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Tomás de Aquino
Etapa de Filosofía
Número de lista:
19
Materia:
Filosofía del Lenguaje
Docente:
Mtro. Lázaro Abraham Romero Hernández
Páginas: 263-301
Glosario
Desarrollo
Dentro del lenguaje humano hay divisiones, o discursos propios de acuerdo al contenido
propio, son muy diferentes, sin embargo, deben ser universales, o sea que cualquiera pueda
acceder a su contenido con la facilidad de comprensión, y al mismo tiempo debe ser transparente
con los demás discursos, puesto que todos comunican un mensaje. Y aquí es donde entra en juego
el lenguaje religioso, que durante años ha sido discutido sobre su veracidad y su significado. Y el
discurso religiosos es “aquel en cuyo contenido se emplea la palabra Dios o está en relación,
directa o indirecta, con esa palabra” (Nubiola, 1999, pág. 264), aunque aquí se hace alusión en
general a cualquier religión, que en su mayoría utiliza, transmite y profesa su fe en Dios, y es
precisamente esa la función del lenguaje “para referirse o expresar sus creencias… con dos fines
principales: hablar a Dios y hablar de Dios” (pág. 265), es entonces el lenguaje religiosos además
un medio de comunicación de los hombres para trasmitir la fe.
Pero de cierta manera, este lenguaje sigue siendo ordinario del ser humano, en cambio
Dios es un ser extraordinario, que no pertenece a nuestra realidad pero sin embargo está presente,
hallamos entonces que “hay una infinita diferencia cualitativa entre Dios y el hombre, de modo
que el lenguaje se muestra siempre inadecuado para expresar esta realidad” (pág. 266). Cualquier
cosa que el lenguaje religioso emplee para referirse a Dios no es suficiente para definirlo o
representarlo en su totalidad, al contrario, se queda corto para expresar la magnitud que implica el
solo predicado Dios, sin embargo en el mismo lenguaje el hombre se da cuenta de este límite e
“incapaz de expresar conceptualmente la riqueza de la realidad divina y acude, por ello, al
simbolismo y la metáfora” (pág. 266), es aquí el fundamento del porqué en el lenguaje religioso
hay muchas analogías, hipérboles, yuxtaposición, súplicas, etc., puesto que es la forma que el
hombre ha encontrado para comunicarse y comunicar a Dios.
Pero, sobre este discurso se han generado discusiones sobre su verificabilidad, tal como
el Círculo de Viena en afirmar que el lenguaje religioso es puramente sin sentido (pág. 269), es
visto desde otro autor como emotivista (pág. 270), o simplemente es usado para expresar
actitudes (pág. 270), pero estos caen en riego de perderse en un mecanicismo de repetir las cosas
sin sentido, ya que no debe olvidar que su fundamento principal siempre debe ser Dios y no los
sentimientos o expresiones que se generen en el lenguaje.
Además de su verificabilidad también se discutió sobre el contenido de significados en
el lenguaje, y se puede caer en la equívoca respuesta de que el lenguaje religioso no es más que
un conocimiento relativo, puesto que es fe, algo que no se puede comprobar ni con los sentidos ni
con la razón, sin embargo la mejor respuesta es la que proporciona la filosofía de la religión
neoeittgenteiniana, “la fe es un juego de lenguaje y forma de vida peculiar con criterios propios
de justificación, y con conceptos propios de conocimientos y verdad que son ininteligibles fuera
del contexto religioso” (pág. 273), es por esta razón que encuentra sentido dentro del ámbito
religioso, a esto se une los signos y símbolos que la misma fe utiliza para comunicar y trasmitir
su mensaje por la tierra.
