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La antropología filosófica, es una rama de la filosofía que está dedicada al estudio

del ser humano en cuerpo y alma, su reflexión principal sitúa al hombre como un ser que

vive y que sabe que vive en esta dimensión. Su propósito es identificar la composición

del ser desde aspectos como lo material, biológico, económico, social, histórico, cultural,

entre otros. En el desarrollo del estudio del hombre la antropología filosófica intenta

responder preguntas sobre el origen del hombre; ¿Qué es el hombre?, ¿Cómo surgió?,

¿De dónde vino y para dónde va?; así mismo se pregunta por su naturaleza y que lo

diferencia de los demás seres que lo rodea.

Las respuestas a estas preguntas concretas sobre el hombre y su esencia, se

podrían encontrar en el proceso evolutivo que ha tenido el ser humano, el cual ha estado

marcado por una gran cantidad momentos o cambios importantes. Desde la antigüedad

muchos filósofos ya se adentraban en la consecución de las respuestas sobre el enigma

que encierra el ser en sí.

Pitágoras, en sus reflexiones refiere que “el hombre es la medida de todas las

cosas”, desde ahí ha habido un sin números de análisis que llevan al hombre desde un ser

espiritual, animal racional diferenciado por sus pensamientos, con alma, con

características biológicas, factores conductuales, sociales, éticos y morales.

Sin embargo, no todo es tan fácil como se ha planteado de la antigüedad, hoy día

la definición del hombre se ha vuelto más compleja y problemática, debido a la gran

cantidad de nuevas teorías y discursos que buscan desvelar la esencia y profundidad

existencial del ser humano. Y es aquí donde nos encontramos con la paradoja que señala
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Edgar Morin: “Cuanto más conocemos, menos comprendemos al ser humano” (Morin,

2008, 16). No solo la antropología filosófica busca aclarar esta paradoja, tambien se

busca una respuesta desde las demás ciencias y las artes con una percepción distintiva de

cada área, pero sin lograr encontrar una unidad absoluta que despeje las dudas acerca de

nuestra identidad.

Para Marquez, (2016) “El hombre es así troceado en fragmentos aislados en las

diversas disciplinas científicas. Nuestra condición humana revela nuestra complejidad:

somos individuos, especie y sociedad al mismo tiempo. Tenemos un destino entrelazado

e inseparable, como seres humanos y especie en la tierra. Debemos abandonar esa visión

estrecha que define al ser humano por su racionalidad y abrirnos a una identidad unitaria

y compleja que incluye múltiples facetas contradictorias y complementarias a la vez.

Desde este punto de vista se puede decir que el hombre es un ser supremamente

complejo, con una mente poderosa capaz de transformar, crear, un ser abierto al mundo,

dotado de racionalidad y a la vez un ser demasiado frágil y vulnerable ante la inmensidad

del universo que lo rodea.

Asi mismo la antropología filosófica, teoriza que el hombre es un ser social, lo

que a groso modo significa que necesita de sus semejantes para poder evolucionar, hacer

sociedad es lo que ha garantizado la existencia prolongada del hombre, una de las

ventajas del desarrollo social es que facilita el lenguaje, el cual a su vez permite la

posibilidad de la reflexión constructiva, el autoconocimiento y la autoconciencia. Para

Maturana, “El lenguaje libera al ser humano de su estructura puramente material,

biológica, y lo enlaza con el ámbito conceptual, en el que el ser humano debe conservar
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su organización y adaptación. Pero también el lenguaje es la caída del ser humano, al

permitir las cegueras frente a su dimensión biológica que traen consigo las ideologías

descriptivas de lo que debe ser.

Con lo anterior podemos deducir que, lo social está estrechamente ligado con el

ser desde el punto de vista individual, la contradicción se genera en la culturalidad que ha

determinado una exclusión entre los seres humanos. Para que exista una interacción

social productiva y sana, caracterizada por el buen vivir, es completamente necesario

fundamentarse en la emoción del amor, la cual es por naturaleza humana. La carencia de

este fundamento ha conllevado a que el ser humano entre en una crisis existencial, esa

situación que pone a el hombre en una encrucijada y donde empieza a cuestionarse las

razones de su propia existencia, es una crisis de identidad y es necesario un

replanteamiento de ideas y una reinvención para lograr salir de esa espiral negativa.

