Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Ir a la navegaciónIr a la búsqueda
Pirámide de Maslow: Jerarquía de las necesidades humanas postulada por Abraham Maslow.
Tipos de autoestima
Elementos de la autoestima
Aunque se pueden enumerar otros elementos como la autoimagen, la
autovaloración o la autoconfianza, entre otros, se nombran aquellos principales que
los contienen.
2.1 Autoconocimiento.
“Cuando aprendemos a conocernos en verdad vivimos” (Schüller).
El auto conocimiento es conocer las partes que componen al “yo”. Cuáles son sus
manifestaciones, necesidades y habilidades; los papeles que vive el individuo y a través
de los cuales es; conocer por qué y cómo actúa y siente. Es imposible amar algo que no
conozco. No puedo amarme y respetarme si no conozco los aspectos que me integran.
Es el concepto que tenemos de nosotros mismos. ¿De qué depende? En nuestro auto
concepto intervienen varios componentes que están interrelacionados entre sí: la
variación de uno, afecta a los otros (por ejemplo, si pienso que soy torpe, me siento mal,
por tanto hago actividades negativas y no soluciono el problema).
Es la capacidad de evaluar como positivo o negativo aquello que sea positivo o negativo
para mí, reflexionando al mismo tiempo sobre normas y valores de la sociedad. Poco a
poco vamos a encontrar los puntos que van a guiar nuestra conducta, desarrollaremos
nuestro propio juicio y aprenderemos a confiar en él, en lugar de basarnos solamente en
lo que piensan las demás personas. Y es así, porque confío en mi propio juicio. La
autoevaluación requiere estar consciente de sí mismo. El Dr. Elkins dice: “El darse cuenta
de uno mismo es la llave para cambiar y crecer”.
Cada uno tiene que encontrar e ir haciendo su camino, el que lo lleve a ser una persona
valiosa para sí misma y los demás. El “darse cuenta”, según la teoría de la Gestalt, es
prestar más atención a las propias vivencias para comprenderlas y así comprender la
existencia; “darse cuenta” de lo que está pasando en ese momento a su alrededor, cómo
y qué se percibe, qué siente y cómo queda consigo mismo con la decisión que está
tomando. Todo aquello que fue grabado es susceptible de transformarse y cambiar si hay
voluntad: “Somos los arquitectos de nuestro propio destino”, “los escultores de nuestra
más importante cultura”.
La auto aceptación es admitir y reconocer todas las partes de sí mismo como un hecho,
como la forma de ser y sentir, ya que sólo a través de la aceptación se puede transformar
lo que es susceptible de ello. Sin auto aceptación la autoestima es imposible. Nos
podemos quedar bloqueados en un hábito de conducta de autorechazo, el crecimiento
personal se ve reprimido y no podemos ser felices.
Auto respetarse es atender, hacer caso a las propias necesidades para satisfacerlas, vivir
según nuestros propios valores, y expresar nuestros sentimientos y emociones, sin
hacernos daño ni culparnos. Buscar y valorar todo aquello que lo haga a uno sentirse
orgulloso de sí mismo. Si me respeto, estoy al tanto de lo que deseo y necesito para estar
bien, pero no solo me doy cuenta: actúo para lograrlo.
1. Acaba con tu voz crítica, seguro que sabes a qué voz me refiero, esa
vocecilla interna que te dice cosas negativas y hace que tengas
pensamientos destructivos tipo: “nunca lo haré bien” “jamás lo conseguiré”
o “no le gusto o caigo bien a esa persona”. Este tipo de pensamientos no
te aportan nada bueno y te dejan en la misma situación, o peor, que
estabas. Remplaza tus pensamientos negativos por otros positivos:
“todavía no lo estoy haciendo como me gustaría, pero lo conseguiré” o
“Quizá no le gusto a esta persona, pero a esta, a esta y a esta sí y eso no
significa que sea mejor ni peor” o “No tengo que gustarle a todos ni caerle
bien a todos”. Toma consciencia de tu diálogo interno, préstale atención y,
en cuanto detectes tus pensamientos negativos y destructores,
páralos con rotundidad diciéndote a ti misma ¡stop! o ¡Basta ya!, o
cualquier palabra que te sirva para romper el bucle de pensamientos
negativos en el que estés. Lo que pretendemos es tomar conciencia de
nuestros pensamientos negativos para que no nos influyan; no se trata de
negar nuestros pensamientos negativos, ya que lo único que
conseguiríamos sería empeorar la situación, se trata de que reconozcas
qué sientes, lo aceptes sin juzgarte y lo sustitutas por un
pensamiento constructivo.
2. No busques la aprobación de los demás. Buscar la aprobación de los
demás es algo que si no somos conscientes hacemos constantemente,
por ejemplo, al pensar si el vestido que te pones gustará a las demás, o al
tomar una decisión importante basada en opiniones de terceros, o al no
expresar nuestra opinión pensando que quizá no agrade o lo que es peor
que no interese a los demás. Tu valía no depende de la opinión de los
demás. Cuando vayas a hacer cualquier cosa o tomar una decisión,
presta atención si estás pensando en qué opinarán los demás, si es así,
para y pregúntate: ¿si fuera absolutamente libre qué haría o qué elegiría?
