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AUTOESTIMA

De acuerdo con Rice (2000), la autoestima de una persona es la consideración


que tiene hacia sí misma. Señala este autor que ha sido denominada como el vestigio del
alma y que es el ingrediente que proporciona dignidad a la existencia humana. La
autoestima se desarrolla a partir de la interacción humana, mediante la cual las personas
se consideran importantes una para las otras. El yo evoluciona por medio de pequeños
logros, los reconocimientos y el éxito.
Branden, en de Mézerville (2004, p. 25) manifiesta que: La autoestima está
configurada por factores tanto internos como externos. Entiendo por factores internos, los
factores que radican o son creados por el individuo-ideas, creencias, prácticas o
conductas. Entiendo por factores externos los factores del entorno: los mensajes
transmitidos verbal o no verbalmente, o las experiencias suscitadas por los padres, los
educadores, las personas significativas para nosotros, las organizaciones y la cultura.
Según Güell y Muñoz (2000, p. 118), la persona tiene la capacidad de establecer
su propia identidad y atribuirse un valor y, a esa valoración se le llama autoestima. Señala
que “Si conseguimos mantener un buen nivel de autoestima resistiremos las críticas, nos
abriremos mejor a los demás, aprenderemos a pedir ayuda y, en general, nos resultará
Revista Electrónica “Actualidades Investigativas en Educación” mucho más gratificante
vivir, lo que contribuirá también a prevenir cualquier proceso depresivo”.
Refiriéndose a este tema de la autoestima, Santrock (2002, p. 114) expresa que
ésta es: “La evaluación global de la dimensión de Yo o self. La autoestima también se
refiere a la autovalía o a la autoimagen, y refleja la confianza global del individuo y la
satisfacción de sí mismo”.
Autoestima es la valoración, percepción o juicio positivo o negativo que una
persona hace de sí misma en función de la evaluación de sus pensamientos,
sentimientos y experiencias. Es un término de Psicología estudiado por diversos
expertos en el área, sin embargo, se utiliza en el habla cotidiana para referirse, de
un modo general, al valor que una persona se da a sí misma.
La autoestima está relacionada con la autoimagen, que es el concepto que
se tiene de uno propio, y con la autoaceptación, que se trata del reconocimiento
propio de las cualidades y los defectos.
La forma en que una persona se valora está influenciada en muchas
ocasiones por los agentes externos o el contexto en el que se encuentra el
individuo, por ello puede cambiar a lo largo del tiempo. En este sentido, la
autoestima puede aumentar o disminuir a partir de situaciones emocionales,
familiares, sociales o laborales, incluso, por nuestra autocrítica positiva o negativa.
Tipos de autoestima
De un modo general, se puede hablar de dos tipos de autoestima, aunque
no son ideas excluyentes, ya que pueden referirse a distintos aspectos del ser
humano. Es decir, una persona puede tener, por ejemplo, una alta autoestima en
términos de capacidades intelectuales ʽsoy muy listo en matemáticas, pero una
baja autoestima en otros ámbitos como, por ejemplo, ʽsoy muy torpe en los
deportes.
Alta autoestima
Las personas con una alta autoestima se caracterizan por tener mucha
confianza en sus capacidades. De este modo, pueden tomar decisiones, asumir
riesgos y enfrentarse a tareas con una alta expectativa de éxito, esto se debe a
que se ven a sí mismas de un modo positivo. A medida que nuestra alta
autoestima sea mayor nos sentiremos mejor preparados, con mayor capacidad y
disposición para realizar diversas actividades, tendremos mayor entusiasmo y
ganas de compartir con los demás.
Molina, Baldares y Maya (1996, p. 30) describen a las personas con alta autoestima de la
siguiente manera: Una persona con alta autoestima no se considera a sí misma como el centro del
universo y mejor que los demás y las demás. Simplemente conoce muchos aspectos de sí misma,
tiene auto-respeto y tiene consciencia de su propio valor como persona única e irrepetible.
Reconoce sus cualidades buenas, pero no se cree perfecta. Al contrario, puede ser que tenga
mucha consciencia sobre sus defectos y del hecho de que ella comete errores. Pero no ve sus
defectos y errores como representativos de alguien sin valor, ella los entiendo como
representativos del ser humano.

