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Acción civil

La acción civil supone el derecho fundamental de acceso a los tribunales civiles,


al promover la apertura de un proceso civil mediante demanda ante un Juez de
dicha jurisdicción, ejercitada a instancia de parte, puesto a que resguardan sus
intereses particulares, a diferencia de lo que sucede con la acción penal; la
acción civil es una facultad concedida al particular que se sustenta en la ley, para
reclamar sus bienes o intereses pecuniarios, así mismo, pretender que se le
reconozca u otorgue un derecho.
La comisión de un delito por parte de un sujeto culpable determina la
responsabilidad penal y por ello la sujeción del transgresor a las consecuencias
que son indicadas por el ordenamiento jurídico, sin embargo, a pesar de la pena
pueden surgir otras consecuencias de la comisión de un delito o con ocasión al
mismo, como es el caso de las medidas de seguridad, que no guardan relación
con la culpabilidad, sino con otros criterios como el de prevención, y así mismo,
las consecuencias civiles que derivan del hecho catalogado como delito. La
acción civil que surge en el marco de un proceso penal, no se origina como
consecuencia de un delito o de una falta, sino que surge del daño ocasionado
por actos y omisiones ilícitas que se encuentran tipificadas como delito o falta en
el Código Penal; la ejecución de un hecho descrito por la ley como delito o falta
obliga a reparar, en los términos previsto en las leyes, los daños y perjuicios
ocasionados por el delito. La acción civil derivada de un hecho punible es la que
ejerce la victima de un delito para conseguir la restitución, reparación e
indemnización de los daños y perjuicios ocasionados por el mismo.
El hecho que la ley describe como delictivo, además de producir un daño social,
por lo que se hace acreedor a una pena, puede ocasionar un daño privado o la
lesión de intereses individuales que son susceptibles de ser reparados o
indemnizados, lo que hace surgir la responsabilidad civil o la obligación de
reparar el daño causado, establecido en el artículo 113 del Código penal
venezolano, sin embargo, no siempre el hecho que es considerado como
delictivo genera responsabilidad civil, puesto que puede tratarse de delitos que
no producen daños a particulares, por tanto no generan responsabilidad civil.
En el sistema venezolano la responsabilidad civil ex delito, se regula
específicamente por las normas contenidas en el código penal, entre los artículos
113 y 127, y también por las disposiciones contenidas en el código orgánico
procesal penal, se establece que la acción civil solo puede ser ejercida por la
víctima o sus herederos después que la sentencia penal quede firme, ante la
jurisdicción penal, sin perjuicio del derecho de la victima de demandar ante la
jurisdicción civil, por otra parte el COPP en los artículos 413 y siguientes, regulan
el procedimiento para la restitución, reparación e indemnización de los daños y
perjuicios ante el tribunal que dicto la sentencia.
La acción civil derivada del hecho punible es autónoma, ya que la misma no se
extingue porque se agote la responsabilidad penal o la pena, no produce la
exclusión de la responsabilidad civil, en efecto, la autonomía de la acción civil se
debe mantener incluso dentro del propio proceso penal. De conformidad con el
segundo aparte del artículo 113 del Código Penal Venezolano, el cual prevé “La
responsabilidad civil nacida de la penal no cesa porque se extingan éstas o la
pena, sino que dura como las demás obligaciones civiles con sujeción a las
reglas del derecho civil.
Sin embargo, el perdón de la parte ofendida respecto a la acción penal, produce
la renuncia de la acción civil si no se ha hecho reserva expresa”.
Objeto de la responsabilidad civil ex delito
De acuerdo con lo establecido en el articulo 120 del Código penal
venezolano, la responsabilidad civil ex delito comprende:
 La restitución.
 La reparación del daño causado.
 La indemnización de perjuicios.
La restitución, según expresa textualmente el artículo 121 del CPC, debe ser
hecha de la misma cosa, siempre que ello sea posible, con pago de los deterioros
o menoscabos, a regulación del tribunal. Dicha restitución debe hacerse aun
cuando la cosa se halle en poder de un tercero que la posea legalmente, salvo
su repetición contra quien corresponda; sin embargo, la restitución no procede
cuando el tercero a obtenido ha adquirido la cosa en la forma y con los requisitos
establecidos por las leyes para hacerla reivindicable. Por lo tanto, la restitución
implica la devolución de la cosa objeto del delito al perjudicado, cuando de ella
haya sido privado por el hecho, la misma se impone con relación a los terceros
que la posean legalmente, quedando a salvo su derecho a repetición, a
excepción que el tercero haya adquirido la cosa de manera tal que sea
irreivindicable. Ahora bien, cuando no es posible la restitución de la cosa,
procede la reparación del daño o el pago equivalente al valor de la perdida de la
cosa; dicha reparación, señala el artículo 121 del CPC, deberá hacerse a
regulación del tribunal, valorando la entidad del daño, para lo que se deberá
tomar en cuenta el precio de la cosa y el grado de afección en el que la tenga el
agraviado.
La responsabilidad civil también se extiende a los perjuicios ocasionados no solo
a la victima o sujeto pasivo del delito, sino también a los perjuicios producidos,
en razón del hecho punible, a su familia o a un tercero; la valoración de tal
indemnización será regulada por el tribunal, en los mismos términos fijados para
la reparación del daño, según lo previsto en el artículo 122 del CPC. Estos
perjuicios pueden ser de naturaleza moral o material, se puede referir, al daño
emergente: es la disminución patrimonial efectiva sufrida a causa de del hecho
que se tipifica como delito; o al lucro cesante: es la ganancia o aumento
patrimonial que ha impedido ciertamente tal hecho; o al dolor, al sufrimiento y
ofensa interna o espiritual padecida. La obligación de resarcir el perjuicio o daño
moral se refiere expresamente al artículo 1.196 del Código Civil Venezolano, que
debe tomarse como norma supletoria del Código Penal, “La obligación de
reparación se extiende a todo daño material o moral causado por el acto ilícito.
El Juez puede, especialmente, acordar una indemnización a la víctima en caso
de lesión corporal, de atentado a su honor, a su reputación, o a los de su familia,
a su libertad personal, como también en el caso de violación de su domicilio o de
un secreto concerniente a la parte lesionada.
