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Autoestima

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Pirámide de Maslow: Jerarquía de las necesidades humanas postulada por Abraham Maslow.

La autoestima es un conjunto de percepciones, pensamientos, evaluaciones,


sentimientos y tendencias de comportamientos dirigidos hacia uno mismo,
hacia nuestra manera de ser, y hacia los rasgos de nuestro cuerpo y nuestro
carácter. En resumen: es la evaluación perceptiva de nosotros mismos. 1 En su
jerarquía de las necesidades humanas, se describe como la necesidad de
aprecio, que se divide en dos aspectos, el que se tiene uno mismo (amor
propio, confianza, aprecio, suficiencia, etc...), y el respeto y estimación que se
recibe de otras personas (reconocimiento, aceptación, etc.). 2 La expresión de
aprecio más sana según Maslow es la que se manifiesta "en el respeto que le
merecemos a otros, más que el renombre, la celebridad y la adulación ". 3
Carl Rogers, máximo exponente de la psicología humanista, expuso que la raíz
de los problemas de muchas personas es que se desprecian y se consideran
seres sin valor e
 Indignos de ser amados; de ahí la importancia que le concedía a la aceptación
incondicional del cliente.1 En efecto, el concepto de autoestima se aborda
desde entonces en la escuela humanista como un derecho inalienable de toda
persona, sintetizado en el siguiente "axioma": Todo ser humano, sin excepción,
por el mero hecho de serlo, es digno del respeto incondicional de los demás y
de sí mismo; merece estimarse y que se le estime.2
Todos tenemos una imagen mental de quienes somos, qué aspecto tenemos,
en qué somos buenos y cuáles son nuestros puntos débiles. Nos formamos
esa imagen a lo largo del tiempo, empezando en nuestra infancia. El término
auto-imagen se utiliza para referirse a la imagen mental que una persona tiene
de sí. Gran parte de nuestra auto-imagen se basa en nuestras interacciones
con otras personas y nuestras experiencias vitales.. 4 Esta imagen mental
(nuestra auto-imagen) contribuye a nuestra autoestima.
En virtud de este razonamiento, incluso los seres humanos más viles merecen
un trato humano y considerado. Esta actitud, no obstante, no busca entrar en
conflicto con los mecanismos que la sociedad tenga a su disposición para
evitar que unos individuos causen daño a otros—sea del tipo que sea—. 1
El concepto de autoestima varía en función del paradigma psicológico que lo
aborde (psicología humanista, psicoanálisis, o conductismo). Desde el punto de
vista del psicoanálisis, la autoestima está íntimamente relacionada con el
desarrollo del ego;2 por otro lado, el conductismo se centra en conceptos tales
como estímulo, respuesta, refuerzo y aprendizaje, con lo cual el
concepto holístico de autoestima no tiene sentido. La autoestima es además un
concepto que ha traspasado frecuentemente el ámbito
exclusivamente científico para formar parte del lenguaje popular.
El budismo considera al ego una ilusión de la mente, de tal modo que la
autoestima, e incluso el alma, son también ilusiones; el amor y
la compasión hacia todos los seres con sentimientos y la nula consideración del
ego, constituyen la base de la felicidad absoluta. En palabras de Buda, "no hay
un camino hacia la felicidad, la felicidad es el camino". 5

