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Curso 20 20/20 21

FÁRMACOS Y
SUPLEMENTOS EN LA
PREVENCIÓN DE LA
PREECLAMPSIA

G ine c o lo g ía y O b ste tric ia

MARTÍNEZ G ARC ÉS, Jo sé Ma ría


MARTÍNEZ VALLÉS, Pila r
MATILLA SAIN- AJA, No e lia
MENJÓ N LAJUSTIC IA, Elisa
MESADO G Ó MEZ, Áng e l Ab e l
MO LINER YAG O , Ja im e

1
Tu to ra : PAULES TEJERO , C ristina
Ín d ic e

Resumen/Abstract………………………………………………………………
…..

1. Introducción……………………………………………………………………
….
2. Material y
métodos……………………………………………………………….
3. Resultados y
conclusiones………………………………………………………

Ácido acetilsalicílico

Metformina

Calcio y vitamina D

Ácidos grasos N-3

Estatinas

Factores angiogénicos

4. Discusión………………………………………………………………………
……

2
RESUMEN

Objetivo: La preeclampsia es un trastorno hipertensivo propio del embarazo. El objetivo de


este trabajo es realizar una revisión de distintos artículos relacionados con esta
complicación, y valorar las diferentes estrategias preventivas, identificando los grupos de
riesgo que se beneficiarían, para evitar las posibles complicaciones de la preeclampsia.

Material y métodos: Se ha realizado una revisión bibliográfica en las bases de datos


PubMed/Medline, empleando los descriptores Mesh “Prevention” y “Preeclampsia”, y en
Google Schollar, con los descriptores “Prevención” y “Preeclampsia”.

Resultados:

Varios fármacos se encuentran en estudio debido a su posible uso preventivo para la


preeclampsia. Actualmente, la aspirina a dosis bajas es la única estrategia preventiva que
ha logrado tener validación. La Metformina, el calcio y la vitamina D, los ácidos grasos N-3,
las estatinas y los factores angiogénicos, necesitan más estudios que determinen su
beneficio preventivo frente a la preeclampsia, de manera que el único tratamiento curativo,
sigue siendo el parto.

Conclusión:

3
INTRODUCCIÓN

La preeclampsia es una complicación neurohipertensiva del embarazo, caracterizada por


la presencia de hipertensión arterial y proteinuria durante la gestación. Generalmente,
comienza después de la semana 20 de gestación en mujeres cuya presión arterial previa
al embarazo era normal. En pacientes con preeclampsia pueden aparecer cuadros de
eclampsia, caracterizados por crisis convulsivas, que suelen empeorar el pronóstico.

La preeclampsia está asociada a una alta morbilidad materna y fetal, por tanto, necesita de
una adecuada valoración clínica individualizada para poder emplear las medidas
preventivas necesarias y así reducir su incidencia.

Esta complicación aparece en, aproximadamente, el 3-5% de los embarazos, y la etiología


sigue siendo una gran desconocida. El alcoholismo, bajos niveles socioeconómicos, el tipo
de método anticonceptivo, la primigravidez y los antecedentes de preeclampsia en
embarazos previos, son algunos de los factores de riesgo a tener en cuenta. Por todo esto,
la predicción y prevención adquieren un papel tan relevante.7

Actualmente, la mejor medida preventiva se basa en administrar Ácido Acetilsalicílico a


dosis bajas, ya que reduce considerablemente el riesgo de preeclampsia. Existen otras
medidas no tan eficaces como la Aspirina, que comentaremos posteriormente, como el
calcio y la vitamina D.

Así pues, aunque algunos factores no puedan cambiarse, existen medidas que pueden
disminuir los riesgos de padecer esta complicación del embarazo.

MATERIAL Y MÉTODOS

Se ha realizado una revisión bibliográfica en las bases de datos PubMed/Medline,


empleando los descriptores Mesh “Prevention” y “Preeclampsia”, y en Google Schollar, con
los descriptores “Prevención” y “Preeclampsia”.