El Juez puede igualmente conceder una indemnización a los parientes, afines, o
cónyuge, como reparación del dolor sufrido en caso de muerte de la víctima”.
Es importante señalar que la acción civil es trasmisible, puesto a que puede ser
objeto de transacción, renuncia, y se trasmite a los herederos, según lo
establecido en el artículo 123 del Código penal venezolano, que la obligación de
restituir, reparar o indemnizar los perjuicios se trasmite a los herederos del
responsable, pero hasta concurrencia del monto de la herencia, siempre que se
haya aceptado bajo beneficio de inventario; y también se trasmite a los herederos
del perjudicado la acción para repetir la restitución, la reparación o la
indemnización de perjuicios.
Establece el artículo 126 del CPC, que lo condenados como responsables
criminalmente, lo serán también condenados en la propia sentencia a la
restitución de la cosa ajena o su valor y en las costas procesales, sin embargo,
no será procedente la condenatoria a los fines de la indemnización de perjuicios,
deberá intentarse en procedimiento separado, una vez firme la sentencia
condenatoria, ante el juez penal, o por demanda ante la jurisdicción civil.

Sujetos que intervienen en la acción civil


En el artículo 50 del C.O.P.P se establecen cuáles son las personas que pueden
intentar la acción civil, el cual prevé “La acción civil para la restitución, reparación
e indemnización de los daños y perjuicios causados por el delito, sólo podrá ser
ejercida por la víctima o sus herederos o heredera, contra el autor o autora y los
o las partícipes del delito y, en su caso, contra el tercero o tercera civilmente
responsable”. De acuerdo con lo previsto en este artículo, se precisan o
determinan cuales son los sujetos que intervienen en la acción civil:
1) La víctima, se considera víctima a la persona que ha recibido directamente
los efectos del delito, que, a menos que haya muerto como consecuencia
misma del delito, será la principal persona legitima para reclamar la
responsabilidad civil derivada del hecho punible.
También se consideran víctimas a las personas naturales o jurídicas, que,
no habiendo recibido la acción directa del delito, guardan con la victima
una relación legitima que les permite reclamar una indemnización civil.
Los herederos de la víctima, cuando esta ha fallecido como producto del
delito. Pueden también demandar la responsabilidad civil proveniente del
delito.
El Código orgánico procesal penal en su artículo 121, establece taxativamente
cuales son las personas que se consideran víctimas.
“Se considera víctima:
1. La persona directamente ofendida por el delito.
2. El o la cónyuge o la persona con quien mantenga relación estable de hecho,
hijo o hija, o padre adoptivo o madre adoptiva, parientes dentro del cuarto grado
de consanguinidad o segundo de afinidad, y al heredero o heredera, en los
delitos cuyo resultado sea la incapacidad o la muerte del ofendido u ofendida.
3. El o la cónyuge o la persona con quien mantenga relación estable de hecho,
hijo o hija, o padre adoptivo o madre adoptiva, parientes dentro del cuarto grado
de consanguinidad o segundo de afinidad, cuando el delito sea cometido en
perjuicio de una persona incapaz o de una persona menor de dieciocho años.
4. Los socios o socias, accionistas o miembros, respecto de los delitos que
afectan a una persona jurídica, cometidos por quienes la dirigen, administran o
controlan.
5. Las asociaciones, fundaciones y otros entes, en los delitos que afectan
intereses colectivos o difusos, siempre que el objeto de la agrupación se vincule
directamente con esos intereses y se hayan constituido con anterioridad a la
perpetración del delito.
Si las víctimas fueren varias deberán actuar por medio de una sola
representación”.
La legitimación para ejercer la acción civil corresponde a la víctima, sin
embargo, cuando se trate de delitos que han afectado el patrimonio de la
República, de los estados o de los Municipios, la acción civil será ejercida por el
Procurador General de la Republica, o por los Procuradores o Procuradoras de
los Estados o por los Síndicos Municipales, respectivamente, salvo cuando el
delito haya sido cometido por un funcionario publico en el ejercicio de sus
funciones, caso en el cual, le corresponderá el ejercicio al Ministerio público. Si
el delito hubiere afectado intereses colectivos o difusos la acción civil será
ejercida por el Ministerio Público e igualmente en la comisión del delito haya
habido concurrencia de un particular con el funcionario público.
Es importante destacar que, en caso de que la víctima directa del delito
no esté en las condiciones socioeconómicas suficientes para demandar o sea un
incapaz que carezca de representante legal, podrá delegar el ejercicio de la
acción civil al ministerio público. Del mismo modo, la acción derivada de la
obligación del Estado a indemnizar a las víctimas de violaciones a los derechos
humanos que le sean imputables, podrá delegarse en la Defensoría del pueblo.
Cuando dicha acción no se hubiere delegado en el Ministerio Público. Según lo
establecido en el artículo 54 del código orgánico procesal penal el cual prevé
“Las personas que no estén en condiciones socioeconómicas para demandar
podrán delegar en el Ministerio Público el ejercicio de la acción civil. Del mismo
modo, la acción derivada de la obligación del Estado a indemnizar a las víctimas
de violaciones a los derechos humanos que le sean imputables, podrá delegarse
en la Defensoría del Pueblo, cuando dicha acción no se hubiere delegado en el
Ministerio Público.
El Ministerio Público, en todo caso, propondrá la demanda cuando quien haya
sufrido el daño sea un incapaz que carezca de representante legal.”
2) el acusado penalmente, es la persona responsable de la comisión del delito.
3) el tercero civilmente responsable, es la persona natural o jurídica que debe
responder de manera principal o solidaria por el acusado penalmente, por causa
de origen legal o convencional. Los casos más frecuentes en los que el tercero
civilmente responsable deba responder son de los padres o representantes de
los menores de edad transgresores. Establecido en el artículo 1.190 en su primer
aparte del C.C.V el cual prevé “el padre, la madre, y a falta de estos, el tutor, son
responsables del daño ocasionado por el hecho ilícito de los menores que
habiten con ellos”. El tercero civilmente responsable puede actuar
independientemente dentro del proceso y mantener posiciones propias, pero en
la práctica actúa siempre como un defensor del acusado, ya que su misión
consiste en probar que aquel por el cual es responsable actuó con la debida
diligencia, para así librado el acusado de la culpa, pueda así mismo librarse de
su responsabilidad.