Tipos de autoestima

La autoestima es uno de los factores más relevantes de nuestra


personalidad, pues nos permite valorarnos y querernos a nosotros
mismos, aceptando y descubriendo nuestros defectos y nuestras
virtudes. La autoestima se relaciona directamente con el bienestar
personal y por ello es muy importante para poder llevar una vida
sana, plena y feliz, permitiéndonos también relacionarnos con el
entorno de una forma sana y positiva.
Existen cinco tipos de autoestimas que oscilan entre las polaridades
de una alta o baja autoestima, ¿en cuál te identificas? Sigue
leyendo este artículo de Psicología-Online si quieres conocer los
cinco tipos de autoestima y sus características.
También te puede interesar: Características de personas con
autoestima baja
Índice
1. ¿Qué es la autoestima?
2. Autoestima alta: definición
3. Autoestima baja: definición
4. Tipos de autoestima según los autores
5. Autoestima alta estable
6. Autoestima alta inestable
7. Autoestima baja estable
8. Autoestima baja inestable
9. Autoestima inflada
¿Qué es la autoestima?
La autoestima hace referencia a la valoración, tanto positiva como
negativa, que uno se hace sobre él mismo. En la autoestima entra
en juego la confianza y el respeto que tenemos sobre nosotros,
así como el sentimiento sobre la propia competencia. Esta es
considerada uno de los aspectos más importantes de nuestra
personalidad, pues nuestra autoestima influirá en nuestras
conductas, decisiones, en la elección de nuestras metas y su
planificación, así como en toda nuestra forma de ser y hacer.
Autoestima: definición
Es la suma de la confianza, el respeto hacia uno mismo y la valía
que le atribuimos a nuestra competencia, lo que acaba conduciendo
al juicio de valor que hacemos sobre nuestra persona. En
definitiva, es el amor que cada uno siente por él mismo.
Autoestima: test
Para saber si tu autoestima es alta o baja, si es adecuada o no,
puedes realizar el test de autoestima de Rosenberg. Te ayudará a
reflexionar y a conocerte mejor.
Autoestima y autoconcepto
Autoestima y autoconcepto ¿son lo mismo? No. El autoconcepto se
refiere a las características que vemos de nosotros mismos
mientras que la autoestima hace referencia a cómo valoramos
dichas características. En este artículo puedes encontrar
la diferencia entre autoestima y autoconcepto.
Autoestima alta: definición
Las personas que tienen una alta autoestima, se sienten satisfechas
con ellas mismas, aceptándose tal y como son, en sus virtudes y
defectos. Sus defectos o limitaciones no causan que se
menosprecien, pues se sienten queridas tal y como son, sabiendo
identificar qué es aquello que se les da mejor y en qué deben
mejorar, sin sentirse incómodas al hablar de sus fracasos o de sus
logros y teniendo una actitud más abierta hacia las críticas, con
una mayor flexibilidad para aceptar sus errores, lo que les
conduce a aprender de estos errores, les mantiene en una actitud
más abierta a nuevas experiencias y tienen más facilidad para
afrontar nuevas situaciones o desafíos.
Además de ello, a nivel relacional, no sienten la necesidad de
sobreponerse a los demás y se sienten cómodos recibiendo y
dando cumplidos. Siempre defenderán su postura frente al resto,
expresando su opinión, mostrándole más sinceras frente sus
pensamientos y sentimientos, pues no tienen miedo de ser y
demostrar quién son. Por ello, la alta autoestima ayuda a
establecer relaciones saludables, debido a que el respeto y el
valor hacia uno mismo es muy importante frente a las relaciones
sociales.
La alta autoestima estimula la autonomía, la independencia, pues
la seguridad en uno mismo permite que la persona encuentre y se
sienta cómoda en su identidad, tratando de alcanzar los objetivos
que se proponga y asumiendo la responsabilidad sobre sí mismo.
Frente a la aparición de sentimientos de inseguridad, es menos
probable que la persona se sienta abrumada por ellos y si lo hace,
tendrá una mayor capacidad para sobreponerse a ellos.
Autoestima baja: definición
¿Qué es la autoestima baja? Las personas con una baja
autoestima sienten un constante sentimiento de insatisfacción
hacia ellas mismas y de falta de confianza o valor, creando con
ello una excesiva autocrítica que mantiene el estado de
insatisfacción. Al contrario de las personas con alta autoestima,
tienden a dar mucha importancia a sus defectos, sobreponiéndolos
a sus virtudes y magnificando su presencia. Además de ello, su
focalización en sus defectos causa que no reconozcan quién son y
cuáles son sus virtudes, que conducirían a que se valorasen a ellas
mismas. Frente a ello, tienden a presentarse con una actitud más
triste, derrotista, perfeccionista y con falta de espontaneidad.
Frente a la autocrítica constante, tienden a reaccionar
desmesuradamente ante los errores, con una gran intolerancia a la
frustración, por ello tienden a actuar sobre lo conocido y no corren
riesgos, ya que un error en un hecho determinado se generaliza en
una crítica sobre toda su persona.
Así como en la alta autoestima predomina la independencia, en la
baja hay un predominio de dependencia, donde la persona teme
sentirse rechazada y por ello, oculta sus pensamientos y
sentimientos cuando cree que no serán los mismos que los del
resto. La persona se muestra constantemente indecisa por miedo a
cometer un error y tiene mucho miedo a hacer el ridículo. Todo ello
conduce a que establezcan relaciones de dependencia, evitando
con ello exponerse al error o a la crítica.

