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Favorece el crecimiento en los niños y el mantenimiento del organismo durante la edad adulta y la vejez.
Previene las enfermedades que tienen origen en el consumo de alimentos (déficit o por exceso)
La crisis por la que atraviesa el país ha encarecido los productos, en especial los alimentos. Para ayudar a
mejorar la alimentación aún en tiempo de crisis, presentamos algunas recomendaciones.
Recuerde:
Las carnes aportan proteínas de buena calidad, pero son costosas y no siempre tenemos dinero suficiente para
comprarlas. Existen combinaciones de otros alimentos que nos brindan los mismos beneficios de la carne,
como por ejemplo: cuando combinamos un cereal (arroz) con un grano (caraotas).
Todas los tipos de carnes (res, pollo, pescado), tienen un valor nutritivo similar, seleccione los de menor
precio.
Utilice hortalizas como cebollas, tomates, ajo, cilantro, pimentón, para condimentar y obtendrá comidas con
buen gusto, baratas y nutritivas.
Coma todos los días cualquier tipo de frutas, como postre o como bebidas, porque son sanas y digestivas y
aproveche las ofertas en épocas de cosecha.
Puede cambiar las pastas, el arroz y el pan por papa, ocumo, yuca, ñame u otros tubérculos como
acompañantes de los platos principales y como fuente de energía.
Busque recetas para cocinar sin frituras. Puede preparar comidas al vapor, al horno (si lo tiene) o guisadas.
Cuando haga frituras no permita que el aceite se queme, ya que ocasiona daños a la salud. Puede reutilizar el
aceite máximo tres (3) veces sin que queme.
Si tiene un pedazo de tierra en su casa, siembre algunas hortalizas y su bolsillo será favorecido.
Las papas, zanahorias y remolacha deben cocinarse sin pelar, en agua hirviendo, con sal, por un tiempo
máximo de treinta minutos y a fuego lento.
Reutilice el agua donde cocina sus vegetales, puede agregársela a las sopas, puré, al arroz y hasta a la masa de
las arepas.
La importancia de mantener una alimentación balanceada
La alimentación es el conjunto de procesos que permite a los organismos utilizar y
transformar los nutrientes para mantenerse vivos. De la alimentación dependerá en
gran medida que el ser humano lleve una vida saludable.
Los alimentos que se consumen cada día, deben tener las cantidades adecuadas tanto de los macronutrientes
(carbohidratos, proteínas, lípidos), como los micronutrientes (minerales y vitaminas) y agua, biodisponibles que
debe contener la dieta consumida, para así, satisfacer los requerimientos fisiológicos de cada individuo. Además
de cubrirse la variabilidad individual, en algunos nutrientes se agrega una cantidad adicional para establecer un
margen de seguridad.
Una alimentación adecuada y equilibrada debe estar distribuida de la siguiente manera:
Carbohidratos un 55 al 60%
Proteínas un12 al 15%
Lípidos un 25 al 30%.
Cumpliendo con esta distribución antes mencionada se evita y previene sobrepeso, obesidad, así como
enfermedades crónicas degenerativas como la diabetes mellitus, dislipidemias, enfermedades
cardiovasculares, cerebro vascular, etc. y a su vez ayuda a la persona a verse y sentirse mejor, aumentando
el rendimiento físico y mental.
La alimentación es el hábito que más influye en la salud. Tanto la falta de alimentos, como el exceso de
ellos es perjudicial para la salud, por lo tanto deben consumirse las cantidades apropiadas para cada
individuo.
La alimentación es un derecho universal, lo que quiere decir que que todo hombre, mujer, niño (a), tiene
derecho a recibir alimentos sea cual sea su condición y posición geográfica en el mundo.
Alimentación balanceada