De esta búsqueda hemos seleccionado y recuperado las publicaciones que hemos


considerado más importantes, así como comunicaciones y documentos de consenso
realizados por organizaciones de relevancia nacional e internacional relacionadas con la
prevención de la preeclampsia, centrándonos sobre todo en la farmacología.

El principal criterio en la selección de artículos en la base de datos Pubmed/Medline fue el


de escoger una antigüedad máxima de 10 años (2010-2020) lo que arrojó una búsqueda
de 1489 artículos. De entre estos, hemos escogido 10 teniendo en cuenta aquellos con un
4
mayor número de pacientes, material y métodos bien definidos y resultados contrastados.
Por el contrario, hemos descartado aquellos artículos repetitivos, cuyo objetivo era el
tratamiento y no la prevención, así como otros trabajos con menor evidencia científica.

RESULTADOS
Los trastornos hipertensivos son una de las principales causas de morbimortalidad en el
embarazo. La preeclampsia se define como la presencia de proteinuria (> 0,3 gramos en
orina de 24 horas) e hipertensión arterial (> 140/90 mmHg en dos ocasiones con cuatro
horas de diferencia) después de la semana 20 de gestación. A mayor edad gestacional, el
pronóstico es mejor.1 Está caracterizada por el desequilibrio angiogénico, gran inflamación
y disfunción endotelial, que en última instancia conduce a las manifestaciones clínicas de
hipertensión, proteinuria y daño de órganos terminales7.

La preeclampsia se presenta en el 4,6% de los embarazos a nivel mundial, presentando


resultados desfavorables tanto para la madre como para el feto.5 No se puede predecir qué
mujeres padecerán preeclampsia durante el embarazo, pero sí que se pueden detectar
factores de riesgo en la historia clínica. Respecto a la prevención de este trastorno, la
mayoría de las estrategias no han tenido éxito, siendo actualmente el único tratamiento
curativo el parto.1

Actualmente, la aspirina a dosis bajas es la única estrategia preventiva que ha logrado


tener validación, siendo beneficioso su uso respecto al placebo en diversos estudios.1

ÁCIDO ACETILSALICÍLICO

Varios estudios han analizado la posibilidad de que bajas dosis de ácido acetilsalicílico
(AAS) en mujeres con riesgo de desarrollar PE podrían disminuir la prevalencia e incidencia
de esta enfermedad. En estos ensayos clínicos se analiza el papel del uso profiláctico de
dosis bajas de AAS, con la intención de determinar si se puede prevenir la PE y otras
complicaciones en mujeres con embarazos de alto riesgo, moderado o incluso bajo riesgo.
Así pues, vamos a proceder a realizar una revisión bibliográfica donde se valore y se llegue
a conclusiones acerca del papel profiláctico del AAS, así como identificar los grupos de
riesgo de mujeres y sus edades gestacionales que más se beneficiarían del tratamiento.
A la hora escoger la muestra y valorar los diferentes grupos de riesgo, muchos estudios
parecen coincidir en que las mujeres de alto riesgo de desarrollar preclampsia son las que
más beneficios han obtenido en sus niveles de tensión arterial. Sin embargo, cabe
mencionar que, en los ensayos revisados, no hay unos factores de riesgo bien establecidos,
para diferenciar mujeres de alto o bajo riesgo. Algunos estudios citados en otras revisiones
5
bibliográficas, toman como mujeres de alto riesgo aquellas que tuviesen uno o más de los
siguientes factores: preclampsia severa previa, diabetes, hipertensión arterial crónica, y
enfermedad renal o autoinmune,2 aunque en otras revisiones se menciona dicha
heterogeneidad a la hora de establecer factores de riesgo, puesto que se tienen en cuenta
otros como la nuliparidad, antecedentes familiares de preclampsia, embarazo múltiple,
obesidad etc. Sin embargo, otros estudios toman como factor de riesgo principal a la hora
de dividir en alto o moderado/bajo riesgo a las embarazadas según si hay presencia o no
de alteraciones de flujo en el Eco-Doppler de las arterias uterinas, y, por lo tanto, candidatas
a ser tratadas con AAS.3 Así pues, queda mencionado el posible sesgo de selección de
muestra en los diferentes ensayos por la no existencia de un consenso acerca de unos
criterios establecidos sobre las mujeres de alto riesgo.