Tipos de autoestima según los autores


Cuando hablamos de autoestima tendimos a situarnos frente a los
dos polos opuestos o niveles de autoestima: la baja y la alta. No
obstante, como todo en la vida, existen diferentes tintes, no todo es
blanco y negro. Por ello, distintos autores han elaborado una
clasificación que comprende 5 tipos de autoestima, los cuales
abarcan más fácilmente la posición en que una persona puede
encontrarse. Dentro de estos 5 tipos de autoestima encontramos:
1. Autoestima alta estable
2. Autoestima alta inestable
3. Autoestima baja estable
4. Autoestima baja inestable
5. Autoestima inflada
1. Autoestima alta estable
La persona que mantiene una alta autoestima y además estable,
mantiene todas las características citadas previamente de una alta
autoestima. Se muestra como una persona segura de sí misma,
que confía en sus capacidades. El término estable implica que los
factores externos, tales como la opinión de los demás o las
circunstancias negativas con las que puedan encontrarse, no
condicionarán el valor que se dan a ellos mismos. Por ello, no
necesitan defender su persona y pueden manifestar su opinión sin
desestabilizarse a ellos mismos.
2. Autoestima alta inestable
En esta categoría, la persona mantendrá las características de una
alta autoestima, pero a diferencia de la autoestima alta estable, en
este caso los factores externos condicionan su autoestima, es
decir, si todo su entorno está bien, se sienten bien consigo mismos,
pero frente a un fracaso se derrumban y dejan de confiar en ellos.
Por este motivo, les es muy difícil aceptar las críticas. Frente a ello,
responden con poca tolerancia al fracaso, percibiéndolo como una
amenaza y por este motivo, tienden a reaccionar con conductas
más agresivas y con cierta superioridad. La importancia que
atribuyen a los errores y a las críticas, causan que puedan sentirse
inseguros e inválidos, provocando fluctuaciones en la autoestima y
de aquí, su inestabilidad.
3. Autoestima baja estable
Las personas con este tipo de autoestima mantienen las
características de una baja autoestima de forma estable y los
factores externos que puedan aparecer no condicionan esta
percepción negativa que tienen sobre ellos mismos. Las personas
con este tipo de autoestima tienden a mostrarse siempre
indecisos y no se ven capaces de defender su opinión, pues tienen
miedo a no ser suficientes para los demás y ser rechazados.
Piensan constantemente que no podrán lograr aquello que se
propongan, pues confían muy poco en sus capacidades. En este
tipo de autoestima tienden a predominar los sentimientos pesimistas
y negativos.
Este tipo de autoestima tiende a manifestarse en varios trastornos
psiquiátricos, como podría ser una depresión, ansiedad o niveles
muy elevados de estrés.
4. Autoestima baja inestable
A diferencia de la autoestima baja estable, este tipo de autoestima
se ve condicionado por los factores externos. La persona
mantiene habitualmente niveles bajos de autoestima, pero frente a
logros o éxitos, su autoestima sube. Sin embargo, cuando termina
la emoción que ha comportado dicho logro, su autoestima vuelve a
descender.
De modo que este tipo de autoestima se caracteriza por su
fluctuación e inestabilidad, lo cual conlleva a que la persona
sea altamente vulnerable a los eventos a los que se encuentra,
aunque desde fuera puedan parecer irrelevantes. De modo que,
cuando la persona siente que las cosas funcionan bien, su
autoestima mejora, sin llegar a ser considerada una alta autoestima,
siendo muy sensibles a los factores externos.
5. Autoestima inflada
Este tipo de autoestima puede a primera instancia ser confundida
con una alta autoestima. Sin embargo, la persona no se muestra
hacia el resto como una persona segura que se quiere y se respeta,
sino muestra una actitud de prepotencia, incluso sintiéndose
superior a los demás. Las personas con autoestima
inflada necesitan destacar sus logros y virtudes, con el objetivo de
obtener reconocimiento y buscan tener la razón en todo aquello
que hacen y dicen, considerando siempre la opinión de los demás
como la errónea. Tienen tendencia a considerarse mejor que el
resto en todo aquello que hacen y les es difícil reconocer los errores
y las críticas, de modo que optan por culpar al resto de ellos. No
obstante, aunque se muestren frente a los demás con un complejo
de superioridad, estas actitudes buscan esconder sus
inseguridades y baja autoestima.