Los derechos que le corresponden a la víctima están establecidos taxativamente
en el artículo 122 del COPP el cual prevé:
“Quien de acuerdo con las disposiciones de este Código sea considerado
víctima, aunque no se haya constituido como querellante, podrá ejercer en el
proceso penal los siguientes derechos:
1. Presentar querella e intervenir en el proceso conforme a lo establecido en este
Código.
2. Ser informada de los avances y resultados del proceso cuando lo solicite.
3. Delegar de manera expresa en el Ministerio Público su representación, o ser
representada por este en caso de inasistencia al juicio.
4. Solicitar medidas de protección frente a probables atentados en contra suya o
de su familia.
5. Adherirse a la acusación de el o de la Fiscal o formular una acusación
particular propia contra el imputado o imputada en los delitos de acción pública;
o una acusación privada en los delitos dependientes de instancia de parte.
6. Ejercer las acciones civiles con el objeto de reclamar la responsabilidad civil
proveniente del hecho punible.
7. Ser notificada de la resolución de el o la Fiscal que ordena el archivo de los
recaudos.
8. Impugnar el sobreseimiento o la sentencia absolutoria.
Las personas civilmente responsables
En principio responden civilmente ex delito, quienes han realizado el hecho que
genera responsabilidad penal. El responsable penalmente, responde también
civilmente; y si en el hecho concurren varias personas, todas quedan
solidariamente obligadas por el daño causado, establecido en el artículo 124 del
CPC, así mismo, el código penal prevé la responsabilidad civil de quien se ha
beneficiado de los efectos de un hecho punible hasta el monto de su
enriquecimiento, previsto en el artículo 125, “El que por título lucrativo participe
de los efectos de un delito o falta, está obligado al resarcimiento hasta la cuantía
en que hubiere participado”.
Ahora bien, no todo el que se encuentra exento de responsabilidad penal, está
exento de responsabilidad civil, puesto que el código penal fija diversas reglas
con las cuales en algunos casos el irresponsable penal responde civilmente. De
la misma manera en que fija supuesto de la responsabilidad subsidiaria en que
responde otra persona en lugar del obligado directamente.
Responsabilidad civil de los sujetos que no responden penalmente
1) En primer lugar, los inimputables, que no responden penalmente, tienen
responsabilidad civil, según las normas del código civil, en el caso de los
enfermos mentales no punibles, corresponde la responsabilidad, en
primer lugar, a sus padres o guardadores, en el caso de menores o
sordomudos irresponsables penalmente, responden primero, si tuvieren
bienes, según lo establecido en el artículo 114 del CPC.
2) Responden civilmente, en caso de estado de necesidad, las personas en
cuyo favor se ha precavido el mal, en proporción del beneficio que
hubieren reportado, en este caso, los tribunales señalaran, según su
prudente arbitrio, la cuota proporcional con que cada interesado deba
responder.
3) En caso de omisión, responderán civilmente los que hubieren causado la
omisión y en su defecto los que hubieren incurrido en ella, salvo respecto
a los últimos, el beneficio de competencia.
Las demás personas irresponsables penalmente, también quedaran exentas de
responsabilidad civil, artículo 115 del CPC, esta regla es general y se aplica
plenamente con relación a los restantes casos de no punibilidad que se fundan
en causas de justificación en que el hecho es licito para el ordenamiento jurídico;
también en el caso de defensa legitima de terceros.
Responsabilidad subsidiaria
Establece el código penal algunos casos de responsabilidad subsidiaria, según
la cual, pueden ser llamadas a responder otras personas en lugar de los
obligados en cuestión. Se trata de personas que responden en forma subsidiaria.
Tales son los siguientes casos señalados por el CPC:
1) En el articulo 114 del cpc, se establece que responden civilmente los
padres o guardadores de los inimputables, menores, locos o dementes, o
sordomudos irresponsables criminalmente, a menos que demuestre que
no hubo de su parte culpa o negligencia.
Se diferencia en que en el caso de los locos o dementes responden primero
sus padres o guardadores y si estos no existen o no tienen bienes, responden
los inimputables; en cambio, en el caso de los menores y sordomudos
irresponsables criminalmente, responden estos en primer lugar,
correspondiendo, correspondiendo la responsabilidad civil a sus padres o
guardadores, en el caso en que los menores o sordomudos exentos de
responsabilidad penal no tengan bienes.
2) Son responsables civilmente, en defecto de los que lo sean
criminalmente, los posaderos, dueños de casas, de ventas de víveres o
licores, y cualesquiera otras personas o empresas, por los delitos que se
cometieron en los establecimientos que dirijan, siempre que por su parte
o la de sus dependientes haya habido infracción de los reglamentos de
policía. Según lo dispuesto en el artículo 116 del CPC.
3) Igualmente se establece la responsabilidad subsidiaria de los posaderos
o directores de establecimientos o casas de huéspedes, de los efectos
robados a estos, dentro de las mismas casas o establecimientos, o de su
indemnización, siempre que los alojados hubieren dado conocimiento al
mismo posadero o director o al que le haga sus veces, del deposito de
aquellos objetos y, además hubieren observado las prevenciones que los
dichos posaderos o sus sustitos, les hubieren hecho sobre el cuidado y
vigilancia de los mismos. Esta responsabilidad no tiene lugar en caso de
robo con violencia sobre las personas, a no ser que haya sido ejecutado
por los dependientes de la casa, según lo establecido en el artículo 117
del CPC.
4) En el articulo 117 del CPC se fija la responsabilidad subsidiaria de los
capitanes o patrones de las embarcaciones mercantes o de transporte, en
las mismas condiciones de la de los posaderos u hoteleros, por el robo de
los efectos de los pasajeros puestos a bordo de ellas, salvo que el hecho
haya sido realizado por los empleados subalternos del barco.