Respecto al riesgo de preclampsia y profilaxis de la misma en la población general, según


los estudios realizados con la aspirina en la década de los 90 con gran número de pacientes
(más de 27 000) en los Estados Unidos, Brasil y Barbados no lograron demostrar ningún
beneficio de su administración en relación con la preclampsia en la población general de
embarazadas, donde se incluyen evidentemente, pacientes con y sin factores de riesgo.2
En otro meta-análisis realizado por Meher en los Estados Unidos sobre el uso de la aspirina
en mujeres con deterioro de la circulación placentaria por Doppler a las 22 y hasta las 24
semanas y a las que se les administró 150mg de aspirina entre las 24 y las 36 semanas,
tampoco demostraron beneficio alguno. En cambio, en otro informe similar sobre pacientes
con Doppler anormal a las 14 hasta las 16 semanas se encontró reducción del índice de
preeclampsia en el grupo tratado (35%) al compararlo con el control (62%).2 Así pues,
según dicho estudio, pareció demostrar que la edad gestacional de la mujer es un factor
importante a la hora de la profilaxis con AAS, como veremos más adelante. En otro estudio
controlado realizado por Bujold, que se muestra en la bibliografía consultada, se vio que en
el grupo de bajo riesgo la incidencia de preeclampsia fue de 3,75% y, en el de alto riesgo,
de 9,01%. Se llegó a la conclusión de que la ingesta de aspirina no tuvo efecto de
significación estadística en el grupo de bajo riesgo, pero tuvo un pequeño efecto en el grupo
de alto riesgo. Nombrando otros ensayos clínicos, en donde se compararon mujeres
embarazadas con alto y moderado riesgo que recibían dosis bajas de AAS con mujeres
normotensas que recibían placebo, no se observaron diferencias estadísticamente
significativas para el riesgo de hipertensión gestacional. Este mismo hallazgo fue similar
para las de riesgo moderado, sin embargo, en aquellas de alto riesgo el uso de
antiagregante se asoció con una significativa reducción en el riesgo de hipertensión

6
gestacional.2 En otro estudio realizado por Henderson en los Estados Unidos se observó en
mujeres embarazadas con alto riesgo de preeclampsia una reducción estadísticamente
significativa del riesgo de desarrollarla entre las embarazadas que recibieron agentes
antiagregantes plaquetarios en comparación con las que recibieron placebo, esta reducción
del riesgo fue consistente para todos los grupos de riesgo, aunque fue más marcada en las
de alto riesgo.2 Todos estos resultados en los ensayos clínicos hace ver que parece que
hay una asociación entre la profilaxis con dosis bajas de AAS (entre 40 y 160 mg/día, en
horario de noche)3 y la disminución del riesgo de preclampsia, coincidiendo la mayoría de
ensayos en que donde más beneficios se obtuvieron fueron en aquellas mujeres
embarazadas de riesgo alto.3

En uno de los últimos estudios recientes, se comparó la incidencia de preclampsia en


mujeres en tratamiento con aspirina, y otro grupo que recibió placebo, se vio que la
preeclampsia prematura ocurrió en 13 de 798 participantes (1,6%) en el grupo de aspirina,
en comparación con 35 de 822 (4,3%) en el grupo placebo, sin embargo, no hubo diferencia
significativa entre grupos en la incidencia de posibles eventos o efectos secundarios al
tratamiento, viéndose demostrada la utilidad de la aspirina una vez más.4

Respecto a la semana de gestación y la eficacia de la aspirina, según las diferentes


bibliografías revisadas, que a su vez revisan múltiples ensayos clínicos, éstos intentan
valorar a partir de que semana es realmente útil el uso de la aspirina para evitar el desarrollo
de preclampsia en mujeres de alto riesgo, así como la duración del tratamiento, y hasta que
semana es verdaderamente eficaz, puesto que, como veremos a continuación, se ha visto
que alcanzada un número determinado de semanas de gestación, parece que la aspirina
pierde eficacia para disminuir el riesgo.