Una forma de adquirir este hábito es expresar tu opinión en contra de la
de los demás, de forma asertiva y educada. Empieza con pequeñas
cosas, para ir ganando confianza y descubre lo beneficioso que puede ser
para ti.
3. Haz autoafirmaciones a diario. Las afirmaciones son declaraciones
positivas que describen con palabras un deseo, situación o meta. Estas
declaraciones que en realidad son autosugestiones, repetidas de manera
constante influencian el subconsciente.
La repetición constante de una afirmación lleva a una creencia. Cuando
tenemos una nueva creencia arraigada, las cosas empiezan a
suceder. Cuando cambiamos la manera de ver las cosas, las cosas
cambian a nuestro alrededor. Por si te sirve de base de inspiración te
dejo algunas afirmaciones a modo de ejemplo y si quieres puedes crear
tus propias afirmaciones o buscar en Internet aquellas que más te
gusten. Apúntalas en una tarjeta y repítelas al menos durante 21 días,
a la hora de levantarte y al acostarte y si te acuerdas durante el día. Si las
puedes hacer delante del espejo mejor.
a. Me quiero y me acepto tal como soy.
b. Me siento feliz y cómoda siendo yo misma.
c. Disfruto de mi compañía, me gustan mi cuerpo y mi espíritu.
d. Me quiero a mí misma, por tanto, cuido de mi cuerpo con amor.
4. Haz ejercicio y come sano. El cómo nos vemos afecta a nuestra
autoestima. Si no te gusta la imagen que el espejo te devuelve, tu
autoestima sigue bajando, por el contario si te gusta lo que ves, tu
autoestima sube, al igual que tu energía, tus ganas de hacer y ponerte lo
que sea, etc. Te voy a revelar un secreto que estoy convencida que de
algún modo ya sabes, la única responsable de la imagen del espejo
eres tú. Mírate con ojos amorosos, no es lo mismo mirarte ahora con 50
que cuando tenías 30, y cuídate para conseguir la imagen con la que tú te
sientas a gusto, libre de clichés externos y cargada aceptación.
5. Sal con tus amigos y socializa. Relacionarnos con otras personas, nos
obliga a no poner el foco en nosotras mismas y, nos permite abandonar
nuestro diálogo interno. Quizá hayas tenido malas experiencias
relacionándote con los demás de niña y te cuesta relacionarte con los
demás. No importa, lo que te pasara en el pasado no tiene porqué pasarte
ahora ni en el futuro. Socializar es uno de los amortiguadores más
potentes del estrés. Fuérzate a salir un poco más, aunque te dé pereza y
comparte momentos de tu vida con gente positiva.
Si eres de las personas que se sienten incómodas relacionándote con los
demás, los siguientes ejercicios te ayudarán a mejorar tus habilidades
sociales:
a. Explícale y háblale de un tema que te apasione, a alguien con quien no
lo haces normalmente.
b. Saluda afectivamente cada vez a más personas, y escucha lo que
tengan que decirte.
c. Todos los días empieza a preguntar a los que te rodean, “¿cómo estás
hoy?”
d. Empieza a expresar tus sentimientos y opiniones a tus amigos y
compañeros a pesar de sentir temor o ansiedad.
6. No seas perfeccionista, es un rasgo muy destructivo y nos paraliza.
Cuando todo tiene que ser perfecto, cuando lo tienes que hacer todo
perfecto, estás focalizando en lo negativo y tu atención se centra en
encontrar los errores; entonces no acabas nada porque no está perfecto y
te frustras y baja tu autoestima. Para acabar con este tipo de
situaciones pon fecha límite a tus proyectos y cambia tu
enfoque, prueba a sustituir tiene que ser/estar todo perfecto por lo
haré lo mejor posible y si cometo algún error es normal y además
puedo aprender de ello.
7. Cuida tu lenguaje no verbal. En el punto número uno, hemos visto la
importancia de tener un buen diálogo interior, además es importante que
utilices un lenguaje positivo contigo misma, borra de tu vocabulario
expresiones tipo “soy tonta” “soy un desastre” o cualquiera de estas
lindezas que tan alegremente te puedas estar diciendo y que no te
atreverías a decirle a alguien que quieres de verdad. Y sonríe y ríe,
aunque al principio sea una sonrisa forzada, nuestro cerebro no distingue
si es verdadera o falsa, segrega un neurotransmisor cerebral llamado
dopamina muy relacionado con los estados de bienestar psicológico y
acabas cambiando tu estado emocional. Las personas sonrientes y con
una postura corporal expansiva, brazos abiertos como en disposición de
acoger generan más simpatía.
8. Acéptate. Si no te gusta algo cámbialo, si no puedes cambiarlo cambia
tu actitud. Sólo cuando aceptamos nuestros límites somos capaces de
superarlos.