5) Son responsables subsidiariamente los maestros y las personas
dedicadas a cualquier genero o industria, por faltas o delitos en que
incurran sus discípulos, oficiales o aprendices en el desempeño de su
obligación o servicio, no incurren en esta responsabilidad si prueban que
no pudieron evitar el hecho de sus discípulos, oficiales o aprendices,
según lo establecido en el articulo 118 del CPC.
6) En el artículo 119 del CPC, se establece el caso de solidaridad en la
responsabilidad civil que deriva de los daños y perjuicios causados por
fuerzas rebeldes, que se extiende a los que figuren en la insurrección con
el grado de general, aunque sea usurpado; y cualquiera que sea el lugar
de la República donde las fuerzas rebeldes hayan causado el daño.
En cuanto a los rebeldes que hayan actuado con grados inferiores, aun
cuando sean usurpados, la solidaridad sólo existe por los daños y
depreciaciones que cause la fuerza rebelde en el respectivo estado donde
ellos hayan participado en la rebelión. De responsabilidad civil se exceptúan
únicamente los soldados reclutados por los rebeldes, o que al cometer el
daño lo hubiesen hecho en cumplimiento de órdenes superiores.

Medidas de seguridad
Las medidas de seguridad son aquellas sanciones complementarias o
sustitutivas de las penas, que el juez puede imponer con efectos preventivos
a aquel sujeto que comete el hecho punible, esta persona es susceptible de
recibir una medida de seguridad para prevenir nuevos delitos. Las medidas
de seguridad, atienden a la peligrosidad del sujeto, exteriorizada en todo caso
a través de la comisión de un hecho ilícito.
En la mayoría de las legislaciones se prevé un conjunto de medidas que no
tienen que ver con la represión del hecho delictivo cometido ni con la
culpabilidad del sujeto, sino que van fundamentalmente dirigidas a la
prevención de nuevos delitos y a la readaptación de los sujetos, aplicándose
sobre la base de determinadas características personales que hacen pensar
en una inclinación particular al delito o en la tendencia hacia la comisión de
tales hechos, dichas características que se denominan peligrosidad criminal.
Estas medidas de seguridad pueden sustituir o complementar las penas,
cuando se ha cometido un hecho descrito por la ley como punible, son
aquellas que se aplican con ocasión al delito, en supuestos como el de la
inimputabilidad por enfermedad mental en que la pena correspondiente al
hecho se sustituye por la medida de seguridad de internación en hospital
psiquiátrico, o en el caso de la prohibición de recurrir a locales donde se
expendan bebidas alcohólicas, que puede complementar la pena en
situaciones en que el autor haya actuado bajo la influencia de bebidas
alcohólicas. En otras legislaciones, se contemplan otras medidas, ejemplo, la
internación en casas de trabajo, la prohibición de residir en determinados
lugares, la internación en establecimientos de tratamiento especial y
educativo, en algunos sistemas se habla de medidas curativas, educativas y
eliminatorias; las medidas eliminatorias implican el internamiento de sujetos
peligrosos en establecimientos con especiales precauciones de seguridad,
en otros sistemas se clasifican estas medidas como restrictivas de la libertad,
restrictivas de los derechos y pecuniarias.
En el sistema venezolano, no se establece en el código penal, junto a las
penas, la consagración de un sistema de medidas de seguridad que las
sustituya o complemente con ocasión de la realización de hechos punibles;
sin embargo, se establece en el código penal, en forma aislada, medidas de
seguridad, como en el caso del enfermo mental inimputable, cuya reclusión
en un hospital o establecimiento especial será decretada por el Tribunal,
tomando en cuenta la gravedad del hecho y la naturaleza de su enfermedad,
establecido en el artículo 62 del CPC, así como también se prevé la
posibilidad de mandar a cumplir la pena corporal que deba sufrir el ebrio
habitual en un establecimiento especial de corrección, establecido en el
artículo 64 numeral 4 del CPC. Se imponen estas medidas de seguridad, en
supuestos de inimputabilidad, a través de las cuales, se tiende, no tanto a la
protección de la sociedad, sino a la protección del sujeto, a su curación y a
su readaptación social.
Sujetos susceptibles de la aplicación de medidas de seguridad
La inimputabilidad es un término que se vincula a la condición de inimputable.
Un sujeto inimputable es aquel que no es responsable penalmente del hecho
ilícito que cometió ya que no está en condiciones de comprender su accionar
o las consecuencias de éste. La inimputabilidad puede deberse a trastornos
psicológicos o por la falta de madurez, es decir, cuando un menor de edad
comete un hecho calificado como delito por la ley; al ser inimputable, el sujeto
no sólo no tiene responsabilidad penal sobre su comportamiento, sino que
tampoco es declarado culpable a nivel legal.
En tal sentido, el Código Penal Venezolano prevé, causas que una vez
demostradas excluyen la responsabilidad penal de quienes realizan tales
conductas. Estas causas excluyen la responsabilidad penal no porque lo
conviertan en lícito o justifiquen el hecho, sino porque, a pesar de que éste
sigue siendo prohibido por la ley penal, su autor lo comete en circunstancias
personales de tal índole, que impiden afirmar su imputabilidad o capacidad
de culpabilidad. En consecuencia, no cabe imputar el hecho al autor ni
culparlo por su actuación, y tampoco imponerle al sujeto no imputable o
inculpable la pena señalada por la ley al hecho ilícito que realiza.
La imputabilidad es la capacidad o aptitud que posee a una persona, en virtud
de la cual los actos que realice y la conciencia de dicha acción le sean
atribuibles como hecho punible. En consecuencia, cuando una persona que
realiza un acto que constituye una violación a la ley, se está cometiendo un
delito, y cuando ésta es realizada con absoluta conciencia, voluntariedad y
lucidez mental es imputable. Sin embargo, el Código Penal no utiliza el
término imputabilidad, sólo señala las causas que excluyen o atenúan la
responsabilidad penal.
Para que se halle ausente la imputabilidad, en el sujeto que cometió el hecho
delictivo, es determinante la falta de conocimiento de la ilicitud o la alteración
de la voluntad, siempre y cuando ocurran en el sujeto al momento de ejecutar
el hecho legalmente descrito. En tal sentido, la inimputabilidad requiere que,
al momento de cometerse el hecho delictivo, el sujeto incurra en algunas de
las circunstancias que el código penal señala como excluyentes o atenuantes
de la responsabilidad penal.