El ensayo PREDO de “Predicción y prevención de la preeclampsia” observó que cuando la


aspirina comenzó a administrarse después de la semana 16 no produjo reducción del
riesgo de preeclampsia, concluyendo que una dosis baja de aspirina (100 miligramos por
día) es eficaz y segura para prevenir la preeclampsia y su forma grave cuando se utiliza
antes o a partir de la semana gestacional 16 en las mujeres de alto riesgo. Esto mismo
señala otro estudio de Roberge2: El inicio de la terapia antes de las 16 semanas reduce el
riesgo de la PE severa pero no de la leve-moderada, lo que avala la hipótesis de que la
administración de ASA antes de esa edad gestacional puede reducir los trastornos de la
placentación y disminuir las formas severas y tempranas de la PE.2 3 En otros ensayos que
estudiaron el mismo tema, llegaron a la conclusión de que la administración de dosis bajas
de aspirina no dio resultados estadísticamente significativos en los estudios que iniciaron el
7
tratamiento a las 22 semanas de gestación porque el uso de la aspirina en esta semana no
tiene efecto en la implantación de la placenta y, por lo tanto, sus resultados son negativos.2
Esto sería debido a que la remodelación de las arterias espirales uterinas comienza a
finales del primer trimestre y se termina a las 18-20 semanas de gestación, y por lo tanto,
una vez hecha la remodelación arterial uterina, la aspirina perdería eficacia.3

Así pues, los resultados de la revisión bibliográfica parecen ir dirigidos a señalar que cuanta
mayor edad gestacional tenga la paciente, mayor riesgo de padecer preclampsia.

METFORMINA

La preeclampsia se asocia con isquemia placentaria e hipoxia, además de con una


secreción de tirosina quinasa 1 fms-like soluble (con propiedades antiangiogénicas) y
endoglina soluble en la circulación materna. Esto causa una disfunción endotelial
generalizada que se manifiesta clínicamente como hipertensión y lesión de órganos
multisistémicos. Recientemente, se ha descubierto que los inhibidores de moléculas
pequeñas del factor inducible hipóxico 1a reducen la tirosina quinasa 1 fms-like soluble y la
secreción de endoglina soluble. Esto es relevante porque en diferentes ensayos clínicos,
se ha visto que la Metformina redujo la tirosina quinasa 1 soluble fms-like y secreción de
endoglina soluble de tejidos humanos primarios, posiblemente mediante la inhibición de la
cadena de transporte de electrones mitocondrial, y se vio que, la actividad de esta cadena
estaba aumentada en la placenta preeclámptica pretérmino. Además, estos ensayos
demostraron también la eficacia de la metformina reduciendo la disfunción endotelial, y por
lo tanto, mejorando la vasodilatación en las arterias omentales, induciendo a su vez la
angiogénesis.5 Debido, a esto, es posible que la metformina haya demostrado que tiene
potencial de prevenir o tratar la preeclampsia, la cual sería una buena alternativa a la ya
mencionada aspirina, y más aún, en aquellas mujeres que presentasen DM tipo II y ya
precisasen de la misma.

CALCIO Y VITAMINA D

Por otro lado, el uso del calcio al producir óxido nítrico también ha sido considerado efectivo
como medida preventiva, aunque menos eficaz que la aspirina.1 La evidencia mostró una
relación inversa entre la presión arterial alta y la ingesta de calcio.