Baja autoestima
Las personas con baja autoestima se pueden sentir inseguras, insatisfechas
y sensibles a las críticas. Otra característica de las personas con baja autoestima
puede ser la dificultad de mostrarse asertivas, es decir, de reclamar sus derechos
de una manera adecuada. La baja autoestima puede derivar por diversas razones
como, por ejemplo, la valorización que hacemos hacia nosotros mismos, la opinión
que tenemos de nuestra personalidad, nuestras creencias, entre otros.
Del mismo modo, en ocasiones pueden tratar de agradar a los demás para
recibir un refuerzo positivo y, de esta manera, aumentar su autoestima.
Según lo señalan Rosenthal y Simeonsson en Rice (2000), las personas
con baja autoestima muestran una identidad cambiante, inestable y abiertamente
vulnerable a la crítica o al rechazo, lo que verifica su inadecuación, incompetencia
y falta de valía. Puede que se perturben profundamente cuando piensan que se
ríen de ellas, cuando sienten que las acusan o cuando perciben que otras
personas tienen una opinión negativa de sí mismas.
Cuanta más vulnerabilidad experimentan, mayores son sus niveles de
ansiedad. Como resultado, se sienten torpes e intranquilas y evitan a toda costa
exponerse al ridículo.
Una persona con baja autoestima tiene una gran sensación de inseguridad
acerca de ella misma, menciona Satir (1980). Basa su autoestima, en gran parte,
en lo que cree que las demás personas piensan acerca de ella, lo cual lesiona su
autonomía e individualidad. En presencia de otras personas disfraza su baja
autoestima, en especial cuando se propone impresionarlas. Estas personas tienen
muchas esperanzas en lo que las demás pueden darles, pero a la vez tienen
grandes temores, por lo que están muy expuestas a sufrir desilusiones y a
desconfiar de las otras.
La baja autoestima de estas personas proviene de sus experiencias de
vida, que probablemente le impidieron sentir confianza en sí misma y funcionar de
manera autónoma. Al respecto, Coopersmith citado por Eisenberg y Patterson
(1981, p. 70), manifiesta que:
Esas personas carecen confianza en sí mismas y son aprehensivas acerca
de expresar ideas no populares e inusuales. No desean exponerse a sí mismas,
enojar a otros, o realizar acciones que podrían atraer la atención. Probablemente
ellas vivan en las sombras de un grupo social, escuchan en lugar de participar y
prefieren la soledad de la retirada sobre el intercambio de participación. Considera
este autor que entre los posibles factores que contribuyen a la retirada de aquellas
personas con baja autoestima, está su marcada auto-conciencia y preocupación
por sus problemas internos.
Esa gran conciencia de sí mismas las distrae de atender a otras personas y
asuntos y es probable que resulten en una excesiva preocupación por sus
dificultades. El resultado es que limitan sus relaciones sociales, disminuyendo las
posibilidades de vínculos de amistad y de apoyo. Las personas con baja
autoestima, indica Molina (1996), presentan características emocionales tales
como agresividad, timidez, alarde, impaciencia, competitividad, arrogancia, crítica,
rebeldía ante figuras de autoridad y perfeccionismo, entre otras, las cuales
propician conflictos en las relaciones interpersonales.
La gran mayoría de las personas con baja autoestima tienen una imagen
distorsionada sobre sí mismas que suele verse afectada por situaciones que
detonan este tipo de autoestima ¿Cómo cuales? El bullying, agresiones físicas o
verbales, pérdida de seres queridos, rupturas amorosas, accidentes, abuso
sexual, entre otras.
Una persona con baja autoestima suele sentir tristeza, depresión,
ansiedad, miedo y angustia.
Se percibe a sí misma como si estuviera llena de defectos y minimiza o ignora
por completo sus cualidades. En otras palabras: exagera sus defectos e
ignora sus virtudes. Son autocríticas a un nivel extremo.
La inseguridad y la indecisión son los principales indicadores de una autoestima
baja pues se carece de autoconfianza. En este sentido, a las personas con baja
autoestima les cuesta mucho trabajo tomar decisiones.
Las personas con baja autoestima se sienten insatisfechas en ciertos ámbitos de
su vida y son más sensibles a las críticas de los demás o “al qué dirán”. Temen al
fracaso y al rechazo.

