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RESPONSABILIDAD CIVIL EN
EL ÁMBITO PENAL
Ámbito de la responsabilidad civil proveniente del delito.
La responsabilidad civil derivada de delito o falta se transmite a los herederos del
responsable. Artículo 920 del Código Civil.
En materia penal se sanciona la tentativa (preparación) de delito. En materia civil
únicamente se sanciona el daño y el perjuicio consumados.
Para el ejercicio de la acción penal forzosamente del delito previamente tipificado.
El ejercicio de la acción civil no necesita tipificación previa, sino que es suficiente que se
haya causado, como dolo o culpa, algún daño o perjuicio. Artículo 2558, inciso 3º, del
código Civil, y articulo 122 del Código Penal.
Normas generales. El Código Civil contiene dos normas generales que guardan congruencia
con las regulaciones de la ley.
Una se refiere a que el responsable de un delito doloso o culposo está obligado a reparar a
víctima los daños y perjuicios que le haya causado.
Y la otra a que la exención de responsabilidad penal no libera de la responsabilidad civil.
Articulo 1646 y 1647 del Código Civil.
Lesiones corporales.
Quien sufrió lesiones corporales tiene derecho a que la persona que se las haya causado le
pague los gastos de curación, así como los daños y perjuicios que resulten de su
incapacidad parcial o total para el trabajo.
Fijar el monto de la indemnización el juez debe tomar en consideración la edad, estado
civil, oficio o profesión de la víctima, así como las obligaciones de alimentos a su cargo; y,
por otra parte, al capacidad de pago del obligado. Artículo 1655, 1646 y 1647 del Código
Civil.
Injuria, calumnia y difamación. Indica la ley que la indemnización a la victima de
cualquiera de dichos delitos se fijara en proporción al daño moral y a los perjuicios que se
derivaron. Artículos 1656 del Código Civil.
Importante de dicha norma es indudablemente el expreso reconocimiento de que debe ser
indemnizado el daño moral.
Lo que equivale a decir que resarcimiento debe tener en cuenta el sufrimiento, la pena, la
vergüenza o la angustia del injuriado, calumniado o difamado.
La indemnización en ese caso como en cualquier otro, no es más que una prestación
equivalente.
No restaura la vida, la integridad corporal o la propiedad únicamente subsana hasta donde
es posible el daño.
Lo mismo ocurre, desde luego, con el honor, el pudor o la dignidad.
La indemnización la del daño moral es únicamente de satisfacción o mitigación.
Acciones provenientes del delito. Es generalmente aceptado que de la comisión de un delito
nacen, salvo las excepciones previstas por la ley, dos acciones: la penal y la civil.
El propósito de la primera es la averiguación del acto de la participación de los sindicados,
el pronunciamiento de la sentencia y su debida ejecución. Aquí, en salvaguarda del interés
público, importa la sanción. Articulo 124 y 125 del Código Procesal penal.
La finalidad de la segunda es obtener el resarcimiento de los daños y perjuicios causados
por el delito.
En ella, en salvaguarda del interés privado, importa la reparación. A ello se debe también
que la legitimación para el ejercicio de esta acción es limitada: se circunscribe al ofendido
y a sus herederos, artículos 124 y 125 del código Procesal Penal.
Naturaleza pública de la acción penal.
Que se busca con dicha acción es proteger y defender a la sociedad de los actos que
lesionen los valores tutelados por la ley penal.
Y es en razón de ello que el ministerio público la asume en representación del Estado.
Naturaleza privada de la acción civil.
La acción civil, por el contrario es de naturaleza privada, por razón de que el resarcimiento
de los daños y los perjuicios que se derivaron de la comisión del delito interesa únicamente
al agraviado sus herederos.
Formas generales de resarcimiento.
Una vez establecida la responsabilidad del ofensor, tanto en el acto ilícito civil con en el
acto ilícito penal, este es deudor del agraviado, quien asume la calidad de acreedor.
Puede cumplirse en cualquiera de las formas siguientes:
Devolución o restitución: Esta se emplea cuando por la naturaleza del daño es posible
volver las cosas al estado que guardaban con anterioridad.
Reparación o restauración. Es cuando se subsana el deterioro o menoscabo de las cosas.
Indemnización, Se acude a ella cuando no es posible emplear ninguna de las anteriores.
En tal caso el ofensor debe entregar al agraviado una cantidad de dinero equivalente al daño
o perjuicio causado.
Su naturaleza es, por consiguiente, compensatoria.
Debe tener en cuenta, finalmente, que el ofensor esta obligado al resarcimiento desde el
momento mismo en que queda firme el fallo condenatorio. Artículo 1431 inciso 4º, del
Código Civil.