Un metaanálisis demostró que el efecto de la suplementación con calcio fue mayor en los
embarazos de alto riesgo que en los de bajo riesgo. Por otro lado, el efecto del suplemento
fue mayor en aquellas embarazadas en las que el suplemento tuvo una duración de 18

8
semanas o menos, frente a aquellas en las que duró más. Además, el estudio demostró
efectos preventivos significativos en países en desarrollo en los que la ingesta del calcio
era mínima, pero no en países desarrollados. La suplementación con calcio demostró
disminuir el riesgo de preeclampsia alrededor en el 50%.6

La suplementación con calcio está recomendada en pacientes de alto riesgo que tienen una
baja ingesta de calcio (< 1 gramo al día). La OMS en estas pacientes recomienda la
suplementación de calcio elemental de 1,5 a 2 gramos al día.1

Por otro lado, en ensayos clínicos aleatorizados se ha demostrado que la suplementación


de calcio y vitamina D tenía mejores resultados que el placebo. La eficacia de la
suplementación fue: vitamina D (47,4%), Ca++ (31,6%) y Ca+++ más vitamina D (19,6%).

La vitamina D participa en la regulación del metabolismo óseo, la absorción de calcio y


fosfato, y el mantenimiento de la función muscular. Su suplementación podría resultar
beneficiosa, pero hay ensayos clínicos aleatorizados que no lo han demostrado versus a
otros que sí, por lo que habría que clarificar los sesgos que han influido en cada uno de
ellos.

En resumen, se necesitan más estudios que determinen como beneficiosos los


suplementos de vitamina D en la prevención de la preeclampsia, aunque hay estudios
prometedores.6

ÁCIDOS GRASOS N-3

Respecto a la eficacia de la suplementación con ácidos grasos n-3 en la prevención de la


preeclampsia inducida por el embarazo no está clara. Numerosos estudios han demostrado
que podría influir en la salud de la embarazada y del feto. Hay dos tipos de ácidos: ácido
docosahexaenoico (DHA) y ácido eicosapentanoico (EPA), provienen de aceites de
pescado. Son esenciales para el cuerpo humano, no se producen de forma independiente
y disminuyen en la madre durante el embarazo.

No obstante, sí que hay estudios que demuestran que la suplementación con ácidos grasos,
aumentando en un 1% los niveles plasmáticos de la madre disminuyeron en un 24% la
probabilidad de preeclampsia. Mientras que hay otros ensayos que no lo concluyen.

En un metaanálisis se encontró que la suplementación tenía función protectora en el riesgo


de preeclampsia, para los embarazos de bajo riesgo, cuando la suplementación comenzó
en la segunda mitad del embarazo y aquellas mujeres con un consumo de DHA + EPA. Sin
embargo, no se encontró significación en mujeres de alto riesgo, cuando la suplementación
9
comenzó en la primera mitad del embarazo y aquellas que solo consumen DHA. Respecto
a estos resultados, se puede deducir: En primer lugar, que la preeclampsia se produce por
anomalías de placentación temprana por eso tuvo resultados significantes en la segunda
mitad de embarazo. En segundo lugar, el DHA es mejor modulador en la inflamación que
el EPA y, en tercer lugar, el embarazo de bajo riesgo se debería comparar con los de alto
riesgo.

Es por esto que, no hubo resultados concluyentes en el estudio que puedan determinar que
una pauta de suplementación sea eficaz en la embarazada, aunque los resultados si fueran
beneficiosos para aquellas que presentaban bajo riesgo. 7

ESTATINAS
Los múltiples efectos de las estatinas están asociados con su enorme potencial terapéutico
y su papel en la prevención de la morbimortalidad cardiovascular está ampliamente
demostrado. Los ensayos clínicos han demostrado que las estatinas mejoran la disfunción
endotelial y destacan sus acciones antitrombótica, vasodilatadora, antioxidante y
antiinflamatoria. 10
Las estatinas han sido asignadas en la categoría X de embarazo9 por la Administración de
Alimentos y Medicamentos (FDA), la cual se debe principalmente a la falta de datos clínicos
sobre los efectos en mujeres embarazadas y fetos humanos y no al riesgo observado.10

El primer ensayo controlado aleatorio multicéntrico que evaluó el uso de estatinas en


mujeres embarazadas se llevó a cabo en el Reino Unido en los años 2011-2014
(StAmPestudio - Estatinas para mejorar la EP de inicio temprano)10. El objetivo del estudio
fue examinar la hipótesis basada en los resultados de estudios experimentales que afirman
que las estatinas pueden suprimir niveles elevados de factores antiangiogénicos en la
placenta observada en pacientes preeclámpticas.