Causas de inimputabilidad del Código penal venezolano
son aquellas que excluyen la responsabilidad penal o que impiden que se
atribuya, a una persona la responsabilidad penal. De acuerdo al Código Penal
venezolano, las causas son:
1) Falta de desarrollo mental: la minoría de edad, en el artículo 69 del CPC,
se establece que no es punible en ningún caso el menor de doce años, ni
el mayor de doce y menor de quince años; sin embargo, si se demuestra
que el mayor de doce años y menor de quince ha obrado con
discernimiento es punible.
En este caso, si el mayor de doce años y menor de quince fuere declarado
responsable, la pena correspondiente al hecho punible se convertirá en
arresto, si fuere de presidio o prisión, con disminución de la mitad; así
mismo se disminuirán por mitad las otras penas y todas las que estuviere
sufriendo cesarán al cumplir los veintiún años. Según lo establecido en el
artículo 70 del CPC. En caso de que el mayor de quince años, pero menor
de dieciocho años cometiere un hecho punible será castigado con la pena
correspondiente, disminuida en una tercera parte, según lo dispuesto en
el artículo 71 del CPC, así mismo, se establece en el artículo 72 del CPC
que no se procederá en ningún caso contra el sordomudo que al cometer
el hecho punible no hubiere cumplido los quince años; pero si fuere mayor
de esta edad y menor de dieciocho años, se aplicarán las disposiciones
previstas en el artículo 71 del CPC, si obró con discernimiento; si no, se
le declarara irresponsable, pero el tribunal dictará las medidas que estime
conducentes respecto a su educación hasta que cumpla los veintiún años.
En tal sentido, el adolescente que cometa un hecho delictivo, podrá ser
responsable, en virtud del sistema penal de responsabilidad del adolescente
establecido en la LOPNNA, se determinara su responsabilidad de acuerdo al
procedimiento previsto en la Ley Orgánica para la Protección del Niño, Niña y
Adolescente.
El Sistema Penal de Responsabilidad de los adolescentes son todas aquellas
normas, órganos y entes del Poder Público que formulan, coordinan, supervisan,
evalúan y ejecutan las políticas y programas destinados a garantizar los
derechos de los adolescentes en conflicto con la Ley Penal, Así mismo, se
encarga del establecimiento de la responsabilidad de los adolescentes por los
hechos punibles en los que incurran, así como el control de las sanciones que
les sean impuestas.
Según lo dispuesto en el artículo 528 de la LOPNNA el adolescente que incurra
en la comisión de hechos punibles responde por el hecho en la medida de su
culpabilidad, de forma diferenciada del adulto. La diferencia consiste en la
jurisdicción especializada y en la sanción que se le imponen. Las medidas
previstas en la LOPNNA, serán aplicadas a todas las personas con edad
comprendida entre catorce y menos de dieciocho años al momento de cometer
el hecho punible, aunque en el transcurso del proceso alcancen los dieciocho
años o sean mayores de esa edad cuando sean acusados o acusadas, según lo
establecido en el artículo 531 de la LOPNNA.
La LOPNNA señala, que cuando un niño, niña o adolescente menor de 14 años
se encuentre incurso en la comisión de un hecho punible, solo se le aplicarán las
medidas de protección previstas en la ley. Cuando un niño, niña o adolescente
menor de 14 años, sea sorprendido en flagrancia por una autoridad policial, debe
dar aviso al fiscal del Ministerio Público, quien lo pondrá dentro de las 24 horas
siguientes a la orden del Consejo de Protección de Niños, Niñas y Adolescentes.
Pero cuando sea sorprendido en flagrancia por un particular, lo pondrá de
inmediato a la disposición de la autoridad policial para que proceda en la misma
forma explicada anteriormente. Del resultado de las investigaciones o juicio se
determinen evidencias de la concurrencia de que un niño, niña o adolescente
menor de 14 años en un hecho punible, se deberá enviar copia al Consejo de
Protección de Niños, Niñas y Adolescentes. Este Consejo de Protección deberá
notificar dentro de las 72 horas siguientes de haber conocido el caso a la
Dirección Estadal del Instituto Autónomo del Consejo Nacional de Derechos de
Niños, Niñas y Adolescentes para su conocimiento De acuerdo con lo
establecido en el artículo 523 de la LOPNNA.
Es importante señalar el artículo 75 del CPC el cual establece, “Al que ejecuta
un hecho punible, siendo mayor de setenta años, no se le impondrá pena de
presidio, sino que en lugar de esta y de la prisión se aplicará la de arresto que
no excederá de cuatro años”. En este caso, puede pueden disponerse las
mismas medidas previstas en la aparte final del artículo 62, en lugar de aplicarse
la pena de arresto o aún después que ésta se estuviere cumpliendo. De acuerdo
con lo establecido en el artículo 76 del CPC.
Falta de salud mental: se refiere a la enfermedad mental, es la causa que
expresa la ley como excluyente de las facultades cognitiva y volitiva, por cuanto
priva al individuo de la capacidad para entender o querer.
Establece el artículo 62 del CPC “No es punible el que ejecuta la acción
hallándose dormido o en estado de enfermedad mental suficiente para privarlo
de la conciencia o de la libertad de sus actos. Sin embargo, cuando el loco o
demente hubiere ejecutado un hecho que equivalga en un cuerdo a delito grave,
el tribunal decretará la reclusión en uno de los hospitales o establecimientos
destinados a esta clase de enfermos, del cual no podrá salir sin previa
autorización del mismo tribunal. Si el delito no fuere grave o si no es el
establecimiento adecuado, será entregado a su familia, bajo fianza de custodia,
a menos que ella no quiera recibirlo”.
Establece el artículo 63 del CP que cuando el estado mental del sujeto
sea tal que atenúe en alto grado la responsabilidad penal, pero sin
excluirla totalmente, la pena establecida para el delito o falta se rebajará
conforme a las siguientes reglas:
1. En lugar de la de presidio, se aplicará la de prisión, disminuida entre
dos tercios y la mitad.
2. En lugar de la prisión, se aplicará la de arresto, con la disminución
indicada.