La Responsabilidad en el Ámbito
Civil
Para estudiarla es importante distinguir dos situaciones:
1. Una, en la que determinada persona causa daño o perjuicio, y a la ley la obliga, a ella
misma, al resarcimiento correspondiente. A esto se le llama responsabilidad civil
simple, directa o por actos propios.
2. Otra, en la que una persona causa daños o perjuicios, y la ley obliga al resarcimiento a
persona diferente. A esto se le denomina responsabilidad compleja o indirecta, o por
actos de terceros.
3. Profesionales. Dicta la ley que el profesional “Es responsable por los daños o perjuicios
que cause por ignorancia o por divulgación de los secretos que conoce con motivo de
su profesión” artículo 1668 del Código Civil.
Para determinar quienes tienen en Guatemala la calidad de profesionales, hay que acudir
necesariamente a los artículos 2033 y .2036 del Código Civil de donde puede extraerse la
conclusión de que es profesional todo aquel que tiene título facultativo o autorización legal
para prestar servicios con arreglo a las prescripciones de determinada ciencia o arte.
La responsabilidad civil determina el haber causado daños o perjuicios con dolo o con
culpa Y en este último supuesto la ignorancia es inexcusable por la sencilla razón que la
obtención de un título universitario de una autorización legal de naturaleza son estudios
especializados que hacen el profesional un perito en su materia.
El Código Civil prevé los casos de abuso de derecho siguientes: Artículos 1610, 1706,
1710, 1749, 1750, 1758, 1760, 1766, incisos 1º, y 2º, 1891, 1901, 1964 y 2122, del Código
Civil.
A. Menores de edad.
Los obligados al resarcimiento de los daños y perjuicios causados por personas menores de
quince años, son los padres, tutores y protutores. Esto no es sino una consecuencia de las
obligaciones propias dela patria potestad, la tutela o la pro tutela, entre las que se cuenta,
desde luego, la de cuidar y vigilar la conducta de los menores sometidos a las mismas.
Artículos 253, 293, 304 y 1660 del Código Civil.
C. Empleados y trabajadores de
edad.
El resarcimiento de los daños y perjuicios que, en actos del servicio, causen los trabajadores
o empleados de talleres, hoteles, establecimientos mercantiles o industriales y, en general,
personas mayores de edad que trabajan en relación de dependencia, corre a cargo de los
patronos o propietarios, quienes tienen derecho de repetir contra su trabajador o empleado
por la totalidad de lo que hayan pagado por él. Artículos 1663 y 1666 del Código Civil.
D. Representantes legales de
personas jurídicas.
La persona jurídica privada está obligada al resarcimiento de los daños y perjuicios que
cause su representante legal en el ejercicio de las atribuciones de su cargo. La entidad
puede repetir por la totalidad de lo que haya pagado. Artículos 15, 16, 1664 y 1666 del
Código Civil. Lo anterior es congruente con la disposición contenida en el artículo 24 del
Código Civil concerniente a “que las personas jurídicas son civilmente responsables de los
actos de sus representantes que en el ejercicio de sus funciones perjudiquen a tercero,
cuando violen la ley o no la cumplan; quedando a salvo la acción que proceda contra los
autores del daño.
E. Funcionarios y empleados
públicos.
La responsabilidad civil por los daños y perjuicios que causen los funcionarios o empleados
públicos en el ejercicio de su cargo, corresponde solidariamente al servidor público y al
Estado o la Municipalidad para la cual trabaje. El ente público tiene derecho de repetición
por la totalidad de lo que haya pasado. Artículos 1665 y 1966 del Código Civil.
Debe señalarse, por su indudable importancia, que el artículo 155de la Constitución Política
de la República de Guatemala modifico al Código Civil, respecto este asunto, en dos
aspectos:
De lo expuesto se deduce fácilmente que en todos los casos anteriores, el Código Civil
aplica la tesis de la “culpa in vigilando”; y en el caso de los trabajadores, dependientes o
empleados mayores de edad, también la tesis de la “culpa in eligiendo”, en el sentido de
que el patrono o empleador debe ser cuidadoso al escoger a las personas a quienes confiara
el desempeño de determinada actividad o función.