Uno de los ensayos revisados es un ensayo piloto, multicéntrico, a doble ciego, controlado
con placebo, aleatorizado de mujeres con embarazos únicos no anómalos con alto riesgo
de preeclampsia y consultado con la FDA (Safety and Pharmacokinetics of Pravastatin
Used for the Prevention of Preeclampsia in High-Risk Pregnant Women: A Pilot
Randomized Controlled Trial)8, en el cual se evaluó la seguridad materno fetal y la
farmacocinética de la pravastatina cuando se utilizó en mujeres embarazadas con alto
riesgo de eclampsia y a dosis bajas (10 mg). Las mujeres tenían 18 años o más, con
embarazo único, no anómalo entre 12 0/7 semanas y 16 6/7 semanas de gestación y con
antecedentes de severos de preeclampsia en un embarazo anterior. A las mujeres entre 12

10
y 16 semanas de gestación se les administró pravastatina 10 mg diarios o placebo por vía
oral hasta el parto o hasta la aparición de un evento durante el embarazo que supusiera la
interrupción de la toma del fármaco del estudio. Diez mujeres con toma de pravastatina y
diez con toma de placebo formaban el ensayo.
No hubo diferencias entre los 2 grupos en las tasas de efectos secundarios, anomalías
congénitas u otros eventos adversos.8 No hubo muerte materna, fetal o neonatal. Cuatro
sujetos del grupo de placebo desarrollaron preeclampsia y ninguno en el grupo de
pravastatina. Aunque la pravastatina redujo las concentraciones de colesterol materno, las
concentraciones de colesterol del cordón umbilical y el peso al nacer no fueron diferentes
entre los grupos. La mayoría de las concentraciones plasmáticas de pravastatina en el
cordón umbilical y en la madre en el momento del parto estaban por debajo del límite inferior
de cuantificación del ensayo. Por tanto, el uso de pravastatina se asoció con un mayor perfil
angiogénico favorable del embarazo.8

Se produjeron 5 partos prematuros indicados antes de las 37 semanas en el grupo placebo


en comparación con 1 en el grupo de la pravastatina.
Respecto a las concentraciones de PlGF (factor de crecimiento placentario, proangiogéico)
aumentaron en los sujetos que recibieron pravastarina y los de sFlt-1 (tirosina-quinasa 1
similar al fms soluble) y sEng (endoglina soluble), ambos antiangiogénicos, fueron
disminuyendo; sin embargo, las diferencias para estos marcadores no alcanzaron
estadísticas significativas. Es de destacar que las 4 mujeres del grupo placebo que
desarrollaron preeclampsia tuvieron las concentraciones más altas de sFlt-1. El peso al
nacer de los bebés fue similar entre 2 grupos.

Las cantidades de colesterol total materno (CT) y las lipoproteínas de baja densidad (LDL)
fueron similares al inicio del embarazo, pero menores en los sujetos que recibieron
pravastatina en comparación con las pacientes del grupo placebo durante el segundo
trimestre del embarazo. Sin embargo, las concentraciones sanguíneas de CT y LDL en el
cordón umbilical fueron similares en ambos grupos.