Este artículo es meramente informativo, en Psicología-Online no


tenemos facultad para hacer un diagnóstico ni recomendar un
tratamiento. Te invitamos a acudir a un psicólogo para que trate tu
caso en particular.
Si deseas leer más artículos parecidos a Los 5 tipos de
autoestima y sus características, te recomendamos que entres en
nuestra categoría de Personalidad.
Bibliografía
 Branden, N. (1996). Los seis pilares de la autoestima .
Barcelona: Paidós.
 González, M.T. (1999). Algo sobre la autoestima. Qué es y
cómo se expresa. Aula, 11, 217-232.
 Naranjo, M. (2007). Autoestima: un factor relevante en la vida
de la persona y tema esencial del proceso educativo. Actualidades
Investigativas en Educación, 7, 1-27.
 Ortega, P., Mínguez, R & Rodes, M. (2000). Autoestima: un
nuevo concepto y su medida. Teor. educ, 12, 45-66 .

Elementos de la autoestima
 
            Aunque se pueden enumerar otros elementos como la autoimagen, la
autovaloración o la autoconfianza, entre otros, se nombran aquellos principales que
los contienen.

2.1 Autoconocimiento.
“Cuando aprendemos a conocernos en verdad vivimos” (Schüller).

El auto conocimiento es conocer las partes que componen al “yo”. Cuáles son sus
manifestaciones, necesidades y habilidades; los papeles que vive el individuo y a través
de los cuales es; conocer por qué y cómo actúa y siente. Es imposible amar algo que no
conozco. No puedo amarme y respetarme si no conozco los aspectos que me integran.

Conocerse significa percibirse completo: mi cuerpo, mis pensamientos y sentimientos, y


mi capacidad de relacionarme con otros. Conocerme es descubrirme con capacidades,
habilidades y virtudes, pero también con límites, defectos, errores. Conocerme es darme
cuenta de que cambio, no siempre soy igual, soy alguien dinámico y cambiante como
cambiante y dinámica es la vida. Es conocer las partes que componen el yo, cuáles son
sus manifestaciones, necesidades, y habilidades; los papeles que vive el individuo y a
través de los cuales es; conocer por qué y cómo actúa y siente. Al conocer todos sus
elementos, que desde luego no funcionan por separado sino que se entrelazan para
apoyarse uno al otro, el individuo logrará tener una personalidad fuerte y unificada; si
una de estas partes funciona de manera deficiente, las otras se verán afectadas y su
personalidad será débil y dividida, con sentimientos de ineficiencia y desvaloración.

2.2 Auto concepto o sentido de identidad

Es el concepto que tenemos de nosotros mismos. ¿De qué depende? En nuestro auto
concepto intervienen varios componentes que están interrelacionados entre sí: la
variación de uno, afecta a los otros (por ejemplo, si pienso que soy torpe, me siento mal,
por tanto hago actividades negativas y no soluciono el problema).

