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La autoestima es el autoconcepto o la percepción que una persona tiene de sí misma. ...

Quién soy, cómo soy, cómo es mi cuerpo, qué cosas me gustan, cómo es mi desempeño
en el trabajo o en las relaciones sociales; las respuestas que da una persona a todos estos
interrogantes forman la imagen que tiene de sí misma.

No obstante, ¿qué puedo hacer para subir mi autoestima?

1. Deja de tener pensamientos negativos sobre ti mismo. ...


2. Ponte como objetivo el logro en vez de la perfección. ...
3. Considera los errores como oportunidades de aprendizaje. ...
4. Prueba cosas nuevas. ...
5. Identifica lo que puedes cambiar y lo que no. ...
6. Fíjate metas.

Igualmente, ¿cómo se puede describir la autoestima?

La autoestima es una valoración que una persona tiene de sí misma. Al ser una valoración
personal, no tiene causas lógicas o racionales, más bien se basa en un conjunto de rasgos
tanto corporales, mentales y emocionales que la persona tiene en cuenta antes de emitir
la valoración.

Ahora, ¿qué es y para qué sirve la autoestima?

La autoestima consiste en tener una actitud positiva hacia uno mismo. ... autoestima nos
ayuda a sentirnos mucho mejor con nosotros mismos, lo que influye en nuestro
comportamiento. Por lo tanto, una buena autoestima puede ayudarnos a: Conseguir
querernos tal y como somos.

La autoestima es un factor muy importante si queremos lograr nuestro bienestar.


Además, esta es la clave para relacionarnos con nuestro entorno de una forma positiva y
sana, pero, a pesar de esto, no todos poseemos la misma.

Observaremos que existen 3 tipos de autoestima que nos pueden definir. Esto no quiere
decir que nos podamos encasillar en un solo tipo de estas, pues bien sabemos que a veces
nos sentimos más eufóricos y en otras ocasiones depresivos. Todo depende de lo que esté
pasando en nuestra vida.

1- Autoestima inflada

Las personas con  este tipo de autoestima se creen mejores que los demás y no dudan en
infravalorar al resto. Es una autoestima muy negativa, pues les impide establecer
relaciones afectuosas y sanas. La competitividad siempre está presente y quieren estar
siempre por encima de los demás. Para estos sujetos, la felicidad reside en alcanzar el
éxito, pero la realidad es que no logran ser felices con esta actitud.
Los individuos con autoestima inflada se caracterizan por ser incapaces de escuchar a los
demás y de hacer autocrítica. No son capaces de corregir sus propios errores y por lo
tanto, culpan a los demás constantemente. Además, suelen menospreciar al resto,
adoptando un comportamiento hostil hacia estos. A estas personas les cuesta mucho
establecer relaciones sanas con los otros.

Tras ese afán de sentirse siempre el mejor, se halla una persona muy insegura, con
muchos miedos que le hacen mostrarse como algo que en realidad no es.

2- Autoestima alta

Las personas con este tipo de autoestima se aceptan y se valoran a ellas mismas. Es una
autoestima que se conoce como positiva, pues logra hacer que el sujeto llegue a estar
satisfecho con su vida. Lo que implica que no habrá barreras y muros que saltar. En
absoluto, pero la confianza en uno mismo y la valentía de enfrentarse a los problemas que
puedan surgir hacen que todo sea mucho más fácil.

los portadores de esta autoestima no se sienten superiores a los demás; no buscan probar
su valor comparándose con los otros. Disfrutan siendo quienes son, no siendo mejor que
nadie.

Creer en sí mismo, confían en su persona  y es esto lo que los caracteriza, pero esto no las
hace arrogantes, ni se sienten mejor que nadie. Solamente tienen la seguridad necesaria
para evitar que las circunstancias y los acontecimientos negativos no los desestabilicen.

Dentro de esta autoestima alta, existen las personas que sí se pueden ver
desestabilizadas. Es decir, no son capaces de mantener esta autoestima alta de forma
constante. Sujetos que pecan de inseguridad. La actitud agresiva o pasiva, la negativa a
aceptar otros puntos de vista, etc. Sobre todo, esto sucede en contextos competitivos en
los que la inseguridad se vuelve algo imposible de enfrentar.

3- Autoestima baja

Las personas que poseen una autoestima baja son contrarias a las de autoestima alta. No
se valoran, no confían en sus posibilidades y la inseguridad que puedan sentir se traslada a
casi cualquier situación. El miedo al fracaso es algo que atormenta y bloquea a las
personas con muy baja autoestima. Son el ejemplo de las personas infelices.

La necesidad de hablar mal del otro indica una baja autoestima, es decir, yo me siento tan
abajo que en vez de subir bajo al otro.

Los sujetos con una autoestima baja tienen momentos de euforia en los que todo les va
bien, pero cuando las cosas se empiezan a torcer su autoestima baja muy rápido. Son
personas muy influenciables y sensibles, que suelen mostrar su opinión, pero sin
defenderla.

Existen algunos que dentro de este tipo de autoestima que no son tan inestables, su
mayor  problema es la indecisión. Confían tan poco en ellos mismos que se infravaloran y
tienen tanto miedo a equivocarse que continuamente creen que no están a la altura de las
circunstancias.

Piense que de una autoestima inflada o baja es difícil escapar, pero si está entre las
personas que tiene una autoestima alta, aunque peque de inestabilidad en algunas
ocasiones ¡felicidades! Está mucho más cerca de lograr la felicidad y la satisfacción con la
vida que tan dichosa se hará.

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