Sintaxis del lenguaje religioso
Así mismo, el lenguaje religioso transmite verdades objetivas, puesto que no ocupa otra
cosa más que la realidad, lo conocible, lo tangible dentro de sus palabras, es por eso que se dice
que “realiza aserciones acerca de la realidad al hablar de su fe y no se limita simplemente a
expresar unos sentimientos o emociones” (pág. 275), pero al mismo tiempo, así como los mitos,
describen las realidades a sus creyentes de modo a que también educa y enseña sobre la vida,
moral, ética, del universo, etc. Y al mismo tiempo mantiene un orden y estructura lógico que lo
hace veraz, cada palabra que se profesa contiene una relación y una armonía que “no importa por
donde se comience a exponer la fe, siempre se halla presupuesto todo el cuerpo de la fe cristiana”
(pág. 279)
Y para completar esta forma de conocimiento es necesario “que sea posible referirse al
sujeto lógico de la proposición. Es decir, el término que es usado como sujeto lógico debe
significar algo” (pág. 282), tiene que estar claro en el creyente cuál es el referente o la finalidad al
cual su lenguaje es encausado, y este sujeto lógico no es otro que Dios mismo, todo el lenguaje
utilizado debe girar en torno a esto.
Semántica del lenguaje religioso
Como primer punto, el lenguaje genera conocimiento por analogía, esto debido a que “la
trascendencia absoluta de Dios respecto a las criaturas impide aplicar literalmente ningún
lenguaje de Dios. Sólo podemos utilizar símbolos” (pág. 284), esto ayuda a la persona religiosa a
tener una mayor relación con el mismo Dios, pero no quiere decir que alcanzamos en plenitud
estas realidades divinas, más bien, se puede decir que es como la definición de verdad, la
adecuación del intelecto con la realidad, y mediante esta adecuación podemos referirnos a la
persona perfecta y fundamento de todo con nuestro vago lenguaje, y al mismo tiempo despierta
anhelos en la persona de alcanzar esas perfecciones.
En segundo lugar el lenguaje es el medio donde la experiencia religiosa se manifiesta,
“es decir del sentimiento y capacidad religiosa del hombre, que se sabe remitido a una realidad
trascendente” (pág. 287), y estas experiencias son obtenidas mediante la vivencia con otras
personas religiosas, con las revelaciones divinas o con el mundo que es su obra perfecta, es la
relación que tiene el hombre con lo que le rodea por el vínculo a Dios, estas expresiones se
generan en el agradecimiento, la súplica, el perdón, que son oraciones, pero también en alabanzas
hacia Dios en salmos, cánticos o alabanzas.
Y como último punto, el fundamento del lenguaje del creyente, y esto se da por “la
aceptación por la fe de la revelación divina” (pág. 288), ¿Por qué el hombre se expresa con un
lenguaje religioso?, por fe, porque cree, porque tiene puestas sus esperanzas en ese Ser Absoluto,
este acto tan sencillo solo tiene un fin, la propia persona, residir y aumentar cada vez más en la
vida y en el lenguaje de la persona, y esto no es por acto espontáneo, sino por un acto libre y
voluntario de razón, hacia un misterio que no conocemos, no comprenderemos pero que
anhelamos.
Pragmática del lenguaje religioso
El lenguaje religioso conlleva no solo a un significado, sino que adquiere sentido con
nuestras conductas, por los juegos como los que postula Wittgenstein, es una forma de vida que
no se queda únicamente en el contexto sino que va más allá y aterriza en la realidad, y son
muchos juegos que utiliza el hombre religioso, orar, agradecer, laudar, solicitar, etc. Y van en
relación a su forma de vida. Pero es importante aclarar que “los juegos religiosos de lenguaje no
están separados unos de otros sino que forman una familia… constituyen modos de reconocer
nuestra ordenación o religación a Dios” (pág. 292).
Y así mismo, por sus tres funciones principales, es emotiva, capaz de generar en la
persona sentimientos y actitudes hacia Dios; es conativa, que no solo se queda con el simple
sentimiento y el comportamiento, sino que invita al ejercicio del ministerio del creyente; y es
cognoscitiva, que implica “una interpretación de la realidad y no se limita a ser expresión de unos
sentimientos” (pág. 293), todas con el mismo fundamento, con una relación recíproca que las
hace íntimamente unidad, y que hay una necesidad de complemento de una por la otra, con el fin
de poder tener una comunicación por el lenguaje humano (palabras y actos) con Dios.
Conclusión:
Bibliografía:
Conesa, F & Nubiola, J. (1999). Filosofía del lenguaje. Herder.