3. Las otras penas divisibles se aplicarán rebajadas por mitad.
Si la perturbación mental del sujeto al momento de cometer del delito, es
en razón de la embriaguez, se aplicarán las reglas establecidas en el
artículo 64 del CPC, el cual prevé, “Si el estado de perturbación mental
del encausado en el momento del delito proviniere de embriaguez, se
seguirán las reglas siguientes:

1. Si se probare que, con el fin de facilitarse la perpetración del delito, o


preparar una excusa, el acusado había hecho uso del licor, se aumentará
la pena que debiera aplicársele de un quinto a un tercio, con tal que la
totalidad no exceda del máximum fijado por la ley a este género de pena.
Si la pena que debiere imponérsele fuere la de presidio, se mantendrá
esta.
2. Si resultare probado que el procesado sabia y era notorio entre sus
relaciones que la embriaguez le hacía provocador y pendenciero, se le
aplicarán sin atenuación las penas que para el delito cometido establece
este Código.
3. Si no probada ninguna de las dos circunstancias de los dos numerales
anteriores, resultare demostrada la perturbación mental por causa de la
embriaguez, las penas se reducirán a los dos tercios, sustituyéndose la
prisión al presidio.
4. Si la embriaguez fuere habitual, la pena corporal que deba sufrirse
podrá mandarse cumplir en un establecimiento especial de corrección.
5. Si la embriaguez fuere enteramente casual o excepcional, que no tenga
precedente, las penas en que haya incurrido el encausado se reducirán
de la mitad a un cuarto, en su duración, sustituyéndose la pena de presidio
con la de prisión”.
3) defensa subjetiva: la defensa subjetiva se refiere en la jurisprudencia
venezolana en forma imprecisa, en la llamada defensa putativa, que se
equipara a la legítima defensa objetiva. Los estados subjetivos son:
Incertidumbre, temor y terror.
Establece el artículo 65 del CPC “No es punible:
1. El que obra en cumplimiento de un deber o en el ejercicio legítimo de
un derecho, autoridad, oficio o cargo, sin traspasar los límites legales.
2. El que obra en virtud de obediencia legítima y debida. En este caso, si
el hecho ejecutado constituye delito o falta, la pena correspondiente se le
impondrá al que resultare haber dado la orden ilegal.
3. El que obra en defensa de su propia persona o derecho, siempre que
concurran las circunstancias siguientes:

a. Agresión ilegítima por parte del que resulta ofendido por el hecho.
b. Necesidad del medio empleado para impedirla o repelerla.
c. Falta de provocación suficiente de parte del que pretenda haber obrado
en defensa propia.
Se equipara a la legítima defensa el hecho con el cual el agente, en el
estado de incertidumbre, temor o terror traspasa los límites de la defensa.
d. El que obra constreñido por la necesidad de salvar su persona, o la de
otro, de un peligro grave e inminente, al cual no haya dado
voluntariamente causa, y que no pueda evitar de otro modo.
2) Omisión por miedo insuperable: establece el artículo 73 del CPC “No es
punible el que incurra en alguna omisión hallándose impedido por causa
legítima o insuperable”. La inimputabilidad se apoya en la causa legítima
e insuperable, lo cual se traduce en un impedimento que da motivo a la
omisión irremediable. Por lo tanto, la omisión que la ley castiga es aquella
que se origina en la falta consciente y libre por parte de la persona. la
omisión por causa insuperable, también se considera el miedo como
factor justificante en caso de omisión. Debido a que el miedo puede influir
para que se omitan actos que deben ser cumplidos de acuerdo con
deberes legales.
Puede decirse, por lo tanto, que la inimputabilidad es una circunstancia que
exime a alguien de su responsabilidad y culpabilidad en sus actos. Ejemplo; un
hombre diagnosticado con esquizofrenia agrede a una persona y le causa una
lesión cerebral. la víctima decide demandar al agresor, pero el juez, tras una
prueba psicológica, determina su condición de esquizofrénico y declara su
inimputabilidad. El tribunal podrá ordenar la internación del enfermo mental en
un establecimiento psiquiátrico, por considerarlo peligroso para la sociedad.
Procedimiento para la aplicación de las medidas de seguridad
El procedimiento previsto para la aplicación de las medidas de seguridad esta
establecido en el artículo 410 del COPP y siguientes. Procederá cuando el
Ministerio Público, en razón de la inimputabilidad de una persona estime que
sólo corresponde aplicar una medida de seguridad, requerirá la aplicación de
este procedimiento. La solicitud contendrá, en lo pertinente, los requisitos de la
acusación. De conformidad con lo establecido en el artículo 410 del COPP.
Los requisitos que debe contener la solicitud para la aplicación de las medidas
de seguridad:
como esta señalado en el artículo 410 del COPP la solicitud deberá contener los
requisitos de la acusación, establecidos en el artículo 308 del COPP. La solicitud
deberá contener:
1. Los datos que permitan identificar plenamente y ubicar al imputado o imputada
y el nombre y domicilio o residencia de su defensor o defensora; así como los
que permitan la identificación de la víctima.
2. Una relación clara, precisa y circunstanciada del hecho punible que se atribuye
al imputado o imputada.
3. Los fundamentos de la imputación, con expresión de los elementos de
convicción que la motivan.
4. La expresión de los preceptos jurídicos aplicables.
5. EI ofrecimiento de los medios de prueba que se presentarán en el juicio, con
indicación de su pertinencia o necesidad.
6. La solicitud de enjuiciamiento del imputado o imputada.
Se consignarán por separado, los datos de la dirección que permitan ubicar a la
víctima y testigos, lo cual tendrá carácter reservado para el imputado o imputada
y su defensa”.
Reglas que deben cumplirse para la aplicación de las medidas de seguridad
Establecidas en el artículo 411 del COPP el cual prevé, “El procedimiento se
regirá por las reglas comunes, salvo las establecidas a continuación:
1. Cuando el imputado o imputada sea incapaz será representado o
representada, para todos los efectos por su defensor o defensora en las
diligencias del procedimiento, salvo los actos de carácter personal.
