero bien nutrido. Estos niños y niñas
tienen más dificultades para aprender a leer o a redactar, así como para llevar a
cabo cálculos numéricos. Como consecuencia, cuando llegan a la edad adulta se
ven condenados a cubrir puestos laborales menos cualificados y peor pagados,
perpetuando también el ciclo de la pobreza.

¿Qué efectos produce la desnutrición?

Para evitar la desnutrición, es necesario realizar inspecciones médicas periódicas.


Por otra parte, con herramientas tan sencillas como la cinta MUAC se puede saber
si un niño está desnutrido midiéndole el perímetro del brazo. Si está por debajo de
130-134 milímetros, podría tener desnutrición moderada y si lo está entre 104 y
108 milímetros, se trataría de desnutrición grave, teniendo en cuenta siempre la
edad.

Entre los efectos de la desnutrición podemos destacar los siguientes:

Anemia;

Bajada de las defensas;


Trastornos en el aprendizaje;

Pérdida de masa muscular.

Como ves, son efectos graves que pueden afectar a la vida de quien padece
desnutrición y más si se trata de un niño.

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