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Hiperemia y Congestión

Los términos se refieren hiperemia y congestión Hiperemia y congestión Los términos


hiperemia y congestión, se refieren a un aumento de la cantidad de sangre presente en los
vasos de una región del organismo. En general, este aumento puede deberse a uno de los
siguientes factores:
 Llega mayor cantidad de sangre a un tejido u órgano.
 La sangre se acumula en un tejido u órgano, porque existe un obstáculo que impide
su salida.
En el primer caso, la sangre que llega es arterial, y habla de un proceso activo que se
denomina hiperemia. En el segundo, la sangre que no puede salir de una región es venosa,
se acumula, se estanca, circula más lentamente, y los vasos se dilatan. Este fenómeno se
apasiva o venosa (fig. 2.1). Algunos autores utilizan los términos hiperemia y congestión
indistintamente, pero es preferible designar el aumento de la cantidad de sangre arterial
como hiperemia y hablar de congestión cuando está afectado el sistema venoso.
Hiperemia
La hiperemia es, como se explicó, un proceso activo, y siempre es aguda, es decir, un
trastorno pasajero, de corta duración. En el organismo en reposo, la sangre no fluye por
todos los capilares, y pueden existir conexiones arteriovenosas, causa por la cual no toda la
sangre circula por toda la red capilar. Por tanto, la cantidad de sangre que fluye por un
tejido no es siempre la misma y depende de sus necesidades metabólicas o de la cantidad de
trabajo que desempeña (reserva funcional). Las causas de la hiperemia son: a) fisiológicas y
b) patológicas.
La hiperemia fisiológica se presenta:
1. En tejidos que por su actividad tienen, en un momento dado, mayores necesidades
metabólicas, siendo la concentración de oxígeno el regulador más importante del flujo
sanguíneo local. Cuando baja la concentración de oxígeno, los esfínteres precapilares
se abren y la sangre fluye por una mayor cantidad de capilares. Además de la
concentración de O2 influyen también sustancias vasodilatadoras, que se forman
localmente cuando aumentan las necesidades de un tejido, o cuando la disponibilidad
de nutrimentos es insuficiente. Las más importantes entre éstas son: bióxido de
carbono, ácido láctico, adenosina y compuestos adenosínicos, histamina, iones de
potasio e hidrógeno.

Como ejemplos de hiperemia fisiológica pueden citarse la que se presenta en los


músculos de un caballo de carreras durante la competencia, en las mucosas gástrica e
intestinal durante el proceso digestivo, y la que ocurre en la lengua de un perro agitado,
ya que ésta es, en esta especie, un órgano regulador de la temperatura corporal. Cuando
la hiperemia es general, como en el caso de los caballos de carrera, conlleva un
aumento de la frecuencia cardiaca.
2. Por estimulación de los centros nerviosos que regulan la presión sanguínea (médula
oblonga, puente, mesencéfalo). En la especie humana, un ejemplo es el rubor de la piel
por razones emocionales, porque es consecuencia de estímulos psíquicos.
La hiperemia fisiológica sólo se observa en el organismo vivo, ya que el sistema
arterial queda vacío al dejar de trabajar el corazón. La hiperemia patológica se presenta
en los procesos inflamatorios y es causada por sustancias vasodilatadoras liberadas en
los tejidos afectados. Estas sustancias, llamadas mediadores químicos.
Debe quedar claro que, cuando la hiperemia afecta a toda la red capilar del organismo,
falta sangre circulante y sobreviene un estado de choque que puede culminar en la
muerte.

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