 Nivel cognitivo-intelectual: constituyen las ideas, opiniones, creencias, percepciones


y el procesamiento de la información exterior.
 Nivel emocional afectivo: es un juicio de valor sobre nuestras cualidades personales.
 Nivel conductual: es la decisión de actuar, de llevar a la práctica un comportamiento
consecuente.
Los factores que determinan el auto concepto:
 La actitud o motivación: es la tendencia a reaccionar frente a una situación tras
evaluarla positiva o negativa. Es la causa que impulsa a actuar, por tanto, será
importante plantearse los por qués de nuestras acciones, para no dejarnos llevar
simplemente por la inercia o la ansiedad.
 El esquema corporal: supone la idea que tenemos de nuestro cuerpo a partir de las
sensaciones y estímulos. Esta imagen está muy relacionada e influenciada por las
relaciones sociales, las modas, complejos o sentimientos hacia nosotros mismos.
 Las aptitudes: son las capacidades que posee una persona para realizar algo
adecuadamente (inteligencia, razonamiento, habilidades, etc.).
 Valoración externa: es la consideración o apreciación que hacen las demás personas
sobre nosotros. Son los refuerzos sociales, halagos, contacto físico, expresiones
gestuales, reconocimiento social, etc. “
2.3 Autoevaluación
“El sentirse devaluado e indeseable es en la mayoría de los casos la base de los
problemas humanos” (C. Rogers).

Es la capacidad de evaluar como positivo o negativo aquello que sea positivo o negativo
para mí, reflexionando al mismo tiempo sobre normas y valores de la sociedad. Poco a
poco vamos a encontrar los puntos que van a guiar nuestra conducta, desarrollaremos
nuestro propio juicio y aprenderemos a confiar en él, en lugar de basarnos solamente en
lo que piensan las demás personas. Y es así, porque confío en mi propio juicio. La
autoevaluación requiere estar consciente de sí mismo. El Dr. Elkins dice: “El darse cuenta
de uno mismo es la llave para cambiar y crecer”.

Cada uno tiene que encontrar e ir haciendo su camino, el que lo lleve a ser una persona
valiosa para sí misma y los demás. El “darse cuenta”, según la teoría de la Gestalt, es
prestar más atención a las propias vivencias para comprenderlas y así comprender la
existencia; “darse cuenta” de lo que está pasando en ese momento a su alrededor, cómo
y qué se percibe, qué siente y cómo queda consigo mismo con la decisión que está
tomando. Todo aquello que fue grabado es susceptible de transformarse y cambiar si hay
voluntad: “Somos los arquitectos de nuestro propio destino”, “los escultores de nuestra
más importante cultura”.

2.4 Auto aceptación o sentido de pertenencia


“La actitud del individuo hacia sí mismo y el aprecio por su propio valer juega
un papel de primer orden en el proceso creador” (M. Rodríguez).

La auto aceptación es admitir y reconocer todas las partes de sí mismo como un hecho,
como la forma de ser y sentir, ya que sólo a través de la aceptación se puede transformar
lo que es susceptible de ello. Sin auto aceptación la autoestima es imposible. Nos
podemos quedar bloqueados en un hábito de conducta de autorechazo, el crecimiento
personal se ve reprimido y no podemos ser felices.

Aceptar, es experimentar la realidad de una manera completa, sin negarla ni evitarla. Es


admitir y vivir como un hecho todas las partes que hay en mí. Aceptarme es ser capaz de
sentir y decir: soy todas estas características; mi cuerpo, emociones, deseos, ideas, son
partes de mí, independientemente de que algunas me gustarán y otras no. Fíjate:
aceptarme no es necesariamente gustarme, sino reconocerme que soy como soy.

2.5 Auto respeto


“La autoestima es un silencioso respeto por uno mismo” (Dr. Elkins).

Auto respetarse es atender, hacer caso a las propias necesidades para satisfacerlas, vivir
según nuestros propios valores, y expresar nuestros sentimientos y emociones, sin
hacernos daño ni culparnos. Buscar y valorar todo aquello que lo haga a uno sentirse
orgulloso de sí mismo. Si me respeto, estoy al tanto de lo que deseo y necesito para estar
bien, pero no solo me doy cuenta: actúo para lograrlo.