Son personas que se dan por vencidas fácilmente, temen afrontar nuevos retos
y no creen lo suficiente en su valor como personas, ni en sus talentos y
posibilidades. Esto da como resultado que tengan un diálogo interior con tono
negativo.
La constante duda sobre si son lo suficientemente buenas frecuentemente
ronda por su cabeza y basan su autopercepción en lo que los demás opinan sobre
ellas. Así mismo, suelen comparase constantemente y esto las hace sentirse
inferiores a los demás.
“Todos sabemos que la autoestima viene de lo que tú piensas de ti mismo, no de
lo que los demás piensen de ti” –Gloria Gaynor

CARACTERISTICAS

La autoestima se caracteriza por manifestarse en diferentes niveles que pueden


variar según cada persona y la etapa de la vida que se esté transitando.
Incluso, pueden convivir diferentes niveles de autoestima en una misma
persona, según el ámbito en el que se desempeñe. Por ejemplo: Una persona
puede sentirse muy segura y exitosa en el trabajo y, a la vez, muy desdichada o
insatisfecha en las relaciones afectivas.

Esta percepción que el individuo tenga de sí resulta un aspecto muy


importante para mantener una adecuada salud psicológica. Los niveles de
baja o de alta autoestima que se perpetúan en el tiempo pueden desencadenar
trastornos de depresión y de ansiedad respectivamente. Ambas alteraciones, que
se pueden dar de manera exagerada, también afectan al cuerpo. En esos casos, se
requiere el apoyo de un profesional.