Ahora, en un mundo tan sumergido en la ciencia y la tecnología, con el auge de

una civilización técnica e industrializada, la esencia del ser y el conocimiento del hombre

asi mismo se ha desdibujado de una manera abrumadora, tanto, que se puede decir que

ahora más que nunca, el hombre se encuentra sumergido en una crisis de identidad sin

precedentes, el aumento del conocimiento científico en vez de ser una respuesta a la

incógnita del ser humano y sus preguntas existenciales se han convertido en un cumulo

de laberintos que desorientan la búsqueda de respuestas acertadas.

Ya Max Scheler, medio siglo atrás había pronosticado esta situación, Scheler

(1929), “Tras una historia de ya más de diez mil años, estamos en una época en que, por

primera vez, el hombre es para sí mismo un ser radical y universalmente «problemático».


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El hombre ya no sabe quién es y se da cuenta de que jamás lo llegará a saber. Sólo se

volverá a tener juicios fundamentados si se hace tabula rasa de todas las tradiciones

relacionadas con este problema y se contempla con el máximo rigor metodológico y con

el más grande estupor a ese ser llamado hombre.

De igual manera, M. Heidegger, (1995), hablando de la antropología de Kant,

hace eco a Scheler: “Ninguna época ha logrado tantos y tan dispares conocimientos sobre

el hombre como la nuestra… Y, sin embargo, ninguna otra época como la nuestra ha

sabido tan poco sobre el hombre. Pues jamás ha sido el hombre tan problemático como

ahora.

Desde estos contextos donde se demuestran la perdida de la identidad humana y la

incertidumbre de no lograr solucionar el enigma de ¿qué es el hombre?, podemos

concluir que el hombre se ha vuelto el mayor problema filosófico sin resolver, hasta tal

punto que su desviación por los conocimientos científicos y avances tecnológicos lo han

llevado a un punto de alienación y existencia opresiva deshumanizada, que nubla la

necesidad de conocerse asi mismo como un individuo y como ser dentro de un entorno

que parece amenazar gravemente su existencia y quizás, proclamar su propia muerte.

Por lo tanto, es imperativo volver a retomar los esfuerzos por resolver esta

problemática antropológica y filosófica, en la que el tema central es el hombre; los

interrogantes sobre el hombre y su esencia, no solo son cuestiones de la historia y el

pasado, son tambien planteamientos necesarios en la actualidad, estos problemas

antropológicos irrumpen día a día asi como la misma existencia del ser humano, es algo

inmerso en la misma su misma vida y su desarrollo paulatino. Su capacidad racional, la


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cual lo distingue de cualquier objeto u otro ser de la naturaleza es lo que le da su estado

complejo, pero tambien le permite comprender la necesidad de saber el ¿por qué? de los

sucesos y su existencia.

El hombre busca siempre profundizar en la subjetividad de las situaciones, para

encontrar una explicación de los eventos sociales, culturales, naturales y metafísicos, esta

sistematización lo conlleva a buscar las mejores formas de explicar su existencia, con el

fin de dar solución a los que haceres de la vida diaria, sin lugar a dudas logra solucionar

muchos de sus interrogantes, aun asi, se puede afirmar que la existencia del hombre, su

esencia, su propósito, hasta el día de hoy se ha constituido un enigma sin resolver, un

misterio para el mismo.

La evolución no es previsible, con ella el hombre ha tenido avances y retrocesos

constantes, de la misma manera el concepto de ser humano ha sufrido transformaciones

complejas, en concordancia con el desarrollo científico y tecnológico a nivel genético,

biológico, asi como tambien los cambios sociales, psicológicos y éticos. El hombre

dentro de todo este panorama es un ser que va construyendo su propia consciencia y el de

su medio, la cual enfoca en la lucha consecutiva de cambiar y transformarse asi mismo en

busca de comprender quien es, que quiere y qué hacer con su vida.
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Bibliografía

Heidegger, M. El Origen de la obra de Arte, Ser y Tiempo, 1995

Maturana, H. (1999). Transformación en la convivencia. Santiago de Chile: Dolmen.

Morin, E. (2008). El método. 5. La humanidad de la humanidad: la identidad humana.

Sopó, A, La Antropología Filosófica en su historia. Pag 69-113

https://conceptodefinicion.de/antropologia-filosofica/

https://afilosofarsehadicho.jimdofree.com/filosofia-para-grado-decimo/el-hombre-como-

problema/

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