Los 8 hábitos para manejar la autoestima

La autoestima, es la valoración que hacemos de nosotros mismos y es uno de


los factores que más influyen en nuestro bienestar personal. Es nuestra
autoimagen interna seamos o no conscientes. Una autoestima alta es clave
para relacionarnos con con el entorno y con los demás de forma positiva.
Tener una autoestima alta o baja depende básicamente de cuatro factores:

1. Nuestros triunfos en el pasado y el reconocimiento que estos nos brindaron


2. Las áreas asociadas a estos triunfos, si son significativas para nosotros
3. El interés y respeto que recibimos de los demás
4. La interpretación externa o interna que hacemos de los sucesos negativos
que vivimos y hemos vivido.
Tener una autoestima sana, es quererte y confiar en ti misma. Una buena
autoestima es claramente potenciadora y expansiva, nos ayuda a reconocer
y experimentar nuestro valor. Por el contario una autoestima baja es
limitadora, dolorosa y nos impide desarrollar todo nuestro potencial. Llegados a
este punto, probablemente te preguntes:

¿Cómo puedo aumentar mi autoestima?


Cambiando de hábitos, cambiando la forma de interpretar tu vida,
analizando las interpretaciones negativas que haces de los hechos y creando
nuevos pensamientos que fomenten el crecimiento de tu autoestima. Veamos
cuáles son estos hábitos:

1. Acaba con tu voz crítica, seguro que sabes a qué voz me refiero, esa
vocecilla interna que te dice cosas negativas y hace que tengas
pensamientos destructivos tipo: “nunca lo haré bien” “jamás lo conseguiré”
o “no le gusto o caigo bien a esa persona”. Este tipo de pensamientos no
te aportan nada bueno y te dejan en la misma situación, o peor, que
estabas. Remplaza tus pensamientos negativos por otros positivos:
“todavía no lo estoy haciendo como me gustaría, pero lo conseguiré” o
“Quizá no le gusto a esta persona, pero a esta, a esta y a esta sí y eso no
significa que sea mejor ni peor” o “No tengo que gustarle a todos ni caerle
bien a todos”. Toma consciencia de tu diálogo interno, préstale atención y,
en cuanto detectes tus pensamientos negativos y destructores,
páralos con rotundidad diciéndote a ti misma ¡stop! o ¡Basta ya!, o
cualquier palabra que te sirva para romper el bucle de pensamientos
negativos en el que estés. Lo que pretendemos es tomar conciencia de
nuestros pensamientos negativos para que no nos influyan; no se trata de
negar nuestros pensamientos negativos, ya que lo único que
conseguiríamos sería empeorar la situación, se trata de que reconozcas
qué sientes, lo aceptes sin juzgarte y lo sustitutas por un
pensamiento constructivo.
2. No busques la aprobación de los demás. Buscar la aprobación de los
demás es algo que si no somos conscientes hacemos constantemente,
por ejemplo, al pensar si el vestido que te pones gustará a las demás, o al
tomar una decisión importante basada en opiniones de terceros, o al no
expresar nuestra opinión pensando que quizá no agrade o lo que es peor
que no interese a los demás. Tu valía no depende de la opinión de los
demás. Cuando vayas a hacer cualquier cosa o tomar una decisión,
presta atención si estás pensando en qué opinarán los demás, si es así,
para y pregúntate: ¿si fuera absolutamente libre qué haría o qué elegiría?
Una forma de adquirir este hábito es expresar tu opinión en contra de la
de los demás, de forma asertiva y educada. Empieza con pequeñas
cosas, para ir ganando confianza y descubre lo beneficioso que puede ser
para ti.
3. Haz autoafirmaciones a diario. Las afirmaciones son declaraciones
positivas que describen con palabras un deseo, situación o meta. Estas
declaraciones que en realidad son autosugestiones, repetidas de manera
constante influencian el subconsciente.
La repetición constante de una afirmación lleva a una creencia. Cuando
tenemos una nueva creencia arraigada, las cosas empiezan a
suceder. Cuando cambiamos la manera de ver las cosas, las cosas
cambian a nuestro alrededor. Por si te sirve de base de inspiración te
dejo algunas afirmaciones a modo de ejemplo y si quieres puedes crear
tus propias afirmaciones o buscar en Internet aquellas que más te
gusten. Apúntalas en una tarjeta y repítelas al menos durante 21 días,
a la hora de levantarte y al acostarte y si te acuerdas durante el día. Si las
puedes hacer delante del espejo mejor.
a. Me quiero y me acepto tal como soy.
b. Me siento feliz y cómoda siendo yo misma.
c. Disfruto de mi compañía, me gustan mi cuerpo y mi espíritu.
d. Me quiero a mí misma, por tanto, cuido de mi cuerpo con amor.
4. Haz ejercicio y come sano. El cómo nos vemos afecta a nuestra
autoestima. Si no te gusta la imagen que el espejo te devuelve, tu
autoestima sigue bajando, por el contario si te gusta lo que ves, tu
autoestima sube, al igual que tu energía, tus ganas de hacer y ponerte lo
que sea, etc. Te voy a revelar un secreto que estoy convencida que de
algún modo ya sabes, la única responsable de la imagen del espejo
eres tú. Mírate con ojos amorosos, no es lo mismo mirarte ahora con 50
que cuando tenías 30, y cuídate para conseguir la imagen con la que tú te
sientas a gusto, libre de clichés externos y cargada aceptación.
5. Sal con tus amigos y socializa. Relacionarnos con otras personas, nos
obliga a no poner el foco en nosotras mismas y, nos permite abandonar
nuestro diálogo interno. Quizá hayas tenido malas experiencias
relacionándote con los demás de niña y te cuesta relacionarte con los
demás. No importa, lo que te pasara en el pasado no tiene porqué pasarte
ahora ni en el futuro. Socializar es uno de los amortiguadores más
potentes del estrés. Fuérzate a salir un poco más, aunque te dé pereza y
comparte momentos de tu vida con gente positiva.
Si eres de las personas que se sienten incómodas relacionándote con los
demás, los siguientes ejercicios te ayudarán a mejorar tus habilidades
sociales:
a. Explícale y háblale de un tema que te apasione, a alguien con quien no
lo haces normalmente.
b. Saluda afectivamente cada vez a más personas, y escucha lo que
tengan que decirte.
c. Todos los días empieza a preguntar a los que te rodean, “¿cómo estás
hoy?”
d. Empieza a expresar tus sentimientos y opiniones a tus amigos y
compañeros a pesar de sentir temor o ansiedad.
6. No seas perfeccionista, es un rasgo muy destructivo y nos paraliza.
Cuando todo tiene que ser perfecto, cuando lo tienes que hacer todo
perfecto, estás focalizando en lo negativo y tu atención se centra en
encontrar los errores; entonces no acabas nada porque no está perfecto y
te frustras y baja tu autoestima. Para acabar con este tipo de
situaciones pon fecha límite a tus proyectos y cambia tu
enfoque, prueba a sustituir tiene que ser/estar todo perfecto por lo
haré lo mejor posible y si cometo algún error es normal y además
puedo aprender de ello.
7. Cuida tu lenguaje no verbal. En el punto número uno, hemos visto la
importancia de tener un buen diálogo interior, además es importante que
utilices un lenguaje positivo contigo misma, borra de tu vocabulario
expresiones tipo “soy tonta” “soy un desastre” o cualquiera de estas
lindezas que tan alegremente te puedas estar diciendo y que no te
atreverías a decirle a alguien que quieres de verdad. Y sonríe y ríe,
aunque al principio sea una sonrisa forzada, nuestro cerebro no distingue
si es verdadera o falsa, segrega un neurotransmisor cerebral llamado
dopamina muy relacionado con los estados de bienestar psicológico y
acabas cambiando tu estado emocional. Las personas sonrientes y con
una postura corporal expansiva, brazos abiertos como en disposición de
acoger generan más simpatía.
8. Acéptate. Si no te gusta algo cámbialo, si no puedes cambiarlo cambia
tu actitud. Sólo cuando aceptamos nuestros límites somos capaces de
superarlos.

Aprende a creer en ti y deja volar a la mujer empoderada que escondes en tu


interior. Redescúbrete.

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