2. En el caso previsto en el numeral anterior, no se exigirá la declaración previa
del imputado o imputada para presentar acusación; pero su defensor o defensora
podrá manifestar cuanto considere conveniente para la defensa de su
representado o representada.
3. El procedimiento aquí previsto no se tramitará conjuntamente con uno
ordinario.
4. El juicio se realizará sin la presencia del imputado o imputada cuando sea
conveniente a causa de su estado o por razones de orden y seguridad.
5. No serán aplicables las reglas referidas al procedimiento abreviado, ni las de
suspensión condicional del proceso.
6. La sentencia absolverá u ordenará una medida de seguridad”.
En caso de que el tribunal estime que el investigado o investigada no es
inimputable, ordenará la aplicación del procedimiento ordinario. Según lo
dispuesto en el artículo 412 del COPP.
Ejecución de las medidas de seguridad
Establecida en el artículo 502 del COPP el cual prevé, “El Código Penal y las
leyes especiales determinarán lo relativo a la forma, control y trámites necesarios
para la ejecución de las medidas de seguridad, así como todo cuanto respecta
al régimen, trabajo, remuneración y tratamiento del sometido o sometida a ellas.
Revisión de las medidas de seguridad
El tribunal de ejecución fijará un plazo, no mayor de seis meses, a cuyo término
examinará periódicamente la situación de quien sufre una medida por tiempo
indeterminado; el examen se llevará a cabo en audiencia oral, concluida la cual
decidirá sobre la cesación o continuación de la medida. Según lo establecido en
el artículo 503 del COPP.
Procedimiento previsto para la reparación del daño y la
indemnización de perjuicios
La exigencia o reclamación de la responsabilidad civil derivada del delito ha sido
tratada históricamente de tres diversas formas, la primera de ellas es ejercerla
de forma independiente ante tribunales civiles, la segunda, ejercerla durante el
juicio penal, conjuntamente con la acción penal y, por último, ejercerla ante los
tribunales penales, pero después de la firmeza de la sentencia condenatoria
penal.
En algunos ordenamientos jurídicos, la víctima no es parte en el proceso penal
en manera alguna, la responsabilidad civil derivada del delito solo puede ser
reclamada ante los tribunales civiles de forma absolutamente independiente del
juicio penal a que pudiere haber lugar, en estos casos, la reclamación civil puede
intentarse ante los tribunales de esa jurisdicción en cualquier momento, incluso
antes de que se allá incoado causa penal contra el demandado y aun cuando de
la demanda se infiera claramente que el hecho en que esta se funda es
constitutivo de delito, por lo tanto, en estos caso a la víctima solo le interesa la
reparación, compensación o indemnización que pueda obtener del demandado.
Este es el caso de los países anglosajones, ya que la acción penal es
representada por la fiscalía, por lo tanto, la víctima y los perjudicados no tienen
participación alguna en el juicio penal, no pueden convertirse en parte civil, por
lo tanto, para exigir la reparación del daño deben acudir a la vía civil.
Existen otras legislaciones que aplican la oportunidad procesal, para reclamar la
responsabilidad civil derivada del delito y por ello optan por esperar a la
presentación de la acusación penal para autorizar la demanda civil por los daños
y perjuicios provenientes del delito. Este sistema se considera sensato, ya que
asegura una base fidedigna para la determinación de la responsabilidad civil;
esta no se hará efectiva hasta que exista sentencia firme.
Ahora bien, la legislación venezolana se ajusta a la forma de ejercer la acción
civil ante el tribunal penal, después de la sentencia firme. En todo el proceso
penal no habrá lugar para ejercer pretensiones civiles fundadas en las
consecuencias civiles del delito. Debido a lo expresamente establecido por el
legislador venezolano en el Código Orgánico Procesal Penal.
En Venezuela, en el Código Orgánico Procesal Penal solo se admiten dos formas
de ejercer la acción civil derivada del delito:
1) Ejercer la acción civil derivada del delito ante el tribunal civil.
2) Ejercer la acción civil derivada del delito ante el tribunal penal, es decir,
después que la sentencia penal quede firme.
En virtud del sistema adoptado en Venezuela, la victima tiene dos opciones,
esperar la firmeza de la sentencia penal o demandar por daños y perjuicios
derivados del hecho punible en la jurisdicción civil.
Una vez que la sentencia penal allá ganado firmeza, quienes estén facultados o
legitimados para ejercer la acción civil podrán demandar, ante el juez que dictó
la sentencia, la reparación de los daños y la indemnización de los perjuicios.
Si los legitimados para ejercer la acción civil, es decir, los perjudicados civilmente
por el delito, eligen demandar ante el tribunal penal, la reparación de los daños
y la indemnización de perjuicios, su demanda deberá contener los siguientes
requisitos:
Artículo 414 del C.O.P.P “la demanda civil deberá expresar:
1. Los datos de identidad y el domicilio o residencia del o la demandante y, en
su caso, los de su representante.
2. Los datos necesarios para identificar al demandado o demandada y su
domicilio o residencia; si se desconoce alguno de estos datos podrán solicitarse
diligencias preliminares al juez o jueza con el objeto de determinarlos.
3. Si el demandante, o el demandado o demandada, es una persona jurídica, la
demanda deberá contener la denominación o razón social y los datos relativos a
su creación o registro.
4. La expresión concreta y detallada de los daños sufridos y la relación que ellos
tienen con el hecho ilícito.
5. La cita de las disposiciones legales en que funda la responsabilidad civil del
demandado o demandada.
6. La reparación deseada y, en su caso, el monto de la indemnización reclamada
7. La prueba que se pretende incorporar a la audiencia”.
Se puede establecer una diferencia entre los requisitos exigidos en esta
demanda y los exigidos por el articulo 340 del C.P.C para el proceso ordinario
civil. en esta demanda no contiende hechos que deban ser probados, pues esos
hechos ya fueron establecidos en sentencia penal y firme en la que se basa el
procedimiento para ejercer la acción civil. el demandante solo deberá determinar
cuales fueron los daños y perjuicios sufridos por el y probar la relación causal
entre estos y los hechos de la sentencia penal, cuando no se encuentre
claramente acreditados en ella. Así mismo deberá establecer los conceptos y
montos que reclama, y promover la prueba que los valide, citando las
disposiciones legales que justifican la responsabilidad civil.