La ley obliga, pues, al resarcimiento de los daños y perjuicios a quien no vigilo
adecuadamente a la persona que tenía bajo su autoridad en el momento en que realizo la
acción o incurrió en la omisión dañina y perjudicial. Esto parece lógico y justo, es
absolutamente necesario. Sin embargo, para que no ocurran distorsiones ni equívocos
especialmente en lo que concierne al Estado y a las municipalidades es necesario que en
cada caso se establezca de manera fehaciente que el daño se produjo efectivamente durante
el real desempeño de las funciones públicas. Creo que no basta que el suceso haya
acontecido en el lugar y durante el horario de labores. Habría que comprobar,
adicionalmente, que estaba haciendo el empleado o funcionario cuando causo el daño, para
verificar si estaba desempeñando alguna en labor; o si, por el contrario, estaba en el local y
en el horario de trabajo, pero se encontraba ejecutando alguna actividad absolutamente
ajena a sus funciones. En este último supuesto no debe haber responsabilidad alguna del
Estado o del municipio.
Lo anterior es bastante discutido, pero debe advertirse que la ley vincula al Estado o la
municipalidad cuando el funcionario cause el daño o el perjuicio “en el ejercicio de su
cargo”. De se realizó ahí que si el servidor público no estaba en el ejercicio de funciones de
su cargo cuando daño o perjudico, seria verdaderamente injusto obligar a los referidos
entes públicos a responder del resarcimiento.
Previsión de la ley.
Esto obliga a reflexionar en que, cuando alguien ejecuta un acto ilícito no tiene intención
alguna de asumir la oblgiacion de resarcir los daños o los perjuicios que causo con su
conducta ilegal. Por el contrario, ha sido el legislador el que ha previsto este tipo de
situaciones y ha creado, preventivamente, las normas que protegen al agraviado y obligan
al ofensor Es asimismo, el legislador el que, en casos como los anteriormente referidos,
traslada o transfiere a terceros (personas particulares unas veces, y entes públicos, otras), la
responsabilidad civil del defensor.
Esta doctrina es aplicada por el Código Civil, excepcionalmente, en los casos siguientes:
El numeral 49 del Capítulo V de la exposición de motivos del Código Civil puntualiza que:
“Debe advertirse que el Código Civil al establecer el principio fundamental de
responsabilidad para todo daño que se cause, en manera alguna se sobrepone a las leyes
laborales o especiales que norman las reclamaciones en accidentes de trabajo, las cuales
quedan sujetas a lo que en esta materia establezcan. Los trabajadores afiliados al instituto
Guatemalteco de Seguridad Social, por ejemplo deben sujetarse a las leyes especiales de
dicho instituto, las que prevalecen sobre cualquiera disposición general”.
Actividades peligrosas.
“Quienes en sus actividades licitas usaren instrumentos aparatos, maquinaria o sustancias
peligrosas por su velocidad, tipo de energía eléctrica, naturaleza explosiva o infumable, o
por cualquiera otras razones, serán responsables por los daños y perjuicios que causen,
salvo que prueben que se produjeron por dolo de la víctima. Para prevenir esto, el Código
Civil establece que dentro de poblado se prohíbe instalar máquinas y fabricas que sean
peligrosas, nocivas o molestas”. Artículos 479, párrafo segundo y 1650 del Código Civil.
Medios de transporte.
El propietario de un medio de transporte, es solidariamente responsable con la persona
encargada del vehículo, por los daños que se causen aun en el caso de que la persona que en
ese momento conducía no fuere empleado del propietario sino un tercero a quien el
encargado le confió el vehículo, aunque hubiere sido de manera transitoria. Cesa la
responsabilidad del propietario si prueba que la víctima procedió con manifiesta violación
de leyes o reglamentos, o con dolo”. Artículos 1651 y 1652 del Código Civil; y, 800 del
Código de Comercio.
La infortunada frecuencia de daños causados con motivos del uso de medios de transporte,
ha llevado a que el artículo 161 de la Ley de Transito ordene que todo propietario de un
vehículo autorizado para circular por la vía publica deberá contratar como mínimo un
seguro de responsabilidad civil contra terceros y ocupantes.
Acerca de esto es importante destacar que solo se asegurara contra la responsabilidad civil
por daños causados a terceros de manera culposa, nunca por aquellos que se hubieren
ejecutado con dolo. Artículo 986 del Código de Comercio.
En muchas otras materias puede el hombre causar daños o perjuicios, razón por la que falta
de normas específicas, hay normas generales destinadas al resarcimiento de los daños
causados. De esta manera cuentan legislaciones como las concernientes a la conservación
del medio ambiente y las destinadas al manejo y destrucción de materia nuclear, deben
merecer la atención de estudiosos, legisladores y jueces.
Establece, finalmente, el Código Civil, que en todos los casos a que se refiere el título VII
del libro V, la acción para pedir la reparación de los daños o perjuicios prescribe en un año,
contando desde el día en que el daño se causó, o en que el ofendido tuvo conocimiento del
daño o perjuicio, articulo 1673 del Código Civil y el artículo 155 de la Constitución Política
de la República de Guatemala.