7 Características de la Autoestima
Ahora bien, a continuación mencionaremos las 7 características positivas y negativas que
tienen las personas:
1. Autoconfianza una de las Características de la
Autoestima más Importante
Normalmente, las personas con una alta autoestima no tienen temor a expresar sus ideales,
sentimientos, acciones y pensamientos frente a los demás. ¡Se sienten libres y lo hacen con
total facilidad!
Esto, no suele ocurrir con las personas con autoestima negativa o baja, pues, siempre
sienten temor delante de los demás. De hecho, no confían ni en ellas mismas, tampoco en
las capacidades, conocimientos o habilidades propias.
2. Pensamientos
Cuando una persona tiene una autoestima alta, siempre tendrá pensamientos positivos,
inclusive hasta cuando atraviesa por dificultades o problemas. Pues, esta será la manera de
enfrentar los distintos escenarios que se le puedan atravesar, buscando una resolución
positiva a dichas adversidades.
Pero, si el sujeto posee una autoestima débil, sus pensamientos serán negativos, enfocados e
incluso anticipándose a las derrotas y en la falta de capacidad para resolver algún
inconveniente.
3. Empatía
Seguidamente, las personas con autoestima elevada, reconocen las cualidades, triunfos y
capacidades de los demás. Además, se conectan con facilidad a los sentimientos o
pensamientos de otros sujetos.
Sin embargo, aquellas con autoestima baja, muestran sentimientos empáticos bastantes
reducidos. De hecho, les cuesta un universo reconocer lo que pueden llegar a pensar o
sentir las demás personas. Es habitual que, sólo se centren de manera inconsciente en sus
propios sentimientos, pensamientos e ideas.
4. Responsabilidades
Una de las características principales que tienen las personas con autoestima alta, es que se
sienten apasionadas por los riesgos. De hecho, los buscan y los disfrutan al máximo. No
ven las responsabilidades como dificultades, sino como una nueva oportunidad para
mejorar y aprender a superarse.
Con la autoestima baja, los individuos que la poseen nunca tomarán riesgos por sí mismos y
optan por ser rutinarios, sin adquirir nuevas responsabilidades.
5. Personalidad
Por su parte, los sujetos con personalidad elevada son capaces de expresarse de manera
justa y firme, sin llegar al extremo de humillar u ofender a nadie. Llegan a aceptar sus
debilidades y también reciben las críticas constructivas que tienen los demás sobre él/ella.
De este modo, pueden mejorar así mismos.
Además, otra de los aspectos que envuelven a la personalidad de las personas con
autoestima positiva, es que saben pedir disculpas, si desconocen algo no dudan en
preguntar, no tienen temor a ser juzgado, etc.
No obstante, los sujetos con baja autoestima, no llegan ni aceptarse a ellos mismos y
constantemente sacan a la luz sus propios defectos físicos y mentales. Son reconocidas por
la sociedad como personas tóxicas.
6. Solidaridad
Entre las características de la autoestima, la solidaridad también juega un papel importante
en la persona.
Pues, cuando se tiene una elevada autoestima, la persona está predispuesta a ayudar a los
demás, sin juzgar, ni criticar a nadie ni a ella misma. Normalmente, destacan los aspectos
positivos o acciones de los demás.
En cambio, las personas con baja autoestima pueden llegar a colaborar con alguien, pero, la
diferencia es que juzgarán y resaltará todo lo malo de cierta situación.
7. Asertividad
Finalmente, aquellos con autoestima elevada son personas calmadas, pacientes y firmes.
Además, defiende siempre sus ideales, sentimientos y puntos de vista.
Sin embargo, el individuo con autoestima negativa, puede ser un blanco perfecto para ser
influenciable por otras personas, donde sus pensamientos y convicciones no tengan ningún
tipo de validez.
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demás personas. Esperamos que esta información sea de tu ayuda.
eenamorate de ti
Enamórate de ti... Es un libro que apunta básicamente a desarrollar la
capacidad de quererse a uno mismo.
Desde pequeños nos enseñan conductas de cuidado personal respecto al físico:
Lavarnos los dientes, bañarnos, comer, aprender a vestirnos…
Autoestima: La esencia es Amor propio: Amarse a uno mismo no solamente es
el punto de referencia para saber cuánto se debe amar a los demás.
Nos enseñaron: Ama a tu prójimo como a ti mismo.
Pero No a amarnos a nosotros mismos.
Pero…
¿Que hay del cuidado psicológico y la higiene mental?
¿Le prestamos suficiente atención?
¿Lo ponemos en práctica?
¿ Resaltamos la importancia del autoamor?
La autoestima es aprendida.
Activar toda la autoestima disponible o amar lo esencial de uno mismo es el
primer paso hacia cualquier tipo de crecimiento psicológico y mejoramiento
personal.
Desarrollemos la capacidad de quererse a uno mismo.
Quiérete y amate a ti mismo honestamente!
Considerarse digno de lo mejor.
Fortalecer el Autorrespeto y Dignidad.
Darse la oportunidad de ser feliz.
Actúa como:
Factor protector frente a enfermedades psicológicas.
Genera bienestar y calidad de vida.
Permite alcanzar mayor eficacia en las tareas.
Mejora las relaciones con las personas.
Establecer un vínculo mas equilibrado con los demás.
Ganar en independencia y autonomía.
El amor empieza por casa
Aprende a amar u odiar la existencia.
Tener cuidado (Narcicismo):
Egolatría (rendirme pleitesía /endiosado en si mismo.
Egocentrismo (incompetente de reconocer puntos de vista distintos, yo soy el
centro del universo)
Egoísmo (avaricioso e incapaz de amar al prójimo).
Cuando uno nace:
Tiene Autoconservación, una manera de quererse a uno mismo:
* Mantenerse vivo.
* Perseverar en el ser.
Después… Educación o mala educación:
Forma Autoesquema:
* Creamos teorías de nosotros mismos
* Sirven para nuestro propio desarrollo psicologico
(Italia, 1951) es psicólogo, especialista en terapia cognitiva y magister en
bioética.
Desde hace 28 años trabaja como terapeuta.
Actualmente es profesor de terapia cognitiva en diferentes facultades de
psicología en Latinoamérica y España,
Es presidente honorario de la Asociación Colombiana de Terapia Cognitiva.
Reside en Bogotá y Barcelona

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