En otro estudio revisado, en 2016, Chaiworapongsa et al.10 informaron del primer caso de
uso de pravastatina para revertir un desequilibrio entre factores angiogénico / anti-
angiogénicos. Los autores lograron prevenir la muerte fetal en una paciente con depósitos
masivos de fibrina de la placenta, con los vasos del suelo uterino infartados y con
antecedentes de pérdidas de embarazos recurrentes. El tratamiento con pravastatina
corrigió eficazmente las anomalías en el plasma, disminuyendo los niveles de sVEGFR-1
(receptor del factor de crecimiento endotelial vascular) y aumentando los niveles de PlGF
11
(factor de crecimiento placentario), lo que demuestra el uso potencial de pravastatina en el
contexto de un desequilibrio angiogénico.

En relación con la teratogenicidad de las estatinas, un estudio publicado por Merck no


mostró relación entre la toma de estatinas y resultados adversos o anomalías congénitas.9
Un estudio de cohorte del programa Motherisk en Toronto tampoco encontró patrones de
malformación o aumento de malformaciones en bebés de 64 mujeres con exposición a
estatinas durante el primer trimestre en comparación con mujeres sin exposición a
teratógenos conocidos.

Los intentos de prevenir la preeclampsia mediante la toma de estatinas en varios ensayos


clínicos no han logrado prevenir la preeclampsia o sus complicaciones.
Por lo tanto, pravastatina está lejos de su aplicabilidad clínica antes de que se muestre un
beneficio definitivo en la clínica ensayos.9 El análisis de riesgo-beneficio justifica la
continuación de la investigación utilizando pravastatina en un mayor ensayo clínico con
escalada de dosis.
FACTORES ANGIOGÉNICOS
En los últimos años, múltiples estudios clínicos han examinado la precisión de los niveles
circulantes de los factores angiogénicos para diagnosticar PE y predecir sus resultados
perinatales.
Entre los parámetros estudiados, se encuentran el Flt-1s y Engs, los cuales inhiben la
producción y las propiedades proangiogénicas del factor de crecimiento vascular endotelial
(FCVE) y del factor de crecimiento placentario (FCP), necesarios para el desarrollo normal
vascular de la placenta y las adaptaciones vasculares fisiológicas del embarazo. Un valor
alto de Flt-1s/FCP (≥ 85) o valores bajos de FCP/ Flt-1s y FCP/Engs son los que más se
asocian con las formas más severas de la preclampsia11, con una mayor tasa de
complicaciones perinatales. Esta herramienta diagnóstica es superior cuando es usada
antes de las 34 semanas del embarazo, y en estos estudios se concluyó que era más
precisa que cualquier examen de laboratorio y signo clínico usado habitualmente para la
evaluación de la preeclampsia.
Sin embargo, son necesarios más estudios de factores angiogénicos, siendo el diseño de
éstos aleatorizado con un tamaño de muestra adecuada lo que mejoraría la calidad de
evidencia científica para definitivamente determinar su utilidad clínica en el manejo de
embarazos con alta sospecha clínica de PE11.

12
MEDIDAS GENERALES
En pacientes con sobrepeso y obesidad, se recomienda la pérdida de peso previo al
embarazo. Ya que aumenta el riesgo de sufrir preeclampsia.1
Existen más estudios con otras medidas preventivas que aún no han tenido respaldo
como la suplementación con vitamina C y E, ácido fólico y óxido nítrico.1 En otros estudios
se ha informado del riesgo de preeclampsia en mujeres con concentraciones elevadas de
homocisteínas y menor concentración de folato y B12, aunque presentan resultados poco
concluyentes también.7

DISCUSIÓN
Todos los estudios publicados en los últimos 10 años están en la misma línea de
recomendar la aspirina para prevenir la preeclampsia en mujeres con factores de riesgo.
Poniendo nuestra mirada en uno de los últimos estudios que más relevancia ha tenido en
los últimos años por modificar la práctica clínica que es el ensayo ASPRE publicado en la
NEJM en el año 2017, vemos como ha quedado demostrado que el empleo de AAS en
pacientes con alto riesgo de desarrollar PE, empezando su administración por debajo de la
semana 16 y manteniéndola hasta la semana 36 disminuye en aproximadamente un 62%
el riesgo de desarrollo de la PE pretérmino (por debajo de la semana 37 de gestación). Sin
embargo, no se encuentra diferencia significativa con el placebo en preeclampsia de menos
de 34 semanas ni tampoco en mayores de 37 semanas (término), de igual modo, tampoco
se evita la hipertensión gestacional ni existen diferencias en las complicaciones maternas
o perinatales entre los grupos estudiados. El estudio también demuestra que deberemos
tratar a 303 mujeres para evitar una preeclampsia pretérmino.4