El Juez dispone de un lapso de tres días, después de la presentación de la
demanda, para resolver la admisibilidad o rechazo de la misma. Para tal
pronunciamiento deberá considerar los aspectos contenidos en el artículo 416
del C.O.P.P, el cual prevé “Para la admisibilidad de la demanda el Juez o Jueza
examinará:
1. Si quien demanda tiene derecho a reclamar legalmente la reparación o
indemnización.
2. En caso de representación o delegación, si ambas están legalmente
otorgadas; en caso contrario, fijará un plazo para la acreditación
correspondiente.
3. Si la demanda cumple con los requisitos señalados en el artículo 414 de este
Código. Si falta alguno de ellos, fijará un plazo para completarla.
En caso de incumplimiento de los requisitos señalados, el Juez o Jueza no
admitirá la demanda.
La inadmisibilidad de la demanda no impide su nueva presentación, por una sola
vez, sin perjuicio de su ejercicio ante el tribunal civil competente”.
Para decidir sobre la admisibilidad de la demanda, el Juez examinara si quien
demanda tiene realmente derecho a reclamar legalmente la reparación o
indemnización de conformidad con la sentencia penal definitivamente firme que
sirve de base a este procedimiento. También comprobara el juez que la
representación o delegación de las partes, estén legalmente otorgadas, y si
detecta algún error o insuficiencia en la forma en que han quedado constituidas,
o que falte algún requisito de la demanda, fijara un plazo para la subsanación
correspondiente. Cuando la falta de legitimación del demandante fuere evidente,
o existiere grave incumplimiento de los requisitos señalados, o las partes no
hubieren subsanado en el plazo fijado, el juez dictara auto declarando la
inadmisibilidad de la demanda. De conformidad con el artículo 416 del C.O.P.P,
la declaración de inadmisibilidad de la demanda no impide su nueva
presentación, por una sola vez, sin perjuicio de su ejercicio ante el tribunal civil
competente.
Si el juez admite la demanda, deberá ordenar la reparación del daño o la
indemnización del perjuicio, tal decisión debe contener lo establecido en el
articulo 417 del C.O.P.P, el cual prevé “Declarada admisible la demanda, el Juez
o Jueza ordenará la reparación del daño o la indemnización de perjuicios
mediante decisión que contendrá:
1. Los datos de identificación y domicilio o residencia del demandado o
demandada y del demandante y, en su caso, de sus representantes.
2. La orden de reparar los daños, con su descripción concreta y detallada, la
clase y extensión de la reparación o el monto de la indemnización.
3. La intimación a cumplir la reparación o indemnización o, en caso contrario, a
objetarla en el término de diez días.
4. La orden de embargar bienes suficientes para responder a la reparación y a
las costas, o cualquier otra medida cautelar, y la notificación al funcionario
encargado o funcionaria encargada de hacerla efectiva.
Cuando la demanda sea admisible, el juez lo declarara en una misma decisión y
además ordenara la reparación del daño o la indemnización de perjuicio a que
haya lugar. Una vez que las partes sean notificadas de esta decisión, podrán
oponer objeciones a la misma, dentro de los diez días siguientes a su
notificación. Esta decisión no es recurrible en apelación, debido a que puede ser
objetada, y dicha objeción abre paso a la continuación del procedimiento con una
audiencia de conciliación.
El demandado o demandada sólo podrá objetar sobre la legitimación del
demandante para pedir la reparación o indemnización, u oponerse a la clase y
extensión de la reparación o al monto de la indemnización requerida. Así mismo,
deberá formular sus objeciones por escrito, indicando la prueba que se pretende
incorporar a la audiencia. Conforme se dispone en el artículo 418 del C.O.P.P.
Cuando se hayan formulado objeciones a la decisión que admite la demanda, el
juez citara a las partes a una audiencia conciliatoria dentro de los cinco días
siguientes al termino de los diez días para formular objeciones, la audiencia de
conciliación tiene como objeto, tratar de poner a las partes en acuerdo respecto
a las pretensiones deducidas en la demanda; si se logra la conciliación, los
acuerdos y convenciones que se hubiere acordado se recogerán en el acta de la
audiencia. Si no se produce la conciliación, el juez ordenará la continuación del
procedimiento y fijará la fecha y hora de otra audiencia que deberá realizarse en
un lapso no menor de diez días ni mayor de treinta. De conformidad a lo
dispuesto en el artículo 419 del C.O.P.P.
Si el demandante o su representante no comparecen a la audiencia de
conciliación se tendrá por desasistida la demanda y se archivaran las
actuaciones. En estos casos el demandante no podrá ejercer nuevamente la
demanda por esta vía, sin perjuicio de ejercitarla ante la jurisdicción civil. En el
caso de que el demandado y su representante sean los que no comparezcan a
la audiencia de conciliación, las objeciones que hubieren formulado al decreto
de intimación a que se refiere el numeral 3 del articulo 417 del C.O.P.P perderán
todo efecto y la orden de reparación o indemnización valdrá como sentencia
firme y podrá procederse a su ejecución forzosa.
En caso de que sean varios los demandados y alguno de ellos no comparece a
la audiencia de conciliación, el procedimiento seguirá su curso, debido al vínculo
de solidaridad que existe entre ellos, según dispone el artículo 1.195 del Código
Civil Venezolano.
La audiencia se celebrará con las partes que comparezcan, quienes tendrán la
carga de incorporar los medios de prueba ofrecidos, salvo que hubieren
solicitado auxilio judicial. En la audiencia los medios de prueba deben
incorporarse oralmente. Una vez concluida la audiencia el juez dictara la
sentencia rechazando o admitiendo la demanda y, en su caso, ordenando la
reparación o indemnización adecuada e imponiendo las costas que
correspondan. Esta sentencia no admite recurso alguno. De conformidad con lo
establecido en el artículo 421 del C.O.P.P.
A solicitud del interesado, el mismo juez que conoció de la demanda civil,
procederá a la ejecución forzosa de la sentencia, según lo dispuesto en el
condigo de procedimiento civil. de conformidad con el artículo 422 del C.O.P.P.

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