Otro fármaco sobre el que hay puestas muchas esperanzas futuras, a raíz de los hallazgos
in vitro es la metformina, sin embargo, por rebajar un poco las expectativas hemos de
comentar que en los ensayos realizados con el fin de evaluar los efectos de la metformina
sobre la reducción de la morbilidad perinatal no se identificaron diferencias en el riesgo de
desarrollo de preeclampsia. Por otro lado, es posible que una dosis insuficiente de
metformina y un mal cumplimiento por parte de las participantes en el ensayo, expliquen el
motivo por el que no se observaron cambios en la incidencia de preeclampsia. En otros 2
ensayos clínicos que evaluaban el efecto de la metformina sobre el resultado del embarazo
en mujeres con síndrome del ovario poliquístico los resultados fueron similares, no
apreciándose ninguna reducción de la preeclampsia.5

13
Del posible uso de las estatinas en gestantes con alto riesgo de PE destacar que una vez
superadas las reticencias a su uso clínico en embarazadas por las dudas que había en
cuanto a su seguridad, se están poniendo en marcha nuevos ensayos clínicos que superan
la principal limitación que tenían los anteriores, esto es, su reducido número de
participantes8 y así, por ejemplo, en marzo del 2018, empezó un ensayo clínico con 280
mujeres en Indonesia (INOVASIA) para determinar el efecto de la Pravastatina en mujeres
con alto riesgo de PE. Se espera que el estudio finalice a principios de diciembre del 2020.
CONCLUSIONES
Los resultados obtenidos en esta revisión bibliográfica muestran que la utilización de
aspirina a bajas dosis en mujeres con alto riesgo de desarrollar preeclampsia y a edades
gestacionales tempranas (preferiblemente entre las semanas 11 y 14) es la medida más
eficaz en la prevención de este cuadro, reduciendo el riesgo de forma estadísticamente
significativa.
En cuanto al uso de la Pravastatina como profilaxis de la preeclampsia los estudios más
recientes informan de una seguridad preliminar y datos farmacocinéticos que podrían
permitir su uso para la prevención de esta patología dado que los beneficios reportados
hasta la fecha abren una ventana para generar una mayor investigación y llevar a cabo
estudios clínicos más grandes que evalúen su efectividad.

En relación a la metformina, los estudios preclínicos usando tejidos humanos como la


placenta y el endotelio han demostrado que este antidiabético disminuye factores
implicados en la fisiopatología de la preeclampsia y podría constituir un pilar fundamental
en la prevención y/o terapia de la preeclampsia, aunque para ello se precisan estudios de
mayor tamaño y de tipo clínico.

Por lo que respecta a la dieta sólo la suplementación con calcio o con calcio y vitamina D
ha mostrado trazas de efectividad en aquellas mujeres con bajo contenido de estos
elementos y con alto riesgo de desarrollar la enfermedad. Estudios con ácidos grasos
omega 3 realizados en embarazadas no han dado resultados concluyentes en modificar la
tasa de preeclampsia, tensión arterial elevada, muerte fetal o mortalidad neonatal por lo
que no se puede recomendar aún su uso con el objetivo de prevenir los trastornos
hipertensivos del embarazo.
Finalmente, tenemos que comentar que el tema de la preeclampsia continúa investigándose
a día de hoy, siendo necesarios más estudios científicos dirigidos a reducir la incidencia de
esta patología obstétrica y sus efectos a largo plazo.
14
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